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Historia de la Banca en El Salvador




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    1. Historia
    2. El Banco central de reserva de El
      Salvador
    3. Que tan competitivo es nuestro
      sistema financiero
    4. Hacia donde
      vamos
    5. Que es lo que esta
      pasando
    6. Como elevar el crecimiento
      económico
    7. Que debemos
      hacer

    HISTORIA DE LA
    BANCA DE EL SALVADOR

    En diciembre de 1996. el Congreso Nacional aprobó
    reformas a la Ley del Banco Central de
    Honduras para armonizar su quehacer con las condiciones y
    exigencias del mercado
    financiero. Estas fortalecieron la autonomía e independencia
    de la máxima autoridad
    monetaria hondureña para el cumplimiento de su nuevo
    rol.

    Asimismo, en 1960, fue creado el Banco Central de
    Nicaragua por Decreto Legislativo aprobado el 16 de septiembre, e
    iniciando operaciones el 1
    de enero de 1961, como una institución del Estado con
    autonomía funcional, duración indefinida, patrimonio
    propio y personalidad
    jurídica. La Constitución Política de Nicaragua
    establece que Ci Banco Central es el ente estatal regulador del
    sistema monetario
    y en la Ley Orgánica del Banco se le define como una
    institución descentralizada de carácter técnico.

    A partir de 1961, y después de la
    fundación del Banco Central de Nicaragua, todos los
    países centroamericanos contaron con su banco central,
    siendo uno de los más antiguos en Centro
    América, el Banco Central de Reserva de El
    Salvador.

    EL BANCO CENTRAL
    DERESERVA DE EL SALVADOR

    En El Salvador durante algún tiempo hubo
    tres bancos emisores
    los bancos salvadoreño, Occidental y Agrícola
    comercial funcados en 1885, 1889 y 1895, respectivamente. Las
    actividades de estos bancos eran vigiladas por el Estado
    mediante una serie de leyes y
    reglamentos como la Ley de Bancos de Emisión del 4 de mayo
    de 1889, la Ley del 6 de mayo de 1910, que establecen que los
    bancos están en obligación de suministrar al
    Gobierno los
    datos que sean
    necesarios para arqueos y balances, la Ley Moratoria y Reformas
    de lOS años 1932 y 1933, entre otras.

    No obstante con la aplicación de estas leyes, que
    tenían por objeto acrecentar la confianza del
    público en 05 bancos, no pudo alcanzarse la estabilidad de
    la moneda del país porque faltaba una organización central capaz de regularizar
    el volumen total del
    dinero y del
    crédito
    y al mismo tiempo, mantener la estabilidad externa de la moneda
    nacional.

    Cada uno de los bancos pudo emitir billetes a voluntad
    siempre que mantuviera la cobertura prescrita por la ley. En los
    tiempos de prosperidad, si el precio del
    café
    subía, los bancos disponían de grandes recursos que
    hacía aumentar los créditos. Mientras que por falta de
    previsión, se desperdiciaba la ocasión de acumular
    reservas para hacer frente a los malos tiempos. Las reservas
    hubieran permitido regular el cambio y
    conceder créditos suficientes en las malas épocas,
    cuando más necesidad hubiera de ellos.

    Quedó demostrado el fracaso de esta
    política bancaria cuando bajaron los precios del
    café a consecuencia de la crisis
    mundial, lo que redujo la cantidad de divisas que
    ingresaron al país y obligó a los bancos emisores a
    restringir la cantidad de billetes en circulación y a
    reducir súbitamente el volumen del crédito,
    provocando de esta manera una deflación
    repentina.

    A raíz de esto, no quedó otro remedio que
    promulgar el decreto del 7 de octubre de 1931 declarando la
    inconvertibilidad de los billetes, lo que provocó
    fluctuaciones constantes y violentas en el precio del
    dólar, que llegaron a cotizarse a más del 300% de
    su valor en
    1933.

    Una de las propuestas para subsanar la crisis nacional
    fue la fundación de un banco central. El primer intento
    infructuoso se dio en 1933, cuando el Gobierno de El Salvador
    adquirió las acciones del
    Banco Agrícola Comercial, empeñado en convertirlo
    en el Banco de El Salvador, para que hiciera las funciones de un
    banco central; pero para este tiempo el proyecto no
    llegó a concretarse. Se necesitó de la
    asesoría y ayuda de un delegado del Banco de Inglaterra para
    formular el proyecto que haría realidad la creación
    del Banco Central de Reserva de El Salvador.

    A fines de 1933, el Gobierno de la República le
    encargó al Señor Frederick Francis Joseph Powell y
    a su ayudante Gordon Víctor Richdale, el estudio de las
    condiciones de la economía
    salvadoreña y los procedimientos
    operativos de las instituciones
    de crédito en El Salvador, para que dieran un diagnóstico de la situación
    económica imperante en el país. El Informe Powell
    concluyó que la estructura
    bancaria salvadoreña debería ser organizada sobre
    la base de un banco central, concebido dentro de un sistema
    ortodoxo, tradicionalista, que se encargara de mantener y
    resguardar la moneda y el credito y teniendo la facultad
    exclusiva de emitir billetes.

    Según el Informe Powell, el banco central
    debería ser creado con el objetivo
    principal de controlar el volumen del crédito y la
    demanda de
    medio circulante, para asegurar la estabilidad del valor externo
    del colón, moneda nacional. La creación del banco
    central comprometía al Gobierno a mantener un equilibrio del
    presupuesto
    fiscal y a que
    la institución debería estar libre de influencia
    gubernamental.

    Para establecer una clásica organización
    de la banca central en El Salvador, el Señor Powell
    recomendó normar las condiciones esenciales que
    regirían el funcionamiento de la institución, tales
    como el alto grado de liquidez que le permitiera realizar
    plenamente sus funciones, su capital que
    debería de estar en manos del público y de los
    bancos y la representatividad de los sectores de la
    economía en su Junta Directiva.

    Indicó también el Señor Powell que
    debería depositarse los fondos del Gobierno y de todas sus
    dependencias en el nuevo banco y que los bancos comerciales
    deberían mantener al menos 10% de sus depósitos en
    la Institución con el fin de formar la base para un
    sistema de compensación administrado por el Banco Central.
    También recomendó que debería mantenerse una
    reserva mínima en oro del 30% en
    respaldo a los billetes y obligaciones a
    la vista y que nunca compitiera en forma activa con los bancos
    comerciales. Este proyecto fue planteado al Gobierno el 8 de
    marzo de

    1934,

    El plan presentado
    por el Señor Powell obtuvo la aprobación de los
    sectores público y dio paso a la reforma barcaria El
    Salvador, de acuerdo a principios
    diseñados por el representante del Banco de lnglatera
    Posteriormente, por recornenoacon del Señor Poweli, el
    Gobierno entró en conversaciones con los bancos
    Salvadoreño y Occidental en el sentido de acordar con
    ellos la renuncia al privilegio de emisión de billetes, lo
    mismo que la transferencia de las existencias de oro al BCR que
    respaldaban las emisiones de esos bancos. Todos estos
    trámites fueron indispensables antes de crear el Banco
    Central de Reserva de El Salvador.

    El ‘19 de junio de 1934, se promulgaron la Ley de
    Fundación y los Estatutos o Ley Constitutiva del Banco
    Central de Reserva de El Salvador, cuyas disposiciones fueron
    contenidas en los decretos legislativos números 64 y 65.
    Se le definió el objetivo de asegurar la estabilidad del
    valor externo del colón, para lo que se tomaron las
    primeras disposiciones con el fin de controlar el volumen del
    crédito y del medio circulante, fijando las normas para
    regular adecuadamente la liquidez de los bancos
    comerciales,Según su Ley de fundación, el Banco se
    constituyó como una sociedad
    anónima por el término de treinta años.
    Del total de acciones, 6,000 tuvieron carácter de
    intransferibles y pasaron a ser propiedad de
    la Asociación Cafetalera de El Salvador; 6,000 acciones
    suscritas por el público y 4,500 acciones fueron colocadas
    entre los bancos existentes y por los que en el futuro se
    establecieran en el país, siendo todas transferibles con
    la aprobación de la Junta Directiva del Banco
    Central.

    El Banco Central de Reserva de El Salvador abrió
    sus puertas al público el 1 de julio de 1934 en el
    edificio situado en la segunda calle oriente, en el centro de la
    capital, que actualmente ocupa la Biblioteca
    Luís Alfaro Durán, propiedad de a
    Institución. El oro que los bancos comerciales
    poseían como respaldo del papel moneda en
    circulación, fue concentrado en las bóvedas del
    BCR, en un acto memorable presidido por un Comité
    integrado por el Presidente de la República, General
    Maximiliano Hernández Martínez, el Ministro de
    Hacienda, Doctor Carlos Menéndez Castro; don
    Agustín Alfaro Morán, el Señor William W.
    Renwick y don Luis Alfaro Durán, como miembros
    propietarios de la Junta Directiva y como suplentes, los doctores
    Romeo Fortín Magaña y Miguel Ángel Alcaine y
    don Héctor Herrera.

    La transferencia del oro se efectuó con la
    paridad de dos colones por un dólar, siguiendo la
    recomendación del Señor Powell. Ya en poder del
    Banco fue revaluado, de acuerdo con las disposiciones contenidas
    en la legislación de los Estados Unidos de
    América, promulgadas el 31 de enero de
    1934.

    El producto de
    esta reevaluación se empleó exclusivamente para
    cancelar deudas del Gobierno con los bancos y para la
    creación de fondos especiales para responder por deudas
    malas, estableciendo también una reserva específica
    para prevenir fluctuaciones del cambio. Conforme al
    desenvolvimiento de la economía el tipo de cambio
    se estabilizó buscando su propio nivel estableciendo la
    Junta Directiva el cambio de la moneda nacional en 2,50 por
    ussi.oa, paridad que se mantuvo inalterable por ms de 45
    años.

    Se iniciaron también las gestiones para
    establecer en el interior de la república los servicios des-
    ti nados a atender las funciones que como banco del Estado 10
    asignaba la Ley, agencias que se establecieron en sucursales
    departamentales del antiguo Banco Agrícola Comercial, una
    en Sonsonate y otra en Santa Ana. Después fueron crdendose
    corresponsalías en las cabeceras departamentales de todo
    el país.

    Laboré durante veintisiete años como
    sociedad
    anónima, con un modesto capital, cuyas acciones
    rendían dividendos limitados a un seis por ciento anual,
    independientemente de las utilidades obtenidas.

    Esta austeridad obedecía a que normado el reparto
    de dividen- dos desde su creación, el Banco no
    recibiría presión de
    los socios sobre la dirección de la entidad, impidiendo a la
    vez el lucro y reinvirtiendo las ganancias en líneas de
    financiam lento para impulsar acti vi – dados económicas
    en beneficio del país Durante estos 27 años el
    Banco cumplió estrictamente los fines para los cuales fue
    establecido, asegurando sólidos fundamentos para el
    sistema
    financiero y contribuyendo a cimentar la confianza del
    público en el sistema,

    La bonanza económica de los años 50,
    registré un alza extraordinaria en los precios del
    café en los mercados
    internacionales, el algodón
    se había convertido en un cultivo de primera importancia
    en el país y la industria
    manufacturera era creciente y diversificada con una producción que encontró amplio
    mercado en el país y en Centro América. Sin
    embargo, la expansión del crédito entre 1955 y 1956
    produjo una reducción gradual en el volumen de divisas que
    se agravé con la baja en los precios del café de
    1958. Para 1960, el Banco Central no poseía un instrumento
    legal que le diera la suficiente autoridad para poner fin al
    deterioro de las reservas monetarias y no estaba en condiciones
    de mipedw el drenaje de divisas que continué en los
    primeros meses de 1961. Estas circunstancias ponían en
    peligro la estabilidad de la moneda y afectaban la
    economía en general.

    Así, el Directorio Cívico Militar
    promulgó la Ley de Regulación [temporal el 10 de
    abril de 1961, que se transformé el 30 de mayo del mismo
    año en Ley de Control de
    Transferencias Internacionales. Luego emitió la Ley de
    Reorganización de la Banca Central de la Nación,
    promulgada el 20 de abril de 1961. Como resultado de estas
    disposiciones, la Ley Orgánica decretada el 15 de
    diciembre de 1961, transformé al Banco Central de sociedad
    anónima en entidad del Estado de carácter
    público, con una duración indefinida, con
    personería propia para ejercer derechos y contraer toda
    clase de
    obligaciones. Entre las modificaciones que sufrió la
    estructura del Banco, estuvieron la creación de la Ley
    Monetaria, el establecimiento del Consejo Asesor como organismo
    consultor de la Institución, y la Superintendencia de
    Bancos y otras Instituciones Financieras, con atribuciones
    fiscalizadoras del sistema.

    Las necesidades económicas del momento obligaban
    a enfocar y fortalecer la expansión del sistema bancario y
    el surgimiento de nuevas instituciones financieras que se
    encargaran de hacer un llamamiento al ahorro del
    público y efectuaran operaciones de crédito, con el
    fin de sentar las bases para el desarrollo
    económico del país.

    El Banco Central se convirtió en el coordinador
    entre la política
    fiscal y la monetaria, ejerciendo control sobre el
    crédito, con facultades para actuar como intermediario del
    crédito externo a largo plazo y para ejercer un control
    sobre las transferencias internacionales de fondos.

    Con la creación del Fondo de Desarrollo
    Económico, en noviembre de 1966, se le permitió al
    Banco Central otorgar créditos a plazos mayores de un
    año a entidades de utilidad
    pública, así como a bancos o instituciones
    financieras, aunque sólo con fondos del exterior. Estos
    préstamos a mediano y largo plazo eran destinados a
    impulsar proyectos o
    actividades orientadas a promover el desarrollo del país,
    especialmente en los sectores agropecuario, industrial, turismo, salud y educación. Por otra
    parte, el control de transferencias internacionales de fondos
    evité transitoriamente la fuga de divisas que hacía
    peligrar la balanza de pagos
    y el valor externo de la moneda.

    ‘En 1973, se creó la Junta Monetaria
    mediante Decreto Legislativo aprobado el 23 de agosto de 1973.
    Esta Ley retira al Banco Central la coordinación de la política
    monetaria, convirtiéndose en ejecutor de acuerdos y
    dejando su formulación en manos de los miembros de la
    Junta encabezada por el Presidente de la República, y a a
    que pertenecían los ministros de Económica,
    Hacienda, Agricultura y
    Ganadería,
    el Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Planificación y Coordinación
    Económica y el Presidente del Banco Central de Reserva de
    El Salvador.

    En Marzo de 1980, después de acontecimientos de
    orden político que se registraron a finales de 1979, la
    banca comercial y las instituciones financieras privadas fueron
    nacionalizadas mediante la Ley de Nacionalización de los
    Bancos Comerciales e Instituciones de Ahorro y Crédito,
    con el objetivo de democratizar el crédito. El Banco
    Central continuó trabajando durante la década de
    los 80 como ejecutor de las políticas
    dictadas por la Junta Monetaria.

    En 1989, después de una década de guerra civil y
    de nacionalización bancaria, la economía
    salvadoreña se encontraba inmersa en una aguda crisis
    económica y social reflejada en graves desequilibrios
    macroeconómicos, bajo crecimiento, limitación de la
    actividad productiva privada, situación de violencia y
    dependencia externa. Dentro de este contexto, fue necesario
    reestructurar el marco legal en que se desarrollaba el sistema
    monetario y financiero del país.

    El Banco Central de Reserva desarrolló un papel
    protagónico en la modernización del marco legal
    financiero del país, así como en el fortalecimiento
    y privatización del sistema financiero y el
    programa de
    reformas a dicho sistema.

    El Banco Central presentó anteproyectos para la
    aprobación de una nueva legislación que rigiera el
    sistema financiero salvadoreño. Las leyes aprobadas por la
    Asamblea Legislativa, incluyeron entre otras, la Ley
    Orgánica del Banco Central de Reserva de El Salvador,
    promulgada el 12 de abril de 1991, que define a la
    Institución como una institución pública y
    de carácter técnico, que vela por la estabilidad de
    la moneda y coordina la politica monetaria y mantiene las
    condiciones favorables para la estabilidad de la economía
    nacional

    La Ley fija como sus objetivos
    fundamentales, ejercer con carácter exclusivo la facultad
    de emitir moneda, mantener la estabilidad del valor interno y
    externo de la moneda y su convertibilidad, prevenir o moderar las
    tendencias inflacionarias y deflacionarias, regular la
    expansión del crédito, velar por el normal
    funcionamiento de los pagos internos y externos y propiciar el
    desarrollo de un sistema financiero eficiente, competitivo y
    solvente, entre otros.

    Asimismo, durante la década de 1990, el Banco
    Central promovió el fortalecimiento del marco legal que
    norma las actividades financieras, elaborando anteproyectos y
    proponiendo reformas a las diferentes leyes existentes.
    Así, fueron aprobadas las leyes de Bancos, del Mercado de
    Valores, 0rgnica de la Superintendencia del Sistema
    Financiero, de Creación del Banco Multisectorial de
    Inversiones,
    entre otras, que contribuyeron a modernizar los servicios
    financieros y a fortalecer la supervisión del sistema.

    Para entrar en el nuevo siglo y con la aprobación
    de la Ley de Integración Monetaria, el 30 de noviembre
    de 2000 y su entrada en vigencia, a partir del i de enero de
    2001, se modificaron los objetivos y funciones del Banco Central
    con el fin de adecuarlo nuevamente a las
    circunstancias.

    Esta Ley le retiró la facultad de emitir billetes
    y monedas y la función de
    coordinar la política monetaria, así como
    también, le prohibió otorgar préstamos a los
    bancos, quedando sin cambio el resto de sus funciones.

    Durante sus 70 años de historia, el Banco Central
    de Reserva de El Salvador ha propiciado las condiciones
    macroeconómicas necesarias para el buen desarrollo de la
    actividad económica del país, cumpliendo i05
    objetivos para lOS cuales fue creado.

    El personal de la
    Institución, fundamentando sus funciones en su plataforma
    de valores,
    honestidad,
    lealtad, responsabilidad, productividad y
    respeto, ha
    contribuido día a día a hacer del Banco Central una
    institución sólida y eficiente en el cumplimiento
    de su misión de
    promover la estabilidad y el desarrollo del sistema financiero,
    consolidar la integración monetaria y generar y divulgar
    información económica, en beneficio
    de la población salvadoreña.

    ¿QUE TAN
    COMPETITIVO ES NUESTRO SISTEMA FINANCIERO?

    La capacidad del sistema financiero de contribuir al
    desarrollo del país depende de varios factores,
    principalmente su capacidad de moviHzar un volumen alto de
    recursos a un costa bajo, su margen de intermed iación (la
    diferencia entre lo que los bancos pagan por los depósitos
    y lo que cobran por los créditos), su capacidad para
    financiar inversiones de largo plazo, la posibilidad de prestar
    servicios financieros sofisticados, la capacidad de ajuste a
    condiciones cambiantes y la existencia de buenos proyectos. En
    esta sección examino qué tan competitivo es nuestro
    sistema bancario de acuerdo a estos indicadores.

    La capacidad de movihzar recursos en gran voWmen a
    costos
    financieros bajos. El Salvador se encuentra dentro de los
    líderes de la América
    Latina en este respecto. En los dos últimos
    años, las tasas de El Salvador han competido con las de
    Chile como las dos más bajas de la región. Pero el
    punto no sólo es qué tan bajas son las tasas sino
    cuántos recursos movilizan.

    ¿HACIA DONDE
    VAMOS?

    El sistema bancario de El Salvador nació en medio
    de las enormes transformaciones que el pais tuvo en su
    conversión al cultivo del café. En los años
    anteriores el país dependía para sus divisas de las
    exportaciones de
    añil y la mayor parte de la población vivía
    de este y de los productos
    primarios tradicionales, principalmente maíz y
    frijoles. A mediados del siglo XIX los precios del producto
    principal de exportación, el añil, comenzaron a
    caer irremisiblemente como consecuencia de la invención de
    los colorantes sintéticos.

    Cuando nuestros antepasados decidieron sustituir al
    añil con el café se encontraron con dos
    dificultades principales, La primera era la estructura de
    propiedad de la tierra que
    habíamos heredado de la época colonial. Aunque
    había haciendas privadas, gran parte del territorio
    nacional estaba asignada como ejidos y tierras comunales-tierras
    que pertenecían a las comunidades, que anualmente las
    asignaban a sus miembros para que las cultivaran.1

    Esta estructura de propiedad, que podía funcionar
    con cultivos anuales, no se prestaba a cultivos permanentes como
    el café. Era necesario, pues, cambiar la estructura de la
    propiedad de la tierra y
    así se hizo con las leyes de extinción de los
    ejidos y tierras comunales, que otorgó la propiedad de
    éstas tierras a las personas que sembraran café en
    ellas. La segunda dificultad era la necesidad de financiamiento. El café tarda años
    en producir de tal forma que el productor necesita financiarse
    hasta el momento cte la primera cosecha. Esto llevó a la
    creación de los bancos, que comenzaron su vida financiando
    el café. En combinación, el proceso
    produjo una fragmentación de la sociedad:

    la tierra pasó a la propiedad de aquellos que
    pudieron sembrar café y financiarlo, mientras que la mayor
    parte del resto de la población rural quedó
    reducida a trabajar en las plantaciones de café con
    ingresos muy
    bajos ya que el cultivo del café requería de
    grandes cantidades de mano de obra con salarios bajos
    para ser rentable. La sociedad pasó de una
    organización arcaica-el sistema feudal de las propiedades
    comunales-a otra organización igualmente arcaica: la
    separación de dos estratos de la sociedad, separados por
    una frontera que
    era casi imposible de traspasar. Aunque hay historias de gente
    que nació en la pobreza, como
    cortadores de café, y terminaron sus vidas como exitosas
    cafetaleras, estas historias son poco comunes, más bien
    raras.

    Otra consecuencia de las características del
    cultivo del café fue la poca importancia que el estado dio
    a la
    educación de ambos estratos de la población. El
    manejo de una plantación de café requería de
    muy poca formación y, en realidad, de muy poca
    dedicación. Educar a los trabajadores no era visto como
    algo esencial ya que no se requiere ninguna preparación
    para sembrar, mantener y cosechar el café.

    La diversificación de la economía no era
    bien vista tampoco, ya que la competencia de
    otros sectores por la mano de obra sólo podía
    resultar en detrimento del café ya que tendería a
    subir los salarios. En un negocio en el que los productores no
    controlan el precio de venta, las
    utilidades sólo pueden obtenerse manteniendo los costos
    bajos, que, en el caso del café en una sociedad como la
    nuestra significaba mantener bajos los salarios de losjornaleros.
    Los bajos salarios de los obreros no afectaban la demanda del
    café porque éste se vendía afuera. En este
    ambiente, la
    fragmentación de la sociedad se
    auto-perpetuó.

    Esto, en realidad, no era nada nuevo. La sociedad
    fragmentada había existido por siglos no sólo en El
    Salvador sino también en Europa. Pero en
    Europa esto estaba cambiando.

    café con la mentalidad de tiempos pasados,
    contemplando sólo las posibilidades que la vieja
    economía preindustrial y agraria los presentaba. Pensaron
    en sustItuIr un monocultivo con otro monocultivo y eso fue lo que
    hicieron. Inmersos en el ambiente del país, no vieron lo
    que estaba pasando en el mundo a su alrededor y perdieron la
    oportunidad de dar un salto a otro tipo de sociedad.

    La sociedad entera se tornó a girar alrededor del
    café y la industrialización-que en ese momento
    hubiera sido mucho más fácil porque el proceso
    estaba iniciándose en la mayor parte de los países
    ahora industrializados con pequeñas industrias que
    eran poco más que talleres-no se dio.3

    De allí en adelante industrializarse se
    volvió cada vez más difícil. La industria se
    fue volviendo más compleja, los pequeños talleres
    se fueron volvíendo grandes empresas y las
    habilidades necesarias para manejar industrias se fueron
    convirtiendo en ingenierías sofisticadas.

    El proceso de aprendizaje
    industrial, que en los países que entraron temprano al
    proceso fue gradual, se convirtió en un enorme salto para
    los países que llegaron tarde.4 Al mismo tiempo, en el
    país se descuidaron los factores que llevaban al éxito
    en la nueva economía industrial en favor de los que
    aseguraban el éxito del café. De esta forma, el
    país se perdió la Revolución
    Industrial y quedó condenado a ser un país del
    Tercer Mundo. El sistema bancario, que nació con el
    café, hubiera nacido para muchos otros propósitos
    también.

    Por un sglo, El Salvador se mantuvo como una sociedad
    estática-una economía basada en el
    monocultivo, autoexcluida de las dos grandes corrientes de los
    siglos XIX y XX, la Revolución
    Industrial y de la democracia,
    que, como el resto de la América Latina, se estancó
    en un orden social vertical, caracterizado políticamente
    por regímenes militares y económica y socialmente
    por una aguda fragmentación de la sociedad en una
    pequeña elite urbana con acceso a los beneficios de la
    modernidad y una
    masa enorme de población rural que tradicionalmente ha
    estado fuera de dichos beneficios.

    Los cambios empezaron muy tímidamente en los
    años sesenta, con la creación del Mercado
    Común Centro Americano, que generó un
    pequeño sector industrial en el país. Esta
    tímida industrialización, sin embargo, no
    cambió la forma básica de la sociedad. Basado en el
    proteccionismo contra la competencia de fuera del área, el
    Mercado Común generó una industria que podía
    funcionar sólo detrás de los altos aranceles
    impuestos a
    los productos de afuera, que le permitía vender productos
    más caros y de menor calidad que los
    disponibles en los mercados internacionales. Por esta
    razón, la industria no era competitiva afuera del
    área, y podía crecer sólo en Centro
    América. Dado el pequeño tamaño del mercado
    centroamericano, que no permitía economías de
    escala, la
    industria se concentró en algunos pocos productos de
    consumo y se
    desarrolló dopen-

    diendo de insumos importados. Debido a que no era
    competitiva por la protección, la industria misma no
    podía generar las divisas para importar dichos insumos. El
    resultado fue que el crecimiento de la industria dependía
    de las divisas que generara el resto de la economía, que,
    en el caso de El Salvador, significaba las divisas que generaran
    las exportaciones de café. Es decir, aun con el desarrollo
    de la industria, el país seguía dependiendo de un
    monocultivo, de tal forma que la economía crecía
    cuando los precios del café estaban altos y había
    una cosecha grande y se estancaba cuando los ingresos del
    café disminuían. Socialmente, la industria de esos
    años generó poco empleo en
    coreparación con el creado en el sector agropecuario, de
    tal manera que los ingresos de la población siguieron
    atados a los del café-directamente y a través de la
    dependencia de la industria de las divisas generadas por las
    exportaciones de café. Esta era la situación del
    país en 1979-un país estático, organizado
    verticalmente-poco antes de comenzar la guerra.

    La respuesta es que el mundo está experimentando
    una revolución tecnológica similar en su impacto a
    la Revolución Industrial que empezó en Inglaterra
    hace poco más de doscientos años. En su Corta
    vida-comenzó hace apenas unos veinte años-esta
    nueva revolución ya está transformando al mundo de
    una manera radical y muy rápida.

    Esta revolución está propulsada por la
    conectividad-el arte de coordinar
    tareas complejas a distancia, que ha emergido como consecuencia
    del matrimonio de las
    computadoras,
    las telecomunicaciones y los medios de
    transporte
    rápido que se desarrollaron al final del siglo pasado.
    Como una verdadera revolución, ésta está
    cambiando la dirección del progreso humano, abriendo
    oportunidades insospechadas para mejorar las condiciones de vida
    de todos los habitantes del planeta.

    La Revolución Industrial hizo esto multiplicando
    la fuerza del
    músculo con maquinarias físicas; la
    Revolución de la Conectividad lo está haciendo a
    través de multiplicar el poder de la mente, Esto lo hace
    de muchas maneras, todas relacionadas con la posibilidad de
    formar redes de
    personas trabajando a distancia y unidos electrónicamente.
    La coordinación de mentes en tiempo real (es decir,
    instantánea) permite no sólo transmitir sino
    aumentar el
    conocimiento en proyectos de
    investigación, sino también coordinar
    operaciones sumamente complejas- tales como procesos de
    producción, financiamiento, mercadeo y
    distribución-alrededor del
    mundo.

    Dada esta posibilidad, actores económi – cos en
    todos los países están tomando ventaja de ellos
    para diseñar mejores productos, para producirlos en donde
    es más barato hacerlo y venderlos con ventaja en los
    lugares en donde pagan mejor por ellos. El mundo se ha convertido
    en un solo espacio económico integrado en cadenas de
    producción coordinadas tan eficientemente corno si
    estuvieran en un solo espacio físico. Esto está
    aboliendo fronteras y redefiniendo sociedades y
    economías tan profundamente que el mundo dentro de veinte
    o treinta años será tan distinto del nuestro como
    las sociedades industriales lo fueron de las feudales,

    Esto es lo que ha generado la nueva globalización de la economía- que
    contra lo que mucha gente piensa, no es un fenómeno del
    comercio sino
    de la producción. En realidad, el comercio
    internacional ha aumentado como proporción de la
    producción mundial con respecto a lo que era a mitades del
    siglo XX. Sin embargo, este aumento es sobre los disminuidos
    volúmenes de comercio que se dieron en esa época
    como resultado de las políticas proteccionistas que
    caracterizaron la mayor parte del siglo pasado.

    En este momento, la relación del comercio
    internacional a la producción total del mundo es alrededor
    de 26%, apenas 5 puntos arriba de lo que era en 1913 (21%), antes
    de que el proteccionismo tomara vigencia mundial. En esa
    época, sin embargo, el comercio internacional era
    primordialmente de materias primas fluyendo de los países
    en desarrollo a los desarrollados y de bienes
    terminados que fluían en sentido contrario y entre los
    países desarrollados.

    Ahora el comercio internacional es parte de las cadenas
    de producción que antes estaban en un solo país.
    Bienes intermedios, que antes pasaban de una sección a
    otra en una fábrica, ahora viajan miles de
    kilómetros para pasar entre dichas secciones, tomando
    ventaja de las deferencias en costos de pro-

    deducción en los distintos lugares. Esto ha
    abierto la oportunidad, por primera vez en la historia, de que
    los países en desarrollo se integren a las cadenas de
    producción mundial, no con materias primas
    únicamente, sino con productos intermedios y finales. Hace
    posible también que dichas oportunidades las aprovechen no
    sólo las empresas grandes sino también las
    pequeñas, abriendo la posibilidad de generar un
    crecimiento de abajo hacia arriba.

    Al mismo tiempo. el conocimiento y
    el aprovechamiento de la coordinación a distancia se han
    convertido en la fuente principal de riqueza, de tal forma que
    los precios de los productos que requieren conocimiento para
    producirlos está subiendo y el de los que no lo requien
    está bajando. Esto es lo que explica la caída de
    los precios del café y los otros productos tradicionales
    del país. Pero la revolución misma se manifiesta
    dentro de los mismos productos. Como ejemplo de esto, mientras
    que los precios del café oro han caído los precios
    de la taza de café y de los paquetes de café en los
    mercados de consumo no han bajado y en realidad han aumentado.
    Esto es porque dentro del mismo producto las actividades que
    requieren conocimiento y habilidad de coordinación-el
    diseño
    del producto que se enirega al consumidor y la
    habilidad de entregarlo a tiempo en el lugar en el que la demanda
    es más rentable-están aumentando su
    participación en el ingreso generado por la venta
    final.

    La caída de los precios de las actividades que no
    requieren conocimiento también tiene manifestaciones en os
    países desarrollados. La Gráfica 11 muestra
    cómo los salarios reales de los obreros no
    calificados-

    ¿QUE
    ES LO QUE ESTA PASANDO?

    Esta tendencia, como la de los precios de 105 productos
    primarios, no es algo pasajero. Es la otra cara de la medalla del
    surgimiento de la economía del conocimiento y la
    coordinación a distancia y, por lo tanto, aunque puede
    haber incrementos temporales de precios en los productos
    primarios, la tendencia central es a que disminuyan o a lo
    más se mantengan.

    Esto plantea retos enormes a los países en
    desarrollo, que han dependido de los productos primarios por
    siglos enteros. Hasta la industria en estos países ha
    dependido de las divisas generadas por os productos primarios
    para poder importar sus materias primas y materiales
    intermedios. Si no transformamos nuestra economía para que
    genere más valor agregado de conocimiento y

    Logística nos encontraremos en una
    situación de ingresos declinantes, con todas las terribles
    consecuencias que esto implicaría

    Pero la Revolución de la Conectividad, al mismo
    tiempo que pone este reto formidable, provee los mecanismos para
    que podamos He- var a cabo a transformación necesaria para
    tomar ventaja de ella. El Internet ha facilitado la
    educación y el aprendizaje de
    la coordinación de actividades complejas a niveles nunca
    antes alcanzados. Por otro lado, ha abierto la posibilidad de que
    empresas pequeñas e incluso individuales puedan acceder
    directamente a los mercados mundiales más rentables-una
    oportunidad que los países en desarrollo nunca tuvieron.
    Por ejemplo, la conectividad permite que productores
    pequeños puedan vender directamente su café a los
    consumidores en los países consumidores. A través
    de esto, la conectividad puede convertir a la pequeña
    empresa en el
    motor
    eco-

    nómico del país, generando desarrollo
    regional y eliminando la fragmentación económica y
    social que aqueja al país. Además, la conectividad
    abre oportunidades para aumentar drásticamente la
    productividad a través de simplificar los procesos
    productivos y la interacción del sector privado con el
    gobierno. Con respecto al gobierno, ¡a conectividad le
    permite acercar sus servicios a la ciudadanía, incrementando al mismo tiempo
    la calidad y vohimen de éstos, de tal forma que el
    ciudadano se vuelve el centro de las actividades gubernamentales.
    Ei resultado es a posibilidad de dar un salto cualitativo que
    aumente rápidamente el nivel de ingresos del país,
    elimine la segmentación económica y social que
    ahora lo aflige y lo ponga firmemente en el camino a convertirse
    en una sociedad del Siglo XXI. Es decir, la conectividad pone el
    desafío y da las herramientas
    para superarlo.La Gráfica 12 muestra cómo la
    Revolución de la Conectividad y sus consecuencias en los
    precios de los productos de acuerdo al conocimiento que incluyen
    están creando una nueva brecha de ingresos, similar a la
    causada por la Revolución industrial. En el último
    cuarto del siglo XX el ingreso per-capita de los países
    industriales-que son los que producen los bienes con más
    contenido de conocimiento-aumentó en una cantidad que es
    3.6 veces el ingreso total per capita de los países de
    medianos ingresos y en 10

    La sociedad entera se tornó a girar alrededor del
    café y la industrialización-que en ese momento
    hubiera sido mucho más fácil porque el proceso
    estaba iniciándose en la mayor parte de los países
    ahora industrializados con pequeñas industrias que eran
    poco más que talleres-no se dio.3 De allí en
    adelante industrializarse se volvió cada vez más
    difícil. La industria se fue volviendo más
    compleja, los pequeños talleres se fueron volviendo
    grandes empresas y las habilidades necesarias para manejar
    industrias se fueron convirtiendo en ingenierías
    sofisticadas.

    El proceso de aprendizaje industrial, que en los
    países que entraron temprano al proceso fue gradual, se
    convirtió en un enorme salto para los países que
    legaron tarde.4 Al mismo tiempo, en el país se descuidaron
    los factores que llevaban al éxito en a nueva
    economía industrial en favor de los que aseguraban el
    éxito del café. De esta forma, el país se
    perdió la Revolución Industrial y quedó
    condenado a ser un país del Tercer Mundo. El sistema
    bancario, que nació con el café, hubiera nacido
    para muchos otros propósitos también.

    Por un siglo, El Salvador se mantuvo como una sociedad
    estática-una economía basada en el monocultivo,
    autoexcluida de las dos grandes corrientes de los siglos XIX y
    XX, la Revolución Industrial y de la democracia, que, como
    el resto de la América Latina, se estancó en un
    orden social vertical, caracterizado políticamente por
    regímenes mil ita- res y económica y socialmente
    por una aguda fragmentación de la sociedad en una
    pequeña dite urbana con acceso a los beneficios de la
    modernidad y una masa enorme de población rural que
    tradicionalmente ha estado fuera de dichos beneficios.

    Los cambios empezaron muy tímidamente en los
    años sesenta, con la creación del Mercado
    Común Centro Americano, que generó un
    pequeño sector industrial en el país.

    Esta tímida industrialización, sin
    embargo, no cambió la forma básica de la sociedad.
    Basado en el proteccionismo contra la competencia de fuera del
    área, el Mercado Común generó una industria
    que podía funcionar sólo detrás de los altos
    aranceles impuestos a los productos de afuera, que le
    permitía vender productos más caros y de menor
    calidad que los disponibles en los mercados internacionales. Por
    esta razón, la industria no era competitiva afuera del
    área, y podía crecer sólo en Centro
    América. Dado el pequeño tamaño del mercado
    centroamericano, que no permitía economías de
    escala, la industria se concentró en algunos pocos
    productos de consumo y se desarrolló dependiendode insumos
    importados. Debido a que no era competitiva por la
    protección, la industria misma no podía generar las
    divisas para importar dichos insumos.

    El resultado fue que el crecimiento de la industria
    dependía de las divisas que generara el resto de la
    economía, que, en el caso de El Salvador, significaba las
    divisas que generaran as exportaciones de café. Es decir,
    aun con el desarrollo de la industria, el país
    seguía dependiendo de un monocultivo, de tal forma que la
    economía crecía cuando los precios del café
    estaban altos y había una cosecha grande y se estancaba
    cuando los ingresos del café disminuían.
    Socialmente, la industria de esos años generó poco
    empleo en comparación con el creado en el sector
    agropecuario, de tal manera que los ingresos de la poblacion
    siguieron atados a los del café-directamente y a
    través de a dependencia de la industria de las divisas
    generadas por las exportaciones de café. Esta era la
    situación del país en 1979-un país
    estático, organizado verti – calmente-poco antes de
    comenzar la guerra.

    La estructura que se había formado en El Salvador
    en los 1880s comenzó a derrumbarse con la caída de
    largo plazo de los precios de los productos primarios que
    comenzó casi un siglo después.

    COMO ELEVAR EL
    CRECIMIENTO ECONOMICO

    Hay varias cosas que debemos entender para poder
    integrarnos a esta revolución y acelerar el crecimiento de
    la economía nueva.

    En primer lugar, las estrategias de
    desarrollo ya no pueden ser las mismas que antes de que esta
    revolución apareciera. Seguir apostando a los mismos
    productos en vez de a una diversificación basada en a
    conectividad con los mercados extranjeros sólo
    acelerará la caída. Hay que apostar a caballo
    garlador, no perdedor.

    Segundo, la introducción de la conectividad no es un
    problema de informática sino uno de transformar
    completamente la manera en la que operamos económica y
    socialmente, creando redes humanas que den sentido a las redes
    electrónicas. Por esta razón, no estamos hablando
    de instalar computadoras ni de acciones parciales. Lo que se
    requiere es un cambio radical de (a sociedad entera, de integrar
    a los ciudadanos ahora marginados a los beneficios de la sociedad
    moderna, de cambiar nuestra mentalidad para integrarnos a la
    economía del conocimiento. Los técnicos proveen las
    posibilidades, e implementan lo que se les pida. La tarea que
    tenemos enfrente es diseñar los procesos de cambio para
    que los técnicos los implementen.

    Tercero, por estas razones, la creación de
    redes de conectividad debe ser el eje de la política de
    país, la primera prioridad en nuestro futuro.

    La buena noticia en este respecto es que dar prioridad a
    esta introducción no disminuye las prioridades de otras
    actividades necesarias porque la inversión en conectividad no es un fin en
    sí misma sino que se vuelve concreta sólo cuando se
    aplica a resolver los problemas que
    aquejan al país. Así, por ejemplo, conectar a una
    artesana de 1 (obasco para que pueda exportar directamente a los
    hermanos lejanos es una inversión en exportaciones, en
    generar desarrollo local, en mejorar la distribución del
    ingreso y en promover la empresa
    pequeña. De lo que estamos hablando es mejorar la manera
    en la que hacemos las cosas, para que seamos más
    productivos.

    Cuarto, debemos usar las redes
    electrónicas para resolver de una vez por todas el
    problema de fragmentación social que heredamos de nuestros
    tiempos feudales. Haciendo esto no sólo vamos a volver
    másjusta la sociedad en la que vivirnos sino que la vamos
    a hacer mas próspera porque los recursos ahora
    desperdiciados por la desconexión de gran parte de la
    población se convertirán en el motor de la
    economía del país.

    Los esfuerzos serán más productivos si
    todos participamos que si tornamos la actitud
    tradicional de que la marginación es sólo un
    problema social y no económico. Pero debemos estar
    conscientes de que promover la pequeña empresa en
    actividades declinantes, o con enfoques del pasado-algunos de los
    cuales buscan privilegiar a la pequeña empresa porque es
    pequeña, no porque puede ser productiva y el motor de la
    economía entera-no van a funcionar. La gran ventaja de la
    pequeña empresa en la era de la conectividad es su
    flexibilidad para ajustarse rápida y rentablemente a los
    cambiantes nichos de mercado. Esto es lo que se debe buscar: que
    nazcan y crezcan empresas capaces de encontrar nichos y
    explotarlos mientras existan y luego cambiar a otros.

    Quinto, debemos estar conscientes de que la
    transformación requerida no es fácil. Si fuera
    fácil, la riqueza no estaría allí, En los
    mercados cada vez más competitivos, el trabajo
    duro es algo que se toma por descontado para tener éxito.
    Tenernos que cambiar nuestra mentalidad de lo que son los
    negocios en
    esta nueva era de la conectividad.

    El cambio de mentalidad que es necesario empieza por el
    concepto de
    progreso. En la era industrial el concepto de progreso era el de
    una economía basada en grandes empresas industriales con
    gigantescas instalaciones. Este progreso estaba muy lejos de
    nosotros. Tomaría décadas sin fin, quizás
    siglos, para acumular el capital físico necesario para
    equipar una economía de este tipo.

    Además, hay un problema que no hemos mencionado
    hasta este momento: China. Ese
    país es tan grande y tan pobre, con salarios tan
    increíblemente bajos, que está compitiendo con
    precios de productos sencillos industriales-en los que nuestro
    nivel de desarrollo podríamos producir-que son más
    bajos que los que son factibles en casi todo el resto del
    mundo.

    La mayor parte del precio final. Con un buen entrenamiento,
    por ejemplo, los productores de verduras pueden distribuir
    directamente a domicilio en las ciudades grandes, diaria o
    semanalmente.

    Generar un sistema de con tratos para darle seguridad al
    agricultor pequeño. Gran parte de los problemas de los
    productores pequeños es que no tienen seguridad en la
    venta ni acceso a los mercados, por lo que caen en manos de
    toponeros que les pagan precios bajos por sus
    productos.

    Una vez integrados a una red de agricultores
    pequeños, es fácil asociarlos para que tengan
    centros de acopio (reales o virtuales) que les ayuden en a
    distribución de sus productos, y crear un sistema de
    contratos de
    entrega a dichos centros, que les permitiría financiar sus
    cosechas en el sistema financiero (ya que el contrato
    sería una buena garantía para los préstamos
    de Calpia y otras instituciones similares). Como ya hay convenios
    de algodón, maíz, sorgo y arroz con los usuarios
    industriales, la conectividad y los acopios reales o virtuales
    asegurarían que dichos convenios beneficien a los
    agricultores pequeños.

    Hay miles de ejemplos más que ilustran
    cómo la conectividad puede irrigar directamente los
    sectores más débiles de nuestra
    sociedad.

    Al mismo tiempo que las redes electrónicas pueden
    generar oportunidades económicas pueden también
    facilitar la provisión de servicios sociales, con medicina a
    distancia-que permite que pacientes en unidades de salud lejanas
    puedan ser atendidos por médicos en hospitales centrales-y
    la educación a
    distancia. Además, las redes electrónicas
    permitirían que proveer otros servicios y realizar
    trámites a la distancia, rebajando así los costos
    de transacción de la población, un requisito
    esencial para lograr competitividad.

    Es importante notar que el integrarnos a la era de la
    conectividad no es un problema de instalar computadoras y hacer
    programas para
    que ellas las usen y se conecten. Esa es la parte más
    fácil de todo. La integración requiere un trabajo
    exhaustivo para poner en su lugar todas las condiciones para que
    nuestra empresa pequeña y fuera de San Salvador pueda
    exportar o vender localmente sus productos sin
    intermediarios-mejorar los caminos, entrenar a la gente en el uso
    de las computadoras y en las habilidades necesarias para hacer
    negocios a distancia-y en generar las redes humanas que den el
    contenido real de las electrónicas. Muy importantemente,
    es necesario entrenar a la población a trabajar en equipo,
    coordinadamente, para que lo puedan luego hacer a
    distancia.

    La falta de caminos que nos aqueja actualmente no nos
    debe impedir el proceso de integración electrónica. La falta de caminos para
    carretas en algunos lugares no debe de prevenir el uso de
    camiones en las carreteras ya existentes.

    La falta de un buen correo no debe de impedir que se
    instalen teléfonos. Hay suficiente gente en lugares con
    buenos caminos como para que nuestra tasa de crecimiento aumente
    considerablemente si esta gente se globaliza, proporcionando
    nuevos recursos que luego servirán para seguir integrando
    a los demás. No hay excusa, por ejemplo, para no integrar
    a los artesanos de Ilobasco y lugares similares, o a los
    productores agrícolas que trabajan cerca de carreteras y
    caminos buenos, o a la pequeña empresa urbana. La
    existencia de los hermanos lejanos provee otra ventaja: para
    vender a otras personas en el extranjero puede ser necesario
    cambiar los diseños de los productos pero no en el caso de
    ellos, que lo que quieren son los productos y artesanías a
    los que ellos están acostumbrados.

    El futuro está entonces en usar la conectividad
    para desarrollar la empresa pequeña del país,
    conectándolos al mundo y entrenándolos y
    dándoles las facilidades para que puedan vender en
    Internet. Con esto no sólo generaremos crecimiento, sino
    que lo haremos de abajo hacia arriba, canalizando los ingresos a
    los que han estado marginados de la sociedad por muchos
    años. La conexión en sí misma
    elevaría los ingresos de nuestro país y
    principalmente los de la gente ahora marginada. Hay un mercado
    para cada nivel de conocimiento y todavía no estamos
    explotando el nuestro-principalmente lo que sabemos de los
    hábitos, demandas y localización de nuestros
    hermanos lejanos. Pero esto no daría un progreso
    sostenible en el futuro si no se acompaña por un programa
    de educación que alimente la capacidad de la
    población de usar conocimientos en sus actividades
    productivas. Esta educación debe contener no sólo
    conocimientos técnicos sino también la
    transmisión de habilidades para buscar información
    y para coordinar tareas complejas a distancia.

    EL SISTEMA
    FINANCIERO DEL PAIS

    Con la excepción del período de
    nacionalización, la banca salvadoreña fue
    tradicionalmente una banca sólida, manejada con mucha
    prudencia, y el resultado fue que consistentemente el nivel de
    intermediación (el cociente de sus depósitos al
    PIB) de los
    bancos del país fue mucho más alto que el promedio
    de la América Latina. Esta prudencia era frecuentemente
    criticada en el pasado, notando que los bancos concentraban sus
    operaciones en las actividades tradicionalmente prominentes del
    país-el café, las industrias grandes y el
    comercio.

    Este problema surgía de dos factores principales.
    Primero, el país vivía dentro de un sistema de
    control de la tasa de
    interés, de tal forma que los bancos ganaban la misma
    tasa de interés
    prestando a actividades seguras que a actividades inseguras en
    las que podían tener pérdidas. Segundo, como
    discutí antes, la economía del país era
    rígida y conservadora, de tal forma que había pocos
    proyectos que financiar que no se enmarcaran en los sectores
    tradicionales,

    En realidad, cuando había proyectos rentables,
    corno 8 expansiones de la industria de los años sesenta,
    los bancos locales proveyeron financiamiento efectivo. En parte,
    esta crítica
    llevó a la nacionalización de la banca de los
    años ochenta, con resultados desastrosos, ya que los
    proyectos que la banca financió en esta época
    fracasaron en tal número que para el principio de los
    noventa los bancos estaban quebrados técnicamente.
    Financiar proyectos por financiarlos no es una manera racional de
    manejar un sistema financiero y hacerlo así sale mucho
    más caro que no financiar nada. Por esta razón, si
    el país no genera proyectos rentables y consistentes con
    el rumbo que está tomando la economía
    mundial corremos el peligro de que, con todas las ventajas
    competitivas que presenta, el sistema bancario salvadoreño
    va a convertirse, hacia adentro del país. en el
    equivalente de un excelente carro de carrera parqueado en un
    garage. Digo hacia adentro del país porque, con la
    dolarización, el país está en
    camino de convertirse en un centro financiero regional,
    intermediando fondos de y hacia los países
    vecinos.

    Si las oportunidades no salen en el país, los
    fondos irán progresivamente hacia fuera. Ciertamente eso
    dejará un valor agregado en el país, que no es
    despreciable. Pero estaríamos desperdiciando el potencial
    que tenemos en un sistema bancario que puede trasladar su
    competitividad a sus clientes a
    través de financiamientos baratos y de largo
    plazo.

    En 1880, el país tomó un camino del
    pasado, reemplazando un monocultivo por otro. En este momento
    podríamos hacer lo mismo, optando por mantenernos
    produciendo los bienes y servicios que están cayendo de
    precio, limitándonos a las actividades cuya rentabilidad
    está declinando e ignorando que la única manera de
    derrotar sosteniblemente a la pobreza es hacer
    que los pobres aumenten sus ingresos. Si hacemos esto nos
    condenaremos a tasas muy bajas de crecimiento y el sistema
    bancario no podrá ayudar a mejorar éstas. En cambio
    si adoptamos coma objetivo el integrarnos a a Revolución
    de la Conectividad tendremos proyectos rentables y usaremos a
    plenitud la competitividad de nuestro sistema
    financiero.

    Dadas estas condiciones, el asegurar que la
    contribución del sistema financiero será la
    adecuada requiere de varias acciones, principalmente:

    • La supervisión del sistema financiero debe
    consolidarse y fortalecerse para poder cumplir con su papel
    frente a un sistema financiero totalmente globalizado y
    consolidado en grupos
    financieros que operan en todas las dimensiones del mercado. Este
    requerimiento tiene dos dimensiones. La primera es
    adquirir la capacidad de supervisar internacionalmente, que a su
    vez requiere no sólo aumentar la capacidad local sino
    también coordinar regulación y supervisión
    con los países en los que operan los bancos
    salvadoreños. La segunda es organizar la
    supervisión y regulación de tal manera que pueda
    moverse flexiblemente en todas las dimensiones del negocio
    financiero-banca, seguros,
    pensiones y valores-de la misma forma en la que las instituciones
    supervisadas lo hacen.

    Una regulación y supervisión fragmentada
    en estos tiempos en los que es tan fácil transferir
    negocios, cuentas y fondos
    de una dimensión a la otra es un esfuerzo fútil. El
    tener esfuerzos fragmentados de regulación y
    supervisión necesariamente deja espacios vacíos no
    regulados o supervisados por ninguna agencia, o espacios en los
    que la jurisdicción de das o más agencias se
    superponen. Estos espacios pueden aprovecharse para burlar la
    supervisión, con graves riesgos para
    el sistema.

    Debe fortalecerse el análisis de riesgos de los bancos. El
    aumento de los grados de libertad
    ofrecidos por la dolarización y la consolidación de
    las operaciones de los conglomerados financieros requieren de un
    fortalecimiento de la capacidad de análisis de riesgos en
    las instituciones financieras mismas.

    Debe fortalecerse especialmente el análisis de
    riesgo de las
    operaciones pequeñas. En los mercados cada vez más
    competitivos, el valor de un banco está en el acceso que
    tiene a clientes que le serán más fieles en el
    largo plazo y que, por su gran número, diversifiquen sus
    riesgos.

    Ciertamente que siempre habrá un nicho para las
    operaciones grandes, pero la evolución del sistema financiero en todo el
    mundo está sugiriendo que dichas empresas tienden a ser
    más volátiles en su selección
    de fuentes de
    financiamiento ya que tienen más alternativas otros
    bancos y los mercados de valores. Las operaciones con empresas
    pequeñas pueden ser más riesgosas una por una que
    las grandes, pero por la ley de los grandes números
    tienden a ser más seguras en su conjunto. Ninguna crisis
    financiera ha sido causada por la falla de empresas
    pequeñas.

    Han sido causadas por la falla de grandes empresas. Por
    la misma ley de los grandes números, los riesgos de los
    créditos a la pequeña empresa pueden manejarse
    estadísticamente, creando procedimientos que rebajen los
    costos administrativos de procesarlos al mismo tiempo que
    aseguren que la tasa de fallas sea baja. Instituciones como
    Calpiá han demostrado que hasta los créditos a
    micro-empresas pueden ser viables, Es difícil creer que la
    banca va a entrar masivamente en este nicho, pero hay una gama de
    empresas no tan pequeñas ahora no atendidas que presentan
    oportunidades rentables de crédito. Estas oportunidades se
    volverían más atractivas si las empresas
    pequeñas entran a los mercados de
    exportación.

    Debe fortalecerse el desarrollo de los mercados de
    capitales.

    Las empresas pequeñas no pueden quedarse
    pequeñas por siempre. Tienen que crecer. La disponibilidad
    de capital es un freno para que muchas, quizás la
    mayoría, lo hagan. La solución lógica
    para este problema es el desarrollo de los mercados accionarios,
    de tal forma que empresarios con buenos proyectos puedan
    capitalizarse y acceder a los mercados bancarios y de valores.
    Para esto es necesario fortalecer los mercados de valores, Dicho
    fortalecimiento no se logra con dar privilegios o subsidios a los
    operadores de estos mercados. Al contrario, dichos privilegios
    debilitan el mercado ya que lo vuelven menos competitivo. En este
    momento es indispensable abrir un mercado de valores a mayor
    competencia, darle mayor transparencia a las operaciones y
    proteger a las minorías en las sociedades
    anónimas.

    Este último punto es esencial para el desarrollo
    de los mercados accionarios, que son extremadamente
    débiles en nuestro país. No se puede esperar que
    dichos mercados se desarrollen si las mayorías pueden-como
    pueden actualmente-tomar decisiones que prácticamente
    despojan a los minoritarios de sus inversiones.

    Por ejemplo, en este momento la ley permite que una empresa
    acumule utilidades sin distribuir, aumente el capital vendiendo
    las acciones nuevas al valor nominal, y luego distribuir las
    utilidades retenidas de acuerdo a las proporciones nuevas de
    participación de los accionistas. De esta forma, los
    accionistas que no tuvieron los fondos para comprar las acciones
    nuevas pierden en el reparto de las utilidades que se ganaron con
    los porcentajes de participación anteriores al aumento de
    capital. Igualmente, la ley permite hasta ventiladores
    eléctricos chinos que se venden a $8 en el mercado local,
    transportados a medio mundo de distancia, pagando transporte y
    comisiones a muchas personas en el camino. Nadie puede competir
    con estos precios, a menos que se rebajara el salario de los
    obreros ocales a los bajísimos de China.

    Afortunadamente, la conectividad ha definido otro
    concepto del progreso. Así como hay mercados de precios,
    crecientemente dominados por China, hay mercados de
    especialidades en los que la gente compra no porque algo no es
    barato sino porque es algo especial e insustituible. Estos
    mercados se encuentran principalmente en los países
    desarrollados y particularmente en los Estados Unidos, en donde
    el ingreso per capita es ya tan alto que hay muchos compradores
    de especialidades.

    En estas especialidades las empresas pequeñas
    tienen la ventaja porque pueden producir en cantidades
    pequeñas y porque les es más fácil cambiar
    los productos para acomodar los deseos de los clientes. En el
    pasado de empresas industriales enormes era demasiado caro
    atender a estos nichos. Ahora las redes electrónicas
    permiten a las empresas pequeñas obtener
    información de lo que los nichos demandan y vender
    directamente a ellos, o directamente a los minoristas a
    través del Internet. En el caso de El Salvador estas
    actividades se facilitan porque tenemos más de dos
    millones de salvadoreños viviendo en países
    desarrollados que forman un nicho natural para nuestros
    productos-sean artesanías, comida local u otros productos
    étnicos que son insustituibles.

    La China no puede producir muñecos de Ilobasco.
    Sólo los artesanos de llobasco pueden, porque una parte
    fundamental del encanto de esos muñecos para los hermanos
    lejanos es que son producidos precisamente en llobasco. Igual
    pasa con la sopa de garrobo y otras comidas esencialmente
    salvadoreñas, y en gran parte con productos que, aunque
    pueden ser producidos en otros países, pueden ser
    producidos con ventaja en nuestro país.

    Igualmente, el cambio de actitud puede salvar los
    productos tradicionales del país si cambiamos nuestra
    actitud de ser sólo productores y nos integramos a las
    partes más rentables del proceso económico. Corno
    ya mencioné, la mayor parte del valor agregado del precio
    de una taza de café en Nueva York está en las
    partes del proceso que requieren de más conocimiento y
    habilidades de coordinación: identificar los nichos
    más rentables de potenciales consumidores, en
    diseñar el producto-las mezclas
    correctas para los nichos de mercado más rentables-y en
    llevar el producto al nicho. Esto se facilita enormemente con las
    posibilidades infinitas abiertas por la conectividad, que
    permiten que con un costo
    mínimo las empresas pequeñas se globalicen y se
    coordinen a través de grandes distancias,

    Otro ejemplo es el desarrollo del turismo con
    facilidades de pequeña escala enfocado primero al mercado
    local y de los hermanos lejanos y luego al turismo en general.
    Parte de los costos más altos son los de mercadeo y venta,
    que antes requerían una red de contactos con
    agencias de viajes
    alrededor del mundo, un esfuerzo que era demasiado caro para los
    operadores pequeños. Hoy hay un mercado turístico
    enorme que se maneja enteramente por Internet en el que
    participan, a costo casi cero, miles de pequeños
    operadores turísticos.

    Dichos operadores manejan su mercadeo, sus reservaciones
    y sus ventas
    totalmente a través del Internet. No hay razón para
    no desarrollar una red electrónica de operadores
    pequeños turísticas, que permitan a os potenciales
    clientes armar sus itinerarios en El Salvador a través del
    Internet participan, a costo casi cero, miles de pequeños
    operadores turísticos. Dichos operadores manejan su
    mercadeo, sus reservaciones y sus ventas totalmente a
    través del Internet. No hay razón para no
    desarrollar una red electrónica de operadores
    pequeños turísticas, que permitan a os potenciales
    clientes armar sus itinerarios en El Salvador a través del
    Internet.

    En la agricultura la conectividad
    permitiría:

    • Integrar a los productores pequeños
      agrícolas a las actividades de mayor valor
      agregado.
    • Proveer un medio eficiente para la extensión
      agrícola.
    • Eliminar los intermediarios en los mercados
      locales.

    ¿QUÉ DEBEMOS HACER?

    Tenemos tres alternativas para enfrentar los problemas
    que el mundo nuevo del siglo XXI nos está planteando. La
    primera es aferrarnos los productos y actividades tradicionales
    esperando que una serie infinita de heladas en el Brasil o
    desastres en i05 países productores

    los otros productos primarios o serie de milagros de
    Dios reviertan la tendencia a la caída de los precios de
    los productos que no requieren conocimiento. La segunda es actuar
    como hicieron nuestros antepasados en los 1880s: sustituir lo que
    hacemos ahora por cosas similares que no requieran un cambio en
    nuestras costumbres y actitudes-como
    sustituir un monocultivo por otro. La tercera es decididamente
    armar una estrategia para
    integrarnos al mundo nuevo de la conectividad. Sólo la
    tercera puede asegurarnos que vamos a acortar la distancia que se
    aprecia en la Gráfica 12.

    Ninguna de las otras alternativas funcionará
    porque no vamos a poder tapar el sol con un
    dedo. Lo que está pasando en el mundo se puede visualizar
    con la Gráfica 13, que muestra cómo el crecimiento
    total de las economías es la suma de la economía
    que está surgiendo con la economía que está
    muriendo o decayendo.

    Esto es ¡o que subyace en las tasas actuales de
    crecimiento del país. Hay una parte que está
    creciendo rápido, compensando apenas la caída de la
    otra que está cayendo con precios cada vez más
    bajos por sus productos. La tasa de crecimiento del país
    sería muy rápida si los sectores que están
    creciendo rápido no tuvieran que compensar por la que
    está cayendo.

     

    Hecho por:

    Mario E. Navas

    12/04/2006

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