Evolución histórica de la formación laboral agrícola
En el presente trabajo se
aborda la temática referida al proceso
evolutivo de formación laboral en la enseñanza agropecuaria como aspecto de
extraordinaria importancia en el desarrollo de
ésta. Este artículo retoma aspectos
históricos de la misma y su vínculo con elementos
de la formación del hombre como
fenómeno social. En el caso específico de la
formación laboral en la
especialidad agropecuaria el trabajo
aborda las tres etapas más significativas en la que la
preparación de los estudiantes para el trabajo ha sido el
centro de su formación integral constituyendo la
base para el conocimiento
de la producción moderna; cuestión en la
que la
educación responsabilizada con la formación
de los profesionales técnicos para la agricultura
tiene mucho que aportar a partir de una nueva concepción
pedagógica de esta educación que hoy se
transforma.
Las formas de enseñanza de hoy requieren de una
preparación multilateral e integradora de hombres y
mujeres con el propósito de garantizar el desarrollo
armónico del país.
Cuba, como parte del mundo actual, reclama de una
educación
que vincule teoría
y práctica como base del necesario desarrollo, aspecto
desde el cual la formación laboral de los estudiantes de
la Educación Técnica y Profesional, en un
país como el nuestro, ha de constituir piedra angular de
la formación para la vida y para el trabajo, de manera que
ella le permita resolver las distintas situaciones que se les
presentan en la práctica social dentro y fuera de la
escuela.
A tenor de lo anterior, la realidad educativa de los
últimos años ha promovido el desarrollo
humano en el campo de la educación y plantea la
necesidad de que el hecho educativo se convierta desde la
formación laboral en un proceso más humanizado, que
vaya más allá de la mera transmisión de
información y que sea significativo para el
estudiante.
Es por ello, que la Educación Técnica y
Profesional contempla entre sus metas lograr una adecuada
formación laboral dirigida a potenciar a un individuo
capaz de vivir en democracia,
crítico y reflexivo para así ser útil a la
sociedad.
La formación laboral agropecuaria tiene nuestro
país profundas raíces históricas; sin
embargo, éstas no están desvinculadas de los
antecedentes que ha tenido la misma a escala
internacional en países ubicados en diferentes
áreas geográficas del mundo y en las que sus
precursores jugaron un papel de gran valor
educativo en correspondencia con el contexto histórico y
social que vivieron.
En el presente trabajo se hace una periodización
del proceso de formación laboral en la enseñanza
agropecuaria en Cuba,
destacándose los aspectos más significativos en
cada una de las etapas que se declaran en el desarrollo de
éste artículo.
Para hacer el análisis histórico de la
formación laboral se parte de que la complejidad
histórica de esta categoría imposibilitó
llegar a un consenso al respecto, los términos de uso
más frecuentes han sido: Enseñanza Manual, Sloyd,
Educación para el Trabajo, Educación para la vida,
Trabajo Manual, Tecnología para el
trabajo, Artes Manuales, Artes
Industriales y Educación Laboral y partir de la
década de los noventa se comenzó a tratar un nuevo
término denominado Formación Laboral.
El desarrollo de la actividad laboral en las escuelas de
enseñanza general en Cuba, careció por mucho
tiempo de un
estudio que revelara su evolución histórica y
relación con el desarrollo internacional. Con el
surgimiento del trabajo manual se instauró la
aplicación de los talleres manuales escolares, lo que
permitió combinar la teoría con la práctica,
se introdujeron en la enseñanza primaria nociones de
diferentes oficios, se comenzó el trabajo con metales y
madera; en el
trabajo de cocina popular se incluyó la enseñanza
doméstica para la mujer, por lo
que se trató de preparar al hombre para la
vida.
Por otro lado el Sloyd se instauró en diferentes
países como: Finlandia, Alemania,
Noriega, Suecia, Dinamarca, Rusia,
Bélgica, Holanda, Austria, Estados Unidos,
Canadá y Cuba; por solo citar algunos ejemplos. El mismo
se ha practicado en los países escandinavos por más
de cuatrocientos años, aunque su connotación
pedagógica no la adquirió hasta la segunda mitad
del siglo XIX, con los trabajos de Otto Salomón, por lo
que existía en ellos un antecedente valioso de este tipo
de enseñanza.
En 1895 Otto Salomón (1849-1907), creador del
Sloyd funda la escuela de Naas con el objetivo de
difundir la enseñanza manual en el pueblo sueco. Sus
experiencias permitieron organizar un sistema de
enseñanza manual que fue considerado el mejor en su
época. Existen diferentes versiones de la palabra
escandinava procedente del idioma irlandés y significa:
habilidad en Inglés,
es sinónimo de ejercicios manuales.
La introducción del trabajo manual en Cuba con
todos los requerimientos que ella implica, fue materializado bajo
la supervisión del comisionado de las escuelas
públicas Hanna, por el profesor
norteamericano L.Summer, graduado de enseñanza manual en
Nueva York.
Se incluyeron en los primeros trabajos de Sloyd, a
partir del curso escolar (1900- 1901), las tareas del trabajo
manual en las diferentes escuelas de Cuba. El 20 de mayo de 1901
fue aprobado el primer Plan de estudios
para las escuelas públicas, incluyendo el trabajo manual
como una de las asignaturas a impartir. Cinco años
más tarde fue publicado por Heindengren el manual Sloyd
cubano, primer libro dedicado
a la enseñanza manual escrito en Cuba.
El trabajo manual y el Sloyd tuvieron diferentes
precursores en el mundo, a saber, el profesor sueco Aron
Heindengren, organiza la enseñanza del Sloyd y funda
varios talleres. Martín Lutero (1483-1546) célebre
reformador de la iglesia en
Alemania, abogaba por la formación de hombres y mujeres
vigorosos e inteligentes, para lo que era necesario combinar el
trabajo manual con otras enseñanzas. El gran pedagogo
cubano Juan Amos Comenio (1592-1670) considerado el padre de la
Didáctica, insistía en que el
trabajo manual debía ser parte del programa escolar;
Jhon Locke(1632-1704) calificado por Engels como "Hijo del
compromiso de clase"abogaba
porque el estudiante aprendiera algún oficio
necesario.
Juan Jacobo Rousseau(1712-1778), destacado pensador suizo
trabajó con la carpintería. El pedagogo suizo Juan
Enrique Pestalozzi(1746-1827) acarició la idea de unir la
instrucción de la escuela con trabajo manual El
francés Luís Miguel Lepetellier (1760- 1793),
planteó la necesidad de organizar el trabajo en talleres
de forma planificada. Federico Froebel(1782-1852), planteó
la necesidad de dejar establecidos los principios en que
debía apoyarse la enseñanza del trabajo manual en
las escuelas primarias.
Augusto German Frangue , ejercitaba a sus alumnos en
diferentes clases de trabajo manual tales como:
Cartonería, Trabajos de torno, utilizando
este método con
un fin educativo. Lord Enrique Braugham(1788-1822) hombre de
letras fue organizador de la enseñanza industrial . El
francés M. Great logró que se iniciara en la
práctica el aprendizaje
manual escolar en las escuelas francesas. En Italia Juan
Bosco, fue el el creador de los talleres para el trabajo manual.
El ingeniero ruso Víctor Della Vos fue el creador de una
escuela técnica relacionada con la madera y los metales.
M. Clausson Kaas en Dinamarca, introdujo el trabajo manual. Otto
Salomón fue un eminente pedagogo suizo creador del Sloyd
pedagógico de la Escuela Normal de Sloyd para niños y
niñas, Aron Heindengren en (1906) edita su primer libro
metodológico para la enseñanza del trabajo manual
en las escuelas cubanas. Alexis Ever Frye, superintendente
general de escuelas en Cuba edita un manual para maestros de las
escuelas primarias y superiores sobre el trabajo
manual.
Eminentes pedagogos y patriotas de los siglos XIX Y XX,
como Félix Varela, José de la
Luz y Caballero, Rafael María de Mendive, Enrique
José Varona y José
Antonio Saco abogaron en sus formulaciones generales por una
docencia
más racional y de carácter científica experimental.
También dirigieron su atención a que se les diera a los alumnos
una adecuada educación científica en la que se le
confiera importancia a las asignaturas prácticas y
experimentales. La obra de Félix Varela (1788-1853) tuvo
relevante importancia y significación actual por la
enseñanza del Trabajo Manual.
José Martí
Pérez (1853-1895), el más destacado exponente del
pensamiento
pedagógico cubano destacó en sus trabajos las
ventajas físicas, mentales y morales que proporciona el
desarrollo del trabajo manual, en tal sentido se considera que la
totalidad de su obra pedagógica muestra una
concepción educativa sobre esta materia, cuya
significación y valor trasciende hasta nuestros
días; el principio de vinculación del estudio con
el trabajo es de las más importantes contribuciones que
supera el marco de la educación cubana y posee un alcance
internacional.
Con el triunfo revolucionario del primero de enero de
1959 se provocó una masificación de la
enseñanza en Cuba, que incidió de manera particular
en el Trabajo Manual, creándose talleres convenientemente
dotados de herramientas y
materiales en
los centros educacionales; de esta forma, por vez primera, en la
historia
pedagógica cubana, la asignatura estuvo en condiciones de
cumplir su fin por lo que se comienza a materializar las
contribuciones e ideales de Martí.
A pesar de los distintos contextos
socioeconómicos en que se estableció la
enseñanza manual, Sloyd( ejercicio manual),
Educación para la vida, Educación para el trabajo,
Tecnología para el trabajo, Artes Manuales, Artes
Industriales, Educación Laboral y Formación Laboral
siempre se abogó por parte de sus precursores que todas
ellas en su esencia tuvieran un carácter práctico
productivo, que permitieran preparar a los estudiantes de modo
que fueran útiles a la sociedad.
La actividad laboral en la enseñanza agropecuaria
data de la Edad Media con
la idea de asociar el estudio con el trabajo basado
fundamentalmente en el aprendizaje de
los alumnos directamente desde el puesto de trabajo y no en
instituciones
escolares, se paradas del proceso de producción. La
formación era entonces una tarea de iniciación y
descubrimiento de los secretos de esa actividad y se realizaban
en pequeñas corporaciones en el contexto del desarrollo
urbano de la época a través de maestros de oficios
reconocidos por la sociedad.
En el siglo XV las condiciones de la enseñanza
comienzan a evolucionar y surge una primera división entre
la formación de los productores y los empresarios, lo que
marca el
inicio de una diferenciación entre el trabajo manual y el
intelectual, con predominio de la enseñanza
eclesiástica; este fenómeno fue progresando y se
acentúa en los sistemas
educativos que fueron desarrollando. No es hasta el siglo XIX,
cuando la estructuración del sistema de enseñanza
va confirmando de manera creciente la educación
institucional, desde estos momentos surgen las escuelas en las
que se hace énfasis en una enseñanza general
básica de carácter abstracto y que cada vez se
aleja más de la producción y de la vida, no
obstante el trabajo como base de la actividad laboral en la
educación estuvo presente en el pensamiento
filosófico, político y cultural de varios
educadores y personalidades célebres de la época.
En Cuba la formación laboral en la enseñanza
agrícola se enmarca en tres etapas:
- Primera etapa: Antes del triunfo de la revolución.
- Segunda etapa: Desde el inicio del período
revolucionario hasta el año1991. - Tercera etapa: Desde 1991 hasta la
actualidad.
En la primera etapa comprendida a partir de 1805 en
que se inician los estudios de especialidades agropecuarias en
La Habana y en Santiago de Cuba en las llamadas escuelas
preparatorias y se establecen cursos de Agrimensura,
Agricultura y Veterinaria,
entre otros. En la segunda enseñanza se realizaban
estudios generales y especializados, donde se impartían
asignaturas de aplicación a la agricultura, Nociones
teórica y práctica de Agricultura, e idiomas. El
título obtenido era de Agrimensor.
Se proyectó una intención de formar
profesores para la enseñanza técnica, pero no se
materializó, no siendo hasta 1928 en que la escuela de
Artes y Oficios se proyecta extender el título del
conservatorio (formación de profesores). Aunque se
tuvieron en cuenta aspectos teóricos y prácticos
en la concepción de los programas estos
no alcanzaban el equilibrio
necesario entre lo académico y lo laboral. Hasta este
momento en nuestra provincia no existieron instituciones
escolares que tuvieran en sus programas la educación
agropecuaria.
Con el advenimiento de la república mediatizada
comienza en 1909 de forma oficial la enseñanza
agrícola en Cuba a un nivel primario superior,
equivalente al nivel actual de Secundaria Básica, estas
escuelas establecían la creación de granjas
dedicadas a los cultivos y a la atención de animales de
raza. Se crearon en las capitales de las antiguas provincias y
luego en la década de los cincuenta proliferaron en la
región oriental hasta un número de doce, de ellas
en la actual provincia de Holguín se fundaron, una en
Banes, otra en Mayarí, en Sagua de Tánamo y otra
en la ciudad de Holguín. El plan de estudio era de dos
años y se formaban los estudiantes con un nivel
teórico elemental que les permitía poseer los
conocimientos fundamentales de las diversas formas
organizativas de la producción agropecuaria.
La concepción de la combinación de lo
académico con lo laboral alcanza niveles más
elevados con la inserción de asignaturas relacionadas
con la actividad práctica productiva y el trabajo en las
áreas de producción que también
cumplían fines docentes.
Luego con la creación de las escuelas agrícolas
se introducen cambios en los planes de estudios con una
concepción netamente práctica, aunque con una
nueva estructura
el estudiante no alcanzaba un nivel que le permitiera la
continuidad de estudios en los centros de educación
superior. Durante este período se funda en
Holguín el centro politécnico Calixto
García, pero no fue hasta después del triunfo de
la revolución que se dedica a la formación de
mecanizadores agrícolas.
La organización del proceso
pedagógico distinguía una notable
diferenciación entre las clases de taller y las de aula
propiamente dichas; pero con un elevado nivel de las formas y
métodos
para vincular la enseñanza con la producción,
destacándose como base para el autoconsumo de los
estudiantes y un desarrollo de las producciones mediante la
industria
rural. La actividad intelectual se equilibró con la
actividad práctica, aunque se emplearon métodos
de aprendizaje memorísticos.
La segunda etapa se caracterizó por una la
búsqueda y experimentación constante de nuevas
formas de organización de la actividad laboral en la
enseñanza agropecuaria y una gran variación
dentro de la concepción del balance entre las horas
destinadas a las prácticas y para la teoría en
las asignaturas técnicas
fundamentalmente, no obstante a ello, los planes de estudio
llegan a tener hasta un 67,2% de horas prácticas
incluidas en su diseño. Dentro de esta etapa se emplearon
los programas de estudio con docencia concentrada en los
períodos de zafra de los cultivos de interés
económico (Caña de Azúcar, Tabaco y
Café)
donde se utilizaban todos los recursos
humanos de esta actividad. A partir del curso escolar
(1971-1972) los centros tecnológicos dejaron de tener
una estructura de mando militar.
En esta etapa las formas de organización del
proceso pedagógico que predominaron fueron: el adiestramiento práctico, la
enseñanza práctica y la cátedra de
enseñanza práctica integrada por profesores de
experiencia profesional técnica que se encargaron de
impartir esta asignatura. En este período aún es
predominante la actividad intelectual sobre la manual, aunque
se incrementan como se ha visto el número de horas de
carácter práctico. Se diseñaron programas
de asignaturas netamente prácticas, en los planes de
estudio de la especialidad.
La necesidad de profesores para enfrentar la docencia
en esta etapa, condujo a que se emplearan profesionales
técnicos provenientes de la producción y
recién graduados del nivel técnico medio en los
politécnicos de todo el país, hasta la
creación del ISPETP, y las unidades pedagógicas
en algunos politécnicos del territorio nacional, que
formaban a los instructores de Enseñanza
Práctica. En Holguín existió la unidad
docente en el centro politécnico Calixto García.
En este período hay un despertar de la enseñanza
práctica con su correspondiente documentación (R/M 327/85). Su
reglamento.
Existían en Cuba un total de 55 centros
dedicados a la formación de técnicos medios en
diversos perfiles ocupacionales: Agronomía, Sanidad
Vegetal, Riego y Drenaje, Cultivo de la Caña, Cultivo
del Arroz, Suelos y
fertilizantes, Cultivo de las Viandas y Fruticultura con una
especialización muy estrecha.
La tercera etapa contempla un incremento del
número de horas para las prácticas, hasta un 80%,
este además concibe un equilibrio entre lo
académico y lo laboral y entre la actividad manual y la
intelectual, todo ello avalado por la( R/M119/94).
Como forma especial de organización se destaca
la asignatura Trabajo, que se introduce con un total de 20
horas semanales y por la (R/M 152/2000) se rebajan a 16 horas.
Esta concepción favorece a que se empleen nuevas formas
y métodos de vinculación de la enseñanza
con la producción en las condiciones creadas en los
centros de estudio y permite que se disponga de docentes con
una mejor preparación técnico-metodológica
en las asignaturas.
En esta etapa se amplía la red de centros
agropecuarios en el país, alcanzando la elevada cifra de
174, se produce un redimensionamiento de las especializaciones
agropecuaria, para pasar a la formación de un
técnico medio en Agronomía, con una
concepción más integral. También se
definen capacidades y habilidades rectoras del profesional de
la E.T.P para ésta especialidad.
A partir de los elementos que caracterizan las
diferentes etapas de la evolución histórica de la
formación laboral en la enseñanza agropecuaria,
es posible identificar que como tendencia central ha estado la de
vincular cada vez más la enseñanza de los
estudiantes con el trabajo, a partir de las siguientes
concepciones:
1) Priorizar el trabajo de los estudiantes como base
de la enseñanza y los planes de producción
comprometidos.
2) Subordinar el trabajo de los estudiantes a los
objetivos de
la enseñanza y por tanto, las actividades laborales
deben estar en dependencia de los contenidos de los
programas.
Se considera que en la última etapa de la
enseñanza agropecuaria en Cuba existe un
perfeccionamiento de la formación laboral de los
estudiantes a partir de vincular cada vez más a los
mismos con las entidades productivas. Se plantea además
que en ella se ha avanzado en la combinación de los
procesos de
producción y educación en uno solo; el proceso
pedagógico profesional cuya premisa es la
preparación del hombre para la vida en una sociedad que
depende de la ciencia y
la técnica. En tal sentido el trabajo presenta como
conclusiones las ideas siguientes
- La formación laboral a sido tratada en el
decursar histórico con distintos
términos. - En todas las etapas de la formación laboral
agropecuaria existe un equilibrio entre la actividad
intelectual y la actividad práctica. - La segunda etapa marcó el comienzo de la
formación de profesores en las especialidades
agropecuarias, debido al gran volumen de
centros politécnicos existentes en el
país. - La tercera etapa se pronunció por la
formación de un técnico medio más integral
y la elevación del número de horas
prácticas con la introducción de la asignatura
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Autor:
Lic. Daniel Thompson Zulueta.
Licenciado en Educación. 1999. Aspirante a
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Categoría: Artículo
Enviado por:
María Teresa Cardoso Barrera
2006