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Infección urinaria en lactantes y preescolares




Enviado por dianasi2003



    1. Resumen
    2. Material y
      método
    3. Criterios de
      exclusión
    4. Resultados
    5. Discusión
    6. Bibliografía

    Resumen

    Estudio descriptivo, prospectivo y transversal sobre
    la infección aguda del tracto urinario en el niño
    menor de 5 años, en el período comprendido desde
    Enero-Diciembre 2003.Universo:157
    niños
    menores de 5 años egresados con el diagnóstico de infección del
    tracto urinario en el periodo de referencia, con una muestra de 145
    niños de ese universo, seleccionados según
    criterios de inclusión. Para la recolección de
    los datos se
    revisaron las historias clínicas. Se utilizaron medidas
    de estadística
    descriptiva.

    La infección
    urinaria predominó en los menores de 1 año,
    con un incremento discreto en el sexo
    masculino para ese grupo de
    edad (43.4%) y ligero predominio del sexo femenino en el grupo
    de 1 a 4 años.

    El cuadro clínico de presentación fue
    muy variado, predominó la forma febril aguda, que
    representó (64.1%). Dentro de las malformaciones
    congénitas encontradas, la más frecuente fue el
    reflujo vesicoureteral, seguido de la hidronefrosis. La
    ecografía renal y la cistouretrografía miccional
    aportaron una importante información para la evaluación de los niños con
    malformaciones. El microorganismo que se aisló con
    más frecuencia fue Escherichia coli, (53.1% de los
    aislamientos). Los aminoglucósidos constituyeron la
    primera línea del tratamiento antimicrobiano. La
    eritrosedimentación resultó ser el estudio de
    laboratorio
    con mayor positividad. La mayoría de los niños
    requirió de una estadía hospitalaria menor de 7
    días. La infección urinaria recurrente se
    presentó en un reducido número de
    casos.

    Introducción

    La infección del tracto urinario (ITU) es la
    enfermedad bacteriana, de carácter no epidémico, más
    frecuente en la infancia.
    Aproximadamente entre 3 a 5% de las hembras y entre 1-2% de los
    varones se verán afectados a lo largo de su infancia por
    al menos un episodio (1).

    En el año 1884, Escherich, pediatra
    alemán, identificó la bacteria que hoy lleva su
    nombre en la flora fecal del lactante y en 1894 demostró
    su presencia en la orina de estos pacientes (2).

    La identificación precoz y precisa del
    niño con infección urinaria es de capital
    importancia para reducir la morbilidad y las secuelas
    asociadas. El método
    diagnóstico utilizado ha de ser lo más sensible y
    específico posible, evitando así el
    infradiagnóstico, que conlleva al retraso en la terapia
    con una posible progresión del daño
    renal y posterior pérdida de función.
    El sobrediagnóstico, por su parte, conduce a un
    tratamiento inútil, que enmascara posiblemente la
    verdadera enfermedad y obliga a la realización de
    investigaciones
    y seguimientos innecesarios, molestos, costosos y probablemente
    no del todo inocuos (3-5).

    Los estudios epidemiológicos indican que la
    incidencia de infección del tracto urinario varía
    según la edad y el sexo. La frecuencia en la infancia es
    de 1 – 2%, los varones lactantes presentan una mayor incidencia
    y con frecuencia está asociada a anomalías
    congénitas; es en la edad preescolar
    cuando se producen muchas de las lesiones renales atribuidas a
    la infección urinaria sintomática y/o al reflujo
    vesicoureteral (6).

    Los bacilos gram-negativos pertenecientes a la familia
    Enterobacteriacea son los principales implicados en la edad
    pediátrica. Constituyen un grupo complejo, formado por
    varios géneros, en los cuales los principales
    determinantes de la virulencia bacteriana están
    presentes en la mayoría de sus especies. Escherichia
    coli es la causante del 80-90% de las infecciones adquiridas en
    la comunidad y
    aproximadamente en la mitad de las personas hospitalizadas o
    con factores de riesgo (7). Le
    siguen por frecuencia varias especies como son: Enterobacter,
    Proteus, Klebsiella y Pseudomonas. De las bacterias
    gram-positivas patógenas para el aparato urinario, las
    más comunes son Enterococo y Staphylococcus Epidermidis
    (8-10).

    Los únicos virus que han
    sido implicados como uropatógenos son el adenovirus,
    encontrado en las cistitis hemorrágicas, cuyos serotipo
    11 se ha descrito frecuentemente como causa de pielonefritis en
    pacientes con trasplante renal, al igual que citomegalovirus y
    el virus BK perteneciente a la familia de los
    poliomavirus (11.12).

    Las diferencias individuales en la susceptibilidad a
    las infecciones urinarias se pueden explicar por los factores
    que dependen del huésped y de la bacteria. En
    relación con la interacción entre ambos, se ha demostrado
    que la disminución de la resistencia
    reduce los requisitos de la virulencia para la bacteria, en
    tanto en un huésped resistente para que ocurra la
    infección es necesario que las bacterias tengan
    características de virulencia, que les permitan
    colonizar el aparato urinario (13-15).

    Entre los factores que predisponen a la
    infección urinaria, el reflujo vesicoureteral es el
    más frecuente, con 25-50%. La estenosis pieloureteral o
    ureterovesical, la ureterohidronefrosis, valva de uretra
    posterior, divertículo de vejiga, doble sistema
    colector y displasia o hipoplasia tienen menor incidencia
    (16-19).

    En países como España,
    la frecuencia de infección del tracto urinario
    sintomática en recién nacidos oscila entre
    0.14-0.7%, con predominio del sexo masculino de 3:1. En
    Estados
    Unidos la tasa de ocurrencia durante el primer año
    de vida es de 0.3-1.2, siendo más frecuente en varones
    durante los tres primeros meses de vida; a partir de esta edad
    predomina en las hembras (20).

    En un estudio realizado en el Servicio de
    Nefrología del Hospital Pediátrico Norte de
    Santiago de Cuba se
    encontró que de 100 pacientes con infección
    urinaria, 60 % tenían reflujo vesicoureteral
    (21).

    En nuestra provincia la incidencia de infección
    urinaria es de 162 casos que representan 1.4% de los lactantes.
    En el Policlínico "Rene Vallejo Ortiz" se
    encontró una incidencia de 41.7%(22).

    En un estudio realizado en el Hospital
    Pediátrico "General Milanés", de Bayamo, se
    obtuvo que la infección urinaria varió
    según el sexo y grupo de edades predominando el sexo
    masculino en los niños menores de 1 año (65.2%) y
    el femenino a partir de esta edad (Rodríguez Bertot TTE
    2001-2003).

    De todo lo antes mencionado puede decirse que el
    futuro de vida de un grupo importante de niños con
    infección urinaria va a depender en definitiva de una
    valoración correcta y de un tratamiento adecuado, de
    ahí que nos propusiéramos como objetivo
    caracterizar el comportamiento de la infección urinaria
    en lactantes y preescolares de nuestro radio de
    acción.

    Material y
    método

    Se realizó un estudio descriptivo, prospectivo
    y transversal en pacientes ingresados en el Hospital
    Pediátrico Docente "General Luis. A. Milanés" del
    municipio Bayamo, en el período comprendido desde
    Enero-Diciembre 2003, con el objetivo de determinar el
    comportamiento de la infección aguda del tracto urinario
    en el niño menor de 5 años.

    El universo de trabajo
    estuvo constituido por 157 pacientes que egresaron con el
    diagnóstico de infección urinaria y la muestra
    por 145 niños seleccionados según los criterios
    de inclusión.

    Criterios de inclusión

    • Menores de 5 años con diagnóstico
      principal al egreso de infección del tracto urinario,
      cuyas historias clínicas recogieran todos los datos
      objeto de investigación.

    Criterios de
    exclusión

    • Fallecidos durante el ingreso
    • Historias clínicas incompletas
    • Diagnóstico secundario de infección
      del tracto urinario

    Previa coordinación con el Servicio de
    Nefrología y el Departamento de Archivo y
    Estadísticas del Hospital
    Pediátrico "General Milanés", se procedió
    a la revisión exhaustiva de las historias
    clínicas de los pacientes menores de 5 años
    egresados con el diagnóstico de Infección del
    Tracto Urinario, para describir las variables
    objeto de estudio.

    La edad se distribuyó en dos
    grupos

    1. Menor de 1año
    2. De 1- 4 años
    • Sexo
    • Las formas clínicas se agruparon de la
      siguiente forma:
    1. Febril
    2. Sintomatología digestiva
    3. Sintomatología urinaria
    4. Peso estacionario
    5. Neurológica o
      pseudomeníngea
    6. Asintomática
    • Malformaciones asociadas del tracto urinario:
      según ecografía renal, cistouretrografìa
      miccional y examen físico
    1. Reflujo vesicoureteral
    2. Hidronefrosis
    3. Valvas de uretra posterior
    4. Estrechez uretral y ureteral
    5. Sinequias de labios menores
    • Hallazgos de laboratorio
    1. Hemoglobina: se consideró anemia si
      hemoglobina por debajo de110 g/l.
    2. Leucograma: se consideró leucocitosis cifras
      por encima de10x109/l, según lo normado en
      el sistema internacional de valores de
      referencia de los estudios de laboratorio
      clínico.
    3. Eritrosedimentación: como valor
      normal hasta 20 mm/h por el método cinético,
      reacción de Jaffe.
    4. Creatinina: se consideró como valor normal
      en el lactante hasta 40 umol/l y en el preescolar hasta
      80umol/l.
    5. Cituria: existe leucocituria cuando los leucocitos
      están por encima de 10 000, por mililitros de orina.
      Realizada por el método de Jiri Jirka.
    • Hallazgos microbiológicos
      (Urocultivo)
    1. Bacterias Gram- positivas
    2. Bacterias Gram- negativas

    Urocultivo: se orientó para la
    recolección de la muestra la toma al "acecho" del chorro
    medio, con higiene de los
    genitales por retracción del prepucio o
    separación de los labios mayores, lavado con
    jabón y enjuague por arrastre con solución salina
    estéril o agua
    hervida, considerándose positiva la presencia de
    más de 100 000 unidades formadoras de colonias de una
    sola especie bacteriana por mililitros de orina (UFC/ml). Para
    el cultivo de la orina se utilizó el medio de Cled (agar
    con cistina y lactosa con déficit de
    electrolitos).

    • Positividad de los estudios
      imagenológicos
    1. Ecografía renal: se le realizó a
      todos los niños, el cual brinda una buena
      definición de la morfología y ecoestructura del
      parénquima renal, así como también de la
      vía excretora, donde permite evaluar dilataciones de
      cálices hasta el uréter, definir
      características de la vejiga.
    2. Cistouretrografía miccional: este examen se
      indicó cuando se sospechó una
      malformación, bien porque presentara una
      infección complicada, ecografía anormal o
      estigmas externos de malformación renal y siempre
      después de 14- 21 días de terminado el
      tratamiento antimicrobiano y con urocultivo sin crecimiento
      bacteriano
    3. Gammagrafía: se realizó en presencia
      de ecografía renal sugestiva de malformación
      y/o cistouretrografía miccional
      patológica.
    • Modalidad terapéutica utilizada
    1. Antimicrobianos aislados
    2. Combinación de antimicrobianos
    • Estadía hospitalaria
    1. Menor de 7 días
    2. Entre 7 y 14 días
    3. Más de 14 días
    • Número de episodios de Infección del
      Tracto Urinario
    1. Uno
    2. Dos
    3. Tres o más

    Técnicas y procedimientos

    1. De obtención y recolección de la
      información: los datos se obtuvieron de las historias
      clínicas hospitalarias en el Departamento de Archivo y
      Estadísticas del hospital. La información se
      tabuló en un procesador de
      base de
      datos sobre Windows xp
      profesional, con auxilio de una computadora
      Pentium IV
      marca
      LTOL.
    2. De procesamiento estadístico: se utilizaron
      medidas de estadística descriptiva (distribuciones
      de frecuencias absolutas y relativas).

    Resultados

    En la tabla 1 se puede apreciar una mayor ocurrencia
    de infección urinaria en el grupo etáreo
    correspondiente al menor de un año que representa 80.7%,
    con predominio del sexo masculino (43.4%); sin embargo, en el
    grupo de 1 a 4 años la ocurrencia fue menor, dado por
    19.3%, en estas edades predominó el sexo femenino,
    representado por 11.7%.

    Tabla 1

    Infección del tracto urinario
    según edad y sexo

    Hospital Pediátrico Docente " General
    Luis A. Milanés " Enero – Diciembre
    2003

    Edad

    Femenino

    Masculino

    Total

    No.

    %

    No.

    %

    No.

    %

    Menores de 1 año

    54

    37.3

    63

    43.4

    117

    80.7

    De 1 – 4 años

    17

    11.7

    11

    7.6

    28

    19.3

    Total

    71

    49

    74

    51

    145

    100.0

    Fuente : Historias Clínicas

    En la Tabla 2 se muestran las formas clínicas
    presentes en los diferentes grupos de
    edades; la más frecuente fue la febril aguda con 64.1%,
    esta predominó en el menor de 1 año; le siguen la
    forma digestiva con 57.9% y la urinaria con 38.6%, estas
    últimas afectaron más al grupo menor de 1
    año. Las restantes representaron el menor
    porciento.

    Tabla 2

    Infección del tracto urinario
    según forma clínica de
    presentación

    Hospital Pediátrico Docente " General
    Luis A. Milanés " Enero – Diciembre
    2003

    Formas Clínicas

    Menores de 1
    año

    De 1 – 4 años

    Total

    No.

    %

    No.

    %

    No.

    %

    Febril

    71

    49

    22

    15.2

    93

    64.1

    Digestiva

    74

    51

    10

    6.9

    84

    57.9

    Urinaria

    43

    29.7

    13

    8.9

    56

    38.6

    Peso Estacionario

    10

    6.9

    0

    0

    10

    6.9

    Neurológica

    3

    2.1

    3

    2.1

    6

    4.1

    Asintomática

    4

    2.8

    1

    0.7

    5

    3.5

    Fuente : Historias Clínicas

    Tabla 3. En la misma se pueden observar las
    malformaciones congénitas asociadas a la
    infección aguda del tracto urinario, detectadas mediante
    los estudios radiológicos del riñón y
    vías urinarias, donde el reflujo vesicoureteral fue el
    más representativo con 44.5%, seguido por la
    hidronefrosis con 22.2%; las restantes tuvieron un porciento
    reducido.

    Tabla 3

    Infección del tracto urinario
    según malformaciones congénitas

    Hospital Pediátrico Docente " General
    Luis A. Milanés " Enero – Diciembre
    2003

    Malformaciones
    Congénitas

    No.

    %

    Reflujo vesicoureteral

    4

    44.5

    Hidronefrosis

    2

    22.2

    Valvas de uretra posterior

    1

    11.1

    Estechez uretral y ureteral

    1

    11.1

    Sinequia de labios menores

    1

    11.1

    Total

    9

    100.0

    Fuente : Historias Clínicas

    Al analizar los estudios de laboratorios representados
    en la Tabla 4 se puede evidenciar que la
    eritrosedimentación fue el reactante de fase aguda con
    mayor positividad, acelerada en 69.7%; le siguió en
    orden de frecuencia la cituria con 68.3% y la leucocitosis a
    predominio de polimorfonucleares con 66.9%; la hemoglobina
    descendió en 59.3% y la creatinina se elevó en
    6.2%.

    Tabla 4

    Infección del tracto urinario
    según estudios de laboratorio

    Hospital Pediátrico Docente " General
    Luis A. Milanés " Enero – Diciembre
    2003

    Estudios de

    Normal

    Patológico

    Total

    Laboratorio

    No.

    %

    No.

    %

    No.

    %

    Eritro

    44

    30.3

    101

    69.7

    145

    100.0

    Cituria

    46

    31.7

    99

    68.3

    145

    100.0

    Leucocitos

    48

    33.1

    97

    66.9

    145

    100.0

    Hemoglobina

    59

    40.7

    86

    59.3

    145

    100.0

    Creatinina

    136

    93.8

    9

    6.2

    145

    100.0

    Fuente : Historias Clínicas

    Como se evidencia en la tabla 5 la distribución de los gérmenes
    según estudios microbiológicos se comportó
    de la siguiente forma: se aislaron con mayor frecuencia los
    gram-negativos, dentro de ellos Escherichia coli fue el
    más representativo, con 53.1%, seguida por el
    Enterobacter con 15.9%, Proteus con 10.4% y Klebsiella con
    4.1%. De los gram-positivos el más frecuente fue el
    Estafilococo con 8,9%, secundado por el Estreptococo fecal con
    7.6%.

    Tabla 5

    Infección del tracto urinario
    según estudios microbiológico

    Hospital Pediátrico Docente " General
    Luis A. Milanés " Enero – Diciembre
    2003

    Germen aislado

    No.

    %

    E. Coli

    77

    53.1

    Enterobacter

    23

    15.9

    Proteus

    15

    10.4

    Estafilococo

    13

    8.9

    Estreptococo fecal

    11

    7.6

    Klebsiella

    6

    4.1

    Total

    145

    100.0

    Fuente : Historias Clínicas

    Tabla 6. Muestra la positividad de los exámenes
    imagenológicos realizados. La ecografía renal se
    le realizó a los 145 niños y se obtuvo 6.2% de
    positividad. La cistouretrografía miccional se
    indicó a niños con episodios recurrentes o
    evolución desfavorable (n=23); la misma
    arrojó resultados patológicos en 5 casos (21.7%).
    En cuanto a la Gammagrafía renal, estudio altamente
    especializado y costoso, e indicada a 3 niños con
    criterios para ello, debe destacarse que su positividad fue de
    33,3%

    Tabla 6

    Infección del tracto urinario
    según estudios imagenológicos

    Hospital Pediátrico Docente " General
    Luis A. Milanés " Enero – Diciembre
    2003

    Estudios

    Normal

    Patológico

    Total

    Imagenológicos

    No.

    %

    No.

    %

    No.

    %

    Ecografía renal

    136

    93.8

    9

    6.2

    145

    100.0

    Cistouretrografía

    18

    78.3

    5

    21.7

    23

    100.0

    miccional

    Gammagrafía renal

    2

    66.7

    1

    33.3

    3

    100.0

    Fuente : Historias Clínicas

    Tabla 7. Se encontró que los
    aminoglucósidos, fundamentalmente, la amikacina (66.8%)
    siguen siendo la primera línea de tratamiento, seguidas
    por las cefalosporinas de tercera generación.La
    antibioticoterapia oral se utilizó en pacientes con
    infecciones de debut no complicadas y buen estado
    clínico. Aunque existen pautas internacionales para el
    tratamiento de las infecciones urinarias en el niño,
    debe recordarse que el mismo debe individualizarse,
    según las características clínicas y el
    germen aislado

    Tabla 7

    Infección del tracto urinario
    según tratamiento antimicrobiano

    Hospital Pediátrico Docente " General
    Luis A. Milanés " Enero – Diciembre
    2003

    Antimicrobiano

    No.

    %

    Amikacina

    97

    66.8

    Ceftriaxona

    20

    13.8

    Ampicillin

    7

    4.8

    Gentamicina

    6

    4.1

    Acido nalidíxico

    5

    3.5

    Cefazolina

    4

    2.8

    Cefalexina

    3

    2.1

    Cefotaxima

    3

    2.1

    Total

    145

    100.0

    Fuente : Historias Clínicas

    Tabla 8. La estadía hospitalaria que
    predominó fue la de menos de 7 días con 87
    pacientes para 60%; le continúan entre 7 y 14
    días con 52 pacientes para 35.9% y por último la
    estadía de más de 14 días con un
    porcentaje menor ( 4.1%).

    Tabla 8

    Infección del tracto urinario
    según estadía hospitalaria

    Hospital Pediátrico Docente " General
    Luis A. Milanés " Enero – Diciembre
    2003

    Estadía
    hospitalaria

    No.

    %

    Menos de 7 días

    87

    60

    Entre 7 – 14 días

    52

    35.9

    Más de 14 días

    6

    4.1

    Total

    145

    100.0

    Fuente : Historias Clínicas

    Tabla 9. Teniendo en cuenta el número de
    episodios presentes en estos pacientes se llegó a la
    conclusión de que no fue predominante la
    infección urinaria recurrente en los pacientes
    estudiados, debido a que el rango dado por 3 o más
    episodios en un año solo estuvo presente en
    6.9%.

    Tabla 9

    Infección del tracto urinario
    según el número de episodios

    Hospital Pediátrico Docente " General
    Luis A. Milanés " Enero – Diciembre
    2003

    Número de
    episodios

    No.

    %

    Un episodio

    118

    81.4

    Dos episodios

    17

    11.7

    Tres o más episodios

    10

    6.9

    Total

    145

    100.0

    Fuente : Historias Clínicas

    Discusión

    Se observa que en el período de lactancia la
    infección urinaria se presenta con mayor frecuencia,
    debido a la mayor presencia de anomalías
    congénitas en los primeros meses de la vida y a que los
    factores inmunológicos defensivos aún
    están inmaduros (23-25).

    La fímosis es una de las principales causas de
    infección urinaria en el sexo masculino que favorece la
    colonización bacteriana (26).

    En el sexo femenino la infección urinaria es
    más frecuente por la menor longitud de la uretra, la
    cercanía con gérmenes de la vagina y el ano y el
    aseo incorrecto de la región perineal
    (27,28).

    Los textos de referencia, Cruz (29) y Nelson (30)
    coinciden con nuestros resultados.

    El síndrome febril agudo se señala como
    la forma clínica más común en el
    niño menor de 5 años, coincidiendo con los
    autores Johnson(31) y Cho(32).

    Los lactantes pequeños generalmente no se
    presentan con síntomas propios de la vía
    urinaria, existiendo una pequeña proporción de
    pacientes que pueden cursar asintomáticos o presentar
    síntomas gastrointestinales y respiratorios
    concomitantes.

    La importancia de la evaluación de las
    vías urinarias viene justificada por el hecho de que 2%
    de las hembras y 10% de los varones con infección
    urinaria presentan malformaciones obstructivas; que 30% de los
    niños investigados, con recurrencias, presentan reflujo
    vesicoureteral y 85% de estos últimos presentan signos
    radiológicos de pielonefritis
    crónica(33).

    Algunos autores como Navarro (8) plantean que
    dependiendo de la etapa en la que se realiza el
    diagnóstico de malformación así
    será la evolución posterior de los niños.
    La malformación congénita que más se
    encontró fue el reflujo vesicoureteral, lo que coincide
    con los estudios realizados por los autores Muley (16) y
    Poljakovic (34).

    Debe tenerse en cuenta que no siempre el aumento del
    número de leucocitos, presente en 80 a 90 % de las
    infecciones urinarias, es absoluto para el diagnóstico,
    pudiendo encontrarse en niños febriles con infecciones
    no localizadas en el tracto urinario o por contaminación vaginal(35).

    Las alteraciones funcionales durante el período
    agudo de infección del tracto urinario pueden ser
    comprobadas con la realización de la creatinina, la cual
    nos indica el funcionamiento del filtrado glomerular y
    generalmente en las infecciones urinarias se mantiene normal;
    casos aislados se alteran cuando hay daños del
    parénquima renal (36, 37).

    Los bacilos Gram-negativos son los principales
    implicados en las infecciones urinarias pediátricas.
    Constituyen un grupo complejo formado por varios géneros
    en los cuales los principales determinantes de virulencia
    bacteriana están presentes en la mayoría de sus
    especies. Escherichia coli es la causante del 80 al 90% de las
    infecciones adquiridas en la comunidad y aproximadamente en la
    mitad de las personas hospitalizadas con factores de riesgo (7,
    38,39).

    La cistouretrografía miccional es uno de los
    estudios que permite detectar reflujo vesicoureteral y el
    único que posibilita su clasificación,
    además de evaluar vejiga y uretra. Tiene como desventaja
    que es un procedimiento
    invasivo y requiere de la colocación de una sonda
    vesical, lo cual conlleva a que se debe esperar la
    negativización del urocultivo y realizarse bajo
    quimioprofilaxis (40, 41).

    La Gammagrafía isotópica renal es un
    método más sensible para identificar lesiones
    secundarias a inflamación aguda del parénquima
    renal, así como cicatrices; evidencia las áreas
    de hipocaptación de pielonefritis por lo que se utiliza
    como "patrón oro" para
    esta entidad indicando función renal porcentual y
    diferencial (42).

    Los aminoglucósidos ocasionan muy baja
    resistencia en los uropatógenos habituales, debido a que
    su toxicidad limitó su uso. Debe tenerse en cuenta el
    porciento considerable de cepas de Escherichia coli que son
    resistentes a la ampicilina y demás antimicrobianos, lo
    que trae consigo el empleo cada
    vez mayor de aminoglucósidos y cefalosporinas (43,
    44).

    Consideramos que el paciente con infección
    urinaria solo debe ser ingresado si es menor de 3 meses de edad
    o que requiera tratamiento parenteral con antibióticos
    de amplio espectro en dependencia de su estado general o la
    realización de estudios relevantes a nivel hospitalario.
    Pensamos que la estadia por infección urinaria durante
    el ingreso debe ser lo más corta posible, pues de esta
    forma se evitan las complicaciones como la sepsis nosocomial,
    aunque en ocasiones, las precarias condiciones sociofamiliares,
    la presencia de desnutrición severa y otros factores,
    influyen en la prolongación de la estadía
    hospitalaria .

    Los episodios de recurrencia pueden ser debidos a
    recaídas o reinfecciones. Las recaídas son
    recurrencias por el mismo germen que originó el episodio
    anterior, dentro de las dos semanas siguientes al
    término del tratamiento. Las reinfecciones son
    recurrencias producidas por gérmenes diferentes al que
    determinó el episodio inicial y se asocian con mayor
    frecuencia a una enfermedad subyacente del aparato urinario
    (6,45).

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    Autor:

    Dra. Annie del Rosario Barrero Cabrera
    (1)

    Dr. Demetrio Alvero Figueredo (2)

    Dra. María del Rosario Sánchez Hidalgo
    (3)

    Dra. Yadira Nápoles Fajardo (5)

    Dra. Yelenis Elías Montes (6)

    (1,3,5,6) Especialistas de Primer Grado en
    Pediatría.

    (2) Especialista de Primer Grado en Medicina
    General Integral y en Nefrología

    Institución: Hospital Pediátrico
    General Milanés, Bayamo, Granma, Cuba.

    Dirigir correspondencia a:

    Dra. Annie del Rosario Barrero Cabrera.

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