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Pandora – Lo que todo hombre debería saber antes de enamorarse




Enviado por Steel Nobles



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    Pandora
    Lo que todo hombre
    debería saber antes de enamorarse

    Steel Nobles – Ensayo
    premonitorio publicado en 1997.

    Al paso del
    tiempo, todo
    su contenido ha ido plasmándose con inquietante
    exactitud.

    1. Acerca del
      título de esta obra.
    2. La mujer de
      Dios
    3. Extraña indiferencia
    4. Situados
      entre Eva y Pandora
    5. La
      amenaza
    6. Sobrevivencia
    7. Lo siniestro
    8. Lo despiadado: la castración
      sicológica.
    9. La sospecha: ¿Real igualdad o sólo
      despotismo feminista?
    10. Ad portas: ¿El Apocalipsis de
      lapareja?
    11. Dilema: ¿Solución, problema o injusticia
      social?
    12. Especialidad de la casa: ¿La familia
      chatarra?
    13. De gavilán a paloma
    14. El desafío a la
      racionalidad
    15. Relación sexual y soledad
    16. ¿El bluff?
    17. Trampa mortal: la obsesión por un
      enigma
    18. "Morir con las botas puestas"
    19. Claves: las debilidades de una bruja
    20. La alerta roja
    21. La mujer de tus sueños puede ser un
      varón de pesadilla
    22. Brilla la esperanza
    23. Pequeño glosario de algunas expresiones que aparecen
      en este libro
    24. Qué hacer si tu compañera fuese
      Pandora
    25. Por un hogar del más excelso orden
      social
    26. Frente a Pandora… nuevas acciones
      sociales.

    ACERCA DEL TÍTULO DE ESTA
    OBRA.

    Parodiando una
    frase del filósofo y sicólogo Williams James, te
    diré lo siguiente: No saber o ignorar lo que sucede a uno
    es peligroso desde el punto de vista vital, supervivencial y
    evolutivo. Por ello es natural e inevitable que suframos las
    consecuencias de no saber… ¡Y cómo las hemos
    sufrido!.

    Steel
    Nobles

    LA MUJER DE
    DIOS

    Ella es la
    perpetuadora de la especie humana, ella es la artífice
    maravillosa de la felicidad del hombre, ella es el faro del
    porvenir de sus hijos, ella es el encanto, la risa, la ternura,
    la felicidad.

    Ella es todo
    eso y mucho más… ella es la que hace una familia
    más unida. Ella es quien entrega a los hijos las primeras
    caricias y las primeras nociones de moral, en ella
    nace el amor y el
    ejemplo familiar… ella es mujer de Dios.

    Ella es la
    gran presidenta de la casa, ella es la que ocupa puestos de honor
    irrenunciables: es la esposa, la madre y la gran guía y
    directora del hogar… Ella es mujer y madre.

    Ella, mujer y
    madre, es la vida misma, es la inspiración de todos los
    poetas, es la gran figura del escultor, es el tierno corazón de
    los niños,
    es la nota que inspira la canción del artista, ella es la
    luz de nuestro
    camino. Ella es mujer y la gran compañera del hombre. Ella
    es la que está a nuestro lado en el dolor y también
    vive nuestras alegrías, ella está ahí,
    cuando ganamos y también cuando perdemos, ella acaricia
    nuestra frente cuando el tiempo sin piedad va blanqueando
    nuestras sienes. Ella es mujer, esposa, madre y amor

    Marcos
    Huberman

    Amable lector,
    hago mío este bello y sentido homenaje, porque
    también pienso que así es la Mujer de
    Dios.

    Steel
    Nobles

    1

    EXTRAÑA
    INDIFERENCIA

    La muerte de
    cualquier hombre me disminuye, porque la humanidad me
    concierne.

    Nunca pues,
    preguntes: por quién doblan las campanas. ¡Lo hacen
    por ti!

    John
    Donne

    Llegué
    cuando el cortejo ya avanzaba por las avenidas del cementerio.
    Por primera vez en mi vida fui testigo del dolor indescriptible
    que causa la muerte
    violenta, sorpresiva y dramática de un hombre joven y
    querido por todos quienes le conocimos. Allí estaban: su
    madre, su hijo mayor, y sus hermanos. Un compañero suyo,
    de oficina, me
    contó el drama mientras caminábamos.

    Franco, al volver
    a su casa, terminado su habitual partido de tenis por las tardes
    sabatinas, encontró inesperadamente a su esposa haciendo
    el amor con un adolescente. Pocas horas después, el
    cadáver de Franco pendía del cuello bajo el
    parrón de su casa. En un breve manuscrito, explicaba su
    determinación. Pensé en lo injusto de la existencia
    mientras me invadía el desaliento. No podía
    explicarme lo sucedido y menos aun aceptarlo, pues yo
    sabía que él era hombre joven, alegre, positivo,
    sano y muy confiado en las bondades que decoran esta vida.
    Pasarían diez años y muchas nubes sobre la
    cordillera antes que llegara yo a tener una idea medianamente
    clara en relación al colapso acontecido al interior del
    alma de mi
    buen amigo, y que era el fiel reflejo de lo que sucede y se
    trasunta en el alma social actual. Razón primera por la
    que escribí este libro.

    Motivado por
    querer saber las razones que impulsaron a Franco a cometer
    suicidio,
    visité —grabadora en mano— a una médium
    parlante, con la sola fe y esperanza de que ella me contactara
    con mi amigo que moraba en el más allá; y a
    él solicitarle, directamente, respetuosamente que, si
    correspondía y él estaba dispuesto, me dijese algo
    que me permitiera comprender en mejor forma su
    determinación.

    Por razones
    superiores no puedo ni debo contar detalles de aquella
    sesión. Sólo puedo decir que la voz que
    habló por la boca de la espírita, era la de
    Franco.

    Todo lo dicho por
    él lo he traspasado a este libro, con letra cursiva y
    entre comillas, y en forma fragmentada, para ir alternando con
    sus revelaciones, mis particulares conocimientos e
    interpretaciones acerca del doloroso acontecimiento.

    Ahora siento que
    si Franco, previamente hubiese tomado plena y cabal conciencia en
    relación con algunos conceptos vertidos aquí por
    ambos, posiblemente seguiríamos conversando sobre temas
    vinculados a lo sacro y a lo profano, como acostumbrábamos
    a hacerlo en forma cotidiana… y normal.

    Cada uno es
    responsable de todo ante todos los demás.

    Feodor
    Dostoievski

    A muchos, en su
    inexperiencia, buena fe e inocencia, es posible que este breve
    relato no les diga gran cosa e incluso carezca de significado. Lo
    comprendo. Nos hemos ya habituado a dramas, tragedias e historias
    como esta. Lo que posiblemente ignoras, es que detrás de
    ellas se esconde el mayor peligro que enfrenta nuestra
    convivencia, y del que somos en absoluto ignorantes. Las
    siguientes palabras de Leszek Kolakowki podrían contener
    al respecto un oportuno mensaje: "Nunca podremos saber —por
    principio, no por desconocimiento— de qué modo
    contribuye nuestro aparato de: ver, tocar, reaccionar, ante las
    situaciones y manipulaciones, a la imagen del mundo
    que emerge, finalmente, del funcionamiento de nuestros cuerpos y
    de nuestras mentes". Mi propósito es incentivarte a estar
    alerta, observar, y a tomar conciencia de una creciente amenaza
    para eludirla, neutralizarla y salvarte de sus dramáticas
    consecuencias.

    Para tal efecto se
    hace indispensable; primero: que conozcas el origen, sus
    circunstancias y procesos
    envueltos en tal peligro. Y después te formes una idea
    asequible de ciertas formas de proceder, y de hechos actuales,
    cuyas raíces se pierden en los albores de una biografía humana
    confusa y contradictoria para muchos; más aun cuando ella
    se mezcla con vivencias frecuentemente escasas o tomadas con
    ligereza, casi con descuido. Por tanto procuraré acercarte
    a la idea propuesta, pensando en nuestra humanidad que no
    sólo incluye emocionalidad e impulsividad, sino
    también racionalidad.

    Y a la vez nos
    basaremos —por imperio histórico— en un
    principio teológico-religioso amplia y universalmente
    conocido y mayoritariamente aceptado como verdadero, por sobre y
    más allá de lo que cada cual, con legítimo
    derecho, piense en relación al tema. A saber: los hombres
    fuimos creados por Dios, hechos a Su imagen y semejanza, y que
    simbolizados en la Biblia por Adán, vivíamos en ese
    entonces como seres perfectos, en armonía con la Naturaleza y
    todos los otros habitantes del Paraíso.

    Cito el ejemplo
    por ser ampliamente conocido en nuestra cultura
    judeocristiana. Aunque —a excepción de algunos
    países del Lejano Oriente— la misma idea se plasma
    en textos sagrados de Persia, India,
    Egipto,
    Grecia,
    Centroamérica, y en jeroglíficos
    prehistóricos de todos los Continentes.

    2

    SITUADOS ENTRE EVA Y
    PANDORA

    El amor no obra
    mal al prójimo, por lo tanto sólo el amor es el
    cumplimiento de La Ley.

    Romanos, la
    Biblia

    DEL
    DESACATO.—
    Asumiendo antedichos orígenes
    —y siempre dentro de los cánones morales ya dichos
    en el capítulo anterior— comprenderás que
    nuestra felicidad debió alcanzar en aquella época
    primitiva, estados extásicos tan profundos, que
    vivíamos eternamente regocijados; nada nos faltaba y
    desconocíamos las necesidades y sufrimientos. Sin embargo,
    Dios, siempre atento a un mejor y mayor acercamiento hacia sus
    hijos, creó a las mujeres como seres diferentes pero
    complementarios a nosotros. Y tal como nuestras Santas Escrituras
    dicen en Génesis y Efesios, ellas compartirían y
    nos ayudarían en la misión
    terrenal para que nosotros con esa ayuda, y siendo la
    cabeza del hogar, pudiésemos servir en mejor forma a
    nuestro Creador.

    Tal cual Él
    nos ordena en Corintios: "Pero quiero que sepas que la cabeza de
    todo varón es Cristo, a su vez la cabeza de la mujer es el
    varón, y a su vez la cabeza de Cristo es Dios". En
    consecuencia resulta fácil aceptar que, siguiendo
    preceptos tan ancestrales y sabios, aplicados y probados durante
    milenios, Adanes, y Evas, hombres, y mujeres, vivíamos y
    compartíamos complaciendo el divino propósito, sin
    que asomase la menor discordia. No obstante, de aquella vieja
    historia, cabe
    recordar aquel mal día en que un ser astuto, temerario y
    hábil, pero siniestramente perverso, envidioso de la Obra
    Divina, llamó aparte a una o más mujeres y les
    reveló una "fórmula secreta" (Libro de Henoch) para
    dominarnos, someternos y apartarnos de Dios mediante un placer
    físico irresistible, capaz de transformarse en vicio que,
    al correr de los tiempos, provocó nuestra primera
    necesidad o dependencia de la mujer; y que finalmente
    destruiría hasta el último vestigio del orden
    original paradisíaco.

    La primitiva vida
    humana habría sido imposible si no hubiese existido en la
    misma, facultades ahora desaparecidas, poderosísimas, tal
    vez inimaginables. Pues aquellos primitivos fueron capaces de
    vencer —con sólo espíritu, mente y
    cuerpo— al medio extremadamente hostil de la Era
    Cuaternaria. Y aquí vale señalar una paradoja
    importante: es de común ocurrencia que cuando se habla de
    aquellos humanos primitivos se subentienda que estos eran
    no-evolucionados; vale decir: medio estúpidos, inferiores
    a nosotros. Por tal razón, quienes hoy pudiesen
    supuestamente parecérseles son calificados de
    retrógrados. Entonces preguntémonos ¿Que
    persona
    actual, evolucionada, o grupo de estas
    personas, podría siquiera sobrevivir unos pocos
    días en el hábitat
    antes señalado? Luego ¿Quiénes serían
    los retrógrados?.

    En justicia,
    aquellos antepasados nuestros no merecen ser llamados
    retrógrados. Ellos eran perfectos, superhombres, maestros.
    Eran tal como Dios quiso que fueran. Por cruel ironía,
    ahora nos resulta tristemente innegable, y sumamente
    desmoralizador, ver y saber que nuestra ultra tecnologizada
    humanidad actual —de la que nos vanagloriamos— es la
    cúspide de una retrogradación brutal, bestial,
    sufrida por todos, de la que pocos tenemos conciencia. En verdad
    somos víctimas de una involución racial severa que
    va creciendo en forma alarmante, y nadie emprende alguna acción
    eficaz destinada a detenerla y revertirla.

    ¿Qué
    fue lo que provocó y sigue provocando esta
    involución? Más de una respuesta hallaremos en el
    transcurso de estas páginas.

    DEL
    CASTIGO.—
    En fin: fue el placer sexual, como
    dependencia física, más la
    consiguiente procreación, los que entregaron a nuestras
    compañeras un instrumento poderoso, insidioso y
    fácil de manipular toda vez que pretenden imponernos
    ciertas condiciones y —no pocas veces, como ya pronto
    veremos— sus sinrazones.

    Sin embargo desde
    entonces y a pesar de ello, con nuestra proverbial buena fe e
    inocencia, hemos colaborado con algunas mujeres —que por
    suerte aun serían poquísimas— a sobrellevar
    su horror de seguir al servicio del
    mal y a permanecer en guerra contra
    Dios y la Naturaleza.

    Dentro de su
    teofanía, los antiguos griegos nos cuentan una historia
    similar ocurrida al comienzo de los tiempos: se dice que Prometeo
    pretendió robar el fuego (el poder) a los
    dioses para dárselo a la Humanidad. Júpiter se
    indignó, y para castigarlo ordenó a la industria de
    Vulcano (dios herrero) fabricar a Pandora; luego Atenea, hija de
    Júpiter, le dio vida. El resultado fue un espantajo con
    forma de mujer, pero esencialmente seductor.

    Este monstruo
    engendrará una horda, no mujeres, no una raza de mujeres;
    engendrará un otro, un no-humano hecho para
    provocarnos deseo e insatisfacción a los hombres… y
    algún goce. A causa de esta chatarra palpitante, la pareja
    humana finalmente debería quedar desunida para siempre.
    ¿He aquí una mera coincidencia con el
    Génesis?

    El acontecimiento
    clave está en que, Pandora, al destapar una caja llena de
    males —que si bien no era de su propiedad,
    ella igual se la apropió— el Paraíso se
    plagó y nosotros también. Y Dios, que es todo amor,
    no quiso destruirnos, aunque, a cambio, nos
    expulsó del maravilloso lugar junto a una mujer
    engañosa, Pandora-Eva; y a la que, en honor a los tiempos
    actuales, denominaré: Pandora Siglo XXI. Quién
    —con la complicidad de algunas bien inspiradas e inocentes
    compañeras (mujeres verdaderas)— todavía
    sigue esforzándose, y cada día con más
    entusiasmo, en aplicarnos aquel castigo ejemplarizador y
    transmutador ordenado por Júpiter.

    Muchos
    dirán que el mito no prueba
    nada ¿Pero, acaso para saber tenemos algo mejor que el
    mito? ¿Acaso no es el mito el símbolo de la
    condición humana? ¿Existe alguien que escape a la
    influencia del mito? Amigo lector, para ti podría ser
    bastante revelador el que te replantees muy seriamente estas
    preguntas.

    En los viejos
    tiempos la orden fue: "¡Creced y multiplicaos!" Desde
    entonces, obedeciendo a dicho mandato divino, nosotros ya
    perdimos el rumbo y no supimos más para qué
    clase de
    demonio tendríamos que existir ¿Es esto una prueba
    divina que debemos superar? Yo creo que sí, a pesar del
    enorme costo de tal
    empresa.

    Por ahora —y
    al igual que hace 3.000 años, y posiblemente desde
    siempre— seguimos preguntándonos, confundidos:
    ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos?
    ¿Hacia dónde vamos? A modo de respuesta a estas
    cruciales y conocidas interrogantes nos brindamos una infinidad
    de explicaciones desesperadas y contradictorias que,
    honradamente, a nadie convencen. Así vivimos esta vida
    como "un absurdo animado", poblado de "seres para la muerte" que
    buscan aturdirse en actividades materialistas y sensuales,
    histéricas y estresantes. Todas ellas proclives a la
    autodestrucción total de la especie y la pronta
    destrucción de nuestro planeta. 

    Entretanto, la
    vuelta al Paraíso —o a la perfección, si
    prefieres— ya se nos hace bastante difícil;
    más aun cuando el poder de esta singular Pandora Siglo XXI
    se torna evidente, y la esencia original divina de nuestro
    Adán se diluye y desvanece dentro de un alma vacía
    y extraviada, prisionera de un cuerpo ahora endeble y enfermizo,
    sólo diferenciado como masculino a causa y consecuencia de
    un órgano genital que es, por cruel ironía, una
    suerte de estigma de nuestra perdición.

    DE LA
    DESTRUCCIÓN.—
    También me parece oportuno
    señalar otra posible amenaza que podría consolidar
    nuestra pérdida del Paraíso. Ella tendría
    relación con una eventual, gradual y creciente
    degeneración de nuestra especie, venida a través de
    los tiempos, desde lejanos puntos del macrocosmos.

    Pensemos
    ¿Qué ocurriría si —por ausencia de
    nuestra virilidad original, y tan indispensable en nuestra
    especie— las obras de Dios desaparecieran para siempre de
    la bóveda celestial, o en su defecto fuesen controladas
    por entidades no-humanas y antidivinas? ¡Ocurriría
    la destrucción total y definitiva de nuestra
    Humanidad!

    En este orden de
    cosas: J. Hurtak, científico norteamericano de NASA, en su
    libro «Las claves de Enoc», toca en parte esta
    inquietud muy en la idea de invasores extraterrestres.
    Aquí estamos entrando a un ámbito insuficientemente
    explorado pero siempre vigente por su inconmensurable vastedad
    ¿Podría nuestra actual Pandora —tal vez
    ignorante de un peligro escasamente considerado— estar
    preparando el terreno a seres de otros mundos que, dentro de poco
    tiempo exterminarían a una enajenada y ya degenerada
    Humanidad? Es un asunto puramente teórico que no
    habría citado si no fuera por el sorprendente «Libro
    de Henoch» —apócrifo escrito hace más
    de 3.000 años— que narra en detalles una
    invasión a nuestro planeta, de seres
    extragalácticos, posiblemente ocurrida a mediados de la
    Era Cuaternaria. En aquel libro se cuenta que, en aquella
    oportunidad algunas hijas de la Tierra
    fornicaron con ellos, generando así una nueva Especie
    constituida por súcubos e íncubos disociadores
    (demonios mujeres, y demonios hombres). Estos, muy pronto
    poblaron la Tierra y
    sometieron a varias especies nativas que integraban su
    raíz genética,
    de las cuales algunas se extinguieron. En el caso
    hipotético de que esto fue en verdad así, no
    debería cabernos ninguna duda referente a que
    podría suceder nuevamente lo mismo. Además,
    investigaciones científicas recientes
    parecen coincidir en un hecho de suma importancia: nunca hemos
    estado solos
    en el Universo, y
    seguramente nunca lo estaremos.

    En consecuencia
    sería legítimo preguntarnos: ¿intentan,
    actualmente, aquellos u otros seres espaciales, aniquilarnos o
    someternos utilizando esta vez a otro agente cautivante y
    destructor, a modo de cebo? ¿Una mujer transgénica?
    Las siguientes palabras del General Sun Tzu —quien parece
    poseer inteligencia
    extraterrestre— podrían contener clara respuesta a
    esta interrogante: "El acto supremo de la guerra es someter al
    enemigo sin luchar". Sólo para pensarlo y consignarlo en
    beneficio de una mejor y cabal comprensión del presente
    tratado.

    Retornemos a una
    realidad más actual, más tangible y apremiante: a
    causa de Pandora Siglo XXI, y de proseguir ella con sus acciones,
    estaría cercano el día en que los varones
    perderemos todo interés en
    nuestras compañeras, y no por homosexualidad
    o impotencia sexual, sino por asunto de estricta seguridad y
    tranquilidad personal ante los
    siniestros riesgos y
    efectos de su actuar ¿Qué podría ocurrir con
    semejante determinación nuestra? Pienso que caben varias e
    importantes respuestas. Intentaremos proveernos de aquellas que
    parecen ser más humanas, factibles y
    constructivas.

    DE LA
    SALVACIÓN.— 1
    En verdad, no habría
    escrito este libro si no tuviese dos buenas razones para creer en
    la posible liberación de aquel "pecado original", samsara
    o círculo de vida y muerte en que estamos atrapados a
    causa de Pandora.

    2 Primera
    razón: en el ámbito científico existe la
    idea de que la regeneración celular, bajo circunstancias
    aun teóricas, podría tener duración
    indeterminada ¿Vida orgánica eterna? Por
    consiguiente, en el futuro próximo ¿será
    necesaria la procreación? ¿nos reproduciremos por
    partenogénesis? Nadie puede hoy responder a cabalidad y
    con seguridad estas interrogantes. Segunda: en círculos
    espirituales, especialmente hinduistas, existe la
    convicción de que el hombre
    puede alcanzar la felicidad eterna —éxtasis, estado
    de gracia, satori, etcétera— si convive y reentra en
    armonía con las leyes Divinas, de
    la Naturaleza y del Universo.

    A partir de ello:
    la muerte, la apatía y el cansancio de vivir (depresión,
    angustia, ataques de pánico,
    estrés)
    podrían deberse al abandono de la Luz Divina, de la
    Inteligencia Superior.

    3 Tal
    parece que hemos perdido parte importante de aquellas facultades,
    principios y
    valores que
    nos redimían de la procreación absurda de la vida
    puramente animal, generadora de las muchas plagas actuales,
    particularmente sociales.

    4 Retomando
    el camino positivo sentimos que estas lucubraciones nos llevan a
    la siguiente cuestión fundamental: ¿tenemos
    posibilidades concretas de retornar al Paraíso,
    basándonos sólo en nuestro esfuerzo personal? A mi
    entender, sólo de nosotros depende, y esta
    convicción es la segunda causa superior por la que ahora
    tienes este libro entre tus manos y ante tu
    conciencia.

    5 Por otra
    parte, otro autor: Carlos Castaneda —antropólogo y
    uno de los más singulares pensadores
    contemporáneos— a través de su extensa obra
    literaria, filosófica e iniciática, nos revela
    entre líneas, y muchas veces en forma directa, que el
    hombre —si pretende existir armoniosa y dignamente—
    debe volver a la Naturaleza, a su ser esencial, al
    autoconocimiento, al reencuentro del poder perdido, a dominar sus
    pasiones y ser un auténtico guerrero.

    6
    También: a vivir en paz con Dios, a servirlo, a soportar y
    sublimar el sufrimiento, a contentarse con la virtud y la fe… y
    a permanecer lejos de las garras de nuestro personaje estelar, al
    que Castaneda lo cita en su obra, bajo otros nombres.

    7 Es
    fácil reconocer y aceptar la posición viril de
    Castaneda, más todavía cuando constatamos en la
    historia la presencia del ascetismo y anacoretismo masculinos
    como formas de vida plena, de sabiduría, longevidad y
    felicidad. Prácticas aun posibles de retomar, para
    así luego enfrentar las nuevas vicisitudes y
    desafíos que la agente disociadora Pandora, nos crea y
    plantea.

    8 Por
    momentos, pareciera ser que el Paraíso Terrenal
    todavía estaría a nuestro alcance y habría
    sido avistado o presentido por algunos hombres adámicos,
    los que, para salvarse, han resistido y rehusado la peligrosa
    necesidad artificial de vivir con Pandora, y menos todavía
    tener hijos con ella. 9 Aun conociendo esta realidad
    —que la histórica y el presente nos entregan—
    resulta dificilísimo comprender y aceptar un peligro tan
    claramente manifiesto, si no lo hemos de observar y explorar en
    sus hechos irrefutables, que nos permitan una
    identificación personal importante y comprometida con un
    problema personal, familiar y social, que se torna más y
    más visible y, por lo mismo, abordable. De otro modo este
    problema aparecería ligado —para su
    solución— sólo a pequeños grupos de
    investigadores desconocidos, tal vez a practicantes de Ciencias
    Ocultas. O abandonado a las imprecisiones inextricables del
    destino. Tal vez podría quedar sepultado definitivamente
    como las raíces insondables de una parafernalia de
    inquietudes y actitudes de
    moda
    —universalmente adoptadas y conocidas—, y que nada
    tienen de positivas, inteligentes, científicas,
    espirituales, cristianas y humanistas; todo tal cual nuestra
    olímpica Terminator lo ha querido y, hasta ahora,
    conseguido… Y no es la idea.

    DE LA PROPAGANDA Y
    LA PUBLICIDAD

    10 En su
    aspecto subliminal, nuestra razón suele obnubilarse y
    extraviarse cuando la abundante literatura libero-feminista
    —fuertemente influenciada por Pandora— atiborra los
    escaparates de librerías, los quioscos de revistas, los
    supermercados, todo el sistema
    mediático y, finalmente, nuestros ojos y oídos,
    cada día y durante las 24 horas. Así vemos, por
    ejemplo, que diversos shows con problemas
    gravísimos de la pareja humana están siendo
    presentados por exhibicionistas ingenuas, quizás
    malintencionadas, las que no han hecho más que exagerarlos
    y mixtificarlos, histerizando su protesta en términos
    delirantes.

    11 Los
    libros
    feministas —al menos los muchos que he leído—
    evitan, obviamente, criticar a la mujer; más bien dejan
    entrever que la crisis actual
    de la pareja tendría su origen único y exclusivo en
    los muchos imperdonables defectos del hombre, y en la falta de
    conducción de éste por parte de la mujer, tal cual
    si ella fuese la exclusiva albacea de las mayores y mejores
    virtudes humanas ¡Y muchos varones han comenzado a creer en
    estas y otras mentiras como si las mismas fuesen dogmas, verdades
    divinas!

    … los hijos
    son sólo de la mamá y poco importa quién sea
    el padre.

    pág.. 141 del
    best seller «Yo soy Anita Alvarado»

    (Célebre
    exprostituta internacional).

    12 Para
    mayor infortunio, la literatura dirigida al varón ha
    quedado explícita y focalizada, principalmente en el
    contenido de diaruchos alarmantes, sensacionalistas;
    chaqueteadores del buen criterio y del correcto raciocinio. Todos
    exentos del menor atisbo de respeto, buena
    educación
    y moral. A similar descalabro han contribuido las revistas
    futboleras, pornográficas, politiqueras, y
    pro-consumistas. A todo ello sumemos los best seller de
    violencia,
    sexismo, locura y muerte; contumaces contribuyentes a la
    ignorancia, al crimen, a las sicopatías y al escapismo
    morboso.

    Todas
    descerebrizaciones —fraguadas y elaboradas por
    misántropos, y megalómanos miserables—
    inyectadas a través de las conciencias muertas de la gente
    in, seudointelectual y figurona… o de la "exquisita"
    elite corrupta e inescrupulosa que mayoritariamente
    controla al mundo occidental. Estas publicaciones, verdaderas
    "sopas de letras", habladas o impresas, muchas veces son
    "condimentadas" con imágenes
    de celuloide, y TV; todas debidamente decoradas con efectos
    especiales para que resulten más sabrosas a los "paladares
    chatarra" educados para tragar basura
    cultural y de la otra, junto al trago y a la droga
    ¿Será, acaso, sólo casualidad toda esta
    locura? A continuación, y volviendo al meollo del asunto:
    ¿qué de bueno, bello, o inteligente, es posible
    esperar de un cerebro
    especialmente condicionado por la enseñanza escolar, la del hogar y de la
    calle, para ser puramente estúpido, resentido,
    materialista, egoísta, vanidoso, sicótico, vicioso,
    o malvado?

    DE LAS
    CONSECUENCIAS.— 13
    Casi concluía la redacción de este libro, cuando casualmente
    me encontré con una exvecina de la casa en que me
    crié. Entre sus novedades me contó que se
    había separado de su esposo al poco tiempo que yo me fui
    del barrio. Que su hija se había recibido de abogada, y
    que le iba excelente; y que su hijo (año y medio menor que
    su hija) había tenido que arrancar del país a causa
    de problemas económicos. Que actualmente él
    residía en Argentina, trabajando sólo para pagar
    —a duras penas— las deudas contraídas en
    Chile, y que a causa de una depresión reactiva
    había intentado suicidarse. Le manifesté mi gran
    sorpresa, puesto que a su hijo yo lo recordaba como a un
    niño estudioso y demasiado inteligente, además de
    equilibrado.

    De inmediato me
    aclaró que tras su separación matrimonial llegaron
    los problemas económicos. Que su hijo tuvo que abandonar
    el segundo año de medicina, para
    hacerse cargo del negocio que el padre les había dejado;
    pues, había que seguir pagando la carrera de la hija.
    Argumentó que a las niñas había que
    reforzarlas más para que puedan ganarse la vida y no ser
    unas dependientes sin oficio, como era el caso de
    ella.

    14 En
    consecuencia, resulta obvio deducir que la solidaridad
    genérica femenina es determinante en el éxito
    estudiantil de un creciente número de mujeres. Sumado a
    esto los resquemores de la esposa fracasada y vengativa, que ve
    en su propio hijo la reeditada imagen negativa del que fue su
    marido, o su pareja. Todas estas causales son factores
    determinantes en la deserción estudiantil de un creciente
    número de jóvenes varones.

    15 En estos
    casos el axioma sería: a mayor cantidad de separaciones o
    divorcios, mayor cantidad de profesionales femeninas exitosas, y
    mayor también la cantidad de parias, delincuentes, locos,
    y suicidas varones.

    16 A modo
    de información: el indicador mundial de
    suicidios revela que, en la actualidad, por cada mujer suicida,
    se suicidan seis varones; y la tendencia divergente va en
    aumento. Por desgracia este tipo de información
    sólo se maneja a nivel de gobiernos y de especialistas en
    la materia, que
    no saben qué más hacer para evitar la alarma
    pública.

    17 Resulta
    perturbador constatar que, a consecuencia de la involución
    cultural de muchos varones, y de la escalada "cultural"
    feminista, algunos sicólogos clínicos
    norteamericanos —como Connell Cowan y Melvyn Kinder, en su
    libro «Bellas, inteligentes… y solas»— a sus
    lectoras les recomiendan ser madres espartanas, frías y
    duras con sus hijos. Parte del texto dice:
    "Una mujer tiene un papel poderoso y central en la vida de un
    niño. Él está unido a ella y, sin embargo, a
    la larga debe aprender a disociarse de ella a fin de
    desarrollarse y definirse como varón y, en última
    instancia, como hombre. Si los niños no hacen esa
    separación, pueden confundirse y volverse inseguros en su
    identidad
    sexual". Este alcance me parece peligroso por lo incompleto e
    incierto. Además, ellos se contradicen al expresar lo
    siguiente: "… aun los hombres adultos llevan dentro de
    sí mismos un anhelo de abrazar y ser abrazados por aquella
    amorosa figura materna, un anhelo que, a menudo se expresa en
    momentos de gran peligro….. Un conmovedor ejemplo de la
    profundidad de ese anhelo puede verse en los hombres que, de
    manera casi refleja gritan ‘¡Madre!’ cuando
    caen heridos en el campo de batalla".

    DE LA
    DISOCIACIÓN.— 18
    Estos consejos, ejemplos y
    discursos
    doctorales cubren sólo parte del evento y de su verdadera
    dimensión; puesto que, en el largo plazo
    prevalecerá la carencia, la incertidumbre y el
    resentimiento en el cerebro del niño y del hombre; pero,
    nunca así en su corazón. Esta impasse
    —post disociación materna— entre intelecto y
    emoción, suele llevar al niño o al hombre, a sufrir
    depresiones profundas durante toda su vida si, además no
    ha tenido a su lado una figura paterna, a ese gigante de
    espíritu, que lo compense y que, alzándolo sobre
    sus hombros lo rescate de su abandono e incertidumbre, y
    así lo ayude a alcanzar la madurez, el equilibrio y
    la seguridad indispensables para sortear en forma positiva la
    disociación materna… y, posiblemente a futuro, a la
    disociación de su polola, de su esposa o
    pareja.

    Ya en la adultez,
    esta disociación y sus consecuentes resentimientos e
    incertidumbres masculinas se proyectan negativamente a toda
    relación del hombre, con la mujer. Pues nada me
    extraña que Cowan y Kinder se solacen aconsejando a sus
    lectoras cometer sin tapujos ni rodeos, aberraciones como: "La
    incertidumbre también da resultados con los hombres. Por
    ejemplo, una mujer que cancela una cita con un hombre un par de
    veces o vuelve tarde a casa sin dar muchas explicaciones lo
    volverá absolutamente loco.

    La incertidumbre
    que esa actitud
    estimula en él lo motivará para volver a embarcarse
    en aventuras románticas". 19 Lo que estos y otros
    malabaristas del alma olvidan es que toda manipulación de
    la misma es inmoral y tiene el más elevado costo para la
    humanidad (tiranías conceptuales).

    20 Si bien
    sus consejos pueden alcanzar el objetivo
    inmediato, al mediano y largo plazo prevalecerá la
    desconfianza y el resentimiento en el cerebro del varón.
    21 Conviene recordar que la confianza es igual a la
    virginidad: se pierde una sola vez.

    22
    Además al publicarse exhortaciones de este tipo, queda en
    evidencia que algunos profesionales aprovechan sus prestigiosos
    títulos y el descalabro actual de la pareja, para escribir
    y vender libros insufladores del ego femenino y, en particular el
    de esas "súper" madres que ofician de padres y madres en
    los hogares ultra modernos, promovidos por los medios de
    difusión, y sobreprotegidos por la ley de los
    hombres.

    ¿En
    qué podemos cambiar los hombres, para ser menos criticados
    y mejor tratados, por las
    mujeres? Acaso ¿así podemos cambiar para
    mejor?

    23
    «Mi primera sugerencia, querido amigo, es tener siempre
    presente que, por muy confiable, inteligente, cariñoso y
    trabajador que seas, en cualquier momento puedes ser rechazado a
    causa de supuestos defectos, por mujeres que se
    apresurarán a criticarte, boicoteando así,
    relaciones prometedoras. Relegándote, incluso, a un plano
    de cuasi interdicción, al mismo que podrías llegar
    a inclinarte, sin darte cuenta.»

    24 Es
    verdad, ya son muchas las féminas que no se perciben a
    sí mismas como excesivamente críticas, sino,
    más bien, como mujeres que saben lo que quieren. 25
    Son parte de los efectos de esa andanada de libros, revistas,
    artículos y declaraciones dirigidas a ellas, y que, en su
    intermediación buscan desprestigiar, acosar, socavar y
    aniquilar el alma del varón. 26 Además,
    importantes medios de
    comunicación ya están convirtiéndose en
    cómplices desvergonzados de este verdadero
    marketing de exageraciones y difamaciones calumniosas
    "vindicativas"; obstruyendo de paso y en forma soterrada y
    cobarde, toda posibilidad de justa defensa propia por parte del
    varón.

    DEL INCONCIENTE
    COLECTIVO

    27 Y cuando
    hablamos de la genuina y respetable problemática femenina
    —que es muy inquietante, tal como ya veremos— se
    produce de inmediato una sorprendente confusión y
    finalmente terminamos hablando de la muy particular
    problemática de esta mujer extraña y fria, Pandora
    Siglo XXI.

    28
    Así ocurre que ya se publican, por ejemplo, entre otras
    argumentaciones: que las mujeres son discriminadas y reprimidas
    por los hombres. Que hombres y mujeres son iguales. Que las
    mujeres son superiores a los hombres. Que al machismo se le opone
    el feminismo. Que
    existe guerra declarada entre hombres y mujeres. Que a los
    hombres hay que educarlos según el criterio de las
    mujeres.

    29 Respecto
    de esto último, un mensaje revelador: Marlene Dietrich
    después de interpretar a Lola en el pandórico
    film «El ángel azul», ya
    advertía: "La mayoría de las mujeres parten con la
    idea de cambiar a un hombre, y cuando lo han conseguido, no les
    gusta" En medio de tanta contradicción ¿qué
    está ocurriendo en la práctica con estas ideas y
    creencias? Es lo que intentaremos dilucidar a pesar de la
    arremetida feminista destinada a ahondar, aun más, la
    inconciencia colectiva para que ésta sea un "vegetal, que
    ‘vive’, pero nada sabe de sus actividades vitales"
    Walter Brugger (Diccionario de
    Filosofía).También surge otro problema
    adicional.

    30 Una
    denuncia que intenta ser honesta, limpia de eufemismos, como la
    presente, se debilita si se apoya en historias domésticas,
    cotidianas y archiconocidas; porque, lamentablemente han sido
    sobre explotadas por la crónica sensacionalista y las
    teleseries cebolleras, y resultan ya incapaces de conmover, de
    producir la menor inquietud o sorpresa, aunque ello sí
    resulte sorprendente e injustificado desde el punto de vista de
    la razón, de los sentimientos, de los acontecimientos, y
    del instinto de conservación. ¡Qué
    situación más extraña!
    ¿Verdad?

    31 Da para
    pensar y creer que tenemos el alma dopada, anestesiada
    ¿Nos están destruyendo, y no nos damos
    cuenta…?

    Por tal
    razón evitaré en lo posible referirme a vivencias
    personales o ajenas porque ello —lejos de apoyar
    importantes y legítimas causas y denuncias— en la
    práctica resultarán sólo curiosidades
    anecdóticas e inútiles y, ambos, tú y yo, no
    estamos para perder tiempo en parábolas, articulillos,
    crónicas rojas y, menos aun, en guerras de
    injurias, tampoco en entretenimiento morboso. 32 Pero, lo
    más difícil será crear conciencia cabal y
    plena de qué tipo de artefacto es Pandora Siglo XXI, y
    cómo funciona, sin incurrir en una pura caricatura
    chocante que eche por tierra todo esfuerzo por intentar
    desbaratar una conspiración que tendría por
    objetivo final: la destrucción de la Humanidad.

    33
    Acción planeada quizás en algún punto del
    espacio exterior, como ya dijimos; o de otro origen impensado, y
    cuyo final se perfila como una monstruosidad imposible de ser
    cometida por seres humanos… en contra de seres
    humanos.

    34 Desde
    esta perspectiva, Pandora actúa tal cual agente creado
    exclusivamente para obedecer, sin conciencia propia; un
    no-persona; más bien un instrumento inextricable,
    diseñado, fabricado y programado por una inteligencia
    no-humana, en las maestranzas de un Universo muy diferente al
    nuestro.

    Estas son todas
    apreciaciones sustentables a al luz de hechos concretos, actuales
    y, por muchos de nosotros, identificables e investigables para
    beneficio de la verdad. Aunque el célebre escritor y
    pintor, Santiago Rusiñol, sentenció: "Quienes
    buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla". Al menos,
    yo… prefiero ese castigo.

    35 A este
    nuevo espécimen de "mujer", Pandora —respaldado,
    alentado y celebrado por vigorosos movimientos feministas, por
    gobernantes plagarios, y por personas inconscientes, degeneradas,
    equivocadas, resentidas, llenas de odio y violencia— me voy
    a referir en este breve tratado fundamental.

    3

    LA AMENAZA

    Las maniobras
    son amenazas; quien parece más amenazador
    gana.

    Ardant Du
    Picq

    No podemos
    enfrentar el mal —si queremos incorporarlo
    positivamente— sólo con la razón o
    sólo con la pasión; es imposible. La primera para
    ser creadora y eficaz, sobre todo ante lo difícil, tiene
    que ser apasionada y a su vez la pasión tiene que ser
    clarificada por la luz de la razón. El dinamismo pasional
    es positivo si se lanza a disminuir el mal o a multiplicar el
    bien.

    José
    María Arnaiz

    1 Antes de
    entrar de lleno al contenido esencial de este tratado
    fundamental, reconozco que la ortodoxia literaria y
    comunicacional recomendaba —precisamente en este
    punto— una introducción más o menos extensa,
    suavizante diría yo. Pero mi objetivo no es ofrecer una
    obra esencialmente literaria, ni siquiera formal, sino una
    poderosa inquietud personal nacida a fines de 1989 por
    consecuencia de los apasionados y reveladores debates en torno al
    feminismo y al machismo, surgidos en el grupo de estudios
    filosóficos del que fui miembro durante largos
    años. 2 También debo reconocer en mí
    la influencia del magistral decálogo «Cómo
    manejarse con las mujeres» del que es autor don Demetrio
    Spina D’or, quien me obsequió fotocopia del
    manuscrito meses antes de fallecer a la edad de 77 años
    (1990)

    3 Supongo
    importante, quizás indispensable, que el tema aquí
    tratado sea expuesto y compartido en la forma más
    inmediata, directa y menos eufemística posible; lo que
    hace que este libro pudiera resultar nada ortodoxo y, para
    ciertos criterios, un poco fuerte, difícil de
    ingerir.

    DE DEBERES Y
    RESPONSABILIDADES

    4
    Abstrayéndonos de la aparente culpabilidad o
    inocencia que le pueda caber a ciertas mujeres en la crisis
    actual de la pareja y de la familia,
    los hechos señalan la necesidad imperiosa de abordar el
    tema con una propuesta diferente y escasamente considerada: una
    nueva propuesta masculina, y no únicamente la mía
    que puede resultar siempre incompleta dado lo inagotable y
    complejo del tema. Y, además, no me siento depositario de
    ninguna verdad absoluta.

    5 En tal
    caso: ni tú, y ningún otro hombre debería
    restarse al esfuerzo de investigar, pensar, proponer e intentar
    conseguir una mejor relación en la pareja humana y, de tal
    modo, beneficiar efectivamente a quienes necesitan y merecen
    nuestros mejores esfuerzos: nuestros hijos menores.

    6 Este
    llamado va especialmente dirigido a aquellos padres
    tímidos, sufrientes y desorientados; a los que han
    preferido hasta ahora ignorar o evitar esta realidad innegable,
    por incomprensible, insufrible o incontrolable; y a aquellos que
    imaginan flotar sobre ésta; para que todos ellos
    despierten, piensen, tomen valor y se
    posicionen… si les es posible. Tal vez "Puedes abstenerte de
    los sufrimientos del mundo, pues es algo que estás en
    libertad de
    hacer y, armonizar con tu naturaleza, pero quizás y
    precisamente, esta abstención es el único
    sufrimiento que serias capaz de evitar" nos dice, Franz
    Kafka.

    * * *

    7
    «Si por motivo de alguna relación amorosa
    destructiva has llegado a la secreta convicción de que
    ésta constituye el peor peligro al que el varón
    puede enfrentarse, es muy probable que sea por culpa de una mala
    mujer.

    8 En
    primer término: tu deber de hombre cabal es terminar toda
    relación destructiva, lo antes posible, y jamás
    permitirte dejarla siquiera a nivel de amistad.
    Más bien, extírpala de tu vida. 9 En el
    posible caso que se trate del rompimiento de una relación
    amorosa obsesiva y, pasado cierto tiempo, la mujer te buscara,
    deberías decirle —clara y
    enfáticamente— que se olvide de ti, que ya no te
    interesa saber más de ella. De este modo la perversa
    captará una firme, liberadora e imprescindible
    decisión de tu parte; porque, si la perversa se siente,
    aunque sea un mínimo, segura de tu ciego amor por ella o
    de tus dudas, ella insistirá, pues es muy probable que se
    niegue a perderte mientras vivas.

    10 Pues
    todo cuanto ansía es sacar de ti el máximo
    provecho. De tal modo, y dada la existencia de un compulsivo
    egoísmo en ella —el que es el
    leitmotiv de su
    accionar y existencia—, al ver perdidos sin vuelta sus
    enclaves afectivos, influencias, ganancias y ventajas, lo
    más probable es que desista en su empeño y te deje,
    al fin, ir en paz.

    11
    Luego, podrás buscar concienzudamente por compañera
    a una mujer de verdad, a una mujer divina con la que sientan ese
    amor bueno y bello que inflame tu alma de energías
    positivas, confianza y felicidad duradera, para proseguir juntos
    la maravillosa experiencia de estructurar una familia sana y
    dichosa».

    12
    Lamentablemente esta liberación se ve entorpecida por
    nuestra supina ignorancia en materia de mujeres, lo que hace
    indispensable conocerlas aunque sea un poco.

    DEL
    SUFRIMIENTO.— 13
    «Si eres del tipo de
    hombre que gusta de las relaciones peligrosas y de las emociones
    angustiantes y estresantes
    (síndrome de James
    Bond), con la mujer destructiva estas emociones insanas
    estarán mejor garantizadas que los automóviles
    nuevos y de marca ¿Por
    qué?

    14
    Porque el amor de pareja implica una enajenación involuntaria de cada cual al
    otro, en la que nadie está libre de caer o recaer y quedar
    —por algún momento— emocionalmente escarnecido
    y desprotegido. Luego, de ahí a convertirse en sujeto de
    relación patológica media sólo un corto
    tramo cuando la mujer es destructiva».

    15 Dicha
    relación patológica y disolutoria, es la primera
    gran causa de la desgracia, del sufrimiento y violencia humanas
    —especialmente conyugal e intrafamiliar— que tanto
    preocupa en el presente a sociólogos, sicólogos,
    legisladores, clérigos y gobernantes a granel.

    DE LAS
    PASIONES.— 16
    Hurgando en la escasa literatura que
    pretende arrojarnos luz sobre estas materias, encontré
    un ensayo de
    Claudio Salvatore, titulado «La conquista de la
    mujer». En él podemos apreciar una brillante gama de
    axiomas que enseñan cómo efectuar una
    elección casi científica de la compañera
    ideal. Sin embargo y a mi modo de ver, Claudio evita gran parte
    de la irracionalidad, ingobernabilidad y explosividad de las
    incontenibles pasiones involucradas en el amor; las que a la
    postre son los fieros arrecifes donde suelen estrellarse y
    naufragar las conclusiones y medidas salvadoras más
    empíricas. "El amor no es un mero sentimiento de deleite",
    advierte en otro ámbito, Walter Brugger. El amor suele ser
    bálsamo o veneno y, además —si no lo
    conocemos en algún grado de profundidad—
    podría ser sólo locura.

    17 Una
    primera observación preliminar se desprende de lo
    que hasta aquí hemos avanzado: enamorarse, puede —la
    mayoría de las veces— no ser un ejercicio de
    elecciones y decisiones lógicas y felices, ni siquiera de
    oportunidades buscadas y encontradas. Por el contrario, cuando
    llega, suele hacerlo en forma subrepticia, con vehemencia; y lo
    hace infringiendo toda voluntad, predisposición y lógica.
    Del modo que ocurre en la pasión amorosa, las feromonas
    son incontrolables; y las neurotrofinas, aun
    más.

    18 El buen
    gusto, la diplomacia, la lógica, la educación, la
    fe, la reflexión, el método, la
    justicia, el libre albedrío y todo aquello que la
    razón acepta y entiende por bueno e indispensable, en los
    trances pasionales pueden volverse francamente risibles. Tal como
    Robert M. Hutchins escribe en el corto satírico
    «Zuckerkandel»: "Cuando el pene se para, la
    razón salta por la ventana".

    DE LA SIMULACIÓN.— 19 Un segundo
    punto débil importante atañe a nuestra excesiva
    pasión y credulidad en materia de amores, especialmente
    cuando media un compromiso. Por tal motivo resulta inconveniente
    tomar en serio y creer en las promesas de Pandora. Ella sabe
    fingir y mentir con destreza insuperable: es su arte
    congénito magistral expresado en la manipulación
    que ella hace de nuestras almas en volandas y de nuestros
    cerebros soñadores. 20 Puede ser que en algunas
    ocasiones diga la verdad y no finja en absoluto. A cambio en
    otras, prometerá o jurará hacer o no hacer cosas
    que olvidará en los minutos siguientes a consecuencia de
    su amnesia acomodaticia, de la que se queja amargamente para no
    despertar nuestras sospechas.

    21 Para
    ella, el propio juramento sagrado y la propia palabra
    empeñada, carecen de todo valor —salvo como recurso
    de engaño—, de modo tal que todo, y según su
    conveniencia, ocurrirá en forma opuesta a lo jurado o
    prometido. En cambio y por el contrario, la mujer sana no finge
    ni miente, porque sabe que sólo la verdad y la
    sinceridad ciertamente la protegen del mal y del error; propios y
    ajenos.

    DEL
    AUTOENGAÑO.— 22
    Una tercera observación
    importante: la confianza en sí mismo, si carece de un
    mínimo conocimiento
    de la
    personalidad de Pandora, podría resultar otra
    desastrosa y ridícula vanidad. 23 Y un mensaje, a
    mi parecer, importantísimo:

    «Creerte
    poseedor de encantos o atributos exclusivos que puedan doblegar a
    la mujer impía, volverla más dúctil, para
    luego modelarla a tu manera, es la creencia de más alto
    riesgo. Pues
    ella está acostumbrada por milenios, a convencer y hacer
    creer este cuento a todo
    hombre que a ella le apetezca.

    24
    Pronto es un ser que toma iniciativas inimaginables e
    instantáneas ante todas las perspectivas que nos brindan
    los variopintos paisajes emocionales de esta vida. A modo de
    ilustración valga este pequeño
    ejemplo: a ella le fascinan tus ojos verdes, se muere en verdad
    por ellos y te hace creer que son su acta de rendición,
    aunque simultáneamente puede ocurrir que la mano de un
    orangután tincudo, o la sonrisa boba de un vecino, o
    alguna personalidad
    estrafalaria o cualquier atractivo inimaginable la harán
    cambiar de actitud hacia ti en forma incomprensible y
    sorprendente.

    25 Y
    para ella resultará ser el epinicio de su
    excitación si le sirve para crearte inquietudes
    mortificantes y, muy en particular, celos. Sin embargo una mujer
    buena sabe que toda forma de agresión sólo genera
    más agresión, y que todos los triunfos así
    obtenidos, son derrotas, son logros pasajeros, y su costo es el
    dolor».

    ACLARACIÓN

    Amable lector,
    hemos entrado en un plano de amistoso, necesario y franco
    esclarecimiento y no pretendo desmerecerte ni descalificarte.
    26 Puedes ser en verdad superinteligente,
    simpático, fino y bien educado, gozar de salud, fama y fortuna. Ser
    un Adonis, por añadidura. Mas, Dios quiera que nunca te
    engañes con el amor de Pandora. Ya que, como
    decíamos, para ella siempre existirá cierto encanto
    en otro varón, encanto que tú no posees y ella
    ambiciona para sí… y lo va a tomar, o al menos no se
    quedará con las ganas. Pandora puede ser hermosa, incluso
    inteligente, o fea y llena de defectos, sin embargo igual
    perseguirá y conseguirá cazar las piezas que
    apetezca, en cualquiera que sea el escenario donde se
    desenvuelva.

    27 Y de ese
    modo sobreponerse transformándose, en su medio social, en
    la envidia de las mujeres verdaderas, más bellas,
    virtuosas y respetables que ella. Este es el fin último de
    su vanidad.

    28 Dicho
    sea de paso, Pandora las desprecia a todas, y en particular a las
    que tengan algún parecido con la Mujer de Dios; ya que
    para ella, las de este tipo son "las tontas que sólo
    sirven para lavar, barrer, cocinar y limpiar el trasero a sus
    hijos"; o bien, son "las brutas que por falta de autoestima se
    entregan por esclavas a sus parejas machistas, y a sus hijos
    tiranos". Sin embargo, sin titubear, Pandora es capaz de
    levantarles pololos y maridos —machistas, o gomas— a
    sus amigas, a sus vecinas, a sus compañeras de trabajo y a
    sus propias hermanas, para autoconfirmar su total
    supremacía sobre el género.

    29 Eso
    sí, ella necesita a todas las otras mujeres, en cuanto las
    mismas la consideran ejemplo y líder
    de libertad y modernidad, y
    pronto le brindan todo tipo de apoyo, servicio y elogios a modo
    de reconocimiento, fortaleciendo su egolatría a toda
    prueba que es la recia piedra angular a la que se aferra su
    espíritu esquelético. A veces llega al extremo de
    utilizar a sus parientes, amigas, vecinas y compañeras, a
    modo de tías alcahuetas, endosándoles sus hijos
    menores cuando se va al carrete con los novios o maridos de
    ellas.

    30 Y en
    este orden de deslealtades, un dato a considerar: el
    miércoles 20 de noviembre
    de 1996, en el programa «
    De Pé…a…Pá» que trasmite TVN, el
    prestigiado investigador privado Dante Yutronic aseguró
    que —en la actualidad— la infidelidad femenina es
    mayor que la masculina. No obstante esta "sorprendente"
    información, la mujer auténtica y sana aun
    constituye mayoría. Permanece fiel a sí misma, y
    sólo permite para ella relaciones impecables.

    DE LA
    CACERÍA.— 31
    Como las piezas de caza mayor, por
    muy importantes superhombres que ellos sean, suelen terminar
    aburriendo a la diva de esta obra; es peligroso imaginar aunque
    sea por un instante, que ella pudiera ser confiable en
    algún momento o aspecto. Peor todavía
    tratándose de asuntos morales y emocionales. Ella es, en
    esencia, sólo una experta cazadora de hombres… y nada
    más, y nada menos.

    32 Su
    técnica la emplea sin escrúpulos en el coto de caza
    ideal que es cabalmente el jaleo y —en forma
    ocasional— en ambientes formales cuando lo que busca es
    algo más serio como, por ejemplo: cazar un esposo. El
    mejor momento para observarla y conocerla de verdad es en medio
    de la parranda, ojalá en un trasnoche a media luz con
    bastante música ad hoc
    y tragos de todos los calibres, que ayuden a derribar las
    barreras de la zarandeada moralidad y
    dejen a flor de piel los bajos
    impulsos. Antes de seguir con este tema, acéptame una
    breve digresión.

    33 La
    mayoría de los hombres solemos ser rigurosos y bastante
    puritanos aunque simulemos lo contrario a fin de parecer
    mundanos, todo esto a consecuencia de la educación
    hipocritizadora. Pandora bien lo sabe porque ella es nuestra
    maestra.

    34
    Más adelante, desplegando su magistral arte del acecho
    —tan bien descrito por Cathy Hopkins en su libro
    «Cómo cazar al hombre deseado y disfrutarlo mientras
    sirva»— ella observa y repara en todo cuanto hacemos
    y decimos mientras se esconde tras su careta de dama compuesta y
    simpática, la misma que lanza tan lejos como pueda cuando
    el relajo alcanza su clímax y todos nos mostramos
    permisivos, revoltosos y galantes. Sobre todo si bebemos
    más de la cuenta y dejamos escapar anécdotas
    divertidas, aquellas de doble sentido que tanto llaman la
    atención a los oídos alertas de las
    "mosquitas muertas", y ¿por qué no de las
    más bullangueras? Ten por seguro que alguna
    de ellas es la dama que buscamos identificar… y conocer aunque
    sea un poco.

    35 En tales
    situaciones tú estás, prácticamente, en un
    coto de caza frenético, alienante. Todos buscan en el
    estruendo, el alcohol y la
    droga un efecto desquiciante o un mazazo para aturdirse; vale
    decir: romper la rutina, desinhibirse, zafarse del stress
    y borrar de una "pitiada" los pensamientos agobiantes. La
    misión siguiente puede ser: escapar hacia un lugar
    más íntimo con algún trofeo carnal que
    podría ser tan sólo imaginario y efímero,
    tanto como su evasión. Lo que casi nadie sabe es que
    ése es el tobogán que conduce raudo, cuan flecha de
    Cupido, hacia la trampa de Pandora, doctorada en estas
    materias.

    36 Durante
    esta exploración inicial, o mejor dicho en esta parte
    inicial de los sondeos, la personalidad de un hombre duro y
    autosuficiente no la atraerá; ella sabe que ese tipo de
    sujeto es incompatible con su afán de dominar sin
    contrapeso y explotar sin limitaciones.

    37 En medio
    de esta jungla bacanal, aquel lobo solitario que permanece
    silente escrutando desde un rincón, tampoco es muy
    atractivo para Pandora. Ella tiene dos sospechas acerca de
    él. Una: ¿acaso será un seductor? Cuento ya
    repetido; ella no es ingenua y no lo va a pescar por
    considerarlo: afectado, engreído y ambiguo; a no ser que
    prefiera propinarle algún escarmiento. Dos: tal vez sea
    otro tipo difícil; un cacho desbordante de fallas,
    problemas y trancas; un latoso, un anémico al que es mejor
    ignorar.

    38 Ella
    ansía una pieza vibrante, vital, energética pero
    fácil, dispuesta a entregársele sin mayor
    trámite ni complicaciones. Su tiempo y esfuerzo son
    oro y esa
    noche no los va a desperdiciar. Amable lector: ¿quieres
    probar?

    39 Vete a
    la farra y sácate el caballero seriote y medio acartonado
    que llevas encima, "libérate", hazte el volado o el
    chispeado, o ambas cosas, y lánzate a bailar con todas.
    Bromea, cuenta chistes
    subiditos de tono, muéstrate bien alegre con
    energía derrochadora y diles a todas que son encantadoras.
    ¡Cuidado, nada en exceso que las asuste!

    40 Observa
    cuáles son aquellas que te ligan más y haz tu
    elección que, a decir verdad, no es tan tuya tal cual
    parece. Pronto verás un conjunto deslumbrante de actitudes
    sugestivas que te harán enloquecer: miradas fugaces que
    ahora se han vuelto mucho más íntimas; labios que
    se entreabren y humedecen; pupilas dilatadas y mejillas
    encendidas, enmarcadas por cabelleras sedosas cuyas dueñas
    acarician con letargo; sacudones de cabeza echando el pelo hacia
    atrás; yemas de dedos estilizados deslizándose por
    los tallos de las copas, o jugueteando con cigarrillos y otros
    objetos cilíndricos; piernas inquietas se cruzan y
    descruzan ante ti; zapatos de tacones se calzan y descalzan
    sujetos a las puntas de pieces menudos; ondulaciones de caderas,
    senos palpitantes; derramamiento "accidental" de un poco de pisco
    en tu chaqueta; dedos con uñas carmesí arreglando
    amorosamente tu corbata o el cuello de tu camisa. Uno de los
    elegidos fuiste tú.

    41 Luego
    —y al igual que en la carrera de espermatozoides—
    deberás lanzarte al objetivo, a toda velocidad, ya
    que una vacilación tuya permitiría a los otros
    postulantes adelantarse y, de paso, condenarte a morder el polvo
    de la derrota.

    42
    Así —y si todo te sale "bien"— esa
    mañana despertarás acompañado. A tu lado, y
    tal cual Dios la echó al mundo, hallarás a la
    señorita o señora Pandora, espectadora y
    alerta.

    DEL TOMAR
    CONCIENCIA.— 43
    Esta experiencia brevemente antes
    descrita, que en circunstancias accidentales podría darte
    la sensación de ser tú un don Juan victorioso, es
    bastante común y es en extremo arriesgada si ignoras el
    trasfondo de lo que allí está ocurriendo. Es muy
    posible que semejante vivencia no la quieras intentar
    jamás, aunque Pandora ya esté rondándote o,
    peor aun, ya te tenga listo, aunque sea en su mente, para la
    licencia matrimonial.

    44
    «Detrás del maquillaje, los perfumes, el
    vestuario, los ademanes cautivantes y la sensualidad
    estereotipada y a veces vulgar, todo cuanto ella dice y hace,
    lejos y más allá aun de ser manifestaciones de
    falsa empatía son, además, artimañas
    brujeriles para conducirte de rodillas a la jaula en la que ella
    te quiere encerrar. A continuación verás al
    revés todo aquello que de la engañadora te
    cautivó en forma tan sorprendente. A partir de allí
    tu vida al lado de ella será una secuencia continua de
    sorpresas ingratas.

    45 Ponte
    en guardia cuando ella te ofrezca ayuda y obsequios; pues casi
    siempre se trata de: comprarte, debilitar tu autoestima, crear
    dependencias, sentar supremacía, subordinarte y luego
    explotarte
    a piacere.

    46 Si
    por ventura no sabes o tienes medio confusa tu situación
    junto a ella, sería muy bueno para ti ocuparte un poco en
    saber sobre el tema y así aminorar el riesgo de
    transformarte en un eventual y resentido misógino asesino,
    como Enrique VIII, a consecuencia de brutales desencantos. O a
    creer que Jack, el destripador, tenía una

    interesantemisión de
    vida.

    47 Si
    por accidente ya estás enamorado de una perversa
    —sin retorno posible— quiero mostrarte a lo que
    estás expuesto, lo que te servirá bastante en los
    momentos críticos que se te
    avecinan».

    Pero, tal cual
    señala el General Sun-Tzu: "Si conocemos al enemigo y a
    nosotros mismos, no debemos temer a los resultados de cien
    combates. Si conocemos al enemigo y no a nosotros mismos, por
    cada victoria sufriremos una derrota. Si no conocemos al enemigo
    ni a nosotros mismos, sucumbiremos en todas las
    batallas".

    «Por lo
    mismo debo centrar mi esfuerzo en hacerte ver quienes somos los
    unos y los otros, antes de que te comprometas afectivamente.
    48 Toda vez que sufras ataques de autoconfianza, otro
    asunto fundamental debes tener presente: jamás
    podrás pasar a mandar en el juego de una
    mujer manipuladora. Sin embargo, conociendo sus estrategias, al
    menos tendrás la oportunidad de ver los hilos que pretende
    ponerte ella para transformarte en su títere de turno, y
    después intentar cortarlos».

    DE LA
    SEDUCCIÓN.— 49
    Detrás de la antes citada
    caída de caretas, sucede algo muy extraño: el lenguaje y
    modales de nuestra "heroína" lo lleva a uno a aceptar
    —graciosamente— su vocabulario soez y ese trato medio
    négligé matizado con desdenes que aparece en
    los tanteos iniciales de toda buena Pandora, y ello es paradojal,
    pues pareciera ser que toda esta levedad y trasgresión
    morales a nosotros nos pasan desapercibidas, posiblemente a causa
    de ese velo magnético con que los dioses ataviaron a
    Pandora, el que además le sirve para adormecer
    —dulcemente y amorosamente— la conciencia de sus
    futuras víctimas antes de atraparlas olímpicamente.
    En este punto existe algo similar al canto de las sirenas de
    Ulises, sólo que el mítico navegante sabía
    cómo proceder para evitar acudir al fatal canturreo
    seductor, en cambio tú lo ignoras.

    50 A
    nosotros, los prejuicios, tradiciones y —hasta cierto
    punto— la experiencia, nos hacen creer que el lenguaje
    antiacadémico y el trato rudo son exclusivos de hombres de
    mala catadura que frecuentan cantinas y burdeles, donde se habla
    desde la cintura para abajo y todos terminan —entre
    excesos— sumidos cada vez más en un submundo donde
    la espiritualidad humana desaparece y surge la bestia en toda su
    degradación. 51 Esos lugares y esos hombres son
    mirados con desprecio y considerados como genuina
    expresión de brutalidad, constituyendo parte importante de
    la creciente y todopoderosa plaga social. Sin embargo,
    también resulta paradójico y curioso que a nadie le
    llame la atención que en casi todas las reuniones sociales
    —hasta en las más cultas y empingorotadas— sea
    bienvenida Pandora, la que llevará la batuta de estos
    mismos criticados excesos sin que alguien emprenda acción
    destinada a ponerla en su lugar o, peor aun, sin que alguien se
    preocupe del hecho, incluso aceptándolo como natural y,
    hasta simpático.

    52
    «Si pretendes caer bien en algún evento social,
    jamás pretendas disputarle a una desfachatada su grotesco
    privilegio coprolálico-seductor. Menos aun volverte
    moralista, porque la situación se te hará
    difícil y puedes ser obligado a abandonar la fiesta en
    forma violenta, quizás por una ventana. Recuérdalo:
    la delicadeza auténtica en la graciosa desfachatada, no
    existe en ninguna parte de su ser; excepto la que ella impone y
    exige de ti, para sí misma.

    53
    A la inversa de la natural delicadeza del hombre común,
    al menos con respecto de las damas, la desfachatada debe hacer
    esfuerzos antinaturales formidables por mantenerse dentro de las
    normas de
    conducta ante
    familiares y personas recién conocidas. Si bien es mal
    visto en reuniones beber hasta embriagarse, para la desfachatada
    bebedora es un simple prejuicio.
    Siempre habrá algún caballero —tal vez
    tú— dispuesto a apoyarla y atenderla durante la
    velada, para luego llevarla en vilo a casa —la tuya o la de
    ella da lo mismo—, ayudarla a desmaquillarse, asearse,
    desnudarse y, finalmente, cometer esa fornicación impropia
    de un buen galán conquistador, a la que fuiste ladinamente
    inducido, y de la que después te
    arrepentirás».

    4

    SOBREVIVENCIA

    Cada
    mañana en la jungla, una gacela despierta, ella sabe que
    debe correr más rápido que el tigre o él se
    la comerá.

    Cada
    mañana en la jungla, un tigre despierta, el sabe que debe
    correr más rápido que la gacela o pasará
    hambre.

    No importa si
    usted es un tigre o una gacela: cuando amanezca, usted debe ser
    mejor en la carrera.

    Texto sacado de un
    seminario de
    ICARE-ADIMARK

    DE LAS
    ESTRATEGIAS.— 1
    «En consecuencia, te
    recomiendo evitar ser amable con la desfachatada —si ya la
    has descubierto— porque ella, equívoca y
    tendenciosamente, entenderá tu amabilidad como
    señal de debilidad y propensión al servilismo, o
    bien como una obligación a la que no podrás fallar
    ni con el pensamiento si
    no deseas sufrir represalias. 2 Lo conveniente e ideal es
    que jamás sigas los juegos de la
    desfachatada. Un caso frecuente: por ningún motivo aceptes
    que ella te fije horarios y lugares para los encuentros, esto es
    parte del primer examen serio a tu docilidad, para el proceso de
    manipulación constante del que posteriormente la descarada
    te hará objeto.

    3 En
    reciprocidad: resulta fundamental e imprescindible actuar con
    conocimiento de estas materias si quieres evitar partir en
    bancarrota y, así, brindarte a ti mismo la ocasión
    de ganarle al menos una mano del póquer pasional que a la
    desfachatada manipuladora tanto le fascina ¿Cómo?
    Simple; podrías decirle con voz segura: "quiero verte tal
    día, a tal hora, en tal lugar…" A continuación lo
    mejor sería que la plantes y luego esperes a que ella te
    llame pidiéndote explicaciones. En tal caso, jamás
    se las des; hazte el olvidadizo.

    Esta actitud u
    otras similares pudieran parecerte risiblemente infantiles, y con
    razón; pero son tonificantes, certeras y útiles si
    las incorporas a tu personalidad, a fin de ejercer control sobre tus
    generosos impulsos, ejercitar tu voluntad y, de paso, dejar en
    evidencia que no eres vulnerable, ni un cerco tendido al que se
    sobrepasa fácil y sin mediar esfuerzo alguno. He de
    advertirte que correrás riesgos. Lo más seguro es
    que tal actitud llevará a esta manipuladora a adoptar una
    de dos decisiones. La primera: olvidarse de ti por inaccesible y
    presa difícil; lo que sería tu salvación
    más segura. La segunda: fingir tolerancia, para
    luego con otra estrategia
    efectuar un asalto fulminante al interior de tu alma y, de tal
    modo, posesionarse definitivamente de los comandos
    síquicos (
    emotivo, volitivo, intelectivo) que
    operan tu ya menoscabado ser. 4 La manipuladora
    usará toda clase de sutilezas y triquiñuelas con el
    propósito de provocarte quiebres emocionales que le
    permitan identificar tus puntos débiles.

    Todo esto
    será buenísimo para ti, siempre que puedas llegar a
    percibir —en vivo y directamente— los intereses que
    la mueven y de este modo desenmascararla y desilusionarte a
    tiempo. ¡Arrancar a 100 puede ser lento! Se han visto
    tigresas correr a la velocidad de un Porsche. 5 Ahora, si
    ella decide olvidarte, ojalá también te olvides de
    ella para siempre, porque en el momento en que tu impulso te
    traicione y reincidas, la manipuladora ahora sí te
    transformará en monigote, al que explotará y
    martirizará hasta aniquilarlo o, muy probablemente, hasta
    que ella se aburra y decida cambiarte por otro más
    útil, entretenido y resistente».

    6 La autora
    Cathy Hopkins, en su libro antes citado, recomienda a las hijas
    de Eva tener —para el caso recién expuesto por
    Franco— bastante cautela y un poco de compasión.
    Ella dice, expresamente: "Sin embargo, recuerda que si has
    conocido a otro y decides contarle la verdad al que pronto
    será tu ex, es probable que unos extraños rumores
    empiecen a circular sobre ti (quería el dinero,
    zorra, frígida, posesiva…), así que dile algo que
    pueda contar a sus amigos para salvar el tipo y tu
    reputación" ¿Qué tal?.

    DEL
    NARCISISMO.— 7
    El pueril narcisismo —contagiado y
    desarrollado en nuestra niñez, por Pandora— es el
    piso movedizo que suele dejarnos en mal pie con demasiada
    frecuencia ante ella misma ¡Qué lindo el
    niño! ¡Dios lo guarde! ¡Qué
    simpático es! ¡Qué sonrisa tierna!
    ¡Igual al papá! ¡Va a ser el chiche de todas
    las niñas! ¡Uy, si me lo comería! ¡Ven
    mi rey, quiero presentarte a mi hijita Pandorita!

    Yo, desde estas
    páginas envío, a todo niño, a todo
    párvulo, un: ¡Dios te ampare, hijo! Porque la vida
    inocente es permeable a todas las fantasías… y a todas
    las adulaciones. Todo niño, antes de aprender a leer,
    debería —como en Oriente— aprender a
    filosofar; y a saber que sobre todo hijo de la Tierra pende la
    espada de Damocles, sin distingos de edades ¿O existe una
    edad más adulta para conocer verdades
    salvadoras?

    8 Si por
    ventura llegas a creerte irresistible, tremendo de afortunado en
    el amor y sientes, incluso, desprecio por otros que supuestamente
    no lo son, puedes equivocarte de manera rotunda. Lo más
    probable es que, sin darte cuenta, tú seas de los
    amaestrados y malacostumbrados a tragar todos los anzuelos que
    Pandora va lanzando por doquiera que vaya, tanto para "agarrar
    gallo", como dice ella, y satisfacer su instinto sexual; de igual
    modo para hacer picar a los engreídos, y luego dejarlos a
    medio camino con las ganas ardiendo y así insuflarse el
    ego encelando a sus parejas. Y, al fin, humillar y adjudicarse
    triunfos múltiples en esa su competición con las
    mujeres de bien, ya descrito en el capítulo anterior
    (vers. 27 al 29) 9 En el fondo, sus ademanes y discursos
    lisonjeros, son sólo dos de las muchas cortinas de humo
    que esconden sus bellaquerías seudo femeninas.

    DE LA
    PERTINACIA.— 10
    «Uno de los asuntos
    importantes que, como varón, te diferencian de la
    manipuladora, es su inseguridad en
    sí misma y su ilimitada capacidad para jugar con los
    sentimientos ajenos. Así, ella siempre gana; y aun medio
    derrumbada se las arreglará para salir mejor parada que
    cualquier varón.

    11 Por
    la misma razón, la muy desfachatada se permite hablar sin
    tapujos sobre sus relaciones íntimas, lo que siempre
    despierta una mezcla de admiración, temor, asombro y
    envidia, en especial en aquellas mujeres sanas, genuinas y
    normales que imaginan —escuchando y observando a la
    descarada— que al Paraíso sólo pueden
    retornar las vampiresas, las mujeres liberadas de sentimientos
    nobles, "las bellas sin alma", como canta, Ricardo Cocciante;
    aquellas que jamás se complementan con el varón y
    mucho menos respetarlo.

    12
    Tú, en cambio, siempre noble, demostrarás tu
    hombría de bien ante los demás, contando —si
    cabe y corresponde— sólo lo bueno y hermoso que te
    ocurre junto a ella. Quienes te escuchen y ya sepan lo contado
    por la descarada, se morirán de la risa en su interior y,
    cuando les vuelvas las espaldas comentarán sobre el
    ingenuo y ridículo papel que haces al lado de esa mujer.
    Moraleja: nada puede ocurrir entre tú y ella que pueda ser
    privado y considerarse secreto, pues aquí se trata, ni
    m
    ás ni menos que de su currículo propagandístico. Otra
    moraleja: es peligroso andar tragando anzuelitos, tanto peor si
    después quieres dártelas de pescador
    experto.

    13 A
    propósito, si alguien te dice que la muy desfachatada ya
    no siempre anda lanzando anzuelos a diestra y siniestra, puede
    que hasta cierto punto tenga razón, lo que se
    debería a la instancia en que ella —por edad, la
    mayoría de las veces— queda fuera de
    circulación en las pistas del sexo y del
    corazón, y ello la limita a buscar y utilizar sólo
    vínculos y vehículos afectivos de baja

    performance. 14 Más no por eso deja de ser muy
    veloz a la hora de dar consejitos insidiosos o acelerar a fondo
    la perversidad de sus congéneres más jóvenes
    e inexpertas; 15 Y si por esas cosas raras de la vida, a
    ella se le presenta por fortuna un galán, sale hecha una
    bala y es capaz de perder la razón y proceder a todas las
    locuras imaginables, sin importarle quien sea el personaje. Casi
    le basta con que solamente respire.

    16 En
    otras instancias más penosas, que sería escarnio
    comentar, la perversa se ve impedida a proceder del modo que
    quisiera y hasta puede que despierte nuestra compasión.
    Pero ¡cuidado! no imagines que el dolor y la
    frustración transformarán su esencia. Todo lo
    contrario, la fortalecerán. ¡Paradoja! Ella, en su
    cristalización errónea extrema, jamás
    cambia.»

    "El hombre Nº
    5 ya es el producto de
    una cristalización; ya no puede cambiar continuamente…"
    Fragmentos de una Enseñanza Desconocida, de P. D.
    Ouspensky. Sobre Ouspensky, y Gurdjieff, solíamos debatir
    con mi amigo Franco.

    DEL
    ADOCTRINAMIENTO.— 17
    Un amigo siquiatra, que por
    ética
    me reservo su nombre, me contó parte de la historia de una
    paciente que he querido llamarla: Yenny. Ella es chilena, tiene
    42 años, es bonita, inteligente, y profesional
    universitaria. Se casó muy joven y muy enamorada, con un
    promitente profesional. Tuvieron hijos y todo se daba para que la
    vida le sonriera; sin embargo, no fue así;
    "inexplicablemente" su matrimonio
    fracasó con mucho dolor para ambos.

    De hace algunos
    años, ella está nuevamente casada, esta vez con un
    profesional muy prestigioso y adinerado, un hombre mayor y seguro
    de sí mismo, aunque bastante frío como persona,
    altanero y egoísta. Y aunque viven en un nivel
    socio-económico similar al del jet set
    norteamericano, Yenny no pudo enamorarse de él. Ella ahora
    lo soporta sólo por temor a perder su status y su
    "prestigio"; no obstante ha sabido arreglárselas para que
    esta situación no trascienda a los demás, ni ponga
    en riesgo su matrimonio.

    En los
    últimos 18 años, Yenny ha vivido con ataques de
    pánico, al borde del suicidio y con visita semanal al
    siquiatra. A continuación conoceremos algunos detalles de
    lo que fue la posible causa de su desgracia.

    FRAGMENTOS DE UNA
    ENSEÑANZA NO ESCRITA Y DESCONOCIDA POR EL
    VARÓN.

    Haciendo
    abstracción de otros episodios tristes de la vida de
    Jenny, vamos a fijar nuestra atención en un hecho
    fundamental que puede enriquecer nuestro conocimiento en
    relación al tema: Pandora.

    18
    Aproximadamente a la edad de 13 años, Yenny comenzó
    a ser sistemáticamente concientizada por su madre en
    relación a los siguientes temas: amistad, dinero,
    pololeo, y en particular… matrimonio.

    19 Frases
    como las siguientes se grabaron a fuego en la mente de una menor
    que no podía ejercer juicio valórico de
    ellas.

    "Si quieres
    pololear, trata de pololear lo más que puedas antes de
    casarte". "Debes tomar anticonceptivos, porque los embarazos
    podrías frustrar tus proyectos".
    "Sé que tu papá te va a restringir las fiestas, y
    los permisos para salir con amigos. Yo no quiero que te ocurra lo
    que le ocurrió a fulanita que, por lo mismo,
    terminó casándose con un don nadie y viviendo puras
    frustraciones, miserias y vergüenzas". "Así es que
    cuando tu papá te diga que no, tú insístele
    delante de mí. El tiene que darte permiso aunque para eso
    tengas que ganarlo por cansancio. Que no te deje sin salir, ni
    que te fije las 12 como hora de llegada a casa". "Mientras
    estés estudiando no debes tomar en serio a ningún
    pololo, y menos si son estudiantes, o tipos que ganan poca
    plata". "Tienes que tener una buena profesión, para que no
    dependas del dinero de los hombres". "Por ningún motivo te
    cases con un pobretón, porque sin plata el matrimonio va
    al fracaso". "A tu marido, desde un principio debes exigirle un
    dinero mensual, fijo y seguro, suficiente para pagar todos los
    gastos, y para
    que tú puedas ahorrar". "No permitas que tu marido te pida
    rendimiento de cuentas del
    dinero que te entregue. Él debe acostumbrarse a confiar en
    ti". "Que tu marido nunca se acostumbre a que tú lo
    sirvas, o que tú hagas las labores de casa; no es para eso
    que estas estudiando en un colegio caro". "Desde un principio a
    tu marido debes exigirle que pague empleada… y si van a tener
    hijos, que también pague niñera". "Tú eres
    inteligente, y en todo lo que emprendas tiene que irte bien.
    Trabaja fuera de tu casa, así podrás darte el gusto
    en todo lo que quieras".

    "Lo mejor que
    puedes hacer es no tener hijos, porque los hijos limitan mucho a
    la mujer; ellos quitan mucho tiempo y crean toda clase de
    problemas". "No te acerques ni te hagas amiga de gente inferior a
    ti". "Ni pobres, ni enfermos; éstos acarrean sólo
    problemas y hacen pasar puros malos ratos". "Lo más
    importante es tener plata; la plata lo hace todo. Con plata se
    tiene salud, y el amor sin plata no dura". "No sientas
    lástima por nadie; las personas se aprovechan del que
    siente lástima". "Ten cuidado si te enamoras, porque los
    hombres se aprovechan de eso, y vas a sufrir". "Si tu marido
    comienza a darte problemas, mándalo a la punta del cerro y
    búscate otro que no te dé problemas". "A los que
    tienen plata, todo el mundo los trata igual que a reyes; pero a
    los pobres los tratan mal y son menospreciados por todos". "No te
    dejes influenciar por esa gente ingenua y volada que se dice:
    idealista, que se preocupa de puras leseras, que vive en la
    mugre, y anda a palos con el águila".

    Ciertamente,
    hermano mío ¿Te gustaría que la madre de tus
    hijas fuese como la madre de Yenny?

    20
    Volviendo a esa vieja costumbre pandoriana de dar consejitos
    —costumbre que, tal cual pudimos ver, constituye la parte
    más siniestra del adoctrinamiento feminista— doy
    testimonio que de esa costumbre no escapan ni sus hijas
    más pequeñas; como veremos a
    continuación.

    Pocas semanas
    antes de concluir el presente tratado, y sin quererlo yo,
    escuché a una madre que, en una habitación contigua
    a la que yo estaba, aconsejaba en voz baja a su hijita de 7
    años, lo siguiente: "Los hombres son unos estúpidos
    con cabeza de mosquito… y siempre debes hacerte respetar por
    ellos".

    A
    continuación, en un arrebato de "equidad",
    agregó: "El único que no es así, es tu
    abuelito fulano de tal"; quien resultaba ser el abuelo materno.
    Con posterioridad supe que se trataba de un caballero adinerado,
    dispendioso, alcahuete y sumamente goma ¡Todo un procreador
    y estimulador de Plagas! ¿Sería, además,
    cornudo?

     

    Partes: 1, 2, 3, 4, 5

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