Monografias.com > Estudio Social
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

El poder como prehensión. Superficies de ensamblaje y producción de dividuos



     

     

     

     

    ABSTRACT

    Reflexionar sobre el poder, en la actualidad, supone,
    inevitablemente, tomar como punto de partida los análisis foucaltianos y
    examinar la lógica del panoptismo.
    Lógica cuyo horizonte es la producción de almas o
    subjetividades. Dar cuenta de ese proceso es explicitar la
    acción de las relaciones
    de poder. No obstante, el conjunto de prácticas y materiales que dieron sentido
    a esa lógica se ha desvanecido o transformado en nuestro
    momento epocal. Vivimos en un tiempo en el que el encierro
    es sustituido por el tránsito permanente por diversas
    instituciones, y el control toma el relevo de la
    disciplina. En tal horizonte
    se dibujan otras lógicas para el poder. En ellas, por
    ejemplo, el objeto mismo, los objetos que ahora pueblan nuestra
    cotidianidad, con su materialidad, permite y contiene el acto o
    ejercicio mismo de poder. Objeto y operación se confunden.
    En este texto argüiremos que
    frente a los modelos que proporciona la
    lógica del panoptismo, ahora, resulta posible definir una
    lógica diferente: la del ejercicio de poder como
    prehensión. El objetivo fundamental de
    éste ya no es producir individuos sino superficies de
    ensamblaje y dividuos. Este ejercicio, a su vez, permite una
    redefinición de la noción de ?lo social? que
    habitualmente manejamos.

    ¿Qué es el poder? ¿Cuál es la
    esencia del poder? Esta pregunta podría conducir a preguntar
    por la estructura política de una sociedad, por la forma de
    estado que se da, por el
    régimen de gobierno que se otorga. Inclusive
    se podrían radicalizar estas cuestiones. Y preguntar en
    consecuencia por la estructura política de La Sociedad, por
    la esfera de Lo Político. Podría llegar a preguntarse
    incluso por la dimensión política del hombre, por eso que en todo
    hombre hay, como posibilidad o como efectividad, de afán, de
    apetito y de virtualidad política. La pregunta por el poder
    pregunta obviamente por estas cosas, si bien de manera
    implícita, porque en esencia pregunta por otra cosa,
    a partir de la cual esas preguntas son necesariamente derivadas. Se pregunta […] por
    lo que hace que el poder sea.

    E. Trías

    Palabras clave:

     · cibersociedad

     · estudios ciencia-tecnología-sociedad

     · sociedad de la
    información

     · sociedad del
    conocimiento

     · tics

     

    1. Introducción: hacia
    nuevas anatomías de poder

    Permítasenos comenzar este texto con dos noticias de prensa y un fragmento de la
    publicidad de una universidad virtual.

    "La Generalitat de Catalunya está ultimando con la
    fiscalía un acuerdo para
    entregar a las mujeres que hayan sido maltratadas por sus parejas
    una pulsera con alarma, similar a la que ya utilizan algunos
    enfermos crónicos y personas mayores. La iniciativa es
    pionera en España. La pulsera sólo
    se activará por la noche y se entregará a aquellas
    mujeres para las que el juez haya decretado la vigilancia
    obligatoria por malos tratos" (1)

    "La metodología que utiliza la
    Universitat Oberta de Catalunya requiere que todos los miembros
    de la comunidad académica
    -estudiantes y profesores- tengan acceso a un ordenador personal conectado al Campus
    Virtual de la UOC vía red telefónica. El Campus Virtual puede
    definirse como el conjunto de funciones que hacen posible la
    interacción entre los
    diferentes grupos que componen la
    Universidad (estudiantes, profesores y personal administrativo)
    sin la necesidad de que coincidan en el tiempo y el espacio.
    Estudiar en casa no significa que el estudiante de la UOC
    esté desconectado de lo que ocurre en la universidad. Los
    estudiantes de la UOC pueden tener conversaciones sobre
    cuestiones cotidianas tal y como las tienen los estudiantes de
    otras universidades; pueden consultar libros disponibles en la UOC o
    en otras universidades en Cataluña; pueden dirigirse a
    espacios con Noticias y consultar periódicos; o pueden
    demandar ayuda a los profesores para solventar cualquier tipo de
    duda. Este estrecho y constante contacto garantiza la atención y la motivación continua que
    exige la educación a distancia. A
    través del correo electrónico pueden
    estar en contacto con sus tutores y consejeros, participar en
    discusiones con sus compañeros o desempeñar sus
    responsabilidades académicas" (2)

    "Los hospitales que atienden pacientes
    psiquiátricos firmaron ayer un acuerdo con el Ministerio de
    Sanidad que permitirá su reconversión en cinco
    años. El interés de tal acuerdo
    reside en que los hospitales podrán atender más
    pacientes como departamentos y servicios de urgencias para
    pacientes-externos, esto evitará los internamientos
    prolongados" (3)

     

    Tres proyectos. Tres ámbitos de
    ordenamiento social: salud, educación y organización policial/penal.
    Y tres ejemplos, también, de cambio en las soluciones ofrecidas a los
    problemas relativos al orden
    social. En el primer caso se evita recluir en una prisión a
    un esposo peligroso o en una institución para mujeres
    maltratadas a una posible víctima de violencia marital. Ambos,
    agresor y víctima, permanecen en movimiento, bajo un control
    abierto y prácticamente continuo. En el segundo caso se
    muestra la posibilidad de
    poner en marcha un proceso de enseñanza-aprendizaje sin que sea menester
    someter a los rigores de un mismo marco espacio-temporal a sus
    participantes. El edificio institucional pierde relevancia,
    estudiantes, profesores y trabajadores de servicios deambulan por
    un entorno virtual, según sus propios horarios y desde los
    lugares más variopintos, sin que tal cosa, sin embargo,
    implique un nefasto desencuentro. Se refuerza la
    sensación de libertad de los participantes
    en la experiencia. La experiencia de detentar mayor responsabilidad y control. En
    el tercer caso, finalmente, se reitera la tendencia a limitar los
    encierros. El hospital psiquiátrico, otrora
    edificio-símbolo de la creencia de que hay circunstancias
    que hacen inevitable la reclusión, se convierte
    paulatinamente en un lugar de tránsito, pasar por él,
    pero no permanecen en él, se limita su función a la urgencia, a lo
    excepcional. Superficie de tránsito antes que espacio de
    inscripción (4).

    Tres ejemplos, en definitiva, de un proceso más
    general que algunos llaman desinstitucionalización. En otro
    sitio (5), hemos hablado, no obstante, de
    proliferación de extituciones. En ellas, el control
    abierto y continuo sería una de sus características
    definitorias. Si bien los microejercicios o microdispositivos que
    son tales extituciones exhiben variaciones, peculiaridades y una
    idiosincrasia propia en cada caso particular – la noción
    recoge ordenaciones como el proyecto genoma humano, las
    universidades virtuales, el control de presos y mujeres
    amenazadas, el desencierro de enfermos mentales…- también
    muestran una serie de rasgos comunes: a) se asienta en planos que
    fluctúan; b) esto genera relaciones flotantes y variables; c) que permiten
    hablar de una socialidad fluctuante; d) en la que el vínculo
    social es básicamente preformativo; e) y, por tanto,
    observamos formaciones sociales preñadas de movimiento; f)
    en las que se dibuja una globalidad borrosa, mal definida,
    precaria pero siempre perceptible; g) y que permite entender
    cómo tales ordernaciones son una suerte de dispositivos de
    captura. Pues bien, de estas actualizaciones o concreciones se
    puede extraer un diagrama general inmanente que
    caracterice el presente. ¿Qué rasgo distintivo
    tendría? Deleuze lo apunta en su reflexión sobre
    el trabajo de Foucault.

    "A veces se ha creído que Foucault trazaba el
    cuadro de las sociedades modernas como otros
    tantos dispositivos disciplinarios, por oposición a los
    viejos dispositivos de la soberanía. Pero no hay
    nada de eso: las disciplinas descritas por Foucault son la
    historia de lo que poco a poco
    dejamos de ser, y nuestra actualidad se dibuja en disposiciones
    de control abierto y continuo, disposiciones muy
    diferentes de las recientes disciplinas cerradas."
    (6)

     

    Efectivamente, la misma proliferación de
    establecimientos disciplinarios no significó, en su momento,
    la implantación de un proceso de encierro generalizado que
    hubiera estado condenado al fracaso de antemano:

    "Mientras que por una parte, se multiplican los
    establecimientos de disciplina, sus mecanismos tienen cierta
    tendencia a "desinstitucionalizarse", a salir de las fortalezas
    cerradas en que funcionaban y a circular en estado "libre"; las
    disciplinas masivas y compactas se descomponen en procedimientos flexibles de
    control, que se pueden transferir y adaptar."
    (7)

    El "panoptismo" es sólo un esquema de
    comprensión. Un heurístico, si se desea. Ni excluye la
    aparición y proliferación de otras formaciones sociales
    ni soslaya el conocimiento del permanente
    cambio de nuestra realidad. Es sencillamente "una" ontología posible del
    presente. Una manera de mirar. Otras pueden ocupar su lugar. Por
    ejemplo, el control abierto y continuo.

    "Control abierto y continuo". La expresión debe ser
    completa puesto que existen muchos dispositivos de control
    descritos. Es más, la propia disciplina es una modalidad del
    control. Lo importante en la nueva expresión es la segunda
    parte: abierto y continuo. Refiere una "circulación en
    estado libre", "procedimientos flexibles de control", variables,
    cambiantes, sorprendentes… Los ejemplos con los que abría
    este apartado ilustran la importancia creciente de valores como la apertura, la
    circulación libre, la flexibilidad…

    "Una clase tradicional es más
    o menos estable porque reúne un número determinado de
    personas en un lugar concreto; construida con
    materiales sólidos, como la escuela, es una institución,
    mientras que si es virtual, fluctúa su figura espacial y el
    número de personas que reúne, de tal manera que su
    plan, siempre diferente, es el
    mismo a pesar de todo: es como el velero de Teseo, estable pero
    siempre nuevo." (8)

     

    No estamos ante ejemplos de
    desinstitucionalización. El fenómeno es más amplio
    y básico. O sea, la extitución no excluye la
    proliferación de fenómenos de
    institucionalización-desinstitucionalización en su
    interior. Sencillamente los desborda. Es un plano más
    general que proporciona sentido a éstos. La extitución
    transforma la institución, no la elimina, ni tan siquiera
    requiere elaborar su crítica. Digámoslo
    con otras palabras: lo extitucional es como una nueva
    dimensión, un volumen nuevo y sorprendente para
    lo institucional. En el nuevo plano, la vieja institución
    pierde valor y fuerza, relaja su
    interés, empieza a diluirse como productora de
    sociedad.

    Retengamos un rasgo de la extitución. Estás
    dentro o fuera de una clase tradicional, tal diferenciación,
    no obstante, carece de sentido en una clase virtual. En tanto que
    extitución, una universidad virtual opera como red, sin
    interioridad ni exteriotidad. La extitución es un puro
    límite, compuesto de elementos que pueden conectarse o no.
    Una superficie imposible de geometrizar. Es una amalgama de
    conexiones y asociaciones cambiantes. Una multiplicidad. Su
    materia son las posiciones,
    los vecindarios, las proximidades, las distancias, adherencias o
    acumulaciones de relaciones. A diferencia de lo que ocurre en la
    institución, dispositivo que combate el nomadismo, la
    extitución se caracteriza por la potenciación del
    movimiento y el desplazamiento. No más encierro, no más
    reclusión, el control abierto y continuo permite que el
    movimiento deje de ser un problema.

    Y en esa multiplicidad los objetos juegan un papel
    fundamental. Generan conexiones y relaciones, posibilitan el
    control abierto y continuo. En el objeto mismo, en su
    materialidad, reside el acto o ejercicio de poder. Objeto y
    operación se confunden. De esa confusión nacen otras
    formas de conceptualizar el poder. En este texto argüiremos
    que frente a los modelos que proporciona la lógica del
    panóptismo, en nuestro presente, resulta posible definir una
    lógica diferente: la del ejercicio de poder como
    prehensión (9).

     

    2. El poder como
    prehensión

    Un cuarto ejemplo: la psicología. Su desarrollo como técnica
    científica. Rose (10) insiste en un detalle que no
    debemos pasar por alto. Sus primeras tecnologías de
    visualización e inscripción de diferencias humanas
    operan sobre el cuerpo, de hecho, contribuyen a constituirlo como
    superficie de mirada y evaluación médica.
    (11) Pero progresivamente se abandonan los estudios
    antropomórficos ante su poca capacidad para comprender las
    peculiaridades del alma. Se hace evidente que hay
    otras características humanas que ni están ni pueden
    inscribirse en el cuerpo:

    "Los tests psicológicos fueron un medio para
    visualizar, disciplinar e inscribir la diferencia, que no
    descansaba en la superficie del cuerpo en tanto que diagnóstico intermediario
    entre la conducta y la psique."
    (12)

     

    Las instituciones de encierro, paradójicamente,
    determinantes en la elaboración del cuerpo-tejido que
    alberga el alma, dejan de ser espacios privilegiados para el
    ejercicio del poder. Efectivamente, gracias a procedimientos como
    los tests de inteligencia o las escalas de
    desarrollo:

    "[…] ya no es necesario reunir personas en amplias
    instituciones y observarlas durante largos períodos de
    tiempo para descubrir si manifiestan características de
    comportamiento evaluativamente
    significativas. La codificación, la
    matematización y estandarización convierten el test en un mini-laboratorio para la
    inscripción de la diferencia." (13)

     

    Esta reflexión evoca inmediatamente la imagen del objeto científico
    como material del poder. Dominio de los centros de
    cálculo. Lugares a los
    que llegan y desde los que parten móviles inmutables, fluir
    continuo entre centro y periferia. Como se puede inferir, en el
    caso del test es el propio centro el que se desplaza sin pausa,
    de un sitio a otro, de una posición a la siguiente. Ya no
    hay centros y periferias, sino multitud de centros, en
    movimiento. El individuo, su alma, no se crea
    en ningún espacio privilegiado. Éste, sencillamente es
    prendido por el test. Sus preguntas lo traducen, lo codifican, lo
    almacenan y preservan en bases de datos. Lo articulan con
    otros individuos traducidos. A partir de esa conexión se
    generan promedios, entidades hasta insospechadas, figuras que
    habitan en el espacio de la base de datos y en él
    adquieren su pleno sentido. El alma empieza a dejar de ser un
    problema. Se vuelve mucho más preocupante cómo
    localizar el individuo y prenderlo. Ni siquiera es demasiado
    relevante la veracidad de tales respuestas. Lo realmente crucial
    es que existan. Que engorden las bases de datos y que produzcan
    codificación. Importante imagen que cuestiona la pertinencia
    de pensar el ejercicio de poder a partir de la metáfora que
    proporciona el panoptismo (14). Las prácticas
    de inscripción pierden fuerza. Si las instituciones han
    dejado de ser establecimientos centrales, ¿por qué
    debemos suponer que las prácticas que implicaban
    continúan siendo importantes? En las sociedades de control
    abierto y continuo la inscripción deja de ser un mecanismo
    privilegiado para el ejercicio del poder. La producción
    de individuos ya no es el problema o resultado principal.
    Empiezan a aparecer los dividuos y las superficies de
    ensamblaje
    .

    Volvamos a los tres primeros ejemplos. Una pulsera en la
    muñeca de una mujer maltratada. Ese artefacto
    técnico, ese objeto, la conecta con un enorme dispositivo de
    vigilancia policial. De hecho, la convierte en un flujo de datos
    que registra todos sus movimientos y genera las trayectorias de
    su desplazamiento. La codifica. Es una secuencia más en la
    enorme base de datos del Ministerio del Interior y una
    trayectoria en el Centro de Control de su ciudad. La mujer está prehendida.
    Por el sistema de vigilancia y gracias a
    la pulsera. La pulsera la incorpora a una entidad mayor. Recibe
    sus potencialidades. El acto mismo de colocárselo es
    curiosamente un acontecimiento que conecta dos multiplicidades.
    Por un lado tenemos la problemática de la persona maltratada, su
    perseguidor, sus desplazamientos, sus familiares, sus miedos… Y
    por el otro el aparato de vigilancia. Ese acontecimiento abre una
    superficie novedosa. En ella reside de hecho la conexión
    misma de ambas multiplicidades. Me refiero a la entidad completa
    mujer+pulsera, con toda su potencialidad desplegada. La podemos
    denominar híbrido o cyborg, recogiendo una noción que
    ya hemos analizado. Insisto, la mujer está prehendida. Ha
    aparecido una nueva figura. Pero, en ningún momento, ni la
    mujer ni la pulsera han perdido su singularidad. Juntas devienen
    una superficie de ensamblaje. Una entidad que produce flujos de
    datos, que se transcriben, fotocopian, archivan, etc. Pero que no
    genera o construye almas. Ese no es su objetivo. La posibilidad
    de ensamblar el cuerpo humano con mecanismos
    diversos ya no descansa en procedimientos disciplinarios. Ya no
    tenemos ni tiempo ni espacio para disciplinar un cuerpo que no
    cesa de moverse, un cuerpo que siempre está en movimiento.
    El ensamblaje se torna responsabilidad de los objetos
    técnicos. En el segundo ejemplo contemplamos el
    funcionamiento de una universidad virtual. Existe un campus, es
    una simulación. Habita en el
    ciberespacio. Los miembros de la comunidad universitaria
    comparten un rasgo, el equipamiento que utilizan para conectarse
    a éste. Están prehendidos por esa simulación o
    dimensión virtual. Se exige su participación, una
    conexión constante. Se aspira a instaurar un régimen de
    máxima socialidad. La simulación identifica los
    miembros de la comunidad a partir de su
    password.

    En el control nunca hay un punto final o de llegada,
    siempre arrancamos desde un punto medio y no existe un "telos"
    concreto que guíe su ejercicio. Éste siempre se ejerce
    a corto plazo, es puntual, continuo e ilimitado. Lo más
    interesante del control reside en que no pretende crear sujetos,
    sólo modularlos. No hay individuación respecto a la
    masa ni marca estigmatizante, sólo
    se cifra para determinar ciertas posibilidades de acceso a la
    información y, por tanto, de
    movimiento. Se establece trayectoria antes que sujeción. No
    es ficción científica pensar en un dispositivo de
    control capaz de proporcionar en cada instante la posición
    de un elemento en un medio simulado. En este punto, las bases de
    datos son tan relevantes como el password puesto que
    señalan la posición, lícita o ilícita, y
    determinan la modulación. Las
    universidades virtuales se aproximan a este modelo. El tercer ejemplo
    muestra pacientes psiquiátricos recibiendo tratamiento y
    atención en sus hogares, en sus entornos familiares, en sus
    trabajos, en sus comunidades y barrios. Un equipo de monitores los visitan.
    Controlan su medicación, registran sus actitudes, las opiniones de
    vecinos, amigos y familiares. Esos registros se transcriben y
    archivan. Diversos especialistas los supervisan. El paciente
    ahora tiene un carné que le permite acudir al centro
    hospitalario que más le apetece o que tiene más a mano.
    Su historial está registrado en ese carné. Su historial
    circula por la red. Se mueve de hospital en hospital, del centro
    de asistencia social va a su ayuntamiento, de éste a su
    centro de trabajo protegido… El
    paciente está prehendido. El monitor, el carné, los
    fármacos… lo incorporan en una trama de monitores,
    instituciones, especialistas y saberes que sólo le exigen
    que esté localizable. Que sólo le piden un registro de sus
    movimientos.

    Nuevos microejercicios de poder. Una nueva anatomía para la vigilancia. Asentada
    en el movimiento, no requiere visibilidad y trasciende las
    barreras físicas. Se basa en la gestión del primero. El
    password permite la localización permanente de su
    trayectoria y la gestión de su trazado. Trasciende el
    tiempo, lo que puede observarse especialmente en la capacidad de
    almacenamiento y
    recuperación de información de las bases de datos que
    conforman estas nuevas formas sociales. Foucault mostró que
    la disciplina es básicamente un arte del cuerpo. La nueva
    microfísica del poder habla de una vigilancia que opera por
    control abierto y continuo. "Dejar hacer", permitir el movimiento
    continuo. Cuanto mayor sea el movimiento del usuario, mayor la
    probabilidad de marcar y
    predecir su trayectoria. Los individuos ya no son conscientes de
    ésta puesto que no están encerrados, no participan en
    la danza de agon,
    sencillamente están prehendidos. De hecho, en rigor, ni
    siquiera son, somos, individuos, la prehensión nos
    transforma en dividuos.

    Es el momento de definir con más detalle la
    noción de prehensión, especialmente en su relación
    con el ejercicio del poder.

    En el acto de prehender una entidad comunica, transfiere
    su virtud a otra. Es decir dona su potencia. La prehensión es
    algo así como una potencialidad de captura. Gracias a
    ésta distintas entidades quedan subordinadas, conectadas y
    coordinadas en otra. La prehensión afecta a la entidad
    prehensora y a la prehendida. Ambas constituyen un nuevo plano o
    unidad. Utilizando otro vocablo de Whitehead podemos decir que
    aparece un "aunamiento" (15). La mujer maltratada+la
    pulsera, en rigor, es un aunamiento antes que un híbrido o
    un cyborg. ¿Por qué? Porque la propuesta de Whitehead
    recoge antes una transformación incorporal que una
    configuración o transformación física. El efecto de un acontecer. El
    aunamiento no señala una mezcla física, determinable y
    concreta. Recoge la cualidad que aparece cuando la pulsera es
    colgada en la mano de la mujer. O sea, se instala en esa tercera
    dimensión que es el acontecimiento y que conecta un cuerpo
    con un objeto. Y lo que es todavía más importante, el
    aunamiento muestra que en la prehensión ninguna de las
    entidades prehendidas sufre por definición un proceso de
    constitución de identidad. No hay
    generación de almas o producción de individualidad.
    Puede aparecer, por supuesto, pero como efecto derivado e incluso
    azaroso.

    Así como en la lógica del panoptismo se aspira
    a determinar completamente los movimientos del otro, la
    prehensión sólo pretender incorporar, capturar,
    comunicar una potencia. Prehender no es representar o encerrar.
    Tampoco inscribir o pertenecer. Es, justamente, aunar. Conectar.
    Producir una superficie de ensamblaje sin desplegar un proceso
    que altere la singularidad o particularidad de lo prehendido. Esa
    superficie de ensamblaje aparece con la apertura del
    acontecimiento. Cerrada la pulsera sobre la muñeca de la
    mujer maltratada existe el ensamblaje; y ahora podemos hablar de
    semejante superficie, sólo ahora. Activado el ordenador
    somos prehendidos por el ciberespacio. Portar el carné,
    recibir al monitor o tomar la dosis de fármacos prescrita
    nos ensambla al sistema sanitario.

    En suma, el aunamiento es el producto de una
    prehensión, varias entidades prehendidas. Su principal
    cualidad es la no alteración de la singularidad o
    especificidad de éstas. Marca una superficie de ensamblaje,
    la potencia para conectar otras entidades, para que persista el
    movimiento de prehensión.

    Pero ¿qué es concretamente el poder en este
    modelo? La generación de superficies de ensamblaje. La
    capacidad de producirlas. El modelo del panoptismo exige la
    noción de libertad para definir el poder. Ahora bien, se
    genera una paradoja en la medida en que el objetivo máximo
    es la constitución de un individuo. Un substrato último
    completamente previsible y determinado. Alcanzado tal horizonte
    se entra en el terreno de la dominación: anulación de
    la necesidad de libertad o producción de novedad. Sin
    embargo, el poder en tanto que prehensión soslaya esa
    paradoja. Su problema es el movimiento y la conectividad, no la
    inscripción, y permite la máxima capacidad de
    decisión y libertad en las entidades prehendidas puesto que
    preserva su singularidad.

    Ahora, no obstante, el objeto y la operación se
    confunden. El poder se despliega y ejerce en la acción misma
    de lo objetual. El objeto es el epicentro del microejercicio de
    poder. Él es la conectividad.

     

    3. Superficies de ensamblaje
    y producción de dividuos

    El producto de la prehensión es una superficie de
    ensamblaje. Un aunamiento. Mujer+pulsera es una entidad que
    permite su conexión con otras entidades. "Mujer" no
    recibirá una acción directa e inmediata sobre su
    cuerpo. No será sometida a ningún arte corporal,
    carencia absoluta de disciplina. Constituirle un alma no es
    importante, reiteramos. Si embargo, en la prehensión su
    cuerpo es abstraído. Arrancado de su territorio (16)
    y contexto habitual de movimiento y despliegue. Es traducido a
    flujos discretos. Corrientes de datos que llegan a la central
    policial. En ella son reensamblados y constituidos como nuevas
    entidades analizables desde otras perspectivas y sobre todo
    objeto de intervención – elaboración de estadísticas,
    comparaciones… Los reensamblajes se conectan con otras
    entidades, en otros contextos, en definitiva, pasan a formar
    parte de otras prehensiones. Así, el grafico que recoge el
    movimiento de una mujer con pulsera puede ser insertado en el
    campus de una universidad virtual y analizado por sus
    estudiantes, y los resultados determinar, por ejemplo, el
    tratamiento psicológico de otras mujeres maltratadas, la
    visita y asistencia por parte de trabajadores/as sociales,
    etc.

    En la prehensión, "mujer" es registrada, cortada y
    exportada a otros dominios. El resultado es una suerte de cuerpo
    des-corporizado, un dato de pura virtualidad. El acto de
    prehender ha generado una interfaz de tecnología y carne que
    se compone de esas superficies de contacto entre el orden
    orgánico e inorgánico, entre formas de vida y
    páginas de información, o entre partes y órganos
    del cuerpo y sistemas de entrada y
    proyección (pantallas, teclados…). Los "aunamientos"
    así producidos permiten el registro y la reconstrucción
    de los hábitos de la persona, preferencias, formas de vida,
    movimiento… Se generan, del mismo modo, datos y registros que
    escapan a nuestro rango habitual de percepción. La superficie de
    ensamblaje generada descansa en una tecnología que hace y
    registra observaciones discretas, y establece un continuum
    máquina-humano. En su interior el cuerpo deja de ser una
    unidad simple que puede moldearse, castigarse o controlarse para
    transformarse en un flujo. Que circula, que posee
    motilidad.

    En todos los ejemplos mencionados podría sostenerse
    que la vigilancia es un fenómeno que arranca con la
    creación de un espacio de comparación y con la
    introducción de rupturas en los flujos que emanan y circulan
    en el cuerpo. Verbigracia, la fotografía captura flujos de
    luces y sombras reflejadas, las drogas estrían los
    flujos químicos y los detectores de mentiras comparan flujos
    de respiración, pulso y
    movimientos eléctricos. El cuerpo se convierte en un
    ensamblaje de miríadas de componentes y procesos que son inscritos y
    canalizados para el registro y la observación. Flujos de
    carne-información. Ahora ya no se trata tanto de recolocar o
    reubicar el cuerpo para modelar una individualidad como de
    convertirlo en pura información, de tal manera que sea
    más móvil y comparable. Divisible. Se trata de
    establecer regímenes de dividuación

    La clave de la prehensión reside en el objeto. En
    las soluciones técnicas. Éstas parecen
    relacionarse antes con una gestión del acontecimiento que no
    con un gobierno del alma. Si hay una solución técnica,
    un objeto barato, rápido, seguro, que produzca amplias
    superficies de ensamblaje es preferible a la creación de
    individuos. Insistiré una vez más: la solución
    técnica produce dividuos.

    Un apunte sobre los objetos virtuales. Constituyen en
    sí mismo prehensiones modélicas puesto que implican a
    multitud de personas y entidades no humanas inmediatamente. Las
    recogen en un único aunamiento. Es el caso, por ejemplo, de
    las enfermedades infecciosas. Su
    acción prehende poblaciones enteras. En ella se transmite la
    potencialidad de la enfermedad a verdaderas multitudes, personas,
    animales, vegetales, virus, retrovirus, bacterias… Pero esa
    transmisión altera también los hábitos del sujeto
    y reconfigura ordenaciones sociales como el mercado económico o la
    actividad política. En definitiva, los objetos virtuales
    producen aunamientos que pueden alcanzar la dimensión de un
    mundo. Establecen superficies de ensamblaje en las que
    prácticamente cualquier cosa o persona estará
    conectada.

    La pregunta abierta por el modelo de la prehensión
    no tiene nada que ver con la constitución del yo y sus
    modalidades. El interrogante que propone hace referencia a la
    conexión entre humanos y humanos, objetos, fuerzas,
    procedimientos, las conexiones que se hacen posible, los
    devenires y capacidades engendradas, las posibilidades
    cerradas… La subjetividad deja paso a la potencia que
    adquiere un ser humano, a su capacidad de afectar y ser afectado,
    en dispositivo o superficies de ensamblaje concretas
    . Tal
    capacidad no es una propiedad de la carne, del
    cuerpo, de la psique, de la mente o del alma. Es algo cambiante,
    producto o propiedad de una cadena de conexiones entre
    órganos y objetos o artefactos, con otros seres humanos o
    espacios y situaciones. Pero el tema tampoco implica un retorno
    al cuerpo o un énfasis especial en la carne.

    "Debemos abandonar de una vez por todas esta
    "carnalidad" del cuerpo. "El cuerpo" está menos unificado,
    es menos material de lo que habitualmente pensamos. Quizás
    no existe tal cosa denominada – el cuerpo – : un
    recipiente limitado que contiene en sus profundidades un conjunto
    de leyes y operaciones. No tratamos, al
    menos en el tipo de investigaciones expuestas
    aquí, con cuerpos sino con conexiones establecidas entre
    superficies particulares, fuerzas y energías. Más que
    hablar del "cuerpo", necesitamos analizar cómo un
    régimen particular de corporidad se produce, la
    canalización de sus procesos, órganos, flujos,
    conexiones, la relación de un aspecto con otro. En lugar del
    "cuerpo", por tanto, tenemos series de posibles máquinas, ensamblajes, con
    varias dimensiones, de humanos con otros elementos y
    materiales…" (17)

    Las superficies de ensamblaje desbordan el ser humano.
    Se extienden más allá de su piel, de su ubicación
    espacial y de sus sentidos. De hecho, lo sitúan en un
    acontecimiento y lo definen a partir de su conectividad. En ellas
    no se trata de conocer un individuo, de esclarecer su pensamiento o de describir su
    subjetividad, ni se trata tampoco de conocer que connota o
    representa, tan sólo se insiste en saber con qué
    funciona, con qué se conecta, en qué multiplicidades se
    implica, con qué otras ensambla. No estamos, de todas
    formas, ante la reedición del análisis de una semántica oculta o
    escondida, sino más bien ante la necesidad de cartografiar
    conexiones superficiales, asociaciones y actividades derivadas.
    El tema es el ser-ensamblado-junto o
    ser-ensamblado-con. Sus condiciones de posibilidad y
    suficiencia. En definitiva, el problema que nos ocupa es
    describir la lógica de la prehensión.

     

    4. Conclusión: Vigencia
    de Spinoza en la definición de lo social

    Cualquier referencia canónica a la temática
    del poder suele dedicar un apartado a la figura de Hobbes. Mas hablar de este
    autor es traer a colación a otro: a Spinoza. No suele ser
    reconocido tal evento ni afirmada la importancia de este
    último en la definición de nuestro presente. No
    obstante, el poder como prehensión nos devuelve directamente
    a su pensamiento…

    La obra de Hobbes es una convulsión. ¡No!,
    ¡no!, ¡no!… afirma una y otra vez. Su primera
    propuesta es que "eso no es así". Las cosas no se definen
    por una esencia oculta, lo hacen a partir de una potencia. De ese
    modo, el derecho natural, el derecho de
    un animal, de un hombre-mujer, de algo, sea lo que sea, es todo
    lo que ese algo puede. El derecho natural deja de prescribir
    series de reglas y acciones permitidas en nombre
    de la esencia. Ahora está permitido todo lo que se puede.
    Pero ¿adónde quiere ir a parar Hobbes? Siempre se ha
    sabido que el animal más fuerte se come al débil, el
    grande al pequeño. Pues bien, su objetivo es lo social.
    Establecer una distinción entre el estado de naturaleza y el social.
    Teóricamente, el primero precede al segundo. En este
    último existen restricciones y prohibiciones. Hay cosas que
    se pueden pero no están permitidas. Es el ámbito del
    derecho social. Todo esto indica algo muy sencillo: nadie nace
    social. Social se deviene, se entra en la sociedad, uno se hace
    social o no se hace. Hay dos cuestiones en ese planteamiento que
    merecen ser destacadas. En primer lugar, lo social no constituye
    en modo alguno un fundamento último, un humus
    esencial. Es un estado que se da o que puede no darse. En segundo
    lugar, lo social está ligado a la noción de potencia.
    Ésta lo abre en la medida en que las determinaciones
    negativas que recibe e in-forman lo definen. Lo social es una
    suerte de maraña de ejercicios de control, restricción
    o prohibición sobre la potencia. Esa línea de
    argumentación es recuperada por Spinoza y llevada a sus
    últimas consecuencias. Desde sus propuestas se insiste una y
    otra vez en que lo social es una situación de mezcla, de
    expresión de lo concreto, de líneas y afectos que
    relacionan cuerpos. Cuerpos en su sentido más genérico,
    humanos y no humanos. Los cuerpos están llamados a actuar
    unos sobre otros. A ejercerse mutuamente acciones determinantes.
    A sufrir afecciones.

    En Spinoza el cuerpo revela un modelo de práctica,
    sus relaciones y su composición, su descomposición…
    Ningún cuerpo es una unidad fija con una estructura estable,
    estática e interna. Es
    una relación dinámica cuya estructura
    interna y límites externos están
    sujetos a cambio. Lo que denominamos cuerpo es sólo una
    relación temporalmente fijada. Varía. Mejor dicho,
    está condenada a variar. Incluso puede decirse que es el
    acto mismo de congelar el flujo perpetuo de su dinámica
    interna. Cuerpos en movimiento y descanso, en unión, en
    conflicto, amándose o
    combatiéndose. De ahí el sentido de la frase más
    célebre del autor: nadie ha determinado lo que un cuerpo
    puede hacer. Capaz de odio, deseo, repulsión… El placer y
    la compatibilidad aumentan la posibilidad de producir nuevos
    encuentros, entidades y relaciones. En ese escenario, y en buena
    lógica, el análisis social no pasa por analizar
    instituciones ni por describir estructuras, ni define la
    subjetividad ni analiza mecanismos productores de individualidad.
    Pasa, eso sí, por escudriñar esos conjuntos de líneas que
    conectan cuerpos, pensamientos, voluntades, actos y contra-actos.
    En definitiva, pasa por comprender cómo se forman y qué
    son las superficies de semejantes ensamblajes. Así, no es de
    extrañar que para Spinoza la política sea una
    cuestión de cuerpos, una lógica del ensamblaje. El arte
    de organizar encuentros y desencuentros, de operar sobre
    multiplicidades para producir multitudes o extraer
    novedades.

    Spinoza es un buen pre-texto para la siguiente
    definición: lo social es la superficie que permite el
    ensamblaje de determinados cuerpos.
    Y en modo alguno
    pretendemos afirmar que éste constituya un fundamento
    último y esencial. Recordemos que la prehensión opera
    en el acontecimiento. El acontecer abre la coordinación de
    multiplicidades. En y sobre ésta se genera la mencionada
    superficie de ensamblaje. Hemos visto que los objetos son
    operadores de tal apertura. Por lo tanto, lo social está
    directamente ligado a la acción de éstos y extrae todo
    su sentido del acontecer. Sostenemos que lo social, derivado de
    la prehensión, no inscribe el cuerpo, lo conecta, lo
    engarza. Es el conjunto de condiciones que permite ese ejercicio.
    Punto de intersección entre lo simbólico y las
    condiciones materiales, se abre gracias al acontecimiento. De
    este modo, en realidad, afirmamos que el dato más
    básico en cualquier formación social, la mejor manera
    de acercarse a una sociedad, es la entrada de novedad. La
    producción de dis-curso o
    bifurcación.

    Buena parte del pensamiento social está atrapado en
    una formulación típicamente durkheiniana: la sociedad,
    lo social, para existir debe hacerlo de manera sui
    generis
    . Es decir, debe constituir su propia causa inmanente.
    Sólo un hecho social causa un hecho social, y los hechos
    sociales existen porque son funcionales, sea del modo que sea.
    Esta circularidad se ha intentado evitar recurriendo a diversos
    tipos de dialéctica. Por ejemplo, Marx recurre a la
    contradicción de clases, Weber distingue entre tipos
    ideales y tipos substantivos, Simmel entre forma y contenido y
    Mead entre el self y el otro generalizado, por un lado, y
    el "yo" y el "me", por otro. Es cierto que semejantes soluciones
    rompen las tensiones típicas de la sociología
    (Individuo-sociedad, Sujeto-objeto, Yo-otro,
    estructura-proceso…) pero ¿a qué precio? Privilegiando la
    identidad sobre la diferencia, la unidad del concepto sobre la multiplicidad
    que abre y coordina el acontecimiento. Así, no debe
    extrañar que la tensión sujeto-otro se resuelva en la
    intersubjetividad o reflexividad, la diferencia sujeto-objeto en
    la comunidad, la dualidad individuo-sociedad en la
    representación colectiva, etc. Pero en todo esos casos se
    desvía la mirada del acontecer y se impone algún tipo
    de formulación para la congelación y repetición de
    éste.

    Si definimos lo social como superficie de ensamblaje,
    consideramos el acontecer como un dato esencial, incorporamos los
    objetos en su dinámica de producción y planteamos una
    reflexión que gira sobre la formación de esas
    superficies, su segmentación,
    coordinación, codificación… Dicho de otra manera, esa
    definición propone una indagación sobre la
    generación de dividuos y su conexión.

     

    Bibliografía

    · Deleuze, G.
    (1989) Conversaciones. Valencia: Pre-Textos,
    1995.

    · Deleuze, G. y
    Guattari, F. (1980) Mil Mesetas. Valencia:
    Pre-Textos, 1988.

    · Foucault, M.
    (1975) Preguntas a Michel Foucault sobre la geografía. En M. Foucault (1992)
    Microfísica del poder. Madrid: La Piqueta.

    · Rose, N.
    (1996) Inventing Ourselves. Psychology, Power and
    Personhood. New York: Cambridge University Press.

    · Serres, M.
    (1994) Atlas, Madrid: Cátedra, 1995.

    · Tirado, F.J.
    (2001) Los objetos y el acontecimiento. Teoría de la socialidad
    mínima. Tesis doctoral presentada en
    la Universitat Autònoma de Barcelona. Bellaterra: Servei de
    Publicacions.

    · Tirado, F. J.
    y Doménech, M. (2001) Extituciones: del poder y sus
    anatomías. Política y sociedad, 36:
    183-196.

    · Whitehead, A.
    N. (1925) Process and Reality . New York: Free
    Press.

    · Whitehead, A.
    N. (1933) Aventuras de ideas . Barcelona: José
    Janés.

    · Whitehead, A.
    N. (1938) Modos de pensamiento. Madrid: Taller de
    ediciones Josefina Betancor, 1973.

    · Whitehead, A.
    N. (1964) El concepto de naturaleza. Madrid:
    Gredos.

     

    Notas

    · [1] –
    EL PAÍS, Sábado, 31 de julio de 1999.

    · [2] –
    http://www.uoc.es/extern/an/web.d/festudis.htm.

    · [3] –
    El Periódico 3 de
    septiembre de 1999.

    · [4] –
    Tirado (2001)

    · [5] –
    Tirado y Doménech (2001).

    · [6] –
    Deleuze (1989b: 160).

    · [7] –
    Foucault (1975: 214).

    · [8] –
    Serres (1994: 186).

    · [9] –
    Prehensión deriva del concepto filosófico de
    "aprehensión" y hace referencia simultáneamente al
    sustantivo "prensión" (acto de prender) y al verbo "prender"
    (comunicar su virtud una cosa a otra). La prehensión es una
    forma de relación entre entidades actuales. Supone o no
    representación. Así, Whitehead afirma que las entidades
    actuales están constituidas por prehensiones. Es un
    vínculo, un hecho concreto de relacionalidad. Un tipo de
    unión. Las realidades se componen de prehensiones o maneras
    como una realidad capta o prende para sí otras. Por potencia
    de captura o prensión, distintas entidades quedan
    subordinadas o coordinadas en otra. De hecho, cada entidad es un
    tipo de prehensión, un modelo de captura (y capturado). Los
    tipos de captura son reales, particulares e individuales. La
    prehensión no es nada al margen de la entidad actual
    prehendida. Es decir, sólo es en la medida en que está
    siempre actualizada o ensamblada en una materialidad de elementos
    actuales. Lo interesante de la teoría de la prehensión
    es un planteamiento en el que el objeto es siempre previo a la
    constitución del sujeto. La prehensión por naturaleza
    indica una apertura al mundo, al entorno, a todo lo que la rodea,
    y muestra una realidad constituida por capturas, nunca clausuras
    o representaciones acabadas. Habla de inclusión frente a
    pertenencia o encierro

    · [10] –
    Rose (1996).

    · [11] –
    El tema aparece en tres obras de Michel Foucault: Enfermedad
    mental y personalidad, Historia de la
    locura en la época clásica y El nacimiento de la
    clínica: una arqueología de la mirada
    médica.

    · [12] –
    Rose (1996: 109).

    · [13] –
    Rose (1996: 112).

    · [14] –
    Tirado (2001).

    · [15] –
    La palabra inglesa que utiliza Whitehead es concretamente
    togetherness. Está traducida en algunos textos por
    coexistencia. Sin embargo, hemos optado por la traducción que propone
    Juan David García Bacca: aunamiento. Los problemas que
    encierra la primera propuesta pertenecen al discurso y al debate metafísico. Su
    exposición
    desbordaría las posibilidades de este trabajo.

    · [16] –
    La tensión
    territorialización-desterritorialización-reterritorialización
    está perfectamente descrita en Deleuze y Guattari (1980). Se
    puede sintetizar ese proceso afirmando que en primer lugar, de
    las relaciones entre cuerpos y objetos se extrae alguna cualidad,
    una expresión que se aísla de su contexto; en segundo
    lugar, se ubica en otro diferente en el que recibe una nueva
    formulación; finalmente regresa al anterior territorio pero
    detentando su nueva forma. El efecto es una reformulación de
    éste. Un cambio: la reterritorialización. Tal
    movimiento es un devenir natural, imparable. No obstante, los
    dispositivos de poder se lo apropian y lo aceleran. Esa
    tensión explica la formación de territorios inesperados
    que articulan las relaciones entre cuerpos y objetos, entre lo
    material y lo discursivo.

    · [17] –
    Rose (1996: 183).

     

    El contenido del presente trabajo esta gobernado por
    la siguiente Licencia de Creative Commons: ver

    http://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0

    Francisco Javier Tirado // Ana María Gálvez
    Mozo

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter