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Algoritmos de la pericia medicolegal en el lugar de los hechos (página 2)



Partes: 1, 2

PROCESOS
CONSERVADORES DEL CADÁVER

Momificación:
Se debe a una deshidratación rápida de los
tejidos que
impide la acción
putrefactiva de las bacterias,
ocurre en un periodo de entre 1 y 12 meses, se conserva
más la morfología
externa que la interna, lo que permite estudiar violencias
externas pero no un diagnóstico visceral.

Momias pesadas: Siempre van a pesar menos que el
cadáver original, pero no han perdido aún todo el
líquido que deben. Ocurrencia de la muerte en
menos de 1 año.

Momias ligeras: Cadáveres con una data de varios
años.

Saponificación:
Ocurre por la permanencia del cadáver en lugares
fangosos, con agua
estancada, los tejidos se transforman en un material con aspecto
de entre cera y grasa, comienza en las partes del cuerpo que
tienen más grasa (nalgas, mejillas), comienza a la
6ta semana, se hace evidente a los 3-4 meses y no se termina
hasta el año de la muerte.
Conserva el exterior del cadáver pero no las
vísceras.

Corificación:
Se describió en cadáveres conservados en
cajas de zinc soldadas, muy parecido a la momificación
pero la piel es
más suave y tiene aspecto de cuero
recién curtido, se hace evidente entre 1 y 2
años.

ESTUDIO DE LAS VIOLENCIAS QUE SE
ENCUENTRAN EN EL CADÁVER

La observación y descripción de las violencias que se
aprecian en el fallecido en el lugar de los hechos, no
necesariamente serán conclusivas para la investigación. Precisamente teniendo en
cuenta las condiciones adversas para el trabajo
pericial durante el levantamiento del cadáver y
comparándolas con las condiciones relativamente ideales de
un salón de necropsia, es preferible no modificar las
características que se aprecien en los signos de
violencia y
cuando explorar estas violencias implica la modificación
de las mismas, se debe optar por una exploración que pueda
parecer superficial en un segundo momento del trabajo
pericial y no incapacitar acciones
posteriores de mayor confiabilidad y certeza.

El objetivo de la
observación de las lesiones que se aprecien desde el lugar
del suceso, no es otro que verlas en función de
los objetos que aquí aparezcan y correlacionarlas, con lo
que se pueda interpretar como la dinámica de ocurrencia del hecho delictivo,
que puede deducirse de la posición que ocupa el
cadáver, de los trazos y manchas que aparezcan, así
como de todas las informaciones que puedan resultar
contextuales.

El estudio en esta fase de la pericia médica es
más descriptivo que analítico y no está
tanto en función de una correlación con las causas
del fallecimiento, como si con las circunstancias que puedan
modificarse con el transcurso del tiempo y la
movilización del cuerpo, aspectos estos que
necesitarán ser tenidos en cuenta en la medida en que
vallan apareciendo nuevos elementos durante la práctica de
la necropsia.

El examen del cadáver debe hacerse con un
mínimo de iluminación, no importa de que tipo de
luz (focos
sostenidos manualmente, luces de automóviles,
lámparas de kerosene, etc.
), pero la inspección
visual es indispensable y no debe ser entorpecida por la sombra
que otros participantes o que el mismo médico proyecte.
Debe tenerse en cuenta también que el perito debe ser
asistido por un ayudante, esto permite una manipulación
más suave del cadáver y su vestuario, no tirando de
la ropa y si facilitando acomodar antes las extremidades cuando
se realice la rotación del cuerpo, para evitar torpezas
por tropiezos o salpicaduras innecesarias.

El examen del cadáver debe hacerse de forma
organizada, inspeccionando y palpando en un orden lógico
descendente (desde la cabeza), primero en el plano que el
occiso brinda al explorador y después volteándolo y
repitiendo el procedimiento, se
debe prestar una atención particular a los ojos, orificios
naturales, cuello, axilas y pliegues mamarios, genitales externos
y manos. Debe palparse la integridad del cráneo, jaula
torácica, pelvis y huesos largos de
las extremidades.

Particularmente al examinar las manos se debe ser
cuidadoso de preservarlas cuando se sospeche que se puedan
encontrar en ellas rastros de pólvora, microfibras,
sangre u otros
materiales y
de ser necesario cubrirlas con un material impermeable (a
defecto de algún material mejor se pueden utilizar los
guantes quirúrgicos que utiliza el perito
).

Siempre movilizar el cadáver teniendo en cuenta
que puede ocultar indicios importantes que se encuentren bajo
él y muchas veces disimulados por coágulos
sanguíneos o fragmentos corporales; estamos hablando de
proyectiles, vainas vacías y otros objetos pequeños
que pueden pasar inadvertidos inicialmente.

Existen lugares en los que es necesario movilizar el
cadáver antes de que el médico pueda examinarlo ya
sea por seguridad del
perito o por razones obvias de espacio (Ahogados que
permanezcan bajo el agua,
víctimas de derrumbes, cadáveres en pozos y cuevas,
etc.
), en estos casos debemos considerar que lo ideal
sería contar con médicos entrenados en técnicas
de buceo, de escalamiento y otras, pero lo indispensable es que
cualquier maniobra que se realice sea bajo la supervisión del forense y que este observe
todo el procedimiento, después de aclararle al personal que lo
auxilie de cuales son sus intereses fundamentales.

QUE NO DEBE HACERSE DURANTE EL EXAMEN DEL
CADÁVER:

  • Pronunciarse con relación a que se trate de un
    feto o un
    recién nacido.
  • Aceptar una identificación hecha por el
    vestuario, joyas u otros objetos personales.
  • Determinar la raza ni la edad de un cadáver
    putrefacto en el lugar de los hechos.
  • Brindar elementos identificativos en restos
    óseos.
  • Explorar trayectos de heridas o utilizar reactivos
    sobre el cuerpo del occiso.
  • Permitir que el cadáver sea movilizado sin
    supervisar directamente y bajo observación todos los
    procedimientos.
  • Permitir que el cadáver sea examinado por un
    ayudante.
  • Brindar conclusiones sobre aspectos que serán
    evaluados con mayor grado de certeza durante la práctica
    de la necropsia.

LA
DESCRIPCIÓN DEL LUGAR DEL HECHO

Para la descripción del levantamiento de
cadáver en nuestro medio existe un modelo tipo
planilla que debe ser llenado por el médico que lo realiza
y en el que se plasma primeramente la fecha y la hora así
como el nombre del médico y la institución donde
labora, posteriomente ubica el lugar donde se encuentra al
momento de realizar la diligencia (calle, entrecalles, etc. en
el caso urbano; finca, kilómetro, etc. en el rural
),
de seguido recoge la información sobre la identificación
del occiso, la data de la defunción y el tipo de muerte de
que parezca tratarse, ya sea natural o violenta y culmina con los
signos de violencia que se aprecian en el fallecido.

Posteriormente por el reverso del modelo se describen
libremente los antecedentes y todos los particulares de interés
del lugar y el cadáver, aquí se permite libertad de
redacción por parte del perito; no obstante
y para evitar desconcierto ante la cantidad de objetos,
características del inmueble y otros datos,
quién realiza un levantamiento de cadáver debe
utilizar una de las tres técnicas descriptivas que se
recomiendan en adelante.

Las dos primeras técnicas consideran el
cadáver como centro de la escena y difieren en cuanto se
comience a describir de la periferia al centro o viceversa,
resultando en el primer caso una descripción
centrípeta y en el segundo centrífuga (haciendo
similitud a las fuerzas que aparecen al girar un cuerpo sobre un
centro
).

La tercera técnica supone al perito parado en un
extremo de la escena que avanza describiendo todo lo que va
encontrando a su paso.

Cualquier técnica puede ser correcta según
el caso de que se trate y aunque existen otras (punto a punto,
por franjas, por cuadrículas, etc.
),(1). Nosotros en
particular preferimos las 3 primeras expuestas, por parecernos
que brindan al lector más facilidades para hacerse una
correcta composición del lugar.

ESQUEMAS

Recomendadas:

Otras posibles a utilizar:

  1. Badilla J. Curso de administración y procesamiento de la
    escena del crimen. Dep. Publ. Impresos.
  2. Poder Judicial. San
    José.1999.

OTRAS
TÉCNICAS DE FIJACIÓN

Elaboración de croquis y
planos:
Aunque no se puede exigir al perito
médico, que tenga las habilidades necesarias para hacer un
levantamiento planimétrico de la escena del crimen, que
sea a la vez modelo de exquisiteces técnicas y
artísticas, si resulta útil (y para el consumo
propio
), hacer un dibujo del
lugar que ayude a ir organizando los elementos de la
descripción escrita y aunque pueda parecer que este
croquis resulte una pérdida de tiempo, es muy sencillo
hacer un dibujo con palotes y figuras geométricas, que
solo comprenda el autor, para luego sentarse a conformar un
texto
organizado y coherente, siendo posible que la memoria
gráfica de los símbolos del dibujo, brinde mejores
resultados que la memoria de cada
detalle.

¿Quién no sería capaz de comprender
en segundos los fundamentales descriptivos de esta escena?.
Más cuando se vio originalmente lo representado o si se
completa con una leyenda mínima del dibujo.

Fijación
fotográfica:
No pensamos que sea
necesario exponer en detalles las bondades de la fotografía
para fijar lo encontrado en el lugar de los hechos pero existen
recomendaciones muy generales que pensamos que se deben tener en
cuenta. Ante todo lo ideal es poder utilizar
cámaras fotográficas manuales,
auxiliándose de un fotómetro y si hiciera falta un
suplemento de luz, utilizar el electrónico que recomienda
el fabricante para ese equipo en particular, utilizando
también negativos lentos (no más de 100 asa) y
papel sin brillo para las impresiones. De no ser esto posible y
contarse con una cámara automática, recordar que
estas varían la imagen cambiando
los parámetros de ajuste y al existir poca
iluminación en el lugar pueden resultar fotografías
con muy pobre resolución. Lo dicho avala la importancia de
una buena fuente de luz en el lugar, pero a deficiencia de ella y
cuando haya que recurrir a varias fuentes
distintas de menor potencia, debe
considerarse que si se varía la temperatura en
la iluminación, aparecerán en la instantánea
colores que
pueden no ser los reales (este efecto indeseable puede ocurrir
también por realizar exposiciones "a contra luz", cuando
el objeto queda entre la fuente de luz y la
cámara
).

Cuando se puedan cumplir los ideales que se exponen en
el párrafo
anterior, se puede utilizar otro foco de luz ajeno al
electrónico de la cámara para enfocar y encuadrar,
pero debe tenerse el cuidado de apagarlo antes de la exposición
para no variar la temperatura del color ni provocar
sombras indeseables.

Recientemente han aparecido en nuestro medio
cámaras digitalizadas que resultan muy útiles por
lo barato de su utilización y por brindar la posibilidad
de conservar y reproducir sin pérdidas de calidad en la
imagen, pero deben ser utilizadas con las reservas que se
señalaron para los equipos automáticos.

No queremos finalizar sin exponer antes la necesidad de
utilizar escalas centimetradas que queden en el encuadre del
objeto que se pretende fijar y lo más cercano a este que
sea posible, primero por la razón obvia de conocer el
tamaño del objeto, pero también ante el peligro de
que durante el proceso de
ampliar en el laboratorio,
ocurra alguna distorsión y en este caso la escala se
distorsionará en la misma medida que el objeto en
cuestión.

Fijación
filmográfica:
Este método
añade a los beneficios del anterior, la ventaja
incuestionable de poder realizar una descripción verbal en
la misma medida en que se va fijando la imagen.

Solo queremos señalar para estas técnicas
el peligro que representa la utilización abusiva del zoom
y del macro, pues si bien estos dispositivos nos permiten un
nivel de detalle muy bueno, tienen el inconveniente de mostrar el
contexto muy fraccionado y no es raro que se elaboren videos que
abusan tanto de ambos dispositivos, que el espectador no logra
hacerse una idea general de la localización de las partes
que se le están exponiendo; por lo que recomendamos
comenzar cada material realizando tomas generales, con un
ángulo ancho y haciendo "paneos" que brinden una
visión completa, la que posteriormente se podrá
fraccionar haciendo la correspondiente explicación por el
que actúe como locutor (que puede no ser otro que el
mismo camarógrafo
).

Con la utilización de cámaras de
vídeo se incrementa la necesidad de poseer buenas fuentes
de luz con una misma temperatura y no debe descuidarse el ajuste
manual al
blanco antes de comenzar cada filmación, no confiando en
el ajuste automático de la cámara, para esta
operación el médico posee un recurso insuperable:
"Su propia bata sanitaria" la que puede iluminar con la fuente de
luz que posea.

Técnicas de computación: Las
técnicas que suponen la utilización de la
computadora, además de la ventaja de que conservan las
imágenes sin alteraciones y de que se
pueden reproducir estas imágenes innumerables veces con la
misma calidad, permiten también que se puedan realizar
modificaciones con efectos didácticos e ilustrativos. Pero
tienen la desventaja de que salvo con la utilización de
scanner
tridimensionales (caros y para objetos de tamaño
limitado
), en el resto de los casos no son fijaciones
propiamente dichas, sino reproducciones que serán tan
fieles como hábil y paciente sea el operador del equipo.
Por tanto la construcción virtual de un lugar del hecho
puede resultar muy ilustrativa, pero en última instancia
no es más que una maqueta que no tiene obligatoriamente
que reproducir el original en todos sus detalles.

La combinación de los tres últimos
métodos
descritos puede resultar de gran utilidad,
fundamentalmente para almacenar imágenes fijas o en
movimiento,
con la desventaja de que requiere de máquinas
caras con gran capacidad de almacenar en memoria y con procesadores de
alta velocidad,
dificultades estas que van disminuyendo rapidamente con la
aparición de equipos cada vez más potentes y formas
más reducidas de guardar imágenes de alta
resolución.

PARTICULARIDADES DE LOS LEVANTAMIENTOS DE
CADÁVER

Hasta esta altura del material hemos pretendido brindar
elementos muy generales que sean aplicables a todos los casos en
los que un perito médico se enfrente a un lugar donde se
sospeche que se haha llevado a cabo un delito de
homicidio o
asesinato, pero las situaciones particulares en las que puede
aparecer la ocurrencia de estos hechos son tan variadas que cada
caso entraña siempre un reto a la diversidad, no obstante
se puede decir que existen generalidades en algunas formas de
ocurrencia de la muerte de la víctima y es por eso que
pretendemos en lo adelante hacer una exposición global de
algunas de estas particularidades.

Como el presente no tiene otro objeto que no sea la
pretensión de llenar un espacio aportando experiencias y
recomendaciones, vamos a resistir a la tentación de
referirnos a lugares donde han ocurrido desastres de cualquier
tipo pues este tema ha sido tratado ampliamente y con mucho
éxito
por el equipo de trabajo que encabeza el Dr. Jorge
González Pérez, razón por la que remitimos a
estas investigaciones a
quienes tengan la necesidad de conocer sobre el
particular.

1- En hechos vinculados al tránsito de
vehículos por la vía pública:

Los homicidios en
ocasión del tránsito tienen características
particulares que justifican que se tengan en cuenta de forma
diferenciada. Por concepto ocurren
en la vía pública, lo que implica gran cantidad de
curiosos, premura por restablecer la circulación de
vehículos, así como incomodidades para el trabajo.
Pero a la misma vez, el polimorfismo lesional que aparece y el
dinamismo y rapidez en la ocurrencia de los hechos, obliga a un
trabajo cuidadoso y metódico.

Con relación al lugar del
hecho:
En el estudio del lugar que realiza el
perito médico, no puede dejar de fijarse en las
características de la vía para el momento en que
ocurre el supuesto delito, en particular considerar la densidad del
tránsito, tramos rectos y curvos y su extensión,
dirección de circulación de los
vehículos implicados, características de
iluminación para esa hora del día (efecto de
deslumbramiento por salir de una sombra, posición frontal
al sol, etc.
), otros factores que entorpezcan la visibilidad
(niebla o vegetación en el borde de la
vía
), estado de ese
tramo de la carretera así como la aparición de
trazos, tanto por recapación como por decapación,
manchas de lubricantes, combustibles o lodo, presencia de
animales
cercanos a la vía y que puedan efectuar cruces sobre ella;
se debe percatar de la presencia de separadores u otros
obstáculos fijos y no debe olvidar buscar en la vía
fragmentos de cristales, de plásticos
de focos y otros aditamentos.

Con relación al
vehículo:
Si el o los cadáveres se
encuentran en el salón del vehículo no dejar de
revisar la pizarra delantera (abolladuras, máculas,
pelos
), el volante, existencia de dispositivos de seguridad y
su uso por la víctima (cinturón, cabezales de
los asientos delanteros
), posibles máculas o
fragmentos de tejidos en la tapicería del techo y las
puertas, fracturas de los cristales y máculas y pelos en
el borde de las fracturas, estado de los respaldos de los
asientos delanteros; Presencia de frascos y su contenido en el
salón así como derrames de sustancias
alcohólicas, tapicería y alfombras en
general.

En casos de atropellos revisar los salientes del
vehículo y buscar abolladuras en la carrocería,
revisar todo el frente y los salientes de la parte inferior
buscando tejido humano, sangre, pelos, o fragmentos del
vestuario, revisar el dibujo de la banda de rodamiento de los
neumáticos y las bóvedas de los guardafangos por
dentro.

Con relación al
cadáver:
En los hechos de
tránsito, sino la mayoría por lo menos las lesiones
más importantes son en el polo cefálico, por lo que
debe palparse cuidadosamente el cráneo buscando fracturas
y movilizar el cuello buscando fracturas y luxaciones, debe
comprobarse también la integridad de la jaula
torácica, la pelvis y los miembros.

Prestar particular interés a heridas contusas y
equimosis que puedan "dibujar " partes salientes del
vehículo o el relieve de la
banda de rodamiento de los neumáticos.

2- En casos de caidas o
precipitaciones:

Con relación al lugar del
hecho:
En estos casos el perito debe considerar
como tal, el plano donde está el cadáver, pero
fundamentalmente el plano desde el que cae y todos los
obstáculos intermedios entre ambos, que en alguna medida
pueden provocar heridas, contusiones y desviar la parábola
de caída. Pensar que si bien en el plano inferior, hacia
el que cae el cuerpo, está la consecuencia del hecho que
investiga, en el plano superior estará la causa y es
aquí donde debe buscársela.

En las precipitaciones a gran altura y contra
superficies duras, debe tenerse en cuenta que después de
un primer impacto, el cuerpo puede volverse a elevar y cambiar la
posición (verdadero efecto de rebote) lo que
también puede distorsionar la parábola que
trazó el cuerpo en su recorrido o parecer que el
cadáver fue movilizado.

Con relación al
cadáver:
Lo más frecuente es que
las lesiones internas sean mucho más graves de lo que
pueda parecer por la inspección del exterior,
deberá palparse el cráneo buscando fracturas
(saco de nueces en la variedad cefálica),
así como la pelvis y miembros inferiores (fracturas
cuádruples de la variedad podálica
).

3- En disparos por armas de
fuego:

Con relación al lugar del
hecho:
En estos debe prestarse particular
interés a trazos y desconchados de las paredes, pisos,
bordes de puertas y ventanas, buscar salpicaduras de sangre por
proyecciones, escurrimientos y otros, deben buscarse las vainas
vacías (utilización de pistolas), en caso de
proyectiles incrustados en paredes y muebles, el médico
debe solicitar observarlos después de su extracción
para hacer posteriores comparaciones.

Con relación al
cadáver:
Prestar particular
atención al vestuario, múltiples orificios pueden
ser la expresión de pliegues de la ropa en el trayecto del
proyectil, retirarse la ropa es característico de los
suicidas, la aparición de varios disparos puede ser
también posible en un suicida si este utiliza un arma
automática. De hacerse evidente el trayecto, ya este de
por sí solo puede demostrar un homicidio o asesinato si
ocurriera que estos fueran imposibles al alcance de las manos de
la víctima, buscar en las manos de los suicidas las
salpicaduras de las proyecciones de sangre.

En los casos de muertes ocurridas por armas de fuego no
siempre se puede afirmar que por cada disparo existe un orificio
de entrada y uno de salida y es bastante frecuente la atipicidad
de los orificios, pudiendo ocurrir heridas con aspecto de haber
sido provocadas por un arma blanca y existiendo orificios de
salida con características de orificio de entrada (piel
contundida desde adentro al estar la piel contra una superficie
dura
).

En estos casos no son frecuentes las lesiones por
defensa, pues la agresión ocurre desde una distancia
segura para el autor, pueden aparecer lesiones en la mano
contraria a la que empuña el arma, en suicidios en los que
se guía el cañón durante el
disparo.

Se debe pensar en que pueden existir orificios de
entrada en los orificios naturales.

4- En muertes por heridas de armas
blancas:

Existe mucha información que el perito puede
obtener durante el levantamiento de cadáver en agresiones
mortales por armas blancas, pero no debe dejarse entusiasmar por
esto y conservar un margen de suposiciones que no deberá
dar por certeras hasta tanto se practique la
necropsia.

Con relación al lugar del
hecho:
Aquí debe hacerse un cuidadoso
estudio de las manchas hemáticas, si se hace una buena
observación de las manchas por proyección se puede
hacer también la determinación tridimensional del
punto sangrante y de su movimiento por la escena del crimen,
considerando que a diferencia de las armas de fuego, en las armas
blancas si es frecuente la lucha y ocurre mayor acercamiento
entre víctima y victimario, siendo frecuente las lesiones
de defensa.

En suicidas buscar siempre las máculas que
muestran una posición ante el espejo.

Con relación al
cadáver:
Revisar minuciosamente el
vestuario, teniendo en cuenta que el suicida se retira las
prendas de ropa que cubren la zona sobre la que se va a agredir y
en el homicidio hay una correspondencia entre las heridas y los
desgarros de la ropa que las cubre; se debe tener en cuenta que
la perforación de n pliegue provoca 3 desgarros similares
para una sola herida en la piel.

La observación de las heridas permite establecer
algunas características del arma que la produjo
(acción de punta de filo o de peso combinado a las
anteriores
), incluso existen casos en los que se puede hablar
de la forma de la hoja y esta información se puede manejar
desde el principio, pero nunca la longitud. Esto es válido
y más importante cuando se utilizan como armas, objetos
improvisados como destornilladores u otros de acción
puntiforme y forma característica.

Se deben examinar con cuidado las manos y antebrazos
buscando heridas de defensa, tener en cuenta que la accesibilidad
del sitio y su localización pueden diferenciar a un
suicidio de un
homicidio.

En algunas ocasiones desde el lugar del hecho es posible
diferenciar entre varias heridas provocadas por diferentes armas
y en ocasiones también es posible determinar el orden de
ocurrencia de heridas superpuestas.

5- En muertes producidas por la acción de
objetos contundentes:

Generalmente cuando se emplea este método, es
utilizando armas improvisadas y sin hacer conclusiones
precipitadas, se puede suponer la poca preparación del
hecho delictivo, esto sin embargo no debe plantearse como regla,
pues existen delincuentes que premeditan objetos precisamente
seleccionados por no parecer un arma y poder utilizarlos sin
avisar a la víctima del peligro.

Con relación al lugar del
hecho:
Lo general en estos casos es que en la
escena haya ocurrido una lucha y en una víctima avisada es
muy difícil que el primer golpe sea mortal, por lo que
será útil el estudio de las manchas
hemáticas. Si durante el examen del cadáver se
observa alguna lesión figurada se podrá buscar el
objeto que la provocó y si no, se debe tener en cuenta que
en estos casos siempre quedan restos de tejidos, pelos o sangre
de la víctima en la superficie del arma
empleada.

Con relación al
cadáver:
Se debe tener en cuenta que no
siempre que aparezca una contusión ocurrió un
golpe, lo mismo un solo golpe con un objeto cilíndrico
crea dos equimosis, que varios golpes en un mismo lugar crean una
sola.

Particular cuidado debe tenerse en la utilización
de las armas naturales por victimarios conocedores de
técnicas de artes marciales, en estos casos los
traumatismos no son evidentes, siempre asientan sobre zonas
electivas, con una secuencia lógica
de ocurrencia e interesando zonas reflexógenas.

6- En muertes ocurridas por
quemaduras:

Si bien en la bibliografía revisada se
cita que esta forma de encontrar la muerte es generalmente en
accidentes, se
debe tener en cuenta que en Cuba esta
generalidad no se cumple, pues el fuego es un medio que se
utiliza tanto por suicidas como por homicidas, sobre todo cuando
el victimario es una mujer.

Con relación al lugar del
hecho:
Generalmente en el lugar y aunque se haya
propagado el incendio, es detectable la maniobra de
preparación, existiendo los recipientes que se utilizan
para preparar el inflamable (lo más usual es que se
trate de una mezcla, se utiliza mucho la de alcohol y
kerosene por la rapidez de combustión del primero y la durabilidad de
la llama del segundo después de calentado
), cuando la
víctima huye después de infamada, va dejando a su
paso, por la escena, restos del líquido y quemando
alfombras, cortinas y otros.

Con relación al
cadáver:
En casos en que ha ocurrido la
carbonización (los que no logran conseguir auxilio pues
de ser así generalmente no fallecen en el lugar
), se
debe tener en cuenta que bajo estas condiciones pueden ocurrir
soluciones de
continuidad de la piel, fracturas y hasta mutilaciones por efecto
del calor que no
deben confundirse con otros traumatismos provocados por otros
agentes, ocurriendo también disminución del
volumen
corporal total por la pérdida de líquidos,
quemadura de los pelos y contracción de la piel que
dificultan o imposibilitan la identificación de la
víctima.

Finalmente queremos hacer mención de la
existencia de los indicadores de
Paez para la determinación de la etiología
medicolegal, pero no nos detenemos en ellos por pensar que
corresponden mejor a cadáveres de víctimas que han
logrado alguna supervivencia posterior al hecho.

  1. En muertes ocurridas por
    sofocación:

Este medio de provocar la defunción de una
persona,
requiere de alguna manera lograr la indefensión de la
víctima, atendiendo a la razón obvia de es
indispensable que esta no se pueda retirar el objeto que obstruye
u ocluye los orificios respiratorios, es por esto que se ve
más frecuente en recién nacidos y cuando se ve en
adultos siempre va acompañada de otras
violencias.

La etiología en estos casos es frecuentemente
accidental hacia los extremos de la vida (accidentes en la
cuna y
deglución de trozos de alimentos
respectivamente
) y homicida para los adultos.

Con relación al lugar del
hecho:
En recién nacidos y lactantes, si
se ha preservado el lugar de los hechos, se encuentra en la cuna
la causa que provocó la defunción, presencia de
almohadas grandes, bolsones entre el colchón y la baranda
u otros y no es infrecuente que neonatos mueran accidentalmente
por compartir el lecho con la madre que puede comprimirlos
durante el sueño.

En adultos sanos es excepcional una etiología
diferente al homicidio y entonces es de esperar que haya ocurrido
una lucha, en nuestro país las asfixias en general son un
medio utilizado por los homosexuales masculinos y casi siempre
ocurre en lugares privados o cuando tiene lugar en un sitio
público este será apartado, o la ocurrencia
será en horarios en los que no es concurrido.

Con relación al
cadáver:
En recién nacidos y
lactantes se debe descartar siempre el homicidio, por lo que se
impone buscar contusiones y estigmas ungueales y digitales
peribucales y del cuello.

Cuando ocurre en un adulto por etiología
accidental (epilépticos) siempre se encuentra la
condición que la provoca durante el
levantamiento.

Puede darse el caso de que una muerte ocurra sin ser
prevista por el victimario, al introducir en la boca mordazas con
violencia, acción que desplaza hacia atrás la base
de la lengua contra
la pared posterior de la faringe, en estos casos se aprecia el
cuerpo extraño dentro de la boca con una ligadura que lo
comprime, así como inmovilización de los miembros
superiores.

Pensar que una bolsa de nylon sobre la cara no deja
violencias locales en el exterior del cadáver.

8- En muertes por ahorcamiento:

Esta forma de morir es muy utilizada en nuestro
país por suicidas masculinos.

Con relación al lugar del
hecho:
Provocar un ahorcamiento vital en un
sujeto consciente es practicamente imposible sin reducir a la
víctima, por lo que deben buscarse signos de lucha, debe
revisarse siempre el soporte del punto fijo de la cuerda u otro
material del que penda el cadáver buscando trazos de
deslizamiento o de bamboleo así como la posibilidad, del
que fue cadáver de preparar por si mismo el escenario
(conocemos la experiencia de un homicidio de una mujer por su
esposo que se hizo evidente desde el mismo lugar al quedar
demostrada la imposibilidad de la víctima de alcanzar al
lazo dada su estatura
).

Deben revisarse todos los objetos duros que rodeen al
cadáver y que puedan golpearlo durante las convulsiones
asfícticas.

Con relación al
cadáver:
Se impone la revisión del
cuello y la constatación de un surco vital que
además se corresponda con el material del lazo empleado.
Tener en cuenta que dos circulares de un mismo lazo pueden
provocar dos surcos, uno de ellos horizontal, pero para que no se
trate de un estrangulado que tratan de que simule un ahorcado,
ambos surcos deben dejar marcado el lugar de la
intersección de las cuerdas formando un dibujo
continuo.

Nunca se debe dar por vital un ahorcamiento solo
atendiendo a la localización de las livideces, pues estas
aparecen también en cadáveres recientes que
resulten colgados. Se debe considerar también que en el
borde superior al surco ocurre una coloración
violácea por un mecanismo local semejante al de las
livideces y que no se trata de un fenómeno
vital.

Ante la gran variedad de circunstancias que se aprecian
en los ahorcados, se debe tener en cuenta que la atipicidad
apunta hacia el suicidio, habiéndose visto casos en los
que el suicida, incluso se ata las manos para que no le falle el
valor en el
momento decisivo.

En las asfixias en general hay que tener en cuenta que
la sensación placentera que provoca la hipoxia, es
utilizada en prácticas autoeróticas que pueden
devenir en accidente.

9- En muertes por
estrangulación:

Habitualmente se trata de homicidios, para que sea por
un suicidio, debe tratarse de un método que garantice la
constricción del cuello después de haber perdido la
consciencia la víctima; la accidentalidad se hace evidente
al persistir en el cadáver la situación determinada
que le provocó el exitus.

Con relación al lugar del
hecho:
Se deben buscar signos de lucha,
deposiciones de materia
orgánica por relajación de esfínteres, en
caso de pasarse la cuerda por el cuello de la víctima
desde su espalda, es mínima la lucha por la
aparición rápida de la inconsciencia.

Con relación al
cadáver:
Siempre se deben buscar
violencias que sean suficientes como para reducir a la
víctima. Saber que ligaduras blandas y anchas pueden dejar
la piel intacta y solo lesiones profundas, por el contrario en
las estrangulaciones a mano siempre hay violencias visibles en la
piel y destrucción del esqueleto cartilaginoso de la
laringe.

10- En muertes por sumersión:

Este tipo de defunciones es frecuente en nuestro
país por razones geográficas evidentes,
generalmente se trata de una etiología accidental y lo
más habitual es que ocurra por imprudencia de personas que
saben nadar, muchas veces asociadas a la ingestión de
bebidas alcohólicas.

Con relación al lugar del
hecho:
El medio líquido en que ocurren
las sumersiones es el ejemplo más cambiante que puede
ocurrir de un lugar del suceso, a lo sumo se podrá
estudiar, si llega a conocerse, el lugar desde ocurre la
caída al agua, que puede distar muchos metros o
kilómetros del lugar del hallazgo (en dependencia de la
velocidad de las corrientes, la profundidad del lugar, la
temperatura del agua
, presencia de depredadores,
etc.).

Puede ocurrir que el cadáver sea hallado por
rastreo con buzos, en cuyo caso es posible que se encuentren
indicios en el fondo, pero de cualquier manera se trata del mayor
reto que pueda existir para el estudio de un lugar.

Con relación al
cadáver:
El examen de la víctima
también es un reto, por una parte se debe considerar que
un leve empujón con la punta de los dedos es suficiente
para provocar un homicidio, por otra parte es posible que ni la
sumersión pueda plantearse en el lugar si ha desaparecido
el hongo de espuma de los orificios respiratórios.

11- En muertes por inhalación de gas:

Las defunciones por inhalación de gas
(propano) son frecuentes tanto por accidentes
domésticos como por suicidios. En ocasiones la atmósfera saturada de
gas se inflama al ponerse en funcionamiento algún
dispositivo eléctrico automático, como una
máquina de refrigeración, ocurriendo explosiones
importantes de alto poder destructivo.

Con relación al lugar del
hecho:
Los levantamientos de cadáver en
estos casos son particularmente peligrosos, debe tenerse en
cuenta airear el lugar, evitar chispas eléctricas
(encender luces, tocar timbres, incluso desconectar la
electricidad,
para no activar mecanismos de seguridad
), existe el peligro
hasta de utilizar suelas claveteadas por la posibilidad de que
ocurran chispas contra el piso.

Siempre es detectable el escape de gas, en los
accidentes se trata de salideros lentos, a los que la
víctima no les atribuye importancia y que se demoran en
alcanzar niveles mortales en la atmósfera hasta provocar
la somnolencia de la hipoxemia, cuando los que la respiran se han
habituado al olor.

En los suicidios están abiertas todas las llaves
de la cocina y cerradas las entradas de aire.

De ocurrir explosión del local predominan los
daños provocados por la onda expansiva y la temperatura
sube de forma muy brusca pero con muy corta duración sin
que lleguen a combustionar bien los textiles ni maderas, siendo
los indicios del incendio secundarios.

Con relación al
cadáver:
La coloración rojo
intensa de las livideces es evidente desde un primer momento, en
casos de explosiones las quemaduras son de casi la totalidad de
la superficie corporal pero superficiales.

En los accidentes la muerte sobreviene al sueño
nocturno o las siestas, por lo que generalmente el cadáver
aparece en la cama.

12- En muertes por efecto de la corriente
eléctrica:

La corriente eléctrica puede causar la muerte y
de hecho así lo hace en muchos casos de accidentes
domésticos y laborales, no hemos visto casos de las otras
dos etiologías.

El paso de la electricidad por el cuerpo provoca
alteraciones que pueden resultar mortales o no en dependencia de
la intensidad y el voltaje, así como del trayecto que
sigue en el cuerpo y de la resistencia que
le muestren la piel y el vestuario de la
víctima.

Con relación al lugar del
hecho:
Generalmente se hace evidente la
existencia de un conductor sin protección aislante o la
manipulación de algún aparato
eléctrico.

Debe tenerse presente que el agua favorece el paso de la
corriente eléctrica por disminución de la
resistencia y por aumento de la superficie de contacto, por lo
que resulta acertado buscar charcos en el lugar así como
mojado el vestuario y el calzado.

Pueden resultar mortales, voltajes más bajos que
los existentes en las redes domésticas
(60 voltios pueden provocar alteraciones de conducción
en corazón y
pulmone
s).

No se debe confiar en la protección que
supuestamente brindan los automóviles, conociéndose
casos de electrocutados manipulando grúas en los que se
formaron verdaderos arcos eléctricos entre las llantas y
el piso, saltando sobre los neumáticos y al tocar el brazo
del equipo un cable de alta tensión.

Nunca manipular un cadáver sin cerciorarse antes
de que se han desconectado todos los interruptores y que hay
seguridad para el perito.

Con relación al
cadáver:
Las quemaduras típicas de
la electrocución ocurren por aumento de la resistencia de
la piel al paso de la electricidad, con relación al
conductor que la contacte (efecto Joule), pero no son
obligatorias al hacerse un contacto amplio, por lo que pueden
faltar en el cuerpo del occiso.

Las metalizaciones pueden no ser evidentes a simple
vista y no se puede confiar tampoco en que el cadáver
vista calzado de goma, pues muchas veces al revisarlo se
encuentran orificios donde el borde aparece quemado y subyacente
orificios chamuscados en el vestuario con quemadura de la
piel.

ASPECTOS
ÉTICOS DEL TRABAJO PERICIAL EN EL LUGAR DEL
HECHO

Resultaría incompleto el presente trabajo si no
existiera un pequeño acápite dirigido al aspecto
humanístico del desempeño del médico en el lugar de
los hechos, que nos brinde recursos que
trasciendan los aspectos técnicos, tanto propios, como
jurídicos o policiológicos (por mencionar algunos
de los conocimientos que el perito debe integrar al enfrentar sus
funciones
desde un inicio).

Para enfrentar esta tarea nos proponemos ir
desarrollando algunas ideas desde el contexto macrosocial donde
el médico existe, de aquí trasladarnos a una
segunda esfera que abarque principios
morales que tradicionalmente han sido tenidos en cuenta por los
galenos, más especificamente incursionar en
consideraciones éticas del médico al ser requerido
como auxiliar de la
administración de justicia y por
último terminar en que debe hacer esta persona cuando se
encuentra en el lugar de ocurrencia de un suceso
criminal.

Esta secuencia nos parece ineludible para ir
transcurriendo hasta nuestros intereses y para evitar llegar a
situaciones muy puntuales y obviar un contexto, que sin dudas
existe y que es tenido en cuenta por muchos profesionales de
forma cotidiana, aunque a veces esto ocurra de forma
implícita y poco divulgada.

Los tiempos que vamos viviendo con el nuevo siglo traen
nuevas formas de pensamiento,
con una acumulación de pensamientos modernos, que
filosóficamente hablando van trascendiendo la propia
modernidad.
Mundialmente se van generalizando nuevas posiciones
éticas, algunas de las cuales se incluyen en lo que Potter
definió como Bioética y
que pueden o no ser aceptadas pero de ninguna manera ignoradas en
los análisis que se hagan sobre el
tema.

Es por lo dicho que queremos comenzar por comentar como
vemos los principios bioéticos fundamentales en
relación con el trabajo medicolegal.

La medicina legal
vista como especialidad médica resulta difícil de
asociar con el principio de beneficencia, ni viendo las pericias
aisladas, ni tan siquiera considerando la acción sobre la
sociedad en
general; los forenses no se trazan el objetivo de provocar
bienestar, como otros médicos que si tienen la
función de promover o recuperar en sus pacientes su bien
más preciado: su salud.

Sin embargo el médico perito, si debe ser un
observador escrupuloso del principio de la no maleficencia y son
muchas las formas en que puede provocar daños a sus
peritados o a los familiares de estos, fundamentalmente en el
momento de actuar discreto y al emitir criterios con el
suficiente basamento científico.

Existen situaciones en las que desde el mismo lugar del
hecho ya se van evidenciando circunstancias, que si bien son
ajenas al esclarecimiento del caso, se debe guardar
discreción sobre las mismas por que su divulgación
no ayuda a nadie en nada y si puede provocar malestar a terceras
personas, estamos pensando en delitos que al
investigarlos aparecen relaciones adulteras u homosexuales de la
víctima con personas que no tienen nada que ver con la
autoría del hecho y que pueden resultar afectada al
realizarse expresiones indiscretas o inadecuadas; pudiendo
existir otros muchos ejemplos de aspectos de la vida de la
víctima que él mantenía ocultos y que el
perito no debe divulgar si no quiere dañar
innecesariamente a personas que pueden resultar afectadas
moralmente.

Hay otras investigaciones en el lugar del suceso en las
que un perito puede actuar con poco rigor científico y
ocurrir lo que en la jerga policiaca se conoce como "fabricar un
caso". Los casos así "fabricados" serían muertes
naturales o muertes ocurridas por la propia acción de la
víctima y sin participación de otros, que se
interpreten como homicidios o asesinatos.

El menor daño
que ocurre ante un caso así fabricado, sería la
gran cantidad de recursos que invierte la sociedad en la
búsqueda de un autor que realmente no existe y el
daño más terrible sería cuando se le imputa
la autoría a alguien y esta persona sufre una pena que no
merece.

Con relación al principio de justicia, el perito
está obligado a mantener su imparcialidad y no dejar que
su criterio se incline por consideraciones afectivas o de
cualquier otro tipo.

En nuestro sistema judicial
y en cualquier otro existente, está bien delimitado a
quién corresponde la toma de cada decisión en cada
etapa y al médico solo le toca ilustrar con sus
conocimientos técnicos. Si actuar con justicia es dar a
cada cual lo que le corresponda, afortunadamente el perito no
tiene que emitir sentencia alguna y solo un dictamen que aporte a
instructores, fiscales, jueces y abogados los elementos que ellos
requieran. De manera que un actuar ético impone que el
médico no manipule con las pericias que hace; si bien
está claro que no existen las pruebas
tasadas y que los tribunales deciden libremente, también
es cierto que los juristas deben confiar en criterios
científicos sobre temas de los que no pueden tener
conocimientos con la suficiente profundidad y el médico
debe enfrentar estas realidades con seriedad
profesional.

Con relación al principio de autonomía, el
perito le debe respeto a
cualquier persona con independencia
a la situación en que esta se encuentre y debe respetar
algunos criterios que podría tener su peritado en vida o
sus familiares y allegados.

No resulta infrecuente al trabajar con cadáveres
en el lugar de los hechos, que estos hayan tenido creencias
religiosas que requieran ceremoniales que no entorpezcan la
práctica de la pericia y en estos casos se impone ser
respetuoso de estos criterios.

Iguales cuidados se imponen al considerar la
autonomía de reclusos y detenidos, los cuales participan
de la pericia de forma voluntaria, deben ser informados de los
procederes a que se someterán y en que medida estos pueden
cambiar su situación, con independencia de no violar las
obligaciones
que se deriven de observar el secreto de la información
que se maneja en la fase sumarial de las investigaciones, por lo
que informar del objeto de la pericia no obliga a informar del
resultado de la misma. Somos de la opinión de que los
temas del consentimiento informado y el consentimiento subrogado
en la práctica medicolegal, se merecen mucho más
espacio del que lamentablemente podemos otorgarle en el presente
trabajo sin alejarnos de su objetivo fundamental.

Por otra parte y en el mismo tópico,
también encontramos como un proceder ético que el
perito defienda y conserve su propia autonomía y emita sus
criterios científicos libremente de los intereses de las
partes.

Estrechando ahora más nuestros intereses y
cambiando la temática, nos dirigimos hacia una ética
médica más aplicativa y queremos referirnos a
un tema muy debatido y ampliamente tratado en la
bibliografía y es relacionado con el secreto profesional;
todas las organizaciones
médicas que conocemos tienen sus reglas
deontológicas con relación a la inviolabilidad y la
relatividad del secreto médico.

Nuestra opinión sobre el secreto que debe guardar
un forense debe ser ponderado con criterios sociales, es relativo
en el sentido de que puede relevar intenciones que no solo
implican la violación de una normativa jurídica, si
no también y de forma más importante, una alta
peligrosidad social y es por esto que someterse a la pericia
médica es opcional en algunos casos (no en
cadáveres) pero el resultado del peritaje debe
ser brindado libremente por el médico a la autoridad que
se lo solicite.

Las obligaciones que se le imponen al médico
incluyen como ya habíamos dicho, cuidar del secreto
sumarial, pero más allá de esta obligación
el médico debe guardar secreto sobre casos inclusos
juzgados y con relación a aspectos que no estén
vinculados con la investigación judicial, pero
además debe tener en cuenta que el secreto médico
debe ser respetado sobre elementos que no esté obligado a
develar por las características de su
acción

Y además no puede tampoco divulgar su pericia a
personas distintas a las autoridades que particularmente sean
designadas para cada caso en cuestión.

Concretando ahora en el actuar específico en la
escena del crimen, existen particularidades que nos vemos en la
obligación de abordar y que expondremos
sucesivamente.

Resulta muy importante referirnos al porte y aspecto del
médico perito, si bien hay que tener en cuenta que algunos
lugares requieren, indispensablemente de un vestuario apropiado y
que no es práctico exigir el uso de la conocida bata
sanitaria, también hay que tener en cuenta una apariencia
de sobriedad y buen aspecto en cualquier circunstancia, debiendo
observarse que el vestuario utilizado sea el acorde a cada
situación; debiendo entonces existir limitaciones para
utilizar prendas informales en situaciones en que no se requiera
y solo llevarlas en los momentos en que sea absolutamente
indispensables (por ejemplo utilizar la ropa propia del
salón de necropsias fuera del mismo).

El comportamiento
del médico hacia la instrucción y la policía
en general, debe estar guiado por el respeto mutuo; es
obligación del médico que se persona en un lugar de
del suceso presentarse ante el instructor, escuchar los
antecedentes que este haya recogido y esperar disciplinadamente a
que se le indique realizar su pericia.

En el caso de que el médico arribe antes que el
instructor, debe presentarse ante la autoridad de mayor
jerarquía que se encuentre en el lugar y colaborar con la
preservación de la escena (en cuanto a no alterar
elementos), haciendo a esta persona las sugerencias que entienda,
velando por la disciplina y
respetando la cadena de mando, pues la preservación es
responsabilidad de los órganos de la
policía y si se toman decisiones erradas el médico
solo responderá por alertar que se practica un desacierto,
pero no deberá responder de él.

Una vez que el instructor decida que se realizará
la pericia médica, entonces si será el
médico el que organice el trabajo de su equipo, de forma
que el instructor decide cuando se realizará la pericia
pero no de que manera.

Durante su trabajo el médico realizará los
comentarios mínimos indispensables y posteriormente puede
intercambiar opiniones en privado con el instructor, con el
oficial operativo y con otros peritos, siendo cauteloso,
manejando datos solo preliminares y no información
conclusiva.

Hacia los demás peritos que actúen en la
escena también se deberá respeto y
colaboración, delimitando las funciones de cada
quién y no provocando ni permitiendo el intrusismo en
otras profesiones, facilitar un flujo ágil del trabajo y
un encadenamiento lógico de las acciones de forma que cada
cual no entorpezca el trabajo de los demás.

Hacia los familiares de la víctima y hacia el
cadáver mismo se debe mostrar sensibilidad al dolor y la
pérdida sufrida, cuidar del pudor de las personas
presentes, tratando de lograr durante el examen el máximo
de privacidad y no permitir expresiones desagradables ni las
exhibiciones de mal gusto que buscan los curiosos que rodean la
escena.

Al dirigirse a los familiares del fallecido se debe
mostrar formalidad y comprensión hacia el dolor ante la
pérdida que puedan mostrar, pero fundamentalmente
discreción y no es posible brindar información que
no haya sido consultada antes con el instructor y con el oficial
operativo.

Es frecuente que el médico se persone en el lugar
de los hechos mucho antes de comenzar su pericia y en este caso,
mientras espera será foco de atención de los
presentes, cuidará entonces de su comportamiento, pues
todos estarán atentos a sus actos y de la imagen que el
proyecte dependerá cuanto sea respetado y tenido en cuenta
por todos, estas afirmaciones incluyen también al resto
del equipo que se le subordina, que deberá cuidar de su
comportamiento y no mostrar curiosidad ante el hecho,
limitándose a permanecer en el cumplimiento de sus
funciones y atento a los señalamientos que el forense le
haga.

Por último no queremos terminar el presente sin
hacer notar que siempre que un médico forense hace
actuaciones en el lugar de ocurrencia de cualquier hecho
criminal, este hecho trajo un motivo de pesar al menos a una
familia
(aunque generalmente también a los familiares y allegados
al autor) y que se debe actuar de forma consecuente con este
pesar, tratando de desmentir en alguna medida, la idea popular de
la falta de sensibilidad de los profesionales de nuestra
especialidad y no provocando más dimensión a la
tragedia ya existente.

A FORMA DE
RESUMEN

Una vez terminado el trabajo en la escena de un crimen y
antes de retirarse de la misma, el perito médico no puede
emitir conclusiones de ningún tipo, pero si para organizar
su pensamiento deberá repasar para su uso propio, un
resumen de su actuación que le permita saber si realmente
agotó todas las posibilidades a su alcance. Esto al margen
de que después de terminada la necropsia, descubra
elementos nuevos que le impongan una reinspección del
lugar.

Ante todo se deben revisar todos los argumentos
existentes para tratar de conocer si estamos ante una muerte
natural o violenta y por muy evidente que parezca, sopesar todos
los pro y los contra de cada modalidad.

Segundo debe considerar si realmente pudo establecer la
data de la muerte, no solo limitarse a hacer un inventario de los
signos tanatológicos , sino ir más allá y
fijarse en las condiciones climatológicas y la
ventilación; si la data establecida se corresponde con
otras informaciones que brinda el lugar, como por ejemplo el
estar encendidas las luces y los aparatos de radio y televisión, estar agotada la cuerda de
relojes despertadores mecánicos, acción del
rocío o de la lluvia en el vestuario o bajo el
cadáver, la existencia de animales salvajes o comedores de
carroña. En fin evaluar todas las circunstancias que le
permitan un juicio crítico sobre los elementos puramente
teóricos del tanatocronodiagnóstico.

El médico forense no debe tampoco abandonar el
lugar del hecho si no tiene ya una idea del tipo de muerte
violenta de que se trate, de manera general debe saber si se
trata de una asfixia, de una herida por arma de fuego, etc. y en
cada caso haber buscado conscientemente el arma
vulnerante.

Consolidando todo lo anterior, debe preguntarse si
está en posición de identificar la etiología
medicolegal y hacerlo sin ligerezas pero también sin
inseguridades estériles, o al menos planteándose la
pregunta de que elementos le faltan por explorar y que
información le podrían brindar al respecto las
pericias que aún no ha agotado.

Por último, al retirarse del lugar, debe cuidar
de que no queden abandonadas partes cadavéricas, que al
retirar y transportar el fallecido, esto se haga con el cuerpo
cubierto a la vista indiscreta de los curiosos y que no queden
tampoco abandonadas prendas u otras pertenencias que pueden no
tener valor científico ni monetario, pero tal vez si un
valor afectivo para los familiares del que resultó
occiso.

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Dr. Aquilino Santiago Garrido

Partes: 1, 2
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