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Caracterización tomográfica del infarto isquémico por tomografía computarizada



    1. Resumen
    2. Método
    3. Resultados
    4. Discusión
    5. Conclusiones
    6. Recomendaciones
    7. Referencias
      bibliográficas

    RESUMEN

    Se realizó un estudio descriptivo y transversal
    para describir las características tomográficas
    de la Enfermedad Cerebro
    Vascular Isquémica (ECVI) en los pacientes ingresados
    con este diagnóstico en el Hospital Provincial
    "Saturnino Lora" de Santiago de Cuba en el
    período comprendido desde Agosto de 1995 hasta Julio de
    1996, la muestra estuvo
    constituida por 209 pacientes a los que se le realizó
    Tomografía Computarizada (TC.) El dato primario se
    obtuvo de la revisión de las historias clínicas y
    se plasmó en una planilla elaborada al
    efecto.

    Para el procesamiento de la información se creó una base de
    datos automatizada, lo que posibilitó confeccionar
    cuadros estadísticos de frecuencia simple y cuadros de
    doble y triple entradas, en los que se utilizó como
    medida de resumen la frecuencia absoluta y el porcentaje, con
    un nivel de significación del 5%. A través de los
    estudios tomográficos se evidenció que el infarto
    isquémico predominó en el sexo
    masculino, en mayores de 75 años, con antecedentes de
    Hipertensión Arterial, tabaquismo,
    Diabetes
    Mellitus. La ubicación del mismo predominó en el
    lóbulo temporal, y el de tamaño grande se
    correspondió con el mayor número de fallecidos.
    La mayor positividad en el diagnóstico se realizó
    en la etapa subaguda, con densidades de 11 hasta 20 UH;
    además, existió una alta coincidencia entre el
    resultado de la tomografía y el hallazgo
    anatomopatológico.

    Palabras clave: INFARTO ISQUEMICO; TOMOGRAFIA
    COMPUTARIZADA; UNIDADES HOUNSFIELD; NECROPSIA.

    INTRODUCCION

    La enfermedad cerebrovascular isquémica (ECVI) es
    una de las principales causas de morbilidad, mortalidad e
    invalidez funcional en los países desarrollados, lo que
    determina una gran carga social y un elevado coste
    económico.1

    Esta afección constituye la tercera causa de
    muerte entre
    la población adulta de las regiones
    industrializadas,2–3 y de acuerdo con investigaciones
    realizadas se ubica en igual posición en nuestro
    país.4–5 Según estudios nacionales
    y extranjeros, se le atribuye una incidencia de 150–200 por
    100 000 habitantes.4,5,6,7

    Las enfermedades
    cerebrovasculares agudas– en función de
    la naturaleza de
    la lesión– se dividen en dos grandes grupos: isquemia
    cerebral y hemorragia cerebral. Del total, 80–90% son
    infartos cerebrales y 10–15% hemorragias cerebrales o
    subaracnoideas. En trabajos investigativos llevados a cabo se
    demuestra esta alta incidencia del infarto cerebral, el cual
    será nuestro motivo de
    estudio.2,5,8,9

    El desarrollo
    tecnológico alcanzado en las últimas décadas
    ha permitido la introducción de nuevos métodos de
    diagnóstico por imagen para el
    estudio de estas afecciones; uno de ellos es la tomografía
    computarizada(TC), la cual representó una revolución
    en lo referente al diagnóstico clínico,
    esencialmente de los procesos que
    afectan el sistema nervioso
    central, tan importante como el advenimiento de los rayos
    X.5

    La TC constituye el mejor método de
    exploración, ya que valora la densidad del
    parénquima y descarta o confirma la presencia de una
    anormalidad isquémica o hemorrágica. Con la TC
    simple los cambios más tempranos relacionados con el
    infarto cerebral pueden identificarse dentro de las primeras 24 a
    48 horas: efecto de masa moderado, pérdida de la densidad
    entre sustancia blanca y gris o disminución de la
    densidad; sin embargo, con equipos de alta resolución
    estos pueden detectarse en las primeras 8 horas después
    del ictus.9,10,11En el caso de ECVI y
    específicamente del infarto, en las alteraciones de la TC
    ejercen una sensible influencia el tamaño de la
    lesión, la localización y el tiempo de
    evolución.5

    Con la realización de este trabajo nos
    propusimos precisar las características de la ECVI
    mediante la utilización de la TC en el Hospital Provincial
    "Saturnino Lora" basados en las experiencias adquiridas hasta el
    momento.

    METODO

    Se realizó una investigación descriptiva y transversal en
    209 pacientes de 15 y más años de edad, de ambos
    sexos, con ECVI, para identificar sus características
    mediante TC simple en el Hospital Provincial "Saturnino Lora" de
    Santiago de Cuba, durante el período comprendido desde
    agosto de 1995 hasta julio de 1996.

    Se revisaron las historias clínicas
    correspondientes y sus respectivos protocolos de
    necropsia; datos que fueron
    recogidos en una planilla de vaciamiento y procesados en una
    computadora.
    Los resultados se obtuvieron mediante el cálculo de
    las frecuencias absolutas y porcentajes, pero también se
    aplicó la prueba de hipótesis para diferencias porcentuales, a
    fin de comprobar la posible significación entre las
    proporciones calculadas, para ello se empleo p
    >0,05, como no significativo y p < 0,05 como
    significativo.

    RESULTADOS

    En nuestro trabajo se observó una mayor
    frecuencia de pacientes afectados por ECVI en el grupo etario
    de 75 años y más (43.06%), siguiéndole en
    orden de frecuencia los de 65 a 74 (21.53%). En relación
    con el sexo, vemos que predominó el masculino con 82 casos
    positivos (39.23%). Se puso de manifiesto el predominio de la
    HTA, el tabaquismo y la diabetes mellitus(DM) con 90.08, 89.58 y
    71.79% de positividad como principales factores de riesgo. La
    localización más común del infarto cerebral
    (IC) según TC fue a nivel del lóbulo
    temporal(32.54%), seguida en orden decreciente por la parietal
    (10.05%) además de que se obtuvo una negatividad de 60
    casos(28.71%).

    Según su tamaño por TC el mayor
    número correspondió a los infartos grandes
    (51.68%). En relación a las densidades del IC, la mayor
    parte de ellos se encuentran ubicados en el grupo de 11 a 20 UH
    (67.57%). La evolución del infarto cerebral
    isquémico según resultados de la TC presento la
    mayor positividad en la evolución subaguda y aguda con
    50.24 y 15.31% respectivamente. También debemos destacar
    que la mayor negatividad registrada correspondió a los de
    evolución hiperaguda (19.62%)

    La relación entre el tamaño del IC y
    el estado del
    paciente al egreso resulto con predominio de los infartos grandes
    (51.68%), los cuales se correspondieron con el mayor
    número de fallecidos así como al establecer la
    correlación tomografica y anatomopatológica se
    observo una alta concordancia diagnostica, excepto en un caso
    (1,79%) .

    DISCUSIÓN

    La ECVI predomina en las edades medias y avanzadas de la
    vida, de las cuales el grupo etario más frecuentemente
    comprometido es el de 65 años en adelante, aunque ninguno
    está exento de padecerla, habiéndose descrito la
    enfermedad con alguna frecuencia entre los
    jóvenes.2,4,12

    En nuestro trabajo, como revela el gráfico I se
    observó una mayor frecuencia de pacientes afectados por
    ECVI en el grupo etario de 75 años y más(43.06%),
    siguiéndole en orden de frecuencia los de 65 a 74
    (21.53%).

    Las tasas de incidencia para la ECVI se duplican con
    cada década sucesiva a partir de los 55
    años.13

    Leno14 y Wayne15 en sus
    respectivos estudios obtuvieron una mayor afectación entre
    los hombres; por su parte Millikan16 también
    considera que en su conjunto la incidencia de afección
    vascular cerebral es un 30% superior en los varones que en las
    féminas. En nuestro trabajo, a pesar de la preponderancia
    del sexo masculino, consideramos que la diferencia entre ambos
    sexos no fue significativa, por lo que creemos se debe tomar en
    cuenta lo expuesto por autores como Longstreth17 quien
    plantea que la proporción de hombres y mujeres con ictus
    cerebrovascular es de 1:1, con excepción de la hemorragia
    subaracnoidea que predomina entre estas
    últimas.

    Además, al relacionar el sexo con el resultado de
    la TC; apréciese que en los hombres existe un mayor
    porcentaje de positividad de este medio diagnóstico en
    todos los grupos etarios, con predominio del de 75 años y
    más.

    Gráfico I. ECVI según resultados de la
    TAC, sexo y edad.

    Cuando se realiza un estudio de ECVI resulta muy
    importante analizar los factores de riesgo, y a pesar de que
    existen múltiples clasificaciones, en general existe
    consenso entre los autores acerca de cuáles son los que
    afectan con mayor frecuencia.

    En el cuadro I, se asocia la existencia de factores de
    riesgo en los pacientes según resultados de la TC, y se
    puso de manifiesto el predominio de la HTA, el tabaquismo y la
    diabetes mellitus(DM) con 90.08, 89.58 y 71.79% de positividad en
    los casos presentados.

    Estudios realizados por la
    Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que uno
    de cada cuatro pacientes con un infarto cerebral mueren, y que
    esta proporción aumenta según los factores de
    riesgo.18,19 La disminución de las ECV depende
    de que se obtenga un mejor control de tales
    elementos de riesgo, de los cuales la HTA es el más
    importante, tanto en áreas rurales como urbanas, papel que
    le corresponde mayormente a la atención primaria con medidas preventivas a
    desarrollar por la medicina
    comunitaria.20

    Dahlölf et al.21, plantean que la
    posibilidad del ictus en un grupo de edad específico se
    multiplica por tres y hasta por cinco en las personas
    hipertensas, según su duración y la gravedad, y la
    consideran factor desencadenante del ictus en el 75% de los
    casos.

    Del total de pacientes con HTA, 109 presentaron TC
    positiva (90.08%), lo cual coincide con lo expresado
    anteriormente en relación con la alta incidencia de HTA en
    el ictus isquémico; atribuimos este resultado
    además a la magnitud de la lesión, la cual resulta
    proporcional a la del vaso ocluido, donde influye el efecto
    deletéreo y aterogénico de la HTA sobre las
    arterias del polígono de Willis.

    El tabaquismo se presentó en segundo lugar con 48
    casos, de ellos 43 positivos(89. 58%.) Este hábito
    también constituye un importante factor de riesgo en el
    desarrollo del IC. Al respecto, Shinton,22 indica que
    el riesgo será similar en varones y hembras que fuman,
    resulta mayor en los menores de 55 años y aumenta con el
    número de cigarrillos que se consumen desde 1.37 con 10,
    hasta casi el doble con 40 cigarrillos al día.

    Otros autores refieren que el riesgo relativo de la ECV
    en fumadores importantes(> 40 cigarrillos por día) es
    dos veces mayor que el de los fumadores poco adictos (< 10
    cigarrillos diarios).23,24

    La diabetes mellitus se presentó en 39 casos, de
    los cuales 28 fueron positivos por TC (71.79%.) Autores como
    Shoemberg25 consideran, que la DM es un evidente
    factor de riesgo del IC aterotrombótico. Esta enfermedad
    duplica el riesgo de sufrir un ictus isquémico, en
    particular por lesión de pequeños vasos.

    Además, se ha puesto de relieve como
    un factor predictivo independiente de la transformación en
    hemorrágico del IC. El hecho de que aproximadamente una
    tercera parte de nuestros enfermos con este factor de riesgo
    presentaron TC negativa, lo atribuimos al daño de
    pequeños vasos, explicado anteriormente, a diferencia de
    la HTA donde se dañan los grandes vasos del
    polígono de Willis.

    Cuadro I. Factores de riesgo según resultados
    de la TAC.

    TC

    Positiva

    Negativa

    TOTAL

    Factor de riesgo

    Número

    %

    Número

    %

    Hipertensión arterial

    109

    90.08

    12

    9.92

    121

    Tabaquismo

    43

    89.58

    5

    10.42

    48

    Diabetes mellitus

    28

    71.79

    11

    28.21

    39

    Antecedente de ECVI

    11

    100

    11

    Alcoholismo

    9

    100

    9

    Cardiopatía isquémica

    2

    50

    2

    50

    4

     

    En el cuadro y gráfico II se refleja que la
    localización más común del IC según
    TC fue a nivel del lóbulo temporal(32.54%), seguida en
    orden decreciente por la parietal (10.05%) y la
    temporoparietal(9.57%); el resto de las localizaciones no
    tuvieron cifras significativas, además de que se obtuvo
    una negatividad de 60 casos(28.71%.)

    Cuadro II. Localización del infarto cerebral
    isquémico según la TAC.

    Localización del infarto
    isquémico

    Número

    %

    Lóbulo temporal

    68

    32.54

    Lóbulo parietal

    21

    10.05

    Lóbulos temporoparietales

    20

    9.57

    Lóbulo occipital

    12

    5.74

    Lóbulo frontal

    9

    4.31

    Lóbulos frontotemporales

    6

    2.87

    Todo un hemisferio

    6

    2.87

    Lóbulos parietooccipitales

    3

    1.44

    Lóbulos frontoparietales

    2

    0.96

    Tallo cerebral

    1

    0.48

    Cerebelo

    1

    0.48

    Negativa

    60

    28.71

    TOTAL

    209

    100.00

     

    A pesar de no contar con referencias
    bibliográficas que nos indiquen la localización del
    IC por lóbulos, de acuerdo con los resultados obtenidos
    inferimos que la positividad de la TC en estas localizaciones
    obedece a la arteria ocluida que, como ya explicamos la magnitud
    del IC resulta proporcional al diámetro del vaso ocluido,
    siendo más afectado el territorio de la arteria cerebral
    media superficial y profunda, comunicante y cerebral posterior,
    donde más comúnmente asientan
    lipohialinólisis, placas de ateroma y otros elementos
    favorecedores de la formación del trombo, lo que a su vez
    es poco frecuente en la arteria cerebral anterior y sus
    ramas.26,27

    Gráfico II. Localización del infarto
    cerebral isquémico según la TAC.

    En el gráfico III agrupamos el tipo de IC
    según su tamaño por TC; obsérvese que el
    mayor número correspondió a los infartos grandes
    (51.68%), en segundo lugar aparecieron los medianos (28.86%) y en
    tercero los pequeños (19.46%.)

    Según Castillo y Suárez,28 los
    infartos de origen aterotrombóticos suelen ser extensos,
    ocupando casi todo el territorio vascular. Estos se producen como
    consecuencia de la esclerosis de las arterias extracraneales o
    intracraneales de gran calibre; en tanto que la arteriosclerosis
    y la arterioloesclerosis constituyen la causa más
    frecuente del trastorno isquémico
    cerebral.28,29

    Además, al afectarse un vaso de gran magnitud se
    producirá en consecuencia una lesión de igual
    dimensión, que será más fácilmente
    evidenciable al realizar el estudio
    tomográfico.

    Por otro lado, la menor casuística obtenida en
    los IC pequeños coincide con los planteamientos realizados
    por diferentes autores, los que expresan que infartos menores de
    5mm con frecuencia no son detectables o pueden identificarse
    tardíamente, cuando ya son residuales; asimismo, los
    infartos ubicados en fosa posterior a nivel de la protuberancia,
    los cuales tienen como peculiaridad ser habitualmente
    pequeños, suelen pasar desapercibidos debido al artefacto
    óseo que ocasiona la fosa craneal
    posterior.5,30,31

    Gráfico III. Infarto cerebral isquémico
    según su tamaño por TAC.

    En el cuadro III se aprecian las características
    de las densidades según la evolución del IC;
    nótese que la mayor parte de ellos se encuentran ubicados
    en el grupo de 11 a 20 UH (67.57%) con predominio de los de
    evolución subaguda.

    Escobar Marín9 expresa que de los
    signos
    densitométricos, el más importante es la
    hipodensidad característica y estable. Esta aparece
    más frecuentemente después de las 24 horas y puede
    observarse desde pocas horas hasta 10 días.

    Otros autores refieren que la imagen de hipodensidad
    correspondiente al IC puede tardar más de 24 horas en
    hacerse visible, aunque existen signos indirectos precoses, tales
    como la disminución de los surcos en la proximidad de la
    lesión y el aumento de la densidad de la arteria cerebral
    media ocluida en estudios simples; ya en los días
    siguientes se van definiendo mejor los bordes del infarto,
    delimitándose perfectamente entre la primera y segunda
    semana de ocurrido éste.9,32,33,34 En nuestra
    serie sólo se presentó un caso de infarto
    crónico con densidad entre 0 a 10 UH.

    Cuadro III. Densidad del infarto cerebral
    isquémico según su evolución.

    Densidades

    11-20 UH

    21-25 UH

    TOTAL

    Evolución del infarto cerebral
    isquémico

    Número

    %

    Número

    %

    Número

    %

    Hiperagudo

    3

    2.03

    3

    2.03

    Agudo

    31

    20.95

    1

    0.68

    32

    21.62

    Subagudo

    100

    67.57

    5

    3.38

    105

    70.95

    Establecido

    8

    5.41

    8

    5.41

    TOTAL

    142

    95.95

    6

    4.05

    148

    100

     

    En el cuadro y gráfico IV se expone la
    evolución del infarto cerebral isquémico
    según resultados de la TC; como se aprecia, la mayor
    positividad la encontramos en la evolución subaguda y
    aguda con 50.24 y 15.31% respectivamente.

    El infarto subagudo se caracteriza por un área
    bien delimitada de baja densidad que afecta tanto la sustancia
    gris como la blanca con un aumento del efecto de masa en muchos
    casos, lo cual permite su diagnóstico en esta
    etapa.30, 34, 35

    También debemos destacar que la mayor negatividad
    registrada correspondió a los de evolución
    hiperaguda (19.62%), acorde con lo informado por otros autores
    cuando plantean que la TC es normal en esta etapa en un 50 a 60%
    de los casos, con presencia del signo de la arteria cerebral
    media hiperdensa en 25 a 50% de los
    casos.30,35

    TC

    Positiva

    Negativa

    TOTAL

    Evolución del infarto
    cerebral

    Número

    %

    Número

    %

    Número

    %

    Hiperagudo

    3

    1.44

    41

    19.62

    44

    21.05

    Agudo

    32

    15.31

    14

    6.70

    46

    22.01

    Subagudo

    105

    50.24

    1

    0.48

    106

    50.72

    Establecido

    8

    3.83

    4

    1.91

    12

    5.74

    Crónico

    1

    0.48

    1

    0.48

    TOTAL

    149

    71.29

    60

    28.71

    209

    100

     

    Cuadro IV. Evolución del infarto cerebral
    isquémico según los resultados de la
    TAC.

    Gráfico IV. Evolución del infarto
    cerebral isquémico según los resultados de la
    TAC.

    En el cuadro V mostramos la relación entre el
    tamaño del IC y el estado del
    paciente al egreso; nótese que la mayoría fueron
    infartos grandes (51.68%), los cuales se correspondieron con el
    mayor número de fallecidos.

    En diversos estudios se plantea que la edad avanzada, el
    tipo de ictus, el deterioro clínico y el tamaño de
    la lesión influyen en la evolución desfavorable del
    IC, con una mortalidad elevada en los primeros
    días.4, 24, 36,37

    Otros autores como Castillo y Suárez28
    expresan que la evolución del IC suele ser progresiva
    durante los primeros días, por el aumento de tamaño
    de la lesión y el edema cerebral. En el pronóstico
    también influyen otros factores como: estado, de la
    circulación colateral, presencia de coma, infecciones o
    fiebre,
    hipotensión arterial, la hiperglicemia, convulsiones y
    alteraciones gasométricas.

    La mortalidad en el infarto aterotrombótico es de
    alrededor de 20% durante el primer año.38 La
    mortalidad tardía suele producirse con más
    frecuencia por enfermedad cardíaca que por un nuevo
    infarto cerebral.

    Cuadro V. Tamaño del infarto cerebral
    isquémico y estado del paciente al egreso.

    Estado al egreso

    Vivos

    Fallecidos

    TOTAL

    Tamaño del infarto
    cerebral

    Número

    %

    Número

    %

    Número

    %

    Grande

    33

    22.15

    44

    29.53

    77

    51.68

    Mediano

    42

    28.19

    1

    0.67

    43

    28.86

    Pequeño

    28

    18.79

    1

    0.67

    29

    19.46

    TOTAL

    103

    69.13

    46

    30.87

    149

    100

     

    En el cuadro VI y gráfico V, donde se establece
    la correlación tomográfica y
    anatomopatológica, se observa una alta concordancia
    diagnóstica tanto en las tomografías positivas, de
    las cuales excepto en 1 caso(1.79%) coincidieron las imágenes
    tomográficas y los hallazgos necrópsicos, como en
    las tomografías negativas, con solo 3 casos(5.36%) en los
    que no se demostró lesión anatomopatológica
    (infarto cerebral) en la necropsia y que coincidió con
    tomografías realizadas en etapa hiperaguda.

    En el caso en que hubo falta de concordancia en la TC
    positiva, pudo ser consecuencia de que faltó el resultado
    histológico y que el diagnóstico se basó en
    el estado microscópico de la pieza.

    Cuadro VI. Correlación tomográfica y
    anatomopatológica.

    Hallazgo
    anatomopatológico

    Coincide

    No Coincide

    TOTAL

    Tomografía Computarizada

    Número

    %

    Número

    %

    Número

    %

    Positiva

    40

    71.43

    1

    1.79

    41

    73.21

    Negativa

    12

    21.43

    3

    5.36

    15

    26.79

    TOTAL

    52

    92.86

    4

    7.14

    56

    100

    Gráfico V. Correlación
    tomográfica y anatomopatológica.

    La TC es un método de diagnóstico
    rápido no invasivo que muestra con claridad si el
    accidente es isquémico o hemorrágico, así
    como la topografía exacta de la lesión,
    carente además de contraindicaciones excepto para los
    pacientes alérgicos al medio de contraste.
    38

    Su empleo reduce el índice de mortalidad, pues
    permite la identificación del tipo de ictus, sobre todo
    cuando la terapéutica puede incluir
    anticoagulación. Asimismo, a través de ella es
    posible identificar las causas que pueden producir estos cuadros
    clínicos(tumores, MAV, etc.)

    Esta tecnología ha causado
    un significativo impacto, ya que posee una precisión
    diagnóstica aproximada de un 90% en las afecciones
    cerebrales isquémicas, localiza la lesión
    así como su magnitud, e informa si proporciona o no efecto
    de masa, por lo que permite realizar un diagnóstico precoz
    y aplicar el tratamiento adecuado, contribuyendo así a la
    mejor evolución de los pacientes con afecciones
    cerebrovasculares
    isquémicas.35,38,39

    CONCLUSIONES

    1. La TC positiva predominó en los hombres
      mayores de 75 años, en los pacientes con antecedentes de
      HTA y tabaquismo.
    2. Las lesiones producidas por la ECVI se ubicaron
      preferentemente en el lóbulo temporal y el tamaño
      del infarto grande se correspondió con el mayor
      número de fallecidos.
    3. Prevaleció el infarto subagudo con densidades
      de 11 a 20 UH y alta positividad en el estudio.
    4. Se registró una alta concordancia entre el
      resultado de la TC y el hallazgo anatomopatológico en la
      mayoría de los casos.

    RECOMENDACIONES

    Realizar estudio tomográfico en la enfermedad
    cerebrovascular isquémica después de las 24
    horas.

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    Dra. Vivian Soto Infante1,

    Dra. Maricel Rodríguez
    Cheong2,

    Dra. Rosa Parra Pupo3,

    Dra. Solangel Bolaños
    Vaillant4.

    1Especialista de I Grado en Medicina General
    Integral e Imagenología. Departamento de
    Imagenología.

    2Especialista de I Grado en
    Imagenología. Departamento de
    Imagenología.

    3Especialista de I Grado en
    Medicina General Integral e Imagenología. Departamento de
    Imagenología.

    4Especialista de I Grado en
    Imagenología. Departamento de
    Imagenología.

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