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El papel del diseño y la producción en ingeniería en el desarrollo de los países y de cómo en Colombia no se valora en su real dimensión



    1. El entorno
      mundial
    2. Ingeniería y
      desarrollo
    3. El caso
      colombiano
    4. La respuesta a la pregunta
      inicial
    5. Referencias
      bibliográficas

    ¿Sabe usted porqué
    una empresa de
    tecnología

    vale más, pero mucho
    más, en la bolsa de

    valores que
    en los libros de
    contabilidad?

    El entorno
    mundial

    Cuando uno mira el mundo globalizado de hoy, no puede
    dejar pasar desapercibido el hecho de que algunos países
    presentan altos niveles de desarrollo, prosperidad y calidad de
    vida y otros, en cambio, distan
    mucho de lograr, siquiera, niveles aceptables o, al menos dignos,
    de desarrollo
    económico y social.

    Un común denominador de todos los países
    desarrollados es la tecnología, expresada ésta o
    bien en términos de creación o adaptación de
    tecnología o bien en términos de aprovechamiento de
    la misma para la producción de bienes y
    servicios de
    alto valor agregado
    y, por consiguiente, altamente competitivos en los mercados
    internacionales.

    También puede observarse, como consecuencia del
    desarrollo tecnológico que exhiben, que los diferentes
    índices y factores micro y macroeconómicos, por lo
    general, están a años luz de los de los
    países denominados subdesarrollados o en vías de
    desarrollo.

    Los países cuyas economías se basan en la
    tecnología y el
    conocimiento, y no en la mano de obra barata ni en los bienes
    de capital ni en
    los recursos
    naturales ni en la tenencia de la tierra
    presentan, con contadas excepciones, altos ingresos per
    cápita, superávit en la balanza
    comercial, no tienen déficits en cuenta corriente,
    poseen altas reservas en divisas y niveles
    bajos o controlados de inflación y así
    sucesivamente. Si se mira el rubro de las inversiones en
    ciencia y
    tecnología en los países con altos
    índices de desarrollo, éste representa un alto
    porcentaje del PIB,
    usualmente entre el 4% y el 7%, mientras que en países
    como Colombia no llega ni siquiera al 0.5%; con decir que el
    presupuesto de
    Colciencias en el año 2000 equivalía al costo de un
    helicóptero Halcón Negro de la Policía para
    fumigar cultivos de coca y era igual al asignado en la vigencia
    de 1994. Qué horror!

    Ingeniería y
    desarrollo

    La economía
    mundial gira hoy en torno a los
    productos y
    servicios de alto valor agregado, especialmente aquellos basados
    en el conocimiento.
    Basar un producto o
    servicio en el
    conocimiento o decir que tiene un alto componente del mismo
    significa que su gran valor radica en el know-how y el capital
    intelectual invertido en el. El asunto es ahora: cómo
    y quién lo hace?

    La respuesta es simple: se hace con procesos de
    I+D (Investigación y Desarrollo) y de
    diseño en ingeniería, dentro de un ambiente de
    innovación, y se entrega al mercado a
    través de un proceso de
    producción en serie o un proceso custom design, o sea de
    acuerdo a la medida y las necesidades del cliente, es decir
    bajo demanda, como
    es la tendencia actual en la nueva economía (e-conomy),
    es decir, en un mundo globalizado.

    Pero, por supuesto, las cosas no se hacen solas; alguien
    tiene que hacerlas y ese alguien debe ser poseedor de un capital
    intelectual tal que le permita abordar un proceso de I+D y de
    diseño o emprender un proceso de producción dentro
    de ese escenario innovador. Pero no es suficiente invertir en
    capital
    humano, también hay que hacerlo en los recursos
    necesarios para llevar una idea o un proyecto o un
    diseño a la realidad.

    En todos los países desarrollados se le da una
    gran importancia no sólo a la investigación científica pura y a la
    investigación aplicada sino, en general, a todos los
    procesos de desarrollo de ingeniería, necesarios para la
    innovación
    tecnológica. Así sucede en EU, Alemania,
    Inglaterra,
    España,
    Francia,
    Italia,
    Canadá, Japón,
    o Corea.

    Todas las áreas de la ingeniería son
    ampliamente valoradas y aportan, en mayor o menor medida, al
    desarrollo de los diferentes sectores de la economía y por
    ende al desarrollo, a la calidad de vida
    de los habitantes de una nación
    y a su prosperidad. Pero sin duda, son los sectores ETI (electrónica, telecomunicaciones e informática) y, por consiguiente, las TICs
    (Tecnologías de la Información y las comunicaciones), los más intensivos en
    tecnología y en mano de obra altamente calificada, y los
    más dinámicos a la hora de impulsar el desarrollo y
    son sus tecnologías "duras", ordinarias o avanzadas (high
    tech), las que impactan de mayor forma, y positivamente, sobre el
    crecimiento de la economía.

    Ingeniería significa, e implica, ingenio, uso
    práctico de la ciencia,
    solución de problemas,
    creación y aprovechamiento de oportunidades de mercado,
    valor agregado, creatividad,
    innovación, imaginación, diferenciación,
    posicionamiento, diseño,
    producción.

    Por ello la ingeniería en esos países es
    altamente apreciada como campo del conocimiento y la
    profesión de ingeniero es reconocida por todo lo que ello
    representa. Ingeniería significa, en fin, desarrollo
    económico y social, calidad de vida y prosperidad. Se hace
    ingeniería cuando se hace I+D, diseño y
    producción de bienes y servicios o procesos de
    creación o recreación
    de tecnología con incorporación de
    conocimiento.

    El caso
    colombiano

    En Colombia, por lo regular, las profesiones de
    ingeniería no son valoradas en su justa medida, como Dios
    manda, ni se valora a los profesionales que las ejercen. Se
    pretende pagar los servicios de diseño e I+D como se paga
    cualquier servicio común y corriente, es decir sólo
    la mano de obra y los costos de los
    insumos involucrados en ellos.

    No se tiene en cuenta, para nada, el valor de los
    derechos de
    propiedad
    intelectual, o sea la inteligencia,
    el capital intelectual (formación + información +
    conocimiento + experiencia) invertidos en un proceso creativo de
    tal naturaleza.
    Hay una miopía terrible, desde el funcionario del estado hasta
    el empresario
    privado al no darse cuenta de que el desarrollo
    tecnológico es un prerrequisito para el desarrollo
    económico y social y, por ende, para lograr ese anhelo de
    calidad de vida y prosperidad.

    La realidad es categórica y contundente: la
    tecnología, y la educación, son un
    camino expedito para lograrlo. Y adivine cómo se hace
    tecnología? Pues claro, con lo que usted está
    pensando: con I+D, con diseño y con producción a
    nivel de ingeniería. Se suman a ello, por supuesto, los
    servicios de asesoría, consultoría, soporte técnico,
    mantenimiento
    y gestión
    tecnológica.

    Veamos algunos exabruptos, respecto de lo poco que se
    valora la ingeniería en Colombia, los cuales conocí
    de cerca, porque incluso los viví en carne
    propia:

    • En 1999, la EPS del ISS pagaba los servicios de
      diagnóstico a tarifas miserables, tanto
      que un examen del sueño en neurología lo pagaba
      más barato que un corte de cabello en una
      peluquería. Un equipo de estudio del sueño y
      potenciales evocados, el cual es un equipo high-tech puede
      costar hasta $ 300.000.000 y el examen, además, requiere
      el diagnóstico de un neurólogo, es decir, un
      profesional especializado.
    • Una fábrica de curtimbres en Sabaneta
      adquirió una máquina italiana por la friolera de
      $50.000.000, la cual presentó un problema intermitente
      que no pudieron resolver varios técnicos en varios
      días, con las consiguientes pérdidas de
      producción, y hasta iban a tener que llamar a la
      fábrica en Italia.
    • Finalmente, un equipo de dos ingenieros resolvieron
      el problema, aplicando una solución de ingeniería
      para controlar la inducción de ruidos e interferencias
      electromagnéticas, producidas por las máquinas
      eléctricas rotatorias.
    • Cuando se pasó factura de
      cobro por la bicoca de $ 200.000, la gerencia
      puso el grito en el cielo, dizque por lo costoso, y eso que las
      pérdidas iban a superar varios millones de
      pesos.
    • Una reconocida empresa
      fabricante de máquinas
      de juegos
      electromecánicos de la ciudad de Medellín
      requirió el diseño de una tarjeta especial con
      tecnología de semiconductor y el uso de memorias
      EPROM para resolver un problema de competitividad frente a uno de sus competidores.
      Digamos que, en su momento, los insumos finales costaban $
      50.000, pero sin incluir el costo del proceso de I+D. El
      empresario de marras pretendía pagar sólo los
      insumos, o sea $ 50.000 más la mano de obra , lo cual
      daba un total de $ 150.000. Pero se le olvidaba dos
      pequeños detalles: no incluyó el valor del I+D,
      el cual por lo regular es de 5 a 10 veces el valor de la
      versión comercial del producto desarrollado y tampoco
      consideró los derechos de propiedad
      intelectual (propiedad industrial, en este caso). Ese proyecto
      le hubiese costado algo más de $ 3.000.000, si el
      hubiera querido detentar los derechos; pero no, quería
      la forma fácil: pagar sólo por el producto final
      del desarrollo pero no por el capital intelectual invertido en
      el proceso.
    • Con los desarrollos de software pasa
      algo muy similar. La gente piensa que el valor es sólo
      el de la licencia pero no tienen en consideración toda
      la inteligencia que hay detrás de ello. Si usted quiere
      tener los derechos de propiedad sobre un software que se vende
      en todo el mundo y que en el comercio
      cuesta $ 100.000, tenga la plena seguridad
      que hacerse a el puede costarle la respetable suma de $
      1.000.000.000 o más, por poner cualquier cifra
      mínima.
    • Los médicos son felices adquiriendo
      tecnología en el exterior cuando asisten a congresos y
      seminarios en Estados Unidos
      o en Europa, sin
      soporte ni respaldo alguno en Colombia. Apenas se les
      daña ponen el grito en el cielo cuando se les cobra $
      100.000 por una reparación de un equipo que les
      costó $ 10.000.000 y con el cual hacen exámenes
      por los cuales cobran $ 50.000 u $80.000 a razón de 3 o
      4 diarios. Qué desfachatez!
    • De hecho, un empresario colombiano paga
      fácilmente más por una hora de manicure que por
      una hora de diseño en ingeniería y ni que hablar
      del valor del servicio de mantenimiento. Y así
      podríamos seguir interminablemente, hablando de casos en
      todos los sectores. La ingeniería nacional no se valora
      y casi siempre se prefiere la extranjera. Los ejemplos abundan
      en este país, y la situación no es muy distinta
      en el resto de países del continente.

    Lo importante aquí es resaltar que si Colombia
    pretende salir de su subdesarrollo,
    requerirá, entre otras cosas, realizar procesos serios y
    sistemáticos de gestión tecnológica, y de la
    innovación, alentados por sistemas
    regionales de innovación sólidos y bien
    pensados.

    Adicionalmente, si el comprador común de la
    calle, el funcionario público que toma las decisiones de
    contratación, el empresario que contrata el desarrollo de
    tecnología o los servicios de mantenimiento o de
    consultoría, no valoran la ingeniería, será
    muy difícil cambiar el estado
    actual de atraso y romper con la ausencia histórica de
    cultura de la
    innovación, la cual ha quedado al vaivén de unos
    cuantos esfuerzos aislados y desarticulados.

    Uno lo que pide simplemente es que se respete los
    diferentes campos de la ingeniería y con ellos a los
    profesionales que la ejercen. No confundir comprar un pan, con
    comprar la receta para hacer y vender todos los panes que usted
    quiera. Qué valdrá más?

    La respuesta a la
    pregunta inicial

    Volviendo a la pregunta del comienzo, ya se
    imaginarán la respuesta. La diferencia en el costo de una
    compañía de alta tecnología en la bolsa
    respecto de su valor en los libros contables radica
    exclusivamente en el conocimiento, es decir en el capital
    intelectual y en otros intangibles.

    Lo que se transfiere en una negociación de empresas de base
    tecnológica es el know-how, representado en sus procesos
    de gestión tecnológica y de I+D, las patentes de
    invención, innovación, o modelos de
    utilidad; el
    good will y la imagen,
    representados en sus procesos de servicio al
    cliente, los registros de
    marcas, lemas,
    nombres comerciales, logosímbolos y derechos de
    autor (copyright); el capital intelectual, representado en su
    masa crítica, es decir en el talento humano, y
    en sus procesos de gestión del
    conocimiento mediante el cual se capitalizan la
    información, la formación y la experiencia de la
    gente; y por supuesto el potencial de clientes del
    mercado que la compañía tenga a su haber,
    representado en su valor agregado, el cual genera posicionamiento
    y diferenciación.

    En la nueva contabilidad se han comenzado a desarrollar
    métodos
    para medir y calcular el capital intelectual, el conocimiento, de
    una compañía; la pionera en la aplicación de
    este concepto es la
    multinacional europea de seguros, Skandia.
    Cuando American On Line o Microsoft
    adquieren una pequeña empresa de tecnología, lo que
    hacen es adquirir su conocimiento representado en términos
    de capital intelectual y su potencial de mercado.

    El conocimiento se traduce en productos y servicios
    gracias a la acción
    creadora de los ingenieros de la compañías y eso es
    lo que se valora. Si usted consulta el índice Dow Jones o
    los reportes de Wall Street o del Nasdaq se podrá dar
    cuenta que una compañía de alta tecnología
    que en la bolsa de valores
    se cotiza en US $ 800.000.000, en los libros de contabilidad
    sólo cuesta $ 100.000.000. La diferencia estriba,
    entonces, y de nuevo, en el conocimiento.

    En Colombia, por ejemplo, no se valora el know-how y
    mucho menos el capital intelectual; no lo hacen los bancos ni ninguna
    organización en general ni el Estado. Se
    valora, eso sí, los activos fijos y
    el patrimonio; o
    sea, los edificios, las máquinas, los muebles y los
    vehículos, pero nada de eso se puede llevar, si se
    quisiera montar la compañía en China, por
    ejemplo, mientras que usted viaja a donde quiera con el
    conocimiento y lo aplica o lo vende donde se requiera.

    No es gratuito, entonces, que las
    compañías de tecnología aparezcan muy bien
    ubicadas en el ranking mundial de empresas de peso pesado,
    durante varios años, como lo han publicado la revista
    Fortune y otras revistas especializadas de economía y
    gerencia .

    Siempre aparecen en el sitial de honor
    compañías como Microsoft, Sun Microsystems,
    Motorola, IBM, Dell, Hewlett Packard, Intel, Nec, Hitachi, Sony,
    Panasonic, General Electric, Ericson, Nokia, Philips, Siemens. De
    hecho, en los últimos años, en el ranking de las 10
    primeras empresas más poderosas de los EEUU, siempre
    aparecen cinco de alta tecnología: Microsoft, General
    Electric, Intel, Motorota y Hewlett Packard, como para variar. Su
    común denominador? la tecnología, el
    conocimiento.

    Cuando esas empresas compran o negocian capital
    intelectual o servicios de ingeniería, lo hacen
    valorándolos en su justa proporción. Saben que para
    ganar en los negocios de
    tecnología hay que invertir en ingeniería y que el
    valor agregado será tal que con ello tendrán una
    ventaja competitiva considerable. Es que cuando se trata de
    tecnología, y de calidad, no se puede violar la ley del equilibrio en
    los negocios de John Ruskin.

    El negociante colombiano, que se las da de muy pilo,
    desea ganar igual que el negociante de las
    compañías de tecnología, pero invirtiendo
    menos o aún sin invertir nada y así sí es
    muy difícil hacer tecnología en Colombia. Pretende
    pagar por la receta para hacer un pan pero al precio de lo
    que vale un pan.

    " Un científico puede
    descubrir una nueva estrella,

    un jurista puede redactar una ley
    para contemplarla,

    un contador puede presupuestar el
    costo para llegar a ella,

    un economista puede proyectar el
    valor en el tiempo,

    un periodista puede comunicar la
    noticia de su fulgor;

    pero ninguno de ellos puede crear
    una.

    Tendrían que llamar a un
    ingeniero para que lo hiciera."

    Adaptado de Gordon L. Glegg. The design of
    design.

    Referencias
    bibliográficas

    -Edvinsson, Leif y Micahel, Malone. El capital
    intelectual. Cómo identificar y calcular el valor
    inexplotado de los recursos intangibles de su empresa
    .
    Grupo
    Editorial Norma, 1998

    -Collins, James y Porras, Jerry. Empresas que
    perduran. Principio exitosos de compañías
    trinufadoras.
    Grupo editorial Norma, 1995

    -Thomas, Nigel y Peoples, David. 60 claves en 60
    minutos para vender más
    . Grupo editorial Norma,
    1993

    -Gaynor, Gerard. Manual de Gestión en
    Tecnología. Una estrategia para
    la competitividad de las empresas, tomos 1 y 2.
    Editorial Mc
    Graw Hill, 1999

    -Harvad Business Review. Gestión del
    conocimiento
    . Ediciones Deusto, 2000.

    -Rúa, Nelson y Londoño, Hernán.
    Consideraciones importantes para el análisis de
    costos

    de un producto de base tecnológica.
    Revista SILICIO : El mundo de la Ingeniería
    Electrónica,

    # 11, 2000

    -Rúa, Nelson. "Breve introducción a la Gestión de
    Tecnología en las organizaciones
    académicas"
    , intranet ITM,
    2000

     

     

    Por

    Nelson Rúa Ceballos

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