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La fitonimia y su impacto social en la comunicación y solución de los problemas ambientales



    1. Desarrollo
    2. El regionalismo de los nombres
      vulgares como limitante comunicativa
    3. La sinonimia en los nombres
      científicos como problema social y
      económico
    4. La fitonimia en la
      solución de los problemas
      ambientales
    5. Conclusiones
    6. Bibliografía

    Introducción:

    La comunicación es un proceso de
    interacción social a través de
    símbolos y sistemas de
    mensajes que se producen como parte de la actividad
    humana.

    La comunicación puede entenderse como
    intercambio, interrelación, como diálogo,
    como vida en sociedad, todo
    ello relacionado indisolublemente con las necesidades productivas
    de los hombres y no puede existir sin el
    lenguaje.

    Desde la antigüedad cada vez que el hombre
    conoce algo nuevo, ya sea un ser vivo o algo inanimado, lo
    primero que hace es darle un nombre. Esto le permite que , cada
    vez que hable de ellos, pueda usar una palabra en vez de una
    frase que lo describa, lo que sería muy largo y
    engorroso.

    Los nombres son símbolos convencionales que el
    hombre otorga
    a las cosas o a los seres vivos y tienen la finalidad de hacer
    más fácil la comunicación entre las
    personas. Sin embargo, los nombres son más útiles
    cuando son comprendidos y tienen el mismo significado para todo
    el mundo. Deben conseguir que se piense inmediatamente e
    inequívocamente en los conceptos deseados , por tanto,
    deben ser universales y concretos, pero en la mayoría de
    las veces no es así.

    El objetivo de
    este trabajo es
    contribuir a resolver la problemática de
    comunicación con los nombres de las plantas (
    fitonimia ) ya que, se puede afirmar que ni los nombres vulgares,
    ni los científicos son universales y concretos por varias
    razones que iremos analizando durante nuestro trabajo.

    Desarrollo:

    El lenguaje es un
    fenómeno social, histórico, y multidimensional,
    cada persona, a partir
    de su experiencia y objetivos
    buscados, se representa el significado de las mismas palabras de
    múltiples formas, dándole un valor
    distinto.

    Por ejemplo, en el caso de las diferentes especies de
    plantas, se han usados los nombres científicos, apelando
    al Latín dentro del sistema de
    clasificación iniciado por Carlos Linneo. Así se
    puede identificar una planta a pesar de que se llame de forma
    distinta en lugares diferentes. Cabe anotar que, en este caso,
    esto corresponde a objetivos taxonómicos en un tipo de
    visión de la naturaleza y
    con objetivo específico.

    Ese ha sido uno de los grandes esfuerzos de la ciencia
    moderna, la identidad
    simbólica y la economía de
    conceptos. Pero, en este caso, el deshacer los nombres vulgares o
    populares cumple un objetivo de la clasificación, pero
    tira por la borda los contenidos simbólicos y funciones que
    estos nombres tienen en su marco cultural.

    Los nombres son referentes claves de un sistema
    simbólico o de una cosmovisión determinada. Este
    hecho no demerita ese sistema de clasificación que
    responde a sus propios objetivos, pero si nos señala la
    importancia de aprovechar otros caminos para ampliar el universo de
    comprensión.

    El regionalismo
    de los nombres vulgares como limitante
    comunicativa.

    Los nombres populares de las plantas naturalmente
    cambian de idioma en idioma, por ejemplo ( caña de
    azúcar,
    tabaco, mangle,
    etc) en español; (
    sugar cane, tobacco, mangrove, etc ) en inglés.
    Por tanto, esos nombres no reúnen las condiciones
    necesarias para ser nombres universales y concretos debido a que
    muchos de ellos son muy diferentes entre sí.

    Por otra parte, dentro de un mismo idioma los mismos
    nombres pueden ser aplicados a diversos objetos o diversos
    nombres a un mismo organismo.

    Los nombres populares, por tanto, pueden ser fuente
    constante de inexactitud en las investigaciones
    científicas y confusión en la botánica. Por ejemplo, mangle rojo, mangle
    colorado y mangle uña, referido a la misma especie. Otro
    ejemplo es el referido a la planta “ Young palm Orchid
    ´´ que apareció publicada en un
    artículo en los Estados Unidos
    por encontrarse amenazada de extinción.

    El editor no incluyó el nombre científico,
    por lo que " Young palm Orchid ", podría referirse a
    Eulophia alta, ya que esa especie algunas veces la llaman " Wild
    Coco " un nombre posiblemente derivado del cocotero,
    quizás refiriéndose a la similitud de las plantas
    saludables de Eulophia con plántulas de palma.

    Pero Eulophia alta es una especie de orquídea muy
    diseminada en la Florida subtropical, que considerarla en peligro
    de extinción era ilógico. El nombre " Young palm
    Orchid " podría referirse a la Tropidia polystachya o
    Govenia utriculata, raras en la Florida. De las ilustraciones del
    Dr. C.A. Luer, en su libro
    Orquídeas de la Florida ( 1972 ), las plantas de esa
    especie tienen un parecido muy vago a las plántulas de
    palmas. Al final no se conoció la orquídea que
    estaba en peligro hasta que no se consultó al escritor del
    artículo. (American Orchid Society Bulletin, Agosto 1985
    ).

    El regionalismo de los nombres vulgares conduce
    indudablemente a la homonimia, entendida ésta como los
    nombres iguales que se aplican a plantas diferentes, lo cual crea
    un problema social de comunicación y se convierte en una
    fuente constante de inexactitud.

    A continuación se muestran algunos ejemplos que
    ilustran fehacientemente esa problemática creada por la
    homonimia.

    Por el nombre de " Pantomima " se le conoce en el Cabo
    de San Antonio al
    Solanum aculeastissimum, Jaq; arbolito de jardín de
    la familia de
    las Solanáceas. En Peña Blanca, Pinar del
    Río, dan el mismo nombre a una especie hermana, Solanum
    mammasum, Lin. Y el mismo nombre lo recibe el Physalis pubescens;
    Lin. Hierba silvestre de la misma familia
    más comúnmente conocida por el revienta
    caballo.

    Otro ejemplo es el del " Cuerno de Vaca " que habita en
    la Florida y que es el Cyrtopodium punctatum. Se le da ese nombre
    debido a su parecido con la cornamenta de este animal, en
    invierno cuando los pseudobulbos pierden sus hojas.
    También se le da el mismo nombre en la Florida y América
    Central a Schomburgkia tibicinis.

    Por último tenemos el caso de " Carpodiptera
    cubensis Gris ", que se le conoce como Majaguilla en la
    región Occidental seca, de Oriente y Camaguey y que es un
    árbol. En Pinar del Río e Isla de la Juventud se le
    llama por el mismo nombre al " Malvaviscus sagraeanus; arbusto de
    flores rojas que crece en terrenos calcáreos cerca de las
    costas y que se usa como ornamental.

    Hay nombres vulgares muy restringidos a un lugar
    específico ya que se utilizan por razones afectivas o muy
    locales y puede coincidir con el mismo nombre vulgar de otra
    especie o género en
    el mismo país o provincia.

    Por ejemplo, llaman roble en Cuba a muchas
    especies de distintas familias botánicas por el parecido
    de su madera con la
    del roble, las Fagáceas, no tenemos en Cuba más que
    la Encina.

    En oriente llaman roble a dos especies que habitan en la
    Sierra Maestra en el llamado Pico del Monte, a 4000 pies de
    altura.

    El regionalismo también conlleva a la sinonimia,
    entendida esta como los nombres diferentes que se aplican a una
    misma planta, lo que afecta la comunicación y la
    confiabilidad en la ciencia. Es
    decir, hay nombres vulgares muy restringidos a un lugar
    específico, ya que se utiliza por razones afectivas o muy
    locales y pueden provocar que una planta posea muchos nombres
    vulgares en un mismo país.

    El nombre vulgar, a pesar de la ventaja de reflejarse en
    el idioma de cada país, conlleva irremediablemente a un
    problema social de comunicación en ese lugar.

    Por ejemplo, cuando hablamos de la majagua común
    o hembra nos referimos al Hibiscus tiliaceus, que nace en toda la
    Isla de Cuba; pero en Oriente se le conoce como Damajagua o
    Majagua azul, debido al color de su
    madera azul – verdoso, con manchas azules oscuras. Hay otra
    Majagua en Panamá,
    que se le nombra así a la corteza o fibra sacada del tallo
    del plátano.

    Este y otros muchos ejemplos más pudieran
    citarse, pero se considera que el anterior permite afirmar que
    ciertamente la sinonimia, a través del uso del nombre
    vulgar, puede en alguna medida crear problemas de
    comunicación, pero según el ejemplo anterior para
    lograrla habría que mostrar la planta o utilizar el nombre
    científico ( si la persona es entendida en Botánica
    ), como una primera solución.

    La otra solución que se propone en el trabajo,
    para resolver tanto los problemas de sinonimia como los de
    homonimia, es la confección de catálogos de nombres
    vulgares para su uso, como es el caso de el catálogo de
    nombres vulgares de las orquídeas del Dr. López
    Trabanco ( 1996 ), donde se tienen en cuenta los nombres
    populares de Cuba, Costa Rica,
    México,
    Venezuela,
    Panamá, Guatemala,
    Colombia,
    Puerto Rico,
    Brasil,
    Estados Unidos, Francia,
    Alemania e
    Inglaterra y la
    confección de otro en proceso de elaboración por el
    autor de este trabajo, en el que se ha tomado al manglar cubano (
    nombres vulgares de las especies que lo conforman ), por la
    riqueza de nombres existentes en esta exuberante flora, lo que ha
    permitido corroborar, a partir del estudio de campo, que
    también se dan en los ecosistemas
    costeros casos de sinonimia y homonimia que crean problemas de
    comunicación; y por otro lado como forma de dar
    continuidad a los estudios fitonomásticos en Cuba, desde
    una pespertiva lingüística y lo que a su vez
    contribuirá a la solución de un problema de
    comunicación social, ya que los
    especialistas, botánicos y todas las personas relacionadas
    con el estudio, comercialización y convivencia con estas
    plantas, no solo tendrán la posibilidad de conocer y usar
    el nombre vulgar, sino que podrán contar con instrumento
    útil de trabajo que les proporcionará información acerca de los factores que
    incidieron en la formación de los fitónimos (
    nombre de las plantas ), lo que hará más
    fácil y universal la identificación de las
    especies, subespecies y las formaciones vegetales que constituyen
    estos hábitats.

    Por otro lado, estos catálogos pueden convertirse
    en fuentes de
    captación de divisas ya que la
    investigación forma parte de un proyecto
    internacional relacionado con la gestión
    comunitaria de manejo integral de los recursos
    costeros, el cual se lleva a cabo conjuntamente con un grupo de
    especialista de la universidad de
    Québec, Canadá, del cual se esperan valiosos
    resultados.

    Se toman a los recursos costeros para la
    realización de esta investigación por lo que ello
    representa desde el punto de vista económico y
    ecológico.

    La sinonimia
    en los nombres científicos como problema social y
    económico.

    Los nombres científicos también adolecen
    de los problemas de sinonimia y por tanto, en no pocos casos, se
    aprecian problemas de comunicación respecto a
    denominaciones diferentes a una misma especie. Esto puede
    ocurrir, por ejemplo, cuando al estudiar con más
    profundidad una determinada planta, se describen caracteres que
    no se habían visto anteriormente y se decide que el lugar
    de la clasificación y su nombre no eran adecuado. Por
    consiguiente, ocurre lo mismo que en los nombres
    vulgares.

    La fitonimia en la
    solución de los problemas
    ambientales.

    El medio ambiente
    puede ser entendido como la esfera de las relaciones del hombre y
    la Naturaleza en el curso del desarrollo del
    proceso productivo: el medio global, el entorno natural, los
    objetos, artefactos de la civilización y el conjunto de
    todos los fenómenos sociales y culturales que transforman
    a los individuos y grupos humanos (
    N. Sosa, 1995 ).

    De esta forma el medio ambiente
    estaría integrado por el conjunto de tres aspectos
    interrelacionados entre sí: en primer lugar, el resultado
    material de la acción
    humana, llamada por los clásicos del marxismo la
    segunda Naturaleza transformada por el trabajo; en segundo lugar,
    los flujos y relaciones que interconectan los objetos creados por
    la acción humana y, en tercer lugar, el medio ambiente no
    puede dejar de incluir al hombre; pero un hombre cualificado por
    sus relaciones sociales, su cultura, sus
    ideas, sus mitos,
    símbolos, utopías y conflictos (
    R. Lobeto 1993 ).

    En los tiempos actuales la vertiginosa rapidez de los
    cambios culturales, tecnológicos, sociales y productivos
    implica la necesidad de frecuentes adaptaciones y readaptaciones
    de la actividad humana en sus múltiples facetas a las
    mutables exigencias del entorno.

    El problema ecológico, puesto sobre el tapete,
    desde hace varias décadas como un problema global de la
    humanidad, adquiere dimensiones particularmente serias cuando se
    considera el impacto tecnológico que los descomunales
    avances de la ciencia y la técnica han provocado en la
    vida social de los últimos tiempos.

    La conceptualización de la ciencia , elevada a un
    alto grado en los últimos años, ha puesto en el
    primer plano de la atención pública toda la
    batería conceptual de la ecología. Conceptos
    de nueva creación y otros poco manejados – como
    educación
    ambiental, ecosistemas, biosfera y
    muchos otros de notable repercusión en el ámbito
    social, se han convertido en términos de referencia
    obligatoria no solo en los libros
    eruditos y ensayos
    especializados, sino incluso en revistas de divulgación
    científica o en la prensa de amplia
    circulación.

    La educación ambiental
    ha adquirido un carácter generalizador y por tanto,
    está en el centro de la atención de todas y cada
    una de las instituciones
    del país y cuenta con el apoyo del gobierno y
    el
    estado.

    La conceptualización científica del medio
    ambiente distingue tres enfoques necesarios para su tratamiento.
    Uno de ellos se refiere a la vía interdisciplinaria como
    forma de contribuir a la intervención de las ciencias
    naturales, tecnológicas y sociales.

    Ejemplo de lo anterior es la conformación del
    grupo MASOREC en la Universidad de Pinar del Río,
    compuesto por especialistas de distintas ciencias y que
    tiene en su haber el estudio y manejo sostenible de los recursos
    costeros con especial referencia a los manglares, por lo que esto
    representa desde el punto de vista económico y
    ecológico. En este grupo se inserta nuestro proyecto "
    Estudio lingüístico de la fitonimia costera con
    especial referencia a los manglares ", como muestra del
    carácter multidisciplinario de la ciencia en la
    solución de los problemas socio – ambientales en una
    determinada zona de estudio.

    Cuba por su condición insular, posee una extensa
    zona costera con una variada riqueza en recursos
    naturales, si sumamos a ello su agradable y soleado clima tropical y
    su posición dentro de la región Caribeña,
    podríamos decir que desde el punto de vista
    científico y profesional se justifica cualquier
    investigación de su entorno costero, que brinde pautas
    para la ansiada sostenibilidad en un mundo donde la crisis
    económica unida a los cambios climáticos globales,
    nos afecta a todos en mayor o menor medida.

    Dentro del área del Caribe, Cuba puede
    considerarse un país privilegiado en cuanto al cuidado y
    conservación de sus recursos costeros, puesto que es tarea
    de primer orden del gobierno encaminar esfuerzos en tal
    sentido.

    Nuestro Comandante en jefe ( 1998 ) refiriéndose
    a la necesidad de preservar el medio ambiente
    señaló: " Nuestro Partido rojo y comunista debe
    ser, el Partido verde de este país para proteger la
    Naturaleza. " Esta idea constituye un reto, no solo para Cuba,
    sino para las fuerzas progresistas de todo el mundo.

    Así pues, se hace más necesaria aún
    la realización de una investigación
    fitonomástica, no solamente desde una pespertiva
    lingüística, sino también con un enfoque
    social encaminada a dar solución a los problemas socio
    – ambientales existentes en los ecosistemas
    costeros.

    Los estudios fitonímicos que se desarrollan en la
    zona de estudio contribuirán además al
    enriquecimiento del léxico popular y científico de
    los nombres que conforman cada una de las especies de plantas
    costeras, lo que en el orden social constituye un elemento de
    vital importancia en la elevación del nivel cultural de
    los habitantes de estos ecosistemas, así como de un
    cambio de
    actitud de los
    mismos con respecto a su medio.

    La fitonimia ( del griego phyton = planta; nimia =
    nombre ), ha devenido herramienta fundamental para el desarrollo
    del conocimiento
    humano con relación a una parte de la Naturaleza nada
    despreciable y que la constituye la flora o el reino
    vegetal.

    Gracias a la fitonimia, el hombre puede llegar a conocer
    que hay más allá del nombre de una planta, saber
    que factores motivaron su surgimiento, es decir, si está
    ligado al color, forma, tamaño, localización e
    incluso a los beneficios que le brinda.

    En otro sentido, la fitonimia puede adentrarse
    más en el estudio del nombre de una determinada especie y
    llegar a considerar que elementos desde el punto de vista
    morfosintáctico son los que están presente en uno u
    otro nombre. Esto aunque por razones obvias se aprecia desde un
    enfoque lingüístico, juega un papel esencial en el
    orden social, por la sencilla razón de que mientras
    más profundo sea el
    conocimiento del hombre sobre el medio que lo rodea mejor
    será su relación con el mismo.

    Estudios de campo realizados en la zona de estudio (
    sector Coloma – Las Canas, Mcpo de Pinar del Río ),
    han demostrado que se está produciendo un deterioro
    continuado del ecosistema
    manglar.

    La tala indiscriminada, la
    contaminación de las aguas y del litoral costero con
    desechos provenientes del combinado pesquero y de sus
    embarcaciones, el arrojo de basuras y otros desperdicios al
    manglar y el propio desconocimiento que tiene una gran
    mayoría de los pobladores de los múltiples
    beneficios que les pueden brindar cada una de las especies
    presentes en este hábitat, constituyen algunas de las causas
    de su acelerado deterioro.

    Esto no significa que tales acciones se
    lleven a acabo de forma consciente y mucho menos que se realicen
    de forma intencionada, lo que dista mucho de la conducta y
    valores
    humanos de las personas que laboran y viven en esta
    región, sino por el contrario nos pone de manifiesto la
    necesidad de fortalecer su conocimiento en las prácticas
    de conservación y manejo sostenible de los recursos
    costeros, donde un role importante le corresponde a la
    fitonimia.

    El estudio lingüístico de la fitonimia de la
    flora del manglar cubano, constituye un interesante y útil
    proyecto , pues como no existe cultura sin lenguaje y lenguaje
    sin cultura, la denominación, es decir, la
    identificación de plantas y conceptos muy cercanos a ellas
    es de sumo interés
    como objeto de estudio y como ya se ha dicho anteriormente
    facilita la comunicación.

    Conclusiones:

    • Los nombres de las plantas conducen a diversas
      contradicciones que no son fáciles de solucionar porque
      se sustentan en diversos criterios que no se han podido
      unificar.
    • Los nombres populares son la mayoría de las
      veces muy regionales y se reflejan en el idioma de cada
      país, lo que hace imposible la
      internacionalización. No obstante, no se pueden
      desechar, ya que despreciaríamos los contenidos
      simbólicos y funcionales que esto nombres tiene en su
      marco cultural. Los catálogos de nombres vulgares juegan
      un papel importante en la solución de estos
      problemas.
    • En el caso de las especies que conforman la flora del
      manglar predomina el uso del nombre vulgar en el habla popular,
      por los beneficios que ellas le brindan, ya que como se conoce
      el hombre denomina a los objetos con los que tenga mayor
      dependencia. El manglar es fuente proveedora de
      energéticos, medicinales, madereros, alimenticios,
      pesca y
      miel, por lo que son de gran utilidad
      económica y ecológica.
    • Las diferentes denominaciones que una planta pueda
      tener a partir de un enfoque taxonómico hace que los
      nombres científicos no sean concretos ni universales.
      Esto puede ocurrir debido a cambios taxonómicos,
      incorrecta identificación o cambios nomenclaturales. La
      solución a esos problemas descansa más en un
      enfoque particular para señalar la mejor
      comprensión de una línea botánica
      universal y en la confección de catálogos de
      sinonimia.
    • La comprensión de los nombres
      científicos puede ser menos compleja si se interesan por
      el estudio del significado de los nombres de sus plantas
      favoritas. Sería más útil que recibir esos
      nombres científicos en otro idioma. El Dr. López
      Trabanco sugiere que la confección de un diccionario
      semántico de fitónimos que presente los nombres
      por áreas de significado a partir del rasgo motivador
      del nombre sería la solución a este
      problema.
    • El estudio lingüístico de la fitonimia
      costera y en particular de los manglares puede contribuir a la
      solución de los problemas de comunicación
      existentes en estos ecosistemas, además de contribuir a
      un cambio de actitud del hombre con el medio que le rodea, pues
      tendrá la posibilidad de ampliar sus conocimientos y
      cultura socio – ambiental.
    • El trabajo relacionado con la fitonimia costera
      será de gran utilidad no solo para los pobladores de
      estos habitats, sino para los especialistas, botánicos,
      biólogos y demás personas vinculadas al estudio
      de estas formaciones vegetales, ya que se convertirá de
      hecho en un instrumento de consulta del cual podrán
      obtener información acerca de los factores que motivaron
      la denominación de una u otra especie, lo que muchas
      veces se hace de forma mecánica.

    En resumen, la fitonimia como una de las
    clasificaciones pertenecientes a la fitonomástica ( rama
    de la lingüística que se dedica al estudio del
    nombre de las plantas ) resuelve además un problema de
    comunicación, ya que su estudio está muy ligado a
    los nombres y estos a su vez se reflejan en la sociedad a
    través del lenguaje, el que como ya se conoce es un
    fenómeno social como resultado de su actividad
    productiva, pero también como forma de expresión
    de sus necesidades y objetivos.

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      Habana.
    •  

       

    Lic. Nelson Torres García

    Centro: Facultad de Medicina " Dr.
    Ernesto Guevara de la Serna".

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