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Inteligencia Emocional y Desarrollo Organizacional



    En los últimos años nos han llegado cada
    vez más pedidos a The Organization Development Institute
    International, Latin America en relación con las
    contribuciones que ha realizado este interesante investigador en
    la disciplina de
    Inteligencia
    Emocional.

    Es el autor de uno de los libros
    más vendidos y que se caracteriza por el hecho que muy
    pocos de sus compradores, lo hayan terminado de leer. De
    allí que nos llegaran muchas consultas que han estado
    especialmente vinculadas con sus aplicaciones prácticas
    dentro de las empresas y
    organizaciones.

    Este investigador que se ha caracterizado por su
    curiosidad ha relevado un gran número de trabajos de campo
    e investigaciones
    realizados por otros para encontrar sustento a su marco
    conceptual. Por otro lado, algunos académicos e
    investigadores – y en particular aquellos que se han
    destacado dentro de las Ciencias del
    Comportamiento
    – a veces se preguntan si realmente la concepción de
    Goleman es realmente distintiva.

    Se basan en que sus principales variables
    clave han sido estudiadas con detenimiento por expertos en
    Ciencias del Comportamiento con mucha anterioridad al trabajo de
    Daniel Goleman, como es el caso de la auto-conciencia, la
    auto-regulación, la
    motivación, la empatía y las habilidades
    sociales. Los lectores interesados pueden acudir a
    www.monografias.com
    para familiarizarse con material que se relaciona
    fuertemente con estas variables. Han de encontrar distintos
    marcos teóricos para los principales contenidos que hemos
    mencionado, una bibliografía con más de 350 aportes
    en materia de
    libros y artículos para cada uno de ellos, y
    también una biografía de cada uno
    de estos principales especialistas.

    El éxito
    de Daniel Goleman no es producto de la
    casualidad. Su exitoso trabajo en una empresa
    multinacional líder a
    nivel mundial en productos de
    consumo masivo
    – Jonson & Jonson – lo ayudó a catapultar su
    fama permitiendo pasar de la categoría de "consultor" a la
    de "gurú". Y realmente son muy pocos los elegidos que
    pertenecen a ésta última
    categoría.

    Y aquí surge una pregunta: ¿Si realmente
    Goleman se ha basado grandemente en los trabajos de otros a que
    se debe que consiguiera tremenda fama para sí solo?
    Existen muchos investigadores que anteriormente han dedicado una
    vida entera a estudiar una sola variable "independiente"
    organizacional como es el caso de McClelland (motivación), Tannenbaum
    (participación del personal en la
    toma de
    decisiones), March & Simon (toma de decisiones) habiendo
    sobresalido en sus particulares concepciones que no siempre eran
    sencillas de llevar a la práctica y operacionalizar como
    lo destacan muchos analistas. Y, en cambio, Daniel
    Goleman logra montarse sobre los trabajos de terceros –
    incluyendo algunos de los mencionados – y consigue sugerir
    un método
    para introducir mejoras a través de la inteligencia
    emocional.

    Ello consiste en la aplicación de las 5
    habilidades prácticas, y aquí vemos nuevamente que
    ninguna de ellas es "nueva". La auto-conciencia ha sido tratada
    por muchos autores dentro de las Ciencias del Comportamiento como
    es el caso de Jack Gibb, Chris Argyris, entre otros y ha sido
    coronado a través de una práctica que ha sido
    conocida bajo el nombre de Johari window.

    La auto-regulación ha sido cubierta extensamente
    por autores que han privilegiado estudiar las variables de
    estrés,
    control y
    distintos aspectos relacionados con el establecimiento de
    objetivos
    (Locke, Drucker) y la formalización, reducción de
    incertidumbre a través del diseño
    de la tarea y definición de roles.

    Ni que hablar de la variable motivación; además de McClelland
    debemos tener en cuenta a Skinner,
    Fiedler, Adams y todos aquellos que han hecho también
    importantes contribuciones respecto de los procesos de
    energización de las personas en las empresas. La
    empatía está al corazón
    mismo de lo que muchos expertos en las ciencias del
    comportamiento privilegiaron en la segunda mitad del siglo pasado
    en la Institución madre conocida como NTL (National
    Training Labs). Los laboratorios de sensibilización
    (T-Groups) fueron precursores en la materia. Y finalmente dentro
    de las habilidades sociales los aportes de los expertos y
    estudiosos en Ciencias del Comportamiento han sido muchos,
    especialmente en relación con lo que se conoce bajo el
    nombre de "·gerenciamiento" y liderazgo. Los
    trabajos de Ohio State University y University of Michigan en la
    materia fueron expandidos por Fiedler y muchos otros.

    Entonces, y volviendo a la pregunta inicial: ¿A
    que se debe este enorme éxito de Daniel
    Goleman?

    La contribución especial de Daniel Goleman
    consiste en haber desarrollado un método para aumentar la
    performance, tanto sea a nivel individual como organizacional.
    Daniel Goleman sugiere que uno puede comenzar a mejorar lo que
    está sucediendo si nos detenemos por un
    instante.

    Parece sugerir el siguiente lema: "Para que el mundo sea
    impulsado hacia dimensiones y niveles superiores, solamente hace
    falta que, por un momento, todos nos detengamos". Y
    aplicáramos el postulado que encontramos en los portales
    de Grecia hace
    más de 200 años atrás: "Conócete a Ti
    mismo".

    Con estas afirmaciones, y solamente después de
    ellas, hemos de estar en condiciones de impulsarnos. A estas
    alturas ya hemos satisfecho lo requerido a nivel del
    auto-conocimiento y
    de la auto-regulación. Y nos preparamos para ser
    impulsados.

    El impulso es la tercera habilidad práctica y a
    la misma le asigna el nombre de "motivación". Ya las
    personas están ahora, y en éste momento, en
    condiciones de ser impulsadas. La auto-conciencia y la
    regulación han de aportar algo más que un simple
    grano de arena en estos momentos. Sin ellas, la motivación
    y toda otra fuente de energía pudiera haber sido
    totalmente desperdiciada como es el caso donde se llegan a
    aplicar energías pero en el sentido contrario de los
    objetivos a alcanzar. La autoconciencia y autorregulación
    colocan a las personas y a las organizaciones en una
    posición que les ha de permitir direccionar y canalizar
    correctamente sus energías. Todos deben recordar que la
    motivación se vincula con aspectos tales como intensidad,
    velocidad y
    persistencia; pero como antesala a la acción
    de estas tres debemos tener siempre en cuenta a la "dirección" o foco principal. En caso
    contrario no sólo no estaremos acercándonos al
    punto de llegada sino que hemos de estar además más
    lejos de nuestro punto de partida original.

    Cumplimentando satisfactoriamente con los requerimientos
    de estas tres habilidades prácticas alcanzamos lo que
    podríamos denominar el máximo logro a nivel
    individual. Sin embargo, aquí cabe que nos formulemos otra
    pregunta:

    ¿Alguien conoce a una sola persona que haya
    podido alcanzar el éxito basado en sus propias y
    únicas acciones
    personales? Es decir ¿Sin la ayuda y colaboración
    de otros?

    Daniel Goleman introduce aquí el tema de la
    empatía lo que le permite estrechar el vínculo
    entre las tres primeras habilidades prácticas y
    ésta, la cuarta (empatía). Sin la empatía
    las acciones individuales y organizacionales estarían
    siempre dirigidas exclusivamente hacia uno mismo. Y en poco
    tiempo
    quedaría a la vista el desgaste natural que consiste en
    "explotarse a sí mismo". Existen muchas personas que son
    eficientes en este aspecto de explotarse a sí mismos, pero
    se dan cuenta muy pronto – y con dolor – que ello
    daña su salud y también la
    posibilidad de alcanzar las metas que se ha planteado
    originalmente.

    Sin la empatía, la persona (o la
    organización) se encierra en lo que llamamos el
    "yo-yo". Lo que nos convierte en autistas. Y parece existir
    suficiente evidencia empírica donde se muestra que el
    enfoque autista no permite privilegiar a los Clientes, ni a
    los proveedores, y
    tampoco al personal que forma parte de nuestro propio equipo de
    trabajo. Con el "yo-yo" – que es un sinónimo de la
    explotación de uno mismo – toda persona u organización alcanza resultados limitados.
    Por más que se esfuerce durante las 24 horas del
    día, ha de llegar el momento en que se ha de desplomar
    exhausto.

    La empatía es la antesala de las habilidades
    sociales donde emerge como figura principal el liderazgo que no
    debe confundirse con el gerenciamiento. Los líderes se
    caracterizan por su enorme capacidad creadora y generativa y son
    los reales impulsores de proyectos nuevos
    y desafiantes. Muy buena parte del trabajo de Daniel Goleman es
    dedicado a mostrar como a través del desarrollo de las
    habilidades sociales se completa el círculo exitoso de las
    competencias
    que son requeridas para el logro de objetivos
    empresariales.

    El trabajo de Daniel Goleman en Inteligencia Emocional
    se distingue por su aplicabilidad práctica al identificar
    las cinco habilidades prácticas que son necesarias
    aumentar le eficiencia en las
    distintas unidades de análisis, sean estas a nivel de individuo,
    grupo u
    organización. Y además porque identifica una
    secuencia particular que resulta ser la más exitosa. Abel
    Cortese y Eric Gaynor Butterfield ("Las 7 Inteligencias"; The O.
    D. Institute International, Latin America – 2005)
    puntualizan como incluso la inteligencia emocional se constituye
    en un paso vital en el camino hacia el éxito
    empresarial.

    Estos dos autores destacan que la Inteligencia Emocional
    sumada a otras inteligencias como es el caso de la Inteligencia
    Financiera (R. Kiyosaki) y la Inteligencia Organizacional /
    Empresarial representan escalones imprescindibles que deben
    satisfacerse necesariamente para alcanzar el éxito,
    sobrevivir y crecer dentro de un mundo donde la tasa de cambio
    transicional se ha modificado por adoptar la forma de cambio
    transformacional.

    Lo significativo entonces, tanto en la importante
    contribución de Daniel Goleman como en el aporte de Abel
    Cortese y Eric Gaynor Butterfield, es que en ambos casos se hace
    una selección
    de un método "para mejorar". Por supuesto que ésta
    selección "del método" está sujeta a su
    validez empírica por otros; pero de todas maneras la
    selección de un método es importante puesto que
    justamente permite la replicación de su validez al estar
    sujeto a investigaciones de terceros profesionales e
    investigadores.

    Aparentemente las Profesiones completadas como resultado
    de Diplomados en las mejores Universidades del mundo, no resultan
    suficientes para dar respuesta a las necesidades que tienen las
    empresas a la vista del saber (que exige conocimientos más
    allá de la misma profesión), el hacer – ponerse en
    acción que no es ofrecido por muchas profesiones (los
    médicos parecen ser una excepción a través
    de sus programas de
    residencia y concurrencia), y la movilización o
    motorización creativa que resulta imprescindible en el
    mundo actual.

    En relación con este último aspecto
    debemos destacar que los Profesionales se encuentran cada vez con
    más problemas
    – incluso aquellos que sobresalen en competencias de su
    propia profesión – puesto que su diseño de
    carrera que anteriormente se basaba en "ingresar a una
    organización una vez que se diplomaba" se ha visto
    totalmente alterado pues ahora las organizaciones requieren cada
    vez menos profesionales y además parecen expulsarlos
    más seguido (Eric Gaynor Butterfield: "Desarrollo de
    Carrera y Desarrollo
    Organizacional"; The O. D. Institute Internatiional, Latin
    America – 2005). Y para hacer las cosas peor parece que los
    profesionales no cuentan con las competencias "para generar su
    propio trabajo" luego de haber completado su
    diplomatura.

    En "Ironies in Organization Development" (New Jersey:
    Transaction Publishers – 1990) Robert Golembiewski destaca
    que existen tres principales tipos de cambio posibles. El primer
    tipo de cambio
    es el que ha denominado bajo el nombre de Alpha, que implica un
    progreso de tipo "constante" donde tanto las variables como los
    métodos de
    medición se mantienen sin cambios.
    Siguiendo a Robert Golembiewski tenemos como segundo tipo de
    cambio a Beta que implica progresos variables donde se modifican
    tanto las variables como los métodos de medición.
    Un ejemplo de este tipo de situaciones de cambio se presenta en
    el trabajo del
    asesor de empresas quien al introducir los primeros cambios en su
    intervención de consultoría identifica que emergen nuevas
    variables y aspectos que hasta ese entonces eran
    desconocidos.

    Es por ello que debemos ser sumamente cautelosos con los
    "Proyectores de largo plazo de Cambio" que sugieren los
    consultores en sus propuestas de asesoría; asegurar que
    los cambios en una parte del sistema va a
    tener una puntual y única repercusión es una
    super-simplificación y los consultores debieran tener esto
    en cuenta si están interesados en prestar el mejor
    servicio al
    Cliente (usualmente los programas se siguen al pie de la
    letra de la propuesta de consultoría que fuera aprobada lo
    que me ha llevado a definir este tipo de trabajos de
    asesoría como aquellos "donde se han hecho las cosas bien
    pero de acuerdo a un programa
    equivocado".

    El tercer tipo de cambio que propone Golembiewski es
    Gamma donde además del cambio Beta se produce un cambio
    radical que adopta el nombre de cambio transformacional que
    implica un salto cuántico y de cambio
    paradigmático. Estamos aquí ante la presencia de
    una revolución respecto de cómo se hacen
    las cosas, respecto de cómo se visualiza lo que se desea
    alcanzar, y respecto del posicionamiento
    que adoptan los líderes ante esta
    situación.

    Las organizaciones en el pasado partían de lo que
    el alto directivo o empresario
    "tenía en su cabeza". La revolución
    industrial se ha basado como su nombre lo dice, en la
    industria de
    productos concretos y tangibles que eran diseñados y
    comercializados primordialmente en base a lo que los directivos y
    empresarias planeaban. En el mundo de hoy encontramos que el
    mundo corporativo dedica un porcentaje muy pequeño de su
    tiempo y recursos a los
    productos; hoy en día los servicios ya
    representan una proporción muy superior. Y la mayor parte
    de los servicios e incluso la forma en que se desarrolla el
    "delivery" de los productos, son Un Servicio.

    Entregamos celulares a los Clientes pero hoy en
    día el celular que comercializa una empresa es muy
    similar al celular de otra empresa; lo que diferencia a ambas
    empresas y lo que cada una de ellas ha de buscar es una ventaja
    competitiva, y esa ventaja competitiva ha de tener que ver con el
    "delivery" del servicio. El acomodamiento de las personas a la
    revolución industrial ha llevado varias generaciones y tal
    es así que casi un siglo después de la
    Revolución Industrial encontramos notables expertos que
    hacen referencia a lo social. Más aún, como es en
    el caso de Eric Trist, se da nacimiento a lo que se ha conocido
    como escuela de
    pensamiento y
    filosofía organizacional bajo el nombre de "escuela
    socio-técnica". Y por favor, apreciemos que NO se hace
    referencia a una escuela "técnico-social" sino que
    más bien es exactamente al revés: escuela
    "socio-técnica".

    Y las organizaciones con mucho dolor, como así
    también los altos directivos corporativos y empresarios,
    también han aprendido con dolor de su parte, que lo que
    manda es "lo que el Cliente tiene en
    su cabeza". Y no resulta muy sencillo ponerse a pensar respecto
    de lo que el Cliente tiene en su cabeza cuando nos hemos pasado
    varias generaciones comportándonos en base al pensamiento
    que tienen los directivos en sus mentes.

    Para hacer las cosas aún más complicadas y
    dificultosas se ha acelerado la tasa de cambio y nos encontramos
    con que los cambios en materia de tecnología informática y las comunicaciones
    se presentan en forma virtual y "no-real"; no se trata de hechos
    reales, "observables", a los cuales el hombre
    estaba antes acostumbrado y por lo tanto al verlos los
    tenía en cuenta. Ahora el hombre no
    tiene imagen alguna de
    lo que confronta, y este es un fenómeno totalmente nuevo
    en la historia de la
    humanidad. Coca-Cola
    Corporation ha mostrado que es importante reemplazar el
    pensamiento tradicional que se focalizaba en la "porción
    del mercado" por la
    nueva que se focaliza en la "porción de la mente del
    Cliente".

    Sin una idea clara de lo que el Cliente tiene en su
    mente y de una nueva "imagen" respecto de lo que impacta sobre
    las personas, existe dificultad en reaccionar correctamente. Si
    ponemos frente a frente a dos personas sentadas en una silla y
    que se están mirando, es posible que continúen en
    esa posición y sin hablarse por mucho tiempo, si es que
    ambas no tienen imagen alguna grabada en sus "archivos".
    Solamente las imágenes
    son capaces de impulsarnos, y el lector avezado seguramente ya
    trae a su cabeza algunos hechos que aseguran nuestra
    afirmación (de aquí en más vamos a seguir
    usando cabeza cuando lo correcto es la mente, puesto que podemos
    mostrar como lo real tiene un distinto y singular impacto
    respecto de lo virtual).

    El hombre de ahora en más ha de seguir vinculado
    a lo "real" pero cada vez más y más lo hará
    con aspectos virtuales – irreales; y estos a su vez han de
    ser los que han de impactar más poderosamente sobre su
    vida y en particular sobre su éxito en la vida.

    La "Inteligencia" Emocional es definida
    como la "Capacidad de conocer, direccionar y controlar tanto las
    emociones
    propias como las de otros" (Daniel Goleman – "Emotional
    Intelligence"; Bantam Books – 1995).

    Así como las personas operamos bastante
    frecuentemente bajo una "racionalidad limitada", también
    lo hacen las organizaciones, instituciones,
    empresas y corporaciones (James March y Herbert Simon:
    "Organizations"; Wiley & Sons – 1958). Hoy en
    día no existe duda alguna que las distintas unidades de
    análisis, sean éstas Individuos, Grupos y
    Organizaciones, operan con "racionalidad limitada". Para aquellos
    lectores que estén interesados en lo "limitado racional"
    dentro de la segunda unidad de análisis – es decir
    los grupos – les sugerimos echar una ojeada a los aportes
    que han realizado investigadores y académicos dentro del
    área de "manejo de reuniones grupales", tales como Edgar
    Schein ("Organizational Psychology"; Prentice-Hall – 1980)
    entre otros.

    Posiblemente uno de los últimos golpes de gracia
    a los proponentes de la Inteligencia Cognitiva – en forma
    exclusiva – haya sido dado por Daniel Goleman, mostrando el
    importante rol de la Inteligencia Emocional. El excelente trabajo
    integrador de Daniel Goleman – además de mostrar las
    falencias de la sola Inteligencia Cognitiva – pone de
    manifiesto las debilidades organizacionales que resultan de una
    pobre inteligencia emocional de sus propios miembros
    organizacionales, y en particular cuando ésta se presenta
    en su cuerpo gerencial y directivo.

    La enorme fortaleza de las cinco habilidades
    prácticas – que en realidad no son "nuevas" –
    ya que han sido reconocidas anteriormente, encuentra su enorme
    mérito por la forma en que el autor agrupa, y por
    consiguiente divide a ellas, en dos grandes categorías:
    las que operan dentro de una persona y aquellas que funcionan
    como resultado de la interacción entre personas.

    En los debates es bastante común que cada
    propulsor "tenga en cuenta su propuesta como la mejor" y le
    asigne un peso mayor "a su teoría". Es bueno pensar en las dos
    inteligencias, tanto la Cognitiva como la Emocional; el
    extraordinario filósofo Francés Jean Jacques
    Rousseau
    manifestaba hace unos 240 años atrás ("El Contrato Social"
    – 1762) que el aprendizaje es
    acumulativo. Cada generación acumula el aprendizaje de la
    generación anterior, algo que podemos observar incluso
    dentro del mundo animal (Charles Darwin: "Origen y
    Evolución de las Especies" – 1859).
    El notable estudioso de los procesos de aprendizaje en la
    niñez – el psicólogo suizo Jean Piaget
    ("The origins of intelligence in children" – 1936)
    también observa la importancia del aspecto "acumulativo"
    que va por encima del simple aprendizaje mostrando la diferencia
    entre la acomodación y la asimilación.

    La incorporación de las habilidades de
    Inteligencia Emocional a que hace mención Daniel Goleman
    (ya citado) han de permitirle al lector ir más allá
    de la Inteligencia Cognitiva y por consiguiente puede disfrutar
    de una ventaja competitiva (ver Michael Porter: "Estrategia
    Competitiva"; Editorial CECSA – 1992). Han de estar en mejores
    condiciones de lidiar con los cambios transformacionales que ya
    han superado y pasado por encima a los cambios transicionales a
    los cuales estábamos acostumbrados.

    El Dr. Donald W. Cole ha mostrado claramente que uno de
    los problemas entre las personas y las organizaciones tiene que
    ver con el modelo
    conceptual que los primeros tienen en su cabeza respecto de
    cómo funciona la organización. Y aunque existen
    diversos modelos y
    metodologías de cambio que están al servicio de los
    directivos y empresarios, y a los cuales acceden los consultores
    de empresas, siempre es bueno darle la bienvenida a uno
    más.

    La Inteligencia Emocional, a partir de sus 5 habilidades
    prácticas, puede ser una opción útil
    adicional para congeniar los intereses de las empresas con sus
    propios miembros organizacionales. Podemos comenzar a pensar que
    representa una nueva "caja de herramientas"
    que está a nuestra disposición para mejorar tanto a
    las personas como a las empresas. Y que es de especial
    importancia para lograr transformar a los gerentes, ejecutivos y
    profesionales en Líderes organizacionales.

    Por de pronto, y desde sus mismo inicios, la
    inteligencia emocional tiene en cuenta que el estilo autoritario
    es un estilo que puede ser eficiente bajo lo que podríamos
    considerar una situación límite. En una cultura donde
    el
    conocimiento organizacional está por encima del
    conocimiento individual, donde los aprendizajes en la empresa no
    requieren la colaboración de las personas, cuando el
    delivery de los servicios se puede hacer sin tener en cuenta la
    calidad de la
    prestación, y donde los miembros organizacionales se
    sientan cómodos con un sistema de "recompensas y castigos
    individuales" por encima de un sistema participativo-grupal, es
    posible que la organización jerárquica piramidal
    sea la más efectiva y la misma puede sustentarse a
    través de un liderazgo de tipo autoritario. Pero lo que
    sucede es que hoy en día encontramos prácticamente
    un contexto opuesto al que hemos descrito.

    Las organizaciones y empresas ya no pueden predeterminar
    que es lo que les va a suceder a sus Clientes, ni tampoco a sus
    proveedores. El impacto del contexto – tanto el libre como
    el regulatorio – la obligan a realizar acomodaciones
    continuas y permanentes. Y de este modo el orden anterior basado
    en la especialización y la división del trabajo
    donde cada miembro reporta a una sola persona más, ya no
    existe. Y a las personas les resulta muy difícil reportar
    a dos jefes, que es lo mínimo que le sucede a un ejecutivo
    y profesional en una corporación.

    El mismo pasaje bíblico nos ha grabado la imagen
    de que reportamos a un solo jefe, de modo que esta única
    imagen no es fácil de transformar.

    Es así como los "procesos" – que avanzan
    lateralmente – pueden llegar a alterar
    dramáticamente los planes "originales" de la
    organización jerárquica piramidal que estaban
    basados en la verticalidad. Y – como sucede con los
    sismos
    son la sumatoria de los desplazamientos verticales más los
    desplazamientos horizontales los que producen las mayores
    fatalidades (tanto en las poblaciones como en las
    empresas).

    La Inteligencia Emocional – como así
    también el Desarrollo Organizacional y las Ciencias del
    Comportamiento – representan las columnas más
    poderosas en que pueden sostenerse y crecer las organizaciones
    cuando la excelencia en las "ciencias duras" no resulta
    suficiente para sostener la ventaja competitiva. Las ciencias del
    comportamiento y lo que se sabe en materia de comportamiento
    organizacional y desarrollo organizacional nos proveen un
    método para crear, sostener y hacer crecer las empresas.
    Distintos trabajos de campo en los Estados Unidos de
    Norteamérica han mostrado el importante nivel de
    familiarización que tienen los directivos corporativos en
    relación con las ideas, concepciones y prácticas de
    expertos notables que son especialistas en introducir mejoras
    organizacionales.

    No sucede lo mismo en los países al sur de los
    Estados Unidos donde la inmensa mayoría de los directivos
    corporativos como así también los empresarios
    desconocen en su inmensa mayoría estos importantes
    aportes.

    La Inteligencia Emocional nos permite ampliar nuestro
    ámbito de "influencia" dentro de la organización.
    Los gerentes se ven hoy en día superados por el hecho que
    la autoridad que
    derivan de la posición NO les resulta suficiente para
    conseguir "que las cosas se hagan eficaz y eficientemente". Los
    procesos verticales chocan contra las estructuras
    verticales y no existe en las organizaciones ningún
    mecanismo formal que permita lidiar con ésta
    situación.

    Las estructuras tienen en cuenta a aspectos tales como:
    diseño
    organizacional, tamaño de la empresa, complejidad
    organizacional, nivel de formalización, de división
    del trabajo y de especialización, los niveles y
    ámbitos de autoridad, el tramo y amplitud del control, los
    reglamentos y normas, y muchos
    de los manuales
    formalizados.

    Por otro lado lo que sucede horizontalmente a nivel de
    procesos tiene más que ver con otros aspectos que muchas
    veces se contraponen con los ya mencionados en el párrafo
    anterior y que se caracterizaban por operar verticalmente. Estos
    aspectos relacionados con los procesos horizontales tienen que
    ver con: liderazgo y poder,
    motivación, comunicaciones, toma de decisiones, clima y cultura
    organizacional, el trabajo en
    equipo, los conflictos y
    el nivel de cooperación –
    participación.

    El choque entre los procesos horizontales y los nichos
    verticales de la organización estructurada, es recibido
    con mucho dolor por los participantes organizacionales, y esto es
    algo a lo que ellos habitualmente no estaban
    acostumbrados.

    Los gerentes, ejecutivos y profesionales deben
    transformarse en líderes si es que han de permanecer
    dentro del mundo corporativo. Ahora tienen que hacer mucho
    más que lo que habitualmente describían los
    Manuales de Funciones y
    Responsabilidades que hacían referencia casi exclusiva a
    sus tareas meramente desde el punto de vista
    operativo.

    Hoy en día el gerente /
    ejecutivo / profesional debe transformarse rápidamente en
    un Líder y su transformación no debe ser meramente
    técnica sino desde el punto de vista comportamental.
    Veamos algunas cosas que se espera que el nuevo líder
    haga:

    1. Debe dar un sentido de dirección a
    través de una visión que es compartida con otros
    para que la hagan suya;

    2. Distinguir y mostrar un interés
    genuino en el trabajo bien hecho otorga reconocimiento
    diferenciado;

    3. Estimula a otros para que tomen riesgos en
    búsqueda de una mayor eficiencia a lograrse como resultado
    de acciones creativas e innovadoras;

    4. Muestra con el ejemplo (durante la mayor parte del
    tiempo la especie humana no ha aprendido a través de
    escuelas o universidades sino a través de "como alguien le
    mostraba como se hacen las cosas"; maestro –
    aprendiz);

    5. Reconoce sus propios errores;

    6. Se relaciona empáticamente.

    7. Debe tener en cuenta que los objetivos y resultados
    son alcanzados como resultado de que la racionalidad es limitada
    (March & Simon; ya citado), y por lo tanto deben
    familiarizarse con el concepto y
    prácticas que se relacionan con las emociones y los
    sentimientos.

    Una buena definición de emoción –
    sentimiento sería: "Tiene que ver con un estado de
    ánimo producido por impresiones (recuerdan lo que hemos
    dicho respecto de las imágenes) de los sentidos,
    ideas o recuerdos, que con frecuencia se traduce en gestos,
    actitudes u
    otras formas de expresión". Y vemos que existe un hilo
    conductor para tres palabras claves: sentidos, ideas y recuerdos.
    El sentir tiene mucho que ver con el presente; las ideas con el
    futuro y los recuerdos con el pasado; es decir, todos ellos tocan
    el tiempo como variable principal.

    Podemos hablar de la emoción – choque como
    aquella que es de breve duración, afecta la
    personalidad y se caracteriza además por el hecho que
    los mecanismos de adaptación resultan ser insuficientes.
    Por otro lado la emoción – sentimiento tiene una
    duración mas bien prolongada, pierde su carácter anárquico y su estado es
    más bien duradero.

    Las emociones se caracterizan por sus distintas
    implicancias, a saber:

    1. Los mensajes tienen un componente importante de
    subjetividad;

    2. Tienen una fuerte carga de energía y por lo
    tanto pueden llegar a motivar o desmotivar. El hecho de que
    esté vinculada la energía fuertemente con la
    motivación sugiere que opera de manera muy similar a la
    del freno o acelerador en un automóvil. Y no debemos
    olvidar algunos aspectos claves de la motivación donde
    como primera medida debemos privilegiar a la dirección y
    tener luego en cuenta a la velocidad, intensidad y
    persistencia;

    3. Son transmisores de estados anímicos y pueden
    llegar a persuadir – por encima de la autoridad formal
    – produciendo de esta manera tanto atracción /
    aceptación / cumplimiento ó rechazo. Tienen la
    propiedad del
    "contagio".

    4. Son canales comunicacionales y como tales facilitan o
    entorpecen la transmisión de información. De modo que a través de
    la
    comunicación nos encontramos con que contamos con un
    poderoso recurso adicional, como lo es el vínculo. Debemos
    recordar además que los mensajes usualmente incorporan
    resonancias emocionales, y que las informaciones tienen que ver
    con: a. nosotros mismos; b. otras personas; c. ciertas
    situaciones contextuales.

    El directivo corporativo como así también
    el empresario debe tener en cuenta que así como las
    distintas especies no-humanas hacen uso de las emociones como un
    "eficiente sistema de señales", también ellos han de tener
    que privilegiar este aspecto.

    Una persona enojada se ha de predisponer para la pelea,
    una persona atemorizada ha de preferir huir o escapar de la
    situación, y aquél que tiende a deprimirse ha de
    preferir aislarse. Como archivamos nuestras emociones tienen
    mucho que ver con como hemos de actuar ante determinadas
    situaciones ya que los distintos registros nos han
    de orientar hacia distintas opciones.

    Ahora bien ¿Qué significa incorporar al
    liderazgo la inteligencia emocional? ¿Cómo
    podríamos llegar a definirlo? Una buena manera
    sería considerar que el liderazgo con inteligencia
    emocional implica la capacidad de sentir – percibir, de
    entender (asignamos algún valor), de
    controlar (que tiene que ver con tres fases que las denominamos
    como vivencia, expresión y acción) y de modificar
    (aumentar o disminuir la intensidad de una acción) tanto
    las emociones propias como las ajenas. Y debemos tener en cuenta
    que todo cambio o modificación tiene un "enemigo mortal":
    son las acciones que definimos como comportamientos
    automáticos.

    Podemos tratar de integrar lo expuesto más arriba
    señalando que la Inteligencia Emocional implica distintos
    aspectos:

    – Poder generar una visión donde creamos un
    futuro;

    – Contar con la capacidad de intuir, comprender, y
    aplicar eficazmente en la empresa el poder de las emociones como
    fuente de energía motivacional;

    – Lograr ampliar nuestra zona de influencia natural a
    través de un mayor grado de confianza donde la
    información de fluir más abiertamente para
    facilitar el desarrollo de procesos tanto creativos como
    innovadores;

    – La capacidad de fortalecer el relacionamiento tanto
    dentro como fuera de la empresa;

    – El poder y el valor de tomar decisiones ante
    situaciones de riesgo y de
    incertidumbre.

    Estas son logradas a través de la perseverancia y
    resistencia,
    aunque no debemos olvidar que estas son minadas de una manera u
    otra, como resultado del estrés. Y esta es una facultad
    adicional de la inteligencia emocional puesto que nos ha de
    colocar en una posición que nos permita rendir ante
    situaciones de estrés.

    Es sabido que las personas no estamos acostumbradas a
    rendir ante situaciones de muy alto estrés; la
    inteligencia emocional a ravés del auto-conocimiento y
    también del control emocional – sus dos primeras
    habilidades prácticas, representa un poderos arsenal para
    templarnos ante situaciones de alto estrés que se presenta
    prolongado en el tiempo.

    La primera habilidad práctica de la Inteligencia
    Emocional es la auto-conciencia que nos hace ver que cualquier
    "programa" que hayamos tenido respecto de la forma o arreglo
    organizacional más eficiente, no ha de poder perpetuarse
    en el futuro. Aprendemos con la auto-conciencia respecto de la
    percepción y también del
    conocimiento de nuestras propias emociones.

    La Autorregulación es la segunda habilidad
    práctica y se vincula directamente con el control de las
    emociones y los impulsos. Aprendemos a vincularnos "mejor" con el
    estrés, lo que resulta imprescindible para todos aquellos
    que se desenvuelven dentro del mundo empresarial y organizacional
    actual.

    Una vez que ya somos conscientes y sabemos regular
    nuestras emociones e impulsos, ya estamos en condiciones de poner
    foco hacia donde nos debemos dirigir. Esto nos abre la puerta de
    la tercera habilidad práctica: la Motivación.
    Recordemos una definición muy sencilla de fuerza
    motivadora (Eric Gaynor Butterfield; Congreso de Desarrollo
    Organizacional- 1997): "Una necesidad insatisfecha es una fuerza
    motivadora". Aquí debemos tener en cuenta lo que
    denominamos el ciclo de la motivación que consiste de seis
    fases principales: motivo, confianza, optimismo, entusiasmo,
    persistencia y resistencia. Cuando el resultado es positivo la
    consecuencia es el Logro y cuando es negativo nos encontramos
    ante la Adversidad.

    Nosotros llamamos a estas tres primeras habilidades
    prácticas como "el fin del yo-yo". Mucho de lo que
    alcanzamos tiene que ver con nosotros mismos, aunque por supuesto
    los demás son también importantes. Pero a partir de
    aquí son los demás los que juegan un rol principal.
    Y esto nos abre el abanico hacia la cuarta habilidad
    práctica que es la "empatía". Y como la
    empatía también tiene lo que podríamos
    llamar un "límite" para el desarrollo de las empresas
    llega finalmente la última habilidad práctica que
    son las habilidades sociales donde se destacan la destreza en la
    calidad y cantidad de las relaciones, el liderazgo y el trabajo
    en equipo.

    Recuerden que no hay personas exitosas en este planeta
    que no hayan desplegado las 5 habilidades prácticas;
    muchas han sido exitosas a título individual pero el
    alcance su éxito ha sido limitado. El despliegue de las
    cinco habilidades prácticas en la acción dentro del
    mundo organizacional les ha permitido a Tom Watson, Ray Crock,
    Bill Gates,
    Walt Disney, Henry Ford y Fred Smith entre otros alcanzar niveles
    de productividad
    y rentabilidad
    extra-ordinarios como es el caso de IBM, McDonald, Microsoft,
    Walt Disney Corp., Ford Motor Co., y
    Federal Express, respectivamente.

    Cada una de las cinco habilidades prácticas es
    tratada por separado ya que sus respectivos contenidos lo
    ameritan. Nos renovamos a su servicio.

    Muchas gracias por compartir!

     

    Eric Gaynor Butterfield

    Presidente

    The Organization Development Institute International,
    Latinamerica

    Board member of The Organization Development Institute
    – Worldwide

    Abstract de Taller práctico para empresarios a
    cargo de Eric Gaynor Butterfield desarrollado en el mes de Julio
    del 2005 – Provincias de Salta, Corrientes, Córdoba,
    Tucumán y Santa Fé.

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