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Investigación breve de gas y petroquimica basica en tabasco




Enviado por Tomas Santiago



    1. Gas y petroquímica
      básica
    2. Derrames en el
      río
    3. Plataformas
      abandonadas
    4. Entre pantanos de
      petróleo
    5. Vivir bajo
      amenaza
    6. ¿Áreas naturales
      protegidas?
    7. La Ruta en
      Campeche
    8. Conclusión

    Gas y petroquímica
    básica

    Dentro de la cadena del petróleo, Pemex Gas y Petroquímica
    Básica ocupa una posición estratégica al
    tener la responsabilidad del procesamiento del gas natural y sus
    líquidos, así como del transporte,
    comercialización y almacenamiento de
    sus productos.
    En el ámbito internacional, Pemex Gas y
    Petroquímica Básica es una de las principales
    empresas
    procesadoras de gas natural, con un volumen procesado
    cercano a 4 mil millones de pies cúbicos diarios (mmpcd)
    durante el 2004, y la segunda empresa
    productora de líquidos, con una producción de 451 mil barriles diarios
    (mbd) en los 11 Centros Procesadores de
    Gas a cargo del Organismo. Cuenta con una extensa red de gasoductos, superior
    a 12 mil kilómetros, a través de la cual se
    transportan más de 3,600 mmpcd de gas natural, lo que la
    ubica en el décimo lugar entre las principales empresas
    transportistas de este energético en
    Norteamérica.
    En México,
    Pemex Gas se encuentra entre las 10 más grandes por su
    nivel de ingresos,
    superiores a 16,300 millones de dólares en 2004, con
    activos cercanos
    a 9,000 millones de dólares. Adicionalmente, Pemex Gas y
    Petroquímica Básica constituye una fuente
    importante de trabajo, al
    emplear del orden de 12 mil trabajadores.

    PETRÓLEO
    A Tabasco se le
    ha llamado "El Estado de
    la Energía", debido a la importancia que ha adquirido con
    la explotación del petróleo y
    sus derivados, así como a la generación de energía
    eléctrica.
    En la actualidad existen alrededor de diez complejos petroleros,
    teniendo así a Villahermosa como el centro regional de
    operaciones de
    Pemex, albergando a dos de las áreas más
    importantes: Pemex, Exploración y Producción, y
    Pemex, Petroquímica Básica.
    Por lo cual el 50% del petróleo crudo que México
    provee al mundo, viene del puerto de Dos Bocas, Paraíso,
    Tabasco. En Tabasco este recurso ha sido eje de su economía
    estableciendo programas de
    intercambio productivo tanto internos como externos, que permiten
    ampliar la actividad comercial y económica de la entidad
    hacia diferentes mercados.
    La producción de hidrocarburos
    ha sido factor determinante en el desarrollo de
    nuestra economía.
    Contamos con una fuerza
    laboral de
    11,349 empleados
    Una derrama salarial anual de 1,965 millones de pesos
    En 1999 Pemex gastó 829 millones de pesos en el sector
    comercial de Tabasco
    Contribución del 20% a la producción petrolera
    nacional y 42% a la producción nacional de gas.
    Una capacidad instalada de 718 pozos petroleros en
    explotación.
    Producción de 519,593 barriles por día y 483,610
    millones de pies cúbicos de gas natural por
    año.
    Las Principales compañías relacionadas con el
    petróleo: Protexa, Halliburton, Schlumberger, Bechtel,
    Fluor, Novagas, ICA.

    Desde siempre ha habido petróleo en Tabasco, a
    este recurso natural se le debe en gran parte el crecimiento
    económico del estado;
    existen 30 unidades económicas, con 870 pozos en
    funcionamiento para la explotación de petróleo, gas
    natural y minerales no
    metálicos.

    El fracaso de los grandes planes agropecuarios se puso
    mayormente de manifiesto con la petrolización de Tabasco,
    la cual ha disminuido aun más las tierras
    agrícolas.

    La existencia de petróleo fue otro mito que se
    fomentó ruidosamente desde que, por accidente, el padre
    Gil y Sáenz descubrió en Macuspana la existencia
    del preciado líquido a flor de tierra; pero,
    aunque no se explotó rápidamente, como se deduce de
    los documentos de la
    Dirección General de Gobierno, estuvo
    siempre en el interés de
    los tabasqueños y de las compañías
    extranjeras que, como El Águila y la Water
    Pierce
    , y parte de la Sinclair Pierce, iniciaron sus
    actividades en la zona. Carmen Greene viuda de Valenzuela
    reclamó todavía en 1937 derechos sobre la herencia de su
    esposo José, hijo de Policarpo —el hombre que
    más tierras poseyó durante el porfiriato, y
    de Clara Ramos cuya fama le sobrevivió por un vapor que
    llevaba su nombre—, que consistía en terrenos de
    Tabasco, Chiapas y
    Campeche que la familia
    obtuvo en 1887 por deslinde de baldíos, huecos y
    demasías. Resulta que el presidente Cárdenas
    expidió un decreto por medio del cual se asignaron y
    destinaron para exploración y explotación
    petroleras los terrenos que incluían los solicitados por
    los señores Frank A. Lillendahl, pertenecientes a
    Policarpo Valenzuela.

    Los descendientes del hombre
    más rico de Tabasco pensaron en reconstruir su imperio,
    pero la herencia solicitada sobre el líquido que produjera
    la
    Administración General del Petróleo Nacional ya
    no era posible.

    La petrolización del estado cobró auge y
    varios campos se fueron descubriendo, como los de Fortuna
    Nacional en 1949, Tortuguero en 1950, José Colomo en 1951;
    el primero y el último darían origen en 1974 a la
    creación de Ciudad Pemex, que generaría más
    de 30% de la producción nacional de gas. Surgieron
    también La Venta,
    Usumacinta, Almendro, Santuario, San Román, Tintal,
    Samaria y Tucán, entre otros. Los pozos en
    operación fueron en aumento y dieron lugar a un
    fenómeno que no se esperaba luego del momento de mayor
    riqueza durante el auge de la producción platanera en su
    carácter agroexportador: el petróleo
    se convirtió en la causa de un auge aún
    mayor.

    Sin embargo, los ingresos derivados del
    petróleo ya no fueron exclusivamente manejados por la
    entidad, sino por una de las burocracias más
    rígidas de la administración
    pública federal, la de Petróleos
    Mexicanos.

    Con el descubrimiento de grandes yacimientos
    petrolíferos en las regiones de Chiapas y Tabasco en 1973,
    las reservas del país pasaron de 6 000 millones de
    barriles en 1975 a 60 mil millones en 1980. En el año de
    1974, debido a las nuevas reservas, México pasó de
    ser importador de crudo en el primer semestre a exportador en el
    segundo. La población de Tabasco creció de tal
    forma que mientras en 1980 tenía 1 062 961 habitantes, en
    1990 llegó a 1 501 183; en 30 años había
    aumentado un millón de personas. El crecimiento anual de
    la población había sido de 4.2%, en tanto que los
    alimentos
    aumentaron apenas a 0.7%, porque la superficie cosechada
    disminuyó de 178 000 hectáreas a 164 000. Pero la
    producción petrolera pasó de 92 000 barriles
    diarios a casi 600 000 en sólo 20 años.

    La población del estado se concentra en ocho de
    los 17 municipios, precisamente en los más dedicados a las
    explotación petrolera, como Cárdenas, Centla,
    Paraíso, Comalcalco (el de mayor crecimiento), Macuspana
    por Ciudad Pemex, etcétera. De los 19 000 trabajadores
    contratados por Pemex en 1980, sólo 41% eran
    tabasqueños y 59% procedían de otros estados. Entre
    ese año y 1983 el número de trabajadores de la
    industria se
    incrementó en 83%; poco más de 25 000 personas
    trabajaban para Pemex. Sólo para dar una idea del personal
    empleado, puede decirse que durante el año y medio que
    duró la construcción del puerto de altura de Dos
    Bocas, la empresa
    ocupó a 20 000 obreros.

    En cuanto a recursos
    naturales no renovables para la industria del petróleo
    existen en el municipio 125 pozos petroleros en
    explotación en 6 campos: 16 en Bellota, 35 en
    Cunduacán, 19 en Iride, 10 en Oxiacaque, 35 en Samaria
    (mesozoico), 10 en Samaria (terciario). Del cual se extrae una
    produccion diaria de 170,529 barriles de petróleo y 237.0
    millones de p³ de gas natural. 

    La explotación del petróleo en
    México
    ha dejado impactos ambientales y sociales muy
    graves. Desarrollada principalmente en la plataforma marina y
    zonas de humedales del sureste del país, la
    exploración y producción petrolera ha significado
    el deterioro dramático de ecosistemas de
    gran diversidad biológica y enorme productividad,
    así como de la calidad de
    vida de una numerosa población que vivía de
    lá bundancia de recursos
    naturales que les brindaba su entorno.

    Las obras de infraestructura y las tecnologías
    inadecuadas para las zonas de humedales, la explotación
    acelerada e intensiva, el descuido permanente del ambiente, la
    falta de mantenimiento
    y seguridad en las
    instalaciones y la realización de actividades en
    ecosistemas extremadamente frágiles, son prácticas
    comunes de Petróleo Mexicanos (Pemex) y la causa principal
    del enorme deterioro ambiental provocado por esta empresa en el
    sureste de México.

    Las prácticas destructivas de Pemex han sido
    posibles gracias a la impunidad con
    que actúa la paraestatal, a su falta de responsabilidad
    frente a la sociedad y a
    la inexistencia de un Estado de Derecho
    Ambiental en el país. Ante la presión
    social, Pemex ha respondido con una política basada en la
    indemnización, eludiendo cualquier compromiso de
    restauración ecológica o de
    transformación de sus prácticas contaminantes. Es
    decir,en el mejor de los casos se indemniza, mientras los
    daños al ambiente aumentan.

    La Ruta del Petróleo es el testimonio
    público de algunos de los daños causados por Pemex
    en el sureste. Los testimonios recogen lo que una comitiva de
    periodistas e integrantes de Greenpeace, a
    bordo del barco insignia de la
    organización, Rainbow Warrior II, observó, lo
    que los análisis de laboratorio
    dieron por resultado, lo que documentos oficiales informan y lo
    que las víctimas denuncian. Los hechos aquí
    documentados fueron integrados en una Denuncia Popular presentada
    ante la Procuraduría Federal de Protección al
    Ambiente (Profepa) el 24 de abril de 1997.

    Derrames en el
    río

    La primera gira del Rainbow Warrior en México
    inició en el Puerto de Veracruz, durante Semana Santa.
    Pensada sólo para que la población jarocha pudiera
    visitar el barco, esta parada dio un giro inesperado que
    obligó a iniciar La Ruta del Petróleo antes de lo
    programado.

    Mientras el RW permanecíá tracado en el
    malecón, ocurrió un derrame de petróleo en
    el río Tecolutla. Pemex se apresuró a declarar que
    sólo se habían vertido 50 litros de hidrocarburo
    y
    el delegado estatal de la Profepa Aseguraba que no había
    habido daños en el ambiente.

    Al amanecer del 27 de marzo, una comitiva compuesta por
    integrantes de Greenpeace México, tripulantes del RW y
    periodistas, salieron por tierra del Puerto de Veracruz, con
    rumbo al municipio de Gutiérrez Zamora, para investigar el
    derrame. Al llegar al malecón del poblado, pudieron
    observar restos de petróleo en la ribera del río,
    sobre piedras y plantas.

    Por su parte, los pescadores del área denunciaron
    daños a sus embarcaciones, redes y actividades
    pesqueras, por lo que reclamaban una
    indemnización.

    La comitiva se dirigió 30 kilómetros
    río arriba, hasta localizar el origen del derrame en una
    zona bastante inaccesible del Tecolutla, en el municipio de
    Papantla, a 2 kilómetros aproximadamente del Puente
    Remolinos. El derrame provenía de un ducto, de seis
    pulgadas de diámetro aproximadamente, que Pemex tiene
    instalado desde el Campo 2 de San Andrés y por donde, de
    manera permanente, vierte desechos de su batería de
    separación directamente al río. Al momento de
    llegar, la comitiva fue testigo de un segundo derrame.
     

    Alexis Alexandrou, ingeniero del RW,
    señaló que "por el grosor del ducto y los
    sedimentos de petróleo formados en su interior, es claro
    que por ahí se han arrojado, durante años,
    hidrocarburos al río". Esta observación fue confirmada por José
    Pérez Santiago, vigilante de la finca Santa Lucía,
    atravesada por el ducto, quien sostuvo que durante los diez
    años que llevaba trabajando en el lugar, había
    visto que por el ducto se arrojaban desechos al cuerpo de
    agua: "A veces
    en la mañana, otras veces en la tarde o en la noche,
    constantemente, todas las semanas de todos los meses del
    año; pero lo que es seguro, es que
    ahora se pasaron", aseguró.

    Al día siguiente Greenpeace realizó una
    conferencia de
    prensa frente
    al conocido edificio de Pemex, ubicado en el malecón del
    Puerto de Veracruz, para denunciar públicamente la
    dimensión del derrame y el intento de la empresa y la
    Profepa por ocultar el incidente. Ante los periodistas,
    integrantes de la organización derramaron varios litros de
    petróleo sobre las escaleras de entrada al edificio,
    regresando a Pemex el crudo recogido del río
    Tecolutla.

    Plataformas
    abandonadas

    el Rainbow Warrior zarpó del Puerto de Veracruz
    el 30 de marzo, rumbo a las costas de Tabasco. En la madrugada
    del 31, cuatro enormes plataformas petroleras se avistaron en el
    horizonte. El barco se acercó hasta una distancia prudente
    y la comitiva, a bordo de lanchas rápidas, se
    dirigió a las plataformas marinas del Campo Arjona,
    abandonadas por Pemex desde hace más de 20
    años.

    Mientras un grupo de
    activistas escalaba una de las plataformas, los periodistas y el
    resto de la comitiva pudieron observar escurrimientos de
    petróleo y la fractura de parte de las estructuras
    carcomidas por la corrosión. Pescadores contactados en el
    lugar declararon que, de vez en cuando, los escurrimientos
    aumentan hasta convertirse en derrames de crudo. Al encontrar las
    escaleras de acceso totalmente corroídas, los activistas
    tuvieron que utilizar equipo de alpinismo para ascender a una de
    las plataformas. Al llegar a la cumbre se encontraron con las
    nstalaciones abandonadas y en franco deterioro; enmedio de la
    basura,
    grandes tanques estaban a punto de precipitarse al
    vacío.

    A pesar de que la mayor parte de la producción
    petrolera en México proviene de las plataformas marinas,
    Pemex nunca ha brindado información sobre la existencia de las
    plataformas abandonadas, de su cantidad y estado, y menos
    aún de un programa de
    desmantelamiento.

    Diversas convenciones internacionales establecen que las
    plataformas marinas deben ser removidas completamente al quedar
    en desuso. Desde la Conferencia de Ginebra de 1958, en donde se
    adoptó la Convención sobre Plataformas
    Continentales, se estableció que cualquier
    instalación para la exploración o
    explotación de recursos naturales en la plataforma
    continental debe ser removida en caso de que sea abandonada o
    entre en desuso. La Convención de Naciones Unidas
    sobre la Ley del Mar de
    1982, así como las Guías y Normas de la
    Organización Marítima Internacional de 1989,
    reiteraron la obligación de remover las plataformas
    marinas, en especial, aquellas instaladas en la plataforma
    continental.

    La legislación internacional es reforzada por
    acuerdos regionales. En 1991 se estableció el Protocolo para la
    Protección del Mar Mediterráneo contra la
    Contaminación Causada por la Exploración y
    Explotación de la Plataforma Continental y el Fondo
    Marino, en el que se acordó: "El Estado competente
    exigirá al operador remover cualquier instalación
    que sea abandonada o en desuso". Por otro lado, la región
    en la que se ha removido un mayor número de plataformas
    marinas es el Golfo de México (914 desde 1987). Sin
    embargo, esto sólo ha ocurrido dentro del mar territorial
    estadunidense, en cumplimiento de una exigencia
    federal.

    En el lado mexicano, por el contrario, no sólo se
    han abandonado las plataformas, sino que incluso se niega la
    información sobre su existencia.

    Dos días después de la denuncia hecha por
    Greenpeace, el 2 de marzo, Ricardo Palacios Calva, Subdirector de
    la Región Sur de Pemex informó que la empresa "se
    compromete a iniciar el proceso de
    desmantelamiento de las plataformas abandonadas". Sin embargo, al
    día siguiente, Juan Saldaña Rosell, identificado
    como vocero de la paraestatal, declaró en la Ciudad de
    México en sentido totalmente contrario, señalando
    que las plataformas no estaban en mal estado y que no
    habían sido desmanteladas a petición de los propios
    pescadores de la zona.

    Esta "respuesta" contradictoria sería la
    única expresada por Pemex a lo largo de toda La Ruta del
    Petróleo. A partir de aquí, no habría
    ninguna respuesta directa de la empresa a las denuncias que sobre
    hechos concretos se fueron presentando día con día
    a través de los medios de
    comunicación. Pemex guardaría silencio. Al
    parecer, no tenía palabras ante la contundencia de las
    evidencias.

    Entre pantanos de
    petróleo

    Una vez anclado el Rainbow Warrior en el Puerto de Dos
    Bocas, municipio de Frontera,
    Tabasco, la comitiva se dirigió a la ciudad de
    Villahermosa para salir al día siguiente, 1 de abril,
    hacia los municipios de Cárdenas y Huimanguillo. A partir
    de este momento, la Asociación Ecológica Santo
    Tomás y el Comité de Derechos Humanos
    del Estado de Tabasco se incorporaron a la gira.

    La jornada inició con una visita a los terrenos
    aledaños a la Batería de Separación del
    Campo San Ramón,
    municipio de Cárdenas. De la Batería, a
    través de un canal, fluyen los desechos de la
    instalación de Pemex hacia los terrenos adyacentes.
    Mientras que los integrantes de Greenpeace tomaban muestras de
    suelo
    contaminado para su análisis posterior, vecinos del Ejido
    Ley de la Reforma
    Agraria informaron a la comitiva sobre los contínuos
    derrames de los ductos que cruzan la zona.

    A un kilómetro de la Batería de
    Separación, aproximadamente, la comitiva se
    encontró con la primera cuadrilla de "chaperos",
    trabajadores encargados de retirar el petróleo de
    áreas altamentecontaminadas. Sin equipos, casi desnudos,
    reclutados por contratistas que les pagan entre 20 y 25 pesos al
    día, los chaperos se introducen en el suelo pantanoso a
    retirar parte del petróleo con cubetas y palas. Su labor
    se limita a recuperar los excesos de crudo derramado y colocar
    una cubierta de tierra para sembrar pastos altamente resistentes
    al petróleo. Es decir, maquillar de verde el terreno, una
    especialidad de Pemex, aunque debajo de esta alfombra permanezca
    la contaminación.

    Enseguida, la comitiva se dirigió al municipio de
    Huimanguillo, a los pantanos de La Venta, prácticamente
    sumergidos en petróleo. Además de los impactos que
    dejó la explotación de pozos petroleros en la zona,
    Pemex construyó más recientemente un canal para
    descargar sus desechos, desde la planta de reprocesamiento de gas
    de La Venta hasta el río Tonalá. En su trayectoria,
    el canal vierte los residuos al pantano de La Venta y a la laguna
    del ejido José N. Rovirosa, antes de llegar al
    Tonalá, a través de cuyo cauce los desechos
    desembocan hasta el Golfo de México.

    La comitiva se entrevistó con varias cuadrillas
    de "chaperos", entre quienes se encontraban algunos menores de
    edad. Se pudo documentar cómo, al terminar su jornal, dos
    niños
    se bañaban condiesel para "limpiar" sus cuerpos de los
    restos del crudo. Esta práctica diaria de los chaperos, se
    debe a que no reciben de los contratistas ningún tipo de
    equipo para efectuar sus labores, ni sustancias, no nocivas, para
    su limpieza. Los riesgos de
    contraer cáncer para estos trabajadores son, sin duda,
    extremadamente altos, ya que los hidrocarburos cancerígenos penetran directamente en la
    piel y su
    sistema
    respiratorio. Es importante señalar que en este lugar
    se tomaron algunas de las muestras que presentaron las mayores
    concentraciones de hidrocarburos y metales
    pesados.

    Los impactos en el Campo San Ramón y el pantano
    de La Venta fueron reconocidos en documentos de la
    Comisión de Desarrollo de las Zonas Petroleras del Estado
    de Tabasco (Codezpet) de 1989. En el "Diagnóstico Preliminar de Afectación
    Ambiental de las Instalaciones de los Distritos de Agua Dulce y
    el Plan, de la Zona
    Sur de Pemex en el Estado de Tabasco" se consignó la
    contaminación de 5 hectáreas alrededor de la
    Batería de separación del Campo San Ramón y
    de 50 hect;areas en el pantano de La Venta. Actualmente, el
    impacto se ha extendido a un área diez veces mayor, lo que
    significa que no sólo no se ha actuado para restaurar lo
    afectado, sino que los daños se han extendido.

    Greenpeace solicitó a la Profepa fincar
    responsabilidades sobre los vertidos contaminantes de Pemex en La
    Venta y el Campo San Ramón. En la Denuncia Popular se
    pidió que, con base en el artículo 78 de la Ley
    General del Equilibrio
    Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), la
    Secretaría del Medio
    Ambiente, Recursos Naturales y Pesca
    (Semarnap) promueva ante el Ejecutivo Federal que estas
    áreas, altamente afectadas por las actividades de Pemex,
    sean decretadas como Zonas de Restauración
    Ecológica.

    Lagunas costeras. historia de un
    ecocidio

    A bordo de lanchas rápidas, la comitiva se
    internó en la laguna de Mecoacán el 2 de abril,
    acompañada de pescadores de las cooperativas
    locales. Junto con el complejo lagunar El Carmen MachonacPajonal,
    Mecoacán conformaba uno de los sistemas costeros
    más productivos del país. Tabasco aportaba el 36%
    de la producción ostrícola nacional y México
    ocupaba el sexto lugar a nivel mundial. Sin embargo, el
    frágil equilibrio que permite una concentración
    salina moderada en las lagunas costeras tabasqueñas, fue
    roto por las obras de infraestructura de Pemex, en lo que se
    puede considerar como uno de los mayores desastres ambientales
    del país.

    En el sistema lagunar
    El Carmen MachonacPajonal, los drenes y más de 60 canales
    interconectados que Pemex construyó para introducir su
    maquinaria de perforación, han provocado la
    salinización de aproximadamente 80 mil hectáreas.
    La laguna de Mecoacán, por suparte, ha sufrido un grave
    impacto por la actividad del puerto de Dos Bocas, desde donde
    Pemex exporta diariamente cientos de miles de barriles de
    petróleo a los Estados Unidos. Las obras de
    infraestructura portuaria han afectado el comportamiento
    de la corriente costera, provocando un proceso de azolve de la
    barra de Dos Bocas. A diferencia del sistema El Carmen
    MachonacPajonal, donde el cuerpo lagunar se ha salinizado, en
    Mecoacán el azolve ha impedido el ingreso de la salinidad
    necesaria para el cultivo del ostión. Aparte de ello, esta
    laguna ha sido víctima de varios derrames de
    petróleo, entre ellos, de uno proveniente de un mechero
    fracturado en 1991 que provocó la muerte de
    casi toda la producción ostrícola.

    Respecto a la salinización, la Comisión
    Nacional de Derechos Humanos emitió la
    Recomendación 100/92, donde consigna la responsabilidad de
    Pemex en este proceso. Incluso Pemex, en el "Estudio Comparativo
    1972c1990 del Area de Influencia de la Recomendación
    100/92 CNDH", de septiembre de 1992, reconoce la
    salinización de 20,884 hectáreas, aunque no su
    responsabilidad.

    La recomendación de la CNDH logró que se
    abriera un proceso de indemnización para los afectados.
    Sin embargo, como está ampliamente documentado, este
    proceso estuvo marcado por una corrupción
    extrema. Cinco años después de la
    recomendación, se estima que la salinización ha
    afectado a más de 80,000 hectáreas, es decir,
    aumentó en un 400%. A pesar de haberse presentado diversas
    alternativas para controlar el proceso de salinización, ni
    Pemex, ni las autoridades federales o estatales, han
    actuado.

    En el caso de Mecoacán, diversos estudios han
    demostrado la responsabilidad de Pemex en el descenso de la
    producción ostrícola. La Secretaría de Pesca
    en su "Dictamen de la Laguna de Mecoacán" de 1993,
    señala a la paraestatal como la principal responsable de
    la caída de la producción de ostión. El 17
    de diciembre de 1993, Pemex firmó un convenio en el que se
    comprometió a estabilizar la barra de Dos Bocas y a
    reubicar los mecheros que habían provocado el derrame de
    1991. Los compromisos nunca fueron cumplidos y, al contrario, la
    empresa instaló dos mecheros más en el mismo lugar.
    Como protesta por esta situación, activistas de Greenpeace
    ingresaron a las instalaciones de Pemex en Dos Bocas. Mientras un
    grupo escalaba el mechero principal, de aproximadamente 50 metros
    de alto, para desplegar una manta con la leyenda "Pemex no
    cumple", otro colocaba una manta en tierra con la demanda "Fuera
    mecheros, estabilización de la barra".

    El recorrido de esta etapa terminó con un
    encuentro con pescadores de la Cooperativa
    Boca de los Angeles. Los cooperativistas expresaron su angustia
    por la crisis que
    viven a raíz de la caída de la producción
    ostrícola. Reiteraron sus denuncias contra la impunidad de
    Pemex, la falta de cumplimiento de los acuerdos a los que se ha
    comprometido la empresa y la solicitud a las autoridades
    ambientales para que intervengan y apliquen las medidas
    necesarias para restaurar la laguna de
    Mecoacán.

    Vivir bajo
    amenaza

    La comitiva se dirigió el 3 de abril a la
    comunidad de
    Plátano y Cacao, ranchería enclavada en el
    municipio de Centro, donde han ocurrido dos explosiones graves en
    1985 y 1995. Sobre la misma línea de ductos que cruza esta
    comunidad ocurrió otra explosión en 1996, que
    destruyó gran parte de las instalaciones de la planta de
    Pemex en Cactus, Chiapas.

    Los accidentes
    ocurridos en Plátano y Cacao comprueban el alto riesgo que vive
    esta comunidad, cruzada por 25 ductos de gran capacidad que
    provienen de las plantas de Ciudad Pemex y Cactus.

    El siniestro ocurrido el 16 de febrero de 1995, que
    provocó la muerte de
    siete personas, lesiones graves a 23 y daños en las
    viviendas de 118 familias, fue seguido de un proceso que
    permitió, en gran medida, identificar sus causas. Este
    proceso evidenció también, el entorpecimiento de la
    investigación por parte del sistema
    judicial.

    Al incumplir Pemex los acuerdos pactados con los vecinos
    del área siniestrada, el Comité de Derechos Humanos
    de Tabasco (Codehutab) intervino para documentar el caso y
    presentarlo ante la CNDH, quien expidió la
    recomendación 80/96. Esta iniciativa permitió
    conocer que la compañía aseguradora Lloyd's
    Register, contratada por Pemex para determinar las causas del
    desastre, dictaminó que los ductos que explotaron se
    encontraban adelgazados hasta en más de un 50 por ciento,
    debido a casi doce años de corrosión.

    Tras la investigación, los peritos de la CNDH
    concluyeron que la corrosión que provocó la
    explosión de los ductos no fue detectada debido a la
    negligencia de la empresa. Ante la evidencia, la CNDH
    pidió la intervención de la Procuraduría
    General de la República, iniciándose la
    Averiguación Previa 31/95 para esclarecer los hechos.
    Posteriormente, la CNDH denunció "irregularidades graves
    en la investigación" de la PGR. De hecho, la CNDH
    recomendó al entonces titular de la PGR, Antonio Lozano
    Gracia, que se procediera penalmente contra los responsables,
    incluso en contra de cualquier perito de la PGR que hubiese
    incurrido en alguna irregularidad durante la integración de la Averiguación
    Previa 31/95. Esta recomendación no ha sido
    atendida.

    La recomendación de la CNDH solicitaba
    también al gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo, un
    diagnóstico de las instalaciones de Pemex en la entidad,
    alternativas de solución y el diseño
    de un programa de protección civil para orientar a la
    población en caso de siniestros. Esta recomendación
    tampoco ha sido atendida.

    Mientras se desarrollaba la investigación de
    Plátano y Cacao, ocurrió otra explosión el
    26 de julio de 1996 en el Complejo Procesador de Gas
    de Cactus. La consultora Pennoni International de México,
    SA de CV, efectuó una auditoría a la planta y encontró 252
    deficiencias, 64% de ellas consideradas de alto riesgo. La
    auditoría concluyó que la falta de mantenimiento
    provoca las condiciones de inseguridad en
    Cactus. Un fenómeno que se repite de manera constante en
    las instalaciones de Pemex.

    En septiembre de 1997, Greenpeace y el Codehutab
    solicitaron al nuevo Procurador General de la República,
    Jorge Madrazo, atender la recomendación que él
    mismo hizo a la PGR cuando estaba al frente de la CNDH, para
    fincar la responsabilidad en el caso de la explosión de
    1995 en Plátano y Cacao por negligencia
    criminal.

    A la Semarnap se le pidió que cumpliera la
    recomendación de practicar auditorías permanentes a las instalaciones
    de Pemex y permitir a los ciudadanos el acceso a esas
    auditorías.

    En el estado de Tabasco existen más de 2,000
    kilómetros de ductos, aunque estimaciones independientes
    calculan su extensión en 7,000 kilómetros,
    más de 4,000 pozos perforados, más de 1,000 en
    operación, 53 baterías de separación, 31
    estaciones compresoras, 3 centros de almacenamiento y bombeo, 5
    plantas deshidratadoras y una terminal marítima que
    exporta más de 400,000 barriles de petróleo al
    dia.

    Pemex tiene en su haber algunos de los desastres
    más graves de su tipo a nivel mundial. Son los casos del
    derrame de petróleo del pozo Ixtoc I, la explosión
    de la planta almacenadora y distribuidora de gas de San Juan
    Ixhuatepec y la explosión ocurrida en el drenaje de la
    ciudad de Guadalajara. En ninguno de ellos se ha logrado fincar
    la responsabilidad de la paraestatal.

    ¿Áreas
    naturales protegidas?

    El Rainbow Warrior se desplazó hacia el Puerto de
    Frontera, anclando frente a la costa. Desde este punto, donde los
    ríos Grijalva y Usumacinta desembocan en el Golfo de
    México, la comitiva se internó al corazón de
    la Reserva de la Biosfera de
    Pantanos de Centla (RBPC).

    A bordo de lanchas rápidas de Greenpeace y
    acompañado por embarcaciones de la comunidad pesquera, el
    grupo se dirigió la mañana del 5 de abril, a la
    Zona Núcleo 1 de la Reserva. Durante el recorrido,
    efectuado a través de un canal de casi 50 metros de ancho,
    construido por Pemex para introducir su maquinaria dentro de la
    zona de pantanos, la comitiva observó a ambos lados un
    contínuo montículo de tierra de más de cinco
    metros de alto. Al abrir los grandes canales, las máquinas
    dragadoras acumulan la tierra
    sobre la que se ha ido formando una franja arborea con vegetación totalmente exótica a los
    pantanos. Además, el montículo ha bloqueado los
    canales naturales del pantano, provocando el azolve de una gran
    cantidad de lagunas, lo que ha alterado la dinámica hidrológica del
    área.

    Dentro de la Zona Núcleo 1, la comitiva se
    topó con la presencia activa de Pemex: dragadoras en
    acción,
    una plataforma de perforación y un chalán con
    productos químicos que visiblemente escurrían hacia
    el pantano. La contaminación alrededor de la plataforma
    era notable, a pesar de que el Artículo 49 de la LGEEPA
    establece que "En las zonas núcleo de las áreas
    naturales protegidas quedará expresamente prohibido: I.c
    Verter o descargar contaminantes en el suelo, subsuelo y
    cualquier clase de
    cauce, vaso o acuífero, así como desarrollar
    cualquier actividad contaminante; II.c Interrumpir, rellenar,
    desecar o desviar los flujos hidráulicos". En protesta,
    activistas de Greenpeace ocuparon el chalán y la
    plataforma de perforación que se encontraba en labores de
    reactivación del pozo Usumacinta 11. Al mismo tiempo, se
    tomaron muestras alrededor de la plataforma.

    La RBPC tiene una superficie de 302,706 hectáreas
    y se localiza al norte de Tabasco, cubriendo parte de los
    municipios de Centla, Jonuta y Macuspana. Esta reserva contiene
    la mayor diversidad de plantas acuáticas en
    Mesoamérica y es la última frontera para la
    invernación de aves en el
    norte del continente americano. Fue establecida como reserva en
    1992 y posteriormente ingresada por el gobierno mexicano a la
    lista internacional de humedales protegidos de la
    Convención Ramsar. Sin embargo, a cinco años del
    decreto, la reserva no cuenta con un Plan de Manejo, su
    Estación está prácticamente abandonada y no
    existe ninguna vigilancia sobre las actividades de
    Pemex.

    En su defensa, Pemex argumenta que sus actividades en
    los Pantanos de Centla son anteriores a la declaratoria como
    reserva de la biosfera. Sin embargo, desde 1992 la empresa ha
    aumentado su presencia en la zona. En el área de
    amortiguamiento, que representa más del 50% de la reserva,
    Pemex ha abierto nuevos pozos y desarrollado labores intensivas
    de exploración. Mientras tanto, en las zonas núcleo
    continua con las mismas prácticas de dragado e incluso se
    habla de su interés por abrir dos pozos
    más.

    En poco tiempo, México perderá su reserva
    más importante de humedales y con ello la riqueza
    biológica que alberga, si continúa la presencia de
    Pemex en esta zona. Las comunidades locales son el mejor testigo
    de cómo la paraestatal ha alterado y destruído por
    azolve lagunas de anidación de aves que eran
    también fuente importante de sustento de las poblaciones
    locales.

    Greenpeace solicitó a la Profepa que, en
    cumplimiento de la ley ambiental, detenga toda nueva actividad de
    Pemex en la RBPC, que exija el desarrollo de tecnologías
    de menor impacto para las obras de mantenimiento de los ductos y
    pozos instalados en la zona y un programa calendarizado del
    retiro de Pemex de esta reserva.

    La Ruta en
    Campeche

    La última etapa de La Ruta del Petróleo se
    llevó a cabo el 7 de abril. Con el Rainbow Warrior anclado
    frente a Ciudad del Carmen, Campeche, la comitiva se
    reunió con representantes de las comunidades pesqueras y
    de la organización ambientalista Marea Azul.

    El mayor impacto de Pemex en el Area de
    Protección de Flora y Fauna de la
    Laguna de Términos (APFFLT), proviene de la planta
    reprocesadora de gas de la Península de Atasta, la
    más grande del país, y de la red de ductos que
    llegan y parten de ella. En esta planta se genera el 30% del gas
    nacional, como un subproducto asociado a la extracción de
    petróleo. Es decir, se trata de "gas amargo" con altos
    contenidos de azufre, entre otros compuestos.

    Las emisiones de bióxido de azufre de la planta
    van directamente a la atmósfera, generando
    una alta incidencia de lluvia
    ácida que ha afectado seriamente los cultivos,
    materiales de
    construcción, cercas, vehículos, etcétera,
    de la zona.

    Por otro lado, la Laguna de Pom que tradicionalmente
    mantenía una alta productividad de almeja, hoy está
    considerada como una laguna muerta, debido a la
    contaminación causada por el principal gasoducto que la
    atraviesa, y que va de la planta de Atasta a Ciudad Pemex. Los
    anñlisis de los sedimentos de la laguna han mostrado altas
    concentraciones de hidrocarburos.

    El APFFLT fue creada en 1994 y recientemente se
    aprobó su Plan de Manejo. En la zonificación del
    Plan se permite la exploración y producción de
    petróleo en dos ñreas: la península de
    Atasta y una zona al margen del río Palizada. En la
    península de Atasta ya se autorizó la
    perforación de dos pozos. Pero la mayor
    preocupación radica en los permisos para que Pemex
    efectúe actividades de perforación y
    producción en el río Palizada. La
    contaminación que puede generar este tipo de actividades,
    asA1A como el riesgo de un accidente, pondría en peligro
    la mayor parte del APFFLT, ya que a través del Palizada
    ingresa el 70% del agua dulce, proveniente del Usumacinta, al
    sistema lagunar de la zona.

    Greenpeace solicitó al Instituto Nacional de
    Ecología
    que reconsidere la zonificación del Plan de Manejo del
    APFFLT, con el fin de impedir que Pemex realice actividades en la
    región ubicada en la ribera del río
    Palizada.

    Asimismo, Greenpeace propuso unificar el Area de
    Protección de Flora y Fauna de la Laguna de
    Términos con la Reserva de la Biosfera de Pantanos de
    Centla, para protegerlas bajo una misma figura, dentro del rango
    de Reserva de la Biosfera, e incorporarlas a la lista
    internacional de humedales protegidos de la Convención
    Ramsar. La RBPC y el APFFLT forman parte del delta del
    UsumacintacGrijalva, el segundo en importancia en el norte de
    América, después del delta del
    Missisipi. Por lo tanto, no existe razón para que
    estén separadas y menos bajo diferentes categorías
    de protección.

    Conclusión

    La dimensión de los daños ambientales y
    sociales provocados por la acelerada extracción de
    petróleo, iniciada a finales de la década de los
    70, es aún desconocida e invaluable. Una
    sistemática labor de maquillaje verde así como la
    corrupción que durante años y en
    algunos casos aún impera en ciertas autoridades, han
    permitido a Pemex mantener oculto el verdadero alcance de los
    efectos de su actividad en el sureste de
    México.

    Tras las crisis provocadas por el embargo petrolero
    árabe en 1973 y la revolución
    iraní en 1978, el gobierno mexicano lanzó una
    política agresiva de oferta del
    crudo nacional al mercado mundial.
    Además, el incremento de las reservas petroleras en el
    país fue utilizado por las autoridades como
    garantía para solicitar enormes préstamos a la
    banca
    internacional. ésta por su parte, al aumentar los precios del
    energético, desarrolló una intensa campaña
    de endeudamiento de los países
    productores,facilitándoles el acceso a los créditos.

    En la actualidad, la enorme producción de
    petróleo mexicano está comprometida, por un lado
    con el pago del servicio de la
    deudaaexterna del país, y por el otro con la
    política estadunidensea para su abasto estratégico
    de energía, más que a una política
    energética nacional. De esta forma, Pemex se ha convertido
    en un abastecedor incondicional de petróleo para los
    Estados
    Unidos.

    Mñs del 80% de las exportaciones de
    crudo mexicano van directamente al vecino país del norte,
    nación
    que aumentó sus importaciones de
    petróleo en mñs de 440% en 25 años
    (1970c1995).

    Los EUA son el mayor consumidor de
    petróleo en el mundo al consumir el 25% de la
    producción global y México cubre ahora el 14% de
    las importaciones estadunidenses de crudo.

    La extracción rápida del petróleo y
    el uso de los metodos más fáciles no sólo
    sacrificó grandes cantidades del recurso, que nunca
    más podrá extraerse del subsuelo, sino que
    promovió el uso de técnicas
    que han tenido impactos desastrosos en el ambiente.

    Tanto el inadecuado diseño de las obras de
    infraestructura para una zona primordialmente de humedales, como
    los derrames accidentales y los vertidos intencionalmente
    programados, han causado un daño
    ambiental devastador que Pemex se encarga por todos los medios de
    negar y ocultar.

    El desastre ambiental y su consecuente impacto social,
    han sido los costos de las
    políticas de extracción intensiva de
    Pemex, empresa que se ha enfocado únicamente en el
    beneficio económico.

    Este beneficio debe ponerse en duda, sin embargo, o por
    lo menos en su justa dimensión. Los grandes
    préstamos que recibió México gracias a la
    garantía que ofrecieron sus reservas de petróleo,
    sólo sirvieron para incrementar la deuda externa. La
    paradoja es que ahora, aun con las enormes exportaciones de
    petróleo, al país no le alcanza ni para pagar el
    servicio de esa deuda.

    En relación con el deterioro de sus instalaciones
    y los impactos ambientales de sus actividades, Pemex argumenta
    que los recursos con los que cuenta para inversión, mantenimiento y cuidado
    ambiental, son muy escasos ya que entrega a la Federación,
    vía impuestos, la
    mayor parte de sus ingresos. En realidad, Pemex ha tenido un
    desprecio total por el ambiente y las comunidades locales. Basta
    mencionar, por ejemplo, que de su bajo presupuesto para
    asuntos ambientales, en 1991 la empresa ejerció
    sólo el 47% del monto asignado a este rubro.

    Como organización ambientalista internacional,
    Greenpeace conoce los graves impactos ambientales y sociales
    producidos por la industria petrolera trasnacional. Destacan los
    de la compañía anglocholandesa Shell en Nigeria o
    los de la estadunidense Texaco en Ecuador. Sin
    embargo, es incomprensible que una industria nacional, como
    Pemex, cause este tipo de daños en su propio país,
    con el profundo desprecio que esto significa para los recursos
    naturales y cientos de miles de ciudadanos mexicanos. Si las
    prácticas de las empresas petroleras trasnacionales han
    sido calificadas como criminales, no hay adjetivo para calificar
    lo que Pemex está haciendo en el sureste del
    país.

    El informe La Ruta
    del Petróleo que est;a en sus manos, no es más que
    un pequeño muestrario de los delitos
    impunes cometidos poraPemex y tiene como objetivos: que
    se cumpla la ley, que se finquen responsabilidades, que se
    restauren los ecosistemas dañados, que cambien las
    prácticas destructivas, que Pemex no invada las
    áreas naturales protegidas, que termine el saqueo del
    petróleo y que este recurso energético sirva como
    base para efectuar la urgente transición a las fuentes de
    energía renovables del próximo milenio.

    Dejarlo para después, será muy
    tarde.

    Tomas Santiago

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