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Cibernética Educativa: Nuevo enfoque metodológico para el estudio de la educación (página 2)



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I. Conceptos e ideas
básicas de la Cibernética Educativa.

La cibernética es la rama del saber que ocupa un
lugar intermedio entre las ciencias
particulares y la filosofía. En el aspecto
metodológico la cibernética juega un
importantísimo papel debido al carácter extremadamente amplio del objeto
de la filosofía, cuyos resultados son todo generales,
siendo tan abstractos que se requiere recorrer un camino muy
largo para devolver a los fenómenos y objetos sometidos a
estudio la extensa cantidad de propiedades de que se han
despojado en un proceso de
profunda abstracción. En la construcción del conocimiento
inherente a una rama específica del saber, o incluso en la
obtención de resultados interdisciplinarios,
transdisciplinarios o multidisciplinarios, se requiere con
frecuencia de sistematización, a propósito de la
cual, la cibernética ofrece recursos
metodológicos de incuestionable valor.

En el aspecto epistemológico el saber
cibernético constituye uno de los tres grandes dominios
del conocimiento humano, complementando a su vez al conocimiento
lógico y al saber conformado por el arte (ver
González, Williamson 2005).

La cibernética tiene como objeto de estudio a
aquellos sistemas que se
caracterizan por el procesamiento, almacenamiento y
transmisión de la información, estos sistemas se conocen
también como sistemas cibernéticos. Existe una
estrecha relación entre el comportamiento
de estos sistemas y los procesos de
toma de
decisiones, dado que en principio estas últimas
constituyen el resultado de procesos en que el papel
protagónico lo juega la información. Es evidente
que la toma de decisiones esta indisolublemente ligada a los
procesos de dirección, otra de las vertientes
importantes del saber cibernético.

En el aspecto cognitivo la cibernética ocupa un
lugar extremadamente importante, dado que sus métodos
abren el acceso a las propiedades integrales
(propiedades inherentes al objeto integro, pero que no se
encuentran en las partes constitutivas del mismo) de los objetos
y fenómenos sometidos a estudio. En la búsqueda de
tales propiedades juega un rol preponderante la categoría
de "sistema", dado
que el propio concepto de
sistema es inherente a la totalidad y no puede ser reducido a
ninguna de las partes. De aquí que los métodos
sistémicos y todos aquellos que se derivan de la Teoría
General de los Sistemas sean parte constitutiva del saber
cibernético.

Definición: Se entiende por
sistema, a un conjunto de elementos
interrelacionados para cumplir un fin, que los elementos por
separado no podrían cumplir.

A partir de esta definición se puede observar que
en el caso de los sistemas el todo es mayor que se suma de las
partes, a esa diferencia que se origina entre "todo" y "partes"
se le llama sinergia. También es perceptible el
hecho de que los sistemas cuentan con una parte tangible,
palpable o material constituida al menos, por el conjunto de
elementos que lo genera, contando además, con una parte
intangible o inmaterial conformada por las interrelaciones que se
establecen entre los elementos.

De la propia definición de sistema se deriva
además, que la razón de existencia del mismo es el
fin o misión que
se pretende alcanzar, a propósito del cual los elementos
se agrupan e interrelacionan constituyendo así al sistema.
De manera que el sistema debe ser capaz de combinar
eficientemente su parte tangible con su parte intangible para
alcanzar el fin que constituye su razón de
existencia.

Es natural aseverar que en la constitución del sistema la parte tangible
constituye su "contenido" como categoría
filosófica, en tanto que la parte intangible se identifica
con la "forma" correspondiente a dicho contenido. Es posible
entonces afirmar que la parte tangible del sistema es dinámica, mientras que la parte intangible
es relativamente estática.
Y que la contradicción dialéctica que se produce
entre forma y contenido, o sea entre parte tangible y parte
intangible, se revela como fuente de desarrollo de
la evolución del sistema en su movimiento
hacia el cumplimiento de su misión.

Por analogía con el concepto de cultura
formulado de manera privativa para la especie humana (se entiende
por cultura a todo el acervo material y espiritual construido por
el hombre), se
puede formular el concepto de cultura del sistema haciendo
referencia a todo el acervo material e inmaterial construido por
el sistema con el fin de alcanzar su misión.

Definición: Se llama cultura del
sistema
al todo holístico conformado por su parte
tangible, su parte intangible y las relaciones que se dan entre
éstas.

Se podrá también hacer referencia a la
cultura tangible y a la cultura intangible del sistema, en
correspondencia con su parte tangible e intangible
respectivamente. De manera que la cultura del sistema está
conformada por la cultura tangible, la cultura intangible y las
contradicciones que se establecen entre ambas culturas,
imprimiéndole estas últimas contradicciones un
carácter dinámico a la cultura del
sistema.

Definición: el conjunto de elementos que
conforman el sistema, conjuntamente con la obra material
heredada, adaptada o elaborada por éste, componen lo que
se denomina cultura tangible del
sistema
.

Definición: el conjunto de cualidades
inmateriales que dotan de identidad al
sistema, conjuntamente con la red de relaciones que se
establecen entre los elementos que lo componen, conforman a la
cultura intangible del sistema.

A cada sistema corresponde una determinada cultura y a
su vez cada cultura es privativa del sistema que la porta, de
ahí que se pueda tomar a la cultura del sistema como su
identidad, como aquello que lo distingue, que lo
diferencia de los demás sistemas, como aquello que lo
identifica.

Definición: se denomina
problema a una situación que se da en el
contexto o en el interior del propio sistema que este necesita
resolver para poder alcanzar
su misión y que requiere de transformaciones en la cultura
del mismo.

Definición: se denomina
inteligencia a la capacidad que tienen los sistemas
para resolver los problemas que
obstaculizan el cumplimiento de su misión.

Definición: se llama energía
del sistema
a la capacidad con que éste cuenta
para transformar al contexto y/o a sí mismo, en función
del cumplimiento de su misión.

Definición: se entiende por
desarrollo del sistema al movimiento que
éste describe a propósito del cumplimiento de su
misión.

Definición: Se llaman representantes
del sistema
a aquellos elementos o subsistemas que lo
conforman y que se encuentran comprometidos con el cumplimiento
de su misión.

Se puede afirmar entonces que los representantes deben
ser depositarios de la cultura del sistema, lo que revela la
existencia de ciertos mecanismos que permiten la difusión
de la cultura del sistema hacia sus representantes.

Definición: se llaman sistemas
educadores
a aquellos sistemas que transfieren su cultura
a los representantes que lo conforman.

Definición: La cibernética
educativa
es aquella rama de la cibernética que
estudia al proceso de preservación, desarrollo y
difusión de la identidad o cultura propia de los sistemas
educadores.

II. Razón de existencia de los sistemas
educadores.

Aun desconociendo la misión o finalidad que
induce la existencia del sistema, se pueden precisar algunos
aspectos que intervienen en su configuración. Por ejemplo:
cualquiera sea la misión del sistema, lo primero que
éste debe garantizar es su propia existencia, lo que es
equivalente a preservar y desarrollar su identidad, o sea su
cultura. De manera que si ésta no fuera su misión
definitiva, al menos sería parte de ella.

Según García J. D.
Cualquier sistema material es homeostático,
aunque sea brevemente, y busca mantener una estructura
específica? Mientras menor sea la entropía (grado de desorden) de un sistema,
mayor será su estabilidad y durante más tiempo
mantendrá su estructura actual? La vida busca mantener una
estructura dinámica y evolutiva, mientras la materia busca
mantener una estructura estática? La vida tiene que
mantener la estabilidad de un sistema mucho más complejo?
Mientras más compleja es la estructura de la materia, se
necesita más inteligencia
para mantener su estructura e impedir que aumente la
entropía?

El carácter trascendente del sistema respecto a
los elementos que lo conforman imprime una relativa independencia
entre el sistema y elementos a tal punto que éstos
últimos pudieran desaparecer o ser reemplazados y no por
ello dejaría de existir el sistema. O sea que los
elementos o representantes del sistema constituyen su forma
espacio ? temporal de existencia.

El comprometimiento de los elementos o representantes
del sistema con la misión del mismo se convierte entonces
en condición necesaria para que el sistema pueda cumplir
con su misión. En una primera aproximación podemos
admitir que "la misión de un sistema es preservar,
desarrollar y difundir su cultura"

Como se puede apreciar dentro de la misión del
sistema formulada, se encuentra la contradicción entre
preservar y desarrollar, resultando una cultura propia y
distintiva del sistema; esta contradicción se desarrolla
en la relación del sistema con el contexto,
manifestándose además en el proceso de
difusión, dado que se establece una contradicción
entre la cultura propia del sujeto que difunde y la cultura del
sistema hacia el cual se realiza la difusión.

Dado que los sistemas son a su vez representantes de los
más diversos suprasistemas, cada uno de los cuales cuenta
con una misión muy singular, se obtiene que la
misión integral del sistema se conforme de la síntesis
de las misiones de los suprasistemas que mas influencia ejercen
sobre el sistema en cuestión. Esta misión
sintética del sistema es altamente creativa, singular y
pone en juego a toda
la inteligencia del sistema, dado el carácter
extremadamente contradictorio, y a veces hasta excluyente, de las
misiones de los suprasistemas de los cuales el sistema en
cuestión deviene en representante.

La extraordinaria complejidad presente en el proceso de
síntesis de la misión del sistema, provoca que en
ocasiones se rebase la inteligencia con que éste cuenta,
asumiéndose entonces como misión a metas o
finalidades que en realidad son seudo misiones,
desviándose entonces las energías con que cuenta el
sistema en cuestiones que no favorecen a la preservación,
desarrollo y difusión de su identidad o
cultura.

Entre las condiciones básicas que deben cumplirse
para que el sistema este acto para alcanzar el fin o la
misión que le da sentido podemos destacar las
siguientes:

  • Condición de existencia: ante todo el
    sistema debe contar con mecanismos de procesamiento de
    información que le permitan combinar su parte tangible
    con su parte intangible (dar solución a la
    contradicción dialéctica entre forma y contenido)
    de tal manera que garantice su existencia inmediata, mediata y
    a largo plazo.
  • Condición de inteligencia: el sistema
    debe contar con la capacidad necesaria para resolver los
    problemas que sistemáticamente obstaculizan el
    cumplimiento de su misión, dado el carácter
    dinámico de las condiciones tanto internas como
    contextuales en las que se desarrolla el sistema.
  • Condición de pertenencia: dado que la
    misión del sistema no se encuentra aislada de las
    misiones de los subsistemas y suprasistemas con los cuales el
    sistema dado establece relaciones de pertenencia, se hace
    necesario que el sistema cuente con escenarios de negociación en los que participen, al
    menos, los sistemas relacionados directamente con el sistema
    referido.

III. La cultura
como identidad de los sistemas educadores.

Según el epígrafe 1: A cada sistema
corresponde una determinada cultura y a su vez cada cultura es
privativa del sistema que la porta, de ahí que se pueda
tomar a la cultura del sistema como su identidad, como
aquello que lo distingue, que lo diferencia de los demás
sistemas, como aquello que lo identifica. En ese propio
epígrafe se expresó que la cultura se puede
descomponer en cultura tangible y cultura intangible.

La cultura tangible y la cultura intangible son
categorías inherentes al sistema que se excluyen
mutuamente y se presuponen entre sí. Por otro lado se pudo
identificar a la cultura tangible con el contenido del sistema,
en tanto que se identificó a la cultura intangible con su
forma, de manera que en la relación entre cultura tangible
e intangible se advirtió una contradicción
dialéctica que pudiera interpretarse como la fuente de
desarrollo de la evolución o movimiento del sistema hacia
el cumplimiento de su misión u objetivo.

Definición: se llama
estructura de un sistema a la red de relaciones que
se establece entre los elementos que lo componen.

Como se puede observar la estructura se encuentra
incluida en la cultura intangible del sistema, o sea que la
cultura intangible del sistema está conformada por su
estructura y por el conjunto de todas sus cualidades
inmateriales, incluyendo a su inteligencia o capacidad para
resolver problemas.

Según el Principio Estructural de la Teoría General
de Sistemas (ver Academia de Ciencias URSS, 1975) Las
relaciones contenidas en la estructura de un sistema no dependen
de los elementos, sino que los determinan, pues en última
instancia, estos elementos no son otra cosa que los puntos de
interferencia de la compleja red de relaciones que conforma la
estructura.

Dicho de otra manera, la cultura en lo general y la
cultura intangible en lo particular no dependen de los
representantes del sistema, sino que más bien es la
cultura quien conforma a éstos, de manera que los
representantes del sistema son en realidad concreciones de su
cultura. Esta independencia a que se ha hecho referencia es
relativa, pues los representantes pueden aportar a las
transformaciones culturales del sistema a través de sus
interacciones con este último.

Consecuentemente con lo expuesto en este trabajo, se
puede apreciar una diferenta básica entre estructura y
cultura intangible, la red de relaciones que conforma a la
estructura induce y/o propicia el surgimiento, en el sistema, de
una determinada cualidad que lo dota de capacidad para resolver
los problemas que obstaculizan su desarrollo. Pero el hecho que
esta red de relaciones induzca y/o propicie el desarrollo de la
cultura intangible no significa que se identifique con ella. Algo
similar ocurre con la red de relaciones entre las neuronas, que
inducen la conciencia, pero
que sin embargo no se puede tomar a ésta última
como la red de relaciones entre neuronas, pues entre otras cosas
se estaría reduciendo la naturaleza de
la conciencia al aspecto biológico, negando así su
carácter psicosocial.

Según García J. D. 1991: "Nuestros
cuerpos, y por tanto nuestras mentes, están sujetos a
modificaciones por el ambiente
externo físico, biológico y psicosocial. Un
estado mental
puede producir cambios corporales. La conciencia es el
epifenómeno de la interacción autopoiética entre mente
y cerebro. El todo
sinergético que es el sistema mente-cuerpo se llama
"inteligencia".
(En el aspecto funcional la inteligencia se
percibe como capacidad de resolver problemas)

La inteligencia es un sistema mente-cuerpo. Ni la
mente ni el cuerpo solo son inteligentes. La única
propiedad
universal y común a toda inteligencia es la capacidad de
predecir y controlar el ambiente total – físico,
biológico y psicosocial. Mientras mayor sea la capacidad
para predecir y controlar, mayor es la inteligencia. La
evolución es el proceso de la inteligencia cada vez mayor
en el universo. El
único denominador común en el proceso evolutivo es
el constante incremento de la inteligencia.

La relación cibernética entre software y hardware es análoga a
la relación entre cultura intangible y cultura tangible.
En el uso de la computadora
para fines específicos el hombre
establece determinadas configuraciones o relaciones entre las
partes que componen la computadora,
hardware, logrando que esta última realice las funciones
deseadas (a esa relación especifica o configuración
del hardware se le llama software).

En el afán de satisfacer su misión los
sistemas configuran su cultura tangible de tal manera que logran
cumplir misiones o tareas que los representantes por separado no
podrían alcanzar. Si bien en el caso de la computadora
quien dispone las partes para lograr un fin determinado es la
inteligencia humana, la interrogante que surge
espontáneamente es ¿qué inteligencia se
ocupa de disponer óptimamente las partes constitutivas en
el caso de los sistemas para obtener un fin deseado?

Las culturas propias de los diferentes suprasistemas con
los que el sistema establece relaciones de pertenencia son
contradictorias entre sí. A partir de ellas el sistema
tiene que sintetizar una cultura no contradictoria en el aspecto
interno (sin ambigüedades) y externo (no contradictoria con
los suprasistemas que lo contienen). Así se llega a una
necesaria independencia relativa de los elementos respecto al
sistema.

La cultura del sistema se compone de tres estratos o
capas:

  • Un estrato general que se identifica con la cultura
    de los suprasistemas de mayor jerarquía que lo contienen
    y con los cuales éste establece relaciones de
    pertenencia.
  • Un estrato particular que comparte con los
    suprasistemas de menor jerarquía que lo contienen, con
    los que el sistema establece relaciones de
    pertenencia.
  • Un estrato singular que se identifica con la cultura
    propia elaborada por el sistema, que lo distingue, identifica y
    determina su comportamiento.

La identificación de la cultura intangible con la
"forma" del sistema indica que se puede hablar de una geometría de los sistemas. Llama la
atención el hecho de que aquellas
regularidades inherentes a los sistemas educadores en general,
estarán presentes en los diferentes niveles
jerárquicos de la cadena supersistema – sistema ?
subsistema, o sea que dichas propiedades estarán presentes
en los suprasistemas de mayor jerarquía y al mismo tiempo
en los de la menor jerarquía posible. De esta manera se
hace perceptible la presencia del todo en las partes, como
manifestación de una especie de geometría
fractal donde las principales características
estructurales del todo, se encuentran también en las
partes más profundas de la estructura. Se percibe
también presencia de la relación dirección
dirigibilidad provocada por una interpenetración entre las
actividades del sistema y los suprasistemas y subsistemas
correspondientes. O sea que la influencia de dirección del
suprasistema sobre el sistema, sólo puede ser eficiente
bajo la condición de que este actué como un fiel
representante del mismo, portador de su cultura y comprometido
con la misma.

En el plano metodológico hemos arribado a una
interesantísima contradicción:

  • Por un lado a través de la cibernética
    se buscan propiedades del todo no contenidas en las
    partes.
  • Por otro lado las regularidades básicas
    estructurales del todo, están presentes en las
    partes.

La solución a tal contradicción parece
encontrarse en la existencia de estratificaciones
sistémicas en la propia composición del sistema
sometido a estudio, no cualquier agrupación de elementos
del sistema conforma un subsistema del mismo, solo ciertas
agrupaciones de elementos, profundamente vinculados adquieren el
rango de subsistemas. De manera que el ente "sistema" desaparece
una vez que este se descompone, apareciendo de nuevo en ciertas
agrupaciones de elementos que adquieren configuración de
sistema. O sea que el sistema desaparece y vuelve a aparecer en
el nivel jerárquico inmediato inferior, esfumándose
como sistema, conjuntamente con sus propiedades en las
configuraciones transistémicas. Aquellos métodos
que ignoran a la categoría sistema, pierden la posibilidad
de encontrar aquellos puntos (sistemas) donde vuelven a aparecer
las propiedades integrales u holísticas.

IV. El movimiento de
la información hacia la cultura del
sistema.

Los sistemas educadores son a su vez sistemas
cibernéticos, o sea son sistemas que se caracterizan por
la recepción, procesamiento, almacenamiento y
transmisión de la información.

No todas las informaciones que ingresan al sistema
producen en este las mismas reacciones. Para ello el sistema
cuenta con mecanismos, que adquieren la categoría de
proceso, a través de los cuales éste evalúa,
aplica e interioriza las posibilidades de utilización de
la información que ingresa al mismo en función del
cumplimiento de la su misión.

El procesamiento de la información que accede al
sistema se puede expresar a través del siguiente
gráfico:

Fig. 1

Se pueden distinguir al menos cuatro niveles o fases de
trascendencia de la información o señal de entrada
sobre la actividad del sistema. La solución de cualquier
problema provoca crecimiento en el sistema, no obstante este
conocimiento adquirido debe aun recorrer un largo camino para
pasar a ser parte de la cultura del sistema:

  • Fase de la información en sí: esta es
    la fase en que actúan los enlaces inversos positivos y
    negativos, o sea que en esta fase el sistema asume un
    comportamiento determinado ante futuras posibles señales del mismo tipo que ingresen al
    sistema, reforzando o disminuyendo respectivamente su
    reacción con respecto a la reacción inicial. Se
    puede agregar que en esta etapa el sistema se apropia de
    ciertas informaciones o conocimientos derivados de la
    resolución de un determinado problema.
  • Fase de la información para sí: en esta
    fase el sistema toma decisiones que le permiten utilizar la
    información dada para evadir amenazas y aprovechar
    oportunidades sobre la base de sus fortalezas y debilidades
    internas, todo esto a propósito del cumplimiento de su
    misión. En esta etapa las relaciones advertidas en la
    resolución de un problema específico deben ser
    despojadas de las singularidades del problema que la indujo,
    generalizando su aplicación a otras situaciones
    similares.
  • Fase de la información sistematizada: en esta
    fase el sistema aumenta su habilidad en la utilización
    de la información adquirida para dar solución a
    los diferentes problemas susceptibles a ser resueltos con la
    misma. En esta etapa el sistema alcanza una utilización
    coherente, eficaz y armónica de la información
    adquirida.
  • Fase de la información trascendente: en este
    nivel de influencia de la señal de entrada sobre la
    actividad del sistema, éste transforma sus propios
    mecanismos de procesamiento de la información, modifica
    su cultura, describiendo un movimiento en el espacio de fases,
    o sea desarrollándose. En esta fase el sistema crece en
    el sentido de que supera algunas de sus debilidades y potencia
    fortalezas, apareciendo así las conquistas evolutivas de
    las especies. Esta es la fase en que la información
    adquirida se convierte en componente de la cultura del sistema
    y comienza a regir su comportamiento.

El movimiento del conocimiento hacia la cultura permite
al sistema aprender del contexto y adaptarse a el,
permitiéndole además, apropiarse de las culturas
pertenecientes a los suprasistemas jerárquicamente
superiores con los que establece relaciones de pertenencia e
incluso de aquellos sistemas cuyas conquistas culturales han
demostrado una mayor posibilidad para evadir amenazas, aprovechar
oportunidades, superar debilidades y/o potenciar
fortalezas.

V. El proceso de
preservación, desarrollo y difusión de la cultura
del sistema.

El proceso de preservación, desarrollo y
difusión de la cultura de los sistemas educadores
constituye el objeto de estudio de la Cibernética
Educativa, por tal proceso se entiende a una sucesión
progresiva de estados por los que va pasando la cultura
(contenido) heredado ? adaptada propia del sistema,
tomándose como método a la forma o
vía mediante la cual un estado de cultura se transforma en
el siguiente, todo esto bajo la aspiración de que la
sucesión que representa dicho proceso, converja hacia un
estado de cultura deseado llamado objetivo, en el cual a
de conservarse la identidad del sistema, adaptándolo a las
condiciones internas y contextuales prevalecientes.

En el proceso de preservación, desarrollo y
difusión de la cultura se involucran, entre otras, las
siguientes contradicciones fundamentales:

  • Homeostasis v/s entropía. (Ley de unidad y
    lucha de contrarios). Si bien la estructura vela por mantener
    el orden y la integridad del sistema, existen procesos
    paralelos que constantemente influyen sobre el sistema
    provocándole el deterioro.
  • Cultura tangible v/s cultura intangible (forma y
    contenido). (Ley de saltos cuantitativos a cualitativos y
    viceversa) El carácter dinámico de la cultura
    tangible provoca en esta cambios sistemáticos, de manera
    que cuando estos cambios rebasan una determinada medida, se
    produce una falta de correspondencia entre el nuevo contenido y
    la vieja forma, creándose una crisis en el
    sistema que induce su transformación o paso a un nuevo
    estado.
  • Preservar v/s desarrollar. (Ley de la negación
    de la negación) El sistema a de preservar lo positivo y
    transformar sus partes débiles, o sea que debe realizar
    negaciones dialécticas para pasar de un estado al
    siguiente.
  • Contradicción entre el sujeto difusor y el
    sujeto hacia el que se realiza la difusión.

Condiciones que generan la dinámica del
proceso
:

A pesar de que se han tratado con anterioridad algunas
de las contradicciones que enfrenta constantemente un sistema,
surge la interrogante de cuales son las condiciones que obligan
al sistema a la transformación permanente de cualquier
estado en que se encuentre:

  1. La cultura del sistema debe garantizarle a
    éste la supervivencia inmediata.
  2. La cultura del sistema debe garantizarle éste
    la supervivencia, al menos en un futuro mediato.
  3. La cultura del sistema debe proyectarlo a establecer
    relaciones de pertenencias significativas con los principales
    suprasistemas que lo contienen. Para ello la cultura del
    sistema debe compatibilizar con las culturas propias de los
    suprasistemas referidos. (El sistema se proyecta hacia los
    suprasistemas)
  4. La cultura del sistema debe dotar a éste de la
    inteligencia necesaria para preservar desarrollar y difundir su
    identidad.
  5. Las culturas propias de cada suprasistema con los que
    el sistema establece relaciones de pertenencia actúa
    como una fuerza
    reguladora en la evolución de la cultura de cada sistema
    que lo compone. Los suprasistemas deben evaluar las
    transformaciones producidas en la cultura del sistema producto de
    su actividad.

Si bien es cierto que los representantes del sistema
deben abrazar la misión del mismo, también es
necesario expresar que es extremadamente complicada la
elección de comportamiento adecuado por parte de un
representante, esto se debe, entre otras cosas, al
carácter contradictorio de las culturas pertenecientes a
los diferentes suprasistemas con los que el sistema establece
relaciones de pertenencia. El comportamiento que favorece el
cumplimiento de la misión de alguno de los suprasistemas
no tiene obligatoriamente que favorecer a las misiones de los
restantes suprasistemas. Por otro lado, se hace muy
difícil desentrañar los propósitos reales
perseguidos por el sistema en general y por su inteligencia en lo
particular. Esta última ha mostrado capacidad para
elaborar estrategias con
un elevado nivel de complejidad que frecuentemente rebasan los
límites
de la inteligencia humana. El hombre ha tenido que admitir que la
naturaleza con frecuencia actúa como un contrincante en un
juego, de manera que debe tomar decisiones sin conocer con
certeza el plan que persigue
el contrario, de ahí que se haya elaborado toda una
teoría, Teoría de
Juegos , que oriente el hombre a tomar decisiones en
condiciones de alta incertidumbre.

Encontrar el camino correcto, o sea el camino que
favorezca al cumplimiento de las misiones de los suprasistemas
que representamos es complicado en extremo. Los sistemas
educadores enfrentan esta situación contando con los
recursos derivados de cultura intangible tanto propia como las
pertenecientes a los suprasistemas que lo contienen como
representante. Con frecuencia ocurre que comportamientos
aparentemente correctos según el razonamiento humano
resultan ser, a largo plazo, adversos para la causa del
sistema.

En otras ocasiones el sistema exhibe comportamientos
inexplicables para la razón humana, dado que se le hace
imposible descifrar el plan
estratégico elaborado por el sistema para dar
solución a algún problema específico y por
consiguiente se hace, en principio, imposible descifrar los
momentos tácticos manifiestos en el comportamiento del
sistema.

Incluso en los sistemas conformados por el hombre es muy
complicado entender el por qué en muchas ocasiones
personas buenas son mal retribuidas por el sistema, o mejor
dicho, por la "suerte" en tanto que ésta favorece a otras
personas que aparentemente no se lo merecen.

VI. Geometría
de los sistemas educadores. Las configuraciones.

Para llevar a cabo su misión general de
preservar, desarrollar y difundir la cultura o identidad, el
sistema ha de subdividir estratégicamente a dicha
misión en submisiones tácticas que viabilicen la
consecución de la misma. Estas submisiones deben ser lo
suficientemente abarcadoras como para conservar en ellas, de
alguna manera, las cualidades integrales que conforman la
misión general del sistema, o sea que contengan en alguna
medida las contradicciones tanto endógenas como
exógenas que rigen a la citada misión general. Se
esta haciendo alusión a las contradicciones entre cultura
tangible y cultura intangible, entre preservar y desarrollar,
entre fuerzas homeostáticas y fuerzas entrópicas
que actúan sobre el sistema, etc.

El carácter táctico, y por consiguiente
más específico, de las submisiones induce al
sistema a adquirir determinadas configuraciones a
propósito de poder alcanzar o cumplir a cada
submisión.

Definición: Se llama
configuración de un sistema a la manera o
forma en que este dispone su cultura tangible y su cultura
intangible para alcanzar una submisión
específica.

En la consecución práctica de las
submisiones surgen inexorablemente una serie de obstáculos
que sólo un sistema inteligente podría superar,
estos obstáculos se convierten en problemas a los cuales
el sistema antepone su carácter inteligente y resuelve
utilizando su energía. Los problemas que enfrenta el
sistema ponen a prueba su capacidad de subsistencia y representan
retos y oportunidades de desarrollo para el sistema.

El sistema enfrenta los problemas a través de sus
representantes (su forma espacio ? temporal de existencia), en
dicho enfrentamiento estos últimos están obligados
a transformar su cultura enriqueciéndola. El
carácter integrativo propio del sistema propicia que esas
conquistas cultural generen transformaciones en todo el sistema
(acto de difusión cultural), lo que permite que las
conquistas culturales de algunos de los subsistemas
representantes de un sistema puedan convertirse en conquistas
culturales de todo el sistema.

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