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Aportaciones de la psicología social al estudio de la violencia social



    1. La inseguridad: el pan de
      cada día
    2. La violencia presente en
      múltiples contextos sociales
    3. ¿Crisis de valores o
      surgimiento de nuevos valores?
    4. La subcultura de la
      violencia
    5. Múltiples enfoques
      teóricos sobre la violencia
    6. El sistema de justicia en
      México: Logros y retos
    7. La psicología y la
      criminología: la Psicología
      criminal
    8. Bibliografía

    I.- La inseguridad:
    el pan de cada día

    La inseguridad es hoy en día uno de los grandes
    problemas que
    padecemos como parte del precio que
    tenemos que pagar por vivir en un contexto de
    modernización a fines del siglo y del milenio. Esta
    inseguridad se manifiesta en dos niveles, por un lado, observamos
    la inseguridad psicológica que padecen millones de
    individuos que presentan una personalidad
    afectada por una socialización alienante, represiva e
    inhibidora, en la cual prevaleció una educación autoritaria
    que generó temores, ansiedad e incertidumbres, limitando
    el desarrollo del
    potencial humano que posee toda persona y
    dificultando el establecimiento de las relaciones
    interpersonales en los diferentes contextos grupales de
    pertenencia o de referencia. De hecho, este tipo de inseguridad
    es el origen de una serie de conflictos que
    se presentan en las relaciones interpersonales.

    Este tipo de inseguridad individual puede ser
    atendida a nivel de terapia individual o grupal, mediante
    orientación y asesoría psicológica que
    conduzca al desarrollo del potencial humano que todo individuo
    posee. También es deseable intervenir en el sistema
    educativo en sus diferentes niveles para incluir contenidos
    psicológicos en los programas de
    educación formal y no formal que permitan generar cambios
    planeados en un sentido de incrementar la autoestima y
    autoimagen de cada individuo.

    Por otro lado, en las comunidades sociales se observa
    una creciente inseguridad social principalmente en el
    medio urbano (aún cuando en el campo no está
    ausente), y que se manifiesta en el hecho de estar constantemente
    expuestos a riesgos de ser
    objeto de una violencia
    social que presenta múltiples manifestaciones y que
    están a la orden del día como noticias
    cotidianas que presentan los medios masivos
    de difusión que dan cuenta de un sinnúmero de
    homicidios,
    violaciones, robos, secuestros y lesiones que afectan al conjunto
    de la población.

    La violencia urbana ha sentado sus reales en las
    principales ciudades del país, los hechos delictuosos y
    violentos acaparan el tiempo y
    espacio de noticieros y en el caso de América
    latina, el banco Mundial
    considera a esta región del planeta como la región
    más violenta del mundo (La Jornada 2/jul/96) al registrar
    un promedio anual de 30 asesinatos por cada cien mil habitantes,
    lo cual duplica el promedio de otras zonas.

    La situación es tal que podría afirmarse
    que el principal problema de salud de la sociedad es la
    violencia que trae consigo un incremento considerable de
    suicidios, de stress, depresión,
    angustia y otros padecimientos. La violencia esta dentro de las
    principales causas de muerte en la
    actualidad y se origina por problemas de educación, de
    consciencia y pobreza
    extrema.

    Tan sólo en el Distrito Federal La
    Procuraduría General de Justicia
    (PGJDF), proporciona cifras oficiales que dan cuenta de que se
    cometen 800 delitos
    diarios en la ciudad de México (La
    Jornada 20/mzo/96), de los cuales se cometen 100 robos de
    autos al
    día (La Jornada, 1o/feb/95).

    La mayor parte de los delitos cometidos en el
    país son de orden patrimonial, es decir, robos en sus
    diversas modalidades. Esto ha motivado diversas reacciones de la
    población que ya sea que tienda a armarse para defenderse
    de una agresión incurriendo con ello en un delito, o que
    tome justicia por su propia mano linchando o sometiendo en forma
    multitudinaria al o los agresores.

    La prensa y la
    televisión incrementan su nota roja al dar cuenta
    cotidianamente de un sinnúmero de actos de violencia en la
    que participan mayoritariamente hombres, pero en los cuales se
    observa en forma creciente a mujeres, y dentro de los cuales se
    aprecia un creciente número de menores de edad. En
    Hermosillo, Sonora esto ha motivado que se discuta actualmente
    una propuesta presentada por vecinos de una colonia a las
    autoridades, en el sentido de emitir credenciales de
    identificación para los menores de edad, como una
    alternativa para frenar la delincuencia
    juvenil (El Imparcial, 19/feb/95). Los medios de
    difusión juegan su papel en este proceso y al
    informar de la muerte de
    un asaltante a manos de la policía dicen textualmente "un
    hampón menos" (Televisa, programa Al
    despertar, 18/feb/95).

    Este tipo de inseguridad es la que presenta mayores
    dificultades para ser atendida ya que obedece a muchos factores.
    La crisis
    estructural por la que atraviesa el país es uno de tantos
    factores que se presentan como algo incontrolable ya que el
    modelo
    económico y político de corte neoliberal que se
    siguió en el sexenio pasado y que se continúa en lo
    que va del actual, ha demostrado su inviabilidad al agudizar las
    contradicciones sociales: surgimiento de una casta de
    supermillonarios en dólares, (24 según la revista
    Forbes), crecimiento desmesurado de millones de mexicanos que
    viven en la pobreza
    extrema (40 según cifras oficiales), devaluación abrupta del peso, alza de
    tasas de
    interés, incremento de la cartera vencida en diversos
    campos, desempleo
    creciente, contención salarial, alza de precios, etc.
    En este contexto, es de predecir que se incrementarán en
    forma incontrolable el número de delitos de diversa
    índole.

    II.- La
    violencia presente en múltiples contextos
    sociales

    Si en Sudáfrica mataban negros antes de que
    accediera al poder Nelson
    Mandela, era algo que no nos afectaba en gran medida, ya sea
    porque fueran negros (revelando con ello un racismo
    inconsciente) o por que se encontraban a miles de
    kilómetros de distancia. Si recordamos a las nuevas
    generaciones que los nazis alemanes redujeron a cenizas, o a
    jabón a millones de judíos,
    hombres, mujeres y niños,
    los sacude momentáneamente y creen que no pasa de ser un
    "éxito
    más de Hollywood (Steven Spielberg: La lista de
    Schlinder), o se inclinan a olvidarlo a nombre de que eso
    pasó hace muchas décadas, dificultando con ello, la
    consolidación de una memoria
    social.

    La violencia es algo a lo que nos estamos acostumbrando
    y por ello en ocasiones perdemos nuestra capacidad de asombro y
    llegamos a confundir la realidad con la fantasía a la
    manera de los niños que viven en zonas de conflicto
    armado que juegan a la guerra con
    rifles de juguete en escenarios reales de casas y edificios
    destruídos y personas deambulando en busca de comida y
    agua. Esta
    violencia va impregnando el núcleo de valores que
    marcan nuestro estilo de
    vida, los procesos de
    socialización en diferentes contextos, y en consecuencia a
    las relaciones interpersonales de los individuos.

    Esto se puede confirmar al analizar las
    características del actual proceso de
    socialización, en el cual podemos observar que la
    violencia se encuentra no sólo en las calles, sino
    también en el hogar y en las instituciones
    que son el pilar fundamental de nuestra sociedad.

    1. La familia
    como factor de contagio criminal

    Mencionemos en primera instancia a la familia,
    caracterizada publicitariamente como "hogar dulce hogar" o el
    "puerto de paz y tranquilidad". Sin embargo, las estadísticas demuestran que se ha
    incrementado el número de mujeres golpeadas, del maltrato
    infantil, efectuado por los padres (o padrastros), y en
    algunos casos extremos, se ha llegado al asesinato, del abuso sexual
    contra los niños, etc. Las relaciones al interior del
    grupo familiar
    en la sociedad moderna reflejan la existencia de una seria
    crisis, que viene a mostrarse como una de las expresiones
    estructurales de la desigualdad
    social y de los conflictos de clase. La toma
    de consciencia de las contradicciones que existen entre la
    institución familiar y la sociedad que le rodea, pueden
    originar comportamientos antisociales, no sólo por el
    hecho de que de los conflictos familiares surge la
    reacción delincuencial, sino también porque la
    familia actúa indirectamente en la formación de
    la
    personalidad del delincuente al asumir ciertas
    características:

    a) La disgregación familiar

    b) La carencia de cuidados maternos en etapas
    tempranas

    c) La privación de la compañía
    paterna

    d) La actitud
    rígida de los padres

    e) La disciplina
    autocrática parental

    f) Las alteraciones constantes en la dinámica familiar

    g) Etc.

    La familia puede ser la fuente transmisora de valores y
    normas
    subculturales que conducen a la delincuencia a
    los hijos (Bandini, Tulio y otros, 1990), en la medida en que la
    familia determina las características del proceso de
    socialización del individuo e influye sobre el fracaso de
    esta socialización, generando comportamientos
    desviados.

    2. La influencia de los medios masivos de
    difusión (televisión
    y cine)

    El lugar que tradicionalmente ha ocupado la familia como
    primer agente socializante se encuentra en franca disputa con la
    creciente influencia que la televisión juega hoy en el proceso de
    socialización. Desde los programas de caricaturas hasta
    las producciones cinematográficas recientes, se encuentran
    con diferentes dosis de violencia en sus contenidos. ¿Y
    cuál es nuestra actitud ante ello?. Si se observa una
    escena erótica en el televisor en compañía
    de nuestros hijos u otros menores de edad, la reacción
    común es cambiarle de canal, o pedirles a los menores que
    se vayan a dormir o a ver si pasa el cartero, pero si se observa
    un asesinato o escenas de violencia no se hace nada por
    contrarrestar el impacto psicológico que produce el ver la
    escenificación de un crimen.

    3. La violencia institucional

    El funcionamiento de los hospitales
    psiquiátricos, Centros de Readaptación Social,
    clínicas de rehabilitación para adictos se
    caracteriza por el ejercicio de diferentes modalidades de
    violencia dirigida hacia quienes se encuentran en su interior,
    sea como pacientes o como internos, a los cuales sólo les
    es brindada una posibilidad de subsistir como objetos de una
    violencia institucional, (Basaglia, Franco, 1975), que a nombre
    de lograr fines terapéuticos o de readaptación se
    ejerce con resultados que dejan mucho que desear.

    La situación en los ceresos actuales es semejante
    a la de un barril de pólvora que en cualquier momento
    puede estallar, debido a las condiciones de
    sobrepoblación, como resultado de una política de
    fabricación de culpables, y un sistema judicial
    lento e ineficiente. De 460 prisiones federales y estatales en el
    país, diseñadas para alojar a 55,000 internos se
    alberga actualmente un promedio de 100,000 reos. Además de
    una arraigada corrupción, violencia y tráfico de
    drogas y
    alcohol. No
    existe una adecuada clasificación de los internos para
    determinar su ubicación. Por elo, no es gratuito que la
    Comisión Nacional de Derechos Humanos
    emita varias recomendaciones a los ceresos.

    El pago por lista de asistencia, por visita familiar y
    conyugal, la renta de celdas, el servicio de
    larga distancia, pago de dádivas y la prostitución controlada son hechos
    denunciados comúnmente en tales instituciones, no
    sólo por internos y exconvictos, sino también por
    diputados, senadores y representantes populares. Inclusive a
    nivel niternacional Américas Watch publicó en 1990
    Los derechos humanos
    en México: una política de impunidad, y
    en 1991, editó el informe
    Condiciones de las prisiones en México en 1991 donde
    desarrolla una serie de denuncias basados en visitas a quince
    instituciones carcelarias mexicanas, donde realizaron entrevistas
    con funcionarios públicos, directivos y personal de las
    instituciones carcelarias, prisioneros y activistas de los
    derechos humanos.(La Jornada, 24/mzo/91). En ambos concluyeron
    que "las condiciones en las prisiones mexicanas están muy
    por debajo de los niveles mínimos aceptables de decencia
    humana". La discriminación de los reos y privilegios a
    aquellos internos que se encuentran en módulos de alta
    seguridad.

    Las cárceles son un verdadero negocio, porque en
    ellos se vende de todo. En estas condiciones es difícil
    que los internos puedan alcanzar un auténtico tratamiento
    de readaptación social, pues las condiciones en las que se
    encuentran los ceresos actualmente no les permiten albergar
    expectativas de que en el momento en que obtengan su libertad
    serán individuos productivos y útiles a la
    sociedad.

    4. La violencia política

    Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari fueron
    asesinados cientos de personas por sus ideas políticas,
    por el hecho de que eran contrarias a la ideología del grupo en el poder. En ese
    período se creó el Partido de la Revolución
    Democrática, como resultado de la fusión de
    varias corrientes y partidos
    políticos, todos ellos considerados de
    oposición. Los recursos del
    poder fueron utilizados para intentar diezmar y extinguir no
    sólo a esa organización, sino a toda aquella voz de
    oposición que cuestionara el acendrado presidencialismo
    que hoy en día es tan criticado, inclusive por aquellos
    que incurrieron en alabanzas, elogios y defensa de acciones del
    gobierno
    anterior, aún aquellas que incluían la
    eliminación de opositores. La revisión de la
    información de la prensa durante este
    período da cuenta de ello.

    En los últimos meses del anterior sexenio, se
    presentaron acontecimientos que cimbraron al país.
    Empezando el primero de enero con la rebelión zapatista
    que optó por la vía de las armas para
    enfrentar la violencia institucional que afecta en forma
    ancestral a la población chiapaneca. El grito de "Ya
    basta" retumbó en el mundo entero destruyendo el mito de paz
    social, denunciando los crímenes que a nombre de esa paz
    se cometen cotidianemente contra la población
    indígena, en su ya famosa "Declaración de guerra al
    gobierno mexicano (La Jornada 2/ene/94). Después de ello,
    sucedieron crímenes que sacudieron a la población
    mexicana y al mundo entero, los asesinatos Luis Donaldo Colosio
    candidato del PRI a la presidencia de la república y de
    Jose Francisco Ruiz Massieu, Secretario General del mismo
    partido.

    Esto manifestó el grado de degeneración de
    la consciencia política que ha venido permeando la
    cultura
    política de nuestro país, en la medida que adopta
    la forma de una sociopatía política ya que es
    inadmisible para la sensibilidad humana aplastar las vidas ajenas
    en nombre de una ideología. A esto se llama en cualquier
    parte del mundo un crimen y a quien se encarga de realizarlo no
    deja de ser un criminal. A cerca de cuatro años del
    asesinato del cardenal Posadas, el crimen sigue sin esclarecerse
    en su totalidad, y a más de tres años del asesinato
    de Colosio, siguen las especulaciones sobre si fué una
    acción
    aislada o un acción concertada (Elena Gallegos, La
    Jornada, Expediente Colosio, 23 al 30/Ene/95).

    Más recientemente en diciembre pasado, en
    Tabasco, fueron desalojados con lujo de violencia, los grupos de
    ciudadanos perredistas que impedían la entrada de Roberto
    Madrazo Pintado candidato del PRI a la gubernatura del estado, a
    Palacio de Gobierno por parte de grupos de priístas que
    actuaron con la anuencia y complacencia de las autoridades
    responsables de la seguridad en aquel estado. En Chiapas, hace
    unos días, la intolerancia política y la
    manipulación de la información ocasionaron una
    agresión de grupos de ganaderos y priístas
    encabezados por autoridades municipales, que atacaron a las
    personas que resguardaban la catedral de San Cristóbal de
    las Casas exigiendo la salida del sacerdote Samuel Ruiz del
    estado.

    III.-
    ¿Crisis de valores o surgimiento de nuevos
    valores?

    La Sociología nos indica que la conducta
    transgresiva no se manifiesta de manera igual en los distintos
    sectores sociales. Diversas investigaciones
    dan cuenta de que la posición, la clase social, el status,
    factores étnicos, el tipo de trabajo u
    ocupación, así como otras variables
    sociales, son efectivos índices para predecir los delitos.
    También nos aporta el concepto de
    anomia (entendida como conflicto cultural, como crisis o ausencia
    de valores o normas), como una útil herramienta que ayuda
    a concebir la existencia de subculturas que coexisten al interior
    de una cultura dominante.

    Sin embargo, aún aceptando la existencia de un
    conflicto de sistemas de
    valores, en el cual los valores de
    una cultura dominante están en desavenencia con valores
    subculturales, el concepto de anomia no es suficiente desde una
    perspectiva psicosocial ya que no permite explicar la ineptitud
    de los sujetos para incorporarse a una vida productiva, y
    más allá, el alto índice de reincidencia que
    presentan algunas personas. Aún más, la evidencia
    empírica refuta el sentido del concepto de anomia ya que
    la tasa más elevada de delitos no es exclusivamente
    localizable entre los sectores marginados.

    Desde una perspectiva sociocultural, la anomia como
    conflicto cultural conduce a la existencia de cierto segmento
    cultural que es la antítesis o la
    piedra de contradicción de otro segmento más
    pequeño de la misma cultura. De ahí que el concepto
    de anomia sirva como herramienta útil para considerar las
    subculturas existentes en otra cultura más
    amplia.

    IV.- La
    subcultura de la violencia

    Hablar de cultura presupone hacer referencia a un
    conjunto de normas, valores, actitudes,
    hábitos y tradiciones que caracterizan el comportamiento
    de una comunidad social.
    En cambio, al
    mencionar el término subcultura se habla de los mismos
    contenidos, que caracterizan el comportamiento de un grupo o
    sector social determinado, ubicado dentro de un contexto
    sociocultural más amplio, en el cual prevalece un estilo
    de vida y filosofía institucionalizado.

    La referencia a la existencia de una subcultura de
    violencia en determinada sociedad viene a resaltar el hecho de
    una creciente filtración de violencia en los valores que
    prevalecen en determinado estilo de vida, en el proceso de
    socialización y en las relaciones interpersonales de los
    individuos que viven bajo condiciones similares. Por ello es
    posible hablar de una subcultura de violencia que se demuestra al
    examinar ciertos grupos
    sociales e individuos cuyas vidas registran las tasas
    más altas de violencia externalizada, al grado de asumir
    la violencia como un modus vivendi, confirmando esta
    filosofía con altos índices de
    reincidencia.

    Por tanto, la violencia externalizada, bien sea en las
    relaciones interpesonales o en la interacción de grupo, se presenta como el
    reflejo o consecuencia de un núcleo de valores que se ha
    desgajado de una cultura dominante. Estas expresiones de
    violencia (a menudo ilícitas) forman parte de un
    subsistema normativo subcultural que se sensibiliza en la
    fisonomía psicológica de los miembros de la
    subcultura, así podemos mencionar los siguientes ejemplos:
    en Italia, la
    vendetta, en la India, las
    tribus asesinas y en nuestro país, las venganzas
    familiares.

    Por ello la identificación de los grupos en que
    están condensadas las cifras más altas de
    criminalidad permitirá localizar las subculturas de
    violencia existentes, y en base a ello, se podrá examinar
    los sistemas de valores, el tipo de reacción a
    determinados estímulos, la percepción
    diferencial de los sujetos a la hora de evaluar los
    estímulos y los trazos generales de personalidad de los
    actores de tales subculturas.

    V.-
    Múltiples enfoques teóricos sobre la
    violencia

    El estudio del comportamiento violento se ha enfocado en
    base a diferentes perspectivas, como manifestación de una
    alteración individual, como resultado de carencias
    familiares, como resultado de fallas en la socialización,
    sobre todo a experiencias tempranas. De ahí que se observa
    que las ciencias
    sociales han analizado la violencia en su conjunto, y los
    clínicos han analizado al criminal desde una perspectiva
    individual. De ahí que el análisis del comportamiento violento
    requiera de un trabajo inter y multidisciplinario que permita la
    explicación de las causas que forman a los individuos
    delincuentes.

    Existen diferentes teorías
    que intentan explicar el comportamiento agresivo, podemos
    mencionar las teorías psicoanalíticas, estudios
    médicos y biológicos, el concepto de catarsis,
    aprendizaje y
    condicionamiento social, la teoría
    estructural-funcionalista de la desviación y de la anomia,
    la teoría de las subculturas criminales, todas las cuales
    consideran la necesidad de identificar el contexto social en el
    cual se presenta la conducta delictiva y violenta.

    Al estudiar la etiología del delito estas y otras
    teorías desembocan en el surgimiento de la Criminología como ciencia
    transdisciplinaria. Lo cierto es que estas teorías se
    dirigen a estudiar la violencia social, la cual en tiempos de
    paz, representa la causa del mayor número de muertes en el
    último período, aún por encima de los saldos
    funestos de diversos conflictos bélicos.

    De todos los cambios que observamos en esta época
    turbulenta que nos toca vivir, se encuentra precisamente
    aquél que nos reúne en esta ocasión como
    objeto de estudio: esto es la violencia social en sus
    múltiples manifestaciones: desde la delincuencia
    organizada y su incremento en todo tipo de delitos. Desde el robo
    simple realizado por el desempleado motivado por el hambre, sino
    que también debe considerarse como tal al actuar de
    ciertos grupos sociales que mantienen vínculos
    políticos y actúan para alcanzar deteminados
    objetivos que
    atentan contra el patrimonio
    individual, familiar y social. Cítese el caso de la
    banca privada
    mexicana que en tiempos de crisis como la actual no desea perder
    sus utilidades asegurando sus ganancias en tiempos de crisis
    aún a costa de aumentar el número de millones de
    mexicanos que viven en la pobreza extrema.

    El problema de la cartera vencida en los bancos amenaza
    con convertirse en un problema nacional que de continuar en ese
    rumbo, empujará irremediablemente a declarar una moratoria
    en el pago de las deudas bancarias.

    Por otro lado, observamos el surgimiento de aquella
    figura delictiva que conmocionó a todos los mexicanos y al
    mundo entero durante 1994: el crimen político que
    situó a México en el regreso a la barbarie
    política, aumentando la incertidumbre y la inseguridad
    social no sólo por el impacto político, sino
    también financiero de una acción de este tipo que
    repercutió y dañó a todos los
    mexicanos.

    Entre esos extremos se encuentra el funcionamiento de
    una delincuencia que actúa en forma organizada y con ello
    aumenta su potencial y efectividad. ¿Cómo es que
    surge este nuevo panorama?, ¿Qué motivos originan
    el comportamiento individual en una organización de
    delincuentes?, ¿Qué alternativas pueden brindarse
    para enfrentar esta situación de tal forma que disminuya
    su acción?

    VI. El sistema de
    justicia en México: Logros y retos

    Las instituciones responsables del establecimiento del
    estado de derecho
    en México han sufrido una serie de cambios en el
    último período. Algunos de estos cambios son
    derivados de las modificaciones constitucionales que buscan que
    tanto las autoridades como los ciudadanos se sujeten a la
    ley, creando
    candados jurídicos que propician la reducción de
    conductas violatorias de los derechos humanos. Sin embargo, a
    pesar de estas intenciones todavía prevalecen
    prácticas que van desde el abuso de autoridad y la
    corrupción hasta la tortura.

    Uno de los grandes aciertos es la creación de las
    comisiones de derechos humanos, ya que constituye un avance
    importante en cuanto al establecimiento del estado de derecho, ya
    que han contribuído a disminuír la impunidad al
    ventilar públicamente las acciones violatorias de derechos
    humanos. Con ello, se permite un mayor acercamiento de los
    ciudadanos con el gobierno, en virtud de que sus recomendaciones
    representan un compromiso explícito de las autoridades
    para sujetar a la ley a los funcionarios
    públicos.

    Sin embargo, a pesar de tales medidas falta
    todavía regular las prácticas de los cuerpos
    policiacos, de muchos de los jueces, malos abogados y
    funcionarios públicos, que continúan incurriendo en
    prácticas que reflejan impunidad y una serie de
    violaciones a las garantías
    individuales y colectivas. Así puede observarse que
    persisten las violaciones de las garantías individuales
    (amenazas, detenciones arbitrarias, la tortura y la
    desaparición de personas) (Yael Siman, El Financiero, 15,
    16 y 17/feb/95).

    Por otro lado, las comisiones de derechos humanos tienen
    la limitación de atender casos particulares y no considera
    los vicios estructurales del sistema. La impunidad existe por el
    conjunto de factores e intereses de diversa índoles que
    impide la acción de la justicia. Entro otros
    podrían mencionarse los siguientes: la ineficiencia
    policiaca que no desarrolla labores de auténtica investigación, por no estar capacitadas
    para ello, los bajos sueldos que propician la corrupción
    tanto de policías de bajo nivel jerárquico como de
    jefes policiacos, así como su deficiente formación,
    abogados sin ética que
    actúan sin ningún control
    favoreciendo al mejor postor, jueces y funcionarios
    públicos deshonestos, son lastres que siguen impidiendo
    que realmente se establezca un estado de derecho en el
    país.

    El tráfico de influencias y la cultura de la
    "mordida" impiden que la seguridad jurídica llegue a
    importantes sectores de la población, que no cuentan con
    "palancas", contactos políticos o dinero para
    demostrar su inocencia frente a las autoridades. Esto tiene como
    resultado que el mayor porcentaje de internos en los ceresos del
    país sean provenientes de los sectores marginales, de
    escaso poder económico.

    VII.- La
    psicología
    y la criminología: la Psicología
    criminal

    1. Herramientas
    de la Psicología

    La Psicología cuenta con un amplio instrumental
    teórico-practico que permite entender, comprender y
    predecir el comportamiento
    humano. Sus herramientas van desde la teoría del
    aprendizaje, las teorías de la personalidad, que permiten
    comprender las diferencias individuales, las teorías de
    la
    motivación que ayudan a comprender las causas que
    originan determinado comportamiento indivudal o grupal, la
    teoría de grupos, la teoria de la
    organización y la teoría social. Con este
    arsenal teórico-práctico puede realizar
    intervenciones en diferentes niveles: individual, grupal,
    organizacional, institucional y comunitario.

    2. La Psicología criminal

    En relación al comportamiento criminal, la
    Psicología trata de averiguar, de conocer qué es lo
    que induce a un individuo a delinquir, que significado tiene esa
    conducta para él, porque la idea de castigo no lo
    atemoriza y le hace renunciar a sus conductas criminales. La
    tarea psicológica consiste en aclarar su significado en
    una perspectiva histórica genética
    (Marchiori, 1990).

    Con el estudio de la personalidad del delincuente se
    logra el psicodiagnóstico que permite la
    realización de un pronóstico, en base al cual pueda
    diseñarse un tratamiento adecuado para su
    readaptación, a través de una labor
    terapéutica integral. El
    conocimiento de la personalidad del delincuente es esencial
    para diferenciar un caso de otro y para poder reconstruír
    la etiología y dinámica del fenómeno
    criminal en particular.

    En el ámbito penitenciario, la tarea
    psicológica implica abordar los dos aspectos del diagnóstico y del tratamiento. El trabajo
    psicológico con individuos delincuentes conlleva
    necesariamente un enfoque social, ya que el delito es una
    transgresión, una alteración o violación a
    una norma social. Por ello, la psicología parte de un
    diagnóstico que tiene como objetivo
    conocer quién es el individuo que llega a la
    institución penitenciaria.

    3. El diagnóstico
    psicológico

    El diagnóstico puede ser individual, grupal o
    institucional. En el diagnóstico individual se busca
    lograr un conocimiento
    de los múltiples y complejos aspectos de la personalidad
    del delincuente. Se utilizan por lo regular las siguientes
    técnicas: Historia clínica,
    test de inteligencia,
    test proyectivos, inventarios de
    personalidad, test de intereses y actividades, entrevistas
    focalizadas y abiertas, análisis de casos. Este arsenal
    psicométrico debe ser utilizado con un criterio
    profesional y un enfoque objetivo ya que si bien proporciona
    datos
    relevantes sobre actitudes e inclinaciones de la persona, no
    ofrece una certidumbre al 100 % acerca del comportamiento futuro
    en un momento dado.

    Para una realización adecuada de los estudios
    psicométricos se requiere de una sólida
    formación académica del examinador, además
    de experiencia clínica y sensibilidad personal. La
    inadecuada utilización de estas técnicas, cuando no
    están destinadas para el tratamiento, sino para
    diagnosticar a la persona y "proteger" a la sociedad, acerca a
    los sitemas penitenciarios a controles sociales de corte
    totalitario (El Financiero, 11/feb/95).

    En el diagnóstico grupal, se busca conocer las
    características de un grupo especial dentro del penal,
    agrupados por diversas variables: tipo de delitos, edades,
    escolaridad, etc. Aquí pueden emplearse las siguientes
    técnicas: test colectivos de inteligencia, test de
    personalidad, test proyectivos, dinámicas grupales de
    simulación, dramatización, juego de
    papeles, etc. La técnica grupal permite desarrollar
    programas de sensibilización en los internos, lo cual le
    permite clarificar valores, actitudes y
    comportamientos.

    En el diagnóstico institucional se intenta
    conocer las características psicosociales que presenta la
    institución o la organización. Abarca a todos los
    niveles de un centro de readaptación social, concebido
    como organización y como institución. Las
    técnicas que se utilizan son las entrevistas individuales,
    test colectivos, análisis de la comunicación organizacional, formal e
    informal, diagnóstico de procesos organizacionales, del
    clima
    organizacional, grupos informales, liderazgo,
    etc. El profesional de la psicología puede jugar un rol de
    agente de cambio interviniendo para realizar programas de
    capacitación dirigidos al personal
    administrativo y custodios implementando programas de
    formación de equipos de
    trabajo, de liderazgo, motivación
    laboral y de sensibilización en el trato con los y las
    internas.

    En función de
    lo anterior, se puede desarrollar un tratamiento adecuado a cada
    psicodiagnóstico, a través del cual se intente
    modificar, atenuar la agresividad del individuo antisocial, hacer
    conscientes aspectos inconscientes en cuanto a las conductas
    patológicas, sensibilizar al interno en relación a
    su afectividad, favorecer las relaciones interpersonales
    estables, lograr que pueda canalizar sus impulsos y verbalizar su
    problemática. Así como optimizar los recursos
    humanos que colaboran en el centro penitenciario y
    disminuír con ello los índices de violencia que se
    presentan en su interior.

    Es necesario valorar la aportación de la
    psicología al interior de un centro penitenciario, ya que
    su intervención permitirá fortalecer los objetivos
    de readaptación de los internos, sobre todo si se
    considera que la situación al interior de dichos centros
    es realmente explosiva por los problemas de
    sobrepoblación, rezago en la revisión de
    expedientes, etc. El profesional de la psicología, en
    coordinación con otros científicos
    sociales y de la salud permitirá con su
    intervención disminuír la tensión que existe
    al interior de los ceresos y con ello lograr una mejor
    procuración de justicia, evitando los altos índices
    de reincidencia y la estigmatización social de los
    exconvictos. Un verdadero aprovechamiento de la Psicología
    en las instituciones penitenciarias tiene que darse en el marco
    de la búsqueda de un auténtico cambio de la
    institución en su conjunto y en apoyo a los derechos
    humanos de los encarcelados, de sus familias y de las
    víctimas de los delitos.

    VIII.-
    Conclusiones

    Es necesario crear un sistema jurídico que tenga
    las características del régimen de seguridad
    social en los servicios
    médicos, con el objeto de lograr la impartición de
    justicia expedita y objetiva a la mayoría de la
    población mexicana.

    Es importante considerar la creación de
    organismos autónomos similares al Bufete Jurídico
    de la Universidad de
    Sonora, que contemplen dentro de sus funciones la
    consulta y auxilio procesal a las personas que no pueden asumir
    los gastos de
    abogados particulares. En esta institución. Ello implica
    fortalecer a los ya existentes con mayor presupuesto de
    tal forma que incrementen sus recursos humanos, materiales y
    financieros en forma suficiente para responder a la demanda de que
    son objeto. Es recomendable analizar la posibilidad de obligar a
    los estudiantes de derecho a hacer su servicio social en tales
    instancias, de manera similar a la obligación de los
    estudiantes de medicina de
    realizar su servicio en hospitales.

    Es necesario fortalecer las instituciones como el
    Instituto de Capacitación de la Procuraduría
    General de la República, las Escuelas de Policía
    que impulsen programas de capacitación inicial,
    regularización, actualización y
    especialización, encaminados a lograr una mejor
    protección de los derechos humanos.

    Debe contemplarse la posibilidad de que las escuelas de
    policía, las procuradurías estatales y diversos
    organismos policiacos otorguen becas a los elementos más
    destacados con el objeto de que puedan realizar carreras
    universitarias y fortalecer con ello a esas instituciones. Con
    ello, se evitaría que la carrera judicial sea una carrera
    de "lealtad" y pase a ser una carrera más competitiva y
    pública.

    La implementación de tales medidas:

    a) Profesionalización de los encargados de
    impartir la justicia

    b) Creación de incentivos
    positivos para reconocer el buen desempeño

    c) Ejecución de medidas disciplinarias hacia
    aquellos elementos que incurran en actos de
    corrupción

    permitirá lograr una verdadera
    profesionalización en la impartición de justicia,
    que se presenta como una necesidad impostergable que reclama la
    nación
    en su conjunto.

    Por otro lado, materia de
    readaptación social debe revisarse y examinar la
    política global en la materia, ya que el sistema actual de
    readaptación requiere de una reforma integral. Es
    necesario revisar los esquemas de preliberación que
    actualmente están bajo el control de la Secretaría
    de Gobernación. Ello implica evaluar el funcionamiento de
    los Consejo Técnicos Interdisciplinarios (que establecen
    la peligrosidad de los presuntos responsables y constatar si son
    respetados los derechos humanos de los reos. El sistema penal es
    la zona crítica
    de los derechos humanos, por ello es necesario realizar una
    reforma integral al sistema de procuración de
    justicia.

    El problema de la sobrepoblación no permite la
    readaptación social del delincuente, la respuesta al mismo
    no debe ser la construcción de más cárceles,
    sino tender a la realización de labores de
    prevención del delito en el ámbito comunitario, al
    mismo tiempo que se procede a agilizar la revisión de los
    expedientes para dar salida a aquellos elementos que así
    lo ameriten.

    Es preciso instrumentar una política
    política criminológica en sus aspectos preventivo,
    que permita realizar un diagnósico de las causas sociales
    que originan los delitos; en su aspecto punitivo, profesionalizar
    a las corporaciones policiacas para que su funcionamiento se base
    en la aplicación de métodos
    científicos para recibir realmente el status de
    criminología aplicada. Debe crearse una instancia del
    Poder Judicial
    que tome cartas en el
    asunto y contribuya a sanear estas instituciones liberando a
    quien así lo amerite y capacitando al personal que labora
    en los mismos con enfoques de tipo humanístico.


    Bibliografía

    Arroyo, Jesús

    INTRODUCCION A LA PSICOLOGIA POLITICA

    Ed. Mensajero. Bilbao, 1986

    Bandini, Tulio y otros

    DINAMICA FAMILIAR Y DELINCUENCIA JUVENIL

    Cárdenas editor. México, D.F.
    1990

    González Pineda, Francisco:

    EL MEXICANO PSICOLOGIA DE SU DESTRUCTIVIDAD

    Ed. Pax. México, D. F. 1988

    Marchiori, Hilda

    PSICOLOGIA CRIMINAL

    Ed. FCE. México, D.F. 1990

    Periódico
    El Financiero. Circulación Nacional. Edición
    diaria. México, D.f.

    Periódico El Imparcial. Circulación
    estatal Edición diaria. Hermosillo, Sonora

    Periódico La Jornada. Circulación
    Nacional. edición diaria. México, D.F.

    Wolfgang, Marvin E.

    LA SUBCULTURA DE LA VIOLENCIA

    Fondo de Cultura Económica. México, D.F.
    1971

    Mtro. Oscar Yescas Domínguez

    (MTC del Departamento de Psicología y Comunicación de la Universidad de
    Sonora)

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