El desarrollo de valores ético-profesionales de los trabajadores del sector turístico. Un estudio en el hotel la unión de Cienfuegos
- Resumen
- Desarrollo
- La educación para la vida
y la formación de valores - Consideraciones de la
educación en valores de los trabajadores como vía
de capacitación continua - Consideraciones
teóricas-metodológicas a tener en proyectos
educativos para la formación de valores
ético-profesionales - Fundamentos de partida de la
investigación educativa para el desarrollo de
valores - La práctica investigativa
a partir de la experiencia en el Hotel La Unión en
Cienfuegos - Conclusiones
- Bibliografía
consultada
El turismo se ha convertido en
los últimos años en un importante sector de la
economía y
la sociedad
cubana no sólo porque reporta ingresos, sino
que, con su gestión
fortalece la imagen del
país; esto indica la necesidad de potenciar en los
trabajadores los valores que identifiquen a la
organización y que se conviertan en el impulso
permanente para el trabajo; lo
anterior es posible si se fomentan proyectos
educativos que aborden el desarrollo de los valores
ético-profesionales como parte de la superación
continua a los egresados del Sistema de
Escuelas para el Turismo.
En consecuencia la Escuela de
Hotelería
de Cienfuegos desarrolló una investigación en la Delegación de
Cubanacán para la determinación de valores
organizacionales y su tratamiento en las entidades subordinadas
comenzando por el Hotel La Unión por su apego al
desarrollo de una cultura
institucional sólida basaba en los valores; como paso
previo a la declaración de intención de elaborar
una propuesta educativa desde la escuela, por la escuela y para
la
empresa.
La escuela forma valores ético-profesionales para
que las organizaciones
puedan aspirar a desarrollar valores compartidos por todos sus
miembros que guíen la conducta de sus
individuos y caracterice al colectivo; la formación
continua al especialista del sector turístico constituye
un escenario adecuado para que se desarrollen procesos
socio-psicológicos y formativos coherentes y socialmente
útiles.
El objetivo de
este trabajo es
ofrecer consideraciones teórico-metodológicas a
tener en cuenta en el diseño
de propuestas educativas para la formación de valores a
partir de la experiencia en el Hotel La Unión en
Cienfuegos y como resultado constituye un material de contenido
pedagógico que resume las premisas para el tratamiento y
desarrollo de los valores con un enfoque integral.
El desarrollo de valores
morales con énfasis en los ético-profesionales
se ha colocado en los últimos años en un aspecto
clave para la investigación educativa, pues resulta
imprescindible lograr la coherencia entre la investigación
en este campo y las necesidades que presenta la práctica
social máxime cuando se trata de aspectos tan sensibles a
desarrollar en condiciones muy complejas, a la vez que son
necesarios para producir cambios a favor del progreso.
En Cuba es
significativo este asunto porque el núcleo de nuestro
proyecto
social es la formación de individuos cada vez mejor
preparados para enfrentar los retos de una época
demandante de trabajadores capaces en el orden técnico y
moral; lo que
convierte al desarrollo de valores y actitudes
conscientes una necesidad para la cultura de las
organizaciones; quedando claro que es posible lograr tal
empeño si se concretan proyectos educativos organizados,
controlados y validados que faciliten la adecuación de la
actuación profesional a las exigencias de la
época.
La escuela refuerza así su capacidad de
intervención en los colectivos no solo escolares sino
laborales, en los que merece atención la significación que tenga
para los trabajadores la actividad que realizan, cómo la
realizan y para qué la realizan. Esto es viable si se
diseñan proyectos construidos a partir de las necesidades
concretas del lugar y se ofrezcan soluciones a
dichas necesidades.
Este trabajo ofrece consideraciones
teórico-metodológicas a considerar en el
diseño de propuestas educativas para la formación
de valores a partir de la experiencia en el Hotel La Unión
en Cienfuegos partiendo de conceptualizaciones que reafirman el
carácter multifacético y complejo de
este fenómeno que demuestran la importancia de utilizar la
investigación en función de
la
educación de valores.
¿Cómo determinar los valores
ético-profesionales necesarios para el desempeño profesional?,
¿cuáles son las condiciones que propician el
desarrollo de una propuesta educativa que facilite la
formación de valores ético-profesionales en los
trabajadores? y ¿qué fundamentos pedagógicos
permiten elaborar la misma para fomentar los valores
ético-profesionales en los trabajadores? son interrogantes
que encuentran respuesta en el itinerio en que se concreta una
propuesta educativa para la formación de
valores.
En nuestro tiempo ha
crecido la necesidad social de la preparación moral
orientada a numerosos tipos de actividades laborales; ya que el
desarrollo de la economía ha llevado a ser masivas todas
las profesiones, visto así, el adecuado cumplimiento de
las funciones
productivas o de servicios
prevé altas exigencias a la cualificación y la
competencia de
los especialistas que deben conjugar la profesionalidad con la
capacidad de comprender a fondo la responsabilidad y estar dispuesto a cumplir
irreprochablemente el deber.
De cuán unidos estén en la persona los
principios
puramente profesionales y morales depende el éxito
de la labor, la entereza de la
personalidad del especialista y la medida de su
automanifestación creadora; en gran medida el
funcionamiento de la organización esta determinado por los
valores que posee, los cuales deben funcionar como un sistema operativo
y de orientación indicando de forma adecuada cómo
solucionar las necesidades e incluso la prioridad que se debe dar
a cada una.
Cuba defiende la concepción de que la escuela
puede formar valores ético-profesionales para que la
sociedad y las organizaciones puedan aspirar a tener valores
compartidos por todos sus miembros, que guíen la conducta
de los individuos y caracterice la cultura de cada
organización.
La educación para la
vida y la formación de valores.
Cada sociedad, de acuerdo con sus necesidades, crea un
sistema de representaciones de significación social
expresadas en ideales, principios y metas de ahí la
necesidad del análisis histórico-concreto de la
formación de valores en general y su aprehensión
por la práctica educativa; cada individuo
conforma su propio sistema subjetivo de valores en dependencia
entre otros factores de las influencias educativas de la escuela,
por eso, es vital la armonía entre las condiciones
sociales y la escuela.
Lo anterior indica que no es posible considerar a los
valores como innatos en el ser humano sino que estos se adquieren
durante la vida y muy estrechamente ligados a la sociedad donde
se desarrollen los individuos; estos reflejan los valores de la
sociedad a través del prisma de sus necesidades, intereses
y fines, por eso existen diferencias e incluso, antagonismos
entre lo social, lo individual y grupal, lo que se hace
más perceptible cuando ocurren cambios de
significación en las condiciones de existencia de las
personas.
A partir del año 90 en Cuba se experimentaron
modificaciones asociadas a los cambios en las relaciones
internacionales y la pérdida de influencias culturales
positivas en los ciudadanos cubanos por la existencia del sistema
socialista; lo anterior unido a las medidas económicas que
necesariamente comenzaron a aplicarse reforzaron la inminencia de
potenciar los valores
humanos generales, lo patrióticos y los
ético-profesionales, no sólo en las más
jóvenes generaciones sino en los trabajadores por su papel
en la producción y los servicios.
A partir del desarrollo del turismo en el país,
se ha modificado el nivel de aspiraciones y las actitudes de las
personas que integran este sector, según estudios
comparativos realizados entre 1992 y 1995 habían aumentado
los criterios relativos al interés
material de índole personal.
(Revista Temas
No. 15/1998. Artículo Juventud y
valores. ¿Crisis,
desorientación, cambio? M.
Molina Cintra y RT. Rodríguez . p.71)
A comienzos de los 90 la mayoría de las personas
que ingresaban a este sector lo hicieron por las
características de la actividad valorando sus perspectivas
para el desarrollo
económico del país y las condiciones de
limpieza y el ambiente de
trabajo agradable que lo distinguen.
Según se señaló en el IV Pleno del
CC del PCC ¨No podemos pasar por alto que el creciente acceso
legal a la divisa tiende a provocar un cambio en algunos de los
valores de las personas en determinados sectores de la sociedad,
presentándose casos de quienes optan por abandonar puestos
de trabajo importantes para ir a cubrir una plaza de menor
calificación profesional en el frente turístico con
la que puedan resolver algunas carencias actuales, aunque ello
entrañe dejar de aportar al país sus conocimientos
y experiencia en labores tan necesarias y abnegadas. (Informe aprobado
por el V Pleno del CC del PCC sobre la situación política y la
correspondiente labor del Partido. Presentado por Raúl
Castro el 23 de marzo de 1996. p.3)
La devaluación social del trabajo a partir de
su función social y de su contenido mismo impone la
necesidad de que se fortalezcan y desarrollen otras vías
de satisfacción y motivación
laboral que sirvan de compensación a este elemento
psicológico deficitario. Se trata de motivaciones de
carácter social y moral que desarrolla el individuo en el
trabajo, y de las vías de gratificación en este
sentido, para los cuales el medio laboral, su
influencia, así como los factores sociopolíticos
desempeñan un papel fundamental.
De esta manera se concluye que la educación es
una vía adecuada para la formación y desarrollo de
valores, por lo que no se concibe la primera sin lo segundo
porque se perdería el sentido de la educacionalidad de la
personalidad.
Consideraciones de
la educación en valores de los trabajadores como
vía de capacitación continua.
La educación de los trabajadores debe encuentra
como medio idóneo el propio puesto de trabajo, es donde
comparte con sus compañeros sus experiencias,
contradicciones y donde encuentra respuesta a sus aspiraciones y
demandas laborales, de ahí la importancia de lograr la
interrelación entre los valores personales y los de la
organización como premisa para consolidar los valores
compartidos.
Los valores compartidos son los que los trabajadores y
la organización en general asumen con elevada importancia,
son metas compartidas por la mayoría de las personas de un
grupo que
suelen dar forma a la conducta del grupo y que con frecuencia
persisten en el tiempo, incluso a pesar de que cambien los
miembros, significan fortalezas para la organización si la
dirección sabe emplearlos para desarrollar
y ampliar comportamientos y cuando existen diferencias entre la
significación que le otorga la organización y la
que le atribuyen sus miembros se denomina valor
distanciado.
La cultura de una organización no está
acabada desde el inicio de la misma, sino que se va formando
gradualmente; y es a través de su cultura que las
organizaciones se identifican, se integran y se valoran a
sí mismas para dar respuestas adecuadas y coherentes al
entorno donde se encuentran. Se entiende por cultura
organizacional el conjunto de patrones de conducta que
caracteriza a una organización y la identifican respecto a
otras organizaciones, incluye un sistema de valores que permiten
su funcionamiento así como el desenvolvimiento adecuado de
cada uno de sus miembros y del colectivo.
Los valores son los cimientos de la cultura
organizacional, ellos proporcionan un sentido de dirección
común para todos los miembros y establecen directrices
para su compromiso diario, inspiran la razón de ser de
cada institución, están explícitos en la
voluntad de sus fundadores así como en la
formalización de la misión y
la visión de la organización.
Es necesario que todos los miembros de la
organización conozcan el sistema de valores de la empresa, por eso
en su formulación deben ser claros, compartidos y
aceptados por todos, de esa manera existe un criterio unificado
que fortalezca los intereses de todos, pero eso no basta, es
preciso que se desarrollen en las organizaciones proyectos
educativos que integren las características del lugar con
los valores de sus miembros y esto se logra con la
intervención de la Escuela desde la concepción de
seguimiento al egresado o superación continua de los
trabajadores.
Transmitir los valores organizacionales es un asunto muy
tratado, sin embargo hay coincidencia en que no siempre se logra
con originalidad y transparencia, para transmitir algo hay que
poseerlo y exhibir una conducta observable de acuerdo a ello para
que tenga credibilidad. Para que los valores se legitimen en la
organización hay que implementarlos, aplicarlos a la
toma de
decisiones, en la atención al
cliente, en toda la gestión; se inculcan en todos los
momentos y además hay que capacitar al personal de
reciente incorporación y al que lleva más tiempo en
la organización; pero sobre todo, el directivo debe dar el
ejemplo porque nada es más importante que el poder de las
acciones de
los ejecutivos como mensaje de coherencia y compromiso con los
valores.
Los valores para cada empresa se diferencian por su
identificación y aplicación, si adecuamos la
concepción anterior al proceso
educativo se declara el enfoque sistémico del mismo en el
cual se interrelacionan el medio social en el que se desarrollan,
los objetivos, los
contenidos, los métodos,
los medios y la
evaluación del proceso
desarrollado.
Las actividades que se organicen con este
propósito requieren un sentido crítico para que el
trabajador aprenda con cierta actitud de
revisión y confrontación con lo que ya
sabía, posiblemente su criterio cambiará en
función de esas nuevas ideas, o tal vez permanecerá
con las anteriores.
Esta concepción se enmarca en el aprendizaje
significativo a la luz del enfoque
histórico cultural y el principio de la
significación elaborado por Vigostsky, el cual está
siempre relacionado con el autocontrol y por ende con la
responsabilidad, de la forma que se sea capaz de trabajar el
proyectos para el desarrollo de valores profesionales
dependerá la significación que adquiere el aprendizaje
para él.
Consideraciones
teóricas-metodológicas a tener en proyectos
educativos para la formación de valores
ético-profesionales.
La Escuela es responsable de diseñar proyectos
educativos atendiendo a las características de cada
colectivo y al contexto en que se desarrolle de manera que se
puedan integrar todas las dimensiones del mismo.
Es necesario tener en cuenta además lo
siguiente:
I: La formación profesional está
estrechamente ligada a las exigencias del desarrollo social
y en particular del desarrollo de la profesión.
II: El enfoque sistémico a cada acción
educativa de manera que todas tributen al proyecto como un
todo.
III: La actividad conjunta, cooperación
participante-participante y participante-facilitador para la
solución de las situaciones
educativas-profesionales.
Si los mecanismos de inserción y
participación imponen normas
rígidas contrarias a la realidad cotidiana solo
contribuirán a estimular contradicciones lo que exige
observar los siguientes indicadores:
- Condiciones del medio social: Lo que explica la
necesidad de determinar las condiciones externas e internas en
que se desarrolla el colectivo participante del proyecto
educativo con énfasis en su objeto social y la
posición respecto a otros colectivos pertenecientes a la
misma organización empresarial. - Condiciones de la
comunicación: Supone el estudio del organigrama
de la empresa para determinar el nivel de influencia entre un
área y otra, lo que facilita la organización de
las actividades educativas en función del
desempeño. - Conocimientos de sí mismo: Propiciando la
evaluación de actitudes ante situaciones que deben ser
resueltas con decisiones durante el desempeño y que re
requieren del autocontrol, el autoconocimiento y la capacidad
para solucionar conflictos. - Atención al mundo espiritual: Durante la
actividad laboral se producen situaciones que demandan la
expresión práctica de sentimientos y principios
acordes a la formación de individuos en una sociedad
humanitaria por su esencia, las cuales pueden ser utilizadas
para incentivar valoraciones positivas acerca de las
potencialidades espirituales del individuo. - Formación de intereses profesionales: Aspecto
que es entendido como proceso permanente de formación,
desarrollo y perfeccionamiento de intereses adecuados a las
condiciones en que se desarrolle el individuo dentro y fuera de
la empresa y con dependencia de los estímulos que
experimente en la práctica
profesional. - Formación activa: Donde el individuo demuestra
la toma de una conducta en el cumplimiento del deber como
participante directo y responsable durante el desempeño;
es muy importante para ello que la actividad educativa refuerce
el sentimiento de pertenencia a la
profesión. - Formación de un pensamiento
flexible: Que refleje las contradicciones objetivas del entorno
y estimule la previsión de alternativas que faciliten
posibilidades de adecuarse a los cambios que impone la
práctica social. - Estimular el sentido de la sinceridad: Lo que puede
se posible si se emplean métodos de participación
preactivos donde se relacionen las acciones grupales e
individuales y no se limite la exposición de experiencias personales
ante la solución de problemáticas de la
práctica profesional.
La transmisión de valores éticos entendida
como educación requiere también la búsqueda
de métodos, vías y procedimientos
que la hagan más eficaz y efectiva como para hacer
realidad el ideal de hombre que
cada época traza.
Por eso, cada organización necesita contar con
una estrategia en
correspondencia con los principios ideológicos sobre los
que se erige y pretende consolidarse y que incluya el tipo de
personalidad que aspira a obtener de sus trabajadores, esto
último se convierte en una necesidad; dentro de dicha
estrategia juega un papel esencial el desarrollo de los valores
ético-profesionales con la participación activa de
la Escuela.
Según Alicia Sierra Salcedo (2003) Smirnov,
Rubinstein, Leontiev, Abuljánova y Ansiferova consideran
"la personalidad es, desde el punto de vista psicológico,
el resultado de la interrelación de múltiples
influencias del medio social donde el individuo se desarrolla
sobre determinados presupuestos
individuales, se forma se transforma y se desarrolla
paralelamente con el hombre".
(Modelación y estrategia: Algunas consideraciones desde
una perspectiva pedagógica. Compendio de Pedagogía. Editorial Pueblo y
Educación. 2003. p. 311)
Una vía adecuada de llevar a la práctica
la influencia educativa que facilite el desarrollo de valores es
la organización de acciones en función de las
exigencias del presente y del futuro. No puede emprenderse tal
proyecto si no se han delimitado problemas,
escogido programas y
planes que solucionen dichos problemas y faciliten actitudes
tendenciosas al progreso de la organización.
Fundamentos de
partida de la investigación educativa para el desarrollo
de valores.
En las condiciones actuales la educación en
valores requiere de investigaciones
que perfeccionen su desarrollo teniendo en cuenta que se trata de
un fenómeno complejo y dinámico del que dependen
muchas soluciones a situaciones de la comunidad
debiéndose considerar como fundamentos de partida los
siguientes elementos:
- Enfoque integrador, que supone un estudio del entorno
que desarrolle el objeto de investigación, reconociendo
las influencias que ejerce así como su comportamiento en diferentes momentos. Se trata
de un fenómeno muy cambiante y las condiciones que
favorecen o entorpecen el desarrollo de proyectos educativos
deben ser punto de partida para el diseño de acciones
educativas de potencien las fortalezas y minimicen los
obstáculos. - Caracterización objetiva-subjetiva del objeto
de estudio, la que responde al protagonismo de los
participantes que transforman el medio con sus actitudes y
criterios en correspondencia con la existencia del problema. Si
el objeto es la formación continua de los trabajadores
es imprescindible conocer y considerar el nivel de motivación de los individuos hacia la
profesión y a partir de ello hacerlos participantes
activos. - La relación teoría-práctica como
vinculación de lo facto-perceptible con lo
teórico-histórico teniendo en cuenta que las
influencias educativas están dirigidas a desarrollar un
profesional con determinadas características personales
en las que se insertan los valores que autorregulan su conducta
de forma consciente en dependencia de la apreciación que
tengan de la práctica en que se desarrollan.
En resumen, lo anterior debe responder a:
- ¿En qué sujetos vamos a desarrollar los
valores profesionales? - ¿Qué valores poseen esos
sujetos? - ¿Qué valores vamos a
desarrollar? - ¿Qué influencias tendremos en
cuenta? - ¿Qué escenario
utilizaremos? - ¿Quienes van a desarrollar el proyecto
educativo? - ¿Qué principios psicopedagógicos
considerar? - ¿Para qué vamos a desarrollar el
proyecto educativo?
La práctica
investigativa a partir de la experiencia en el Hotel La
Unión en Cienfuegos.
Las etapas de desarrollo de la estrategia educativa
comienzan con la Reunión de Apertura considerada por la
autora como una entrevista
grupal con el objetivo de explicar las fases de
conformación de la propuesta educativa ante la necesidad
social de alcanzar una sólida ideología empresarial y recopilar información acerca de la aceptación
y conveniencia de desarrollar una propuesta educativa sobre
valores ético-profesionales.
El diagnóstico: Es necesario durante esta
etapa determinar las áreas directas y las áreas
acompañantes en las que se determinan los valores
específicos con sus indicadores de desarrollo. En este
caso se consideran como directas: la dirección,
alojamiento (recepción y comercialización), alimentos y
bebidas, cocina y ama de llaves y como acompañantes:
aseguramiento, recursos
humanos, economía y mantenimiento.
Esta clasificación responde a la distancia del turista
durante la prestación de servicios.
Esta etapa incluye la determinación de actitudes
positivas y negativas presentes en la organización que son
incluidas en el contenido de las acciones educativas que conforma
el proyecto.
Como paso previo al desarrollo de la propuesta se
identifican los valores ético-profesionales que
según la consideración del colectivo han ser
desarrollados: en este caso son profesionalidad, honestidad,
espíritu de equipo, responsabilidad en el trabajo y
hospitalidad, lo que se determina luego de aplicar técnicas
de reducción de listados.
También es preciso que los participantes
identifiquen los valores seleccionados como compartidos o
deseados por la organización, pues su tratamiento es
diferente en la propuesta educativa, los primeros se fortalecen y
los segundos se desarrollan.
La estrategia educativa para el desarrollo de valores
ético-profesionales: Es la expresión de la
correspondencia de la misión, visión y objetivos
empresariales y cómo deben ser desarrollados los valores
que sustentan los resultados de la gestión a partir de lo
que se desarrollan los valores ético-profesionales
ajustados a las condiciones concretas de la entidad.
Se trata de desarrollar el valor a partir de la
solución de tareas educativas en forma de taller que
incluyan acciones educativas relacionadas con el puesto de
trabajo; los participantes deben estar conscientes del proceso de
desarrollo del valor y qué hacer para adquirirlo a partir
del uso del debate, la
ejemplificación y las vivencias. Para esto son
recomendables el trabajo en equipo
sin perder de vista que el valor que se desarrolla es
individual.
La organización de los talleres para el debate
requiere de la selección
de los equipos por áreas de desempeño, en
representación de diferentes áreas, por la
jerarquía u otros intereses educativos. No se trata del
trabajo frontal sino de asignación de temas para el debate
posterior a la preparación individual o grupal
según el tema de análisis.
Todas las acciones educativas contienen en forma de
sistema las creencias de la organización, valores de la
organización, normas en las que se sustenta, actitudes
deseables de los trabajadores y conductas laborables adquiridas
durante el desarrollo de los valores. Se incluyen, además,
temáticas generales como comunicación interpersonal hasta las
referidas a situaciones eminentemente profesionales.
La auditoría de la estrategia: Garantiza la
comprobación de su viabilidad y los puntos de mejoramiento
continuo. Evaluar las modificaciones en las valoraciones de los
participantes resulta clave para lo que se recomienda comparar el
diagnóstico inicial con uno final en los que al aplicar
técnicas de análisis científico se demuestre
las potencialidades de la propuesta educativa, incluso su posible
aplicación en otros colectivos.
Lo contenido en estas páginas es, en definitiva,
el resultado de un estudio consciente sobre temas de
educación y específicamente de los valores
ético-profesionales, lo que resulta beneficioso para el
perfeccionamiento profesional de los que lo apliquen y para la
educación en general.
El tratamiento y desarrollo de los valores
ético-profesionales constituye una necesidad porque la
formación de individuos responsables garantiza la
preservación del modelo social
cubano, en este sentido la Escuela juega un papel trascendente si
utiliza la investigación educativa como vía de
correspondencia entre las demandas de la sociedad y las acciones
que organice en consecuencia.
La elaboración de proyectos educativos para el
desarrollo de valores requiere determinar las condiciones
favorables y desfavorables de la organización empresarial
en que se va a desarrollar el proyecto de manera que este
responda a las exigencias del lugar, por ende, cumpla los
objetivos concebidos en el proceso pensado.
El desarrollo de valores constituye un proceso que
necesita determinar etapas y acciones ya que por su
carácter dialéctico pueden presentarse condiciones
que cambien los supuestos establecidos por nuevas alternativas
educativas. No pueden emprenderse proyectos si no se han
delimitado problemas, escogido programas y planes que solucionen
dichos problemas y faciliten actitudes tendenciosas al progreso
de la organización.
El Sistema de Escuelas para el Turismo (FORMATUR) ha
asumido la responsabilidad de elaborar propuestas para el
tratamiento de valores ético-profesionales en las empresas
turísticas teniendo en cuenta su capacidad para influir en
los egresados de dichas escuelas que se mantienen prestando
servicios hoteleros y extrahoteleros.
Uno de los escenarios en que se produce este proceso es
la propia empresa aplicando si se aplican las premisas
teórico-metodológicas validadas por la
práctica educativa y reconociendo el trabajo colectivo
como transformador de individualidades y del propio colectivo a
partir de objetivos previamente determinados y con métodos
que faciliten el éxito del proyecto.
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MsC Irela Barreras Cedeño
Profesora Escuela de Hotelería de
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Profesora Adjunta Universidad de Cienfuegos.
Cuba.