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Fighting for the Freedom (página 2)




Enviado por carlos alarcón



Partes: 1, 2

Mientras viajamos por el portal, he pensado en la
mentira que nos dijo el Zeyekah de la posada. Si le
hubiésemos hecho caso, habríamos cometido un error
irreparable, así que debemos llevar esta misión
hasta el final. Hemos llegado al reino de Conkram y a Asir le
volvió la fiebre, tuvimos
que ir a una posada a las afueras de la aldea para que
reposara.

Hemos pasado la noche y Sirá ha estado muy
callado. Vahn me preguntó si Sirá, ahora que era el
representante del mal, fuese un aliado de Ganondorf y si fuese
así, tendría el coraje para revelarse ante
él. Yo le respondí que si él fuese aliado de
Ganondorf, ya nos hubiese eliminado y si le queda algo de
sangre Goron,
puede sentir esa amistad por
nosotros.

En ese momento, Asir empezó a convulsionar
y experimentó una extraña transformación: su
cuerpo empezó a brillar y cambió a una forma
extraordinaria; Asir aumentó su estatura y cambió
su forma a la de un caballero Shogun. Vahn quedó
impresionado con la transformación y Asir le dijo que su
cambio
había sido por el deseo de vencer al mal que él
tenía. Versago salió de la habitación y dijo
que tomaría aire. Unos
minutos después llegaron unos guardias del reino a
capturarnos por ser sospechosos de utilizar artes secretas.
Nosotros no sabíamos nada sobre eso, pero esto nos
servirá para llegar más rápido al rey y
quizás allí esté
Ganondorf.

Hemos llegado al castillo y aún no aparece
Versago. Hemos pensado que posiblemente él avisó a
la guardia real de que nosotros estábamos allí,
así que ya es notorio de que él es un enemigo
más. Nos mandaron a las mazmorras para encarcelarnos y
fusilarnos al amanecer. Vahn me ha dicho que la única
manera de que podamos salvar nuestras vidas es destruyendo el
castillo y todos los que puedan estar allí, ya que nos
dimos cuenta de que este lugar es de Ganondorf y al destruirlo
tendríamos la mitad de la misión en nuestras manos.
Medité en eso durante un rato y decidimos cumplir el
plan para
terminar con esto.

Todavía estamos encarcelados y
repentinamente llegaron unos soldados a llevarnos ante el rey.
Vahn y yo estamos preparados para cualquier cosa, ya que lo que
viene es de vida o muerte y no
debemos descuidarnos. Llegamos al lobby del
palacio y nos encontramos con una construcción sumamente hermosa; los
adornos, la estructura y
la gente que lo habita es excepcional. La sala de reuniones de la
Cámara Real está justo en frente de nosotros y los
soldados nos apresuraban para entrar. Al entrar allí nos
encontramos con algo que ya se esperaba; estaban Ganondorf y
Versago hablando como buenos aliados sobre lo que harían
con nosotros. Vahn se enfureció tanto con el "nuevo
Sirá"
que se lanzó a atacarlo diciendo que
él era un traidor y un embustero, pero esas palabras no le
hicieron daño a
Versago y este le contestó que todo lo que había
hecho siendo Sirá, desde la destinada aparición en
la aldea Goron hasta el Ritual a Jedo había sido todo
planeado por Ganondorf para el bien de los Seru. Yo nunca
pensé que el Sirá que alguna vez escuchamos decir
cuánto significaba nuestra amistad para él, ahora
esté diciendo que nunca fuimos nada y que prefiere
destruirnos. Lo único que pienso ahora es en destruirlos a
todos aquí y acabar pronto con esta pesadilla.
Después de esa "batalla verbal", Ganondorf le
propuso a Versago que mañana por la mañana que la
Guardia Real nos decapitara y Versago contestó que
sí. Parece que tenemos las horas
contadas.

Ya es de madrugada y nos fueron a despertar unos
guardias para la ejecución. Llegamos allí y estaban
Versago y Ganondorf esperando a ver como moríamos. Los
soldados estaban listos para apuntar con sus ballestas a nuestras
cabezas cuando de pronto Versago ordenó que detuvieran la
ejecución. Nosotros estábamos sorprendidos por lo
que habíamos escuchado y Ganondorf también lo
estaba. Versago expresó su culpa por lo que nos
había hecho y cuán arrepentido se sentía e
hizo algo impredecible: tras una leve carga de energía
maligna, le lanzó un ataque a Ganondorf diciéndole
que lo había usado para destruir a sus amigos y que
realmente no había tomado sus sentimientos en cuenta. El
ataque que recibió Ganondorf fue tan poderoso que lo
cristalizó y rompió todas las cadenas que
había en el lugar. Vahn, Asir, el pequeño Meta y yo
quedamos maravillados con la fenomenal actuación de
Versago y éste, tras un resplandor dejó su forma de
Versago y se transformó en el Sirá de siempre.
Nosotros estábamos muy contentos de que volviera a la
normalidad y que esto por fin terminara que decidimos ir de
inmediato a salvar a los Deku.

Hemos descansado lo suficiente y nos dirigimos
hacia el gran Seru Kai (que en el dialecto seru
significa:"Centro de los Seru") Sirá cuando estuvo
con Ganondorf pudo obtener cierta información sobre donde está ese
lugar, lo malo es que se encuentra en otra dimensión y nos
costará un poco de tiempo llegar
allí. Vahn me llamó para hablar a solas; me
habló sobre el plan que teníamos de destruir el
castillo, ya que no teníamos previsto el cambio radical
que nos mostró Sirá y si no hacemos algo sobre este
lugar, luego las consecuencias pueden ser de vital peligro para
nuestro mundo. Yo medité esto con el pequeño Meta y
acordamos que sería lo mejor para nuestro mundo acabar con
el imperio de Ganondorf. Le tuvimos que decir a Sirá sobre
nuestro plan y él dijo que también estaba de
acuerdo de destruir ese lugar. Después de nuestra
conversación revisamos todo el castillo, sacando a los
súbditos para llevarlos a nuestro mundo y eliminar a los
pocos guardias que estaban en el bando enemigo. Luego de que
todos estuvieran a salvo decidimos utilizar nuestros poderes para
destruir el castillo, Sirá convocó a su guante,
Vahn utilizó el nuevo poder de Asir
para hacer un gran torbellino y yo saqué mi espada y
posesioné a Meta para hacer la espada de fuego. Los tres
canalizamos nuestra fuerza e
hicimos un ataque colectivo para que resultara efectivo y
éste fué esplendido: el castillo quedó
completamente destruido y comprobamos que si trabajamos juntos
podremos vencer al dios Zeyekah y salvar a los
Deku.

Nos dirigimos hacia una montaña donde
podremos transportarnos al Seru Kai, ésta queda un poco
lejos, así que debemos apresurarnos para ahorrar tiempo.
Sirá nos ha dicho que el Seru Kai es un lugar donde
nuestros sueños pueden ser realidades como también
simples espejismos, por eso debemos andar con mucha cautela sobre
lo que vemos, oímos y sentimos.

En esta montaña habitan seres nunca antes
vistos: seres con apariencias espeluznantes y grotescas, como
también pequeños duendes o hermosas hadas; sin duda
este lugar concentra seres del bien y del mal. El pequeño
Meta se maravillaba al ver una gran cascada al costado de la
montaña y Asir le seguía. Acampamos por la noche
antes de subir a la montaña para reunir fuerzas por el
extenso viaje que realizamos de día, así que luego
de comer algo mientras nos calentábamos con nuestra fogata
nos quedamos placidamente dormidos.

Mientras yo dormía, una extraña voz
me llamaba y me decía: "tengo
miedo…sálvame".
En un principio creí que
estaba soñando, pero luego de que se hacía
más constante abrí los ojos y me encontré en
otro lugar: éste era algo particular porque el cielo era
el suelo y
viceversa. Me sentí algo perturbado por lo que veía
y por el lugar donde estaba parado, así que empecé
a correr y el camino no terminaba. Me detuve un poco y
llamé a la extraña voz que atormentaba mis
sueños y ésta se apareció como una
pequeña hada y me llevó a recorrer la nada. Le
pregunté qué hacíamos aquí y me
contestó con otra pregunta; me preguntó si yo
tenía un hogar y si era feliz. Yo le contesté que
tenía un hogar ubicado en la Tierra y le
contesté que no era completamente feliz, sino la mitad de
lo que debiera ser, ya que con mis amigos debemos salvar nuestro
mundo y destruir al mal que hay en toda la existencia. El hada
sonrió y me mostró el camino al Seru Kai, ya que su
hogar había sido completamente destruido y me pidió
que salvara ese lugar y retornara la vida a su hogar; a cambio de
eso ella me concedería el don de poseer el elixir Ozma. Yo
acepté el reto y le prometí que sería
así.

Luego de ese encuentro, desperté junto a la
fogata, donde vi a Vahn y a Sirá que ya estaban listos
para partir. Yo me apresuré para seguirlos y subir lo
más pronto posible a esa montaña, donde muchos
secretos nos serán revelados y podremos descubrir el
misterio de los seru.

Ya estamos camino a la cima de la montaña y
le preguntamos a Sirá por qué se había
rehusado a obedecer los planes de Ganondorf y él nos
contestó que Ganondorf era un simple sirviente del mal y
no tenía derechos sobre él y
además la verdadera cara del mal es aquella que nosotros
nos creamos, ya que el mal es subjetivo y cada uno tiene su
propia definición de él. Nosotros quedamos
sorprendidos al escuchar aquellas palabras llenas de
sabiduría de parte de Sirá, allí nos dimos
cuenta de que él había cambiado y que ya no
sería más Versago. Faltan unos pocos
kilómetros para llegar y conocemos tantas criaturas que ya
no nos asusta nada de lo que podamos ver.

Hemos llegado a la cima y nos encontramos con una
pequeña aldea: ésta está constituida por
seres muy parecidos a los humanos y son muy amables. Nos
preguntaron si nosotros éramos los que habían
destruido al imperio de Ganondorf y les contestamos que si. Ellos
se maravillaron con nuestra hazaña y nos dejaron ocupar el
portal hacia el Seru Kai. Este portal no es como la estatua de
Jedo, sino que es más rustico y se debe hacer un ritual
bajo la lluvia. Cuando escuchamos eso, Vahn y yo nos
impresionamos mucho, pero ellos han sido muy amables con nosotros
y no hicimos ningún comentario. Nos ubicaron en un punto
centro de la montaña y comenzaron a hacer el ritual, este
duró casi una hora y luego de ese rato apareció una
gran luz que nos
envolvió y nos hizo desaparecer en un instante. Luego
aparecimos en un bosque donde hay seres muy distintos a nosotros.
Debemos estar en el último lugar de nuestra misión.
El Seru Kai.

Hemos llegado al Seru Kai y nos dimos cuenta de
que es un lugar extraordinariamente hermoso; la vegetación y el ambiente que
hay aquí son fenomenales. Comenté con los muchachos
el paisaje que veía y ellos me dijeron que estaba loco
porque es un gran y árido desierto. Yo me confundí
un poco porque ellos veían algo completamente diferente y
recordé las palabras de Sirá: "nuestros
sueños pueden ser realidades como también simples
espejismos, por eso debemos andar con mucha cautela sobre lo que
vemos, oímos y sentimos".
Sirá se acercó
a mí y puso su guante en mi cabeza, este empezó a
brillar y mis ojos fueron abiertos, dándome cuenta de lo
horrible que es este lugar: el desierto parece infinito y toda
esperanza de vida que se pudiera encontrar es nula. Ahora estamos
buscando un pequeño pueblo donde vivían los
Maestros Deku, antiguos genios de las artes Seru y patriarcas de
esta raza, así que debemos apresurarnos porque la noche
está cayendo.

Después de haber sido cubiertos por un gran
círculo de fuego hecho por el pequeño Meta, ya que
el frío en la noche es casi insoportable, nos dirigimos
hacia el pueblo que Vahn ha divisado. Nosotros pensábamos
que era una ilusión, pero nos dimos cuenta de que era la
realidad. Al llegar nos encontramos con extrañas criaturas
del desierto que nos impedían el paso y tuvimos que pelear
para entrar. Estos monstruos son muy poderosos y nos costó
mucho derrotarlos. Al final de la batalla ellos nos dijeron que
el Gran Zeyekah los había mandado a matarnos, nosotros nos
sorprendimos porque ya saben que estamos aquí, así
que en este lugar debe estar el antiguo mapa del castillo donde
habitan los dioses Seru.

Mientras revisábamos el lugar encontramos
un viejo mapa donde había un extraño acertijo que
decía: "Zora, Tieg y Mantis. Milus, Deku y Zeyekah.
Control…
Poder… Destrucción. Misericordia…
Luz… Esperanza…".
Vahn y Sirá me
explicaron que esto podría ser obra de un espejismo, pero
yo creo que es el nombre de cada dios con la
característica de su raza. Sirá se largó a
reír porque dijo que era casi imposible de que los Zeyekah
fuesen la esperanza y además sonaba muy cursi, así
que dimos por descartada mi idea y nos hemos guiado por la
intuición de Sirá.

Llegamos a un lugar donde hay muchos
cadáveres y da un poco de miedo porque la noche esta
cayendo. Estamos preparados para luchar en cualquier momento,
pero creo que no será necesario porque al parecer
Sirá tenía razón, ya que hemos llegado al
Gran Castillo de los dioses Seru y nuestra misión
está a punto de ser cumplida.

Estamos en la puerta del castillo pero ha ocurrido
algo inesperado, en ves de haber una puerta hay seis y tienen
extraños signos. Yo
recordé que el número de dioses es de seis y Deku
es el quinto, así que decidimos separarnos para buscar al
dios Deku: Vahn decidió ir por la quinta puerta,
Sirá por la sexta puerta, yo me demoré un poco
más en decidir y resolví un pequeño acertijo
que me propuse: si el número total de puertas es de seis,
le resto el número de el dios Deku que es el cinco y el
resultado de esta operación es de uno, así que
tomaré la puerta uno.

Antes de entrar hemos decidido que si alguno
encontrara algo extraño que avisara a los demás por
medio de unos talismanes que nos brindó un aldeano de la
montaña en donde se encontraba el portal. Al comenzar
nuestra búsqueda individual recordé cuán
lejos estábamos y lo poco que nos faltaba para cumplir
nuestra misión.

Ya estoy dentro y he encontrado un largo pasillo
en donde hay muchas puertas. Meta me dice que está ansioso
por tener una verdadera batalla conmigo de aliado; Meta y yo
hemos tenido una gran amistad en estos últimos días
y creo que cuando peleemos, seremos unos oponentes muy poderosos.
Ya hemos llegado al final del pasillo y estamos nerviosos por lo
que pueda haber al otro lado, así que abrí la
puerta con mucha violencia y me
encontré con un cuarto muy alto y oscuro: en él hay
un gran ventanal que está al frente de la puerta y lo
único que se puede divisar es un pequeño resplandor
que está casi en el techo. Meta me dijo que iba a revisar
el resplandor y subió volando, lo malo es que luego de un
momento cayó muy adolorido. Le fui a ayudar y me dijo que
era un campo de fuerza muy poderoso y que no me debía
acercar.

Luego de que Meta se recuperara, utilicé su
cola para alumbrar el entorno y me di cuenta de que era cierto lo
que él me decía: era una gran jaula que esclavizaba
a un extraño ser y la primera imagen que se me
vino a la cabeza fue la de la pequeña hada, así que
decidí rescatar al ser que estaba allí.
Posesioné a Meta en mi espada y le lancé una gran
llamarada de fuego. Mi ataque fue todo un éxito,
pero el suelo empezó a temblar: había un gran
dragón custodiando la jaula y al ver que yo la
había sacado de su lugar, se abalanzó contra
mí y me retó a una batalla. Yo creía que iba
a pelear contra un dragón, pero este se transformó
en un guerrero y se hizo llamar Médium Terra. Le
pregunté si tenía relación con el elixir y
me contestó que él era el elixir Terra, y si yo
quería tenerlo tendría que vencerlo. Meta me dijo
que era el elixir más ágil que había creado
Jedo, así que tenía que tener mucho cuidado con sus
ataques, ya que se mueve como el viento. Le dije a Meta que esta
podría ser la batalla más efectiva antes de la
pelea contra el dios Zeyekah, así que debemos luchar con
todas nuestras fuerzas.

Nos alistamos para la pelea y Médium Terra
está muy convencido de ganar. Nos dijo que muchos humanos
y algunos sirvientes de los Deku habían tratado de
vencerlo, pero todos habían muerto en batalla, ya sea por
la liberación del dios Deku o solamente por obtener poder.
Le mostré la espada de Ghar y le dije que yo sería
el encargado de vencerlo; al hacer eso, Médium Terra se
sorprendió mucho y me dijo que él había
peleado contra Shiek de Ghar y había sido el combate
más parejo que había tenido y le dieron más
ganas de vencerme, pero no le será tan fácil
hacerlo porque cuento con
toda la esperanza de los Deku y de mis amigos.

Antes de empezar la batalla le dije a Meta que
debía pelear solo y que él debe rescatar a quien
está en la jaula. Meta aceptó la decisión
pero me dijo que si me veía en problemas, iba
a rescatarme. Le agradecí el poder dejarme esta batalla y
me puse en posición de ataque. Médium Terra se
acercó rápidamente a mí y quiso darme un
golpe, pero me defendí con mi escudo Deku, luego de eso
intenté darle algunos golpes con mi espada, pero fue
inútil ya que los esquivaba muy
rápido.

Mientras me levantaba del suelo, dijo que yo era
muy débil y que si él utilizaba todo su poder me
podría matar. Yo me reí de lo que él
decía y le dije que podría vencerlo sin mi elixir y
fui a darle un golpe de ventisca con mi espada. Supo resistirlo,
pero quedó un poco resentido. Mientras peleábamos,
recordé al pequeño Meta y lo ví conversando
con el extraño ser; ahora que recuerdo, el extraño
ser puede ser el dios del Hada que se comunicó conmigo
mientras dormía. Le grité a Meta que le preguntara
por Ozma y mientras le decía eso, Médium Terra me
atacó y destruyó mi escudo Deku. Yo me puse algo
furioso y decidí vencerlo a toda costa; le dije a Meta que
se fusionara con la espada para poder convocar a la espada de
fuego y él lo hizo rápidamente. Médium Terra
se desplazó como una brisa e hizo un ataque de remolino,
pero Meta y yo estábamos listos y utilizamos la
técnica mágica de "Kabuzancano": que era un
mago aliado de Jedo que utilizaba el fuego, esta consta de un
circulo de fuego de donde sale un dragón que ataca a su
oponente y esta técnica resultó muy efectiva.
Después de hacer la técnica, caí rendido al
suelo porque absorbió toda mi
energía.

Luego desperté y una pequeña hada
estaba en frente mío y Meta dijo que Médium Terra
había sido transformado en un pequeño zafiro de
color esmeralda.
Le pregunté a Meta quien era el hada y me respondió
que era el dios Milus que correspondía a la raza de las
hadas y este me dijo que sólo después de derrotar
al dios Zeyekah me podría dar el elixir Ozma, ya que
él lo tiene. Le dije que recuperaría el elixir para
salvar a todos los sometidos por los Zeyekah y regresar la paz al
Seru Kai.

Después de esa conversación, le dije
a Meta que debíamos irnos y el hada Milus decidió
acompañarnos; salimos del cuarto y nos encontramos con una
gran escalera. Milus nos dijo que antes de subir por las
escaleras debemos encontrar la llave de la puerta, ya que si
subimos y no la tenemos la puerta la pedirá y nos
capturarán los súbditos de Zeyekah; la llave se
encuentra en un pequeño pasadizo que está cerca de
la escalera, pero debemos tener mucho cuidado porque están
los súbditos de Zeyekah. Fuimos a buscar la preciada llave
y mientras hacíamos eso, escuchamos una gran
explosión por el lado este. Yo me asusté porque
puede haberle pasado algo malo a uno de los muchachos, pero Milus
me dijo que posiblemente hayan destruido alguna pared del
castillo, ya que las otras puertas tienen muchos laberintos y
algunos son sin salida. Luego de eso, el pequeño Meta
vió una pequeña grieta detrás de la escalera
y empezó a escarbar pero se encontró con otra cosa:
vió a Asir y a Vahn peleando con un extraño
dragón.

Nosotros fuimos a ver que pasaba y Vahn nos dijo
que el dragón era un súbdito de Zeyekah. Luego de
unos momentos, Vahn y Asir destruyeron al monstruo y fueron donde
nosotros; me dijo que había estado peleando continuamente
en un laberinto y para escapar utilizó una técnica
especial del nuevo Asir que es una especie de bomba que se
adhiere a las paredes y luego las destruye. Yo le hablé de
mi pelea contra Médium terra y sobre nuestro nuevo amigo
Milus. También le dije que Médium Terra se
convirtió en un zafiro y podría ser para la espada
de Asir que se llama "Harusame". Me dijo que lo dudaba mucho, ya
que el no estaba implicado en este pleito. Luego de hablar nos
encontramos con Sirá y él tenía la llave.
Nos dijo que al matar a un Troll le quitó la llave del
bolsillo, así que estamos dispuestos a entrar a la gran
puerta y destruir al dios Zeyekah.

Nos preparamos lo suficiente para esta pelea y
puede ser la última porque es posible que nuestro mundo ya
esté libre de la amenaza de Ganondorf, así que
decidimos partir hacia la gran puerta. Llegamos a la cima y nos
encontramos con una gran cantidad de cadáveres de
guerreros. La puerta es de oro y tiene
una insignia grabada: debe ser el sello que utiliza Zeyekah en
dialecto seru.

Abrimos la puerta y nos encontramos con un gran
bosque milenario en donde habitan cientos de animales;
también hay una especie de gnomos que rondan en una fuente
muy alta en donde debe habitar Zeyekah. Fuimos para allá y
nos encontramos con él: Milus nos dijo que era muy
poderoso y podría utilizar el bosque a voluntad suya.
Tuvimos presente los consejos de Milus y decidimos posesionar
nuestras armas: yo
posesioné a la espada de fuego, mientras que Vahn
utilizó el poder del nuevo Asir para convocar al Shogun y
Sirá utilizó su guante. Estábamos listos
para la Gran Batalla.

Fuimos donde el dios Zeyekah y le dijimos que
liberara al pueblo Deku y nos dijo que eran pertenencia suya
porque él se transformaría en el nuevo Nasha
(supremo dios) de los Seru y si nosotros interferíamos
él nos destruiría. Sin embargo, decidimos pelear
contra él y dejar nuestras vidas en la batalla.
Sirá lo atacó primero con su guante y el dios
aceptó la batalla utilizando una técnica oscura
llamada tetsuru que consiste en llamar a varios dragones y
empezó la batalla: yo no perdí más tiempo y
utilicé Kabuzáncano, Vahn llamó al shogun
Asir e hizo una gran ventisca contra los dragones de la
oscuridad, destruyendo a dos. Zeyekah se enojó y
lanzó contra Vahn una bola de fuego, causándole un
gran daño físico. Sirá tomó un poco
de energía del bosque e hizo una tormenta de hielo, la
cual nunca habíamos visto de parte de él,
destruyendo al último dragón de nuestro
enemigo.

Con la defensa descuidada, me subí a
Kabuzáncano y sentí una gran fuerza que manaba de
él: fue tanta que una luz me cubrió y me hice parte
de Kabuzáncano y de inmediato ataqué a Zeyekah.
Este decidió utilizar su técnica especial y
sucedió algo inesperado: de su boca salían cientos
de destellos oscuros que al juntarse formaron un gran
cañón maligno lanzándole el ataque a Vahn.
Era tarde para que yo o Sirá lo impidiéramos cuando
sucedió algo increíble: el elixir Terra
empezó a brillar y se fusionó con la espada del
shogun Asir formando una espada Harusame nueva que pudo desviar
el ataque de Zeyekah. Éste quedó impresionado
porque habían bloqueado su técnica especial y
mientras ocurría eso, Asir se transformó en un
guerrero Ninja y se hizo llamar Ghala.

Nosotros quedamos impresionados con la nueva etapa
de Asir y el mismo destello ayudó a Vahn a sanar sus
heridas. Ahora con nuestras fuerzas renovadas decidimos hacer un
ataque en conjunto: con la posesión de Kabuzáncano
me dirigí a su cabeza, Vahn llamó al nuevo Ghala
para hacer una técnica especial y Sirá
convocó al espíritu de la nieve para atacar sus
extremidades y todo salió sorprendente: yo le lancé
una bola de fuego mientras que Ghala utilizó un ataque
ninja llamado shokenn que consistía en una gran
cruz formada por su cuerpo y que lanzaba un destello negro y
Sirá provocó una gran avalancha que cubrió
al Zeyekah, quemándolo y haciéndolo desaparecer.
Luego de la batalla quedamos exhaustos, pero en su agonía,
Zeyekah nos dijo que los Deku nunca podrían volver a la
Tierra y las
hadas tampoco. Yo me angustié mucho porque no pudimos
completar nuestra misión, pero de pronto salió de
las cenizas de Zeyekah un pequeño bebé. Nosotros
pensamos que él se había reencarnado, pero al verlo
bien, Milus se dio cuenta de que era el elixir Ozma y nos estaba
esperando. Él nos dijo que teníamos que pedirle a
los Grandes Espíritus que revivieran a la raza Deku y a
las hadas.

Luego de descansar fuimos hasta allá y le
pedimos a los Grandes Espíritus que los revivieran, pero
no nos escucharon, cuando de pronto el pequeño Meta, Terra
y el bebé Ozma empezaron a brillar y les dijeron a los
Grandes Espíritus nuestra petición y ellos dijeron
que si. Luego de ese encuentro, el bosque empezó a
desaparecer y todo allí se esfumó. Nosotros
corrimos hacia la puerta para que no nos pasara algo malo y
alcanzamos a llegar. Al ver el castillo nuestros elixires
empezaron a brillar y dijeron: "el futuro recién se
está escribiendo"
y de pronto todo empezó a
cambiar y la raza Deku y las Hadas aparecieron y fueron libres.
Al ver eso notamos que nuestra misión estaba cumplida y
que al fin podríamos regresar a casa.

Descansamos un momento y decidimos volver al mundo
real por medio de nuestros elixires, pero antes de volver nos
despedimos de nuestro amigo el dios Milus y él nos dijo
que ahora los dos mundos volverían a ser los de antes: sin
fallos ni maldad. Aún no decidimos quién se
quedará con el nuevo elixir Ozma, pero creo que ya no
será necesario, ya que no hay mas maldad en nuestro
mundo.

Volvimos y despertamos en la montaña
rodeados por los aldeanos de ese lugar. Nos aclamaron como los
grandes héroes que salvaron a nuestra tierra y al Seru
Kai. Les preguntamos como había estado la Tierra mientras
nosotros no estábamos, y nos contestaron que habían
pasado cosas muy extrañas: un hombre vestido
con ropas negras había sido proclamado Rey de nuestra
región de Legaia, el se llamaba
Versago.

Al escuchar eso nos sorprendimos mucho porque se
suponía que Versago estaba muerto, pero mientras el jefe
de la aldea nos hablaba, Sirá salió
rápidamente del salón. Fuimos a ver lo que pasaba y
sucedió lo inesperado: el cielo se tornó negro y
una extraña luz negra absorbió a Sirá
transformándolo en un antiguo ser conocido para nosotros:
Versago. Aterrorizados estaban los aldeanos y se
escondieron inmediatamente. Yo posesioné a Meta a la
espada de Ghar para desafiarlo y dijo que era imposible que yo
solo lo venciera y que lo mejor que yo podía hacer era ver
cómo estaba Rim Elm y repentinamente desapareció.
Creo que algo muy oscuro está a punto de
venir.

Luego de ese suceso tomamos nuestras cosas y
fuimos a Rim Elm para ver lo que pasaba, pero nos
demoraríamos mucho, ya que queda muy lejos. Le preguntamos
al jefe de la aldea si tenía algún tipo de transporte
para facilitarnos y nos dijo que no. Creíamos que
demoraríamos demasiado en llegar al pueblo, hasta que
Ghala abrió sus alas metálicas y nos elevó
por el cielo. Mientras íbamos hacia Rim Elm vimos lo cruel
que había sido Versago: todos los campos de cultivos
habían sido devastados y toda esperanza de vida
también. Vimos el reino Drake algo destruido pero
todavía quedaban algunas paredes en pie. Yo recordé
que el herrero tenía mi escudo y fuimos a
buscarlo.

Casi todo el pueblo había sido destruido,
pero el castillo estaba intacto. Vahn recordó donde estaba
el herrero y llegamos allá en un instante. Todo estaba
destruido y perdí toda esperanza de poder encontrarlo,
hasta que escuchamos una voz algo lejana y era la voz del
herrero; en el suelo había una puerta en donde se
encontraba un gran bunker subterráneo. Bajamos y él
estaba con mi escudo ya arreglado. Nos dijo que tuviésemos
cuidado en Rim Elm porque la oscuridad ya había llegado
hasta allá. Luego de una amarga conversación,
accedí a portar el Miracle Shield (escudo del
milagro)
y la cara del hombre encerrado cambió a un
águila dorada. Después de despedirnos del herrero,
salimos hacia mi pueblo y nos encontramos con una terrible
desgracia: una gran columna negra estaba en el centro de
éste y todo lo demás estaba destruido. Una vez
más recordé las palabras de Ganondorf: "diaj
greb folkan"
: caí arrodillado y pensé que todo
estaba perdido. Vahn se entristeció mucho al ver tan
dramática escena y nuestros elixires
también.

Decidí rendirme, ya que no podía
hacer nada al respecto, hasta que el bebé Ozma
empezó a brillar y a lo lejos vimos una extraña luz
blanca: ¡era Saria! Y se había escapado de las
garras de Versago. Al verla, mis ojos se llenaron de
lágrimas y corrí a abrazarla: le pregunté
cómo había sobrevivido y me contestó que la
anciana del pueblo le dijo todo lo que iba a venir y le
brindó un elixir llamado "Rogue" (Luz). Luego de
ese emotivo encuentro, salimos a un lugar más seguro en donde
nos esperaba mis padres y Ralm: el vendedor de
armas.

Hablamos con ellos toda la noche y les contamos
nuestra travesía. Quedaron impactados con nuestros relatos
y encantados al conocer a seres tan particulares como el
pequeño Meta, Ghala y el bebé Ozma, aunque
conocían a Rogue: que es una pequeña niña,
pero con poderes asombrosos. Luego de descansar, nos dijeron que
Versago posiblemente estaba debajo de la tierra
preparándose para tornar a toda la región en seres
maquiavélicos. En ese momento, Vahn recordó el
castillo Drake, ya que no estaba destruido y posiblemente era
porque allí estaban los proyectos del rey
Etora para conquistar el mundo, así que nuestro primer
golpe fue destruir el castillo Drake. Fuimos para allá y
Saria también nos acompañó porque nos es muy
útil.

En el camino Saria habló con el bebé
Ozma y le preguntó por qué era un bebé y
éste respondió que era para unirse con otro elixir
y en ese momento la pequeña Rogue recordó a su
hermano y resultó ser que ellos dos debían unirse
para hacer al definitivo Ozma. Saria estuvo de acuerdo con eso y
los dos elixires se unieron formando al verdadero, quiero decir,
la verdadera Ozma: que es una niña que utiliza los poderes
del trueno en forma de flechas.

Llegamos a Drake y empezamos a canalizar nuestra
energía cuando de pronto salió el herrero que
todavía estaba con vida y nos pidió que lo
salváramos, le dijimos que si y fue hacia nuestro refugio.
Luego de eso decidimos atacar con un gran poder al castillo para
destruirlo: posesioné a Meta y nos transformamos en
Kabuzáncano, Vahn utilizó a Ghala e hicieron un
gran tornado, mientras que Saria se arrodilló en el suelo
y un círculo la cubrió, convocando con su gran
lanza dorada el arco y las flechas de Ozma. Ya estaba todo listo
y procedimos a atacar: Kabuzáncano y yo lanzamos una gran
bola de fuego, el tornado de Vahn y Ghala se transformó en
una tormenta y Saria y Ozma lanzaron las flechas de trueno. Todo
salió como lo habíamos planeado y el castillo se
volvió nada más que polvo.

Luego de destruir nuestro objetivo,
decidimos volver a Rim Elm para ver cómo podíamos
detener la amenaza de Versago; habíamos recorrido algunos
metros cuando de pronto miramos hacia atrás y percibimos
una extraña niebla que cubría el castillo que
acabábamos de destruir. Pensamos que podía ser
efecto de la explosión, pero nos dimos cuenta de que algo
estaba naciendo.

De inmediato fuimos a ver lo que ocurría y
era algo terrible: un castillo se levantó de la nada y
murió toda la tierra y ser vivo que se encontraba
alrededor de éste. Vahn y yo lo encontramos muy parecido
al castillo del Seru Kai, pero era casi imposible que el Seru Kai
tomara posesión de nuestro mundo, ya que las consecuencias
serían fatales para la humanidad, así que decidimos
destruir el castillo para acabar con esta amenaza que pretende
destruir nuestro mundo.

Volvimos al refugio y les contamos lo sucedido;
quedaron impactados al oír la noticia, ya que se
podía cumplir la profecía que anunciaba la anciana
del pueblo:" el mal tomará cautivo a nuestro pueblo,
muchos se revelarán y el reino de Hirule tocará
nuestra puerta".
En ese momento recordé lo que me dijo
la anciana al darme el escudo: "encuentra tu destino en
Hirule"
y les hablé a los muchachos sobre las palabras
que me había dicho la anciana. Saria me dijo que
posiblemente el Miracle Shield podría apartar la niebla
que protege al castillo y así dejarnos entrar. Planeamos
ir mañana por la noche, aunque ya no se sabe si es de
día o de noche, para estar descansados y poder tener
fuerzas para esta complicada lucha que debemos
ganar.

Ya nos vamos a dormir y he pensado en todas las
vivencias que he pasado: desde que conocí a Vahn, mi mejor
amigo, hasta ver con mis propios ojos el territorio sagrado de
los Seru. Han sido momentos donde he experimentado los
sentimientos más importantes en mi vida: el valor que
tienen las personas y la esperanza en que todo va a salir bien.
También ha habido momentos de confusión y de
soledad en donde la ayuda de mis amigos ha sido mi principal
soporte para seguir luchando. Muchas veces pensé estar
muerto, ya que no tenía la ayuda de mis amigos, como fue
en el caso de la montaña Goron en donde tuve que
arreglármelas solo en una batalla emocional contra
Ganondorf que debía ganar. Tantas cosas que me hicieron
crecer como persona que han
sido parte de mi destino y que con el tiempo pasan a ser un
puñado de recuerdos.

Al quedarme dormido se me apareció el dios
Seru Milus y me advirtió de lo que podía pasar si
no estamos bien emocionalmente, porque Versago adquirió la
técnica de los Deku para leer la mente y nos puede hacer
mucho daño por ese lado, ya que posee los recuerdos de
Sirá. Me habló sobre el castillo y dijo que
éste no tenía mayores complicaciones, sólo
hay una: "hay que mantener la mente puesta en Versago porque si
no se hace eso, se perderán en el castillo". Luego de esa
charla con Milus me levanté y desperté a los
demás para hablarles sobre mi sueño. Ellos me
encontraron la razón y cada uno se quedó a solas
con su elixir para meditar. Luego de eso empezamos a entrenar
nuestros nuevos poderes, ya que para hacer un ataque en conjunto
debemos hacer que nuestras mentes se unan y nuestros elixires
también.

Se supone que está atardeciendo y ya
estamos listos para partir. Nuestros seres queridos nos han dado
las gracias por haber peleado hasta estas instancias y no
habernos rendido. Nos hemos despedido con mucho afecto de ellos y
les prometimos que todo iba a salir bien. Estamos camino hacia el
castillo de Hirule y hemos pensado mucho en Sirá y si
está vivo o no. Saria dice que puede estar vivo, pero bajo
el control de Versago, así que si se nos aparece,
posiblemente sea Versago. Hemos llegado al castillo y la niebla
no nos deja pasar, así que saqué mi escudo y me
concentré para hacerlo funcionar: sentí el
cálido poder del escudo y como éste se
expandía por toda la niebla.

Al fin pudimos ver el castillo: es muy parecido al
castillo del Seru Kai, pero no están las puertas. Antes de
entrar, juramos que borraríamos del mapa a Versago y a
toda la maldad que él trae. Abrimos la puerta y nos
concentramos arduamente en nuestro objetivo para no perdernos. El
castillo es inmensamente grande y en él no hay ventanas.
Cada vez que damos un paso el castillo cambia, así que
debemos guiarnos con nuestros corazones. Hemos cerrado nuestros
ojos para concentrarnos mejor y en nuestro alrededor se escuchan
muchos lamentos. Sentimos que la Gran puerta que nos lleva a
Versago está cerca y podemos sentir nuestro nerviosismo.
Hemos abierto nuestros ojos y estamos a los pies de la entrada a
nuestra batalla final: abrimos la puerta y nos encontramos con
Versago sentado en un gran trono formado por esqueletos. Le
dijimos que dejara en paz a Sirá y a la humanidad, pero
él se rehusó. Luego se paró de su trono he
hizo una especie de conjuro que nos envolvió en un
profundo sueño.

Hemos despertado y nos encontramos en el mismo
lugar en que nos dormimos, lo único diferente es que
Versago no está. Nos hemos separado para buscarlo y
encontrados muchas sorpresas. Saria y yo encontramos una de
ellas: es el perverso plan que tiene Versago para la humanidad.
Éste consiste en realizar una especie de conjuro para que
el mismo infierno tome posesión de la tierra y todas las
razas del mundo sean torturadas, pero para eso se tiene que
poseer una gran cantidad de almas para proceder con el ritual.
Luego de conocer el plan, decidimos ir a buscar a Vahn para
contárselo.

Recorrimos algunos lugares muy oscuros y en un
especie de templo que estaba en la parte superior del castillo lo
encontramos, pero no estaba solo, sino que estaba
acompañado por dos individuos más. Fuimos donde
él y nos dijo que eran sus padres; supuestamente ellos
habían muerto por obra de Etora, pero milagrosamente se
lograron salvar y huyeron hacia las
montañas.

Vahn estaba muy feliz por verlos, pero Ghala no
estaba del todo contento; le preguntamos y nos dijo que dudaba
mucho que ellos fueran sus padres y si fuera cierto por
qué están en el castillo de Versago. Luego del
encuentro, volvimos al lugar principal en donde está el
trono de Versago. Llegamos y precisamente él estaba
sentado en su trono sujetando una pequeña arpa negra en su
mano. Él empezó a tocarla, pero Saria y yo no
escuchábamos nada, al contrario, Vahn empezó a
pedir que Versago dejara de tocar porque el ruido era
insoportable. Versago le dijo que se arrepentiría de haber
destruido a Etora y moriría en este preciso momento. Vahn
convocó a Ghala para atacar a Versago, pero sus padres se
interpusieron al ataque, Vahn les preguntó por qué
estaban haciendo eso y le contestaron que Versago traería
la paz y la perfecta armonía a la tierra y él
tenía que morir.

Yo quedé perplejo al escuchar semejante
barbaridad y Vahn se dio cuenta de que ellos no eran sus padres.
Versago ordenó a los padres de Vahn que nos amordazaran
para que no interfiriéramos y él procedió
con su plan: una atmósfera maligna
cubrió a Vahn y le quitó su alma. En ese
momento mi mente quedó en blanco y no pude hacer nada
más que gritar. Mi mente quedó tan chocada con lo
que ví que maldije a mi cuerpo por no haber tenido la
fuerza para evitarlo y pensé que era el final. Ghala
quedó chocado con lo que vió mientras que Versago
lo golpeó y le dijo que ahora era nada. Ghala se
trató de parar y miró a los ojos a Versago. Le dijo
que Vahn no estaba muerto porque él siempre estaría
en su corazón y
en ese momento, la fuerza del espíritu del fuego (Meta),
la fuerza del trueno (Ozma) y la fuerza del viento (Terra) se
unieron para formar un gran circulo alrededor de Ghala para
convocar al dios Tieg (poder): éste tomó el cuerpo
inerte de Vahn y lo fusionó con Ghala para volver a la
vida a Vahn. Un gran destello los cubrió y destruyó
el conjuró que había implantado Versago en un
principio. Impresionado dijo que ya había llegado la hora
de nuestro fin y que ningún humano sobreviviría,
pero Saria le dijo que con nuestro valor y nuestra esperanza lo
venceríamos.

Vahn, Saria y yo estamos listos para nuestra gran
batalla y estamos decididos a ganarla. Versago utilizó un
conjuro para cubrir el territorio de oscuridad mientras yo
convoqué al pequeño Meta para transformarnos en
Kabuzancano y Saria experimentó el segundo nivel de Ozma
fusionándose con ella y resultando ser una gran Hada de
trueno.

Ghala, ahora que es uno con Vahn, utiliza la
espada Harusame para atacar. Versago nos lanzó una serie
de golpes que con mucha suerte podemos ver, pero Saria es muy
efectiva esquivando ataques. Meta y yo le lanzamos una bola de
fuego que concentraba una gran cantidad de poder y Vahn lo
atacó directamente.

Nuestros ataques no fueron muy efectivos, pero de
todas maneras lo dañamos. Luego él dijo que era su
turno y fue directamente hacia mí a atacarme; en mi forma
de dragón no tuve muchas oportunidades para cubrirme,
así que tuve que atacarlo yo también, pero
él fue más fuerte que yo y destruyó mi
posesión y me separé de Meta. Quedé algo
herido con semejante ataque y luego Versago decidió atacar
a Saria, pero ella estaba bien protegida y lo atacó con
una descarga eléctrica proveniente de sus flechas. La
descarga lo impactó en la cabeza y cayó algo
adolorido. Vahn aprovechó el momento de debilidad de
Versago y lo atacó con un torbellino, pero una
atmósfera anuló el ataque de Vahn. Luego Versago
despertó y atacó con un gran destello a Saria y
también la separó de Ozma. Vahn era el único
que no podía ser separado de su elixir, pero con un
excelente golpe Versago logró herirlo. Él dijo que
ya se acercaba nuestro fin y nada podíamos hacer, pero
nosotros todavía podíamos vencerlo: le dije al
pequeño Meta que le demostraríamos quienes somos y
que nunca nos rendiríamos y él dijo que esta vez
usaría la espada de Ghar para utilizar nuestro
último ataque y yo le dije que posiblemente sería
nuestro fin, pero el riesgo
había que tomarlo.

Saria también quería participar del
ataque y Vahn dijo que tenía que tomar su revancha contra
Versago, así que atacamos sabiendo lo que nos podía
aguardar: posesioné a Meta en nuestra espada de Ghar y
ésta se transformó en la espada de fuego, Saria
utilizó la posesión de Ozma con un arco y la
última flecha que le quedaba, mientras que Vahn
utilizaría el poder especial del elixir Terra para
agudizar el filo de su espada. Yo fui primero: grité la
palabra "triunfaremos" y le dije a Meta que había
sido la sensación más emocionante haber peleado
junto a él y me dijo lo mismo, corrimos y por el fuego de
la espada, nuestro alrededor se fue volviendo fuego, pero a
nosotros no nos pasaba nada. Di un salto sorprendiendo a Versago
y le enterré mi espada ardiendo en llamas Mientras
sucedía eso, Saria preparó su flecha y al lanzarla,
se transformó en un gran relámpago eléctrico
que perforó el abdomen de Versago. Vahn gritó:
¡Asir!
Y se arrodilló para formar un
círculo de viento del cual salió la imagen de Asir
y posesionó la espada de Vahn, volviéndola
más grande. Vahn corrió y enterró su espada
en el suelo, sacando un gran torbellino que envolvió a
Versago y lo lanzó algunos metros hacia
atrás.

Luego de unos momentos desperté y
creí que estaba muerto, pero Vahn, Saria, Ozma, Meta y yo
seguíamos con vida. Nos paramos y fuimos a ver a Versago y
éste estaba totalmente destruido. Pensamos que todo
había terminado, pero nos habíamos equivocado
porque el alma de Sirá seguía con vida y toda la
oscuridad existente la poseyó y se desató el caos
total: aunque Versago hubiera sido eliminado del universo, el mal
todavía existía y ahora estaba en su forma
natural.

Un extraño ser se nos presentó y
dijo que Versago era un simple sirviente y ahora nosotros
seríamos destruidos. Nosotros nos unimos y pensamos que
este era el fin de nuestro mundo y el principio del reino del
mal. Del cielo empezaron a caer relámpagos negros y todo
el mal existente tomó forma material y se
transformó en una gran bestia que tenía dos cabezas
y estaba dispuesta a acabar con nuestras vidas para siempre, pero
me dije a mi mismo que eso no podía pasar porque entonces
de qué habría servido todo lo que habíamos
pasado y todas las vidas que salvamos.

Pensé que todo había sido por algo y
que lo hecho no podía haber sido en vano, así que
saqué mi espada y mi escudo para ir a enfrentar al
causante de todo el dolor del mundo. Los muchachos me dijeron que
era un error porque moriría, pero yo debía hacerlo
porque era mi misión. Meta me deseó suerte y
dijo que yo era el único que podía detenerlo. Me
armé de valor y le dije a la bestia que había
llegado su fin, él me miró y abrió su boca:
de ella salió un gran viento que destruyó el todo
lo que estaba a mí alrededor hasta que llegó hasta
mí y en un parpadeo desperté en la
nada.

Me pregunté cómo había
llegado allí y si estaba muerto, pero de pronto una voz se
escuchó en mi mente y me dijo que era el dios Deku y nos
brindaría el ultimo poder de los seru. Luego de escuchar
esa voz desperté y una atmósfera nos cubrió
del ataque de la bestia volviéndonos inmunes por esa vez.
Les dije a los muchachos sobre el poder que nos había
brindado el dios Deku y decidimos utilizarlo: Meta, Ozma y el
zafiro de la espada de Vahn empezaron a brillar y se
transformaron en una pequeña espada de madera. Vahn y
Saria me dijeron que yo era el indicado para portarla y fui al
combate. Sentí el poder de mis amigos corriendo por mi ser
y pensé: "si esto no resulta, nada lo hará"
y fusioné mi escudo con la espada, convocando al ultimo
poder de los seru, éste se llamaba Uru Mais Sword
(espada de Uru Mais) que era una espada blanca gigante. La
tomé y ataqué a la bestia. En ese momento, un
destello blanco cubrió a la bestia y la hizo cenizas, el
cielo se cubrió con el destello al igual que toda la
Tierra. Una vez que ocurrió eso, la espada
desapareció y nos transportó hacia
fuera.

Despertamos y sucedió algo sorprendente: la
tierra había vuelto a ser la de antes y el mal se
había extinguido. Nuestros amigos que estaban en el
refugio habían sobrevivido y toda la gente que
había muerto había resucitado. Por fin dijimos
misión cumplida y toda la gente nos dio las gracias por
nuestra valerosa hazaña y fuimos nombrados héroes.
Al no haber maldad, el Seru Kai bajó a la tierra y tanto
los Seru como los humanos pudieron vivir en perfecta
armonía. Éste es el fin de nuestra leyenda. Pasamos
por dificultades y desafíos, pero lo hicimos para pelear
por nuestra libertad.

 

Carlos Joel Alarcón
Quinteros

 

 

Autor:

Acabo de cumplir quince años y ya soy un
hombre. Mi
padre me lo dice siempre porque debo transformarme en un cazador,
al igual que él, para defender a mi pueblo. Mi nombre es
Link y vivo en Rim Elm junto a toda mi familia.

Mi abuela era una gran sabia, por desgracia
murió y pienso que nos hace mucha falta, porque nadie
conoce los escritos antiguos que se encuentran en Uru Mais, la
puerta al Seru Kai. Estos escritos revelan el gran secreto
de Conkram, el absoluto reino de esta región. Mi
misión
será averiguar este secreto porque dicen que es muy
importante para la raza humana e ir al palacio de Conkram donde
se encuentra the Door of Light, pasadizo al reino de Ganondorf.
Este personaje es el principal enemigo de los humanos. Dentro de
unos meses deberé partir y dejar a mi pueblo. Será
un viaje extremadamente emocionante.

Hoy fui donde el herrero, el que me haría
mi principal arma: la espada de Ghar, se llama así por el
gran soldado Shiek de Ghar. Él dejó algo para
mí, me dijo el herrero, un zafiro verde. Al principio no
lo creí, ya que él murió hace más de
veinte años. El herrero me dijo que este zafiro es un
puente para absorber elementos sobrenaturales que le van a servir
a mi espada. Lo encontré fantástico porque he
oído que
existe un elixir que se llama Meta (fuego) y dice la
leyenda que puede consumir hasta la más dura roca y
volverla cenizas.

También fui a buscar mi escudo, pero este
es algo extraño porque tiene la imagen de un
rostro encerrado en él. Me lo dió la hechicera del
pueblo, pero me dijo que sólo el verdadero guerrero lo
podría portar. Y mencionó una frase que
decía: "Encuentra tu destino en Hirule". Esto me
puso muy nervioso porque esa hechicera ve el futuro a
través de los ojos de las personas, y por lo tanto,
sabía lo que me aguardaba. Pero yo no quise preguntarle
más cosas a ella, ya que podría perjudicarme. Luego
fui donde Saria, una amiga de toda la vida, ella sabe mucho de
magia. Me dijo que de alguna manera, si yo quisiera ser
más fuerte debería encontrar los elixires restantes
que son: Terra (viento) y Ozma (trueno). Con estos
podría utilizar Door of Light para llegar donde
está Ganondorf y así terminar con esa amenaza y
descubrir el misterio de Uru Mais.

Sólo faltan dos días para emprender
el viaje y me he dado cuenta de que estaré solo todo ese
tiempo y es un
largo viaje. Mi hermana, Cristal, es muy buena para dar consejos
y yo los necesito. Me dijo que no me preocupara porque "la
esperanza y la confianza de mi pueblo siempre me
acompañaría".
Ella siempre me ayuda, pero esta
vez no encontré lo que buscaba. Así que fui donde
el vendedor de armas del pueblo.
El había viajado por muchos lugares y conoce a mucha
gente. Le hablé sobre mi duda y me respondió que en
el pueblo que esta ubicado en el norte, había un muchacho
que quedó huérfano porque sus padres habían
muerto por manos del ejército de Ganondorf, y odia tanto
como yo a ese villano. Me dijo también que es agresivo,
pero es muy fuerte, así que es bueno tenerlo como aliado.
Su nombre es Vahn.

Hoy es el gran día y me voy seguro de que
saldré victorioso. Antes de irme, mi familia y mis amigos
me hicieron una fiesta de despedida. Donde Saria me dió un
gran regalo, una ocarina. Pero no es un instrumento cualquiera,
sino que tiene poderes mágicos. Es el recuerdo que tengo
de ella y lo cuidaré más que nada. Estoy listo para
el viaje donde encontraré mi destino y salvaré a mi
pueblo.

Ya he dejado Rim Elm y voy hacia el norte. Este
reino se llama Drake y se dice que el rey, Etora, está
poseído por fuerzas malignas y que nadie sabe lo que
trama. Yo creo que son relatos falsos porque de ser verdad ya lo
hubieran descubierto. El caso es que he llegado y no me dejan
entrar al pueblo porque creen que soy un bandido, pero
intentaré escabullirme para lograr entrar y encontrar a
ese famoso Vahn.

Me fue muy difícil entrar pero ya lo
logré.

Este pueblo es muy extraño y todos se
comportan muy raros, debe ser por lo que dicen del rey.
Llegué a una cantina para ver si estaba Vahn. Había
muchos bárbaros y mercenarios que quedaban
observándome, hasta que al fondo de la cantina
había un muchacho afilando una daga, así que me
acerqué para preguntarle el nombre y ver si era él.
Me contestó con un golpe y me pregunto si era del
ejército de Ganondorf, se veía muy enfurecido pero
yo le dije que también estaba buscando a Ganondorf.
Así que me dejó en paz y salió del lugar.
Luego salí yo para ver lo que le pasaba. Estaba mirando la
luna y se notaba muy pensativo. Me acerqué a él y
le pregunté su nombre. Me dijo que se llamaba Vahn,
así que yo le hablé del vendedor de armas y me dijo
que lo había conocido. Me presenté y le dije
cuál era mi plan para ver si
aceptaba acompañarme en el viaje, él me dijo que
mañana me contestaba y de pronto se
fué.

Yo, mientras tanto, empecé a caminar por el
pueblo y me acordé del regalo que me había hecho
Saria, así que empecé a tocar la ocarina. Sonaba
melodiosa y se notaba que estaba bien cuidada, pero de pronto
unos hombres me acorralaron y me pidieron cosas de valor.
Así que hice lo que mejor sé hacer, pelear.
Saqué la espada de Ghar y le puse el zafiro verde que me
dió el herrero y empezó la batalla. Estos hombres
tenían cuchillas y algunas cadenas y se lanzaron contra
mí, pero yo tomé mi espada y como dijo mi abuelo:
"debes canalizar toda tu fuerza en un
solo movimiento".
Los bandidos me atacaron con
cadenas, pero con mi espada las rompí y vencí en el
combate. Ellos salieron huyendo, pero algo le pasó a mi
espada, empezó a brillar y el zafiro que le puse se
incrustó en ella. Parecía algo extraño pero
era fantástico.

Ya es de mañana y voy a buscar a Vahn. Lo
encontré en la misma cantina, lo saludé y le
pregunté que técnicas
usaba él. Me respondió que todos los que quedan en
este pueblo son bárbaros y usan la fuerza bruta, pero
él usaba técnicas del Templo Setsu. Son
técnicas de alta categoría y que utilizan dagas de
filo invertido, muy parecido al estilo de los samuráis.
Pero, además tiene un espíritu que
pertenecía a su Templo que se llama Asir y utiliza
poderes de la tierra,
también se puede fusionar con la daga para volverse
más fuerte. Yo le conté sobre el origen de mi
espada, él se sorprendió al saber que tenía
las características de la espada de Ghar y que fuese tan
fuerte. También le hablé sobre el extraño
escudo que me dió la hechicera. Él me dijo que el
escudo lo podía revisar el herrero del pueblo porque
él sabe de eso.

El sitio donde vivía el herrero quedaba un
poco lejos, pero llegamos al mediodía. Hablamos con
él y dejé que revisara el escudo. Me dijo que el
era del tipo Halt, significa que éste no esta en todo su
poder, pero
éste sólo puede ser usado por el verdadero
guerrero. Como ya me habían dicho eso, le pregunté
al herrero que significaba. Él me respondió que el
verdadero guerrero es el que puede a vencer a Ganondorf para
salvar a la región. Él se quedó con mi
escudo porque yo no podría liberar todo su poder.
Así que mientras tanto me dio el Escudo Deku, hecho de un
árbol milenario de la tierra de los
Deku, que son un pueblo de peculiares duendes con poderes
mágicos.

Ahora nos dirigimos a la casa de Vahn, ésta
queda cerca del castillo del rey Etora, así que luego
iremos para descubrir si es verdad el rumor que corre por toda la
región.

La casa de Vahn es muy elegante, puesto que su
padre era un soldado de la guardia real y su madre una gran
doctora, pero el ejército al enfrentarse contra el imperio
de Conkram, fueron vencidos en combate y su madre, los
acompañaba en primeros
auxilios junto a la delegación de médicos que
también murieron. Cuando él supo tenía 10
años y la terrible noticia lo marcó para siempre y
ahora sólo piensa en vengarse. Vahn me mostró su
daga con la que pelea, ésta era sorprendentemente aguda y
también utilizó la posesión de Asir, donde
el pequeño espíritu entra en la daga y se
transforma en una gran espada. Yo quedé fascinado con ese
tipo de armamento, ya que con eso podríamos tener una
oportunidad de vencer a Ganondorf. Ahora vamos hacia el castillo
del rey Etora para averiguar si el rumor es
cierto.

Hemos llegado al castillo y, como siempre, no me
dejan entrar, pero Vahn tiene algunas influencias (A pesar de que
es ladrón). Así que pudimos entrar al castillo y
llegamos al salón principal para ver si estaba el rey,
pero no se encontraba. Unos guardias dijeron que nos
fuéramos porque el rey no estaba, pero Vahn
descubrió que había un pasadizo hacia las mazmorras
donde brillaban muchas luces y era muy sospechoso. Todavía
creemos que el rey debe estar por algún lugar del
castillo, pero para despistar a los guardias hemos fingido que
nos fuimos para no tener demasiados problemas
después.

Ya es casi medianoche y los guardias cada vez
vigilan más, pero nos hemos disfrazado como sirvientes
para poder entrar más fácilmente. Vahn me
guió hacia el pasadizo que él conocía para
llegar a las mazmorras donde posiblemente estaría el rey.
Él mientras tanto iría hacia
arriba.

Asir es un buen espíritu pues él
protege a Vahn, ya que tiene la habilidad de detectar la vida
terrestre y poder identificarla, aunque yo sólo tengo mi
espada y el escudo Deku, pero con eso basta. Creo que me
persiguen algunos soldados. Parece que ya se dieron cuenta de
nuestra presencia.

He bajado casi dos pisos y encontré un
laboratorio.
Pareciera estar abandonado porque está todo cubierto de
polvo. Me acerqué hacia una cabina que hay en el fondo
donde hay varios frascos que parecen ser pociones, también
hay un recordatorio para un tal Dohati.

Estaba por leerlo cuando de pronto se acercan unas
sombras, eran unos soldados y el rey, pero la voz de éste
era un tanto grave. Así que me escondí para
oír lo que tramaban. El rey hablaba de un tal proyecto para la
humanidad de paz y prosperidad para todos, pero en ese momento al
rey le ocurrió algo extraño, empezó a
convulsionar y experimentó una mutación genética,
debe ser porque en el laboratorio hay muchas pociones y
posiblemente de experimentos
genéticos. Ellos bajaron hacia las mazmorras y yo
aproveché el momento para avisarle a Vahn sobre lo
sucedido. Esto se está poniendo muy raro así que es
mejor prepararse para la batalla.

Por suerte encontré rápido a Vahn
porque tengo mucho de que preguntarle. Él me dijo que
había visto al rey saliendo de un lugar muy
extraño, así que fué a ver que es lo que
había allí. Vahn se encontró con una
habitación donde había un gran monumento. Era una
mujer con muchos
brazos y tenía dos frascos con pociones, pero un frasco
estaba vacío. Yo le dije sobre la extraña
mutación del rey, sobre el laboratorio y sobre ese tal
Dohati. Vahn me dijo que su padre era amigo de ese hombre y que
era el principal científico del reino. Decidimos ir donde
el rey para acabar con esto de una vez porque puede traer
consecuencias trágicas para el reino y quien sabe, para
toda la región.

Estamos por llegar a las mazmorras y se escuchan
muchas voces que parecen lamentos. A Asir le da un poco de miedo
escuchar ese tipo de cosas, pero Vahn le dijo que no se
preocupara. Faltan casi dos pisos para llegar y Asir
utilizó su técnica especial para ver quien estaba
allá abajo. Estaba el rey, unos soldados y mucha gente,
pero Asir no nos dijo que tipo de gente había allí.
Yo he sacado mi espada y el escudo para estar listo y Vahn hizo
lo mismo, pero Asir no está en la daga.

Llegamos a una gran puerta y no sabemos que nos
espera. Abrimos la puerta y nos encontramos con algo terrible:
habían innumerables celdas y cada una tenía a un
"humano" en ella, pero habían sido mutados por
fuerzas externas. La crueldad y la maldad de este rey lo llevaron
a ocasionarle a gente inocente el dolor que nunca habían
sentido. Mi corazón se
puso muy alterado al ver esto. El rey mandó a sus soldados
"mutantes" a matarnos. Son muchos, pero nosotros estamos
preparados para cualquier cosa.

Alisté el escudo Deku y la espada de Ghar
para el combate y Vahn posesionó su daga con Asir para
utilizar todo su poder y empezó el combate. La espada Asir
es muy poderosa pero Ghar no se queda atrás. Juntos
pudimos derrotar a los soldados y dirigirnos donde está
Etora y terminar con esto de una vez.

Mientras tanto, el rey estaba preparando una gran
arma. Parece que es un ventilador, le preguntamos que va ha hacer
con eso. Él nos respondió que el ventilador es un
medio de propagación del SMB-2 (sobrenatural mutant brew),
que transformará al pueblo en mutantes inmortales y ser el
reino más poderoso del mundo. El rey nos confesó
que mientras él era niño vio mucho sufrimiento
cuando el reino iba a batallar contra sus enemigos, ya que nunca
fue tan poderoso y éste buscó la medida más
drástica para poder vencer. Esto nos puso muy tristes
porque él quería tener poder, pero no es excusa
para experimentar con personas. Así que debemos acabar con
él para liberar al reino.

Y empezó la batalla decisiva. El rey
tomó una poción para utilizar magia, Vahn y yo
decidimos atacarlo alternadamente para ser más eficientes
y él empezó. Asir y su daga eran muy rápidos
ante la vista de Etora, pero la magia de éste era
suficiente para ocasionarle daño a
Vahn. El rey se jactaba de su poder cuando de pronto, todo se
volvió una pesadilla. Empezaron a salir decenas de
soldados directo a atacarnos. Parecía que todo terminaba
aquí.

Yo tuve que encargarme de los soldados y Vahn
pelearía con Etora. Desenvainé mi espada y me puse
el escudo para lanzarme a ellos y acabarlos. Tuve que poner mucho
de mi parte para derrotar a algunos, son muy fuertes, así
que he utilizado el ambiente para
poder atacar y como decía mi abuelo: "debes canalizar
tu fuerza en un sólo movimiento".
Luego de recordar
eso me armé de valor e hice un ataque con mi espada y
cuando todos los soldados se lanzaron contra mí, mi espada
y yo hicimos un movimiento giratorio en conjunto y a la espada de
Ghar le empezó a salir destellos y el ataque
resultó perfecto. Ya me quedan menos y me volvió la
confianza al cuerpo.

En unos momentos, Vahn tenía acorralado a
Etora y yo ya había terminado con los guardias e iba donde
estaba él para ayudarlo. Con mi espada y la espada Asir
acorralamos a Etora. Él suplicaba piedad y decía
que iba a revertir el hechizo. Yo le dije a Vahn que
dejáramos que revirtiera el hechizo para liberar al pueblo
y el me encontró la razón. Etora revirtió el
hechizo y nos prometió cambiar. Mientras tanto, Vahn
estaba en el balcón real meditando en lo que había
sucedido. No lo pensó dos veces y corrió donde
Etora y con su daga sin posesión le hizo una herida mortal
a el rey. Nunca pensé eso de Vahn, pero luego
entendí. Vahn le exigió explicaciones al rey por
sus padres. El rey, casi agonizando le respondió que sus
padres eran unos traidores porque se rehusaron a obedecer sus
ordenes de ser experimentados con pócimas. Pude ver el
odio en sus ojos y el deseo de venganza. En ese momento, Vahn
acabó con Etora.

Luego de este horrible suceso, un pequeño
niño se nos acercó. Se veía un poco
entusiasmado, así que lo seguimos. Nos llevó a una
casa un tanto pequeña donde estaba un gran amigo: el
vendedor de armas de Rim Elm. Nos conmovió tanto que lo
abrazamos porque por fin veíamos a alguien conocido.
Él se llama Ralm y tiene muchas armas así
que nos vendió algunas como un arco muy certero y a Vahn
le vendió una gran cadena con punta de Cristal. Nos
serán muy útiles para nuestros viajes
futuros. He pensado que el venir al reino de Drake me
ayudó en dos cosas: pudo conocer a Vahn y la experiencia
al enfrentar a ese malvado rey. Pero hay algo que tengo claro.
Esto está recién comenzando.

Hace una hora empezamos nuestro viaje y debemos ir
al noreste, para dirigirnos a las montañas de Goron. Donde
existe la leyenda de Meta, el antiguo elixir. He estado
pensando en Rim Elm, en mi familia y en Saria y los
extraño mucho, pero estoy con Vahn, aunque todo el tiempo
habla con Asir, hace buena compañía. Vahn me dijo
que había escuchado que en la montaña Goron hay un
guardián que está en la cima y que esconde a Meta,
así que creo que vamos a tener que pelear para
conseguirlo.

De nuevo he sacado la ocarina para tratar de
tocarla y he inventado una sonata. La llamaré
Saria´s Song. Asir nos dijo que la montaña
Goron era posesión de Ganondorf. Eso nos sorprendió
mucho y nos dió más ganas de ir y pelear con ese
guardián.

Al fin llegamos. Queda muy lejos del reino Drake y
nos demoramos casi cuatro días en llegar. Empezamos a
investigar en el pueblo que queda en las faldas de la
montaña, pero nadie nos supo decir que hay en la cima. El
clima de este
sitio es muy helado y nieva mucho, así que es mejor estar
preparados.

Fuimos de incógnitos a una tienda donde
venden armas y equipamiento para el clima de montaña. Nos
vendió una gran ballesta para ocuparla con fuego. Nos va a
ser de gran utilidad para la
batalla. Lo malo es que Asir no puede ocupar las fuerzas de la
tierra, ya que estamos en la nieve, así que lo mejor es
andar con cautela hasta llegar a la cima de la
montaña.

Hemos ido a una hostería donde todos son
goron. Estos seres son algo extraños porque tienen una
contextura muy gruesa, su piel es algo
opaca y se caracterizan por llevarla tatuada. En la
hostería hay un goron muy amable y simpatizó con
Asir. Se llama Sirá. Es un aprendiz de magia y es muy
sabio porque en un momento revisó el zafiro y se dio
cuenta de que era de Ghar. Él se ofreció a
acompañarnos en nuestra excursión a la cima de la
montaña, ya que su padre es alpinista desde que era
pequeño. Ya es medianoche y nos vamos a
dormir.

Pero mientras yo dormía me ocurrió
algo extraño, tuve un sueño donde me veía en
la cima de una montaña y colocaba mi espada en un altar
dorado y quedaba incrustada. Yo me desperté con un
extraño ruido y Vahn
también se despertó. Salimos hacia afuera con Vahn
y Sirá para ver lo que pasaba y sucedió lo peor,
una gran avalancha amenazaba al pueblo y quedaban pocos minutos
para que llegara acá. Nosotros no sabíamos que
hacer, los aldeanos trataban de cubrir el camino con grandes
rocas pero era
inútil hacerlo. Tratamos de ayudar en lo posible pero no
era suficiente, hasta que Sirá vió mi ocarina y me
dijo que si la usaba bien podría ocurrir un
milagro.

La avalancha se acercaba cada vez más y no
podemos dejar que los aldeanos mueran, así que me puse en
frente del camino a la montaña, saqué la ocarina y
con todo mi espíritu decidí tocar Saria´s
Song. Sonó muy melodioso pero no resultó nada
anormal. La nieve ya llegaba al pueblo y nada podría
detenerla, pero yo pensaba que si esto no resultaba entonces nada
podría salvarnos y no podría salvar a los goron. Mi
corazón se alteró de nuevo cuando de pronto
ocurrió lo increíble. La ocarina se
transformó en esmeralda y salió una gran hada de
ella, utilizó una poderosa ráfaga de viento que
transformó la nieve en cristal y salvó al
pueblo.

Luego de este dramático suceso, Gran Goron,
el anciano del pueblo me dió infinitas gracias por lo
hecho, y me dió la oportunidad de ir a la cima de la
montaña por medio de Sirá. Eso nos alegró
mucho porque creo que la avalancha fué producida por el
guardián y nosotros debemos detenerlo cuanto
antes.

Temprano por la mañana iremos a la cima de
la montaña, debemos llevar lo justo y lo necesario para no
ir con tanta carga. Llevaremos espadas, escudos, la ballesta, el
arco y a Asir. Sirá llevará un extraño
guante que cubre hasta su hombro, él dice que es muy
eficiente aunque Vahn y yo no sabemos para qué funciona.
Hoy también medité sobre el gran poder escondido de
la ocarina y lo útil que puede ser. He pensado mucho en
Saria y en cómo se encuentran los aldeanos de Rim Elm y mi
familia, debo ser fuerte y no rendirme para poder ganar la
batalla.

Estamos listos para empezar y los aldeanos nos
despidieron muy confiados de que venceremos y nos desean mucha
suerte. Asir esta muy nervioso porque no puede localizar
ningún tipo de ser, pero nosotros le decimos que tiene que
tener fe porque todo va a salir bien. Nos hemos encontrado con
muchos animales
extraños pero son propios de este lugar, seres
mágicos con cualidades raras son todo lo que hemos visto.
Faltan casi tres kilómetros para llegar a la cima y nos
estamos muy nerviosos porque cada vez el cielo se pone más
oscuro. Debemos actuar con mucha cautela para no
equivocarnos.

Mientras más nos acercamos, más
oscuro se pone el cielo. Estamos un poco asustados, ya que nadie
conoce al enemigo y no sabemos el tipo de monstruo que es.
Sólo faltan algunos metros para llegar y hemos decidido
hacer una promesa: haremos todo lo posible para destruir al
enemigo, y lo atacaremos en conjunto para acabarlo
rápido.

Hemos llegado y se divisa una pequeña casa
de bronce, parecido a un altar. A mi me dió un poco de
miedo por lo de mi sueño, pero debo seguir y no debo
aproblemar a mis amigos. De pronto se abrió un portal en
el suelo y
salió una abominable bestia. Es como una quimera y tiene
tres cabezas. Se ve muy poderoso pero daremos lo mejor de
nosotros para acabarlo.

La quimera se dirigió a nosotros y nos dijo
que se llamaba Gokeru, fiel siervo de Ganondorf y
guardián del elixir Meta. Pensamos que era conveniente
atacarlo de una vez, así que lo hicimos: Vahn utiliza la
posesión de la espada Asir, yo desenvaino mi espada para
atacarlo de frente y Sirá sólo se pone en
posición de ataque. Nos preparamos y nos lanzamos contra
Gokeru, yo utilizo el ataque giratorio mientras Vahn usa el filo
de su espada para ocasionarle daño a la cabeza del lado
izquierdo, Gokeru al recibir nuestros ataques sólo se
quejó. Vahn y yo nos quedamos perplejos al ver que
nuestros ataques eran inútiles ante la fuerza de
él, pero Sirá estaba muy tranquilo y lo
atacó, pero tampoco le hizo algún daño.
Probamos de distintas maneras para atacarlo pero es
inútil, el es demasiado fuerte para nosotros. Decidimos
hacer un ataque los tres juntos: yo utilicé el ataque
giratorio, Vahn lanzó una gran ventisca con la espada Asir
y al fin pudimos ver la técnica especial del guante de
Sirá: la palma de su mano se abre y lanza una especie de
energía negra muy poderosa, todos nos dirigimos a la
cabeza del centro y resultó sorprendente: la ventisca lo
confundió mientras yo lo sorprendí con mi espada y
la energía de Sirá acabó con una
cabeza.

Terminamos un tanto exhaustos por el ataque
producido. Gokeru reaccionó rápido y nos
sorprendió con una flama, pero mi escudo Deku y yo
estábamos preparados y pudimos detener la flama. Gokeru
estaba con una cabeza menos y nosotros estábamos muy
exhaustos para seguir peleando cuando de pronto, los ojos de
Gokeru se tornaron rojos y preparó una gran flama.
Nosotros sabíamos que podría ser fatal, así
que recurrimos a nuestro ultimo recurso: lanzarme a morir, yo le
dije a Vahn que si moría, él debía seguir
con el viaje, pero me dijo que era algo muy estúpido de mi
parte porque yo debía pelear contra Ganondorf y
además me dijo algo que nunca olvidaré:"tu me
enseñaste a no rendirme por las cosas que quiero y siempre
luchar hasta el final, la fe es el arma mas importante para
vencer".

Pensé en lo que me dijo y reaccioné,
me dí cuenta de que debía haber otra salida cuando
Sirá me dijo que el altar podría ser alguna
señal para vencerlo. Yo recordé mi sueño y
lo que podría significar cumplirlo, así que no lo
pensé dos veces y corrí hacia el altar para
terminar con esto de una vez. Gokeru se percató de que yo
iba hacia allá así que intentó detenerme,
pero Sirá, con las pocas fuerzas que le quedaban
logró hacer un ataque con su guante y mantenerlo ocupado,
mientras yo casi llegaba al altar. Me ubiqué delante de
él y coloqué mi espada. Ésta empezó a
brillar y se incrustó en la piedra: una extraña
luz
apareció desde el altar y yo desaparecí hacia un
lugar extraño donde sólo se escuchan gritos y
lamentos.

Llegué a un lugar un tanto extraño,
en realidad, es muy extraño. Es un sitio donde no se ve
nada. Me encuentro solo en este momento y he tratado de buscar a
los otros. He caminado bastante, pero no sé adonde voy y
cada vez me empiezo a asustar más. De pronto empecé
a escuchar muchas voces que dañaban mi cabeza, miles y
miles de lamentos y gritos que me condujeron a una especie de
desmayo.

Desperté y ví una silueta a lo
lejos. Traté de acercarme y me dí cuenta de que era
Saria. Traté de hablarle, pero no pude: es como si no
tuviera el control de mi
cuerpo y exactamente es eso. Traté de concentrarme para
ver lo que pasaba, hasta que sentí una presencia maligna.
Seguí viendo lo que hace "mi otro yo" y él
siguió a Saria. Ella le mostró una cuidad
completamente destruida y desolada. Luego le dijo: "diaj greb
folkan"
. Esas palabras pertenecen a un dialecto muy raro e
incomprensible.

Al escuchar esas palabras, mi otro yo cayó
arrodillado y lloró desconsoladamente. Yo quise saber lo
que pasaba, pero nadie me daba explicaciones. Traté de
buscar a los muchachos, pero sólo se ve oscuridad. No me
queda más que sentir la impotencia porque creo que es el
fin y por mi parte no puedo hacer nada. Mi pueblo sabe que hice
todo lo posible por destruir esa amenaza y miserablemente
quedé en este lugar sin poder cumplir mi misión,
cuando de pronto vi una extraña luz, algo carmesí
me atrapó y me dejó algo confuso. Luego de
escuché las mismas palabras que dijo esa silueta: "diaj
greb folkan"
y escuché algo más: "tu pueblo
ha desaparecido… tu vida no tiene sentido…
olvídalo…".
Creo que es el significado de esas
palabras pero es muy confuso, si mi pueblo desaparece no me queda
más que hacer en este mundo. Me siento muy mal. Creo que
es el fin.

Luego de un profundo trance empecé a
escuchar unas voces que me decían: "no te vayas…
no te rindas…".
Eso me hizo volver en si y me di
cuenta de que si mi pueblo estaba destruido, tengo donde ir
porque tengo a mis amigos y tienen su esperanza puesta en mi. Sin
saber por qué desperté afuera del altar y ví
a mis amigos peleando con Gokeru. Todavía estoy confundido
por lo que pasó y por qué estuve allí. Me
levanté para ayudar a mis amigos pero me di cuenta de que
no tengo mi espada, así que fui al altar para ver si la
podía sacar pero no pude. Me dirigí donde estaba
Vahn para ayudarle, pero me dijo que con Sirá bastaba, ya
que yo debía descansar y no pelear. Le hice caso porque lo
que me dijo es verdad. Estaban muy bien peleando contra Gokeru
hasta que Sirá hizo un ataque que lo hizo desfallecer.
Quedé asombrado al verlo y Vahn también, pero
nuevamente me desmayé y no supe nada
más.

Ya es de mañana y pude despertar. Los
muchachos me fueron a ver para saber como estuve. Me preguntaron
que me había pasado porque cuando incrusté la
espada, una luz me cubrió y me volví inconsciente.
Yo les conté lo que me ocurrió y las
extrañas palabras que escuché. Sirá me dijo
que podía ser una señal de Meta, el antiguo elixir,
ya que debería estar en el extraño altar. Sacamos
conclusiones y decidimos ir nuevamente hacia la cima de la
montaña para recuperar la espada de Ghar y buscar a
Meta.

Estamos listos para irnos y buscar el ansiado
elixir que nos ayudará a vencer en nuestras
próximas batallas. Estoy esperando a Vahn y a Sirá
para marcharnos pronto, pero todavía no salen de la casa
de hospedaje y ya se nos hace tarde. Vahn salió de la casa
y se acercó a mí, me dijo que yo debería ir
solo porque esto sólo me concierne a mí. Le
encontré toda la razón porque no podría
dejarlos expuestos al peligro, así que yo
iré.

Me encuentro en la cima de la montaña y hay
una gran tormenta de nieve, pero no será obstáculo
para mi cometido. Me acerqué al altar para tratar de
volver a esa dimensión y asombrosamente mi mente pudo
conectarse con la dimensión y volver a ese horrible lugar
para cumplir mi misión.

Al llegar allí, volví a escuchar
esos gritos y lamentos y cada vez más me atormentan
más. Escuché esas mismas palabras y con todo mi
espíritu traté de comunicarme con esa
extraña voz que cada vez se escuchaba más
fuerte.

Luego de un lapso de grandes tormentos,
apareció un ser muy extraño: era como una flama muy
grande y adoptó la forma de un hombre. Se acercó a
mí y me invitó a un castillo. Se notaba que era un
hombre bueno y vestía una gran túnica
púrpura. De camino al castillo pasamos por lugares
inimaginables: centros de tortura y hasta por el mismo infierno.
Mientras tanto, el hombre me
decía cuán grandioso era su castillo y lo
maravillosa que era su gente. Esto se pone cada vez más
raro, pero todo esto lo hago para conseguir ese elixir y
así largarnos de aquí.

Llegamos muy rápido al castillo, pareciera
que aquí no existiera el tiempo. El hombre me llevó
hacia un gran lobby donde
toda la gente que está allí es feliz. Me
preguntó si a mí me gustaría estar
aquí para siempre, pero yo le hablé sobre mi
misión y le dije que no podía quedarme. Al escuchar
mi respuesta, él hizo aparecer a Saria y a todo mi pueblo
para que yo me quedara. Acepto que dudé mucho con respecto
a eso, pero aunque estuviera toda esa gente que quiero no puedo
dejar a mis amigos y a mi misión. Cuando le dije eso al
hombre, me llevó donde estaba el rey para que yo lo
conociera y él me diera su veredicto. Eso lo
encontré muy extraño pero pienso irme de
aquí, aunque estén todos ellos.

Me llevó hacia el Palco Real donde estaba
el rey: éste es la persona
más esplendorosa que jamás halla visto en toda mi
vida y cordialmente me invitó a quedarme. Yo me iba a
quedar, pero sentí una atracción de mi ser con la
ocarina que llevo colgando de mi cuello, algo como si se rehusara
a mi respuesta, yo le dije al rey que esperara a mi respuesta y
él concedió mi petición.

Me fui a un balcón a meditar un poco. Al
hacer eso me acordé mucho de Vahn, ya que en esas
condiciones lo conocí. Pensaba que si me quedo aquí
sería algo muy provechoso para mi vida: estaría con
mis seres queridos y no tendría preocupaciones, pero
pensé mucho que si yo no estaba en la Tierra, no
podría salvar a mi región de las garras de
Ganondorf. Es una paradoja muy grande.

Ya está anocheciendo y debo ir donde el rey
a darle mi respuesta. Llegué y le dije todo lo que
pensaba; él se paró de su sillón y me
miró con una cara de desprecio. Me dijo que yo estaba
desperdiciando la gran oportunidad de mi vida y que nunca iba a
tener otra oportunidad para ser feliz porque mi pueblo
sería destruido.

Yo recordé aquellas palabras: "diaj greb
folkan"
y pensé que era una desastrosa
predicción. Fui lo más rápido que pude hacia
el lobby donde encontré a los aldeanos de Rim Elm y me di
cuenta de que ya no estaban. Lágrimas de desolación
corrieron por mi cara y la impotencia se hacía más
fuerte. Luego se me acercó el rey y me preguntó
qué pensaba ahora, al ver que mi pueblo me dejó
solo, no tengo más que quedarme allí, pero me
rehusé y le dije que prefería morir a quedarme en
un lugar así de falso y mentiroso.

En ese preciso momento el rey mostró su
verdadero rostro y… ¡era Ganondorf!: el ser que
más he odiado en mi vida casi me convence a quedarme con
él. Me dijo que ya no tenía salida y que me
resignara, pero yo tenía fe en que todo iba a salir bien.
Cuando de pronto mi ocarina empezó a brillar de una manera
sorprendente que cubrió toda la sala y cegó a
Ganondorf. Luego caí en un profundo trance que me
dejó inconsciente por un momento, pero cuando
desperté estaba en un lugar distinto y misterioso. Delante
de mí estaba un pequeño animal: éste era de
un pelaje muy brillante y tenía ojos de fuego; luego me
dí cuente de que era el fabuloso Meta, no era un elixir,
sino que era un pequeño ser que habitaba en los
sueños de las personas. Yo estaba muy emocionado porque
por fin había encontrado a Meta. Él me dijo que
todo lo que yo había pasado era para entrenar mi mente y
para volverme más fuerte, el pequeño ser
empezó a brillar y me dijo que yo era su dueño
porque había pasado la prueba, así que el
pequeño Meta se transformó en un pequeño
talismán.

Luego de ese emotivo encuentro desperté
afuera del altar y la espada de Ghar estaba al lado mío,
traté de levantarme y le incrusté el pequeño
talismán de Meta y pude hacerlo, pero nuevamente
empezó a brillar y el pequeño Meta se
desprendió del objeto para transformarse en un ser
independiente. Yo lo tomé en mis manos y el estaba muy
feliz de estar conmigo, así que bajamos al pueblo para ir
a contarles las nuevas a los muchachos.

Llegamos al pueblo y nos estaban esperando
ansiosos. Una multitud de gorons se me vino en cima y estaban muy
felices de que por fin alguien pudiera recuperar a Meta. En ese
momento me encontré con Vahn y Sirá que estaban
entrenando. Yo les conté todo lo que había pasado y
les mostré a Meta: mi pequeño nuevo amigo. Ellos
quedaron sorprendidos al ver la forma de este y Asir
simpatizó muy rápido con él. El anciano del
pueblo nos aconsejó que siguiéramos el camino hacia
el sur para irnos a la aldea Deku, donde probablemente
está el elixir Terra, así que nuevamente debemos
partir hacia nuevos lugares para cumplir mi objetivo:
vencer a Ganondorf y salvar la región.

Nos dirigimos hacia el sur donde nos espera la
aldea Deku, donde se supone que está el siguiente Elixir:
Terra. El pequeño Meta nos ha dicho que los Deku son seres
muy raros porque pueden leer la mente, así que debemos
tener un poco de cuidado al acercarnos a ellos porque pueden ser
aliados de Ganondorf. Asir está muy contento de que Meta
esté con nosotros, ya que se sentía solo,
así que ahora, además de jugar tiene con
quién entrenar.

Ya se hizo de noche y hemos prendido una fogata.
Meta nos ha facilitado el fuego para muchas cosas y eso nos ayuda
mucho. Mientras los muchachos hacen la comida, yo he ido a buscar
algunos leños al bosque y he encontrado un pequeño
pero hermoso lago. En él se refleja una de las lunas de
este lugar y hay una esplendorosa vista. Me senté en una
roca y empecé a componer una canción en mi ocarina,
luego me fui donde los demás para llevarles los
leños hasta que se me apareció una extraña
luz y se transformó en una extraña mujer
posándose en el lago. Ésta se dirigió hacia
mí y me dijo que era Saria; yo no le creí en un
principio pero, luego de unos momentos me dió a entender
que era ella. Me dijo que en Rim Elm estaban ocurriendo
extraños sucesos y que yo debía ir de inmediato.
Luego ella desapareció y cayeron extrañas plumas
blancas en el lago. Yo recogí una pluma y la guardé
para que Sirá la analice porque esto se está
poniendo muy raro.

He llegado a nuestra fogata para contarles a los
muchachos sobre lo ocurrido; Vahn me dijo que yo debería
ir a Rim Elm para obtener noticias de mi
pueblo. Le encontré toda la razón e hicimos un
plan: mientras yo estoy en mi pueblo, Vahn y Sirá
buscarán a Terra para ahorrar tiempo. Nuestros elixires
estaban un poco tristes porque no estarán juntos en
algún tiempo, pero debemos hacer esto, ya que puede estar
ocurriendo algo extraño en Rim Elm.

Esta noche no he podido dormir, ya que no
sé qué es la visión que tuve; lo
único que espero es que mi familia esté bien para
no lamentar alguna desgracia. Sirá también se
despertó porque la tarea que le espera es muy complicada.
Él me dijo que no me preocupara porque él y Vahn
siempre estarían en mi mente y yo estaría en sus
corazones. Eso ayudó a animarme y pensar en que todo
saldría bien.

Ya es de mañana y me despertó una
extraña luz; Sirá estaba hablando con su guante y
éste estaba brillando. Le decía que se
separarían de mí y el guante le respondió
que deberían ir a la Estatua de Jedo para hacer el ritual.
Yo quedé un poco inquieto al escuchar eso y decidí
preguntarle a Sirá de qué se trataba
eso.

Él nos dijo a mí y a Vahn que antes
de separarnos deberíamos ir hacia el norte donde hay una
Estatua que nos tiene algo preparado; es de Jedo: el maestro que
hizo los elixires y creó a Meta. Mi pequeño elixir
nos aconsejó que fuéramos, ya que este hombre era
el maestro de Ganondorf y conocía todas las Artes; hasta
la que practicaba Shiek de Ghar. Al escuchar eso nos dimos cuenta
de que debíamos ir hacia allá, así que
viajaremos al lugar donde está La Estatua de
Jedo.

Estamos en pleno viaje hacia el norte y se avecina
una tormenta eléctrica. Por suerte conseguimos un lugar
para hospedarnos, aunque es algo rudimentario y los dueños
son de raza Zeyekah (que significa mercenario en dialecto Seru).
Nos dijeron que unos Deku se habían posesionado de la
cueva de Qhag, donde habita el dios Garu: representante del dios
que vive en el Seru Kai. Los Zeyekah quieren recuperar la cueva,
pero sus poderes son inútiles ante los
Deku.

Los Zeyekah nos pidieron ayuda y nosotros
aceptamos el reto. Debemos destruir la gran puerta y apoderarnos
de la cueva para recuperarla. Sirá nos dijo que
tuviésemos cuidado con los Deku, ya que suelen ser muy
poderosos, aunque su apariencia no lo demuestre. El Zeyekah, al
hospedarnos en su posada, le contamos a donde nos
dirigíamos y nos ofreció un pequeño zafiro
azul que le había regalado su madre; este era
perteneciente a su raza por cuatrocientos años y debe ser
puesta en la estatua de Jedo para que se cumpliese el
ritual.

Ya es medianoche y no he podido conciliar el
sueño. Tengo un extraño presentimiento sobre lo que
puede estar pasando en Rim Elm y en lo que me espera. Salí
a tomar aire y a entrenar
con Meta para la batalla. Me encontraba entrenando cuando me
desmayé y ví nuevamente la silueta de esa mujer. Me
dijo que la estatua era el portal entre el castillo Conkram y la
Tierra, así que posiblemente pase algo
inesperado.

Luego, cuando desperté me di cuenta de que
el ritual que decía Sirá podría ser una
trampa. Fui donde él y lo desperté para que
respondiera a mi pregunta y me contestó que era una
tradición de los guerreros hacer el ritual ante Jedo para
que les vaya bien en combate. Yo quedé un poco pensativo
al escuchar eso, pero nuestra misión ahora es recuperar la
cueva de Qhag.

Ya es de día y nos dirigimos hacia la cueva
y la tormenta parece acabar. Qhag queda en una montaña a
unos diez kilómetros de la posada, así que nos
espera un largo viaje. Vahn está algo preocupado por Asir,
ya que la noche anterior había presentado un cuadro de
fiebre y eso es
muy extraño en los de su raza. Lo más probable es
que esté enfermo, así que es muy puede ser que no
pelee en la cueva.

El pequeño Meta está muy ansioso
porque será la primera vez que pelea en unos ochocientos
años: y lo mejor es que lo hará junto a nosotros.
Todavía estoy muy pensativo en lo que me dijo esa mujer y
me ha hecho desconfiar mucho de Sirá. También he
pensado en Rim Elm y en lo que puede estar pasando con mi
familia, pero sé que todo va a salir
bien.

Llegamos a la cueva y divisamos unos guardias Deku
en la entrada. Sirá nos advirtió que son muy
poderosos, pero el fuego podría acabar muy rápido
con ellos, así que mi espada, mi pequeño elixir y
yo, canalizamos nuestra energía y Meta pudo fusionarse con
la espada.

Es muy asombrosa la fusión; la
espada de Ghar es roja, casi ardiendo y se desprende de ella un
extraño vapor que al tocar la tierra empieza a quemarse.
Me lancé hacia ellos y sacaron una especie de espada de
madera las
cuales eran de casi dos metros de altura y me taparon la entrada.
Yo empecé a probar los ataques de la espada y fueron muy
efectivos; lancé una especie de ventisca y todo alrededor
se consumió en llamas. Los Dekus se incendiaron con el
poder de la espada y la entrada quedó libre. Sirá
me felicitó por lo hecho y Vahn me aconsejó que
tuviera cuidado con los ataques de la espada porque este era un
valle sagrado de los Zeyekah. Entramos a la cueva y
ocurrió algo sobrenatural: una sombra oscura nos
envolvió y caímos en un largo
trance.

Después de ese raro incidente, despertamos
y nos dimos cuenta de que la cueva era diferente. Recorrimos el
lugar y parecía una especie de aldea, pero esta era muy
remota. Decidimos no separarnos porque al ser diferentes a ellos
podrían capturarnos y hasta matarnos.

Luego de recorrer el lugar nos dirigimos a un
pequeño templo Deku, donde esperábamos encontrar
respuestas. En el camino nos encontramos con muchos seres
extraños, nosotros tratábamos de comunicarnos con
ellos, pero no nos entienden. Vahn nos dijo que posiblemente eran
Seru que, antiguamente, vivían en la tierra antes de que
los dioses los deportaran al Seru Kai, así que debemos
haber viajado unos quinientos años al
pasado.

Llegamos al templo y vimos que todo estaba
destruido. Era impresionante: habían decenas de
cadáveres de Dekus mutilados. Algo en mi interior se
entristeció mucho al ver tan macabra acción,
así que olvidé la misión y juré tomar
venganza por todos esos niños y
ancianos que, inocentemente murieron por causas desconocidas para
mí. Revisamos el lugar y dentro de un baúl
encontré un pergamino que decía:"Si alguien lee
este manuscrito y es un aliado de los Deku, deberá ir a la
estatua de Jedo a cumplir con el ritual y entrar al Seru Kai para
devolverle la existencia a nuestra raza. Los causantes de esto
fueron los Zeyekah, eternos enemigos nuestros que, en el futuro,
intentarán quitarnos nuestra cueva de Qhag. Los Deku
estarán en eterno agradecimiento con la persona que salve
nuestra existencia".

Les mostré la carta a los
muchachos; Vahn quedó consternado con lo que leyó y
Sirá prefirió no emitir palabra alguna. Pensamos
mucho esa noche sobre lo extraña que había sido
esta misión y todos concordamos en ir al Seru Kai para
poder terminar con todo esto.

Ya es de mañana, pero el sol no ha
salido, sino que hay nubes negras y una gran tormenta
eléctrica. No sabemos donde estamos, pero el
pequeño Meta pudo reconocer un viejo camino hacia el
cañón de Frya donde se encuentra la estatua de
Jedo. Mi elixir peleó unas cuantas veces en este
territorio, así que recuerda algunos
lugares.

Estamos camino hacia el cañón y nos
han atacado varios Seru, pero juntos los hemos derrotado. Estamos
tan ansiosos de lo que pueda pasar que ni siquiera hemos hablado
de lo que haremos después. Según Meta faltan unos
kilómetros para llegar y estamos aún más
ansiosos. Asir piensa que si ganamos esta batalla seremos los
guerreros más grandes de la historia de la
región, así que debemos esforzarnos por conseguir
la victoria y salvar a los Deku.

Hemos llegado y antes de hacer el ritual nos
reunimos para hacer una promesa, esta consta que si uno de
nosotros muriera en combate los otros dos vengarían su
muerte y, a
pesar de las circunstancias adversas que se presenten, siempre
seguiremos unidos. Después de esa pequeña
reunión comenzamos con el ritual: yo puse el zafiro azul
en un lugar especial de la estatua y Sirá dijo un
extraño conjuro: "Jedo guram fiba…kake di
quechpa" (Jedo representante del mal… ábrenos el
camino"),
y algo sobrenatural se manifestó: un
extraño ser tomó posesión de Sirá y
este se convirtió en algo parecido a un humano, pero con
grandes rasgos de Seru. Se hizo llamar a si mismo
"Versago" que en dialecto Seru significa "máximo
esplendor de la maldad
". Vahn y yo quedamos asombrados con la
nueva imagen de Sirá y ahora él puede controlar el
portal de Jedo a su voluntad, así que ahora estamos
viajando hacia Conkram: ciudad en donde se encuentra el reino del
mal y posterior a este reino se encuentra el Seru Kai. Ahora
nuestra misión es llegar a Conkram y destruir al dios
Zeyekah llamado Garu que tiene a la esencia de los Deku atrapada
y por eso no pueden existir en la Tierra. Luego debemos ir al
Seru Kai donde se encuentran los demás dioses y reclamar
el derecho de los Deku de poder vivir en la
Tierra.

Partes: 1, 2
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