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¿Hay lugar para innovar?: El fenómeno del Compadrazgo como un impedimento para la innovación en el mercado publicitario



    1. Resumen
      Ejecutivo
    2. El mercado
    3. El
      compadrazgo
    4. Una
      Anécdota
    5. La entrada al
      Mercado
    6. El problema del compadrazgo en
      los negocios
    7. Conclusiones

    Resumen
    Ejecutivo

    Yucatán y Campeche son dos estados con un alto
    potencial de producción de la republica mexicana. Ambos
    estados son ultra-conservadores y sus mercados muy
    cerrados. Otro factor común entre ambos es el compadrazgo,
    situación que dicta las normas de
    competencia en
    sus mercados.

    El presente artículo aborda el problema del
    compadrazgo desde el punto de vista mercadológico y lo
    considera como un obstáculo para la innovación. Con
    argumentos sustentados en distintas fuentes el
    autor explicara la complejidad el problema y su
    repercusión en los mercados ya antes
    mencionados.

    Introducción

    La capacidad de innovación es algo que ha
    acompañado a los seres humanos desde tiempos inmemorables.
    Si bien, no está equivocado el dicho popular que propone
    que la ociosidad es la madre de todas las ciencias.
    Así pues entenderemos esa ociosidad científica como
    innovación.

    Según León G. Schiffman y Leslie Lazar
    Kanuk (1997, p.525) Existen formas de clasificar la
    innovación, estas son orientadas a la empresa,
    orientadas al producto,
    orientadas al mercado y orientadas al consumidor

    En nuestro caso, nos basaremos en su definición
    orientada hacia el mercado que juzga la novedad de un producto en
    términos de cuanta exposición
    tienen los usuarios al nuevo producto. Posteriormente aclararemos
    esto.

    Parece importante, entonces, definir el mercado de los
    servicios. Es
    un mercado que aparentemente no reciente los efectos del
    fenómeno innovador, sin embargo; si le prestamos una mayor
    atención analítica, nos daremos
    cuenta de que es un mercado que depende de la innovación
    para sus subsistencia. Ya bien alguien había mencionado
    que en los negocios hay
    que renovarse o morir.

    Cuando se habla de innovación y espíritu
    emprendedor, se piensa al instante en el éxito
    alcanzado por personas como Steven Jobs en Apple Computer y Ross
    Perot en Electronic Data Processing (Adquirida por General
    Motors). Convertirse en millonario y conseguirlo pronto mediante
    el establecimiento de nuevas compañías es sin duda
    una idea sumamente atractiva. Los emprendedores tienen ideas
    creativas; emplean sus recursos y
    habilidades administrativas para satisfacer necesidades
    identificables en el mercado. Si tiene éxito, un
    emprendedor puede volverse rico. (Harold Koontz y Heinz Weihrich,
    1998, p. 255).

    Pero ¿Qué sucede cuando las barreras del
    mercado, dictadas por un fenómeno, social le cierran las
    puertas a la innovación? ¿Es el compadrazgo un
    impedimento para la innovación? La perspectiva de este
    trabajo
    abordará estás interrogantes y cualquiera que se
    les desprenda, enfocándose principalmente en la
    Península de Yucatán y en las experiencias del
    autor.

    El
    mercado

    Yucatán y Campeche son dos estados con un alto
    potencial de producción de la republica mexicana. El
    primero se caracteriza por ser Industrial y Comercial, mientras
    que el segundo es un Estado
    turístico por excelencia que fundamenta su economía en la
    inversión publica.

    Ambos estados, a pesar de lo que se comente, son muy
    similares en cuanto a cultura. Los
    dos, si los reprensamos a través de sus respectivas
    capitales, son estados ultra-conservadores. En el sentido de que
    ambos han forjado modus vivendis muy específicos, y
    sus pobladores se han convencido de que el modo de
    producción actual es el correcto.

    Al punto al que quiero llegar es a que en estos dos
    estados no se corren riesgos. Tanto
    empresarios como el sector
    público se dedican a seguir una línea trazada
    para realizar inversiones o
    manejar negocios, lo cual hace a un lado completamente la
    posibilidad de innovar.

    Según el Lic. Francisco Acosta Ruiz de la
    Universidad
    Politécnica CUJAE de Cuba, "en
    la ciencia un
    paradigma es
    un conjunto de realizaciones científicas universalmente
    reconocidas que, durante cierto tiempo
    proporcionan modelos de
    problemas y
    soluciones a
    una comunidad
    científica". (Monografías.com)

    Con base en la definición anterior
    podríamos suponer que la península de
    Yucatán vive en el letargo del paradigma de "la
    operatividad clásica". Es decir, hablamos de un territorio
    que se ha fijado un modelo de la
    resolución de problemas comerciales en el que la empresa vende y
    el consumidor compra, sin más ni menos.

    Todas las actividades que sean ajenas a estas dos
    simplemente se encierran en una bolsa negra llamada "Relaciones
    Publicas" y solo tiene dos caminos: O se tiran a la basura, o
    sirven para "echarle la mano" a un "cuate". Es en este punto
    donde se cierra de antemano la oportunidad de toda
    innovación.

    A estas alturas, seria práctico para la
    comprensión de la idea que propongo, que se estableciera
    una definición arbitraria para el concepto de
    innovación.

    En el capitulo anterior esbozamos una idea de
    innovación que aterrizaremos en una forma más
    simple, la innovación según describe la
    enciclopedia de internet Wikipedia consiste
    "en la introducción de nuevas ideas, productos,
    servicios y prácticas con la intención de ser
    útiles" (2006). Basado en esta definición se
    podría suponer que estados con usos y costumbres tan
    establecidas como los mencionados anteriormente, sin duda se ven
    privados de tal concepto.

    Pero, ¿cuales son las consecuencias de tal
    ausencia? Es sencillo, la vida empresarial se cierra para
    aquellos emprendedores. Solo el selecto grupo que ya
    se encuentra en el medio tiene la oportunidad de seguir
    creciendo, y la entrada para los nuevos miembros solo puede ser a
    través del "compadrazgo".

    Harold Koontz y Heinz Weihrich (1998, p. 255) mencionan
    que el espíritu emprendedor supone la
    insatisfacción con el estado de
    cosas prevaleciente y conciencia de la
    necesidad de hacer las cosas de otra manera.

    Con lo anterior, podríamos crear una premisa:
    "Compadrazgo mata a innovación", pero aun seguiría
    pendiente el gravamen de tal asunto. ¿En que nos perjudica
    todo esto? Y ¿si los negocios funcionan a la
    perfección en la manera en que están andando para
    que cambiar?

    El
    Compadrazgo

    El compadrazgo es una figura poderosa en la sociedad,
    originalmente el vinculo entre compadres se generaba a
    través de los hijos. Al asistir al bautizo del hijo de
    algún amigo cercano concediéndole el honor de
    apadrinarlo, uno pasaba de ser el mejor amigo, a formar parte de
    la familia y
    convertirse en compadre.
    "Los compadres son figuras muy importante en la vida familiar de
    los hispanos; y ni hablar de las comadres". Menciona Techy Salas,
    quien propone que el término ha evolucionado. "Aunque el
    "detalle" del bautizo, a veces, pasa a segundo plano, el
    compadrazgo ya tiene vida propia y el termino se utiliza para
    destacar a alguien que está muy cercano a nuestro
    más sincero afecto".

    Volviendo a nuestro entorno social, esta última
    acepción es a la que me refiero al mencionar el asunto del
    compadrazgo. En la península de Yucatán, si bien
    existe la tradición de los compadres productos del
    bautizo, los sureños mexicanos también hemos
    evolucionado al punto de hacernos compadres aun antes de tener
    hijos. Es decir, te vuelves compadre de tu compañero de
    parrandas, de tu amigo con el que juegas fútbol los fines
    de semana y de los parientes de lejanos de tu novia.

    La relación del compadrazgo existe en la
    península a pesar de no llevar el nombre como tal, incluso
    elevándola de nueva cuenta a nivel hispanoamericano y
    citando a Salas diríamos que es hasta histórica y
    mística.

    "La historia, el folclore y la
    política
    de nuestros países están llenos de anécdotas
    en las que las relaciones entre compadres han marcado la
    diferencia a la hora de escoger a quién favorecer en
    cualquier situación fuera de lo común.
     Tampoco hay que olvidar que una tradición entre
    compadres adquiere una dimensión de tragedia griega.
    Simplemente una especie de pacto inviolable". (Techy Salas,
    2004)

    Una
    Anécdota

    Respecto a esto, tengo una anécdota personal. Resulta
    que he tenido dificultad para ingresar en el mercado de los
    servicios publicitarios en ambos estados, la situación que
    he detallado anteriormente nos dejó sin posibilidades a
    mí y a mis socios. Recientemente tuvimos la oportunidad de
    tomar parte en la creación de una revista
    juvenil. Fue una experiencia totalmente formativa, creamos un
    nuevo medio de información para los jóvenes y los
    lectores la acogieron de una manera formidable.

    El verdadero problema surgió al momento de las
    ventas.
    Comenzamos a visitar a las empresas a
    sabiendas de que nuestros precios eran
    bajos y podíamos competir en el mercado por nuestra
    calidad. El
    proceso de
    ventas se fue dando por etapas: La primera etapa consistió
    en concertar citas con los clientes
    potenciales para presentarles el proyecto. Durante
    esta primera etapa mucha gente se interesó, sin embargo
    objetaron que la revista era solo un proyecto y que no
    representaba una seguridad para
    invertir en ella.

    Según Gene N. Landrum (p.254) los innovadores no
    pueden tener éxito si no son persuasivos. Deben convencer
    a la comunidad financiera de que su concepto es viable. Debe
    convencerse al personal clave a ingresar a la
    compañía y luego hacerles que sacrifiquen el
    presente por el futuro.

    Siguiendo con la idea de Landrum, se optó por
    sacar al mercado un primer número con financiamiento
    propio, y la respuesta por parte del público, como comente
    anteriormente, fue sorprendente, ya que la revista se
    agotó de nuestros puntos de distribución en tan solo una
    semana.

    Fue en ese momento, cuando decidimos reanudar las
    ventas. La semana después del lanzamiento seguimos sacando
    citas, sin ningún resultado. Para la segunda semana ya
    estábamos visitando negocios puerta a puerta, y aun
    así, los resultados eran desfavorables. Comenzamos a
    perder las esperanzas en nuestro proyecto y no entendíamos
    el porque de la situación.

    Ya bien habían mencionado los mismos Harold
    Koontz y Heinz Weihrich (1998, p. 256) que las innovaciones
    exclusivamente basadas en ideas brillantes pueden ser muy
    riesgosas y a veces son un fracaso… Por lo general las
    innovaciones más exitosas son las menos
    espectaculares.

    Sin duda, habíamos cometido un error, y
    había que solucionarlo, fue cuando decidimos recurrir a
    familiares y amigos. Algunos nos "apoyaron", compraron publicidad para
    sus negocios porque somos "cuates", y fue durante esta etapa
    cuando recibimos la llamada de una empresa de
    mercadotecnia.
    La empresa en cuestión nos solicitó
    información sobre nuestros precios y se les
    concedió.

    Todo esto abrió las puertas para una negociación. Este proceso fue bastante
    ilustrativo, ya que de el surgió todo este asunto del
    "compadrazgo" del que tanto hablo en este articulo.

    Entre lo que se dijo e hizo en esa negociación se
    quedó grabado en mi mente algo que me mencionó el
    representante de dicha empresa: – Mira, Rubén… tu
    proyecto es bueno y sin duda estamos seguros que puede
    ser de utilidad a
    nuestros clientes, pero tienes que tomar en cuenta el
    "compadrazgo". Aquí no te van comprar porque sea
    útil o no a la empresa, te van a comprar porque te
    conocen.-

    Este comentario me cayó como balde de agua
    fría. Adiós Innovación, adiós
    proyecto y adiós publicidad.

    ¿Y cuál es el papel de la
    innovación en todo este asunto? Se preguntarán
    ustedes. Pues resulta, que nuestro producto, era una revista
    juvenil diseñada con el objeto de incitar a los
    jóvenes a la lectura. Lo
    que nosotros estábamos proponiendo a las empresas era que
    se anunciaran a través de un medio que los jóvenes
    adquirían rápidamente y que incluso
    guardarían por sus temas de interés
    juvenil. Estábamos intentando crear algo distinto,
    salirnos del molde y dejar a un lado a las clásicas
    revistas sin contenido que simplemente piratean sus
    artículos de Internet y luego rellenan sus páginas
    de fotografías de antro. El problema fue, que esas
    revistas contaban con que el compadrazgo estaba de su parte.
    Nosotros, por otro lado, simplemente tuvimos que sentarnos en la
    banca y observar
    como se deshacen poco a poco nuestras ideas
    innovadoras.

    La anécdota anterior, fue un detonante para que
    su servidor se
    tomara un respiro para reflexionar. He de confesarles que soy una
    persona muy
    inquieta y que suelo hacer las
    cosas en vez de pensarlas. Pero en esta ocasión creo que
    es momento de parar los trenes.

    El gurú de la mercadotecnia Philip Kotler (1998,
    283) mencionó en su libro
    Fundamentos de mercadotecnia, que muchos nuevos productos
    fracasan debido a varias razones.

    Aun cuando una idea puede ser buena, tal vez se sobre
    estimo el volumen de
    mercado. Quizás el producto real no estaba tan bien
    diseñado como era necesario. O tal vez se posiciono en la
    forma incorrecta en el mercado, se le asigno un precio
    demasiado alto o su publicidad fue deficiente.

    Si bien, es cierto que Kotler no se equivoca y
    probablemente parte de la cita anterior sea una
    radiografía de los errores que cometimos con nuestra
    revista, también es un hecho que existe el factor
    compadrazgo y debe ser estudiado.

    Por otra parte, ahora que he estudiando un poco
    más el asunto, le encuentro aun más viabilidad a
    nuestro proyecto que antes. Si bien, es verdad que aun no
    sabría como solucionar el problema de las ventas, tengo
    que decir que quede sorprendido con las alternativas que la
    mercadotecnia social pude ofrecerle al caso.

    Según Luís Alfonso Pérez Romero,
    existe un tipo de Mercadotecnia denominado "Marketing de
    causas sociales". Pérez Romero menciona que "El marketing
    de causas sociales se interpreta como la intervención del
    sector privado en la solución de diversos problemas
    sociales, pero sin descuidar la actividad primordial de
    comercio y de
    lucro". Esta definición viene a encajar a la
    perfección en la realización de nuestro proyecto,
    ya que si bien nuestra idea principal era hacer negocio,
    también he de recordarles que el surgimiento del proyecto
    fue la detección de exceso de revistas basuras en el
    mercado que no alentaban a los jóvenes a la lectura.
    Pérez Romero, no solo nos haría cambiar la
    perspectiva de caso, sino que descubriría tal vez nuestro
    peor error: La entrada al mercado.

    La entrada al
    Mercado

    Aún con la posibilidad de entrar al mercado
    utilizando el Marketing de Causas sociales, seguiríamos
    teniendo el problema del compadrazgo, e incluso es probable que
    la situación se agravara, ya que estaríamos en este
    caso pidiéndole a nuestros clientes que se conviertan en
    inversionistas y se sumen a nuestra causa. Lo cual es como
    pedirle al guardia de seguridad de un banco que nos
    abra la caja de seguridad y nos deje disponer del efectivo.
    ¿A que nos lleva esto?

    Desde hace más de dos mil años existe esta
    situación en el mundo, y Sun Tzu ya había hablado
    respecto a ella. El misteriosito filosofo guerrero Chino
    clasificaría a la península de Yucatán como
    un territorio desfavorable con montañas boscosas,
    desfiladeros abruptos, marismas y otros accidentes
    difíciles de atravesar (Sun Tzu, 2000, p.1003). La
    única manera de sobrevivir en un terreno como ese es
    según el gurú del modelo de negociación
    Ganar-Peder, es a través de la
    comunicación.

    Siendo bastante creativos, podríamos aterrizar el
    panorama de Sun Tzu al planteamiento de compadrazgo y
    obtendríamos que las comunicaciones
    de las que Tzu habla sean precisamente las relaciones de apoyo
    que existen entre las personas que se encuentran en el medio y
    aquellas que pretenden sobrevivir (entrar) en él. Con no
    mucha imaginación podremos entender que Sun Tzu ya
    visualizaba esta situación del "compadrazgo" desde hace
    dos mil años.

    Las posibilidades para entrar en un mercado que ya esta
    definido, como podremos notar, son pocas. En nuestro caso, el
    capital de
    inversión en la península se mal distribuye a
    través de compadrazgo y el problema principal de esta
    situación es que los trabajos y las oportunidades se le
    están negando a empresas con capacidades de producir
    resultados por el simple temor al cambio.

    Yucatán y Campeche en concreto, han
    creado una red de
    producción familiar, que va heredándose de padres a
    hijos y que de vez en cuando salta y salpica a unos cuantos
    amigos. Para entrar en el circulo de proveedores
    necesitas ser cuate de alguien o que en serio te caiga una gran
    oportunidad del cielo y te afiances un nicho de
    mercado.

    Nuestra red de negocios peninsular
    es un asunto Maquiavélico en todo el sentido de la
    palabra, ya que el propio Maquiavelo
    menciona la manera en la que se adquiere un principado nuevo de
    tal forma que resulta la analogía perfecta hacia la forma
    en que se hacen negocios en la península.

    "Los principados son bien hereditarios, en razón
    que impere la misma casa de forma prolongada, bien nuevos. Estos
    últimos o lo son enteramente o son miembros
    añadidos del Estado hereditario del príncipe que
    los adquiere. Los territorios adquiridos de tal modo o se
    hallaban gobernados antes por un príncipe o gozaban de
    libertad: y se
    conquistan con las armas ajenas o
    con las propias, merced a la fortuna o gracias al valor y al
    talento" (Nicolás Maquiavelo, p.34).

    En palabras cotidianas y aterrizado al panorama del que
    hablamos, Maquiavelo, nos dice que la única manera de
    entrar al mercado es a través del compadrazgo, es decir
    que solo puede penetrarse en el mercado "heredando" un poco de
    participación de este a través de la ayuda que te
    ofrezca el compadre. También hace referencia, en la
    última línea de la cita anterior, a la posibilidad
    de que con mucha suerte se logre encontrar un nicho de mercado
    virgen y en ese caso sugiere lo obvio, conquistarlo como sea. Lo
    verdaderamente interesante es que Maquiavelo describe dos
    vertientes con respecto a la conquista del mercado virgen y es
    con las armas ajenas, es decir con la ayuda del compadrazgo o con
    las armas propias, pero para optar por esta última
    opción advierte que se depende ampliamente de la suerte y
    otras cualidades. Si escogemos entre suerte y compadrazgo, la
    balanza sin duda se inclinará con mayor facilidad para
    quien posea más compadres y sus posibilidades de competir
    en el mercado serán obviamente mayores.

    El problema del
    compadrazgo en los negocios

    El problema del compadrazgo es netamente una
    situación social, pero lo que en realidad debe
    preocuparnos con relación a este fenómeno, es que
    el consumidor no actúa siguiendo esta regla. Los
    consumidores son selectivos en el sentido de que son indiferentes
    al compadrazgo, si bien es cierto que uno asiste a los negocios
    de los amigos, también es cierto que cada persona se forma
    una preferencia por los negocios que mejor le satisfacen sus
    necesidades. En la península parece que hemos olvidado un
    poco esta premisa.

    El sector de servicios publicitarios tiene la misión de
    orientar a estos clientes hacia los servicios o productos que
    mejor podrán satisfacer sus necesidades, pero si dichos
    productos o servicios se niegan a entrar en el juego, se
    rompe todo el proceso y los clientes quedan en libertad vagando y
    experimentando por ellos mismos.

    El problema aquí es para los anunciantes, ya que
    ellos creen que no pierden nada al no comprar publicidad efectiva
    (y tal vez es cierto), sin embargo no están considerando
    todo aquello que dejan de ganar. He aquí el reto de la
    Innovación y del Mercadologo.

    Respecto a esto, recuerdo una cita de Nicholas
    Negroponte a la que recurriré para dejar un poco
    más claro el erróneo pensar de los
    anunciantes.

    Negroponte en su libro "Ser Digital", comenta al lector
    que en una ocasión, al hacer de un viaje tuvo que
    registrar el valor de su computadora y
    el escritor la valuaba en uno o dos millones de dólares,
    mientras que la recepcionista le calculo unos dos mil
    dólares. De esta anécdota de Negroponte se
    desprende una reflexión que soporta mi postura: "La verdad
    es que, si bien los átomos no valían tanto, los
    bits que contenía mi laptop eran de un valor casi
    imponderable" (Nicholas Negroponte, 1995, p. 31).

    Negroponte tiene una razón infinita al proponer
    que el mundo digital en el que nos encontramos inmersos ha hecho
    que los seres humanos, principalmente los que se encuentran en la
    posición de adquirir publicidad, pierdan poco a poco su
    capacidad para valorar el capital
    intelectual. Es decir que los anunciantes al desvirtuar la
    compra de la publicidad efectiva, no solo ignoran el potencial de
    inversión que existe en la persona que posee la capacidad
    para crear tal medio, sino que también cierran los ojos a
    los beneficios económicos que podría generarles la
    innovación en todo el sentido de la palabra. De una
    manera, ignoran que hay otras formas de generar mejores ingresos para sus
    negocios.

    La gravedad del asunto es que según Wikipedia:
    "Un elemento esencial de la innovación es su
    aplicación exitosa de forma comercial. La
    innovación ha delimitado y cambiado la historia humana.
    Los planificadores económicos ven toda innovación
    como el arreglo de toda crisis del
    capitalismo y
    es el elemento central de muchas políticas
    para aumentar la competitividad
    a nivel corporativo o nacional" (Wikipedia, 2006).

    Es decir, la innovación es la receta
    mágica y el elemento esencial para alcanzar el
    éxito y sin embargo, nos empeñamos en ignorarla.
    Creemos que no sirve para nada. Es una formula que ya ha sido
    probada y que sin embargo cambia de forma cada vez que la
    utilizamos.

    Hablamos de que es una posibilidad de aumentar la
    competitividad y aun así seguimos ignorándola a
    través de nuestra nuestras prácticas
    "compádrales". Así como en algún tiempo la
    península fue punta de flecha en muchos sectores
    empresariales, inversamente puede estarse dando el caso de que el
    este iniciando un proceso de estancamiento gracias a sus malas
    costumbres y que esto, finalmente, pueda significar su
    decadencia.

    Conclusiones

    Aterrizando de manera práctica todo esta investigación podríamos concluir con
    el hecho de que en la península de Yucatán existe
    de manera evidente el fenómeno del compadrazgo, que no es
    otra cosa si una fijación de usos y costumbres que dicta
    toda la distribución de la riqueza del estado.

    El compadrazgo como fenómeno social afecta
    directamente a cualquier negociación y en el caso de los
    estados (ciudades) que pusimos como ejemplo, el compadrazgo no
    distingue entre iniciativa privada o publica, ya que influye en
    ellas por igual.

    De igual manera, el compadrazgo abordado desde el punto
    de vista mercadológico es un problema que pone en riesgo, y en
    desventaja, el desempeño empresarial de la
    península al momento de interactuar en el mercado
    globalizado.

    Como todo problema precisa de una solución, y en
    este caso la hemos conocido desde el inicio. La contra parte del
    compadrazgo es la apertura y la flexibilidad de las empresas que
    por ende dará cabida a la innovación.

    Es una solución sencilla, simplemente tenemos que
    abrir la mente y hacer caso a todas esas pequeñas ideas
    que ocurren en nuestra cabeza. Si no somos empresarios muy
    creativos o no contamos con el personal necesario para innovar,
    debemos dejar de seguir bajo esas influencias
    "compádrales" que nos hacen mal invertir nuestro dinero y
    aventurarnos a contactar a la gente joven que trae ideas nuevas y
    frescas que sin duda contribuirán al desarrollo de
    nuestro negocio. Hay que ser flexibles.

    1. Enciclopedia Wikipedia (2006). Innovación.
    Wikipedia, la enciclopedia libre. Recuperado el 20 de
    febrero de 2006 de: http://es.wikipedia.org/wiki/Innovaci%C3%B3n

    2. León g. Schiffman y Leslie Lazar Kanuk (1997).
    Comportamiento del Consumidor (5ª. ed). México:
    Pearson.

    3. Harold Koontz y Heinz Weihrich (1998)
    Administraciòn, una perspectiva global (11a. ed.)
    México: Mc Graw Hill.

    4. Philip Kotler y Gary Armstrong (1998) Fundamentos
    de Mercadotecnia
    (4a ed.) México: Prentice-hall
    Hispanoamericana, S.A.

    5. Sra. Techy Salas (2004) El bautizo, origen del
    compadrazgo. La palma interactivo.com Recuperado el 23 de
    Febrero de 2006 de:
    http://www.lapalmainteractivo.com/vida/content/vida/tradicion/031804bautizo.html

    6. Lic. Francisco Acosta Ruiz (2006). ¿Sabes
    realmente que es un Paradigma? Monografías.com
    Recuperado el 25 de Febrero de 2006 de:
    http://www.monografias.com/trabajos16/paradigma/paradigma

    7. Nicholas Negroponte (1995) Ser digital
    (2ª ed). México: Editorial
    Atlántica.

    8. Sun Tzu (2000) El arte de la
    guerra

    (18va ed). España:
    Editorial Arca de Sabiduría.

    9. Maquiavelo (1999) El príncipe
    España: Edimat Libros.

    10. Luís Alfonso Pérez Romero (2004)
    Marketing Social Teoría
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    Prentice-Hall

    11. Gene N. Landrum (desconocido) Perfil del los
    genios
    (p. 255) Recuperado en fotocopias el 3 de marzo de
    2006.

     

     

    Datos del Autor

    Rubén Enrique Rocher Hurtado

    Mexicano nacido en la ciudad de Campeche el 25 de abril
    de 1982.

    Licenciado en Comunicación con especialidad en Medios.
    Universidad del Mayab. Mérida, Yucatán,
    México. Actualmente realiza estudios de Maestría en
    "Mercadotecnia Estratégica" en el CADEN (Centro de Alta
    Dirección en Economía y Negocios),
    en la Universidad del Mayab de Yucatán, México. Ha
    realizado publicaciones anteriores a nivel local, entre ellas:
    Publicaciones en Internet en la revista CODICE: "Maldito Grillo",
    "Diferencias", "Sueños". Publicaciones de opinión
    en el diario Tribuna con circulación en la
    Península de Yucatán: "¿Y el derecho a la
    información?", "Mi más sincero pésame al
    Diario de Yucatán" (Fue publicado bajo el titulo de: Mi
    más sincero pésame a DIDY). Publicación de
    su primer trabajo de maestría bajo el titulo: "¿Hay
    lugar para innovar?: Luchando contra la corriente" (una
    versión reducida de este trabajo).

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    Este trabajo fue realizado el 7 de marzo de
    2006.

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