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Interacciones microbianas en la agricultura




Enviado por syanez



    1. Resumen
    2. Ecología de la
      interacciones microbianas en el suelo
    3. El impacto de la
      contaminación ambiental en las interacciones
      microbianas
    4. Conclusión
    5. Referencias.

    Resumen

    En la naturaleza
    existe un número indeterminado de asociaciones entre
    poblaciones microbianas así como individuos, éstas
    son reguladas por factores del ambiente:
    físicos y químicos, en el suelo, en las
    raíces de las plantas, en los
    tallos y sus hojas las relaciones interespecies microbianas
    determinan cual es la comunidad
    dominante, las reprimidas o inhibidas e incluso aquellas que
    coexisten sin afectar positiva o negativamente otras poblaciones
    microbianas. La dinámica de las interacciones entre
    especies de microorganismos con las plantas es más
    compleja, aquí como en el suelo tienden al equilibrio e
    influyen en la productividad
    agrícola, el objetivo de
    esta revisión es analizar este tipo de asociaciones y su
    impacto sobre la producción agrícola.

    Palabras clave: neutralismo, simbiosis, competencia,
    parasitismo.

    1.
    Introducción

    En el suelo o edosfera, existen un número
    inespecífico de comunidades de microorganismos, que viven
    en estrecho contacto que se relacionan de manera diversa, en
    evidente contraste con lo que se observa en medio de cultivo
    artificial del laboratorio de
    microbiología (1,3,5).

    Los miembros de la microbiota dependen unos de otros
    para utilizar compuestos inorgánicos y/o orgánicos
    en su supervivencia, y si el ambiente lo permite (4), el
    posterior crecimiento(2), al mismo tiempo durante
    la búsqueda de alimento base de su supervivencia, existen
    los que ejercen influencia negativa sobre otros (6), en especial
    cuando la biota autóctona, en contacto con la
    alógena o invasora ingresa al suelo (1,4) cambia
    continuamente con las practicas agrícolas culturales: como
    el enriquecimiento con estiércol animal, aplicación
    intensiva y extensiva de fertilizantes, pesticidas para controlar
    malezas, insectos, hongos y bacterias
    fitopatógenas (8,10,12).

    En suelos
    vírgenes la ausencia del disturbio humano permite una
    diversidad de comunidades microbianas en delicado equilibrio
    (7,9,13), son activas o latentes con base a las propiedades
    físicas y químicas de ese sitio, en especial si
    existen plantas (1,14), en función de
    la concentración de materia
    orgánica vegetal de fácil mineralización,
    del tipo de compuestos nitrogenados, de la disponibilidad de
    minerales
    limitantes su crecimiento (4,15): fosfatos, hierro, azufre
    y otros elementos que son de base del desarrollo de
    las poblaciones microbianas, que afectan el patrón de
    absorción nutricional radical, de plantas, las que a la
    vez seleccionan la microbiota que domina ese ambiente
    (5,16).

    Las actividades biogeoquímicas de las poblaciones
    microbianas en el suelo y en la rizosfera causan cambios
    continuos del pH, con
    alteraciones en su densidad, y
    variabilidad en un momento específico del año.
    Estos hechos son evidentes en suelos vírgenes que se
    utilizan en agricultura,
    en lo cuales al eliminar la vegetación nativa, con la maquinaria
    agrícola, las dosis crecientes de fertilizantes
    químicos, el sistema de riego
    y en especial el cultivo vegetal sembrado (13,17,19), provocan
    drásticas modificaciones en la dinámica de las
    poblaciones microbianas originales, tales alteraciones dan lugar
    a que ciertos grupos
    proliferen, algunas deletreas para el suelo como las
    desnitrificantes, o fitopatogenas, en consecuencia surgen
    problemas de:
    fertilidad, sanidad vegetal, contaminación de acuíferos, y el
    suelo reduce su productividad (18,20,22).

    En el esquema del manejo sostenible en agricultura, se
    intenta minimizar el impacto negativo del sistema de
    producción agrícola sobre la fertilidad del suelo,
    a pesar de su explotación (6,9,21).

    2. Ecología de las
    interacciones microbianas en el suelo

    En el suelo existen relaciones entre comunidades o
    especies: en el neutralismo los microorganismos son
    independientes; en simbiosis los asociados dependen uno del otro
    para un beneficio común; en la protocooperación los
    microorganismos establecen un beneficio mutuo pero sin
    dependencia vital, ello sucede durante la mineralización
    de la materia orgánica vegetal; en el degradación
    selectiva uno de los microorganismos se beneficia, pero el otro
    no es afectado, ni favorecido de ninguna forma; en la competencia
    uno de los dos es inhibido eliminado o suprimido, durante la
    lucha por los nutrientes y espacio, el nivel de
    concentración de éstos en el suelo son factores
    limitantes de la actividad microbiana (4,6); en el amensalismo
    uno de los asociados se inhibe por la síntesis
    de un antibiótico o toxina, el responsable no sufre efecto
    negativo; en el parasitismo uno asociado depende de manera
    parcial o total para su reproducción del otro; en la
    predación uno asociado es el alimento y el otro lo consume
    (45,49). Independiente de cual asociación sea dominante
    influye en los procesos de
    degradación de materia orgánica en el suelo, en la
    proliferación de fitopatogenos, en el establecimiento de
    una biota que estimule el desarrollo radical y en consecuencia
    influya favorablemente en la producción vegetal
    (3,7,18,21).

    Los factores químicos y físicos afectan
    las interacciones microbianas, para que haya un equilibrio entre
    los asociados, aún en las negativas, en términos de
    la producción de un cultivo agrícola
    específico, el resultado puede ser: plantas enfermas con
    pérdidas económicas o sanas con ganancia para el
    agricultor (10,26).

    A. Relaciones benéficas o
    positivas

    En el suelo, la rizósfera, el rizoplano, el
    tallo y las hojas es posible observar interacciones positivas
    cuando se colonizan por los microorganismos del tipo: simbiosis
    y protocooperación (18,48).

    La protocoperación es una asociación
    benéfica que involucra a dos especies, una que degrada
    un compuesto orgánico no aprovechable por la segundo, la
    actividad de degradación de la primera que genera
    productos
    asimilables para la segunda; ésta es común en el
    suelo después de la adición de abonos verdes o
    animales.

    Los polisacáridos del abono verde se
    transforman en nutrientes que sustentan microorganismos no
    especializados; así los hongos celulolíticos
    liberan de la celulosa:
    ácidos
    orgánicos que sirven como fuente de carbono para
    bacterias y otros hongos no celulolíticos (19,50). Un
    segundo tipo de asociación es el sinergismo los
    microorganismos que dependen de factores de crecimiento (1,18),
    compuestos que sintetizan por otros, para la
    proliferación de aquellos que son exigentes que no crece
    en ausencia de aminoácidos, vitaminas B,
    de purinas o pirimidinas (7).

    El sinergismo es evidente entre microorganismos
    sensibles al ácido en suelo, en vecindad inmediata con
    los que disminuyen el pH (25,27), según lo reporta la
    investigación sobre la
    descomposición de componentes de la materia
    orgánica y de pesticidas en cultivos mixtos por
    complementación de su metabolismo
    con microorganismos en estado
    axenico (28,30). El sinergismo existe cuando uno de los
    asociados se beneficia, para otro se multiplique
    (5,30).

    La protocooperación también implica
    microorganismos que favorecen a sus asociados al eliminar
    compuestos tóxicos, usados como fuente carbono liberados
    por uno de los asociados (6,24).

    Esta interacción es común, en
    hábitats del suelo y raíces vegetales e influyen
    en su productividad en forma del sistema agrícola que se
    maneja.

    La protocooperación nutricional es común
    en medio de cultivo artificial, sin ácido
    nicotínico y biotina, donde ni Proteus vulgaris,
    ó Paenibacillus se multiplican (2,26), se
    reportan interacciones nutritivas entre bacterias y hongos para
    vitaminas, aminoácidos y purinas (10,21), la
    protocooperación influye positivamente en el rendimiento
    de un cultivo agrícola pues existen microorganismos que
    producen fitohormonas para estimular el sano crecimiento de las
    plantas.

    La existencia en el suelo de raíces vegetales
    que contiene especies bacterianas con necesidades nutricionales
    (7,32), limitados por la concentración de los carbonados
    e inorgánicos (8,33). Estos microorganismos son
    fundamentales en el desarrollo radical sano, liberados por una
    microbiota que crece al mineralizar residuos vegetales (9,34),
    cuando se incorporan abonos verdes y animales. Las
    interacciones microbianas positivas dependientes de factores de
    crecimiento son clave en raíces vegetales para la
    nutrición mineral de plantas sanas
    (11,30).

    En las asociaciones simbióticas del tipo
    Rhizobium-leguminosa o raíces-hongos en las
    micorrizas son fundamentales en la producción
    sustentable basada en una racionalización de
    fertilizante nitrogenado y fosforado que mantenga un
    rendimiento rentable sin contaminar acuíferos ni
    aumentar el costo de
    producción (35,37).

    Las bacterias que se asocian positivamente con
    protozoarios, se benefician al recibir nutrientes y
    protección, para los ciliados las bacterias son
    esenciales en su multiplicación, a su vez éstos
    favorecen la degradación de abonos orgánicos y
    animales en pro de un suelo fértil, necesario para una
    adecuada producción agrícola (10,20).

    El beneficio mutuo de leguminosas y rizobios es por el
    nitrógeno proporcionado a las plantas vía
    bacteria al fijar N2, mientras el carbono
    transferido a Rhizobium por su hospedero mediante la
    fotosíntesis del CO2, las
    micorrizas, asociación hongo-raíz, el hongo
    recibe nutrientes esenciales para multiplicarse con las
    raíces del hospedero, cuando en el suelo existe una
    deficiencia de fosfatos solubles suficientes para que la planta
    aumente su tasa de absorción de fósforo,
    nitrógeno y otros minerales, esta relación es
    crítica para la producción vegetal
    en suelo alcalino. Otro ejemplo son los insectos que maceran
    hojas, flores y otros residuos vegetales e inoculan un hongo
    para degradar losdeshechos de plantas, hecho que favorece el
    composteo de abonos para la recuperación de suelos
    nutricionalmente pobres y de mínima productividad
    agrícola (6,13,23).

    B. Asociaciones ecológicas
    neutras

    El suelo, la rizósfera de plantas y sus hojas
    constituyen un ambiente para la microbiota: bacterias,
    actinomicetos, hongos, levaduras, protozoarios y nematodos. La
    interacción neutra o soprofismo se observa en la
    degradación de los residuos vegetales que consiste en
    que los microorganismos que viven en alguna parte de la planta
    mineralicen las sustancias de deshecho para que a su vez la
    planta absorba los nutrientes inorgánicos
    (22).

    En general las bacterias heterotróficas al
    igual que los hongos y protozoarios son fundamentales para que
    los componentes vegetales: celulosa, hemicelulosas, pectina,
    almidón y otras sustancias de fácil
    mineralización, en consecuencia liberen el
    CO2 y ácidos orgánicos que solubilizan
    minerales como los fosfatos, contribuyen a la salud de la planta (6,27).
    Este proceso de
    mineralización es clave para que en el suelo existan los
    minerales disponibles, que los vegetales requieren para un
    desarrollo sano y un rendimiento rentable (1,4).

    Generalmente la actividad de la microbiota
    heterotrófica se considera un factor limitante de la
    fertilidad de un suelo, la liberación de los nutrientes
    inorgánicos que se reciclan para que el suelo mantenga
    su productividad (3,8,36), en especial cuando se restringe o
    regula la aplicación de fertilizantes químicos
    con base en los tipos de nitrógeno inorgánico e
    orgánico, en los fosfatos (2,13,33) y otros
    microelementos. (1,11,40). Bajo estas circunstancias los
    saprobios ayudan a la mineralización de la materia
    orgánica en el suelo a favor de las plantas
    (22).

    El comensalismo es equivalente al inquilinismo cuando
    los asociados viven físicamente en el mismo sitio, sin
    daño
    o de beneficio, como los géneros bacterianos:
    Pseudomanas spp, Bacillus, Arthrobacter, los
    actinomicetos del tipo Streptomyces, Micronomospora, al
    igual que hongos: Penicillium, Aspergillus, Cheatomium y
    otros que reciclan la materia orgánica a minerales que
    las plantas necesitan para crecer y que a la vez conservan la
    fertilidad del suelo (4,12,20).

    Generalmente las interacciones neutras son
    dependientes del ambiente más químico que
    físico, es decir, del nivel de nutrientes limitantes del
    crecimiento vegetal y microbiano como: el nitrógeno, el
    fósforo, el oxigeno, el
    hierro y otros microelementos, que determinan la clase de
    relación entre los asociados, es posible que una planta
    en estrés
    nutricional de nitrógeno, sea más susceptible al
    ataque de Erwinia carotovora, no tanto por la
    patogenía de la bacteria, sino más bien por su
    condición fisiológica (3), esta reportado que una
    planta sana es resistente a la actividad de los
    fitopatógenos, lo que significa que el inquilinismo se
    convierte en negativa, lo que deriva en la enfermedad del
    vegetal (49,58), esta situación puede darse e incluso en
    la relación Rhizobium-leguminosas, dependiente de
    la concentración de nitrógeno en el suelo, si
    éste es suficiente ambos podrán vivir como
    inquilinos sin afectarse ni beneficiarse (5), mientras que al
    disminuir la concentración del N demandado por la
    planta, se establece una competencia entre ambos y la
    asociación se transforma en negativa (9), en la cual, el
    más apto obtendrá más nitrógeno
    para su crecimiento y el otro dejará de crecer;
    finalmente cuando el nivel del elemento limitante, pone en
    riesgo la
    supervivencia de la planta, se da un cambio en
    sus exudados radicales, para que la bacteria sea
    atraída, infecte sus raíces, forme los
    nódulos y fije nitrógeno del aire, a cambio
    de azúcares y espacio.

    Así la interacción será positiva,
    en este caso la simbiosis Rhizobium-leguminosa, como las
    micorrizas apoya una producción agrícola, al
    regular la dosis de los fertilizantes químicos en
    beneficio de la fertilidad del suelo (2,7,15).

    C. Interacciones negativas

    Los microorganismos inoculados en suelos
    estériles se multiplican rápido, sin embargo,
    como en el caso de Rhizobium ello provoca su
    eliminación en semanas, o menos tiempo, en consecuencia
    la leguminosa no responde a la inoculación sin lograr el
    rendimiento esperado, así es necesario seleccionar un
    Rhizobium nativo y específico para la leguminosa,
    en el suelo elegido, para un pronostico favorable en
    términos de rendimiento, ahorro de
    fertilizante y productividad rentable (20,39).

    Las interacciones negativas como la que enfrenta
    Rhizobium se resumen en términos de: competencia,
    amensalismo, parasitismo y predación, con base a: a) la
    competencia por nutrientes limitantes de crecimiento como el
    nitrógeno; b) liberación de tóxicos en
    contra del asociado como los antibióticos que matan
    Rhizobium, c) el canibalismo de un microorganismo sobre otro, como
    Bdellovibrio ataca y consume las células
    de Rhizobium d) por la actividad microbiana
    quimiolitotrofica de liberación de ácidos
    nítrico y sulfúrico que matan bacterias sensibles
    al pH ácido como Rhizobium; f) por bacterias que
    causan la lisis de Rhizobium como sucede con los
    bacteriófagos o rhizobiofagos, aunque existe para lizar
    cualquier otro género
    de bacterias benéficas de plantas (3,15,20).

    1c. Amensalismo

    Cuando una suspensión de suelo se siembra en
    agar nutritivo, bacterias, actinomicetos y hongos generan una o
    más colonias, que producen una zona clara sin
    crecimiento, o halo de inhibición, evidencia de que esa
    colonia produce un antibiótico, que evita el
    desarrollo de otros en baja concentración
    (15,40).

    Los habitantes del suelo que liberan
    antibióticos son: actinomicetos, bacterias y hongos; el
    primer grupo es el
    más activo, como ejemplo la síntesis de:
    estreptomicina, cloramfenicol, cicloheximida y
    clorotetraciclina, esta capacidad de liberar estos
    antimicrobianos escomún en los géneros:
    Streptomyces, Nocardia y Micromonospora, y
    en las especies de Bacillus y de Pseudomonas que
    liberan piocianina; en los hongos, Penicillium,
    Trichoderma, Aspergillus, Fusarium.tambien producen
    antibióticos efectivos para inhibir otros hongos,
    bacterias y actinomicetos (15,42).

    Una alta proporción de microorganismos
    heterotroficos del suelo generan antibióticos en medio
    de cultivo artificial, la mayoría de esas
    antimicrobianos. los sintetizan saprobios del suelo (12,41),
    este fenómeno natural supone que estos productos tienen
    beneficio para las células que lo hacen como ventaja de
    competencia natural como sucede con Rhizobium en
    leguminosas (18,43,45). Aunque no existe evidencia de que esa
    capacidad favorece su supervivencia.

    La capacidad de una especie microbiana para colonizar
    un sitio microscópico depende de la supresión de
    sus vecinos mediante la síntesis de antibióticos
    como se reporta sucede con Rhizobium, Azotobacter,
    Azospirillum y Burkholderia
    ; además existen en el
    suelo la fungistasis, que inhibe, pero no mata hongos,
    pero si sus conidias, hifas, esclerotes y ascosporas, el grado
    de inhibición de los hongos varía según el
    tipo de suelo, el número, la identidad de
    los compuestos es desconocido, (27,48).

    Los principios
    fungistáticos son microbianas, fitopatógneos,
    moléculas termolábiles. El suelo contiene
    factores perjudiciales para algunos grupos microbianos sean o
    no patógenos para plantas y/o animales, así
    extractos del suelo poseen sustancias que evitan la
    multiplicación bacteriana, evidencia sugiere que se
    generan en las raíces de plantas, en suelo con alto
    contenido en materia orgánica, etc. (9,43), como la paja
    enterrada que colonizada con Cephalosporium gramineum
    que le causa una enfermedad del trigo de invierno contiene un
    antibiótico que sintetiza en medio de cultivo
    (7,23,48).

    Hongos en simbiosis micorrícica con plantas
    sintetizan un inhibidor en medio de cultivo; lo que explica la
    conocida protección de la micorriza contra la
    infección radicular de hongos fitopatógenos (49).
    Se reporta que sustancias que se sintetizan en el suelo
    controlan la actividad de mineralización de poblaciones
    microbianas heterotróficas nativas (8,19), ese es el
    caso del CO2, el NH3, el nitrito, el
    etileno, y compuestos de azufre; en el campo el amoniaco es un
    inhibidor de Nitrobacter, el NH3 proviene de
    la descomposición de residuos vegetales ricos en
    nitrógeno, lo que suprime hongos, en la fase gaseosa
    eleva el pH, el nitrito que se acumula fungicida, así
    como el NH3 anhidro, los fertilizantes a base de
    amonio (10,47,50).

    2c. Parasitismo y predación

    La predación es una de la interrelación
    microbiana común en el suelo, la rizósfera, el
    rizoplano y las hojas de las plantas y que se usa en el
    control
    biológico de plagas y enfermedades
    agrícolas (33,55), de los habitantes del suelo, las
    bacterias son susceptibles al ataque de predadores; como los
    protozoario que afectan negativamente sus poblaciones al
    consumir millones (25,37,54), lo cual se observa cuando se
    inoculan bacterias promotoras de crecimiento
    vegetal como: Azospirillum, Derxia, Burkholderia,
    Azotobacter.
    Los protozoarios limitan la densidad de ese
    tipo de poblaciones bacterianas, reduce su abundancia lo que
    causa que se inhiba su efecto positivo sobre el cultivo vegetal
    (29,31,57).

    Al evitar el establecimiento de ciertas bacterias en
    el suelo, falla la inoculación de Rhizobium en
    leguminosas, y la optimización de la
    fertilización nitrogenada, que asegure un rendimiento
    rentable, sin la sobreerxplotación del suelo, por eso es
    necesaria una selección de Rhizobium para
    superar el problema de la predación de los protozoarios
    al inocular las leguminosa (18,29,36).

    Por otro lado las mixobacterias y los hongos afectan a
    la población bacteriana benéfica del
    suelo como las promotoras de crecimiento vegetal al
    depredarlas, ambos son actualmente recomendadas para inocularse
    en semillas de plantas de valor
    básico y comercial en suelos agrícolas
    (11,45,57).

    Los hongos mucilaginosos consumen ese tipo de
    bacterias, las mixobacterias son el mayor depredador de
    cómo Azospirillum, aunque algunas como
    Burkholderia son resistentes a la predación
    (8,13,23). Las mixobacterias no sólo se alimentan de
    bacterias, también de algas, hongos y levaduras; existen
    grupos microbianos que tiene parásitos que viven sobre o
    dentro de sus células, como los bacteriófagos,
    distribuidos en el suelo y la rizósfera de plantas
    (16,24,33). Mientras Bdellovibrio ataca otros
    géneros bacterianos (7,18), su necesidad de grandes
    densidades de bacterias para su multiplicación, que
    Bdellovibrio afecta la actividad de las bacterias
    benéficas de raíces como: Rhizobium,
    Azotobacter, Burkholderia (53,56,58).

    Mientras los hongos microbianos son susceptibles al
    parasitismo; sus hifas, conidias, clamidosporas, osporas,
    zoosporas, esclerotes y otras estructuras
    de latencia son atacados (14,26,39); hongos de
    parásitos: Gliocladium, Penicillium, Rhizoctonia
    y Trichoderma.

    El parasitismo que causa lisis existe distribuido en
    suelo y plantas, involucra: a) la degradación de paredes
    celulares de hongos susceptibles, o heterolisis; b) por
    destrucción de hifas autolisis (14,33,58); la
    heterolisis enzimática involucra la
    despolimerizanción de la pared del microorganismo
    susceptible: a) la celulosa, por una
    β-(1à
    3)-glucanasa, la quitina por una quitinasa que destruye
    paredes de hongos (36,46,55). Durante la descomposición
    de abonos verde y animal los hongos liberan quitinasa,
    celulasa, proteasa; las endosporas de Bacillus de
    Clostridium, al igual que hifas y sus estructuras de
    latencia, también las de los actinomicetos; por lo que
    durante este proceso fitopatógenos desaparecen de esa
    forma de fertilidad del suelo se conserva sin afectar su
    capacidad productiva (39,59).

    3. El impacto de
    la contaminación ambiental sobre las
    interacciones microbianas

    Actualmente esta ampliamente documentado el impacto
    negativo del hombre sobre
    los procesos naturales de descomposición de materia
    orgánica y de su inmovilización para que los ciclos
    biogeoquímicos faciliten la productividad
    agrícola.

    Desde el inicio de la agricultura esta actividad fue
    considerada contaminante por sus efectos sobre la estructura del
    suelo, con la introducción del monocultivo vegetal, al
    igual que el uso intensivo y extensivo de fertilizantes
    químicos y pesticidas para el control de
    plagas y enfermedades, y por el empleo de
    maquinaria agrícola con sus insumos, que tuvieron y tienen
    un drástico impacto sobre las diversas interacciones
    microbianas, que influyen directa y drásticamente sobre
    los procesos de descomposición de materia orgánica
    que aumenta o reduce la productividad de un suelo al cambiar las
    concentraciones de los macroelementos limitantes de su
    crecimiento, además de la aplicación de pesticidas
    de amplio espectro, que reducen la densidad y diversidad de las
    poblaciones microbianas, que favorecen la dominancia de los que
    causan problemas de sanidad vegetal, al eliminar las poblaciones
    nativas antagonistas de los fitopatógenos (37,50),
    así como de aquellas benéficas.

    En consecuencia suelos originalmente productivos se
    transforman en pobres y contaminados por su perdida de diversidad
    biológica y de minerales que faciliten la
    producción agrícola (35,40). La agricultura
    sustentable es un intento por retornar a practicas culturales que
    causen el mínimo impacto negativo sobre las propiedades
    físicas, químicas y biológicas de los
    suelos, para una producción agrícola basada en la
    conservación del suelo, que evite su
    sobreexplotación: mediante la labranza cero,
    optimización en el uso y manejo del agua, por la
    restricción estricta en la aplicación de
    fertilizantes químicos, con una tendencia a su
    disminución o sustitución con abonos verdes,
    animales o composta (10).

    Estas estrategias
    favorecen la conservación del suelo y el mantenimiento
    de la diversidad biológica en la que las interacciones
    microbianas en equilibrio, aseguren la dinámica de los
    ciclos y que la
    contaminación ambiental de cualquier tipo sea
    mínima (10,59). Si el manejo de la producción
    agrícola no da un drástico giro el problema futuro
    de alimentar a la humanidad será crítico, pues el
    suelo y agua manejados como hasta hoy, están en riesgo de
    desaparecer, es por ello que la política para el
    campo y ley intentan que
    la producción vegetal se modifique hacia un esquema de
    conservación recursos
    naturales (35,45).

    4.
    Conclusión

    Las interacciones microbianas en el suelo son ejemplos
    de la diversidad biológica en el suelo y relación
    con las plantas.

    La transformación de materia orgánica a
    minerales depende de una actividad con bioquímica
    única, que al supervivir y reproducirse realiza el cambio
    de compuestos complejos en sencillos; permite superiores a las
    plantas, absorber nutrientes que de manera independiente no
    podrían. Cuando los vegetales obtienen los nutrientes que
    demandan su crecimiento, a su vez favorecen la actividad
    microbiana, que recicla los residuos de plantas y animales para
    dar lugar al ciclo de los elementos esenciales para la fertilidad
    suelo.

    La contaminación ambiental causada por el hombre por
    pesticidas, productos químicos de la industria,
    así como las excesivas dosis de fertilización,
    inhiben la actividad de microorganismos a favor de la
    productividad agrícola, porque más que ayudar,
    provocan un desequilibrio ecológico, es necesario un
    manejo sustentable del suelo y el agua para
    la conservación de los recursos
    naturales como de la fertilidad del suelo en benéfico del
    hombre

    Agradecimientos

    Al proyecto 2.7 de
    la Coordinación de la Investigación Científica de la UMSNH
    (2005-2006), por su apoyo económico. A Jeanneth Caicedo
    Rengifo por su trabajo
    secretarial y en la revisión de la redacción.


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    Juan Manuel
    Sánchez-Yáñez

    Laboratorio de Microbiología
    Ambiental.

    Instituto de Investigaciones
    Químico Biológicas

    Universidad Michoacana de San Nicolás de
    Hidalgo

    Morelia, Mich. México

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