- Gas y petroquímica
básica - Derrames en el
río - Plataformas
abandonadas - Entre pantanos de
petróleo - Vivir bajo
amenaza - ¿Áreas naturales
protegidas? - La Ruta en
Campeche - Conclusión
Gas y petroquímica
básica
Dentro de la cadena del petróleo, Pemex Gas y Petroquímica
Básica ocupa una posición estratégica al
tener la responsabilidad del procesamiento del gas natural y sus
líquidos, así como del transporte,
comercialización y almacenamiento de
sus productos.
En el ámbito internacional, Pemex Gas y
Petroquímica Básica es una de las principales
empresas
procesadoras de gas natural, con un volumen procesado
cercano a 4 mil millones de pies cúbicos diarios (mmpcd)
durante el 2004, y la segunda empresa
productora de líquidos, con una producción de 451 mil barriles diarios
(mbd) en los 11 Centros Procesadores de
Gas a cargo del Organismo. Cuenta con una extensa red de gasoductos, superior
a 12 mil kilómetros, a través de la cual se
transportan más de 3,600 mmpcd de gas natural, lo que la
ubica en el décimo lugar entre las principales empresas
transportistas de este energético en
Norteamérica.
En México,
Pemex Gas se encuentra entre las 10 más grandes por su
nivel de ingresos,
superiores a 16,300 millones de dólares en 2004, con
activos cercanos
a 9,000 millones de dólares. Adicionalmente, Pemex Gas y
Petroquímica Básica constituye una fuente
importante de trabajo, al
emplear del orden de 12 mil trabajadores.
PETRÓLEO
A Tabasco se le
ha llamado "El Estado de
la Energía", debido a la importancia que ha adquirido con
la explotación del petróleo y
sus derivados, así como a la generación de energía
eléctrica.
En la actualidad existen alrededor de diez complejos petroleros,
teniendo así a Villahermosa como el centro regional de
operaciones de
Pemex, albergando a dos de las áreas más
importantes: Pemex, Exploración y Producción, y
Pemex, Petroquímica Básica.
Por lo cual el 50% del petróleo crudo que México
provee al mundo, viene del puerto de Dos Bocas, Paraíso,
Tabasco. En Tabasco este recurso ha sido eje de su economía
estableciendo programas de
intercambio productivo tanto internos como externos, que permiten
ampliar la actividad comercial y económica de la entidad
hacia diferentes mercados.
La producción de hidrocarburos
ha sido factor determinante en el desarrollo de
nuestra economía.
Contamos con una fuerza
laboral de
11,349 empleados
Una derrama salarial anual de 1,965 millones de pesos
En 1999 Pemex gastó 829 millones de pesos en el sector
comercial de Tabasco
Contribución del 20% a la producción petrolera
nacional y 42% a la producción nacional de gas.
Una capacidad instalada de 718 pozos petroleros en
explotación.
Producción de 519,593 barriles por día y 483,610
millones de pies cúbicos de gas natural por
año.
Las Principales compañías relacionadas con el
petróleo: Protexa, Halliburton, Schlumberger, Bechtel,
Fluor, Novagas, ICA.
Desde siempre ha habido petróleo en Tabasco, a
este recurso natural se le debe en gran parte el crecimiento
económico del estado;
existen 30 unidades económicas, con 870 pozos en
funcionamiento para la explotación de petróleo, gas
natural y minerales no
metálicos.
El fracaso de los grandes planes agropecuarios se puso
mayormente de manifiesto con la petrolización de Tabasco,
la cual ha disminuido aun más las tierras
agrícolas.
La existencia de petróleo fue otro mito que se
fomentó ruidosamente desde que, por accidente, el padre
Gil y Sáenz descubrió en Macuspana la existencia
del preciado líquido a flor de tierra; pero,
aunque no se explotó rápidamente, como se deduce de
los documentos de la
Dirección General de Gobierno, estuvo
siempre en el interés de
los tabasqueños y de las compañías
extranjeras que, como El Águila y la Water
Pierce, y parte de la Sinclair Pierce, iniciaron sus
actividades en la zona. Carmen Greene viuda de Valenzuela
reclamó todavía en 1937 derechos sobre la herencia de su
esposo José, hijo de Policarpo —el hombre que
más tierras poseyó durante el porfiriato, y
de Clara Ramos cuya fama le sobrevivió por un vapor que
llevaba su nombre—, que consistía en terrenos de
Tabasco, Chiapas y
Campeche que la familia
obtuvo en 1887 por deslinde de baldíos, huecos y
demasías. Resulta que el presidente Cárdenas
expidió un decreto por medio del cual se asignaron y
destinaron para exploración y explotación
petroleras los terrenos que incluían los solicitados por
los señores Frank A. Lillendahl, pertenecientes a
Policarpo Valenzuela.
Los descendientes del hombre
más rico de Tabasco pensaron en reconstruir su imperio,
pero la herencia solicitada sobre el líquido que produjera
la
Administración General del Petróleo Nacional ya
no era posible.
La petrolización del estado cobró auge y
varios campos se fueron descubriendo, como los de Fortuna
Nacional en 1949, Tortuguero en 1950, José Colomo en 1951;
el primero y el último darían origen en 1974 a la
creación de Ciudad Pemex, que generaría más
de 30% de la producción nacional de gas. Surgieron
también La Venta,
Usumacinta, Almendro, Santuario, San Román, Tintal,
Samaria y Tucán, entre otros. Los pozos en
operación fueron en aumento y dieron lugar a un
fenómeno que no se esperaba luego del momento de mayor
riqueza durante el auge de la producción platanera en su
carácter agroexportador: el petróleo
se convirtió en la causa de un auge aún
mayor.
Sin embargo, los ingresos derivados del
petróleo ya no fueron exclusivamente manejados por la
entidad, sino por una de las burocracias más
rígidas de la administración
pública federal, la de Petróleos
Mexicanos.
Con el descubrimiento de grandes yacimientos
petrolíferos en las regiones de Chiapas y Tabasco en 1973,
las reservas del país pasaron de 6 000 millones de
barriles en 1975 a 60 mil millones en 1980. En el año de
1974, debido a las nuevas reservas, México pasó de
ser importador de crudo en el primer semestre a exportador en el
segundo. La población de Tabasco creció de tal
forma que mientras en 1980 tenía 1 062 961 habitantes, en
1990 llegó a 1 501 183; en 30 años había
aumentado un millón de personas. El crecimiento anual de
la población había sido de 4.2%, en tanto que los
alimentos
aumentaron apenas a 0.7%, porque la superficie cosechada
disminuyó de 178 000 hectáreas a 164 000. Pero la
producción petrolera pasó de 92 000 barriles
diarios a casi 600 000 en sólo 20 años.
La población del estado se concentra en ocho de
los 17 municipios, precisamente en los más dedicados a las
explotación petrolera, como Cárdenas, Centla,
Paraíso, Comalcalco (el de mayor crecimiento), Macuspana
por Ciudad Pemex, etcétera. De los 19 000 trabajadores
contratados por Pemex en 1980, sólo 41% eran
tabasqueños y 59% procedían de otros estados. Entre
ese año y 1983 el número de trabajadores de la
industria se
incrementó en 83%; poco más de 25 000 personas
trabajaban para Pemex. Sólo para dar una idea del personal
empleado, puede decirse que durante el año y medio que
duró la construcción del puerto de altura de Dos
Bocas, la empresa
ocupó a 20 000 obreros.
En cuanto a recursos
naturales no renovables para la industria del petróleo
existen en el municipio 125 pozos petroleros en
explotación en 6 campos: 16 en Bellota, 35 en
Cunduacán, 19 en Iride, 10 en Oxiacaque, 35 en Samaria
(mesozoico), 10 en Samaria (terciario). Del cual se extrae una
produccion diaria de 170,529 barriles de petróleo y 237.0
millones de p³ de gas natural.
La explotación del petróleo en
Méxicoha dejado impactos ambientales y sociales muy
graves. Desarrollada principalmente en la plataforma marina y
zonas de humedales del sureste del país, la
exploración y producción petrolera ha significado
el deterioro dramático de ecosistemas de
gran diversidad biológica y enorme productividad,
así como de la calidad de
vida de una numerosa población que vivía de
lá bundancia de recursos
naturales que les brindaba su entorno.
Las obras de infraestructura y las tecnologías
inadecuadas para las zonas de humedales, la explotación
acelerada e intensiva, el descuido permanente del ambiente, la
falta de mantenimiento
y seguridad en las
instalaciones y la realización de actividades en
ecosistemas extremadamente frágiles, son prácticas
comunes de Petróleo Mexicanos (Pemex) y la causa principal
del enorme deterioro ambiental provocado por esta empresa en el
sureste de México.
Las prácticas destructivas de Pemex han sido
posibles gracias a la impunidad con
que actúa la paraestatal, a su falta de responsabilidad
frente a la sociedad y a
la inexistencia de un Estado de Derecho
Ambiental en el país. Ante la presión
social, Pemex ha respondido con una política basada en la
indemnización, eludiendo cualquier compromiso de
restauración ecológica o de
transformación de sus prácticas contaminantes. Es
decir,en el mejor de los casos se indemniza, mientras los
daños al ambiente aumentan.
La Ruta del Petróleo es el testimonio
público de algunos de los daños causados por Pemex
en el sureste. Los testimonios recogen lo que una comitiva de
periodistas e integrantes de Greenpeace, a
bordo del barco insignia de la
organización, Rainbow Warrior II, observó, lo
que los análisis de laboratorio
dieron por resultado, lo que documentos oficiales informan y lo
que las víctimas denuncian. Los hechos aquí
documentados fueron integrados en una Denuncia Popular presentada
ante la Procuraduría Federal de Protección al
Ambiente (Profepa) el 24 de abril de 1997.
Derrames en el río
Plataformas abandonadas
Entre pantanos de petróleo
Lagunas costeras. historia de un
ecocidio
Vivir bajo amenaza
¿Áreas naturales
protegidas?
La Ruta en Campeche
Conclusión
La primera gira del Rainbow Warrior en México
inició en el Puerto de Veracruz, durante Semana Santa.
Pensada sólo para que la población jarocha pudiera
visitar el barco, esta parada dio un giro inesperado que
obligó a iniciar La Ruta del Petróleo antes de lo
programado.
Mientras el RW permanecíá tracado en el
malecón, ocurrió un derrame de petróleo en
el río Tecolutla. Pemex se apresuró a declarar que
sólo se habían vertido 50 litros de hidrocarburo
y
el delegado estatal de la Profepa Aseguraba que no había
habido daños en el ambiente.
Al amanecer del 27 de marzo, una comitiva compuesta por
integrantes de Greenpeace México, tripulantes del RW y
periodistas, salieron por tierra del Puerto de Veracruz, con
rumbo al municipio de Gutiérrez Zamora, para investigar el
derrame. Al llegar al malecón del poblado, pudieron
observar restos de petróleo en la ribera del río,
sobre piedras y plantas.
Por su parte, los pescadores del área denunciaron
daños a sus embarcaciones, redes y actividades
pesqueras, por lo que reclamaban una
indemnización.
La comitiva se dirigió 30 kilómetros
río arriba, hasta localizar el origen del derrame en una
zona bastante inaccesible del Tecolutla, en el municipio de
Papantla, a 2 kilómetros aproximadamente del Puente
Remolinos. El derrame provenía de un ducto, de seis
pulgadas de diámetro aproximadamente, que Pemex tiene
instalado desde el Campo 2 de San Andrés y por donde, de
manera permanente, vierte desechos de su batería de
separación directamente al río. Al momento de
llegar, la comitiva fue testigo de un segundo derrame.
Alexis Alexandrou, ingeniero del RW,
señaló que "por el grosor del ducto y los
sedimentos de petróleo formados en su interior, es claro
que por ahí se han arrojado, durante años,
hidrocarburos al río". Esta observación fue confirmada por José
Pérez Santiago, vigilante de la finca Santa Lucía,
atravesada por el ducto, quien sostuvo que durante los diez
años que llevaba trabajando en el lugar, había
visto que por el ducto se arrojaban desechos al cuerpo de
agua: "A veces
en la mañana, otras veces en la tarde o en la noche,
constantemente, todas las semanas de todos los meses del
año; pero lo que es seguro, es que
ahora se pasaron", aseguró.
Al día siguiente Greenpeace realizó una
conferencia de
prensa frente
al conocido edificio de Pemex, ubicado en el malecón del
Puerto de Veracruz, para denunciar públicamente la
dimensión del derrame y el intento de la empresa y la
Profepa por ocultar el incidente. Ante los periodistas,
integrantes de la organización derramaron varios litros de
petróleo sobre las escaleras de entrada al edificio,
regresando a Pemex el crudo recogido del río
Tecolutla.
el Rainbow Warrior zarpó del Puerto de Veracruz
el 30 de marzo, rumbo a las costas de Tabasco. En la madrugada
del 31, cuatro enormes plataformas petroleras se avistaron en el
horizonte. El barco se acercó hasta una distancia prudente
y la comitiva, a bordo de lanchas rápidas, se
dirigió a las plataformas marinas del Campo Arjona,
abandonadas por Pemex desde hace más de 20
años.
Mientras un grupo de
activistas escalaba una de las plataformas, los periodistas y el
resto de la comitiva pudieron observar escurrimientos de
petróleo y la fractura de parte de las estructuras
carcomidas por la corrosión. Pescadores contactados en el
lugar declararon que, de vez en cuando, los escurrimientos
aumentan hasta convertirse en derrames de crudo. Al encontrar las
escaleras de acceso totalmente corroídas, los activistas
tuvieron que utilizar equipo de alpinismo para ascender a una de
las plataformas. Al llegar a la cumbre se encontraron con las
nstalaciones abandonadas y en franco deterioro; enmedio de la
basura,
grandes tanques estaban a punto de precipitarse al
vacío.
A pesar de que la mayor parte de la producción
petrolera en México proviene de las plataformas marinas,
Pemex nunca ha brindado información sobre la existencia de las
plataformas abandonadas, de su cantidad y estado, y menos
aún de un programa de
desmantelamiento.
Diversas convenciones internacionales establecen que las
plataformas marinas deben ser removidas completamente al quedar
en desuso. Desde la Conferencia de Ginebra de 1958, en donde se
adoptó la Convención sobre Plataformas
Continentales, se estableció que cualquier
instalación para la exploración o
explotación de recursos naturales en la plataforma
continental debe ser removida en caso de que sea abandonada o
entre en desuso. La Convención de Naciones Unidas
sobre la Ley del Mar de
1982, así como las Guías y Normas de la
Organización Marítima Internacional de 1989,
reiteraron la obligación de remover las plataformas
marinas, en especial, aquellas instaladas en la plataforma
continental.
La legislación internacional es reforzada por
acuerdos regionales. En 1991 se estableció el Protocolo para la
Protección del Mar Mediterráneo contra la
Contaminación Causada por la Exploración y
Explotación de la Plataforma Continental y el Fondo
Marino, en el que se acordó: "El Estado competente
exigirá al operador remover cualquier instalación
que sea abandonada o en desuso". Por otro lado, la región
en la que se ha removido un mayor número de plataformas
marinas es el Golfo de México (914 desde 1987). Sin
embargo, esto sólo ha ocurrido dentro del mar territorial
estadunidense, en cumplimiento de una exigencia
federal.
En el lado mexicano, por el contrario, no sólo se
han abandonado las plataformas, sino que incluso se niega la
información sobre su existencia.
Dos días después de la denuncia hecha por
Greenpeace, el 2 de marzo, Ricardo Palacios Calva, Subdirector de
la Región Sur de Pemex informó que la empresa "se
compromete a iniciar el proceso de
desmantelamiento de las plataformas abandonadas". Sin embargo, al
día siguiente, Juan Saldaña Rosell, identificado
como vocero de la paraestatal, declaró en la Ciudad de
México en sentido totalmente contrario, señalando
que las plataformas no estaban en mal estado y que no
habían sido desmanteladas a petición de los propios
pescadores de la zona.
Esta "respuesta" contradictoria sería la
única expresada por Pemex a lo largo de toda La Ruta del
Petróleo. A partir de aquí, no habría
ninguna respuesta directa de la empresa a las denuncias que sobre
hechos concretos se fueron presentando día con día
a través de los medios de
comunicación. Pemex guardaría silencio. Al
parecer, no tenía palabras ante la contundencia de las
evidencias.
Una vez anclado el Rainbow Warrior en el Puerto de Dos
Bocas, municipio de Frontera,
Tabasco, la comitiva se dirigió a la ciudad de
Villahermosa para salir al día siguiente, 1 de abril,
hacia los municipios de Cárdenas y Huimanguillo. A partir
de este momento, la Asociación Ecológica Santo
Tomás y el Comité de Derechos Humanos
del Estado de Tabasco se incorporaron a la gira.
La jornada inició con una visita a los terrenos
aledaños a la Batería de Separación del
Campo San Ramón,
municipio de Cárdenas. De la Batería, a
través de un canal, fluyen los desechos de la
instalación de Pemex hacia los terrenos adyacentes.
Mientras que los integrantes de Greenpeace tomaban muestras de
suelo
contaminado para su análisis posterior, vecinos del Ejido
Ley de la Reforma
Agraria informaron a la comitiva sobre los contínuos
derrames de los ductos que cruzan la zona.
A un kilómetro de la Batería de
Separación, aproximadamente, la comitiva se
encontró con la primera cuadrilla de "chaperos",
trabajadores encargados de retirar el petróleo de
áreas altamentecontaminadas. Sin equipos, casi desnudos,
reclutados por contratistas que les pagan entre 20 y 25 pesos al
día, los chaperos se introducen en el suelo pantanoso a
retirar parte del petróleo con cubetas y palas. Su labor
se limita a recuperar los excesos de crudo derramado y colocar
una cubierta de tierra para sembrar pastos altamente resistentes
al petróleo. Es decir, maquillar de verde el terreno, una
especialidad de Pemex, aunque debajo de esta alfombra permanezca
la contaminación.
Enseguida, la comitiva se dirigió al municipio de
Huimanguillo, a los pantanos de La Venta, prácticamente
sumergidos en petróleo. Además de los impactos que
dejó la explotación de pozos petroleros en la zona,
Pemex construyó más recientemente un canal para
descargar sus desechos, desde la planta de reprocesamiento de gas
de La Venta hasta el río Tonalá. En su trayectoria,
el canal vierte los residuos al pantano de La Venta y a la laguna
del ejido José N. Rovirosa, antes de llegar al
Tonalá, a través de cuyo cauce los desechos
desembocan hasta el Golfo de México.
La comitiva se entrevistó con varias cuadrillas
de "chaperos", entre quienes se encontraban algunos menores de
edad. Se pudo documentar cómo, al terminar su jornal, dos
niños
se bañaban condiesel para "limpiar" sus cuerpos de los
restos del crudo. Esta práctica diaria de los chaperos, se
debe a que no reciben de los contratistas ningún tipo de
equipo para efectuar sus labores, ni sustancias, no nocivas, para
su limpieza. Los riesgos de
contraer cáncer para estos trabajadores son, sin duda,
extremadamente altos, ya que los hidrocarburos cancerígenos penetran directamente en la
piel y su
sistema
respiratorio. Es importante señalar que en este lugar
se tomaron algunas de las muestras que presentaron las mayores
concentraciones de hidrocarburos y metales
pesados.
Los impactos en el Campo San Ramón y el pantano
de La Venta fueron reconocidos en documentos de la
Comisión de Desarrollo de las Zonas Petroleras del Estado
de Tabasco (Codezpet) de 1989. En el "Diagnóstico Preliminar de Afectación
Ambiental de las Instalaciones de los Distritos de Agua Dulce y
el Plan, de la Zona
Sur de Pemex en el Estado de Tabasco" se consignó la
contaminación de 5 hectáreas alrededor de la
Batería de separación del Campo San Ramón y
de 50 hect;areas en el pantano de La Venta. Actualmente, el
impacto se ha extendido a un área diez veces mayor, lo que
significa que no sólo no se ha actuado para restaurar lo
afectado, sino que los daños se han extendido.
Greenpeace solicitó a la Profepa fincar
responsabilidades sobre los vertidos contaminantes de Pemex en La
Venta y el Campo San Ramón. En la Denuncia Popular se
pidió que, con base en el artículo 78 de la Ley
General del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), la
Secretaría del Medio
Ambiente, Recursos Naturales y Pesca
(Semarnap) promueva ante el Ejecutivo Federal que estas
áreas, altamente afectadas por las actividades de Pemex,
sean decretadas como Zonas de Restauración
Ecológica.
Lagunas costeras. historia de un
ecocidio
A bordo de lanchas rápidas, la comitiva se
internó en la laguna de Mecoacán el 2 de abril,
acompañada de pescadores de las cooperativas
locales. Junto con el complejo lagunar El Carmen MachonacPajonal,
Mecoacán conformaba uno de los sistemas costeros
más productivos del país. Tabasco aportaba el 36%
de la producción ostrícola nacional y México
ocupaba el sexto lugar a nivel mundial. Sin embargo, el
frágil equilibrio que permite una concentración
salina moderada en las lagunas costeras tabasqueñas, fue
roto por las obras de infraestructura de Pemex, en lo que se
puede considerar como uno de los mayores desastres ambientales
del país.
En el sistema lagunar
El Carmen MachonacPajonal, los drenes y más de 60 canales
interconectados que Pemex construyó para introducir su
maquinaria de perforación, han provocado la
salinización de aproximadamente 80 mil hectáreas.
La laguna de Mecoacán, por suparte, ha sufrido un grave
impacto por la actividad del puerto de Dos Bocas, desde donde
Pemex exporta diariamente cientos de miles de barriles de
petróleo a los Estados Unidos. Las obras de
infraestructura portuaria han afectado el comportamiento
de la corriente costera, provocando un proceso de azolve de la
barra de Dos Bocas. A diferencia del sistema El Carmen
MachonacPajonal, donde el cuerpo lagunar se ha salinizado, en
Mecoacán el azolve ha impedido el ingreso de la salinidad
necesaria para el cultivo del ostión. Aparte de ello, esta
laguna ha sido víctima de varios derrames de
petróleo, entre ellos, de uno proveniente de un mechero
fracturado en 1991 que provocó la muerte de
casi toda la producción ostrícola.
Respecto a la salinización, la Comisión
Nacional de Derechos Humanos emitió la
Recomendación 100/92, donde consigna la responsabilidad de
Pemex en este proceso. Incluso Pemex, en el "Estudio Comparativo
1972c1990 del Area de Influencia de la Recomendación
100/92 CNDH", de septiembre de 1992, reconoce la
salinización de 20,884 hectáreas, aunque no su
responsabilidad.
La recomendación de la CNDH logró que se
abriera un proceso de indemnización para los afectados.
Sin embargo, como está ampliamente documentado, este
proceso estuvo marcado por una corrupción
extrema. Cinco años después de la
recomendación, se estima que la salinización ha
afectado a más de 80,000 hectáreas, es decir,
aumentó en un 400%. A pesar de haberse presentado diversas
alternativas para controlar el proceso de salinización, ni
Pemex, ni las autoridades federales o estatales, han
actuado.
En el caso de Mecoacán, diversos estudios han
demostrado la responsabilidad de Pemex en el descenso de la
producción ostrícola. La Secretaría de Pesca
en su "Dictamen de la Laguna de Mecoacán" de 1993,
señala a la paraestatal como la principal responsable de
la caída de la producción de ostión. El 17
de diciembre de 1993, Pemex firmó un convenio en el que se
comprometió a estabilizar la barra de Dos Bocas y a
reubicar los mecheros que habían provocado el derrame de
1991. Los compromisos nunca fueron cumplidos y, al contrario, la
empresa instaló dos mecheros más en el mismo lugar.
Como protesta por esta situación, activistas de Greenpeace
ingresaron a las instalaciones de Pemex en Dos Bocas. Mientras un
grupo escalaba el mechero principal, de aproximadamente 50 metros
de alto, para desplegar una manta con la leyenda "Pemex no
cumple", otro colocaba una manta en tierra con la demanda "Fuera
mecheros, estabilización de la barra".
El recorrido de esta etapa terminó con un
encuentro con pescadores de la Cooperativa
Boca de los Angeles. Los cooperativistas expresaron su angustia
por la crisis que
viven a raíz de la caída de la producción
ostrícola. Reiteraron sus denuncias contra la impunidad de
Pemex, la falta de cumplimiento de los acuerdos a los que se ha
comprometido la empresa y la solicitud a las autoridades
ambientales para que intervengan y apliquen las medidas
necesarias para restaurar la laguna de
Mecoacán.
La comitiva se dirigió el 3 de abril a la
comunidad de
Plátano y Cacao, ranchería enclavada en el
municipio de Centro, donde han ocurrido dos explosiones graves en
1985 y 1995. Sobre la misma línea de ductos que cruza esta
comunidad ocurrió otra explosión en 1996, que
destruyó gran parte de las instalaciones de la planta de
Pemex en Cactus, Chiapas.
Los accidentes
ocurridos en Plátano y Cacao comprueban el alto riesgo que vive
esta comunidad, cruzada por 25 ductos de gran capacidad que
provienen de las plantas de Ciudad Pemex y Cactus.
El siniestro ocurrido el 16 de febrero de 1995, que
provocó la muerte de
siete personas, lesiones graves a 23 y daños en las
viviendas de 118 familias, fue seguido de un proceso que
permitió, en gran medida, identificar sus causas. Este
proceso evidenció también, el entorpecimiento de la
investigación por parte del sistema
judicial.
Al incumplir Pemex los acuerdos pactados con los vecinos
del área siniestrada, el Comité de Derechos Humanos
de Tabasco (Codehutab) intervino para documentar el caso y
presentarlo ante la CNDH, quien expidió la
recomendación 80/96. Esta iniciativa permitió
conocer que la compañía aseguradora Lloyd's
Register, contratada por Pemex para determinar las causas del
desastre, dictaminó que los ductos que explotaron se
encontraban adelgazados hasta en más de un 50 por ciento,
debido a casi doce años de corrosión.
Tras la investigación, los peritos de la CNDH
concluyeron que la corrosión que provocó la
explosión de los ductos no fue detectada debido a la
negligencia de la empresa. Ante la evidencia, la CNDH
pidió la intervención de la Procuraduría
General de la República, iniciándose la
Averiguación Previa 31/95 para esclarecer los hechos.
Posteriormente, la CNDH denunció "irregularidades graves
en la investigación" de la PGR. De hecho, la CNDH
recomendó al entonces titular de la PGR, Antonio Lozano
Gracia, que se procediera penalmente contra los responsables,
incluso en contra de cualquier perito de la PGR que hubiese
incurrido en alguna irregularidad durante la integración de la Averiguación
Previa 31/95. Esta recomendación no ha sido
atendida.
La recomendación de la CNDH solicitaba
también al gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo, un
diagnóstico de las instalaciones de Pemex en la entidad,
alternativas de solución y el diseño
de un programa de protección civil para orientar a la
población en caso de siniestros. Esta recomendación
tampoco ha sido atendida.
Mientras se desarrollaba la investigación de
Plátano y Cacao, ocurrió otra explosión el
26 de julio de 1996 en el Complejo Procesador de Gas
de Cactus. La consultora Pennoni International de México,
SA de CV, efectuó una auditoría a la planta y encontró 252
deficiencias, 64% de ellas consideradas de alto riesgo. La
auditoría concluyó que la falta de mantenimiento
provoca las condiciones de inseguridad en
Cactus. Un fenómeno que se repite de manera constante en
las instalaciones de Pemex.
En septiembre de 1997, Greenpeace y el Codehutab
solicitaron al nuevo Procurador General de la República,
Jorge Madrazo, atender la recomendación que él
mismo hizo a la PGR cuando estaba al frente de la CNDH, para
fincar la responsabilidad en el caso de la explosión de
1995 en Plátano y Cacao por negligencia
criminal.
A la Semarnap se le pidió que cumpliera la
recomendación de practicar auditorías permanentes a las instalaciones
de Pemex y permitir a los ciudadanos el acceso a esas
auditorías.
En el estado de Tabasco existen más de 2,000
kilómetros de ductos, aunque estimaciones independientes
calculan su extensión en 7,000 kilómetros,
más de 4,000 pozos perforados, más de 1,000 en
operación, 53 baterías de separación, 31
estaciones compresoras, 3 centros de almacenamiento y bombeo, 5
plantas deshidratadoras y una terminal marítima que
exporta más de 400,000 barriles de petróleo al
dia.
Pemex tiene en su haber algunos de los desastres
más graves de su tipo a nivel mundial. Son los casos del
derrame de petróleo del pozo Ixtoc I, la explosión
de la planta almacenadora y distribuidora de gas de San Juan
Ixhuatepec y la explosión ocurrida en el drenaje de la
ciudad de Guadalajara. En ninguno de ellos se ha logrado fincar
la responsabilidad de la paraestatal.
El Rainbow Warrior se desplazó hacia el Puerto de
Frontera, anclando frente a la costa. Desde este punto, donde los
ríos Grijalva y Usumacinta desembocan en el Golfo de
México, la comitiva se internó al corazón de
la Reserva de la Biosfera de
Pantanos de Centla (RBPC).
A bordo de lanchas rápidas de Greenpeace y
acompañado por embarcaciones de la comunidad pesquera, el
grupo se dirigió la mañana del 5 de abril, a la
Zona Núcleo 1 de la Reserva. Durante el recorrido,
efectuado a través de un canal de casi 50 metros de ancho,
construido por Pemex para introducir su maquinaria dentro de la
zona de pantanos, la comitiva observó a ambos lados un
contínuo montículo de tierra de más de cinco
metros de alto. Al abrir los grandes canales, las máquinas
dragadoras acumulan la tierra
sobre la que se ha ido formando una franja arborea con vegetación totalmente exótica a los
pantanos. Además, el montículo ha bloqueado los
canales naturales del pantano, provocando el azolve de una gran
cantidad de lagunas, lo que ha alterado la dinámica hidrológica del
área.
Dentro de la Zona Núcleo 1, la comitiva se
topó con la presencia activa de Pemex: dragadoras en
acción,
una plataforma de perforación y un chalán con
productos químicos que visiblemente escurrían hacia
el pantano. La contaminación alrededor de la plataforma
era notable, a pesar de que el Artículo 49 de la LGEEPA
establece que "En las zonas núcleo de las áreas
naturales protegidas quedará expresamente prohibido: I.c
Verter o descargar contaminantes en el suelo, subsuelo y
cualquier clase de
cauce, vaso o acuífero, así como desarrollar
cualquier actividad contaminante; II.c Interrumpir, rellenar,
desecar o desviar los flujos hidráulicos". En protesta,
activistas de Greenpeace ocuparon el chalán y la
plataforma de perforación que se encontraba en labores de
reactivación del pozo Usumacinta 11. Al mismo tiempo, se
tomaron muestras alrededor de la plataforma.
La RBPC tiene una superficie de 302,706 hectáreas
y se localiza al norte de Tabasco, cubriendo parte de los
municipios de Centla, Jonuta y Macuspana. Esta reserva contiene
la mayor diversidad de plantas acuáticas en
Mesoamérica y es la última frontera para la
invernación de aves en el
norte del continente americano. Fue establecida como reserva en
1992 y posteriormente ingresada por el gobierno mexicano a la
lista internacional de humedales protegidos de la
Convención Ramsar. Sin embargo, a cinco años del
decreto, la reserva no cuenta con un Plan de Manejo, su
Estación está prácticamente abandonada y no
existe ninguna vigilancia sobre las actividades de
Pemex.
En su defensa, Pemex argumenta que sus actividades en
los Pantanos de Centla son anteriores a la declaratoria como
reserva de la biosfera. Sin embargo, desde 1992 la empresa ha
aumentado su presencia en la zona. En el área de
amortiguamiento, que representa más del 50% de la reserva,
Pemex ha abierto nuevos pozos y desarrollado labores intensivas
de exploración. Mientras tanto, en las zonas núcleo
continua con las mismas prácticas de dragado e incluso se
habla de su interés por abrir dos pozos
más.
En poco tiempo, México perderá su reserva
más importante de humedales y con ello la riqueza
biológica que alberga, si continúa la presencia de
Pemex en esta zona. Las comunidades locales son el mejor testigo
de cómo la paraestatal ha alterado y destruído por
azolve lagunas de anidación de aves que eran
también fuente importante de sustento de las poblaciones
locales.
Greenpeace solicitó a la Profepa que, en
cumplimiento de la ley ambiental, detenga toda nueva actividad de
Pemex en la RBPC, que exija el desarrollo de tecnologías
de menor impacto para las obras de mantenimiento de los ductos y
pozos instalados en la zona y un programa calendarizado del
retiro de Pemex de esta reserva.
La última etapa de La Ruta del Petróleo se
llevó a cabo el 7 de abril. Con el Rainbow Warrior anclado
frente a Ciudad del Carmen, Campeche, la comitiva se
reunió con representantes de las comunidades pesqueras y
de la organización ambientalista Marea Azul.
El mayor impacto de Pemex en el Area de
Protección de Flora y Fauna de la
Laguna de Términos (APFFLT), proviene de la planta
reprocesadora de gas de la Península de Atasta, la
más grande del país, y de la red de ductos que
llegan y parten de ella. En esta planta se genera el 30% del gas
nacional, como un subproducto asociado a la extracción de
petróleo. Es decir, se trata de "gas amargo" con altos
contenidos de azufre, entre otros compuestos.
Las emisiones de bióxido de azufre de la planta
van directamente a la atmósfera, generando
una alta incidencia de lluvia
ácida que ha afectado seriamente los cultivos,
materiales de
construcción, cercas, vehículos, etcétera,
de la zona.
Por otro lado, la Laguna de Pom que tradicionalmente
mantenía una alta productividad de almeja, hoy está
considerada como una laguna muerta, debido a la
contaminación causada por el principal gasoducto que la
atraviesa, y que va de la planta de Atasta a Ciudad Pemex. Los
anñlisis de los sedimentos de la laguna han mostrado altas
concentraciones de hidrocarburos.
El APFFLT fue creada en 1994 y recientemente se
aprobó su Plan de Manejo. En la zonificación del
Plan se permite la exploración y producción de
petróleo en dos ñreas: la península de
Atasta y una zona al margen del río Palizada. En la
península de Atasta ya se autorizó la
perforación de dos pozos. Pero la mayor
preocupación radica en los permisos para que Pemex
efectúe actividades de perforación y
producción en el río Palizada. La
contaminación que puede generar este tipo de actividades,
asA1A como el riesgo de un accidente, pondría en peligro
la mayor parte del APFFLT, ya que a través del Palizada
ingresa el 70% del agua dulce, proveniente del Usumacinta, al
sistema lagunar de la zona.
Greenpeace solicitó al Instituto Nacional de
Ecología
que reconsidere la zonificación del Plan de Manejo del
APFFLT, con el fin de impedir que Pemex realice actividades en la
región ubicada en la ribera del río
Palizada.
Asimismo, Greenpeace propuso unificar el Area de
Protección de Flora y Fauna de la Laguna de
Términos con la Reserva de la Biosfera de Pantanos de
Centla, para protegerlas bajo una misma figura, dentro del rango
de Reserva de la Biosfera, e incorporarlas a la lista
internacional de humedales protegidos de la Convención
Ramsar. La RBPC y el APFFLT forman parte del delta del
UsumacintacGrijalva, el segundo en importancia en el norte de
América, después del delta del
Missisipi. Por lo tanto, no existe razón para que
estén separadas y menos bajo diferentes categorías
de protección.
La dimensión de los daños ambientales y
sociales provocados por la acelerada extracción de
petróleo, iniciada a finales de la década de los
70, es aún desconocida e invaluable. Una
sistemática labor de maquillaje verde así como la
corrupción que durante años y en
algunos casos aún impera en ciertas autoridades, han
permitido a Pemex mantener oculto el verdadero alcance de los
efectos de su actividad en el sureste de
México.
Tras las crisis provocadas por el embargo petrolero
árabe en 1973 y la revolución
iraní en 1978, el gobierno mexicano lanzó una
política agresiva de oferta del
crudo nacional al mercado mundial.
Además, el incremento de las reservas petroleras en el
país fue utilizado por las autoridades como
garantía para solicitar enormes préstamos a la
banca
internacional. ésta por su parte, al aumentar los precios del
energético, desarrolló una intensa campaña
de endeudamiento de los países
productores,facilitándoles el acceso a los créditos.
En la actualidad, la enorme producción de
petróleo mexicano está comprometida, por un lado
con el pago del servicio de la
deudaaexterna del país, y por el otro con la
política estadunidensea para su abasto estratégico
de energía, más que a una política
energética nacional. De esta forma, Pemex se ha convertido
en un abastecedor incondicional de petróleo para los
Estados
Unidos.
Mñs del 80% de las exportaciones de
crudo mexicano van directamente al vecino país del norte,
nación
que aumentó sus importaciones de
petróleo en mñs de 440% en 25 años
(1970c1995).
Los EUA son el mayor consumidor de
petróleo en el mundo al consumir el 25% de la
producción global y México cubre ahora el 14% de
las importaciones estadunidenses de crudo.
La extracción rápida del petróleo y
el uso de los metodos más fáciles no sólo
sacrificó grandes cantidades del recurso, que nunca
más podrá extraerse del subsuelo, sino que
promovió el uso de técnicas
que han tenido impactos desastrosos en el ambiente.
Tanto el inadecuado diseño de las obras de
infraestructura para una zona primordialmente de humedales, como
los derrames accidentales y los vertidos intencionalmente
programados, han causado un daño
ambiental devastador que Pemex se encarga por todos los medios de
negar y ocultar.
El desastre ambiental y su consecuente impacto social,
han sido los costos de las
políticas de extracción intensiva de
Pemex, empresa que se ha enfocado únicamente en el
beneficio económico.
Este beneficio debe ponerse en duda, sin embargo, o por
lo menos en su justa dimensión. Los grandes
préstamos que recibió México gracias a la
garantía que ofrecieron sus reservas de petróleo,
sólo sirvieron para incrementar la deuda externa. La
paradoja es que ahora, aun con las enormes exportaciones de
petróleo, al país no le alcanza ni para pagar el
servicio de esa deuda.
En relación con el deterioro de sus instalaciones
y los impactos ambientales de sus actividades, Pemex argumenta
que los recursos con los que cuenta para inversión, mantenimiento y cuidado
ambiental, son muy escasos ya que entrega a la Federación,
vía impuestos, la
mayor parte de sus ingresos. En realidad, Pemex ha tenido un
desprecio total por el ambiente y las comunidades locales. Basta
mencionar, por ejemplo, que de su bajo presupuesto para
asuntos ambientales, en 1991 la empresa ejerció
sólo el 47% del monto asignado a este rubro.
Como organización ambientalista internacional,
Greenpeace conoce los graves impactos ambientales y sociales
producidos por la industria petrolera trasnacional. Destacan los
de la compañía anglocholandesa Shell en Nigeria o
los de la estadunidense Texaco en Ecuador. Sin
embargo, es incomprensible que una industria nacional, como
Pemex, cause este tipo de daños en su propio país,
con el profundo desprecio que esto significa para los recursos
naturales y cientos de miles de ciudadanos mexicanos. Si las
prácticas de las empresas petroleras trasnacionales han
sido calificadas como criminales, no hay adjetivo para calificar
lo que Pemex está haciendo en el sureste del
país.
El informe La Ruta
del Petróleo que est;a en sus manos, no es más que
un pequeño muestrario de los delitos
impunes cometidos poraPemex y tiene como objetivos: que
se cumpla la ley, que se finquen responsabilidades, que se
restauren los ecosistemas dañados, que cambien las
prácticas destructivas, que Pemex no invada las
áreas naturales protegidas, que termine el saqueo del
petróleo y que este recurso energético sirva como
base para efectuar la urgente transición a las fuentes de
energía renovables del próximo milenio.
Dejarlo para después, será muy
tarde.
Tomas Santiago