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Evaluación nutricional del paciente crítico



Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Fundamentación
    3. Objetivos
    4. Descripción
      general
    5. Resultados y
      discusión
    6. Resultados
      fundamentales
    7. Conclusiones
    8. Bibliografía
      consultada

    Resumen

    El paciente crítico aumenta sus requerimientos
    metabólicos; la nutrición adecuada se
    torna un factor indispensable de todo procedimiento
    terapéutico. En las Unidades de Cuidados Críticos
    los pacientes presentan estados hipermetabólicos y
    catabólicos intensos, y un grado elevado de estrés:
    quirúrgicos, térmico, traumáticos o
    sépticos. La provisión correcta y oportuna de
    energía y nutrimentos puede salvarles la vida. La
    mayoría de las indicaciones dietéticas actuales
    solo expresan conceptos generales y por ello casi siempre carecen
    de sentido, pues se diseñan mediante estandarizaciones sin
    tener en cuenta aspectos individuales del paciente.

    Se realizó un estudio prospectivo, correlacional,
    de serie de casos, a 176 pacientes admitidos en la Unidad de
    Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario
    Clínico Quirúrgico "Dr. Gustavo Aldereguía
    Lima" de Cienfuegos, en los meses de junio a octubre del
    año 2005, con el objetivo de
    determinar el estado
    nutricional de todos los pacientes ingresados en este periodo.
    Para ello se tuvieron en cuenta variables
    antropométricas (área muscular y grasa del brazo) y
    las intervenciones terapéuticas nutricionales aplicadas
    Los resultados fueron: La desnutrición afecta a más del 25% de
    los pacientes críticos admitidos en la UCI. Estos
    pacientes se complican más y tienen estadías
    más prolongadas, aunque no tienen mayor mortalidad en UCI.
    Las cifras bajas de albúmina sérica sugieren con
    fuerza la
    presencia de desnutrición. No se toma en
    consideración el estado
    nutricional del paciente crítico al ser admitido en la UCI
    como indicación del soporte nutricional.

    Palabras clave

    Nutrición parenteral. Nutrición enteral.
    Cuidados intensivos.

    Introducción

    El sostén alimentario del estado nutricional es
    una parte insuperable de la vida, de su duración y
    calidad. Para
    abastecer y mantener el metabolismo,
    la función
    biológica más importante de todas, se necesita el
    aporte regular y sistemático de un conjunto de sustancias
    químicas conocidas con el nombre genérico de
    nutrimentos, contenidos preferentemente en los distintos tipos de
    alimentos que
    conforman la dieta del individuo.

    La alimentación y vigilancia del estado
    nutricional desempeñan un papel de particular importancia,
    tanto en la atención al individuo sano, como en el
    tratamiento de un enfermo. Como la enfermedad, en general,
    aumenta los requerimientos metabólicos del paciente
    (necesidades de energía y nutrimento) la
    alimentación adecuada se torna un factor indispensable de
    todo procedimiento terapéutico puesto en práctica
    ante un paciente.(1)

    FUNDAMENTACIÓN

    Antecedentes históricos

    • Hace más de 2300 años los
      médicos egipcios percibieron que algunos de sus enfermos
      sufrían de deficiencias nutricionales. Estos curadores
      administraban a sus pacientes enemas e irrigaciones nutritivas.
      Los médicos griegos adoptaron las mismas costumbres y
      administraron irrigaciones rectales compuestas por vino, suero,
      leche,
      tisana y caldo de escanda.(2)
    • Aquapendente describió la alimentación
      forzada en 1617 y dibujó una sonda
      nasogástrica.(2)
    • En 1879, Bliss expuso los beneficios de la
      alimentación por vía rectal a través de un
      aparato constituido por una sonda rectal y una jeringa. Los
      alimentos administrados consistían en extracto de vaca,
      peptinoides de vaca y whisky. Estos alimentos se cocinaban con
      jugos pancreáticos de animales
      recién sacrificados, produciendo unas de las primeras
      descripciones de una solución enteral parcialmente
      hidrolizada.(2)
    • En el decenio de 1770, cuando la tecnología contribuyó con la sonda
      de cuero que
      permitía el paso de nutrientes directamente al
      estómago, Jonh Hunter defendía la vía
      gástrica.(2)
    • En 1910 Einhorn introdujo la
      administración de alimentos en el duodeno. Este
      autor describió esta vía para aquellos pacientes
      que no aceptaban la administración gástrica o
      colónica.(2)
    • En 1939 Elman y Weiner describieron la
      nutrición parenteral con una solución de
      hidrolizado de caseína administrada a través de
      una punción venosa.(2)
    • Wilmore et al en 1968 y Daily et al en 1970
      diseñaron los procedimientos
      para la administración de nutrientes con ayuda de
      sistemas venoso
      de alto flujo. Esta estrategia
      evitaba las trombosis y esclerosis que impedía a los
      clínicos administrar soluciones
      de hidrolizados de caseína a través de las venas
      periféricas.(2)

    Aunque ninguna de las vías parecía
    adecuada para satisfacer las necesidades nutricionales en forma
    completa, la idea de combinar distintos métodos
    anticipaba los progresos a que asistimos en la actualidad. Por
    importantes que fueron estos avances, solo dieron lugar a cambios
    graduales en la práctica de asistencia nutricional. Por el
    contrario, los esfuerzos de Bistrian et al produjeron cambios
    más rápidos. Estos autores demostraron la necesidad
    de evaluar el estado nutricional de los pacientes hospitalizados
    y su trabajo
    despertó la conciencia de que
    la nutrición influía beneficiosamente en la
    recuperación de los pacientes.(3) (49 (5) (6).

    La combinación de las técnicas
    de identificación de los pacientes que necesitan soporte
    nutricional con las herramientas
    que permiten una intervención satisfactoria
    permitió el diseño
    de una estructura
    sobre la cual establecer una investigación clínica en
    nutrición. De los beneficios de la vía parenteral
    para la administración de nutrientes, las investigaciones
    evolucionaron hacia una apreciación de las ventajas
    fisiológicas y nutricionales de la alimentación
    enteral. Las soluciones de proteínas
    hidrolizadas administradas por vía endovenosa fueron
    sustituidas por soluciones formadas casi exclusivamente por
    aminoácidos purificados. Esto sucedió en un momento
    en el que se defendía el uso de soluciones enterales
    complejas o de oligopéptidos, con preferencia a las
    preparaciones enterales elementales.(7) (8) (9).

    En la actualidad las normas y el 42%
    de las recomendaciones para la nutrición parenteral y
    enteral en adultos y niños
    se basan en estudios clínicos controlados y aleatorizados.
    Otro 26% de las normas se apoyan en estudios no controlados y las
    prácticas restantes proceden del consenso o de la
    opinión de expertos.(10)

    Valoración clínica de la
    nutrición

    1. Bistrian utilizo técnicas de valoración
      sencilla para demostrar la epidemia de malnutrición que
      afectaba a los pacientes hospitalizados. Estas técnicas
      sirvieron par alertar a los médicos sobre la posibilidad
      de complicaciones evitables.

    Entre los métodos utilizados para identificar los
    grados de malnutrición se encuentran los
    antropométricos, los bioquímicos y los
    inmunológicos.

    Métodos
    antropométricos

    En la actualidad se utilizan con frecuencia indicadores
    antropométricos en la evaluación
    inicial y en el seguimiento del nivel nutricional y sus
    alteraciones, tanto por déficit como por exceso.(5) (6)
    (11)

    La evaluación antropométrica del brazo se
    ha convertido en un procedimiento de incuestionable valor en la
    determinación del estado nutricional en niños,
    jóvenes y adultos. Esto se basa en evidencias de
    que el organismo, cuando presenta problemas de
    déficit alimentario, recurre a sus reservas proteicas y
    lipídicas, representadas fundamentalmente por el
    músculo esquelético y la grasa corporal. Se asume
    que el área de grasa del brazo es representativa de la
    energía de reserva en forma de grasa, y la muscular de la
    reserva almacenada en forma de proteínas. De ahí
    que la cuantificación de ambos parámetros y su
    posterior análisis sean útiles en la
    evaluación del estado nutricional.(11).

    Indicadores bioquímicos

    Las herramientas bioquímicas hoy existentes para
    la valoración de la nutrición, se basan en la
    capacidad del organismo para sintetizar proteínas lo que,
    a su vez, depende de una nutrición adecuada. Hay dos
    clases de proteínas viscerales. Las proteínas
    séricas, como la albúmina y la transferrina, son
    proteínas constitutivas y guardan una relación
    directa con el estado de nutrición y una relación
    inversa con la inflamación y el estrés. Las
    proteínas de la segunda clase, las
    globulinas y la ferritina, son reactantes de fase aguda y guardan
    relación con la inflamación y el
    estrés.(14)

    En un estudio prospectivo reciente se afirmó que
    la ferritina sería un mejor factor de predicción
    postoperatoria que la albúmina.(15)

    Mucho más específica sería
    aún la determinación de pre-albúmina (vida
    media 2-3 días) y la proteína fijadora de retinol
    (vida media 10-12 h).(15)

    Indicadores
    inmunológicos

    Las alteraciones en las pruebas de
    hipersensibilidad cutánea retardada en pacientes
    malnutridos, evaluadas según técnica descrita por
    Meakins et al y McLean et al, han permitido utilizar este
    test como
    herramienta para evaluar el estado nutricional.(16)

    De la desnutrición se sabe que deprime la
    producción de anticuerpos, la
    función de las células
    fagocíticas, y los niveles de complemento. El recuento
    total de linfocitos es uno de los parámetros útiles
    para evaluar la malnutrición y sus efectos en el
    paciente.(18)

    En todo caso, como no existe una prueba perfecta, el
    juicio clínico debe basarse en las medidas
    antropométricas y en la valoración clínica
    subjetiva para determinar la probabilidad de
    malnutrición. Esta determinación se hace antes de
    proceder a estudios bioquímicos e inmunológicos,
    que permiten confirmar posteriormente la evaluación
    clínica.

    Importancia del soporte
    nutricional

    Con frecuencia se encuentran ingresados en las Unidades
    de Cuidados Críticos (polivalentes) pacientes con estados
    hipermetabólicos y catabólicos intensos, y un grado
    elevado de estrés: quirúrgicos, térmico,
    traumáticos o sépticos. Sus padecimientos de base
    pueden estar complicados con otras enfermedades o
    disfunción y falla de múltiples órganos, lo
    que obliga al empleo de
    diversas formas de apoyo para mantener la vida. En estos casos
    particulares la provisión correcta y oportuna de
    energía y nutrimentos puede salvarles la vida, y esto debe
    ser incluido en su tratamiento.

    El diseño de un apoyo nutricional apropiado pone
    a prueba el
    conocimiento y el real ingenio del médico y el equipo
    de profesionales de la salud responsables de la
    atención a estos pacientes.

    Varios factores han determinado que a pesar de su
    importancia para la evolución del paciente y como factor
    predictor de su respuesta ante la intervención
    médico quirúrgica que se proponga, la enseñanza de las Buenas Prácticas de
    Alimentación y Nutrición haya sido relegada de la
    práctica médica actual. En el entrenamiento
    curricular del médico se ofrecen conferencias sobre
    metabolismo, nutrientes y nutrición, pero son de poca
    utilidad
    práctica para valorar el estado nutricional de un paciente
    y definir su dieta. Por otra parte, la mayoría de las
    indicaciones dietéticas actuales solo expresan conceptos
    generales y por ello casi siempre carecen de sentido, pues se
    diseñan mediante estandarizaciones sin tener en cuenta
    aspectos individuales del paciente.

    En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital
    Universitario Clínico Quirúrgico "Dr. Gustavo
    Aldereguía Lima" de Cienfuegos se emplean la
    nutrición enteral y nutrición parenteral en
    pacientes críticos. Sin embargo, no existe una
    caracterización nutricional de los pacientes admitidos en
    la unidad que ayude a delinear una estrategia terapéutica
    bien fundamentada. La investigación que proponemos
    realizar pretende servir como punto de partida al desarrollo de
    una apropiada estrategia nutricional en el paciente
    crítico.

    Objetivos

    Objetivo general

    1. Determinar el estado nutricional de todos los
      pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos del
      Hospital Universitario Clínico Quirúrgico "Dr.
      Gustavo Aldereguía Lima" de Cienfuegos, según
      variables antropométricas (área muscular del
      brazo, área grasa del brazo), y las intervenciones
      terapéuticas nutricionales aplicadas.

    Objetivos específicos

    1. Calcular la incidencia de desnutrición en los
      pacientes críticos admitidos en la Unidad de Cuidados
      Intensivos, según variables
      antropométricas.
    2. Describir la relación de los pacientes
      ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos, con o sin
      desnutrición, con las variables sexo, edad,
      causa de ingreso, estadía y co-morbilidad.
    3. Describir el comportamiento de los exámenes
      bioquímicos e inmunológicos (albúmina
      sérica, recuento total de linfocitos) en los pacientes
      con o sin desnutrición ingresados en la Unidad de
      Cuidados Intensivos.
    4. Calcular y comparar la tasa de mortalidad en los
      pacientes con o sin desnutrición ingresados en la Unidad
      de Cuidados Intensivos.
    5. Señalar las complicaciones presentes en los
      pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos con o
      sin desnutrición, y su incidencia.
    6. Describir las modalidades de soporte nutricional
      empleadas en el total de pacientes ingresados en la Unidad de
      Cuidados Intensivos en el periodo y específicamente en
      aquellos con desnutrición.

    DESCRIPCIÓN general

    Tipo y sujeto de estudio

    Se realizó un estudio prospectivo, correlacional,
    de serie de casos, a pacientes admitidos en la Unidad de Cuidados
    Intensivos (UCI) del Hospital Universitario Clínico
    Quirúrgico "Dr. Gustavo Aldereguía Lima" de
    Cienfuegos, durante los meses de junio a octubre del año
    2005, ambos incluidos. En ese periodo ingresaron 190 casos, de
    los que fueron excluidos 14 por no cumplir con los criterios de
    inclusión (tenían 75 años o
    más).

    Criterios de inclusión

    1. Pacientes admitidos en la UCI por cualquier
      enfermedad durante los meses de junio a octubre del año
      2005, ambos incluidos.
    2. Pacientes entre 15 y 74 años de edad, ambos
      incluidos (rango de edades comprendida en las tablas de
      evaluación nutricional usadas como
      referencia).
    3. Pacientes en los que se puedan realizar las
      evaluaciones antropométricas requeridas por el
      estudio.

    Criterios de exclusión

    1. Pacientes que no cumplen los criterios de
      inclusión.

    Consideraciones éticas

    La aplicación del soporte nutricional en
    pacientes graves es una práctica universal, avalada por
    innumerables investigaciones. Por tanto, la instauración
    de un régimen u otro de apoyo nutricional
    (nutrición parenteral o enteral) constituye una
    práctica hospitalaria universalmente probada, y esta
    investigación solo describe características de su
    aplicación en un grupo de
    pacientes. El investigador no influye en la decisión del
    equipo que presta asistencia médica para que indique o no
    la terapia nutricional. Por otra parte, el investigador realiza
    mediciones antropométricas que no causan ningún
    perjuicio al paciente por ser una técnica no invasiva y no
    dolorosa.

    Metódica y
    fórmulas

    Con las variables seleccionadas se creó una
    base de datos,
    con auxilio del programa SPSS
    11.0v (Statistical Package for Social Sciencies, Chicago,
    Illinois).

    Para clasificar a los pacientes en desnutridos o no
    desnutridos, se les realizó una evaluación
    nutricional a todos los que ingresaron en la UCI, teniendo en
    cuenta parámetros antropométricos.

    Las variables de entrada fueron:

    1. Panículo del tríceps (PT; en
      mm).
    2. Circunferencia del bíceps (CB; en
      mm).

    Con las variables PT y CB se calculó el
    área del brazo (AB; en mm2), según la
    fórmula: (11)

    Luego se calculó el área muscular del
    brazo (AMB; en mm2) y el área grasa del brazo
    (AGB; en mm2), según las siguientes
    fórmulas: (11).

    Con las nuevas variables AMB y AGB, la edad y el sexo se
    realizó una evaluación según las tablas de
    percentiles de Frisancho. Finalmente se clasificaron a los
    pacientes según los puntos de corte de los índices
    de área muscular y grasa.

    Interpretación de los
    parámetros antropométricos para evaluar
    estado nutricional

    Area muscular del
    brazo

    Area grasa del brazo

    Reserva proteica alta

    > 90 percentil

    Obesidad

    > 95 percentil

      

    Reserva calórica alta

    > 90 percentil y ≤ 95p

    Reserva proteica normal

    > 10 percentil y ≤ 90p

    Reserva calórica normal

    > 10 percentil y ≤ 90p

    Reserva proteica baja (riesgo
    de desnutrición)

    > 5 percentil y ≤ 10p

    Reserva calórica baja (riesgo de
    desnutrición)

    > 5 percentil y ≤ 10p

    Reserva proteica muy baja (desnutrición
    proteica)

    ≤ 5 percentil

    Reserva calórica muy baja
    (desnutrición calórica)

    ≤ 5 percentil

    Se consideró a los pacientes:

    1. Desnutridos: si la masa muscular del brazo, la masa
      grasa del brazo (o ambas) son inferiores o iguales al percentil
      5.
    2. No desnutrido: si la masa muscular del brazo y la
      masa grasa del brazo (ambas) son mayores al percentil
      5.

    El
    recuento total de linfocitos (RTL) se calculó mediante la
    fórmula:

     

    Resultados y
    DISCUSIÓN

    En el periodo en que se desarrolló el estudio
    ingresaron en la UCI 190 pacientes. De estos 176 fueron incluidos
    en el mismo, excluyéndose 14 casos por tener 75
    años o más.

    La incidencia de malnutrición fue de 27,8 por 100
    egresos (49 casos mostraron algún tipo de
    malnutrición: proteica, calórica o mixta). El 5%
    presentó una malnutrición mixta proteico
    calórica (9 pacientes). El 72, 2% no presentó
    alteraciones de sus reservas proteicas ni calóricas
    (Gráfico 1).

    Tabla 1: Estado nutricional de
    los pacientes admitidos en la UCI.

     

    Nº casos

    %

    Desnutrido

    49

    27,8

    No desnutrido

    127

    72,2

    Total

    176

    100,0

    No encontramos en la bibliografía consultada
    referencias a las tasas de malnutrición en pacientes
    críticos, aunque todos los autores coinciden en que existe
    una elevada incidencia de desnutrición al momento de su
    admisión en el hospital, y una rápida
    instauración y desarrollo en aquellos que no lo estaban al
    ingresar.(19)

    El Grupo de Trabajo de Nutrición y Metabolismo de
    la Sociedad
    Europea de Cuidados Intensivos reporta que la desnutrición
    proteico calórica constituye el mayor problema de los
    pacientes en UCI. La dificultad en encontrar informes de
    las tasas de incidencia, consideramos se debe a que habitualmente
    la evaluación el estado nutricional que puede efectuar el
    médico de asistencia es muy precaria, cuando no nula,
    porque la mayoría de las unidades no cuentan con
    técnicas de novedosas de mediciones
    antropométricas, como son: determinación de la
    composición corporal mediante técnicas de
    conductancia eléctrica, impedancia bioeléctrica,
    radionucleótidos, etc.(20)

    Sin embargo, la evaluación antropométrica
    del brazo se ha convertido en un procedimiento de incuestionable
    valor en la evaluación del estado nutricional
    (Frisancho, 1981). Tal aseveración se basa en
    la evidencia de que el organismo cuando presenta problemas de
    déficit alimentario recurre a sus reservas proteicas y
    lipídicas, representadas fundamentalmente por el
    músculo esquelético y la grasa
    corporal.(11)

    La distribución de los pacientes por sexo fue
    casi similar, con un ligero predominio del sexo femenino (51,1%
    por 48,9% de varones). La incidencia de desnutrición fue
    también casi similar en ambos sexos, con diferencias no
    significativas estadísticamente. En varones fue de 26,7% y
    en el sexo femenino de 28,9% (Tabla y Gráfico
    2).

    Tabla 2: Distribución de
    pacientes por sexo y estado nutricional.

    Sexo

    Desnutrido

    No desnutrido

    Total

    %

    %

    %

    Masculino

    23

    26,7

    63

    73,3

    86

    100,0

    Femenino

    26

    28,9

    64

    71,1

    90

    100,0

    Total

    49

    27,8

    127

    72,2

    176

    100,0

    Prueba de chi-cuadrado de Pearson: 0,751

    En ninguna de las series de casos revisadas se
    encuentran diferencias en la distribución por sexo de las
    reservas calóricas y proteicas.

    La edad media de
    los pacientes incluidos en el estudio fue de 41 años y el
    51,7% estaban en el grupo de edad comprendido entre 25 y 44
    años. En los pacientes desnutridos la media fue de 38,22
    años y en los no desnutridos de 41,89 años (Tabla
    3), o sea, los pacientes desnutridos eran algo más
    jóvenes en general que los que no lo estaban, aunque las
    diferencias no fueron significativas (p > 0,05).

    Tabla 3: Distribución de
    pacientes por grupo etáreo y estado
    nutricional.

    Edad

    Desnutrido

    No desnutrido

    Total

    %

    %

    %

    15-24 años

    9

    39,1

    14

    60,9

    23

    100,0

    25-34 años

    12

    24,5

    37

    75,5

    49

    100,0

    35-44 años

    14

    33,3

    28

    66,7

    42

    100,0

    45-54 años

    3

    14,3

    18

    85,7

    21

    100,0

    55-64 años

    7

    38,9

    11

    61,1

    18

    100,0

    65-74 años

    4

    17,4

    19

    82,6

    23

    100,0

    Total

    49

    27,8

    127

    72,2

    176

    100,0

    Prueba de chi-cuadrado de Pearson: 0,250

    El 62,5% de los pacientes tuvieron una estadía en
    la UCI entre 7 y 14 días. En ese grupo de casos se
    expresó mayor la incidencia de malnutrición (35,5%)
    comparada con la de los pacientes con menos de 7 días de
    estadía en el servicio
    (Tabla 4 y Gráfico 3). Estas diferencias fueron
    significativas (p < 0,05).

    Tabla 3: Distribución de
    pacientes por estadía y estado
    nutricional.

    Estadía

    Desnutrido

    No desnutrido

    Total

    %

    %

    %

    Hasta 48 horas

    4

    17,4

    19

    82,6

    23

    13,1

    3-6 días

    6

    14,0

    37

    86,0

    43

    24,4

    7-14 días

    39

    35,5

    71

    64,5

    110

    62,5

    15 días o más

    0

    0,0

    0

    0,0

    0

    0,0

    Total

    27,8

    72,2

    100,0

    Prueba de chi-cuadrado de Pearson: 0,014

    Este resultado indica que los pacientes graves
    desnutridos tienen tendencia a tener estancias más
    prolongadas cuando son admitidos en la UCI.

    Conocido es el hecho, como recientemente se ha
    demostrado, (Frankenfield Jepen, 1997; Muller, Int Care Med
    1995) que en los pacientes malnutridos en situaciones post
    agresivas, fundamentalmente sépticas y traumáticas,
    no se comportan igual que los no malnutridos, en referencia a
    estancia hospitalaria y complicaciones.(15) (21)

    Hay insistencia por todos los autores de la importancia
    de identificar la malnutrición como un problema importante
    en los pacientes hospitalizados, cuya incidencia se subestima y
    que es responsable del aumento de la estadía hospitalaria
    y del número de complicaciones.

    En un metaanálisis de 2211 pacientes (26 estudios
    rabdomizados) se demostró una disminución de la
    estadía en los pacientes críticos con algún
    tipo de soporte nutricional en relación con aquellos que
    no recibieron el apoyo. Por esto cualquier protocolo de
    soporte nutricional busca como objetivo primario la
    disminución de las complicaciones, fundamentalmente las
    infecciosas, la reducción de la incidencia y desarrollo
    del síndrome de disfunción multiorgánica
    (SDOM), para mejorar el pronóstico del paciente de manera
    que se refleje en una disminución de la mortalidad, de los
    costes hospitalarios y de la estadía de los
    pacientes.(18).

    Las causas más frecuentes de ingreso en la UCI en
    nuestro estudio fueron la sepsis grave, las enfermedades de
    pacientes obstétricas, el trauma grave no
    craneoencefálico y pacientes operados por afecciones
    gastrointestinales (Tabla 4).

    Tabla 4: Diagnósticos al
    ingreso de los pacientes admitidos en la UCI.

     

    Nº casos

    %

    SPO neuroquirúrgico

    3

    1,7

    SPO cirugía gastrointestinal

    20

    11,4

    SPO cirugía torácica

    11

    6,3

    Trauma craneoencefálico grave

    8

    4,5

    Paciente obstétrica
    crítica

    24

    13,6

    Neumonía adquirida en la
    comunidad

    9

    5,1

    Sepsis Grave

    27

    15,3

    Asmático crítico

    5

    2,8

    Infarto agudo del miocardio

    16

    9,1

    Intoxicación exógena

    7

    4,0

    Trauma grave no
    craneoencefálico

    20

    11,4

    Otros

    26

    14,8

    Total

    176

    100,0

    En los pacientes con neumonía adquirida en la comunidad (NAC) y
    los portadores de sepsis grave la incidencia de
    malnutrición fue superior al 50%. Los pacientes con formas
    graves de asma bronquial,
    aquellos con traumatismo craneoencefálico y los que
    tuvieron intoxicaciones
    exógenas mostraron también altas incidencias de
    malnutrición (40, 35 y 28% respectivamente). No hubo
    malnutridos entre los pacientes ingresados por intervenciones
    quirúrgicas electivas neuroquirúrgicas ni en
    aquellos admitidos por IMA (Tabla 5).

    Tabla 5: Distribución de
    pacientes por diagnóstico y estado
    nutricional.

    Diagnóstico

    Desnutrido

    No desnutrido

    Total

    %

    %

    %

    SPO neuroquirúrgico

    0

    0,0

    3

    100,0

    3

    1,7

    SPO cirugía gastrointestinal

    4

    20,0

    16

    80,0

    20

    11,4

    SPO cirugía torácica

    2

    18,2

    9

    81,8

    11

    6,3

    Trauma craneoencefálico grave

    1

    12,5

    7

    87,5

    8

    4,5

    Paciente obstétrica
    crítica

    3

    12,5

    21

    87,5

    24

    13,6

    Neumonía adquirida en la
    comunidad

    5

    55,6

    4

    44,4

    9

    5,1

    Sepsis Grave

    14

    51,9

    13

    48,1

    27

    15,3

    Asmático crítico

    2

    40,0

    3

    60,0

    5

    2,8

    Infarto agudo del miocardio

    0

    0,0

    16

    100,0

    16

    9,1

    Intoxicación exógena

    2

    28,6

    5

    71,4

    7

    4,0

    Trauma grave no
    craneoencefálico

    7

    35,0

    13

    65,0

    20

    11,4

    Otros

    9

    34,6

    17

    65,4

    26

    14,8

    Total

    49

    27,8

    127

    72,2

    176

    100,0

    Prueba de chi-cuadrado de Pearson: 0,010

    Estudios clásicos en niños de
    países en vías de desarrollo sugieren que el grado
    de compromiso inmunológico depende del grado de
    malnutrición proteico-calórica, de la presencia de
    infección y de la edad de instauración de la
    desnutrición.(16)

    En un estudio reciente en pacientes en periodo
    preoperatorio, se puso de manifiesto que los pacientes
    anérgicos en el momento del ingreso, tenían mayor
    riesgo de sepsis y de morir por una causa de origen
    séptico.(20') (23) En las últimas décadas,
    la relación malnutrición – infección se ha
    hecho más evidente. En la literatura se reporta que
    constituye una evidencia el hecho de que los pacientes
    desnutridos tienen modificaciones en su respuesta
    inmunológica, por lo que en el ámbito hospitalario
    el grado de desnutrición es importante,
    observándose una correlación entre grado de
    malnutrición, la evolución y el pronóstico
    de la enfermedad.(18)

    Desde el punto de vista teórico, el paciente
    desnutrido es candidato a desarrollar infección por
    disminución de la respuesta inmunológica
    específica (disminución de la actividad del
    complemento, de la opsonización, de la actividad
    fagocitaria de los neutrófilos y del número de
    macrófagos), así como disminución de la
    respuesta inmunológica específica
    (disminución de inmunoglobulinas séricas, de la
    producción de anticuerpos y del número de
    linfocitos T). Esto se corrobora en nuestro estudio, donde
    más del 50% de los pacientes que ingresan con sepsis grave
    en la UCI tuvieron alguna disminución de sus reservas
    calóricas o proteicas.

    El 27,8% de los pacientes ingresados presentaron
    disminución del recuento total de linfocitos (RTL) en los
    análisis hematológicos. Este es un examen
    complementario señalado por varios autores como indicativo
    útil del estado nutricional. Sin embargo en nuestro
    estudio solo el 38,8% de los pacientes desnutridos mostraron una
    disminución del RTL, y el 23,6% de los pacientes no
    desnutridos también tenían afectado el RTL (p <
    0,05) (Tabla 6 y Gráfico 4). El paciente que ingrese en la
    UCI con un RTL bajo tiene un riesgo 1,6 veces mayor de tener
    algún tipo de desnutrición que el que tiene un RTL
    normal.

    Tabla 6: Relación entre el
    recuento total de linfocitos y estado
    nutricional.

    RTL

    Desnutrido

    No desnutrido

    Total

    %

    %

    %

    Depresión linfocitaria

    19

    38,8

    30

    82,6

    49

    27,8

    Linfocitos normales

    30

    23,6

    97

    76,4

    127

    72,2

    Total

    27,8

    72,2

    100,0

    Prueba de chi-cuadrado de Pearson: 0,044.

    Riesgo relativo: 1,64 (1,03 < RR < 2,63).
    Límite de confianza 95%.

    La asociación de desnutrición con una
    disminución de la resistencia a la
    infección ha sido una observación frecuente a lo largo de los
    siglos. La desnutrición se sabe que deprime la respuesta
    mediada por linfocitos. La subpoblación de células
    "T-helper" parece ser la más afectada y se asocia con una
    disminución de linfocinas. La depresión
    de la respuesta inmunológica mediada por células T
    está en general asociada con un aumento de la
    susceptibilidad a las infecciones por virus y hongos más
    que por bacterias.(18)

    En estudios recientes se ha demostrado que la respuesta
    en pacientes frente a cualquier agresión, trauma,
    infección, etc. se acompaña de una deficiencia de
    nutrientes para las células de replicación
    rápida (linfocitos y enterocitos). La barrera intestinal,
    el tejido linfoide asociado a las mucosas y las células de
    Kupffer permiten la translocación bacteriana, el paso de
    endotoxinas y otras sustancias que estimularían de manera
    disgregada el sistema
    mononuclear-macrófago. Es por ello que el RTL puede estar
    deprimido en un paciente no malnutrido.(18)

    La respuesta inmunoinflamatoria inicial de un paciente
    está matizada por un efecto inmunosupresor, debido a un
    exceso de producción de citoquinas y eicosanoides, y al
    daño
    exudativo tisular, con un aumento de proteasas y radicales libres
    de oxígeno, de procedencia leucocitaria
    -polimorfonucleares y macrófagos-(22) (24).

    El 69,4% de los pacientes desnutridos tenían
    cifras bajas de albúmina por solo el 23,6% de los que
    tenían una nutrición normal según
    parámetros antropométricos (Tabla 7 y
    Gráfico 5). Estas diferencias son altamente significativas
    (p < 0,0001). Según los resultados de nuestro estudio,
    un paciente crítico con cifras bajas de albúmina
    sérica tiene casi 4 veces más riesgo de tener
    desnutrición, que un paciente con cifras de
    albúmina normales.

    Tabla 7: Relación entre la
    albúmina sérica y estado
    nutricional.

    Albúmina
    sérica

    Desnutrido

    No desnutrido

    Total

    %

    %

    %

    Valores bajos

    34

    53,1

    30

    46,9

    64

    36,4

    Valores normales

    15

    13,4

    97

    86,6

    112

    63,6

    Total

    27,8

    72,2

    100,0

    Prueba de chi-cuadrado de Pearson: 0,0001.

    Riesgo relativo: 3,97 (2,35 < RR < 6,7).
    Límite de confianza 95%.

    Diversos autores consideran que la albúmina
    sérica permite identificar los pacientes con mayor riesgo
    de morbilidad y mortalidad, pero la consideran además un
    indicador poco elástico porque:

    • No aíslan la malnutrición como la causa
      del cuadro por su vida media larga, que refleja de forma lenta
      los cambios nutricionales a corto plazo.
    • Los núcleos de albúmina caen
      rápidamente en respuesta a algunas enfermedades, sobre
      todo la sepsis.

    La determinación de proteínas
    séricas es un dato indirecto para evaluar el estado de las
    proteínas viscerales. La albúmina, con una vida
    media prolongada (20 días), no refleja los cambios
    nutricionales rápidos. Por esto muchos autores sugieren
    hacer determinaciones de transferrina, con una vida media
    más corta (8-10 días), o pre-albúmina, cuya
    vida media es de 2-3 días, o determinación de
    proteínas fijadoras de retinol (vida media 10-12
    horas).(1).

    El 14,2% de los pacientes ingresados en la UCI e
    incluidos en el estudio no sobrevivió. No hubo diferencias
    en la supervivencia entre los pacientes con desnutrición y
    los no desnutridos (28 y 27,8% respectivamente; Tabla 8 y
    Gráfico 6).

    Tabla 8: Relación entre la
    sobrevida y estado nutricional.

    Sobrevida

    Desnutrido

    No desnutrido

    Total

    %

    %

    %

    No

    7

    28,0

    18

    72,0

    25

    14,2

    42

    27,8

    109

    72,2

    151

    85,8

    Total

    27,8

    72,2

    100,0

    Prueba de chi-cuadrado de Pearson: 0,985.

    Riesgo relativo: 1,009 (0,39 < RR < 2,59).
    Límite de confianza 95%.

    Esta problemática ha sido ampliamente discutida
    por los intensivistas dedicados al metabolismo y nutrición
    del paciente crítico.(25) Se ha demostrado que no se logra
    disminuir la mortalidad de los pacientes desnutridos aún
    con soporte nutricional convencional (NP o NE).(13)

    Actualmente, con el mejor conocimiento
    de los cambios fisiopatológicos que se producen en los
    pacientes críticos con un síndrome de respuesta
    inflamatoria sistémica -entidad que puede provocar el SDOM
    precoz o tardíamente y es responsable del mayor
    número de muertes tardías y el desarrollo de
    infecciones nosocomiales en las UCI-, ha cristalizado la idea de
    la necesidad de identificar a todo paciente crítico
    malnutrido, ya que presentan trastornos metabólicos
    complejos con deficiente utilización de los sustratos y un
    expolio proteico, lo que hace que se comience a pensar en un
    soporte nutro-metabólico y la aparición de una
    nutrición órgano-específica, en un intento
    de reducir la mortalidad en las UCI y mejorar el
    pronóstico de los pacientes.(15) (21) (22)
    (24).

    Se demuestra entonces que determinados substratos,
    independientemente de su importancia nutricional, poseen la
    capacidad de modular la respuesta inmuno-inflamatoria y actuar
    como si de un fármaco se tratara. (18) Esto ha llevado al
    concepto de
    uso de fármaco-nutrientes e inmunomodulación
    nutricional.

    Actualmente estamos en la etapa de la
    fármaco-nutrición e inmuno-nutrición, lo que
    ha determinado que el criterio de nutrición en los
    pacientes críticos se haya modificado, y que el objetivo
    fundamental de la misma esté dirigido a disminuir las
    complicaciones en todo paciente crítico (fundamentalmente
    la infección y la reducción de la incidencia y
    desarrollo del SDOM), independientemente de su estado nutricional
    al ingreso. Constituye una Evidencia Tipo A el alto desarrollo de
    desnutrición en pacientes críticos que ingresaron
    con reservas proteico-calóricas normales (18) (26). Por
    otra parte el hecho de que en nuestro trabajo solo 7 pacientes de
    los fallecidos no hayan sobrevivido nos hace pensar que pueda
    existir una mortalidad oculta en los cuidados
    intensivos.

    Las complicaciones se presentaron en el 11,4% del total
    de pacientes. La más frecuente fue la neumonía
    asociada al ventilador (4% de los casos).

    Los pacientes desnutridos mostraron una frecuencia mayor
    de complicaciones que los no desnutridos (65 contra 35%), lo que
    significa que 2 de cada 3 pacientes con complicaciones
    tenían desnutrición y 2 de cada 3 pacientes
    desnutridos se complicó durante su estancia en la UCI
    (Tabla 9 y Gráfico 7).

    Tabla 9: Relación entre
    las complicaciones y estado nutricional.

    Complicaciones

    Desnutrido

    No desnutrido

    Total

    %

    %

    %

    Con complicaciones

    13

    65,0

    7

    35,0

    20

    11,4

    Sin complicaciones

    36

    23,1

    120

    76,9

    156

    88,6

    Total

    27,8

    72,2

    100,0

    Prueba de chi-cuadrado de Pearson: 0,0001

    Riesgo relativo: 2,82 (1,83 < RR < 4,33).
    Límite de confianza 95%.

    Esto coincide con lo reportado en la bibliografía
    consultada. En nuestro trabajo, un paciente desnutrido tiene un
    riesgo de desarrollar una complicación durante su estancia
    en UCI de hasta 2,82 veces más que un paciente sin
    desnutrición.

    El grupo de Denver publica un metaanálisis de 8
    estudios prospectivos, controlados y rabdomizados en 230
    pacientes con traumatismo abdominal y postquirúrgicos, en
    que demuestran un aumento significativo del número de
    infecciones en los pacientes con déficit nutricional
    (neumonía, absceso abdominal grave, sepsis de
    catéter).(26)

    Un segundo metaanálisis agrupa 12 estudios y 1482
    pacientes críticos, en que se demuestra que hasta un 48 %
    de los pacientes malnutridos desarrollan infecciones
    nosocomiales.(27)

    Es por esto que aparece el concepto de nutrición
    enteral precoz (previa a las 48 horas) o muy precoz ( en las
    primeras 24 horas tras conseguir estabilidad hemodinámica
    ). El objetivo de las mismas es conseguir una disminución
    de las infecciones Este tipo de NE precoz está
    especialmente indicada en los pacientes quemados,
    politraumatizados, postquirúrgicos del tractus digestivo y
    en enfermos sépticos.(13) (18)

    Todo parece indicar que es necesario una NE precoz en
    cualquier paciente crítico para mantener las funciones
    absortivas, metabólicas e inmunológica del
    intestino , disminuyendo de esta manera los costes y las
    complicaciones.

    Se considera actualmente que el soporte nutricional es
    una faceta más en la atención integral del paciente
    crítico, que la NE precoz disminuye las complicaciones
    infecciosas respecto a la NTP, por lo que la estrategia
    nutricional se dirige a:

    1. Modificar el sustrato lipídico que se
      administra (NE enriquecida con ácido
      gamma-linoleico).(18)
    2. Uso de aminoácidos enriquecidos, ramificados
      (precursores a nivel muscular de la
      glutamino-arginina.(18)
    3. Dietas con inmunonutrientes por vía enteral.
      La dieta más empleada es la enriquecida con arginina,
      W3 FFA de pescado, nucleótidos y antioxidantes.(18)

    Se empleó alguna de las técnicas de
    soporte nutricional en el 10% de los pacientes admitidos en la
    unidad. La técnica más empleada fue la
    nutrición enteral (4%). El 66,7% de los pacientes en los
    que se empleó soporte nutricional estaban desnutridos. Sin
    embargo, del total de pacientes desnutridos solo se empleó
    soporte nutricional en el 24,5% de los casos (Tabla 10 y
    Gráfico 8). Estas diferencias son altamente significativas
    (p < 0,0001).

    Tabla 9: Relación entre
    soporte nutricional empleado y estado
    nutricional.

    Soporte nutricional

    Desnutrido

    No desnutrido

    Total

    %

    %

    %

    Con soporte

    12

    66,7

    6

    33,3

    18

    10,2

    Sin soporte

    37

    23,4

    121

    76,6

    158

    89,8

    Total

    27,8

    72,2

    100,0

    Prueba de chi-cuadrado de Pearson: 0,0001

    El desarrollo del soporte nutricional se ha realizado a
    lo largo de la historia como consecuencia
    de una mejoría obtenida en varios aspectos: Desarrollo de
    sistemas de accesos seguros,
    prácticos y efectivos para la administración de
    nutrientes, expansión de las indicaciones para el uso del
    soporte nutricional que actualmente se utilizan.

    Como se refiere por algunos autores, suele indicarse
    soporte nutricional cuando cabe esperar un ayuno prolongado o una
    catabolia aumentada por la afección del paciente, pero no
    se toma en consideración para el resto de los casos el
    estado nutricional que presenta al momento de su admisión
    hospitalaria.

    Por otra parte otros autores refieren que la
    indicación de un soporte nutricional no se basa en una
    valoración completa del estado nutricional
    (antropométrica, bioquímica
    e inmunológica), sino que toma en cuenta para la
    indicación del soporte una puntuación en el APACHE
    II de al menos 10 puntos.(27) Otros estratifican a los pacientes
    según la puntuación del APACHE II,
    reportándose una menor mortalidad en los pacientes con
    menor puntuación de este score (entre 10 y 15) y
    nutrición inmunomoduladora.(27)

    La estrategia nutricional actualmente se basa en la
    inmunomodulación nutricional con el objetivo de manipular
    la respuesta inmunoinflamatoria inicial en el sentido de
    modelarla sin anular los efectos beneficiosos de la misma. Pero
    ello no implica que no se tome en consideración el estado
    nutricional del paciente al realizar la
    estrategia.(18)

    Además de la evaluación nutricional, el
    soporte nutricional se indica cada vez más en
    función de la situación especial que tiene el
    paciente:(27).

    1. Si fallo hepático: Uso de aminoácidos
      ramificados; restricción proteica solo si
      encefalopatía.
    2. Insuficiencia Renal: Evitar sobre-alimentación
      ; uso de aminoácidos ramificados.
    3. Sepsis, SRIS: Aminoácidos
      ramificados.
    4. Quemados: NE precoz.
    5. Traumatismo abdominal: NE precoz por
      yeyunostomía.

    Partes: 1, 2

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