Algoritmos de la pericia medicolegal en el lugar de los hechos
- Breve reseña
histórica - Algunas definiciones
conceptuales - El estudio del lugar de los
hechos - La información verbal
que se obtiene inicialmente - El estudio del
cadáver - La
descripción del lugar del hecho - Otras
técnicas de fijación - Particularidades
de los levantamientos de cadáver - Aspectos
éticos del trabajo medicolegal en el lugar del
hecho - A forma de
resumen - Bibliografía
A pesar de que nuestro país tiene una larga
tradición en la enseñanza y la práctica
de la Medicina Legal
y de que los forenses cubanos, tenemos el honor de contar entre
nuestras filas, con valiosos colegas que han demostrado ser
depositarios del más alto conocimiento
científico en el tema, aun en la actualidad carecemos
de una guía que unifique las acciones del
médico forense en el momento de conocerse de un hecho
criminoso que tenga como resultado la pérdida de la vida
de la víctima.
Conocida por todos la importancia que tiene "el
primer ataque" en el lugar de loshechos y dada la posibilidad
de que las personas que lo emprendan, pueden cambiar indicios que
resulten irrecuperables, se comprende la necesidad de que los
peritos actúen de forma rápida y organizada, con
acciones previamente estudiadas y fundamentadas y que a su vez
estas acciones no entorpezcan el trabajo de
otros científicos y técnicos que se
desempeñen en disciplinas distintas a la Medicina Legal
y que tengan que interactuar con nosotros en la búsqueda
de información.
Actualmente en Cuba no existe
nada que guíe un trabajo
uniforme de los médicos forenses al desarrollar su pericia
y la práctica de la especialidad está fraccionada
bajo la subordinación de departamentos provinciales, por
lo que existe el peligro (al menos hipotético) de
que no siempre todos los peritos médicos, actúen
siguiendo una única metodología.
Acéptese el presente trabajo como un modesto
aporte que señale el mínimo de elementos a tener en
cuenta por los médicos que practiquen la Medicina Legal o
los que sean requeridos como peritos por la
administración de justicia, en
el momento de enfrentarse a un lugar donde ha ocurrido un
delito contra
la vida, o en situaciones en las que se dude de tal y
tómese por tanto, más que como una
metodología de trabajo o como una guía didáctica de aprendizaje (pues
no pretendemos que conociendo el contenido del texto
simplemente el lector estará formado para trabajar un
lugar del suceso, ni tampoco que aplicándolo se
logrará el esclarecimiento de un caso) como algoritmos de
operaciones
que realizará el perito ante situaciones en las que se
puedan aplicar procederes varios, que pueden estar relacionados
entre si y no fórmulas únicas y completas de
resultado previsible e invariable.
Tomamos una terminología del cálculo
(algoritmo) que
en lo único que vemos que se diferencia es en cuanto a que
no trabajamos variables
numéricas, pero que conceptualiza perfectamente como
pretendemos discurrir entre lo general y lo específico del
trabajo medicolegal en la escena del crimen.
Los países de nuestra región tienen la
peculiaridad de haber sufrido un choque entre dos culturas, en el
cual la cultura
europea destruyó completamente la autóctona y solo
se incorporaron de esta escasos elementos que no permiten
reconstruir para nada la historia anterior, los
pobladores del archipiélago no tenían una
tradición escrita, por lo que tampoco es posible una
reconstrucción atendiendo a escrituras de ningún
tipo y esto nos lleva a afirmar que en Cuba se pierden las fases
del pensamiento
inherente a las distintas épocas de la humanidad y
realmente se pasa de la barbarie de los primitivos
aborígenes al pensamiento moderno de la Europa del siglo
XV en pleno auge del ilustracionismo.
Si bien en un principio las villas que se forman en Cuba
no son de gran interés
para la metrópoli, al quedar nuestra isla en el trayecto
de las flotas que llevaban lo recaudado a la corte, se acelera el
desarrollo
económico de la colonia y con él aparece
también un auge en lo socio-cultural. El crecimiento de
estas villas hace que el 26 de Agosto de 1522, el Cabildo
autoriza al Maestro Juan Gómez para que ejerciera
como barbero y cirujano en la villa de San Cristóbal de la
Habana. En 1569 se autorizó el ejercicio al Licenciado
Gamarra, graduado en Alcalá de Henares y titulado
de medicina, cirugía y farmacia, pero de forma privada y
sin ningún nexo que lo uniera al Cabildo.
El día 3 de Septiembre de 1610 se nombra al
Licenciado Juan Tejeda Pina para que ejerciera en la
villa, con un sueldo de 100 ducados anuales y dentro de sus
funciones como
primer médico municipal, se contaban auxiliar a la
administración de justicia, en los casos en
que las autoridades así lo requirieran.
En 1634 se constituye el Real Tribunal del
Protomedicato, primera institución de salud
pública del país y tercero de América
(precedido solamente por los de los virreinatos de México y
de Lima) que tenía la función de
velar por todos los asuntos médicos de la
colonia.
El primer protomédico nombrado fue Francisco
Muñoz que fallece a los tres años de su
nombramiento y sin haber realizado funciones destacables. Lo
sustituye Francisco de Teresa y Rubira que si realiza una
actividad intensa y fundamentalmente se dedica a luchar contra la
eutanasia,
el aborto y
las violaciones del secreto médico.
En 1728 se funda la Universidad de la
Habana que comienza con la enseñanza de bachillerato, con
5 asignaturas y las facultades mayores de Jurisprudencia,
Cánones y Medicina, pero no es hasta 1842 que no se
funda la primera cátedra de Medicina Legal, la que se le
otorga a José de Lletor Castroverde quién
venía impartiendo la asignatura de forma privada en el
seminario de
San Carlos y San Ambrosio desde 1839; es en esta fecha de 1842 y
gracias a la reforma universitaria que se comienzan a hacer
disecciones en cadáveres en nuestro
país.
Al jubilarse Lletor Castroverde ocupa la
cátedra el primer cubano: Ramón Zambrana
Valdés, que produce grandes cambios en la
enseñanza de la asignatura, que deja de ser teórica
y comienza a impartirse una docencia
práctica.
El 19 de Marzo de 1880 se inauguró oficialmente
el primer necrocómio de la Habana, nombrándose como
encargado del mismo al estudiante de medicina Fernando
Acevedo.
El 17 de Septiembre de 1882 entra en vigor en España la
Ley de
Enjuiciamiento Criminal, que es la primera en regular la
inspección del lugar del hecho, cuando dice en su
artículo 326: "….Cuando el delito que se persiga haya
dejado vestigios o pruebas
materiales en
su perpetración el juez instructor o el que haga sus veces
los recogerá y conservará para el juicio oral si
fuera posible, procediendo al efecto a la inspección
ocular y a la descripción de todo aquello que pueda tener
relación con la existencia y naturaleza del
hecho.
A este fin hará consignar en los autos la
descripción del lugar del delito, el sitio y estado en que
se hallen los objetos que en el se encuentran, los accidentes del
terreno o situación de las habitaciones y todos los
demás detalles que puedan utilizarse tanto para la
acusación como para la defensa".
En esta propia Ley, en sus artículos 344 al 349,
se regula la forma de designación, nombramiento, competencia y
otros aspectos relacionados con los médicos forenses y a
pesar de que no entró en vigor en Cuba hasta el 1 de Enero
de 1889 y por Real Decreto del 19 de Octubre de 1888, no puede
ser una casualidad que en el mismo año 1882, el 18 de
Febrero fueron nombrados los que se llamaron "médicos
de funciones", encargados de comprobar las muertes y sus
circunstancias, convertido este grupo de
médicos posteriormente, en los primeros forenses nombrados
del país y que fueron: Manuel Antonio Aguilera,
Juan Tomás Reyes, Juan Ramón del
Cueto, Manuel Fraga, Joaquín Jacobsen y
Arturo Sansores, siendo nombrado como primer director del
CUERPO MÉDICO FORENSE el Dr. Obregón
Mayol el 4 de Enero de 1886 que se venía
desempeñando como director del
necrocómio.
En 1925 el necrocómio es trasladado a un
pabellón de madera del
Hospital: Calixto García, ubicación que solo
dura un año pues con el ciclón del año 1926
el pabellón quedó destruido y se traslada al
cementerio Colón.
Así todo hasta el 27 de Junio de1958 en que se
inaugura la Morgue Judicial y Banco de Tejidos en los
locales que ocupa hoy el Instituto de Medicina Legal, el que
adquiere este nombré después del triunfo
revolucionario de 1959.
En esta época de los primeros años de la
Revolución, ocurre un éxodo de
médicos a los E.U. y la especialidad como todas las
demás, se siente amenazada por el déficit de
personal
especializado, es entonces que el Profesor
Francisco Lancís Sánchez, alumno predilecto y
colaborador de Castro Bachiller junto al también Profesor
Ignacio Fournier encabezan la formación de nuevos
especialistas que dan un avance, ahora ininterrumpido a la
Medicina Legal en nuestro país.
El antecedente más cercano al presente trabajo,
conocido por el autor, es el realizado por el Dr. Raúl
Larrinaga en 1980, el que en su tesis de
especialista hace señalamientos para el trabajo en el
lugar de los hechos.
ALGUNAS
DEFINICIONES CONCEPTUALES
Si bien en la actualidad pudiera parecer el estudio del
lugar del hecho, como parte integrante de un todo y desprovisto
de una importancia "per se", hay que tener en cuenta que
el desarrollo de
la técnica policiaca y de la criminalística, en su momento se
adelantó al de la medicina, exigiendo la
colaboración pericial del médico en tiempos en que
se prohibía la realización de necropsias a los
cadáveres. Esta prohibición comienza a declinar
gracias a los trabajos de Andreas Vesalius en 1543 y no es
hasta 1624 que comienza la enseñanza académica de
la Medicina Legal en la Universidad de Leipzig. Hasta tanto, todo
el aporte que pudiera realizar un médico al
esclarecimiento de un caso, se limitaba a la información
que pudiera obtenerse de la observación del cadáver y el lugar
donde ocurre el delito, siendo el precedente más antiguo
en la cultura occidental, la descripción que hace
Antistio del cadáver de Julio César
después de ser apuñaleado.
Aún hoy en momentos en que la práctica de
la necropsia es obligada y cuando existen gran cantidad de
pericias sofisticadas que utilizan técnicas
de laboratorio de
gran complejidad, sigue siendo imprescindible un trabajo
cuidadoso, eficaz y rápido del lugar del hecho;
fijándose y obteniéndose indicios que pueden
desaparecer por la acción
de las mismas personas que investigan el delito o por el simple
transcurso del tiempo.
Para Lacassagne: "El
levantamiento de cadáver
es la operación consistente en examinar un
cadáver a fin de declarar si la muerte es
el resultado de un suicidio o un
crimen, permitiendo así que sea retirado por la autoridad
pública del lugar en que aquel se hallaba".
Para Castro Bachiller: "Siempre que un
individuo
sucumbe inesperadamente o bruscamente, de manera violenta o que
se supone de tal, sin asistencia médica, se llama a un
médico para
que examine al cadáver y expida a las
autoridades competentes un informe donde
consten las observaciones efectuadas para que el cadáver
pueda ser retirado por la autoridad pública del lugar en
que se encuentra; esta diligencia se practica por el
médico y lleva el nombre de levantamiento del cadáver. En el
cuerpo del cadáver no deben efectuarse incisiones ni
operación alguna".
Lugar de los hechos: "En
la investigación en los casos de delitos, tal
lugar no es otro que el real o supuesto de la comisión del
acto sometido a indagación y donde suelen quedar los
vestigios materiales más importantes de su
comisión. Por ello el instructor debe proceder a la
inspección del mismo siempre que quepa recoger pruebas o
indicios en el lugar si la visita de este permite reconstruir
mejor el posible curso de los hechos…." (1).
Como inspección del
lugar del suceso entendemos: "Es la diligencia de
instrucción que consiste en el examen del lugar donde se
cometió el hecho delictivo, por parte del instructor,
mediante la observación y fijación directa, con el
objetivo de
hallar las huellas del delito y otras pruebas materiales, el
esclarecimiento del ambiente del
suceso y de otras circunstancias que tengan relación con
el caso" (2).
Los dos conceptos anteriores pueden interpretarse como
sinónimos, a diferencias estos del lugar del hallazgo, entendiéndose
por tal el sitio donde es encontrado un cadáver
después de ser trasladado desde el lugar de la
comisión del delito. A diferencia de los anteriores pueden
ser múltiples hallazgos para un mismo hecho delictivo
(en casos de más de una víctima, de mutilaciones
del cadáver y de trucidación o
descuartizamiento) y puede considerarse como tal,
también para pruebas ajenas al cadáver mismo
(vestuario de los comisores, armas empleadas,
etc.).
- Cabanellas G. Diccionario
enciclopédico de derecho usual. Ed. Heliasta S.R.L.
Buenos
Aires. 1979.p:236. - Vasiliev A. Criminalística. UPM
9565 F.A.R. Ciudad de La Habana.1981.
A los efectos del presente trabajo, consideramos
conveniente emprender el estudio del lugar del hecho
fraccionándolo en los siguientes
acápites:
- El lugar del hecho propiamente dicho.
- La información verbal que se obtiene
inicialmente. - El estudio del cadáver:
- Examen del vestuario.
- Identificación del
cadáver. - Establecimiento de la data de la muerte.
- Estudio de las violencias que se encuentran en el
cadáver.
EL ESTUDIO DEL
LUGAR DE LOS HECHOS
La explicación más utilizada para
justificar el incumplimiento de acciones y para explicar el
fracaso de la obtención de una información
confiable, es escudarse en la falta de condiciones para realizar
el trabajo en el lugar del suceso; con relación a este
planteamiento, no queremos comenzar el presente acápite
sin afirmar que lo más
frecuente en el lugar donde se descubre la ocurrencia de un hecho
criminal contra la vida, es que no se encuentren condiciones
ideales de trabajo. Tanto el forense, como los
demás peritos, instructores policiales y oficiales
operativos, tienen que incorporar la premisa de que el trabajo
del lugar del hecho debe realizarse con premura de tiempo, bajo
presión
de los superiores, con curiosos civiles que entorpecen las
acciones, colegas que no tienen nada que hacer que no sea
estorbar, con poca iluminación, en lugares de difícil
acceso y además no se puede descuidar el trabajo que
realizan otras personas y que pueden no tener la pericia y la
experiencia requerida para cumplir sus funciones sin entorpecer
el trabajo de los demás.
Para que el lugar de los hechos pueda ser considerado
como tal, a los efectos medicolegales, es una condición
indispensable que este haya sido preservado y a los efectos
puramente aplicativos del presente trabajo, consideramos que esto
ha ocurrido, siempre y cuando se hayan practicado en el las
acciones mínimas necesarias para confirmar la existencia
de un cadáver y no un ciudadano vivo herido o con
algún grado de afectación de la
consciencia.
Hablamos solamente de la confirmación de la
existencia de un cadáver y no de las acciones necesarias
para comprobar que la muerte de la persona de que se
trate haya sido producto de un
delito, pues incluso al final de todas las acciones que se
decidan practicar es posible que no se aclare este supuesto, por
tanto no tiene sentido permanecer en un lugar del hecho para
buscar evidencias de
criminalidad, ni de la identificación de la
víctima, esas serán acciones que serán
emprendidas, en su momento por personal especializado.
Queremos recalcar que si se comienza a trabajar un
supuesto lugar del hecho de un homicidio o un
asesinato, sin estar seguro de que
estos hayan ocurrido, la pérdida es mucho menor de que si
se alteran condiciones indispensables de preservación por
buscar una certeza que tal vez no se obtenga nunca, a pesar del
mayor esfuerzo y la mejor pericia. También queremos
señalar que si un supuesto lugar del hecho no ha sido
preservado, o si se trata de un lugar de un hallazgo, esto no
cambia para nada la forma en que se debe desarrollar el trabajo;
la diferencia entre el levantamiento de cadáver y el
reconocimiento del cadáver en el lugar del suceso, es
solamente formal pues metodologicamente nada cambia en las
acciones a emprender ni en el cuidado que debe ponerse en la
ejecución de las mismas.
EXTENSIÓN A PRESERVAR EN EL LUGAR DEL
HECHO
La preservación del lugar de ocurrencia de un
hecho como el que nos ocupa es responsabilidad de los miembros de la
Policía Nacional Revolucionaria, inicialmente del
funcionario de seguridad
pública que corresponda y en un segundo tiempo del
instructor policial con el personal de que se apoye para el
trabajo, quienes establecerán barreras que delimiten la
zona de interés y cuidarán de que se respeten las
mismas.
Es imposible hablar de preservación sin delimitar
hasta donde debe aceptarse la misma, espacial y temporalmente
hablando y en este sentido existen múltiples criterios; en
el presente nos adscribimos al criterio de la particularidad, no
creemos que existan reglas en este sentido atendiendo a lo
específico de cada caso. Está bien preservar una
habitación, mejor preservar el apartamento completo,
más aún preservar el edificio y así
sucesivamente hasta la imposibilidad de seguir
preservando.
Un homicidio con un vehículo de trayecto obligado
se puede preservar muy poco tiempo, atendiendo a los horarios en
que es utilizada una misma vía por otros vehículos,
pero también una escalera o un pasillo que sean el
único acceso para todos los habitantes de un edificio se
podrá preservar por un tiempo limitado. Pero de cualquier
forma existe un mínimo que es indispensable respetar y
pensamos que la cota a este mínimo, la ponen todos los
indicios que aparezcan y que se pretenden llevar a la
categoría de prueba, durante el tiempo mínimo
indispensable como para que este indicio sea debidamente fijado y
analizado por el especialista facultado para hacerlo y
permitiendo la opción de crear vías de acceso
debidamente delimitadas en lugares en los que es
"racionalmente previsible" que no se encontrarán
indicios. Para ejemplificar podemos exponer el caso de un
homicidio con arma blanca en la vía pública, en el
cual se preservó una distancia de 10 metros cuadrados
alrededor de las primeras manchas hemáticas aparecidas,
toda la calle hasta el cadáver y 10 metros cuadrados
más allá del mismo, pero se permitió el paso
de peatones por una acera, con un cruce limitado en un sitio
intermedio, hasta que se terminó el trabajo.
Atendiendo a un proceso por
fases, donde es necesario darle prioridad a los peritos que mayor
premura tienen y que necesitan menos manipulación del
lugar, es posible considerar el caso de que se requiera movilizar
el cadáver antes de entrar a trabajar el médico
(por ejemplo una huella olorosa en una atadura, un objeto
parcialmente cubierto, etc.), en este caso debe avisarse al
forense, permitirle observar todos los particulares que él
considere, fijar fotograficamente el cadáver y solo
entonces realizar la movilización mínima necesaria
mientras el médico espera su turno de trabajar.
Como resumen queremos decir que debe comprenderse que el
lugar del hecho debe ser trabajado en equipo, por fases y que el
médico puede ser el último perito en realizar su
trabajo, pero nada justifica que se movilice al cadáver
sin avisar antes, aspecto este que debe ser cuidado por todos,
pero particularmente por el médico mismo. La autoridad que
estipula la Ley (instructores policiales, fiscales) tienen
competencia para designar al perito médico y para decirle
en que momento particular desarrollará su pericia, pero no
para indicar como debe hacerla, aspecto este que solo decide el
forense.
QUE NO DEBE HACERSE EN EL LUGAR DEL
HECHO
- Romper la preservación pasando o permaneciendo
en la zona restringida sin una razón impostergable y
debidamente autorizado. - Si se está trabajando en la zona delimitada:
No fumar, no peinarse, no escupir, conversar el mínimo
indispensable. - Actuar expontaneamente sin haber sido requerido o en
un momento en que no se le haya indicado. - Hacer comentarios sobre el trabajo que se realiza y
que pueden ser escuchados por personas presentes ajenas al
equipo de trabajo o que adelanten conclusiones de las que no se
tenga certeza.
LA
INFORMACIÓN VERBAL QUE SE OBTIENE
INICIALMENTE
Siempre que se comienza a trabajar un caso de homicidio
o asesinato existen muchos curiosos, no falta quién
esté dispuesto a brindar información, pero sobre
todas las cosas, todos quieren obtener información. Esto
nos obliga a pensar en que tenemos muchos voluntarios aparentes
para colaborar pero lejos de estar dispuestos a brindar
información lo que buscan es un intercambio de esta,
malintencionado o simplemente por curiosidad morbosa para luego
sentirse importante divulgando lo que conoce. Si el lector no
tiene la experiencia, puede realizar el experimento de pasar a un
curioso a alguna zona restringida del lugar del hecho para
interrogarlo, verá que su interrogado tendrá la
atención tan dispersa en todo lo que lo
rodea que le cuesta trabajo concentrarse en las preguntas que se
le hacen.
Si a lo expuesto en el párrafo
anterior, añadimos que la ocurrencia de un hecho como el
que nos ocupa es el producto de una relación interpersonal
previa, se comprende el hecho frecuente de que el autor o a
alguno de los implicados en el hecho se encuentre entre los
curiosos que invaden el lugar del suceso, llegando incluso a
ocurrir que se instale un puesto de mando en la casa del comisor
del delito.
El médico forense durante su trabajo puede
tropezar con interrogantes propias de su especialidad que no
pueden ser esclarecidas por las autoridades policiacas que
brindan los antecedentes por que sencillamente no se les puede
ocurrir indagar al respecto, pero los médicos no tienen la
formación profesional necesaria para manejar entrevistas
del tipo que se requiere y que no se parecen para nada a la
relación normal médico-paciente.
Por otra parte, desde el mismo momento en que se tiene
conocimiento
de un caso de homicidio o asesinato, se desencadenan una serie de
acciones policiales que incluyen entrevistas a testigos,
caracterización de personas, trabajos de
penetración y otros de probada eficacia para la
obtención de información y verificación de
la misma.
De lo dicho hasta el momento se comprende que el
médico tenga preguntas que hacer durante el primer ataque
en el lugar de los hechos, pero esta necesidad lleva el peligro
implícito de que con las mejores intenciones del perito,
transmita sus dudas a una persona muy receptiva y no bien
intencionada; por lo que afirmamos que lo ideal es que el
médico evacue sus dudas primero con el instructor policial
y el oficial operativo y excepcionalmente entreviste personas por
cuenta propia, pero si va a hacerlo, debe realizar preguntas con
astucia, preferentemente dentro de otras sin interés y que
desvíen la atención del entrevistado hacia aspectos
banales y nunca sin contar antes con el resto de los colegas que
si tienen formación académica y/o experiencia
empírica en técnicas de interrogatorio.
Ni decir que es un error craso hacer empatía con
el interrogado y pretender un rapport basado en el intercambio de
información entre iguales o de forma
interactiva.
ASPECTOS
MÍNIMOS INDISPENSABLES QUE DEBE ESCLARECERSE EL
MÉDICO ANTES O DURANTE EL LEVANTAMIENTO DEL
CADÁVER
- Si está detenido el autor y si ha sido
interrogado. - Enfermedades padecidas por el que resultó
occiso. - Tratamientos médicos recibidos.
- Síntomas aquejados en los últimos
tiempos. - Cambios en sus conductas habituales.
- Cuando fue visto por última vez.
- Últimas acciones realizadas por la
víctima. - Conviventes y familiares allegados.
- Modo y nivel de vida.
- Aspectos muy generales sobre su vida
sexual. - Actividad económica lícita e
ilícita de la víctima. - Toxicomanías y dependencias.
- Círculo de amistades y papel que
desempeñaba dentro del mismo.
ASPECTOS QUE VICIAN LA INFORMACIÓN Y NO TIENEN
PRIORIDAD PARA EL MÉDICO FORENSE
- Dudas sobre una evolución clínica o diagnóstico de enfermedad.
- Suspicacias infundadas sobre enfermos a los que
la familia
no brinda la atención esperada. - Otros derivados de intereses ajenos a los problemas
judiciales.
EXAMEN DEL VESTUARIO
El examen del vestuario de una víctima de
homicidio o asesinato no es incumbencia exclusiva del
médico, existen indicios en la ropa que le interesan
además a otros peritos ajenos a la medicina. Si bien en el
estudio del lugar de los hechos, el forense debe velar por que
los demás peritos hagan su trabajo sin modificarle el
cadáver, con el vestuario por el contrario, el
médico es el primero en manipularlo y deberá tener
el cuidado de no entorpecer otras pericias que se realicen
posteriormente.
El examen médico del vestuario en el lugar de los
hechos no será conclusivo, pues se tendrá la
oportunidad de un mayor detalle cuando se llegue al salón
de necropsias, por lo que es importante obtener
información cuidando de otros aspectos como el pudor de
las personas presentes y observando respeto al que
fue persona y no retirar las prendas, describir la
extensión y localización de máculas y
desgarros, cuidando no añadir otros durante la
manipulación y traslado del cadáver, Observar y
describir alteraciones de la ropa y su relación con
violencias en el cadáver que puedan perderse con el
cambio de
posición del mismo.
Observar las tallas de las prendas de ropa puede
resultar importante después de haber comenzado la fase
enfisematosa de la putrefacción, pues puede brindar
información sobre la complexión de la
víctima, la que se pierde por el aumento de tamaño
que provocan los gases
putrefactivos en los tejidos blandos.
QUE NO SE DEBE HACER CON RELACIÓN AL
VESTUARIO
- Dejar de revisar y vaciar bolsillos, dobleces, falsos
y costuras. - Añadir desgarros para facilitar el acceso a
partes del cadáver. - Añadir máculas por depositar las
prendas de ropa en superficies sucias o al superponer porciones
limpias a manchas húmedas. - Describir solamente el tipo de prenda y su color.
- Permitir que se le retire al cadáver alguna
prenda del vestuario para trasladarlo al laboratorio antes de
concluir la necropsia.
Una vez ya examinando el cadáver, lo primero que
tiene que hacer el médico es establecer la individualidad
de los restos que estudia, siempre expresarse sobre
características generales como edad, sexo y raza y
si es posible sobre características individuales como
tatuajes, cicatrices, nevos o defectos físicos.
Como en el lugar de los hechos no se deben realizar
"incisiones u operaciones sobre el cadáver" todas
las informaciones que se manejen deben ser consideradas "a
priori" y no conclusivas y deben ser basadas solamente en
apreciación de elementos somatoscópicos u
osteoscópicos en casos de reducción
esquelética.
La determinación de género
debe realizarse solamente observando los genitales externos y los
caracteres sexuales secundarios; en casos de restos óseos
no es recomendable pronunciarse categoricamente en el lugar,
hasta tanto no se practiquen técnicas
osteométricas, aún cuando el perito tenga amplia
experiencia en antropología forense y considerando que
deben tenerse en cuenta varios indicadores
que pueden cambiar con la raza, el biotipo o la edad.
No siempre puede hacerse la determinación en el
lugar del suceso y no tiene rigor científico una
determinación del sexo basada en el vestuario u otras
consideraciones ajenas a lo dicho hasta el momento.
DETERMINACIÓN DE LA RAZA
El tema de las razas humanas ha sido tan polémico
y tan manipulado, tanto por criterios pseudo científicos y
supremacistas como por las posiciones reactivas y contrarias, que
aun contando con toda la información que pueda obtenerse
sobre un sujeto determinado, resulta difícil clasificarlo
atendiendo a los muchos criterios existentes y al mestizaje que
se observa en casi todas las poblaciones. Queriendo aclarar por
nuestra parte que vemos las clasificaciones de raza más
como ideales que como reales.
No obstante lo dicho, puede plantearse que hay al menos,
tres grupos generales
de razas humanas los europoides, los negroides, y los mongoloides
y que en el mestizaje entre ellos, predomina en una persona en
particular, los rasgos somatoscópicos más
frecuentes de uno de los grupos sobre los restantes. Por lo que
en términos generales consideramos acertado plantear, que
se puede decir que un cadáver perteneció a un
individuo de alguno de los tres grupos raciales o que en
él se aprecia un mestizaje entre determinados grupos y que
este mestizaje se puede describir nombrando primero al grupo que
predomine y después al o los secundarios
Las características generales de los tres grupos
y siguiendo los criterios de Nesturj (1) son los
siguientes:
Raza negroide: Color
oscuro de la piel, del
cabello y del iris de los ojos, cabello ensortijado u ondulado;
el vello del cuerpo y de la cara por lo común muy
débil, poca anchura cigomática de la cara; nariz
pequeña y de anchas alas, con posición más o
menos transversal de las ventanas de la nariz; prognatismo,
labios gruesos el superior algo prominente, boca ancha,
extremidades inferiores largas.
Raza europoide:
Color de piel claro, cabello lacio de color rubio a negro,
vello del cuerpo y de la cara espeso; frente ancha o ligeramente
deprimida, cara ortognata, pómulos poco salientes, ojos
horizontales, nariz estrecha, de raíz alta; labios
delgados, ventanas de la nariz con los orificios nasales hacia
abajo, mentón delgado o pronunciado.
Raza mongoloide: Tez
clara o bronceada con matiz amarillo o amarillo-pardo; cabello
recto y rígido de color negro, vello de la cara escaso y
tardío y del cuerpo casi nulo, cara grande medianamente
prognata, pómulos pronunciados, abertura parpebral
estrecha con el ángulo externo más alto que el
interno, pliegue del párpado superior muy desarrollado;
presencia de epicanto (el pliegue superior cubre la
glándula lagrimal), nariz de anchura mediana, poco
saliente y de dorso alto, alas de la nariz de posición
media.
- Nesturj M.F. Las razas humanas. Ed.
Progreso. Moscú. P:18-29.
DETERMINACIÓN DE LA EDAD
Para la determinación de la edad y siguiendo el
principio de que hacer y que no, en el trabajo en el lugar de los
hechos, es indispensable pronunciarse con relación a un
rango, ya que resulta muy difícil establecer la edad
exacta que tiene una persona en particular y con los recursos de que
se dispone durante un levantamiento de cadáver, esta
dificultad se crece.
En el presente acápite nos proponemos brindar el
mínimo de los elementos que se deben tener en cuenta para
establecer estos rangos.
En fetos y recién
nacidos: Con relación a estos, creemos
prudente en el lugar de los hechos, referirnos solamente al grado
de madurez fetal, pudiéndose solo afirmar si se trata de
un producto de la concepción a término o no y no si
trata de un feto o un
recién nacido, hasta tanto se practiquen las docimasias
fetales y se exploren los puntos de osificación,
considerando como signos de
madurez: El color rosa pálido de la piel con un
panículo adiposo abundantemente desarrollado, sin
presencia de arrugas en la cara, piel recubierta por unto
sebáceo, cráneo recubierto de cabellos gruesos, de
por lo menos 2 cm. de longitud; glándulas sebáceas
ocluidas persistiendo solo en la piel del dorso de la nariz; los
cartílagos nasales y auriculares forman un armazón
sólido; las uñas son duras y las de las manos
rebasan el borde de los dedos; el anillo umbilical se encuentra
en el centro del cuerpo o ligeramente por debajo del mismo. En
los varones los escrotos aparecen rojos y arrugados y se palpan
los testículos
en su interior y en las hembras los labios mayores cubren los
menores y el clítoris.
Las fontanelas en el producto a término,
están abiertas en el caso de la anterior (2,5 cm. en
ambos sentidos),la posterior muy estrecha y cerradas las
laterales.
En niños y
adolescentes: El desarrollo
dentario del niño es un indicador confiable para
determinar la edad, pero esta afirmación se hace
más útil si consideramos que durante el
levantamiento de cadáver estamos privados de un análisis pondoestatural ni
radiográfico.
La dentición temporal comienza alrededor de los 6
meses de vida, con la aparición de los incisivos centrales
inferiores, al año los niños tienen 6 piezas
dentárias, a los 2 años tienen 18. La
fórmula de 24 piezas se observa en el niño entre
los 6 y los 12 años, la de 28 entre los 12 y 18
años y al encontrar la fórmula adulta de 32 piezas,
se puede afirmar que el cadáver en cuestión tiene
más de 18 años.
Otro indicador a tener en cuenta son los criterios de
Tanner (1) para el desarrollo genital en los varones:
- Tipo prepuberal con genitales de aspecto infantil:
Hasta los 12 años. - Aumento de tamaño de los testículos y
el escroto, con poco desarrollo del pene; la piel del escroto
forma pliegues: 12-14 años. - Aumento de tamaño de escroto y
testículos con elongación del pene: 14-15
años. - Se oscurece la piel del escroto. Los genitales
parecen grandes en comparación con otras partes
corporales: 15-17 años. - Aspecto adulto: Más de 17
años.
Para las hembras se pueden tener en cuenta los criterios
de Stratz (2) para el desarrollo mamario
- La areola se encuentra al nivel de la piel y solo el
pezón está elevado: 10-12
años. - El pezón y la areola están elevados:
11-12 años. - Mama primaria (la areola hace relieve
sobre la mama): 12-15 años. - Mama secundaria (areola marcada solo por
pigmentación, solo el pezón hace relieve):
Más de 15 años.
- Pospisil M. Manual de
prácticas de Antropología física. Ed. Nac. de
Cuba. C. de la Habana. 1965. P: 186. - Op.Cit. p: 160.
Determinación de edad en
adultos: Esta determinación debe hacerse
sin seguir un solo carácter y considerando al mismo tiempo,
variedad de indicadores, de los que pasamos a enunciar los
más simples y que pueden apreciarse sin ninguna
manipulación excepcional del cadáver.
Desgaste de la superficie oclusal de los dientes: A
pesar de que existen tablas para determinar la edad atendiendo a
los cambios fisiológicos que sufre la dentición con
el transcurso de los años, de forma muy general puede
decirse que antes de los 30 años la superficie oclusal del
diente es del mismo color que el resto de la pieza, de 30 a 40
años, el desgaste del esmalte aporta un color amarillo,
entre 40 y 50 el desgaste llega a la dentina dando un color
carmelita y después de los 60 se ve el color negro de la
pulpa.
Trastornos de la córnea: Si tenemos en cuenta que
la deshidratación de la córnea le confiere un color
opaco en cadáveres con los ojos abiertos y en corrientes
de aire, en los
casos en que la cornea aún se mantenga transparente se
puede apreciar el arco senil que aparece alrededor de los 60
años.
Arrugas de la cara: Las arrugas aparecen más
rápido en la piel seca y se retardan en los cutis grasos,
aparece primero la arruga pre-auricular a los 30 años y en
el ángulo externo de los ojos a los 35.
La aparición de la canicie comienza por los
temporales después de los 35 años y después
de los 60 aparecen en el pubis y las piernas.
Los trastornos tróficos de la piel hacen aparecer
manchas hipercrómicas en el dorso de las manos
después de los 60 años.
Después de los 45 años se desarrolla un
ramillete de pelos en la porción interna del
trago.
DETERMINACIÓN DE LA DATA DE LA
MUERTE
La determinación de la data de la muerte en el
lugar de los hechos no debe darse como conclusiva sino solamente
como un dato preliminar. Téngase en cuenta que con una
sola evaluación
se hará una apreciación transversal de un proceso
que está constituido por aspectos multifactoriales, los
cuales a su vez pueden ser modificados por múltiples
variables difíciles de cuantificar (estado nutricional
de la víctima, esfuerzos físicos realizados,
temperatura,
humedad, etc.) y si se tiene en cuenta que durante el acto de
la necropsia se podrá repetir la evaluación, se
podrán superponer entonces los dos rangos calculados
(el primero durante el levantamiento y el segundo durante la
necropsia, la que se realiza habitualmente, al menos una hora
después) y así obtener un rango de
cálculo para la data de la muerte más
estrecho.
Equivalente a lo dicho para el cálculo de la
edad, en la determinación de la data de la muerte deben
explorarse varios indicadores y hacerse un criterio basado en la
totalidad de la información no dejándose llevar por
la constatación de un solo signo.
Seguidamente expondremos el mínimo de los
elementos a tener en cuenta para establecer un rango de
ocurrencia en la determinación de la hora en la que
ocurrió la defunción.
Muerte reciente (menos de 24
horas):
Enfriamiento cadavérico: Este ocurre al
extinguirse los procesos
exotérmicos del organismo, inicialmente se demora en
hacerse evidente por que al enfriarse primero las porciones
más superficiales del cuerpo, la pérdida de
calor es
compensada por las porciones subyacentes y solo se percibe cuando
esta pérdida llega el eje central del cuerpo del
cadáver.
El enfriamiento cadavérico se retarda por aumento
de la temperatura ambiental y viceversa y es inversamente
proporcional al diámetro del cuerpo (ocurre primero en
los delgados que en los gruesos). El enfriamiento del
cadáver se acelera también proporcionalmente a la
humedad y a la ventilación.
Aparece inicialmente en las porciones distales (manos
y pies) por lo general alrededor de las 2 horas, se hace
evidente entre las 8 y las 12 horas y se terminan de igualar la
temperatura corporal y la ambiental a las 24 horas.
No recomendamos la toma de la temperatura en el lugar de
los hechos por que el trabajo y la pérdida de tiempo que
implica, no se ve recompensado por el resultado; existiendo en la
actualidad otras pericias médicas de mayor confiabilidad
que podrán emprenderse posteriormente si así se
requiriera.
Livideces
cadavéricas: Aparecen al cesar la
circulación cardiaca y la sangre llenar los
capilares por efecto de la gravedad.
Se inician como pequeñas manchas en la
región posterior del cuello (cuando el cadáver
está en decúbito supino) entre los 20 y los 40
minutos de ocurrida la muerte y empiezan o confluir alrededor de
las 2 horas; en el resto del cadáver aparecen entre las 3
y las 5 horas y se hacen fijas a las 12 horas (no desaparecen
al ser comprimidas con el dedo).
Antes de hacerse fijas las livideces, pueden cambiar si
se cambian los planos declive,pero una vez impregnados los
tejidos por la extravasación de los pigmentos, si se
cambia al cadáver aparecen livideces nuevas sin
desaparecer las antiguas (entre las 10 y 12 horas, hasta las
24).
Lo dicho obliga a observar las livideces en el lugar de
los hechos comparándolas con los planos declive; pero
obliga también a fijar su localización aunque sea
descriptivamente por que pueden cambiar durante la
movilización y transporte del
cadáver.
Rigidez cadavérica:
Aparece por cambios bioquímicos ocurridos a los
músculos del cadáver y a los efectos de su
constatación se divide en tres fases:
- Instauración: Puede
vencerse la rigidez, al manipularlo el músculo se pone
flácido y después nuevamente se contrae (esta
fase comienza alrededor de las 3 horas). - Estado: La
rigidez es invencible y solo se cambia la posición del
cadáver por desgarros y fracturas. - Resolución: La rigidez se
vence pero después el músculo no la recupera
(esta fase desaparece con la
putrefacción).
En los niños, ancianos y desnutridos la rigidez
es precoz, débil y de poca duración, en
cadáveres de sujetos atléticos es tardía,
intensa y prolongada.
Respuesta supravital a la
estimulación mecánica de los músculos:
Es un fenómeno vital que se va perdiendo una vez
ocurrida la muerte, desaparece a las 6-8 horas de su
ocurrencia.
Muerte tardía (más de
24 horas):
La muerte tardía está marcada por el
comienzo de la putrefacción y esta ocurre por el efecto
destructivo de las bacterias que
existen en el organismo y las que van apareciendo al modificarse
el medio interno del cadáver; se divide en cuatro periodos
bien diferenciados, que van apareciendo con superposición
de elementos constitutivos (no tiene que desaparecer un
periodo para aparecer el otro).
- Periodo
cromático:
Coloración verde a pardo-negruzca que comienza en
la fosa ilíaca a las 24 horas y se va extendiendo a todo
el cadáver, en ahogados y recién nacidos comienza
rodeando la boca. - Periodo
enfisematoso:
Acúmulo de gases que invade todos los tejidos
(protusión de los ojos, proyección de la
lengua,
distensión del tórax y el abdomen, aumento de
tamaño de los testículos y red venosa superficial
visible); alcanza su expresión máxima a las
72 horas, puede comenzar a las 24-48 horas en dependencia de
las condiciones del lugar. - Periodo
colicuativo:
Aparecen las flictenas putrefactivas con desprendimiento
de la epidermis y las uñas, los gases se van escapando y
el cadáver pierde el aspecto macrosómico, se hunden los ojos y se
aplastan las alas de la nariz, todos los órganos
reblandecidos dejan escapar una serosidad sucia. Aparece
alrededor del 10mo día, pero en cadáveres en
el agua, el
desprendimiento epidérmico ocurre el 4to
día. - Periodo de reducción
esquelética: Comienza alrededor de los
8-10 meses, se pierden las partes blandas y se desinsertan los
huesos, dura
hasta los 2-3 años.
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