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Movimientos de migración, emigración e inmigración



    1. Definiciones
    2. Migración y
      globalización
    3. Movimientos migratorios dentro de
      América Latina y el Caribe
    4. Inmigración y
      Emigración en Chile
    5. Derechos de los inmigrantes en
      Chile
    6. Discriminación
    7. Observaciones
      generales
    8. Bibliografía

    Introducción:

    La presente investigación acerca de los movimientos de
    migración, emigración e inmigración, intenta dar un esbozo general
    de las principales características de estos
    fenómenos.

    El tratamiento de los conceptos se realiza primeramente
    en forma aislada para luego dar inicio a una perspectiva
    histórica de los movimientos migratorios en un contexto
    determinado, en América
    Latina y el Caribe y con especial atención en Chile, llegando a la
    situación actual en que estos se encuentran, considerando
    los datos que se han
    podido recopilar de diversas fuentes.

    El tema central del estudio se encamina a, con los
    antecedentes entregados, hacer un análisis en cuanto a las consecuencias e
    implicancias de este fenómeno en las sociedades y
    en las personas, pues sabemos que, quienes emigran no son cifras,
    sino personas que merecen respeto y una
    vida con dignidad.

    Definiciones

    Migración

    Esta palabra a la vez designa un desplazamiento de una
    persona
    producido por un cambio de
    residencia, y el fenómeno caracterizado por este
    tipo de acontecimiento. Para entender el concepto es
    necesario precisar la noción de residencia. Se hace
    referencia a la residencia principal, de carácter privado de la persona, excluyendo
    los desplazamientos cotidianos vinculados al ejercicio de una
    profesión, de carácter turístico, etc. Por
    otra parte, el estado de
    desplazamiento casi permanente en que se hallan ciertas personas
    (nómades, marinos, etc.) no permite que ese les incluya en
    los estudios de migraciones.

    Tipos de migración

    Migración de retorno o
    repatriación

    Migración que devuelve a un migrante a su lugar
    de partida.

    Migración estacional

    Migración de periodicidad anual, motivada
    generalmente por las condiciones del empleo de la
    persona. Esta expresión, ya consagrada, es impropia en
    la medida en que el fenómeno que designa no va
    acompañado de un cambio de residencia habitual de la
    persona.

    Migración externa

    Para un territorio dado, migración entre dos
    lugares, uno de los cuales está situado dentro del
    territorio y el otro del exterior.

    El territorio puede ser de definición variada;
    corrientemente se tratará de un país o de las
    diversas unidades administrativas de ese país.
    Según el sentido en que tiene lugar la migración
    se hablará de emigración o
    inmigración.

    Migración interna

    Para un territorio dado, migración entre dos
    lugares situados en el territorio.

    Migración internacional

    Es pues una forma de migración externa cuyas
    manifestaciones dependen de manifestaciones más o menos
    liberales en materia de
    partida y acogida. Por otra parte, aquí los motivos no
    son solo de orden económico (búsqueda de un
    empleo, de un mejor nivel de vida), sino también de
    orden político. Finalmente, al lado de movimientos
    individuales existen movimientos de masas, causados por ejemplo
    por trastornos políticos, descolonización, y a
    veces, toman la forma de desplazamientos autoritarios, como con
    ocasión de cambios de fronteras entre
    estados.

    Emigración

    Para un territorio dado esta palabra designa, a la vez,
    la migración de una persona desde este territorio hacia
    el exterior, y el fenómeno caracterizado por este tipo
    de acontecimiento

    Inmigración

    Para un territorio dado esta palabra designa, a la vez,
    la migración de una persona desde el exterior hacia
    este territorio, y el fenómeno caracterizado por este
    tipo de acontecimiento

    Migración y
    globalización

    La relación entre migración y
    globalización ha sido parte constitutiva del proceso de
    modernización y ha desempeñado un papel central en
    el desarrollo del
    capitalismo
    moderno. Su aporte más visible ha sido el abastecimiento
    constante de mano de obra barata y especializada.

    Las instancias de poder
    económico y político han encontrado diversas formas
    para incorporar dicha dimensión, desde el sistema
    esclavista instaurado en el nuevo mundo, hasta la
    migración indocumentada del mundo de hoy, pasando por los
    programas de
    trabajadores huéspedes que se implementan en muchos
    países industrializados y los actuales sistemas de
    selectividad migratoria, sustentados en la captación de
    los mejores estudiantes y los recursos
    humanos calificados en sectores clave para las
    economías desarrolladas.

    La primera fase de la
    globalización (desde mediados del siglo XIX hasta
    comienzos del XX) fue un período de liberalización
    e integración comercial, basado en una
    intensa movilidad de capital y mano
    de obra. Durante ese período, en Europa se
    produjeron importantes movimientos migratorios tanto hacia
    ultramar como dentro del continente. Parte de los emigrantes
    buscaron en los Estados Unidos y
    América
    Latina un destino para escapar del proceso de
    proletarización, otros migraron del campo a la ciudad o se
    dirigieron hacia las principales economías europeas como
    mano de obra de reemplazo.

    En ese período, la región recibió
    un importante contingente de inmigrantes europeos, provenientes
    en su mayoría del sur del continente. Su llegada se
    explica por un conjunto de factores, entre los que resaltan las
    motivaciones de los europeos para emigrar al nuevo mundo en busca
    de tierras y nuevas oportunidades, o bien, por el objetivo de
    los gobiernos de la época de atraer mano de obra y colonos
    para poblar los territorios. Si bien la incorporación de
    inmigrantes europeos fue más considerable en Argentina,
    Uruguay y el
    sur del Brasil,
    también llegaron a todos los demás países de
    la región, incluido el Caribe.

    El período delimitado por las dos guerras
    mundiales y la depresión
    de 1930 se caracterizó por un retroceso en los procesos de
    liberalización e integración comercial que
    venían observándose desde mediados del siglo XIX,
    así como por una marcada elevación de los niveles
    de proteccionismo de las economías. El fin de la segunda guerra
    mundial marca el inicio
    de una nueva etapa de la globalización. Entre 1945 y 1971
    hay un período de transición que termina con la
    crisis del
    petróleo; luego, desde 1970 en adelante, se
    gestan las bases del actual escenario cuyos rasgos principales
    son grandes tensiones entre migración y
    globalización, un agitado contexto de restricciones,
    confusiones e incertidumbres y un dinamismo sin precedentes de la
    movilidad.

    En los últimos años, un aspecto
    fundamental de la dinámica de las migraciones en
    América Latina y el Caribe ha sido la estrecha
    relación entre los inmigrantes y las sociedades de origen
    y destino: la movilidad presenta características
    particulares, debido a una historia de afinidades
    culturales, vínculos comerciales y permeabilidad de muchas
    regiones fronterizas, que hicieron prácticamente
    invisibles los movimientos en los nacientes estados
    naciones.

    Se puede señalar que desde la segunda mitad del
    siglo XX tres grandes patrones han dominado las tendencias
    migratorias. El primero de ellos corresponde a la
    inmigración de ultramar, originada principalmente en el
    viejo mundo. Hacia el 2000 su total acumulado descendió a
    1.9 millones, que corresponde a un 41% de los inmigrantes. El
    segundo resulta del intercambio de personas entre los propios
    países de la región. Finalmente, el tercer
    patrón es el de la emigración hacia el exterior de
    América Latina y el Caribe, cuya creciente intensidad ha
    ido acompañada de la diversificación y
    ampliación de destinos y de la incorporación de la
    totalidad de los países en los desplazamientos. Estos
    patrones coexisten, aunque la importancia cuantitativa del
    primero ha ido decreciendo con el transcurso del
    tiempo

    Movimientos
    migratorios dentro de América Latina y el
    Caribe

    Cifras generales

    Según los datos censales sobre totales
    migratorios acumulados de que dispone el CELADE – División
    de Población de la CEPAL (Comisión
    Económica para América Latina y el Caribe), en los
    últimos años el número de migrantes
    latinoamericanos y caribeños ha experimentado un
    incremento considerable, habiendo pasado de un total estimado de
    más de 21 millones de personas en el 2000 a casi 25
    millones hacia el 2005. Esto quiere decir que constituyen una
    proporción superior al 13% de los migrantes
    internacionales en el mundo.

    Es importante mencionar que muchos países
    latinoamericanos tienen más de medio millón de
    nacionales en el exterior y varias naciones caribeñas
    tienen más de un 20% de su población en el
    exterior.

    Migración externa

    Estados Unidos es el destino preferente de la
    mayoría de los emigrantes de la región, y a la
    fecha alberga a 18 millones, más de la mitad del total de
    personas que ha emigrado a ese país. Junto con sus
    descendientes nacidos en Estados Unidos, los latinoamericanos y
    caribeños constituyen la minoría más
    numerosa del país.

    La comunidad
    "latina" es un grupo
    heterogéneo tanto en términos sociales como
    económicos, con grandes diferencias de origen nacional y
    étnico, distribución territorial, grado de
    indocumentación, integración social,
    inserción laboral y nivel
    de organización. Lo que tienen en común
    sus integrantes son los fuertes lazos que mantienen con los
    países de origen. Prácticamente la mitad de los
    latinoamericanos y caribeños vive como indocumentados en
    los Estados Unidos.

    Simultáneamente, se observa una ampliación
    y diversificación de los países de destino. Los
    factores de expulsión, la demanda de
    trabajadores especializados y la aparición de redes sociales (que en
    algunos casos se suman a los vínculos históricos)
    explican que en los años noventa y los primeros cinco
    años del presente siglo hayan ido aumentado las corrientes
    de latinoamericanos hacia Europa (sobre todo a España),
    Japón y
    Canadá. Alrededor de 2000, un total estimado de cerca de 3
    millones de latinoamericanos y caribeños había
    abandonado la región y residía en distintos
    países fuera de Estados Unidos. España es el
    segundo destino de la emigración regional y en 2004
    reunía a 1,2 millones de personas, contingente que sigue
    creciendo y representa casi la mitad de los extranjeros que han
    ingresado a ese país desde el año 2000.

    Migración
    interna

    Se observa además la vigencia de la
    migración intrarregional, que conserva algunos de sus
    rasgos tradicionales —dado que los principales
    países de destino siguen siendo Argentina, Costa Rica y la
    República Bolivariana de Venezuela— y simultáneamente ha
    registrado cambios, pues hay países que combinan su
    condición de receptores con la de emisores, de
    tránsito y retorno; tal es el caso de varios Estados
    insulares del Caribe, México,
    los países del Istmo Centroamericano y algunos del Cono
    Sur.

    A comienzos del actual decenio, los migrantes
    intrarregionales sumaban cerca de 3 millones de personas, que se
    desplazaban fundamentalmente entre países fronterizos o
    cercanos, lo que coincide con las iniciativas destinadas a
    facilitar la movilidad en el ámbito de la Comunidad del
    Caribe (CARICOM), el Mercosur y la
    Comunidad
    Andina. En Centroamérica los avances han sido
    más lentos, aunque también hay interés
    por reducir las restricciones a la movilidad dentro de esa
    subregión.

    Mujer y
    Migración Internacional

    La migración internacional en América
    Latina y el Caribe tiene un sello que la distingue de la de otras
    regiones: la creciente participación de las mujeres y su
    mayoría porcentual en numerosos flujos, sobre todo en los
    más recientes. Las tendencias de la participación
    femenina conllevan alteraciones cualitativas en los significados
    y consecuencias de la migración internacional.

    Estas tendencias se identifican en varias corrientes
    intrarregionales, en las de sudamericanos hacia los Estados
    Unidos y Canadá y, especialmente, en las dirigidas a
    Europa. La composición de los flujos según género
    tiene una estrecha relación con el grado de
    complementariedad entre los mercados de
    trabajo de los
    países, la demanda laboral en actividades de servicios, los
    efectos de las redes y las modalidades de la reunificación
    familiar.

    La migración intrarregional en América
    Latina y el Caribe presenta, además de la
    feminización de los flujos, una mayor concentración
    en zonas urbanas, un aumento de la migración de personal
    calificado entre países y una menor incidencia de
    carencias habitacionales entre los inmigrantes nacidos en la
    región en comparación con los nacionales de los
    países de destino.

    Pero tal vez lo más llamativo sea el alto
    porcentaje de migrantes ocupadas como trabajadoras del hogar
    (27%), lo que significa que se está generando un mercado
    transnacional de mano de obra constituido por redes de mujeres
    que prestan servicios de trabajo doméstico y
    desempeñan otras ocupaciones que muestran que el mercado
    de trabajo, para suplir su demanda de mano de obra flexible y
    barata, hace uso de identidades laborales construidas a partir de
    las relaciones de género.

    Inmigración y
    Emigración en Chile

    Inmigración en Chile

    El Censo de 2002 da cuenta del aumento de la presencia
    de inmigrantes en Chile. De acuerdo a este, en Chile existen
    195.320 extranjeros residentes, de los cuales 50.448 son
    argentinos, 39.084 peruanos, 11.649 bolivianos y 9.762
    españoles. Estas cifras reflejan el gran aumento que ha
    experimentado la inmigración en Chile, a lo largo de los
    últimos años. De hecho, el flujo migratorio ha
    incrementado en un 75% desde 1992 al 2002 solamente.

    Junto al acrecentamiento de la inmigración, se
    advierte un aumento femenino de la misma. El caso de los
    inmigrantes peruanos es muestra clara de
    dicho fenómeno, pues un 63% corresponde a
    mujeres.

    A su vez, del total de inmigrantes en el país, se
    estima que unos 15.000 son irregulares. De este modo, el
    porcentaje de irregularidad migratoria es bajo en relación
    con el total de inmigrantes en el país. Debe tenerse
    presente que la condición de irregularidad acarrea
    situaciones tales como el no respeto de los derechos básicos de
    estas personas.

    Si bien existe una presencia significativa de personas
    inmigrantes en Chile, no se cuenta con una legislación que
    regule de manera íntegra su situación. En efecto,
    la normativa existente se limita al Decreto Ley 1.094, del
    año 1975, al Reglamento de Extranjería (Decreto Supremo 597 de 1984) y
    al Decreto Supremo 5.142 de 1960.

    Esto resulta particularmente grave, si tenemos en
    consideración que la inmigración, lejos de ser un
    fenómeno que esté disminuyendo en Chile, va
    claramente en aumento. Más aún, se proyecta que los
    flujos
    migratorios, especialmente de algunos de nuestros
    países vecinos, podrían incrementarse.

    El DL 1.094 regula el ingreso, residencia, permanencia
    definitiva, egreso, reingreso, expulsión y control de los
    extranjeros a Chile. Sin embargo, no reconoce la realidad de los
    inmigrantes económicos, que constituyen una importante
    porción de los inmigrantes que llegan a Chile actualmente,
    especialmente tratándose de personas de origen peruano,
    boliviano y ecuatoriano. Es más, el DL en cuestión
    prohíbe la entrada al país de aquellas personas que
    no tengan o no puedan ejercer su profesión u oficio, o
    carezcan de recursos que les
    permitan vivir en Chile sin constituir carga social. Así,
    la normativa chilena solamente reconoce como "residente" a los
    sujetos a contrato,
    estudiante, temporario, con asilo político o
    refugiado.

    Aun en los casos que la misma ley reconoce, la
    aplicación efectiva de la norma muchas veces queda sujeta,
    en la práctica, al criterio discrecional del funcionario
    de la policía de migraciones que esté llevando el
    trámite de ingreso en los puestos fronterizos.

    Emigración en Chile

    La emigración en Chile es un fenómeno
    interesante, ya que se calcula que cerca del 6% de la
    población chilena vive en el exterior del país. La
    magnitud de esa cifra hizo que la prensa, e incluso
    un representante del gobierno (el
    ministro de Relaciones Exteriores, Ignacio Walker), calificara a
    los emigrantes chilenos como la «XIV Región de
    Chile»

    De la cifra de chilenos que residen en el exterior, se
    estima que 487.174 nacieron en Chile y 370.607 son hijos al menos
    de un progenitor nacido dentro de nuestras fronteras. De ellos,
    el 50,1% vive en Argentina, el 13,3% en Estados Unidos y el 4,9%
    los hace en Suecia. Sin embargo y, pese a lo que se ha pensando
    estimando como una barrera para aprobar el derecho a voto
    –actualmente en trámite- en estudio determinó
    que entre las principales motivaciones que tuvieron los
    compatriotas se encuentran: razones económicas (40,1%),
    motivos familiares (30,8%) y sólo un 12,1% lo hizo por
    causas políticas.

    Dentro de la minoría de chilenos que emigraron
    por razones políticas, la mayoría lo hizo a
    raíz de un periodo de la historia reciente de Chile, el
    golpe militar del 11 de septiembre de 1973. A partir de ese
    momento, varios chilenos que tenían intereses
    políticos contrarios al régimen militar de Augusto
    Pinochet comenzaron a dejar el país por miedo a
    represalias, además el mismo gobierno exilió a
    muchos detractores.

    Así comenzaron a emigrar a los países
    vecinos, que acogieron a mucha gente. Los países europeos
    recibieron un número no determinado pero muy importante en
    cantidad de estas personas y muchas también con el estatus
    de refugiados políticos. En Suecia había más
    de 25.000 chilenos refugiados políticos, y en los
    años 80 para vigilarlos, la diplomacia del gobierno
    militar envió como Cónsul General en Estocolmo a un
    general militar proveniente de la DINA. Australia también
    alberga más de 23.400 inmigrantes chilenos, más sus
    descendientes.

    Los chilenos que emigraron, lo hicieron fundamentalmente
    a la Argentina (de los 857.781 chilenos en el exterior,
    allí viven entre nacidos en Chile e hijos de chilenos que
    optaron por la nacionalidad
    430.000), además de Estados Unidos y Europa donde por lo
    general emigran por razones económicas.

    Derechos de los
    inmigrantes en Chile

    Derecho al Trabajo

    La inmigración en Chile se caracteriza en la
    actualidad por estar fuertemente influenciada por la variante
    laboral. Las condiciones a las que se ven enfrentadas estas
    personas al llegar a Chile, sin embargo, suelen atentar contra
    sus derechos humanos.
    Así, tratándose del plano laboral, se ha advertido
    que la apertura de las fronteras a la libre circulación de
    capital y productos no
    se ha acompañado de la libre circulación de
    trabajadores.

    De hecho, se estima que los mayores abusos a los que se
    ven enfrentados los migrantes se dan en el plano laboral. En el
    caso específico de los migrantes peruanos, resulta
    interesante advertir que, no obstante poseer un nivel educacional
    bastante elevado, las condiciones laborales a las que se ven
    enfrentados siguen siendo muy precarias.

    En efecto, una encuesta
    realizada a 408 migrantes peruanos en Chile revela que el 94% ha
    terminado estudios secundarios, y un 42% ha seguido estudiando.
    Sin embargo, los migrantes peruanos suelen desempeñarse en
    aquellos ámbitos de menor calificación, peor
    remuneración y mayores niveles de riesgo.

    Por regla general, los trabajadores migrantes carecen de
    contrato laboral en Chile. El Reglamento de Extranjería
    establece un conjunto de requisitos para obtener una visa sujeta
    a contrato, los cuales resultan bastante gravosos. De esta
    manera, el empleador se ve obligado, entre otras cosas, a
    comprometerse a pagarle al empleado migrante y a su familia un pasaje
    de regreso a su país o al que acuerden las partes. Los
    abusos de que son objeto los trabajadores migrantes son
    particularmente graves en caso de ser indocumentados, pues se ven
    expuestos a prácticas abusivas, tales como los bajos
    sueldos y las extensas jornadas de trabajo.

    Al respecto, se ha advertido que los derechos laborales
    de los inmigrantes no se podrán menoscabar, ni aun en caso
    de irregularidad migratoria. Consecuentemente, el Gobierno se ha
    propuesto "Fomentar la regularización de los trabajadores
    migrantes que se encuentran indocumentados, así como
    también promover la regularidad de los trabajadores
    migrantes que manifiesten intenciones de residir en
    Chile".

    Por otra parte, cabe advertir que, según hemos
    visto, la mayoría de los migrantes peruanos en Chile son
    mujeres. Al respecto, puede concluirse que una de las razones de
    esto es el incremento de la demanda de trabajadoras en el
    servicio
    doméstico puertas adentro, demanda que está siendo
    satisfecha por migrantes que son, principalmente, peruanas. Estas
    mujeres, sin embargo, a menudo deben lidiar con condiciones
    laborales precarias, donde la violación de sus derechos es
    una cuestión cotidiana.

    Al respecto, un informe de
    la
    Organización Internacional del Trabajo da cuenta que
    el 38,88% de las empleadas domésticas encuestadas declaran
    trabajar 6 días a la semana, con un mínimo de 12
    horas diarias. Un caso paradigmático es el caso de Ruth
    Fanny Alcántara, inmigrante peruana de 35 años.
    Ella trabajó por un año como empleada
    doméstica de una capitán de Carabineros, tiempo tras el
    cual fue despedida. Al serlo, fue sacada a empujones a la calle
    por un grupo de carabineros de la 33 Comisaría de
    Ñuñoa. En virtud de esto, la afectada
    presentó, con el patrocinio de la Clínica de
    Acciones de
    Interés Público y Derechos Humanos de la Universidad Diego
    Portales, una demanda por despido injustificado, el 25 de mayo de
    2004. Esta demanda se encuentra aún pendiente de
    resolución.

    Derecho a la salud

    Según lo dispuesto en el artículo 2º
    de la Ley 18.469, los servicios de salud no podrán negar
    atención a quienes la requieran, ni condicionarla al pago
    previo de aranceles o
    tarifas fijados a este afecto. A su vez, la política migratoria
    de Chile no contempla limitación alguna en lo que se
    refiere a la atención de ciudadanos extranjeros. En el
    caso específico de las mujeres embarazadas, se ha suscrito
    el Convenio de la Mujer
    Embarazada, entre el Ministerio del Interior y el Ministerio de
    Salud, conforme al cual podrán acceder a controles de
    salud aun aquellas mujeres que se encuentren en condición
    de residencia irregular.

    En los hechos, sin embargo, la llamada atención
    universal está lejos de ser una realidad. En efecto, un
    diagnóstico realizado a una muestra de 145
    personas –33 familias– en las que existían 64
    niños y
    niñas, residentes principalmente en las comunas de
    Independencia
    y Recoleta, da cuenta que la mayoría de los niños y
    niñas inmigrantes no se encuentran inscritos en los
    consultorios de salud, ascendiendo a 73,4% el total no inscrito,
    y a nada más que 26,6% el total inscrito.
    Tratándose de los padres, la situación es algo
    mejor, alcanzando un 54,5% el total de inscritos, y 45,5% el
    total de no inscritos.

    El bajo nivel de inscripción obedece a que el
    52,5% de las niñas y niños tienen problemas de
    irregularidad legal, tales como tener la visa vencida, en
    trámite o haber ingresado de manera irregular a Chile. Al
    encontrarse en situación de irregularidad, estas personas
    no tienen la posibilidad de obtener un RUT, que constituye el
    requisito básico para poder inscribirse en los
    consultorios de salud. Este requisito, sin embargo, lleva a que
    se haga caso omiso del hecho de que, aun a falta de documentación, los migrantes siguen siendo
    seres humanos, titulares de derechos, incluido, desde luego, el
    derecho a acceder a la salud.

    De estos niños, un 15%, estando enfermo,
    concurrió al consultorio de salud
    pública, en el cual se les negó la requerida
    atención médica. Tratándose
    específicamente de inmigrantes peruanos, la
    Organización Internacional del Trabajo ha informado que de
    408 encuestados, el 46% dice no tener acceso a prestaciones
    de salud. Tal es el caso del nacional peruano Luis Pimental
    Román, quien, encontrándose en Chile con visa de
    turista al día, sufrió un accidente de bus, producto de lo
    cual se le diagnosticó un hígado con
    filtración grasa y ruptura de la pared abdominal.
    El

    Centro de Referencia de Salud Cordillera le negó
    la atención de salud, aduciendo que no se le prestaba
    atención médica a nadie que no poseyera
    carné de identidad y
    agregando, además, que se le había instado a
    regular su situación34. Ante esta situación, el
    afectado interpuso un recurso de protección ante la Corte
    de Apelaciones, el que fue acogido.

    La situación de los migrantes que se encuentran
    en estado de
    regularidad tampoco resulta muy alentador. Ello dice
    relación con el hecho de que suelen no contar con contratos de
    trabajo, cuestión que les impide acceder tanto al sistema
    de ISAPRES como a FONASA. Ante esta realidad, suelen intentar
    obtener una Tarjeta de Indigencia, la cual es otorgada por las
    Municipalidades a aquellas personas de condición
    económica de pobreza o extrema
    pobreza, que cuenten, además, con carné de
    identidad. Pero en las Municipalidades, los migrantes suelen
    verse expuestos a situaciones de discriminación con base en su nacionalidad o
    etnia35.

    Derecho a la educación

    El año 2003, el Ministerio de Educación, junto al
    Departamento de Extranjería y Migración, la
    Secretaría General de Gobierno y el Consulado peruano,
    firmó un acuerdo estableciendo que todas las niñas
    y niños inmigrantes tienen derecho a matricularse en los
    establecimientos educacionales de Chile en forma provisoria, en
    caso de no contar con los certificados de estudio debidamente
    visados36. Dicho derecho no se circunscribe únicamente a
    los hijos de inmigrantes peruanos, sino que el Estado le
    garantiza a todos los hijos de extranjeros el acceso a la educación,
    cualquiera sea la condición migratoria de sus
    padres.

    El ejercicio de este derecho, sin embargo, en la
    práctica ha estado lejos de ser una realidad. Ello se
    debe, en gran medida, al desconocimiento que existe del mismo por
    los mismos funcionarios responsables de velar por su
    implementación, sin mencionar a las personas inmigrantes a
    quienes pretende beneficiar.

    Si bien el acuerdo establece la posibilidad de obtener
    matrículas provisorias, no hace referencia alguna a la
    subvención, lo cual ha dado lugar a rechazos de
    matrícula por parte de los establecimientos municipales y
    subvencionados. En el caso de que niños y niñas
    inmigrantes logren, efectivamente, matricularse en algún
    colegio, cabe señalar que, estando dentro del mismo,
    suelen ser objeto de discriminación tanto por parte de sus
    profesores como de sus pares. Así, una niña peruana
    de 11 años relata que la profesora"dice que los peruanos
    somos sucios, flojos y malcriados"

    Al respecto, una encuesta realizada por la UNICEF da
    cuenta de que casi la mitad de los encuestados (46%) cree que una
    o más nacionalidades son inferiores a la chilena,
    dándose los mayores prejuicios tratándose de
    peruanos, bolivianos y argentinos. Esta discriminación
    resulta particularmente grave, en tanto que ha sido identificada
    como el principal motivo de deserción
    escolar entre las niñas y niños
    inmigrantes.

    Discriminación

    Las violaciones a los derechos de los inmigrantes a los
    que hemos hecho referencia se ven agravadas, cuando no motivadas,
    por la cultura de la
    discriminación que impera en Chile.

    Tratándose, en particular, de inmigrantes de
    origen peruano, boliviano y ecuatoriano, esta
    discriminación es patente y se manifiesta en los distintos
    ámbitos del quehacer cotidiano. En educación, el
    campo laboral, el trato policial, los servicios de salud; en la
    calle, en la micro, en las bromas que se cuentan en la
    televisión; todos son espacios que, lejos de
    constituir una cultura de acogida, manifiestan una y otra vez la
    xenofobia de
    una parte importante de los chilenos.

    Cuando se habla de inmigrantes, las imágenes
    que priman son las de "ilegales", "gente de escasos recursos" y
    de ser los culpables de los índices de cesantía.
    Así, tratándose específicamente de
    inmigrantes peruanos, se ha revelado que la xenofobia hacia ellos
    es mayoritaria en Santiago, con un 53%, en tanto que en Iquique
    alcanza el 46% y en Temuco el 41%.

    Actualmente no existe una política nacional que
    se haga cargo de la xenofobia, cuestión que se encuentra
    en clara contradicción al rol que el mismo Gobierno ha
    dicho que debe ejercer, en orden a "facilitar la
    integración armoniosa de los extranjeros que legalmente
    residan en Chile a la comunidad nacional, promoviendo para este
    efecto la igualdad de
    trato en materia laboral, seguridad
    social, derechos culturales, y libertades
    individuales".

    Las actitudes
    discriminatorias de los chilenos frente a los inmigrantes ponen
    de manifiesto la necesidad de diseñar una política
    estatal armónica y garantista para enfrentar el tema de
    las migraciones, que no se limite a establecer los requisitos que
    se exigen para el ingreso y permanencia de extranjeros al
    país, sino que contemple, además, el conjunto de
    garantías de los que son titulares estas
    personas.

    Un caso emblemático en materia de
    discriminación contra personas inmigrantes que
    ocurrió en 2004 y que llamó la atención de
    las autoridades fue el que afectó a una niña
    ecuatoriana de 15 años en su colegio de la ciudad de
    Antofagasta. Ella llegó desde Ecuador con su
    madre por motivos familiares y se matriculó en el colegio
    Mario Bahamonde, donde fue objeto de bromas y burlas por parte de
    sus compañeros de curso. La niña, al sentirse
    discriminada por su acento y color de piel,
    decidió irse a su país, sin siquiera decirle a su
    madre, intentando salir desde Arica. Sin embargo, como no contaba
    con la documentación necesaria, fue enviada a
    Antofagasta.

    Cuando esta noticia se hizo pública, el Ministro
    de Educación, Sergio Bitar, se mostró preocupado
    por la situación, entregándole público
    respaldo a la niña y a su madre; por lo pronto la
    Corporación Municipal de Desarrollo le ofreció a la
    niña atención sicológica y la
    inserción a un programa de
    integración y nivelación escolar.

    Junto con lo anterior, así como sobre la base de
    entrevistas
    sostenidas con el Vicecónsul de Bolivia en
    Chile y funcionarios del Consulado de Perú, es posible
    sostener que las personas que llegan a Chile para encontrar
    mejores situaciones laborales que en sus países, por lo
    general no recurren a los tribunales para hacer valer sus
    derechos, toda vez que no los ven como instancias accesibles y
    eficaces para superar las prácticas
    discriminatorias.

    Observaciones
    generales

    Los migrantes constituyen un grupo particularmente
    vulnerable, como hemos podido ver, sus derechos no sólo
    como trabajadores sino también como seres humanos son
    sistemáticamente violados. Esta situación se debe a
    que se encuentran fuera de sus países de origen, esto trae
    consigo una serie de dificultades debidas, en algunos casos, a la
    diferencia de idioma, costumbres y cultura, así como
    obstáculos económicos y sociales para el retorno de
    migrantes indocumentados o en situación irregular, lo
    contribuye a empeorar la situación de los
    migrantes.

    En base a todo lo que se ha expuesto, caemos en lo
    obvio, es urgente eliminar la discriminación racial contra
    los migrantes en aspectos fundamentales como el empleo, los
    servicios sociales, incluidos los de educación y salud,
    así como en el acceso a la justicia, y
    que el trato que se les da debe ajustarse a los instrumentos
    internacionales de derechos humanos, sin racismo,
    discriminación racial, xenofobia ni formas de
    intolerancia.

    Sin embargo esto se torna una utopía "gracias" a
    la influencia de los medios de
    comunicación, que se encargan de difundir
    imágenes falsas que promueven en la conciencia
    colectiva la instalación de estereotipos negativos de
    grupos y
    personas vulnerables, en este caso, de los migrantes y
    refugiados. Esto ha motivado la difusión de sentimientos
    racistas y xenófobos entre el público haciendo de
    estos grupos blanco de discriminación, hostilidad e
    incluso violencia.
    Como lo que sucedió en nuestro país con una familia
    camerunés.

    Las reacciones de los chilenos ante la
    inmigración que recibe nuestro país son diversas y
    muy similares a las de otros países receptores de
    inmigración. Para ciertos grupos, el crecimiento en el
    número de inmigrantes representa una "invasión" que
    quita el campo laboral a los ciudadanos y critican la
    política "permisiva" del Gobierno. Sin embargo, existen
    otros grupos que consideran beneficiosa la inmigración
    como forma de diversificación del país. Plantean
    además que la inmigración es un proceso
    demográfico natural del ser humano y que también
    los chilenos han emigrado por diversas razones a lo largo de la
    historia. Ya sean partidarios o contrarios a la
    inmigración a Chile, los chilenos nos encontramos en
    constante debate sobre
    el tema, generando, como ya se ha dicho actitudes
    xenófobas.

    La constante rivalidad entre Chile y Perú
    más el aumento explosivo de los inmigrantes peruanos ha
    producido un resurgimiento de la xenofobia en contra de
    éstos.

    Los inmigrantes peruanos, llamados despectivamente como
    cholos, son motivo de continuas burlas e insultos por
    parte de diversos grupos e incluso en más de alguna
    oportunidad han sido atacados violentamente por grupos
    neonazis.

    En este punto volvemos al tema de los medios de
    comunicación, quienes se han encargado de mostrar el
    peor lado de los inmigrantes provenientes de los países
    vecinos, es decir, difundir estereotipos negativos que generan
    sentimientos de rechazo hacia ellos, lo que gatilla la
    discriminación, subestimación y hostilidad. Lo
    anterior no es menor, ya que todos caemos en este juego, muchas
    veces no en forma conciente, lo que es aún peor, ya que
    nos hacemos acreedores de un doble discurso,
    donde por una lado reprochamos la discriminación y
    apoyamos los derechos humanos; y por otro, ejercemos la
    discriminación sin darnos cuenta y tal vez no en forma
    agresiva, pero si en sutilezas como utilizar apodos peyorativos
    para nombrar a los inmigrantes o considerarlos de una menor
    categoría.

    Al igual que en el caso de los peruanos, la
    mayoría de los inmigrantes de origen boliviano sufren en
    diversas oportunidades de xenofobia por parte de los chilenos. Lo
    que se ha acrecentado luego de los conflictos de
    mar con el país vecino.

    Sin embargo, nos atrevemos a decir que nuestro
    país ejerce una discriminación selectiva, ya que
    nuestra reacción (al menos la del común de las
    personas) ante inmigrantes europeos o norteamericanos, con esa
    fisonomía que tanto llama nuestra atención hasta el
    punto de subestimarnos a nosotros mismos, es considerablemente
    distinta a la que tenemos con los inmigrantes de los
    países vecinos.

    La necesidad de buscar soluciones a
    este problema es evidente. Es aquí donde entran jugar
    conceptos que debemos comprender y considerar aplicar. Como el
    multiculturalismo que incentiva la diversidad cultural en una
    sociedad
    multiétnica, acentuando oficialmente el respeto mutuo y la
    tolerancia a
    las diferencias culturales dentro de las fronteras
    nacionales.

    Debemos entender que la diversidad cultural es un hecho
    positivo, que mejora y enriquece a los países, ya que
    cuando se logra una buena convivencia entre culturas diferentes
    aumenta el desarrollo cultural de sus ciudadanos.

    Para lograr una buena convivencia con los inmigrantes es
    necesario desarrollar la habilidad de ser un buen comunicador
    intercultural, siendo capaces de interactuar con la otra cultura,
    dejando fuera los prejuicios, desarrollando la empatía.
    Esto esta cargado de mucho idealismo,
    pero la idea es que esto pase de ser una buena
    intención.

    Es imposible abordar conceptos como los de
    migración, emigración e inmigración sin
    entrar en temas como la discriminación, xenofobia o
    multiculturalidad, comunicación intercultural, por nombrar
    algunos. Esto para lograr una comprensión cabal del tema
    contextualizándolo en una realidad o contexto que nos
    permite entender los conceptos en forma dinámica y
    clara.

    Bibliografía

    Diccionarios

    • Presta, Ronald: Diccionario de
      demografía
      . Ediciones OIKOS-TAN.SA. Barcelona,
      España. 1987.
    • Pratt Fairchild, Henry: Diccionario de
      sociología
      . Editorial Fondo de cultura
      económica. 1979.

    Artículos de Internet

    • CEPAL : "Migración internacional, derechos
      humanos y desarrollo en América latina y el Caribe",
      en: www.acnur.org/biblioteca/pdf/4089.pdf
    • González, Felipe: "Derechos humanos de las
      personas inmigrantes" en www.udp.cl/derecho/noticias/informe/derechos_inm.pdf
    • "Radiografía a los Chilenos en el Mundo"
      artículo en http://www.chile.com/tpl/articulo/detalle/ver.tpl?cod_articulo=68730

    Otras fuentes de Internet

     

    Paula Castillo Torres

    Chile

    Estudiante de Pedagogía en Lenguaje, 3er
    año
    Fecha trabajo: abril de 2006

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