Monografias.com > Educación
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La investigación-acción



    1. Puntos clave de la
      investigación-acción
    2. Metodología de la
      investigación-acción en la
      docencia

    En muchas ocasiones se emplean los términos
    investigación participativa e
    investigación-acción, como
    sinónimos, aunque no todos los autores están de
    acuerdo con ello.

    La investigación participativa no pretende
    describir las circunstancias en las que viven los marginados,
    sino que los propios dominados generen ideas y acciones que
    posibiliten la transformación y el tránsito hacia
    el mejoramiento de sus condiciones de vida.

    Con respecto a la investigaciónacción,
    como un recurso básico de la pedagogía crítica, es definida como una forma de
    búsqueda e indagación realizada por los
    participantes acerca de sus propias circunstancias. Es, por lo
    tanto, autorreflexiva.

    Aplicada a la educación, y
    específicamente dentro de la pedagogía
    crítica
    , ha impactado notablemente al desarrollo
    curricular en general.

    Kurt Lewin, autor del término
    investigación-acción (action research),
    establece que ésta se constituye con tres
    momentos:

    a) Planificación.

    b) Concreción de hechos.

    c) Ejecución.

    Igualmente, las condiciones elementales para calificar
    propiamente a la investigación-acción, son
    tres:

    1) La existencia de un proyecto
    correspondiente a una práctica social que resulte
    susceptible de mejoramiento.

    2) La interrelación sistemática y
    autocrítica de las fases de planeación, observación, reflexión y
    acción correspondientes al proyecto

    3) La inclusión de todos los responsables del
    proyecto en cada uno de los momentos investigativos, y la
    posibilidad abierta y permanente de incorporar a otros sujetos
    afectados por la práctica social, que se está
    sometiendo al proceso de
    investigación-acción.

    Algunos autores afirman que la
    investigación consiste en producir conocimientos,
    en tanto que la acción, a través de sus
    consecuencias, modifica una realidad determinada.

    Para Antón
    de Schutter, la investigación es "menos una
    cuestión de estadística y técnicas
    de recolección, que la búsqueda de una
    relación cercana con los seres humanos reales.

    La investigación-acción surge a
    raíz de la desilusión respecto a la
    investigación desligada de la realidad y las acciones
    sociales. Esta praxis se
    originó también en la necesidad de optimizar las
    relaciones entre investigadores e investigados.

    El concepto
    tradicional de investigación-acción proviene del
    modelo de
    Lewin sobre las tres etapas del cambio social:
    descongelamiento, movimiento,
    recongelación. En ellas el proceso consiste en:

    1. Insatisfacción con el estado
    actual de cosas.

    2. Identificación de un área
    problemática.

    3. Identificación de un problema
    específico.

    4. Formulación de varias hipótesis.

    5. Selección de una hipótesis.

    6. Ejecución de la acción para comprobar
    hipótesis.

    7. Evaluación de los efectos de la
    acción.

    8. Generalizaciones.

    (…) Se concibe a la
    investigación-acción (Himmelstrand, 1978, p. 164)
    como un ejemplo de ciencia social
    aplicada. Sin embargo las aplicaciones de la ciencia
    social van más allá de los límites
    tecnológicos provenientes de las ciencias
    naturales, en cuanto los modelos
    tecnológicos se orientan a la búsqueda de
    invariantes (leyes naturales,
    mecanismos causales, etc.).

    En las ciencias
    sociales invariantes relativamente semejantes pueden hallarse
    en el área económica. Pero, en general, más
    son los problemas de
    factibilidad
    (inclusive en las ciencias
    naturales) que los de predicción: "necesitamos una
    sociología moldeada no tanto en el paradigma de
    la ciencia natural, sino en la comprensión (Verstehen) de
    los significados, acuerdos y reglas sociales… implica una
    comunicación con los "objetos" de
    investigación y no la simple observación o
    manipulación experimental de esos objetos…"
    (Himmelstrand, 1978, p. 167).

    Indudablemente, existen objetos de investigación
    con los cuales no es posible la
    comunicación: modos de
    producción, estructuras
    sociales, etc. No obstante, lo importante son las interrelaciones
    procesos,
    personas e instituciones
    involucrados.

    Por más que a nivel global se pueda identificar y
    distinguir la investigación-acción de otros
    métodos, existen a nivel específico
    varias ambigüedades. Quizá el concepto
    investigación-acción (y también la
    investigación activa engloba diferentes enfoques en el
    sentido siguiente:

    a) Investigación de la acción
    (que tiene un carácter evaluativo);

    b) Investigación para la acción
    (empleado especialmente por las agencias y organismos que
    requieren información para su programación de acciones) y

    c) Investigación a través de la
    acción
    (éste se acopla más al análisis de la realidad en base a las
    experiencias concretas)."  

    De Schutter establece las diferencias que, en su
    opinión, existen entre la investigación
    participativa y otras formas tradicionales de investigación
    social.

    Concretamente, el modo de producción de conocimientos, por medio de
    la investigación participativa, resulta "contrario a la
    monopolización de los resultados de la misma, por parte de
    una élite intelectual. En lugar de investigar sobre los
    campesinos o los sectores marginados para aumentar el acervo
    científico (lo que caracteriza a las investigaciones
    tradicionales), se investiga conjuntamente con los propios
    sujetos, para definir acciones tendientes a la
    transformación de la realidad en la que están
    inmersos.

    La relación entre investigador profesional y
    universo a ser
    investigado es una relación entre sujetos, contrariamente
    a otros métodos, como por ejemplo la encuesta y el
    experimento, donde las personas son tratadas como objetos
    sociales a ser investigados (…).

    a) Con la observación participante. Como
    mayor diferencia resalta que el investigador en la
    observación participante no necesita hacer conocer los
    propósitos de su trabajo. Ni
    siquiera necesita contar que va a observar algo. Él se
    incluye y va a vivir, temporalmente, en un grupo,
    "participa" de alguna manera en la vida cotidiana, para, desde
    esta posición, estudiar al grupo. Observando estas
    características -la absoluta "no participación"
    de la comunidad en la
    producción de conocimientos y la desconexión de
    la acción- ya no se necesita aclarar que los dos
    métodos tienen elementos absolutamente
    contrarios.

    b) Una diferencia con la
    investigación-acción, que es más
    bien una cuestión de énfasis en una parte de las
    experiencias, se halla en el enfoque más
    antropológico de ésta. La investigación
    participativa representa un intento de combinar elementos de la
    antropología aplicada con elementos
    teóricos y metodológicos de la sociología.
    Esto se refleja sobre todo en la importancia de aportar
    elementos teóricos para analizar procesos concretos en
    su marco histórico y en relación con la estructura
    global de la sociedad.

    c) Una diferencia con la investigación
    militante
    reside en que, en la investigación
    participativa la visión política partidista
    del investigador no es el punto central, sino la promoción de la
    organización y la capacitación para que los sujetos
    estén en condiciones de transformar la realidad social
    de acuerdo a sus intereses. No obstante, ambos tipos de
    investigación comparten la fuerte vinculación
    con la acción, así como la no neutralidad (pero
    sí la objetividad) y el compromiso del investigador. La
    diferencia es de grado y varias experiencias concretas con la
    investigación militante ponen de relieve las
    características de la investigación
    participativa.

    d) Con los métodos
    fenomenológicos
    el método
    participativo comparte la característica de poner
    énfasis (metodológico) en los aspectos
    cualitativos del proceso de la investigación y en la
    comunicación -el diálogo– como estrategia en
    la producción de conocimientos sociales. Marcadas
    diferencias con la investigación participativa son: el
    carácter histórico y la integración con la acción, de esta
    última. Además, en los métodos
    fenomenológicos, la participación no constituye
    una estrategia.

    e) Una diferencia notable con el método de
    la encuesta
    fundamentada en el estructural funcionalismo es el marco histórico de la
    interpretación compartida de la realidad
    social que se procura en la investigación
    participativa." 

    Precisamente, la producción del conocimiento
    por medio de la investigación social ha producido grandes
    y diversas polémicas.

    Porque no son pocos quienes se han planteado la pregunta
    acerca de si es posible una epistemología específica de las
    ciencias sociales. Aquí cabe reflexionar que en el caso de
    que "la respuesta sea afirmativa habría que preguntarse
    ¿cómo es posible?, y para darle más
    fundamento a la pregunta habría que interrogar por las
    condiciones históricas que hacen posible pensar en la
    posibilidad de una epistemología de las ciencias sociales.
    Porque la interrogación ha de existir si se reconoce el
    problema, pero ¿cuál es éste?, o mejor,
    cuáles son los problemas que permiten pensar la
    posibilidad de una epistemología de las ciencias
    sociales.

    De hecho, los problemas son muchos, pero uno de ellos ha
    de considerarse como central: el problema de la crisis no
    sólo de las ciencias sociales, sino de la racionalidad en
    general. Esta situación sin embargo ha de imponer la
    manera de reflexionar, la cual no ha de ser unívoca, sino
    abierta y desprejuiciada, es decir, crítica ella
    misma.

    A su vez, el reconocimiento del fenómeno crisis
    ha de cambiar incluso la manera de comunicar la
    indagación, la cual ha de ser constantemente
    interrogativa, es decir, reflexiva ella misma. Y no ha de aspirar
    a verter soluciones
    ahora, porque éstas han de ser históricas y por
    ello entendemos que es labor de este tiempo
    histórico construirlas.

    La posibilidad de una epistemología de las
    ciencias sociales, como bien sabe el lector, no surge del
    vacío o de la mente de un pensador, por más grande
    que éste sea; al contrario, hay circunstancias
    históricas que permiten pensar en una problemática
    como ésta, la cual ha de conducirnos al reconocimiento de
    muchos problemas.

    Sin embargo, una epistemología de las ciencias
    sociales es posible y necesaria, es decir, legítima. Pero
    este reconocimiento entraña una revisión
    crítica de los motivos y razones por los cuales ha
    permanecido como posibilidad latente; entraña pues una
    indagación profunda de las mismas.

    Proponer ideas nuevas sobre la base de una
    revisión crítica de las tradicionales acaso
    requiera de un esfuerzo de comprensión mayor que la simple
    aceptación de lo dado. Esto sin embargo es posible
    sólo como diálogo profundo y fecundo con el
    presente y con el pasado desde la perspectiva del futuro. Una
    epistemología de las ciencias sociales podrá
    constituirse como tal sólo después de haber dado
    razón de su ausencia histórica."

    Stephen Kemmis, por su parte, define a la
    investigación-acción como una "forma de
    indagación introspectiva colectiva emprendida por
    participantes en situaciones sociales con objeto de mejorar la
    racionalidad y la justicia de
    sus práctica sociales o educativas, así como su
    comprensión de esas prácticas y de las situaciones
    en que éstas tienen lugar".

    Los integrantes de los grupos de
    participantes generalmente son directores escolares, maestros,
    estudiantes y padres de familia de una
    comunidad determinada, aunque la posibilidad de
    participación no se restringe a nadie, antes bien, es
    deseable la incorporación de todos los que compartan una
    preocupación común.

    Aunque la investigación-acción del grupo
    se desarrolla por medio del examen crítico de las acciones
    por parte de sus miembros individuales, ésta es
    eminentemente grupal, comunitaria.

    Kemmis establece puntualmente cuáles son las
    ventajas de la investigación-acción,
    qué NO ES la investigación
    acción y los que él considera los puntos
    claves
    de ésta, realizando la siguiente exposición:

    "(…) Para los enseñantes que se dedican a
    la investigación-acción, la comunicación con
    otros investigadores y otras personas afectadas (otros
    enseñantes, padres y estudiantes) es esencial por
    numerosas razones:

    – Está claro, desde el comienzo, que el
    proceso de investigación-acción implica la
    investigación explícita de las relaciones entre
    la acción individual y la cultura del
    grupo; esa investigación analiza y explora
    sistemáticamente las pautas individuales y colectivas de
    utilización del lenguaje,
    las actividades y las relaciones sociales.

    – La comunicación alienta el desarrollo
    cooperador de la razón de ser de la práctica que
    se investiga y de otras relacionadas con ella.

    – Ayuda a que la indagación sea considerada
    como un "proyecto" colaborador antes que como un proceso
    personal e
    introspectivo.

    – Ayuda a clarificar consecuencias y ramificaciones
    imprevistas.

    – Facilita la definición d los problemas
    porque el hecho de explicar el proyecto a otras personas exige
    a cada individuo la
    clarificación de sus propias ideas.

    – Ayuda a obtener apoyo moral y a
    determinar los límites del apoyo (otras personas pueden
    no estar tan fascinadas por el proyecto como los miembros del
    grupo colaborador).

    – Permite la ayuda por parte de otras personas y su
    involucramiento en una participación activa.

    – Ayuda a la reflexión al proporcionar
    diversas perspectivas críticas acerca de los efectos de
    la acción y de las limitaciones
    experimentadas.

    Cuatro cosas que NO ES la
    investigación-acción

    1. No es aquello que hacen habitualmente
    los enseñantes cuando reflexionan acerca de su trabajo. La
    investigación-acción es más
    sistemática y colaboradora y recoge datos sobre los
    que se basa una rigurosa reflexión de grupo.

    2. No es simplemente la resolución
    de problemas. La investigación-acción implica el
    planteamiento de problemas y no tan sólo la
    solución de problemas. No parte de contemplar los
    "problemas" como hechos patológicos. La
    investigación-acción busca mejorar y comprender al
    mundo a través de cambios y del aprendizaje de
    cómo mejorarlo a partir de los cambios
    conseguidos.

    3. No es una investigación acerca
    de otras personas. La investigación-acción es una
    investigación realizada por determinadas personas acerca
    de su propio trabajo, con el fin de mejorar aquello que hacen,
    incluyendo el modo en que trabajan con y para otros.

    La investigación-acción es una
    investigación que considera a las personas agentes
    autónomos y responsables, participantes activos en la
    elaboración de sus propias historias y condiciones de
    vida, capaces de ser más eficaces en esa
    elaboración si conocen aquello que hacen y capaces de
    colaborar en la construcción de su historia y sus condiciones
    de vida colectivas. No considera a las personas como objetos de
    investigación, sino que las alienta a trabajar juntas como
    sujetos conscientes y como agentes del cambio y la
    mejora.

    4. No es "el método
    científico" aplicado a la enseñanza. No se trata simplemente de uno
    de los ángulos de visión del "método
    científico", que son numerosos. La
    investigación-acción no se limita a someter a
    prueba determinadas hipótesis o a utilizar datos para
    llegar a conclusiones. Adopta una visión de la ciencia
    social distinta de aquella que se basa en las ciencias naturales
    (en las cuales los objetos de la investigación pueden ser
    tratados
    legítimamente como "cosas"); la
    investigación-acción concierne también al
    "sujeto" mismo (el investigador). Su ángulo de
    visión es distinto del de las ciencias históricas
    porque la investigación-acción se preocupa por el
    cambio de situaciones y no tan sólo por su
    interpretación.

    La investigación-acción es un proceso que
    sigue una evolución sistemática, y cambia
    tanto al investigador como las situaciones en las que éste
    actúa; ni las ciencias naturales ni las ciencias
    históricas tienen este doble objetivo (para
    la dialéctica viva del investigador y lo investigado,
    véase Carr y Kemmis, 1986)

    Puntos clave de la
    investigación-acción

    – La investigación-acción se propone
    mejorar la educación mediante su cambio, y
    aprender a partir de las consecuencias de los cambios.

    – La investigación-acción es
    participativa: a través de ella las personas
    trabajan por la mejora de sus propias prácticas (y
    sólo de modo secundario por la de las prácticas de
    otras personas).

    – La investigación-acción se desarrolla
    siguiendo una espiral introspectiva: una espiral de ciclos
    de planificación, acción (establecimiento de
    planes), observación (sistemática),
    reflexión…
    y luego replanificación,
    nuevo paso a la acción, nuevas observaciones y
    reflexiones.

    Una buena manera de iniciar un proyecto de
    investigación-acción consiste en acopiar
    algunos datos iniciales en un área de interés
    general (una exploración), después reflexionar, y
    luego elaborar un plan para una
    acción cambiada; otro modo de empezar consiste en realizar
    un cambio exploratorio, recoger datos sobre aquello que sucede,
    reflexionar, y luego preparar planes de acción muy
    afinados. En ambos casos, los problemas y la comprensión
    por un lado, y las prácticas mismas, por otro, se
    desarrollan y desenvuelven a través del proceso de la
    investigación-acción; pero tan sólo cuando
    la espiral-introspectiva es seguida de modo deliberado y
    sistemático mediante procesos de crítica de
    grupo.

    – La investigación-acción es
    colaboradora: implica a los responsables de la
    acción a la mejora de ésta, ampliando el grupo
    colaborador tanto con las personas más directamente
    implicadas como con el mayor número posible de personas
    afectadas por las prácticas que se toman en
    consideración.

    – La investigación-acción crea
    comunidades autocríticas de personas que participan
    y colaboran en todas las fases del proceso de
    investigación: la planificación, la acción,
    la observación y la reflexión. Pretende crear
    comunidades de personas que se propongan ilustrarse acerca
    de la relación entre la circunstancia, la acción y
    la consecuencia de ésta en el marco de su propia
    situación y emanciparse de las restricciones
    institucionales y personales que limitan su capacidad de vivir
    sus propios valores
    legítimos, educativos y sociales.

    – La investigación-acción es un proceso
    sistemático de aprendizaje
    en el que las personas
    actúan conscientemente sin dejar, por ello, de abrirse a
    la posibilidad de sorpresas y conservando la posibilidad de
    responder a las oportunidades. Se trata de un proceso de
    utilización de la "inteligencia
    crítica" orientado a dar forma a nuestra acción y a
    desarrollarla de tal modo que nuestra acción educativa se
    convierta en una praxis (acción críticamente
    informada y comprometida) a través de la cual podamos
    vivir consecuentemente nuestros valores educativos.

    – La investigación-acción induce a las
    personas a teorizar acerca de sus prácticas,
    inquiriendo en las circunstancias, la acción y las
    consecuencias de ésta y comprendiendo las
    relaciones entre la circunstancia, las acciones y las
    consecuencias en sus propias vidas. Las teorías
    que desarrollan aquellos que se dedican a la
    investigación-acción pueden expresarse inicialmente
    en forma del modo de ser y de operar de las
    prácticas.

    Podemos hacerlo tratando esas prácticas como si
    no fuesen nada más que racionalizaciones, aunque puedan
    ser nuestras mejores teorías vigentes acerca de
    cómo y por qué nuestra labor educacional es como
    es. A través del proceso de la
    investigación-acción sometemos a esos supuestos
    iniciales a un examen crítico.

    – La investigación-acción exige que las
    prácticas, las ideas y las suposiciones acerca de las
    instituciones sean sometidas a prueba, haciendo acopio de
    pruebas apremiantes que puedan convencer de que las
    prácticas, ideas y suposiciones previas eran
    erróneas o desatinadas.

    – La investigación-acción concibe de modo
    amplio y flexible aquello que puede constituir pruebas (o
    datos); no sólo implica registrar descriptivamente aquello
    que ocurre con la máxima precisión posible (en base
    a las cuestiones particulares que se investigan y a las
    circunstancias de la vida real en el curso de la obtención
    de datos) sino también recopilar y analizar nuestros
    propios juicios, reacciones e impresiones en torno a lo que
    ocurre.

    – La investigación-acción exige el
    mantenimiento
    de un diario personal en el que registraremos nuestros
    progresos u nuestras reflexiones en torno a dos series paralelas
    de aprendizaje: aquello que aprendemos acerca de las
    prácticas que estudiamos (el modo en que se desarrollan
    nuestras prácticas) y aquello que aprendemos acerca del
    proceso (la práctica) de estudiarlas (el modo en que
    funciona nuestro proyecto de
    investigación-acción).

    – La investigación-acción es un proceso
    político
    porque nos implica en la realización
    de cambios que afectarán a otras personas; por este motivo
    genera, a veces, una resistencia al
    cambio, tanto en nosotros mismos como en los
    demás.

    – La investigación-acción implica que las
    personas realicen análisis críticos de las
    situaciones (clases, escuelas, sistemas) con los
    que operan: esas situaciones están estructuradas
    institucionalmente. La pauta de resistencia con
    que se topa un investigador al cambiar sus propias
    prácticas es una pauta de los conflictos
    entre las nuevas prácticas y las prácticas
    aceptadas (prácticas aceptadas en torno a la
    comunicación, la toma de
    decisiones y el trabajo
    educativo).

    El investigador, mediante un análisis
    crítico de la institución, podrá comprender
    cómo se arraigan las resistencias
    en los conflictos entre series enfrentadas de prácticas,
    opiniones enfrentadas acerca de las perspectivas y valores
    educativos y opiniones enfrentadas en torno a la organización educativa y la toma de
    decisiones.

    Esta comprensión crítica ayudará al
    investigador a actuar políticamente ante las resistencias
    insuperables (por ejemplo, implicando a otras personas a
    colaborar en el proceso de investigación, invitando a
    otros a explorar sus prácticas u operando en el contexto
    más amplio de toda la escuela en busca
    de una comprensión educativa más racional, procesos
    más justos, de toma de decisiones y formas más
    satisfactorias de trabajo educativo para todas las personas
    concernidas).

    – La investigación-acción empieza
    modestamente
    , operando con cambios que pueden ser intentados
    por una sola persona (yo
    mismo), y se desplaza hacia cambios más amplios, llegando
    incluso a críticas a ideas instituciones que, a su vez,
    pueden conducir a reformas más generales en la clase, la
    escuela o la política y las prácticas a escala de
    sistema.

    – La investigación-acción empieza con
    pequeños ciclos de planificación,
    acción, observación y reflexión que pueden
    ayudar a definir problemas, ideas y supuestos con mayor claridad,
    de tal modo que las personas implicadas puedan definir por
    sí mismas problemas de mayor envergadura a medida que
    avanzan en su labor.

    – La investigación-acción empieza con
    pequeños grupos de colaboradores, pero éstos
    expanden la comunidad de los participantes en programas de
    investigación-acción y abarcan gradualmente a un
    número cada vez mayor de personas concernidas y afectadas
    por las prácticas que se toman en
    consideración.

    – La investigación-acción nos permite
    crear registros de nuestras mejoras: a) registros de los
    cambios en nuestras actividades y prácticas,
    b) registros de los cambios en el lenguaje y el
    discurso

    con que describimos, explicamos y justificamos nuestras
    prácticas, c) registros de los cambios en las
    relaciones y formas de organización que
    caracterizan y limitan nuestras prácticas, y d)
    registros del desarrollo de nuestro dominio de la
    investigación-acción.

    – La investigación-acción nos permite dar
    una justificación razonada de nuestra labor
    educativa ante otras personas porque podemos demostrar de
    qué modo la pruebas que hemos obtenido y la
    reflexión crítica que hemos llevado a cabo nos han
    ayudado a crear una argumentación desarrollada,
    comprobada y examinada críticamente
    en favor de lo que
    hacemos.

    Tras haber desarrollado tal argumentación,
    podemos, legítimamente, pedir a otras personas que
    justifiquen sus práctica en función de
    sus teorías y de las pruebas aportadas por sus propias
    reflexiones". 

    En el documento titulado El planeamiento
    curricular en la enseñanza superior
    ,
    publicado por el Departamento de Pedagogía y Psicología del Centro
    de Estudios para el Perfeccionamiento de la Educación
    Superior de la Universidad de La
    Habana, y al cual ya he aludido en páginas anteriores,
    aparecen conceptos interesantísimos al respecto. En dicho
    documento puede leerse que en el ámbito del campo de las
    ideas pedagógicas y más directamente en la teoría
    del diseño
    curricular se han desarrollado en los últimos años
    modelos que conciben el curriculum
    como proyecto y como proceso, en los que la enseñanza y
    el aprendizaje
    son consideradas actividades de investigación y de
    innovación que aseguran el desarrollo
    profesional del docente y la formación de los estudiantes.
    Una de las variantes más representativas de esta
    concepción es el modelo de investigación en la
    acción, que surge como alternativa frente a concepciones
    pedagógicas tradicionales y modelos curriculares como el
    vertebrado en torno a objetivos.

    No obstante la referencia anterior el campo educativo,
    el concepto de «investigación en
    acción» tiene connotaciones metodológicas y
    epistemológicas más generales. Para algunos es un
    procedimiento
    metodológico, una estrategia de innovación y
    activación, para otros llega a constituir una modalidad de
    la investigación participativa, que relaciona de forma
    sistemática la reflexión teórica acerca de
    una realidad con la acción transformadora sobre
    ella.

    Toda investigación es un proceso de
    producción de nuevos conocimientos, mientras, que toda
    acción es la modificación intencional de una
    realidad dada.

    La investigación en la acción es la
    producción de conocimientos para guiar la práctica
    y conlleva la modificación de una realidad dada como parte
    del mismo proceso investigativo. Dentro de la
    investigación-acción el
    conocimiento se produce simultáneamente a la
    modificación de la realidad, llevándose a cabo cada
    proceso en función del otro, o debido al otro.

    El término investigación en la
    acción fue propuesto por el psicólogo alemán
    Kurt Lewin a fines de la década del 30, en su
    propósito de combinar la investigación experimental
    clásica con un objetivo de cambio social determinado. El
    término surge en Estados Unidos, a
    donde Lewin emigró en 1933. Lewin (1890-1947)
    trabajó a partir de 1933 durante dos años en la
    Universidad de Stanford, después en la Universidad de
    Iowa; en 1944 se convirtió en el jefe del Centro para el
    Estudio de la Dinámica Grupal adjunto al Instituto
    Tecnológico de Massachussets.

    La aceptación de este término en el campo
    de la investigación social y particularmente en la
    educativa toma fuerza en las
    décadas más recientes sustentada en el
    empeño de variar la práctica tradicional de
    concebir la investigación educativa dentro del
    paradigma de las ciencias naturales, por cuanto se considera que
    dicho paradigma restringe la investigación educativa y
    contribuye a su formalismo y reduccionismo, si se tiene en cuenta
    las particularidades de los objetos de investigación
    social, de las relaciones del investigador con el objeto de
    estudio y otras peculiaridades de dicha
    investigación.

    En 1981 la Deakin University de Victoria (Australia),
    acuñó una definición con una fuerte
    orientación a la práctica educativa: se plantea que
    la investigación en la acción «es un
    término utilizado para denominar a un conjunto de
    actividades del desarrollo curricular, de la función
    profesional, de los proyectos de
    mejora escolar y de la práctica y planificación
    educativas. Estas tienen en común la utilización de
    estrategias de
    planificación de la acción llevadas a la
    práctica sometidas a observación, reflexión
    y cambio. Los participantes de esta acción están
    plenamente integrados e implicados en todas las
    actividades».

    En la actualidad se considera a L. Stenhouse uno de los
    representantes más connotados de la investigación
    en la acción en el campo educativo. Stenhouse, quien
    trabajaba en el Centre for Applied Research in Education (CARE)
    de Inglaterra,
    introduce el término en la teoría curricular como
    modelo de investigación de la acción; en su
    obra «Investigación y desarrollo del currículo». Este autor tiene como
    fundamento una marcada orientación cognitiva del proceso
    educativo, interesándose por las nociones de
    comprensión, significado y acción. John Elliot, del
    mismo centro y colaborador de L. Stenhouse continúa
    desarrollando activamente los trabajos con esta
    orientación y ha sido partícipe principal de su
    introducción y amplia divulgación en
    España,
    a partir de seminarios celebrados en distintas partes de ese
    país en la década del 80.

    Las características atribuidas a la
    investigación-acción permiten comprender de modo
    más preciso su manifestación en el campo de la
    práctica docente, tanto en lo referido al papel del
    profesor, de
    los estudiantes y la relación entre ambos, como en la
    concepción del proceso docente y del curriculum. Se
    establecen como rasgos de esta modalidad
    investigativa:

    • El problema nace en la comunidad, que lo
    define, analiza y resuelve.

    • Su fin último es la
    transformación de la realidad social y el mejoramiento
    de la vida de los involucrados. Los beneficiarios son los
    mismos miembros del grupo o comunidad.

    • Exige la participación plena e integral
    de la comunidad durante toda la investigación. Esta
    participación suscita una mejor toma de conciencia
    de sus propios recursos y
    moviliza en vistas a un desarrollo endógeno. Al mismo
    tiempo la participación de la comunidad posibilita un
    análisis más preciso y auténtico de la
    realidad social.

    • El investigador es un participante comprometido
    que aprende durante la investigación. Adopta una
    actitud
    militante, activa.

    El modelo pedagógico contempla el curriculum
    desde presupuestos
    que parten del reconocimiento de la complejidad del proceso de
    enseñanza aprendizaje, se opone a concepciones lineales y
    atomizadoras del pensamiento, a
    modelos simplificados y reduccionistas de este proceso. El
    curriculum se concibe como proyecto de ejecución que se
    verifica en la acción del aula, en la que los sujetos que
    intervienen son parte constituyente del mismo. Como una
    exploración a través de la cual se investiga y se
    remiten a pruebas los presupuestos de partida». Por eso el
    curriculum está dirigido no sólo a que se
    desarrolle el conocimiento, sino también a cómo se
    desarrolla el conocimiento.

    El aprendizaje es consecuencia lógica
    del propio trabajo de investigación sobre la propia
    práctica de aquel que lo efectuó.

    Este modelo supone un replanteamiento de la
    función docente que no es entendida aquí como la
    ejecución de una programación previamente
    determinada, sino que es el resultado de una toma de conciencia y
    de posición ante el propio hecho de enseñar y
    aprender, ante el alumno y ante la sociedad en su
    conjunto.

    En esta perspectiva no se establece una
    separación tajante entre quien diseñó el
    curriculum y quien lo desarrolla. Los profesores reconocidos
    así como profesionales de la enseñanza y tomando en
    consideración los aportes que le pueden ofrecer los
    alumnos, elaboran el plan que comenzarán a ejecutar con
    una gran disposición a cualquier replanteamiento de
    él como consecuencia de su desarrollo y de la
    contrastación de ideas.

    Esta concepción del diseño modifica a su
    vez la de su evaluación, que es entendida así como
    autoevaluación, y no ser ajenos a la figura del profesor,
    ni al proceso tal como el transcurre, ni a los sujetos que lo
    desarrollan. Al no plantearse el curriculum en términos de
    objetivos y de resultados alcanzados, al no separarse sus
    componentes, ni aceptarse la división entre el momento de
    elaboración, el de puesta en práctica y el de
    evaluación, se concibe en forma única y
    dinámica el procedimiento de su elaboración y
    desarrollo que recaen en el profesor. Es en su desarrollo que el
    curriculum se constituye en un proceso abierto a las innovaciones
    que surgen del análisis y reflexión de la
    práctica.

    La garantía de que el curriculum no quede en
    manos del azar y la improvisación descansa en el supuesto
    de una sólida formación científica y
    psicopedagógica del profesor y en el compromiso que
    éste asume en relación con la calidad del
    aprendizaje del estudiante.

    Como un presupuesto
    básico del proceso docente se establece que la
    enseñanza debe basarse en el debate abierto
    y no en la actividad de transmisión que lleva aparejada la
    copia de apuntes por parte de los estudiantes. Por ello el
    profesor debe problematizar los contenidos y demás
    componentes del proceso (objetivos, métodos, formas);
    propiciar la utilización de métodos activos como la
    resolución de problemas, la experimentación, el
    trabajo del grupo; y provocar la reflexión y la toma de
    postura crítica ante cualquier problema, situación
    o hecho, estimulando la investigación y protegiendo la
    divergencia de puntos de vistas.

    El proceso tiende a conformarse con los pasos
    básicos de la investigación en acción de
    modo que se estructura a partir de situaciones de interés
    para los participantes:

    • la formulación de problemas por los
    propios estudiantes con la participación del
    profesor

    • la búsqueda de soluciones.

    • la prueba de soluciones.

    En dicho proceso investigativo se integran como
    participantes, tanto el profesor como los estudiantes, lo que
    rompe en determinada medida la contraposición tradicional
    entre alumno-profesor.

    El modelo del proceso supone un concepto activo de
    aprendizaje que se entiende como una actividad propia del alumno,
    autodirigida por él. Al profesor le corresponde,
    según esta concepción, asegurar las
    condiciones que permitan el aprendizaje
    significativo -la comprensión personal sobre los temas
    objeto de debate- y que los estudiantes asuman una postura
    responsable ante su aprendizaje. El profesor, al mismo tiempo,
    responde por la calidad del aprendizaje, de ahí que se
    habla de una responsabilidad compartida.

    Un aspecto de indudable interés en esta tendencia
    pedagógica es el referido a la figura del profesor como
    profesional. Respecto al ejercicio de su profesión se
    procura reivindicar la autonomía de decisiones e
    intervención en el proceso instructivo, así como la
    responsabilidad que deviene de su quehacer
    profesional.

    En relación con su profesionalidad se subrayan
    los requisitos de su preparación que permitan sea
    simultáneamente, docente e investigador. Al decir de
    Álvarez Méndez «en esta dinámica los
    profesores, como sujetos permanentemente críticos, tienen
    un espacio de intervención propio (en el aula, en la
    investigación, en la elaboración y desarrollo del
    curriculum, en la sociedad)».

    El impacto de esta tendencia pedagógica en la
    práctica educativa actual, parece ser aún
    restringido. Se constata una creciente difusión en el
    plano de las ideas, pero son pocas las referencias, que hemos
    encontrado, relativas a experiencias concretas de
    aplicación y sus resultados; aunque es de suponer existan.
    Se reportan experiencias iniciales y propuestas de nuevos
    curriculum sobre la base de esta concepción, en
    países como México,
    Venezuela,
    Ecuador.

    En este último se está intentando
    actualmente diseñar y aplicar en algunas universidades un
    sistema modular que tiene como ejes fundamentales la
    investigación y la reconstrucción o
    producción crítica del conocimiento y se plantea
    como una variante recomendable para el diseño y desarrollo
    de un módulo, la investigación en la
    acción.

    La aplicación de las concepciones contenidas en
    esta tendencia al diseño y desarrollo curricular, y a la
    enseñanza en general, presenta una serie de interrogantes
    diversas. ¿En qué medida satisface o se adhiere a
    una u otra concepción epistemológica? Se adicionan
    a ella planteamientos de otras corrientes pedagógicas
    contemporáneas. ¿En qué medida se han
    comprobado sus postulados en aplicaciones concretas?
    ¿Cuáles son los principales obstáculos que
    se presentan en su aplicación?

    Consideramos que en los fundamentos y propuestas de L.
    Stenhouse y en otras alternativas propuestas por diferentes
    autores, se observa una posición cercana a la
    epistemología pragmática, mixtificada por otras
    concepciones propias de las tendencias cognitivas e
    individualistas de la Psicología norteamericana. No
    obstante, existen también valiosas aproximaciones a la
    investigación en acción en el campo educativo,
    desde los postulados de la teoría del
    conocimiento del materialismo
    dialéctico.

    Muchas de las ideas sostenidas en este modelo tienen una
    validez incuestionable en tanto se corresponden con
    características esenciales del proceso de
    asimilación y con requerimientos actuales de la
    formación profesional de nivel superior, lo que hace sean
    reconocidas y compartidas por otras tendencias
    pedagógicas.

    En este sentido se puede destacar el activo papel del
    estudiante en la actividad del aprendizaje, el reconocimiento de
    su responsabilidad en el acto de aprender; el énfasis en
    la utilización y la consecuente apropiación del
    método investigativo durante la asimilación de los
    contenidos de enseñanza, la proyección hacia una
    posición de compromiso social del estudiante respecto a su
    realidad profesional y social. Por demás, resultan
    particularmente interesantes, en nuestra opinión, las
    consideraciones respecto al profesor como profesional y las
    funciones y
    responsabilidades que debe asumir en su actividad.

    Consideramos que seria factible y aconsejable estimular
    la realización de experiencias de este corte, en la
    enseñanza de determinadas materias y carreras de la
    educación
    superior, lo que permitiría, a su vez, precisar los
    requerimientos que tiene su aplicación y las adecuaciones
    pertinentes.

    Uno de los aspectos más oscuros y controvertidos,
    a nuestro juicio, radica en la concepción del
    diseño curricular (como momento necesario de una
    enseñanza orientada conscientemente por objetivos sociales
    trascendentales), que en este modelo parece enlazarse
    peligrosamente con el propio desarrollo curricular y descansar en
    las consideraciones individuales de profesores y estudiantes, en
    un momento determinado y en circunstancias específicas.
    Asumir que la garantía contra el azar y la
    improvisación del curriculum radica en la
    preparación científica y psicopedagógica y
    en la responsabilidad del profesor, tiene sin duda, una alta
    cuota de utopía. Por otra parte es considerable el
    riesgo de
    obtener una enseñanza muy empírica debido a su
    excesiva contextualización."

    Una apreciación más nuestra, pues
    se asocia con la imagen
    institucional del CREFAL, es la de Boris Yopo, autor que afirma
    que las posibilidades más relevantes que definen a la
    investigación participativa o
    investigación-acción (Yopo emplea indistintamente
    ambos términos), son las que a continuación se
    enuncian:

    1. Advertir la realidad como una verdadera totalidad
    en la que se dan interrelaciones de múltiples y
    complejos procesos.

    2. Generar una conciencia crítica de la
    realidad a través del conocimiento
    científico.

    3. Mantener, permanentemente, la actitud de preservar
    el carácter de la totalidad concreta de la realidad,
    desde cualquier dimensión analítica que se la
    aborde.

    4. Enriquecer el proceso metodológico a
    través de la unidad esencial de la teoría y la
    práctica durante la producción de un conocimiento
    transformador.

    5. Superar la dicotomía sujeto-objeto, que, en
    las circunstancias concretas de la investigación
    participativa, es abordada en la relación
    sometedor-sometido.

    6. Indagar la realidad social superando otra
    dicotomía: técnicas cuantitativas-técnicas
    cualitativas.

    7. Operar como instrumento de conocimiento
    crítico y de transformación social, captando los
    elementos fundamentales dispersos y presentes en la
    evolución sistemática de la realidad y de la
    cultura popular.

    8. Concebir a la educación y a la
    investigación como partes de un mismo
    proceso.

    9. Permitir el acceso a un conocimiento profundo,
    veraz y crítico de la realidad, que permita la
    intervención para la satisfacción de necesidades
    básicas, tales como el trabajo, la vivienda, la salud y la
    educación, así como para el establecimiento de
    relaciones de igualdad.

    10. Posibilitar al educador y al investigador su
    inserción en la comunidad para que, conjuntamente con
    ella, compartir los procesos investigativos.

    11. Adoptar una estrategia metodológica que
    permita que las decisiones se tomen colectivamente.

    12. Centrar su análisis en las contradicciones
    que muestren con mayor claridad las determinantes estructurales
    que conforman la realidad concreta o vivida y enfrentada como
    objeto del estudio.

    13. No concluir la actividad investigativa en una
    etapa de orden teórico, sino en la generación de
    respuestas y propuestas de acción expresadas en una
    perspectiva de cambio social.

    Flujos investigativos didácticos denomina
    Yopo a las etapas complementarias que deben ser consideradas en
    el desarrollo de una investigación participativa, en la
    cual todos sus objetivos habrán de formularse de manera
    operacional y, además, deberán graficar conductas
    manifiestas.

    De acuerdo con el citado autor, la organización
    de una investigación participativa se circunscribe a dos
    etapas diferenciadas como momentos y fases. Al
    respecto, Anita Barabtarlo y Margarita Theesz, en La
    investigación participativa en la docencia. Dos
    estudios de caso
    . Ensayo
    aparecido en la revista
    Perfiles Educativos, No. 2, editada por el
    CISE-UNAM y correspondiente a julio-agosto de 1983, nos presentan
    el cuadro siguiente.

    METODOLOGÍA DE LA
    INVESTIGACIÓN-ACCIÓN EN LA DOCENCIA

    FASE

    OBJETIVOS

    ACCIONES

    I.

    FORMACION DEL EQUIPO DE INVESTIGACION

    Autocapacitación para la
    integración de diferentes percepciones,
    experiencias y orientaciones teóricas.

    I.

    Lograr que el equipo de investigación
    adquiera un mínimo de conocimiento y habilidad en
    el uso de conceptos teórico-metodológicos
    generales sobre la sociedad, la investigación y la
    educación, y manejo del método e
    instrumentos técnicos de la
    investigación-acción.

    I.

    • Contactos personales previos.
    • Exposición de experiencias personales
      de especialidades, discusión en pequeños
      grupos y plenarias.

    II.

    ELABORACION DEL MARCO TEORICO

    (Paradigma)

    • Investigación documental
    • Sistematización de la
      información

    II.

    Lograr una coherencia interna del grupo en
    cuanto al cuadro teórico a utilizarse en la
    orientación de la investigación,
    articulando las informaciones con los conceptos
    básicos de la teoría social.

    II.

    • Análisis de estudios,
      diagnósticos.
    • Sistematización de la
      información.
    • Trabajos en pequeños
      grupos.
    • Integración en plenarias.

    III.

    SELECCIÓN DEL AREA ESPECIFICA A
    INVESTIGAR

    (Planteamiento del problema)

    • Recolección de
      información
    • Reconocimiento del área a
      investigar

    III.

    Delimitar un área estratégica (de
    mayor importancia para los procesos de cambio
    estructural, que permitirá más
    fácilmente irradiar la acción
    educativa).

    III.

    • Estudio crítico de la bibliografía.
    • Entrevistas estructuradas.
    • Diario de campo.
    • Guía para la delimitación del
      área.

    IV.

    INVESTIGACION DE LA
    PROBLEMÁTICA

    • Selección de grupos
      estratégicos
    • Contactos con grupos claves
    • Participación con la
      población
    • Selección de grupos
      estratégicos para la
      investigación-acción.

    IV.

    Lograr con los grupos estratégicos un
    primer acercamiento a la problemática y a la
    percepción que los grupos tienen de
    la misma.

    IV.

    • Trabajo grupal, uso de guía de
      investigación.
    • Dinámica grupal en círculos de
      investigación.
    • Observaciones sobre la dinámica de
      grupo.
    • Trabajo en grupo e integración en
      plenaria.

    V.

    CONFRONTACION DE LOS ELEMENTOS DE INFORMACION
    CON EL MARCO TEORICO SOBRE LA
    EDUCACION (PROCESO DE
    ENSEÑANZA-APRENDIZAJE)

    V.

    • Lograr una mayor concreción de la
      teoría (teorización).
    • Buscar una mayor explicación y
      comprensión de los procesos reales educativos
      identificando los elementos que los componen y las
      relaciones entre ellos, así como su
      dinámica histórica.
    • Copiar los niveles y grados de
      percepción del grupo sobre su realidad y
      compararla con la teorización.

    V.

    • Identificación de los elementos
      empíricos.
    • Generalización (aplicación de
      conceptos y categorías
      teóricas).
    • Elaboración y redacción de un documento de
      teorización.
    • Análisis del contenido del material
      recolectado.
    • Trabajo grupal e integración en
      plenarias.

    VI.

    ELABORACION DEL PROGRAMA PEDAGOGICO

    (Se retoma la formación en didáctica)

    CIRCULOS DE ESTUDIO

    VI.

    Elevar el nivel de conciencia del grupo hacia un
    máximo posible acerca de la
    problemática.

    VI.

    • Formación de unidades
      pedagógicas a partir de temas
      generadores.
    • Trabajo en pequeños grupos, con
      guía de elaboración del material
      pedagógico.
    • Confección del material
      didáctico.
    • Entrenamiento de coordinadores para los
      círculos de estudio.
    • Problematización, cuestionamiento
      crítico de las interpretaciones o explicaciones
      del grupo sobre su realidad.
    • Selección tentativa de proyectos de
      acción.

    VII.

    IRRADIACION DE LA ACCION EDUCATIVA

    VII.

    Dilusión en la población de la problemática
    y los proyectos tentativos formulados en los
    círculos de estudio.

    VII.

    • Asamblea General (difusión escrita o
      audiovisual, presentación y discusión de
      los problemas y proyectos concretos
      definitivos.)

    VIII.

    ELABORACION DE LOS PROYECTOS Y SUS
    REQUERIMIENTOS

    VIII.

    Precisar los requerimientos de los proyectos de
    acción y de sus programas pedagógicos y los
    recursos
    humanos y materiales posibles.

    VIII.

    • Técnicas de elaboración de
      proyectos de desarrollo, planificación
      participante de base.
    • Análisis de recursos.
    • Utilización de los resultados de la
      investigación, programa curricular.
    • Gestiones y contactos directos con los
      sectores interesados.
    • Creación y/o adaptación de
      mecanismos de control para verificar el cumplimiento
      de los proyectos y programas para ver si se ajusta a lo
      programado y aceptar sugerencias y cambios para un
      mayor logro de objetivos y metas.

    Finalmente, como expresa Peter McLaren en la
    página 196 de su obra La vida en las escuelas.
    Una introducción a la pedagogía crítica
    en los fundamentos de la educación
    , publicada por
    Siglo XXI Editores, en México, en el año de 1994:
    "La pedagogía crítica resuena con la sensibilidad
    del símbolo hebreo tikkun, que significa "curar,
    reparar y transformar al mundo"; todo lo demás es
    comentario. Proporciona dirección histórica, cultural,
    política y ética para
    los involucrados en la educación que aún se atreven
    a tener esperanza.

    Irrevocablemente comprometida con el lado de los
    oprimidos, la pedagogía crítica es tan
    revolucionaria como los primeros propósitos de los autores
    de la declaración de la independencia:
    dado que la historia está fundamentalmente abierta al
    cambio, la liberación es una meta auténtica que
    puede alumbrar un mundo por completo diferente."

    Por otra parte, es conveniente reflexionar acerca de que
    en nuestro medio no existe una verdadera cultura del diagnóstico, circunstancia que limita
    grandemente la eficacia de las
    acciones emprendidas para abatir la compleja problemática
    educativa que vivimos.

    Así, independientemente del enfoque o estrategia
    investigativa que adoptemos, es indispensable la
    realización de un diagnóstico que nos permita
    advertir con mayor objetividad el problema que pretendemos
    abordar, con el fin de poder actuar
    con mayores posibilidades de éxito
    en su solución.

     

    Pablo Rico Gallegos,

    en "Elementos teóricos y metodológicos
    para la investigación educativa", Unidad 164 de la
    Universidad Pedagógica Nacional, Zitácuaro,
    Michoacán, México, 2005, pp. 257-273

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter