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Robert Blake y Jane Mouton – Autores Comportamiento y desarrollo organizacional



    Abstract de Conferencias de Eric Gaynor
    Butterfield en los Congresos de Desarrollo
    Organizacional de 1997 – 1999 -2001 y 2002; Buenos Aires
    – Argentina.
    The Organization Development Institute International, Latin
    America –

     

    Pocos autores han tenido una influencia tan duradera en
    los servicios
    profesionales de consultoría como Robert Blake y
    Jane Mouton.
    La
    organización matricial ha estado
    presente en el mundo del cambio y
    desarrollo organizacional durante los últimos 40
    años, y los estilos de liderazgo son
    una variable constante desde hace más de 70 años en
    la literatura de
    comportamiento
    organizacional.

    Hemos juntado a estos dos consultores, líderes en
    la cúspide de una empresa
    consultora especializada en servicios profesionales dentro de las
    ciencias del
    comportamiento
    aplicadas al sector industrial. Blake & Mouton han ganado una
    fuerte fama como resultado de su matriz
    gerencial, que está en línea con la
    concepción de una organización matricial.

    Como hemos visto a través de la revisión
    de distintos enfoques disímiles de tanto académicos
    como practitioners y consultores de empresa, la
    llegada de la organización matricial responde en gran
    medida a la falta de adecuación – por decir lo menos
    – de los arreglos organizacionales prevalecientes hasta ese
    instante del siglo pasado.

    Tanto la administración
    científica, como los principios de la
    administración, el movimiento de
    relaciones
    humanas y la organización burocrática no
    permitían solucionar los principales dilemas que
    confrontaban las organizaciones
    ante una vez cada más cambiante situación en el
    contexto. Teniendo en cuenta su formación como
    psicólogos, Robert Blake y Jane Mouton focalizaron su
    atención en el management de la empresa y en
    particular respecto de las competencias que
    ellos necesitaban para alcanzar eficiencia
    organizacional.

    J. M. Dutton en "Review of R. R. Blake and J. S.
    Mouton", "Corporate excellence through grid organization
    development: a systems approach" (Administrative Science
    Quarterly, volume 14 – 1969) sugiere que la metodología de desarrollo organizacional de
    Blake & Mouton cuenta con tres pilares fundamentales, en
    materia de
    premisas:

    a. Tanto las personas como las empresas tienen
    una tendencia a reducir la existencia de disonancia entre su
    propia imagen y la
    realidad. Este proceso es
    vital para iniciar el cambio en la empresa y tiende a incrementar
    la auto-conciencia de la
    organización.

    b. Siguiendo las conclusiones de James March &
    Herbert Simon ("Organizations"; Wiley & Sons – 1958)
    las organizaciones no maximizan sino que simplemente satisfacen.
    Por lo tanto en la medida que las personas están dentro de
    lo que sería una "zona de comodidad" (Eric Gaynor
    Butterfield; Congreso de Desarrollo Organizacional –
    Argentina, 1997) las empresas satisfacen y son vulnerables
    respecto de sus contendores como así también del
    nuevo contexto que es aceleradamente cambiante. La
    satisfacción con la situación "actual" y dentro de
    la "Ilusión de que le va bien", no le hace ver los grandes
    peligros a que la propia organización está
    expuesta. Y cuando lo observa, la organización ya no tiene
    muchas veces la posibilidad de sobrellevar el
    problema.

    c. Coincide con Gouldner, Selznick y Victor Thompson en
    el sentido de que muchas de las acciones de
    los miembros organizacionales dentro de las empresas son de tipo
    disfuncional en cuanto a los resultados de la
    organización, y el "cultural drag" es la consecuencia de
    ésta situación. La empresa tiende a operar de
    manera burocrática y rígida y también paga
    las consecuencias de ello.

    Todo esto hace necesario que el cambio y desarrollo
    organizacional se realice de una manera planeada para lo cual
    sugiere una metodología puntual. Propone trabajar lo que
    han denominado el "excellence gap"; el nivel de excelencia que se
    debería alcanzar (como resultado de la intervención
    de desarrollo organizacional).

    El excellence gap debe tener en cuenta la necesidad de
    alcanzar utilidades como resultado de la comercialización de los productos y
    servicios; el hecho de que estas utilidades se alcanzan como
    resultado de las acciones de las personas (independientemente del
    grado de formalización de la empresa los miembros
    organizacionales toman decisiones y adoptan acciones relacionadas
    con las normas,
    instrucciones políticas
    que pueden verse modificados por lo que traen las personas como
    es el caso de sus propias creencias, expectativas, lealtades y
    preferencias); y además la empresa forma parte del
    contexto en la cual se desenvuelve lo que da lugar a la paradoja
    de "resistencia al
    cambio – impulso nuevo".

    Los autores consideran que dentro de la
    metodología es necesario prestar especial atención
    a seis funciones que
    consideran ser las más importantes: recursos
    humanos, administración financiera, producción, marketing,
    investigación y desarrollo, y finalmente la
    empresa en su conjunto. Dos orientaciones son de vital
    importancia, la externa o la interna y cada una de ellas puede
    dar origen tanto a esfuerzos agresivos como esfuerzos defensivos.
    (Eric Gaynor Butterfield en el "Taller de Marketing –
    Warketing" desarrollado en Ecuador
    año 2005) sugiere la existencia de cuatro posiciones como
    resultado de una intervención con punto de entrada en
    Marketing: el "internal challenger", "internal defender",
    external defender" y "external challenger" (ver al final las
    descripciones de éstas cuatro diferentes
    posiciones).

    Es importante destacar algunos aportes muy
    significativos dentro de las ciencias del comportamiento que se
    tenían en aquél entonces. La labor gerencial
    "efectiva" se orientaba hacia el concepto de
    líder,
    siendo éste mucho más que el gerente. Por
    muchos años distintos científicos de las ciencias
    del comportamiento y su aplicación en el mundo empresario se
    devanaron los sesos tratando de averiguar qué era lo que
    caracterizaba principalmente al líder más efectivo,
    existiendo dos corrientes principales:

    1. aquella que se acercaba a la concepción
      relacionada con la
      administración científica, y
    2. aquella que se aproximaba a la escuela de
      pensamiento conocida como "Relaciones
      Humanas"

    Una y otra vez los investigadores y académicos
    encontraban evidencias
    tanto a favor de solo una de estas dos corrientes principales,
    con lo cual seguían fortaleciendo a solamente una de estas
    dos opciones. Una Universidad
    estatal (Ohio State University), como consecuencia de análisis profundos dentro de las investigaciones
    realizadas que derivaban a alguna de estas dos opciones,
    juntamente con otros estudios propios, concluye que el
    líder eficiente es aquél que integra eficazmente
    dos orientaciones: hacia el trabajo y
    hacia las personas. Esta capacidad de operar bidimensionalmente
    es la que distingue al líder realmente eficiente. Y esto
    fue tenido en cuenta por personas del calibre de Blake &
    Mouton.

    Por su parte, Blake y Mouton partían del supuesto
    que la labor gerencial iba mucho más allá de las
    rutinas diarias implícitas en el rol que le es asignado e
    incluye otras importantes facetas:

    • el gerente puede desarrollar habilidades
      interpersonales
    • el gerente puede potenciarse a través de la
      interacción con otros
    • el gerente puede aprender como consecuencia de
      relacionarse con otros
    • el gerente puede promover el alcance de mayores y
      mejores objetivos
    • el gerente puede estimular en el personal la
      creatividad
      y esfuerzos hacia la innovación
    • el gerente puede generar en el personal
      energías adicionales promoviendo la
      experimentación
    • el gerente puede enseñar sus propias
      competencias

    Fascinados por la idea original donde existen dos
    opciones principales para gerenciar a lo que le han sumado las
    facetas arriba descriptas, más las conclusiones arribadas
    por la Universidad de Ohio, a lo que suman sus ricas experiencias
    como resultado de sus diversas intervenciones de
    consultoría Robert Blake y Jane Mouton desarrollan una
    "matriz gerencial" que está compuesta por dos variables
    principales:

    1. interés-orientación ("concern") por la
      producción
    2. interés-orientación ("concern") por las
      personas

    El interés
    por la producción no significa que se presta
    únicamente atención a lo que sucede dentro del
    área de producción fabril y que el mismo fuera
    fácilmente cuantificable. Incluye otros factores como por
    ejemplo el número de nuevos potenciales proveedores,
    la calidad del
    servicio,
    ideas y sugerencias respecto de mejoras, el monto total de
    ventas, entre
    otros.

    El interés por las personas incluye la
    consideración prestada a otros, el grado de
    involucramiento del personal, el respeto de las
    necesidades individuales del personal, entre otros.

    Ahora bien, consideremos que sobre el eje de las "x"
    tengamos el interés por la producción, marcando
    distintos grados que van del 1 al 9, donde uno muestra muy poco
    interés por la producción y 9 significa el
    más alto grado de interés por la producción.
    En el eje de las "y" representamos el interés por las
    personas, marcando sobre este mismo eje distintos grados que van
    del 1 al 9, donde 1 muestra muy poco interés por las
    personas y 9 significa el más alto grado de interés
    posible por las personas.

    Siguiendo a Blake & Mouton los gerentes en su
    trabajo diario adoptan distintos tipos de comportamiento cayendo
    cada uno de ellos en algún lugar dentro de esta matriz
    gerencial. Pero a efectos de ilustración se simplifica el
    análisis tomando en cuenta 5 ubicaciones posibles que
    reflejan distintos estilos gerenciales.

    El estilo gerencial 9-1 representa una fuerte
    preocupación por la producción y muy poca
    preocupación por las personas. Pone foco prioritariamente
    en la producción y prescribe exactamente lo que los
    subordinados deben hacer.

    Este estilo gerencial tiene muy en cuenta la dirección y control sobre las
    acciones de los subordinados, con producciones mínimas que
    deben ser alcanzadas tras controles permanentes. Se precisa tan
    exactamente lo que otros deben hacer, que, cuando existe
    algún problema o disfunción o error la
    conclusión principal es que la culpa del error le
    corresponde al subordinado. Cualquier tipo de desacuerdo del
    subordinado con lo que debe hacer, en qué tiempo y bajo
    que estándares, es considerado prácticamente una
    subordinación. Este estilo gerencial se caracteriza por
    operar bajo un juego de suma
    0 donde lo que uno gana el otro lo pierde.

    Los "méritos" que puedan darse por los resultados
    alcanzados bajo este estilo gerencial son adjudicados al gerente
    y, consiguientemente, gran parte de los esfuerzos de los
    subordinados están dirigidos hacia derrotar el sistema (para los
    subordinados los estándares establecidos solo pueden
    alcanzarse en el corto plazo o bajo situaciones límites).

    La creatividad está mas bien orientada a lastimar
    los resultados y demostrar el fracaso de metas establecidas que
    no eran alcanzables. Todo tipo de desacuerdos y conflictos se
    reprimen, colocan debajo de la alfombra, o se patean para
    delante… hasta que el dique reviente. Es muy común
    encontrar el comportamiento de tipo alienante en los subordinados
    que se manifiesta en la apatía e indiferencia (ver
    también "Complex Organizations" de Amitai Etzioni). Robert
    Blake y Jane Mouton sugieren que una organización dentro
    de una sociedad
    industrial altamente competitiva puede ver prevalecer este
    particular estilo de liderazgo sugiriendo que esto es posible en
    los Estados Unidos de Norteamérica debido a que alguna
    inapropiada educación orientada
    hacia habilidades muy limitadas puede fortalecer y robustecer
    este estilo gerencial.

    Un estilo gerencial sumamente diferente al 9 – 1
    (interés por el trabajo) es
    el estilo 1 – 9, que hace énfasis en las personas
    con muy poca preocupación por los resultados de la
    producción. Blake & Mouton denominan a este estilo
    "gerenciamiento country club". Este estilo de gerenciamiento es
    el opuesto al anterior sugiriendo que por más "que le
    pongas medias de seda al chancho va a seguir siendo
    chancho".

    Los subordinados – bajo este esquema – hacen
    lo mejor que pueden y hay que comprenderlos. Los errores son
    puestos debajo de la alfombra y el personal siempre tiene una
    nueva tarjeta amarilla a través de su secuencia de
    errores, sin llegar a la tarjeta roja. El principio de "juntos
    pero no revueltos" no tiene vigencia dentro de este estilo
    gerencial, ya que se opera bajo "juntos y revueltos"; todos los
    problemas de
    índole personal deben ser tenidos en cuenta por la
    empresa.

    La organización no aprende de los errores pues
    los errores no salen a la superficie… y si salieran no se
    estudiarían para tomar medidas correctivas (son parte de
    la naturaleza
    humana que debemos comprender y aceptar). Este estilo
    gerencial se caracteriza por ser muy bueno en encontrar (y hablar
    de) explicaciones, pues, como los objetivos no
    se alcanzan se tiene que encontrar algún motivo. Todas las
    personas pueden andar a ritmos, velocidades y tiempos distintos y
    la organización tiene que aceptarlos; por lo general los
    "high achievers" de Mc Clelland no tienen sitio en organizaciones
    que operan principalmente bajo este estilo gerencial. Los
    organismos públicos y del estado nacional, provincial o
    municipal como así también las grandes
    corporaciones oligopólicas (que hacen lobby fuerte
    con los gobernantes de turno) y además las empresas que
    operan bajo "costo+un plus"
    operan muchas veces dentro de alguna escala cercana al
    estilo de "gerenciamiento country club".

    El estilo gerencial 1 –1 no es fácil de
    encontrar en las organizaciones pero sí puede presentarse
    dentro de una empresa como resultado de la interacción
    entre un superior y un subordinado.

    Este estilo prácticamente presta ninguna
    preocupación por la producción y tampoco por las
    personas. Las organizaciones que no son muy prolijas en cuanto a
    la relación ingresos y
    egresos de personal, pueden encontrarse con personas que realizan
    trabajos de tipo rutinario por mucho tiempo, que han perdido
    oportunidades de ser promocionados, que hacen tareas por debajo
    de lo que están realmente capacitados y entrenados pueden
    albergar este estilo de gerenciamiento entre sus gerentes y
    supervisores.

    Los superiores dejan a los subordinados en libertad de
    actuar y además al mismo tiempo no aceptan responsabilidad ni respondabilidad por sus
    acciones y las de su personal. Chris Argyris sugiere que este
    estilo gerencial puede encontrarse dentro de una gran gama de
    empresas.

    Un estilo gerencial que es usado con frecuencia es el
    que Blake y Mouton denominan como estilo pendular, del tipo 5
    – 5. Bajo este estilo los superiores adoptan la actitud de
    conseguir resultados, pero sin mucho esfuerzo. Según los
    autores este estilo es típico del "hombre
    organizacional" de Ehyte. Se caracteriza por mantenerse dentro de
    un "feliz término medio" operando con un estilo negociador
    y donde la entidad tiene una fuerte presencia política (ver a
    Michel
    Crozier, cuando hace referencia a los "juegos de
    poder").
    Aprietan las clavijas para alcanzar un mayor nivel de productividad que
    perciben como que está presente en el corto plazo, y en la
    medida que el personal empieza a sentir el rigor, el superior
    comienza a aflojar.

    Lo que sucede con este estilo gerencial "en el medio de
    la nada" es que muy rápidamente los subordinados le toman
    el tiempo al gerente y aprenden a hacer uso ellos mismos de "un
    proceso de negociación" que no tiene fin dentro de la
    organización política. Este estilo de
    gerenciamiento busca un standard medio entre "la zanahoria y el
    garrote". La organización bajo este estilo de
    gerenciamiento comienza a adaptarse al mismo consiguiendo
    solamente objetivos "medianos" que pueden no ser suficientes para
    sostener su existencia.

    Finalmente tenemos el estilo gerencial 9 – 9 que
    Blake & Mouton denominan "gerenciamiento a través de
    equipos", donde se trata de integrar eficazmente a las personas
    con la producción. Aquí los superiores muestran
    alta preocupación e interés por la
    producción, e igualmente un fuerte interés por las
    personas.

    Los problemas aquí son discutidos profunda y de
    manera abierta entre las partes, con el propósito de
    alcanzar una mutua comprensión y lograr un amplio nivel de
    compromiso e involucramiento respecto de las conclusiones
    arribadas. Aquí el grupo
    desarrolla un interés común por el resultado del
    esfuerzo siendo de esta manera el 9.9. una teoría
    sinérgica (las personas están en el mismo bote).
    Nosotros podemos decir que esto es lo que realmente justifica la
    misma existencia del gerente ya que si no tuviera que integrar a
    las personas con las tareas y a estos con la siguiente unidad de
    análisis, no tendría sentido contar con gerentes
    dentro de una organización. Cuando un gerente nos dice a
    The Organization Development Institute International,
    Latinamerica que está teniendo problemas en integrar a sus
    recursos
    personales con los objetivos a alcanzar en la producción,
    nosotros le decimos que es un gerente afortunado ya que si no
    tuviera ni viviera ese problema no tendría él un
    trabajo, y se podría prescindir de él sin que la
    empresa tenga consecuencias negativas.

    A diferencia del enfoque 5 – 5 bajo el 9 – 9
    se busca conseguir y adoptar las mejores decisiones y soluciones al
    nivel de producción más alto posible manteniendo la
    salud de los
    participantes organizacionales. El personal que conoce lo que
    está a riesgo, es
    apoyado y recompensado apropiadamente, puede operar con un
    mínimo de dirección y control ya que ha fijado con
    anterioridad con su superior los objetivos a alcanzar que han de
    ser realistas y posibles. Bajo este enfoque el conflicto es
    funcional, es decir, ayuda al cambio, eficacia y
    desarrollo organizacional. Más bien el conflicto es la
    piedra fundamental sobre la cual se sustentan las mejoras dentro
    de la empresa, pues gatilla a la creatividad y también a
    la innovación.

    Una característica de las conclusiones de Robert
    Blake y Jane Mouton es que los enfoques situacionales de
    liderazgo y de toma de
    decisiones, no ayudan a la eficiencia corporativa. Para ello
    muestran que tanto bajo las circunstancias 9-1 o 1-9 – que
    supuestamente son aplicables bajo ciertas situaciones
    particulares dentro de la concepción de autores
    importantes como Fiedler y Vroom, se han de presentar muy
    prontamente perjuicios organizacionales que lastiman la salud y
    carrera del superior o también el desarrollo de sus
    propios subordinados. Y estas consecuencias disfuncionales no
    deben dejarse pasar ya que han de tener un impacto muy fuerte
    dañando la cultura y
    hábitos organizacionales. Por lo tanto, para Blake &
    Mouton una vez que se ha identificado un estilo de liderazgo
    gerencial 9 – 1 o el de 1 – 9, uno debe trabajar con
    estas personas para ayudarles a desplazar al estilo 9 – 9
    en lugar de aceptar que dichos extremos eran funcionales "debido
    a una situación particular".

    Ambos autores han destacado que necesidad de una serie
    de condiciones que, en la medida en que sean cumplidas o no, han
    de aumentar – o no – la probabilidad de
    alcanzar el éxito
    como consecuencia de la intervención de
    consultoría. Y destaca cuatro de ellas como las más
    relevantes:

    1. En primer lugar hay que tener en cuenta que la unidad
    de análisis a cambiar es la empresa en su conjunto, para
    lo cual se debe involucrar a todos los miembros
    organizacionales.

    2. Es necesario que aquellos que están en la
    cúspide de la organización, es decir sus más
    altos directivos, sean quienes realmente lideren el cambio e
    incluso sean también sponsors del mismo. La actitud
    positiva debe ser transmitida desde arriba hacia
    abajo.

    3. Es necesario que exista un compromiso de tipo
    personal en especial de todos aquellos que son responsables de
    los resultados que ha de alcanzar la organización. Esto
    requiere un alto nivel de involucramiento de un número
    importante de participantes organizacionales que sepan operar y
    funcionar de manera autonónoma.

    4. Implementar formas de pensamientos y creencias que
    permitan lograr un modelo
    empresarial de excelencia. Gran parte de las acciones de las
    personas está sustentada en su propio sistema de
    creencias, de modo que la tradicional relación causal
    entre estímulo y resultados debe además considerar
    a la variable interviniente "creencias" que actúa como
    fuerza
    moderadora.

    Adalberto Chiavenato ("Introducción a la Teoría General de
    la Administración"; McGraw Hill – 1995)
    destaca dos condiciones adicionales que están
    implícitas en el modelo de Blake & Mouton: Ellas
    son:

    "a) "Para cambiar una empresa es necesario ver,
    comprender y conseguir el compromiso de las personas para mejorar
    las actividades que no son lo que deberían ser". Nada de
    lo que existe actualmente en la empresa debe ser considerado la
    última palabra o la mejor manera o lla manera más
    eficiente;

    "b) "Para cambiar una empresa, es necesario que quienes
    la lideran y administran estudien la situación
    específica y operacional (como son las actividades
    identificables de markerting, producción,
    investigación y desarrollo, finanzas y
    personal), así como también lo relativo a la
    dirección de la empresa y a la revisión de los
    resultados alcanzados por esta última".

    Robert Blake y Jane Mouton como consecuencia de su larga
    trayectoria en intervenciones de cambio y desarrollo
    organizacional sugieren que para lograr el máximo de
    resultados se debe cambiar toda la cultura
    organizacional para lo cual han desarrollado una serie de
    etapas, en total 6. Cada una de las seis etapas del programa de Blake
    & Mouton da cobertura a distintos aspectos, siendo
    ellos:

    1. Se caracteriza por el desarrollo de seminarios de
      laboratorio (T-group) que involucra a la
      inmensa mayoría de los participantes organizacionales,
      comenzando por la alta dirección y tiene por objetivo
      analizar el clima y la
      cultura organizacional. Las distintas funciones importantes
      de la empresa son evaluadas por el equipo teniendo en cuenta
      las siguientes tres opciones: excelente desempeño; un regular desempeño;
      y un desempeño no-aceptable.

    2. Análisis de la matriz gerencial para que la
      gerencia
      comprenda y se familiarice con el comportamiento
      organizacional.

      Tiene que ver con el desarrollo de equipos de
      trabajo en todos los grupos y unidades de la empresa,
      comenzando por la alta dirección de la misma. Tiene
      como propósito fundamental analizar la dinámica de cómo se comporta la
      empresa.

      Todos los miembros de cada equipo realiza una
      apreciación y evaluación de la calidad y la naturaleza
      tanto de la acción del equipo e individual teniendo
      en cuenta cada uno de los cinco estilos gerenciales (1.1.,
      9.1., 1.9, 9.9, 5.5.). Se busca que cada miembro aprenda y
      conozca como otros lo ven. Se tiene en cuenta el
      fortalecimiento individual de cada uno y se establecen
      objetivos para el desempeño del equipo y de los
      participantes organizacionales, haciendo ver de manera
      asertiva, las prácticas culturas inaceptables del
      equipo como así también las acciones
      individuales no-aceptables.

    3. Se analiza el funcionamiento real de grupos o
      equipos de
      trabajo bajo la óptica de métodos de resolución de
      problemas.

      Se buscan alcanzar los siguientes resultados como
      consecuencia de poder culminar exitosamente esta
      etapa:

      a. los superiores han de llegar a comprender los
      distintos estilos de comportamiento y como ellos influyen
      sobre la movilización de las energías en las
      personas;

      b. Los distintos miembros organizacionales han de
      tener la oportunidad de estudiar, analizar, evaluar y mejorar
      la calidad de sus comportamientos como superiores en
      situaciones de trabajo puntuales;

      c. los equipos que requieren de sinergia
      para alcanzar máximos resultados tuvieron la
      opción de poder acceder a un aumento en la calidad de
      su propio trabajo en
      equipo;

      d. se tienen en cuenta todas aquellas situaciones
      donde en las relaciones entre distintos grupos es necesaria
      la cooperación y coordinación para alcanzar alta
      performance, y los que participaron en estas actividades
      tuvieron la oportunidad de practicar como llevarlo a
      cabo.

    4. Partiendo de la fase anterior se amplía el
      alcance trabajando la relación entre distintos grupos
      poniendo foco especialmente en aquellas unidades cuyo
      éxito depende en gran medida de habilidades
      colaborativas.

      Durante esta etapa se les provee a los participantes
      con los conceptos y prácticas de lógica empresarial que permita acceder
      a la empresa a un modelo de cambio de desarrollo
      sistemático (planeado) que se diferencia de otros
      modelos
      como el modelo de cambio evolutivo o el modelo de cambio
      revolucionario.

      En alguna medida se estudia la historia de
      la lógica (anterior) de la empresa para aprender como
      la organización aprendió a dirigir su rumbo
      evitando obstáculos y apreciando oportunidades a
      medida que pasaba el tiempo. Con esto los participantes
      aprenden como la lógica empresarial "anterior"
      evidencia una serie de disfunciones y distorsiones, como
      así también omisiones y perturbaciones que la
      han alejado de la excelencia empresarial. A partir de
      allí están entonces los superiores en
      desarrollar un modelo estratégico ideal, algo que
      muchos consultores más tarde llegaron a denominar bajo
      el nombre de "escenario preferido".

    5. Se establecen objetivos organizacionales para toda la
      organización bajo performance óptimas pero
      alcanzables

      Teniendo en cuenta lo aprendido del pasado en cuanto
      al escenario actual ahora se comienza a trabajar hacia el
      escenario preferido, y de una manera planificada. Se elige un
      equipo para cada centro o unidad de negocios /
      lucro, quien debe reportar al directivo más alto de la
      organización. Los distintos equipos se organizan y
      trabajan desarrollando un plan
      operativo donde su centro de negocios / utilidades es
      independiente del resto.

    6. Se implementan los cambios
    7. Se miden los cambios introducidos a la luz de los
      resultados alcanzados y se sugieren medidas
      correctivas.

    Aquí se hace uso de la crítica
    sistémica como una manera efectiva de medir los cambios y
    los progresos alcanzados. Se busca identificar los
    obstáculos que dificultan los resultados deseados y
    fortalecer la identificación de oportunidades. Los
    miembros organizacionales deben distinguir las diferencias entre
    la historia y el desarrollo hacia el futuro, entre lo que
    hacían antes y lo que hacen ahora de diferente. Se da por
    hecho que han de surgir nuevos desafíos y se estimula a
    los participantes a tenerlos en cuenta, de modo de no archivar
    inequívocamente todas las mejoras introducidas.

    Robert Blake & Jane Mouton han mostrado una vasta
    evidencia empírica donde las organizaciones han sido
    más efectivas y al mismo tiempo el grupo gerencial ha
    tenido una exitosa carrera laboral como
    resultado de la implementación de su modelo de
    organización matricial. Es posible que los cambios en el
    contexto de las empresas que se han suscitado muy fuertemente y
    en especial en los últimos años del siglo pasado,
    con el advenimiento de la organización virtual requiera
    realizar algunas adaptaciones ha este modelo que ha sido tan
    exitoso tanto a nivel individual como organizacional (Eric Gaynor
    – Congreso de Desarrollo Organizacional, Buenos Aires,
    Argentina, 1997).

    Robert Blake y Jane Mouton sugieren la existencia de
    tres clases de estrategias a
    seguir, en relación con el cambio y desarrollo
    organizacional. La primera de ellas recibe el nombre de Cambio
    evolutivo que se caracteriza por el hecho de que se produce un
    cambio de una acción hacia otra que la reemplaza, pero el
    cambio no es realmente significativo y por lo general no altera
    el statu quo vigente. Los cambios de este tipo son más
    bien lentos y por lo general cuando son introducidos en el mejor
    de los casos se llega a restaurar un modo operativo anterior,
    pero no se llega a superarlo.

    En cambio el tipo de cambio
    revolucionario (segunda modalidad según los autores)
    implica cambios en las acciones que modifica y altera el statu
    quo actual y se caracteriza por ser abrupto, rápido y
    hasta violento, alterando las expectativas y previsiones de los
    miembros organizacionales y dando lugar a una serie de nuevas y
    distintivas expectativas.

    El tercer modo de cambio es denominado "desarrollo
    sistemático" que se caracteriza por distinguirse de los
    otros dos modelos puesto que la dirección de la empresa se
    dedica a planear y diseñar un modelo explícito que
    es distinto del actual, donde aquellos cuyas acciones se van a
    ver modificadas participan en los procesos de
    cambio.

    Esta consideración hacia las ideas, pensamientos,
    creencias y sentimientos de otros ha de permitir contar con un
    abanico más rico de opciones en cuanto a los cambios y
    también ha de facilitar la propia implementación de
    los cambios al reducir las naturales resistencias
    existentes.

    El modelo de cambio y desarrollo organizacional de
    Robert Blake y Jane Mouton tiene fortalezas muy sólidas.
    Es potenciado por su fuerte estructura en
    cuanto a integrar eficazmente las distintas unidades de
    análisis: el individuo, el
    grupo (junto con las relaciones inter-grupales) y la
    organización.

    Muchas grandes corporaciones se han visto beneficiadas
    con este modelo de desarrollo organizacional y quizás una
    única salvedad, teniendo en cuenta la alta competitividad
    que caracteriza al mundo de los negocios de hoy en día,
    tenga que ver con que implica un esfuerzo importante tanto en
    términos de tiempo como recursos. Posiblemente el
    desafío de los consultores y practitioners en el futuro
    tenga mucho que ver con como pueden modificarlo ante el nuevo
    escenario de globalización.

    MATERIAL ANEXO

    Según Eric Gaynor Butterfield (Taller de
    Marketing y Warketing – Ecuador, 2005 ya citado), estos son
    los perfiles de las cuatro orientaciones:

    1. The internal challenger: this kina of competidor
    establishes objectives and attacks them on the basis of his own
    strengths and resources. He is continually measuring and
    marshalling the power and mobility that he can generate in the
    marketplace through the full and efficient use of all of his
    resources, human, financial, technological and material. He sets
    high standards in all of areas and aspects of his business or
    service, and goes to great pains to maintain them. Usually this
    competitor operates with a very well trained and organized
    personnel structure that is constantly questioning and updating
    their outlook as a way to "stay out in front". As a rule his
    objectives are set up on mid to long range terms. These
    organizations and institutions are usually accustomed to the
    mentality of being "market pace-setters".

    2. The internal defender: This competitor generates
    activity through a continuous campaign to strengthen and / or
    rectify weaknesses within his own organization or institution.
    Usually he is dissatisfied with the results that are being
    obtained and is fully convinced that he will have to carry out
    modifications, adjustments, and in some cases, major overhauls
    regarding his operational capacity. He is continually comparing
    himself with other competitors in the market place in order to be
    able to correct those areas and practices within his organization
    that tend to produce disadvantageous situations and negative
    results. Generally, this competitor also works within a framework
    of mid or long range objectives. The mentality of this type of
    organization or institution many times has to go though a
    fundamental change when its success transforms it from a
    "follower" into a "pace-setter".

    3. The external defender: Here we have a competitor who
    positions his objectives and actions according to what is
    happening in the market place. He attacks where he perceives a
    competitive weakness and is completely oriented towards reacting
    to competitor activity. Since his operational capacity is
    generally a "reflection" of what is going on in his competitive
    league, and essentially being a "follower", his objective
    lead-times are usually mid to short term depending on his
    flexibility and velocity to adapt to new situations. Generally,
    this kind of competitor likes to stay down in the "pack" and take
    advantage of specific situations that have already been opened up
    by someone else.

    4. The external challenger: This type of competitor is
    also reaction oriented or moving towards opportunities that he
    perceives as advantageous on-the-spot openings. He is only
    interested in quick high-gain results over short or extremely
    short lead times. His planning is directed towards a low profile
    detection system to pick out his targets when they appear over
    the horizon. His operational capacity rests on a very highly
    concentrated power to employ and organize the efforts of others
    on very short notice. He continually tries to take advantage of
    external situations such as changes in commercial dynamics,
    financial and economic activity, raw material supply and demand,
    technological booms, social and political scenarios, etc. His
    mentality is solidly based on the concept of always trying for a
    "home run".

    Muchas gracias por compartir.

     

    Eric Gaynor Butterfield – RODP

    Presidente: The Organization Development Institute
    International, Latin America

    Board member of The Organization Development Institute
    – Worldwide

    www.theodinstitute.org

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