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Dependencia a la marihuana (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Partes: 1, , 3

Pautas para el diagnóstico

La identificación de la sustancia psicotropa
involucrada, que puede hacerse mediante los datos
proporcionados por el propio individuo, de
los análisis objetivos de
muestras de orina, sangre, etc., o
de cualquier otra fuente (muestras de sustancias en las
pertenencias del enfermo, síntomas y signos
clínicos o información proporcionada por
terceros).

Muchos de los que consumen sustancias psicotropas no se
limitan a una sola. No obstante, la clasificación
diagnóstica del trastorno debe hacerse, cuando sea
posible, de acuerdo con las sustancias (o de la clase de
sustancias) consumidas más importantes. Por ello, en caso
de duda, hay que tener en cuenta la sustancia o el tipo de
sustancia que causa el trastorno presente en el momento y aquella
que se consume con más frecuencia, en especial cuando se
trata de un consumo
continuo o cotidiano.

Únicamente en los casos en los que el consumo es
errático e indiscriminado o en los que se recurre a una
mezcla inseparable de diferentes sustancias, debería
codificarse en F19, trastornos mentales y del comportamiento
debidos al consumo de múltiples sustancias psicotropas o
de otras sustancias psicotropas. Si se hubiera identificado el
consumo de varias sustancias concretas, todas ellas deben ser
codificadas.

El uso patológico de otras sustancias no
psicotropas como laxantes, aspirinas, etc., debe codificarse de
acuerdo con F55, abuso de sustancias que no crean dependencia
(con un cuarto carácter para especificar el tipo de
sustancia consumida).

Los casos en los que los trastornos mentales
(particularmente delirium en la edad avanzada) sean debidos a
sustancias psicotropas, pero sin la presencia de uno de los
trastornos incluidos en este capitulo (por ejemplo uso
perjudicial o síndrome de dependencia) deberían
codificarse en F00-F09. Cuando un cuadro de delirium se superpone
a uno de los trastornos incluidos en esta sección
debería codificarse mediante F1x.3 ó
F1x.4.

Cuando hablamos de dependencia, nos referimos a un
conjunto de síntomas, según el CIE-10, es un
síndrome que presenta diferentes características,
en este caso necesitamos considerar dicho síndrome, desde
el momento en que categorizamos este vicio, como
dependencia.

F1x.2
Síndrome de dependencia (definición al
principio).

Pautas para el diagnóstico

El diagnóstico de dependencia sólo debe
hacerse si durante en algún momento en los doce meses
previos o de un modo continuo han estado
presentes tres o más de los rasgos siguientes:
a) Deseo intenso o vivencia de una compulsión a
consumir una sustancia.
b) Disminución de la capacidad para controlar el
consumo de una sustancia o alcohol, unas
veces para controlar el comienzo del consumo y otras para
poder
terminarlo para controlar la cantidad consumida.
c) Síntomas somáticos de un síndrome
de abstinencia (ver F1x.3, F1x.4) cuando el consumo de la
sustancia se reduzca o cese, cuando se confirme por: el
síndrome de abstinencia característico de la
sustancia; o el consumo de la misma sustancia (o de otra muy
próxima) con la intención de aliviar o evitar los
síntomas de abstinencia.
d) Tolerancia, de
tal manera que se requiere un aumento progresivo de la dosis de
la sustancia para conseguir los mismos efectos que originalmente
producían dosis más bajas (son ejemplos claros los
de la dependencia al alcohol y a los opiáceos, en las que
hay individuos que pueden llegar a ingerir dosis suficientes para
incapacitar o provocar la muerte a
personas en las que no está presente una tolerancia).
e) Abandono progresivo de otras fuentes de
placer o diversiones, a causa del consumo de la sustancia,
aumento del tiempo
necesario para obtener o ingerir la sustancia o para recuperarse
de sus efectos.
f) Persistencia en el consumo de la sustancia a pesar de
sus evidentes consecuencias perjudiciales, tal y como
daños hepáticos por consumo excesivo de alcohol,
estados de ánimo depresivos consecutivos a períodos
de consumo elevado de una sustancia o deterioro cognitivo
secundario al consumo de la sustancia.

Una característica esencial del síndrome
de dependencia es que deben estar presentes el consumo de una
sustancia o el deseo de consumirla. La conciencia
subjetiva de la compulsión al consumo suele presentarse
cuando se intenta frenar o controlar el consumo de la sustancia.
Este requisito diagnóstico excluye a los enfermos
quirúrgicos que reciben opiáceos para alivio del
dolor y que pueden presentar síntomas de un estado de
abstinencia a opiáceos cuando no se les proporciona la
sustancia, pero que no tienen deseo de continuar tomando la
misma.

El síndrome de dependencia puede presentarse a
una sustancia específica (por ejemplo, tabaco y
diazepam), para una clase de sustancias (por ejemplo,
opiáceos) o para un espectro más amplio de
sustancias diferentes (como en el caso de los individuos que
sienten la compulsión a consumir por lo general cualquier
tipo de sustancias disponibles y en los que se presentan
inquietud, agitación o síntomas somáticos de
un estado de abstinencia, al verse privados de las
sustancias).
Incluye:
Alcoholismo
crónico.
Dipsomanía.
Adición a fármacos.

El diagnóstico de síndrome de dependencia
se puede especificar mas con los siguientes códigos de
cinco caracteres:
F1x.20 En la actualidad en abstinencia.
F1 x.21 En la actualidad en abstinencia en un medio protegido
(hospital, comunidad
terapéutica, prisión, etc.).
F1x.22 En la actualidad en un régimen clínico de
mantenimiento
o sustitución supervisado (por ejemplo, con metadona, con
chicles o parches de nicotina) (dependencia controlada).
F1x.23 En la actualidad en abstinencia con tratamiento con
sustancias aversivas o bloqueantes (por ejemplo, disulfiram o
naltrexona).
F1x.24 Con consumo actual de la sustancia (dependencia
activa).
F1x.25 Con consumo continuo.
F1x.26 Con consumo episódico (dipsomanía).
Aunque según la clasificación estas
categorías corresponden a otro trastorno, es necesario que
lo retomemos y lo utilicemos en este trabajo,
porque si bien es cierto, son otras categorías de
trastornos, estos tienen que ver entre si, es una cadena, un
trastorno lleva al otro, por ello retomamos el síndrome de
abstinencia con delirium.

F1x.4 Síndrome de abstinencia con
delirium

Trastorno en el que un síndrome de abstinencia
(ver F1x.3) se complica con un delirium (ver las pautas de
F05.-).

Los síntomas prodrómicos típicos
son insomnio, temblores y miedo. A veces el comienzo está
precedido por convulsiones de abstinencia. La tríada
clásica de síntomas consiste en obnubilación
de la conciencia y estado confusional, alucinaciones e ilusiones
vividas en cualquier modalidad sensorial y temblor intenso.
Pueden aparecer también ideas delirantes,
agitación, insomnio, inversión del ciclo sueño-vigilia y
síntomas de excitación del sistema nervioso
vegetativo.

Excluye: Delirium no inducido por alcohol u otras
sustancias psicotropas (F05.-).

El diagnóstico de síndrome de abstinencia
con delirium puede concretarse más con cinco
caracteres:
F1x.40Sin,convulsiones.
F1x.41 Con convulsiones.

No vamos a continuar con las otras categorías,
porque el trabajo se
centra sólo en las primeras categorías, incluso las
categorías antes citadas son muy debatidas, por ejemplo,
no se ha visto que una persona
dependiente al Cannabis, haya convulsionado, o incluso el
delirium es muy cuestionado, sin embrago, estos sólo son
algunos síntomas, habría que considerar los
demás, porque la dependencia es claro que si existe, y
también el síndrome de abstinencia.

ETIOLOGÍA.

Factores genéticos.

Hay toda una discusión respecto a si es o no
genético el problema de la dependencia al Cannabis,
algunos sostienen que no es así, a continuación
explicaremos un estudio que muestra lo
contrario:

Las sensaciones agradables o desagradables que
experimenta una persona al fumar marihuana
están fuertemente condicionadas por su herencia genética,
según indica un nuevo estudio patrocinado por el Instituto
Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA)
de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos de
América. El estudio se basó en el
análisis de datos sobre más de 8 000 pares de
gemelos varones del Registro de
Gemelos de la Era de Vietnam. De ellos, 352 pares de gemelos
idénticos y 255 de gemelos fraternos declararon que
habían usado marihuana más de cinco veces. Los
doctores Michael Lyons, Ming Tsuang y colegas de la Escuela de
Medicina de la
Universidad de
Harvard compararon las respuestas de los gemelos idénticos
y las de los fraternos a una serie de preguntas detalladas y
confidenciales sobre cómo se sentían después
de fumar marihuana y si habían experimentado alguna de 23
posibles reacciones que iban desde confusión y paranoia
(reacciones negativas) hasta sensaciones muy agradables. Como era
de esperar, los que tenían sensaciones agradables usaron
la marihuana con mayor frecuencia que los demás. Las
experiencias descritas por los gemelos idénticos fueron
muy similares, pero no así las de los gemelos fraternos.
Como es bien sabido, los gemelos idénticos o
monocigóticos comparten todos sus genes, mientras que los
fraternos solo comparten alrededor de la mitad de los
genes.

Los resultados del estudio sugieren que los genes
predisponen la fisiología individual de forma que
determina las sensaciones que produce la marihuana. Si bien no se
identificaron los genes específicos que determinan esas
sensaciones, hay razones para creer que son los que intervienen
en el sistema de
recompensas del cerebro. Por otra
parte, de ello podría desprenderse también una
hipótesis similar sobre el uso de otras
sustancias adictivas, como el alcohol y la cocaína.

También tuvieron un efecto importante ciertos
factores ambientales, como la facilidad de conseguir la
marihuana, expectativas en cuanto a los efectos de la droga,
influencias de amigos y contactos, y otros factores que son
diferentes aun en el caso de gemelos idénticos. Se
determinó además que el ambiente
compartido o familiar antes de los 18 años no tenía
influencia detectable en la respuesta a la marihuana. Si se
consideran las influencias genéticas y ambientales en
conjunto, los resultados sugieren que, si bien los factores
sociales son importantes, las diferencias individuales asociadas
con factores genéticos quizá en el sistema
de recompensas del cerebro influyen en la decisión
de continuar o no el uso de marihuana. Es decir, los factores
ambientales llevan al individuo a experimentar con la droga, pero
la herencia genética determina si continúa
usándola o no.

Alan I. Leshner, Director del NIDA, declaró que
el haber descifrado el vínculo entre los factores
genéticos y las sensaciones de alguien que consume
marihuana abre vías importantes para prevenir el abuso e
investigar tratamientos. Quizá aun más importante,
los resultados arrojan luz sobre el
consumo de drogas y la adicción no solo como problemas
sociales, sino también como cuestiones de salud
afectadas por la situación biológica de cada
individuo. (Este es un comunicado de prensa, sacado de
página
Web https://www.monografias.com.htm
2004)

FACTORES
NEURO-QUÍMICOS.

Estos factores están ligados a los
genéticos, porque se describe la influencia en los
neurotransmisores, pero lo que determinará la
adicción será la predisposición
genética, es decir, por consumir la sustancia
existirán alteraciones neuroquímicas, pero no todos
los que la consuman y tengan estas alteraciones se
convertirán en adictos (Glascote. Sussex. Jaffe. Ball y
Bill, 1975)

Sin embargo es necesario tomar en cuenta los efectos que
producen en el SNC el consumo de Marihuana:

Si se fuma, los efectos de la marihuana comienzan apenas
entra la droga al cerebro y duran de 1 a 3 horas. Si la marihuana
se ingiere en un alimento o bebida, el inicio de los efectos a
corto plazo es más lento, generalmente comenzando entre
media hora y una hora después, y los mismos duran
más, hasta 4 horas. Si se fuma la marihuana, se deposita
mucho más THC en la sangre que al comerla o beberla.
A los pocos minutos de inhalar el humo de la marihuana, el
corazón
comienza a latir más rápido, los pasajes
bronquiales se relajan y se ensanchan, y los vasos
sanguíneos en los ojos se dilatan, haciendo que los ojos
se vean rojos. El corazón, que normalmente late de 70 a 80
latidos por minuto, puede aumentar su ritmo en unos 20 a 50
latidos por minuto o, en algunos casos, hasta puede
duplicarse.

Este efecto puede ser mayor si se usan otras drogas con
la marihuana.
Cuando el THC llega al cerebro, el usuario se siente
eufórico o "entra en onda" (estar "high"), porque
ésta actúa sobre el sistema de gratificación
cerebral, es decir, las áreas del cerebro que responden a
estímulos como la comida y la bebida, así como a la
mayoría de las drogas de
abuso. El THC activa el sistema de gratificación de igual
manera que lo hacen casi todas las drogas, es decir, estimulando
las células
cerebrales para que liberen una sustancia química llamada
dopamina.
El usuario de marihuana puede experimentar sensaciones
placenteras, los colores y sonidos
le parecen más intensos, y el tiempo le parece transcurrir
muy lentamente. Siente la boca seca y repentinamente tiene mucha
hambre o mucha sed. También le pueden temblar las manos y
las puede sentir frías.

La euforia pasa después de un tiempo y entonces
el usuario puede sentir sueño o depresión.
A veces, el uso de marihuana produce ansiedad, temor,
desconfianza o pánico.

(pagina web:
nida.nih.gov/ResearchReports/Marihuana/marihuana3.html
)

Acción serotonérgica. – Existen
evidencias
dela interacción de cannabinoides con receptores
de serotonina. Los primeros son canales iónicos y
están involucrados en emoción, dolor y emesis. En
neuronas del ganglio nodoso, la anandamida, inhiben las
corrientes inducidas por serotonina, corrientes que son
bloqueadas por el antagonista. Los ligandos cannabinoides,
anandamida y no afectan la unión del agonista al receptor
pero modifican la unión de serotonina de un modo
dependiente de dosis. Esto indica que actúan de modo
alostérico en algún sitio modulador de 5-HT3
(Gabriel Nahas, 1976).

La marihuana es una droga depresora del Sistema Nervioso
Central, tiene decenas de elementos psicoactivos, el
más potente el THC (tetrahidrocannabinol), que tiene su
propio receptor en el cerebro.

El THC es soluble en grasa, por lo que dura alrededor de
1 mes en el organismo, al ser fumado pasa a la sangre y es
transportado rápidamente al hígado, pulmones y los
tejidos
grasos, como el cerebro. El THC , o
delta-9-tetra-hydro-cannabinol, tiene un receptor
específico en el cerebro que facilita su
asimilación. Existe en el cuerpo humano
una sustancia similar al THC, la anandamida cuyas utilidades se
desconocen, pero el THC se queda durante semanas en el cerebro
humano dificultando las sinopsis en determinados lugares
cerebrales. Su eliminación variará de cada persona
(pagina Web.
Psiquiatría.com)

La acumulación de THC en las neuronas entorpece
la memoria del
cerebro, provoca grandes deficits de memoria a corto
plazo, disminuye la capacidad de aprendizaje y de
concentración, letargo, paranoias y problemas de
locomoción. El THC podría generar problemas
psiquiátricos en aquellos usuarios crónicos con una
condición esquizofrénica pre-existente, pueden
despertar la locura. (Gabriel Nahas, 1976)

A continuación observaremos un cuadro donde se
específica los efectos de la marihuana.

Los efectos de
la marihuana en el cerebro

Cuando se fuma marihuana, su ingrediente
activo, el THC, viaja por el cuerpo incluyendo al cerebro
para producir sus efectos diversos. El THC se adhiere a
sitios llamados receptores de cannabinoides ubicados en
las células nerviosas del cerebro, afectando la
manera en que éstas funcionan. Hay abundancia de
receptores de cannabinoides en las partes del cerebro que
regulan el movimiento, la coordinación, el
aprendizaje, la memoria y las funciones cognitivas superiores, como el
juicio y el placer.

Regiones del cerebro en que
los receptores de cannabinoides son
abundantes

Región del cerebro

Funciones asociadas con esa
región

Cerebelo

Coordinación de los movimientos
corporales

Hipocampo

Aprendizaje y memoria

Corteza cerebral, especialmente las
regiones cingulada, frontal y parietal

Funciones cognoscitivas superiores

Núcleo accumbens

Gratificación

Ganglios basales
– Sustancia negra reticulada
– Núcleo entopeduncular
– Globo pálido (globus pallidus)
– Putamen

Control del movimiento

Regiones del cerebro en donde
hay una concentración
moderada de los receptores de
cannabinoides

Región del cerebro

Funciones asociadas con esa
región

Hipotálamo

Funciones de disposición corporal
(regulación de la temperatura, equilibrio de la sal y el
agua, función reproductiva)

Amígdala cerebral

Respuesta emocional, miedo

Médula espinal

Sensaciones periféricas, incluyendo el
dolor

Tallo del cerebro

Dormir y despertar, regulación de la
temperatura, control motor

Sustancia gris central

Analgesia

Núcleo del tracto solitario

Sensación visceral, náusea y vómito

Cuadro tomado de pagina web:
Organización Panamericana de la Salud
(2006)

FACTORES PSICO-BIOLÓGICOS.

La literatura nos muestra
ciertas categorías que se deben considerar, porque, a lo
que se le llama psicológico, se debe revisar, hasta que
punto los análisis psiquiátricos nos dan ciertas
referencias para encontrar el límite entre lo
biológico y lo psicológico, es decir, los factores
psicológicos también pueden tener una base
biológica, por ejemplo la depresión, o la ansiedad.
En este sentido es preferible, llamarle emociones, a lo
que la literatura tradicional llama factores psicológicos,
y de ahí, hacer una valoración de otras
categorías, a las que le podemos llamar factores
subjetivos.

Entre las corrientes descriptivas del fenómenos,
y algunas explicativas, que abordan la dependencia a la
marihuana, tenemos: el enfoque ecológico-ambiental, el
psicodinámico, teorías
de la
personalidad, del aprendizaje, el enfoque cognitivo
conductual.

LAS
EMOCIONES.

En el apartado de el factor genético,
encontramos, que el estudio realizado, se basó en la
experiencia agradable y desagradable en relación al efecto
de la droga, ahora, esta experiencia, tiene también una
explicación en este apartado, porque sentir agradable algo
o no agradable, depende de las emociones que experimenta, por
qué algunos tiene un efecto de paranoia y otros de
felicidad.

Las emociones y los afectos no son la misma cosa. Las
emociones son eventos que
ocurren cuando hay estímulos externos, se pueden expresar
en los diferentes sistemas
biológicos es también la respuesta a una amenaza, y
dura poco tiempo (mientras dura la amenaza), sin embargo, cuando
no hay amenaza pero existe una emoción, entonces ya es un
indicador de anormalidad; así como también cuando
la emoción se prolonga durante mucho tiempo.

El miedo por ejemplo es una emoción, muchos
sienten miedo bajo los efectos del Cannabis, y puede ser evidente
en el sistema biológico cardiovascular, de manera que la
emoción tiene varios componentes, el biológico, el
psicológico aquí podríamos hablar del
componente cognoscitivo y del subjetivo, en el que podemos
considerar la interpretación de los estímulos
externos.

El esquema de lo que ocurre en una emoción lo
podríamos esquematizar de la siguiente manera:

Los eventos que ocurren en una
emoción.

(cuadro tomado de la clase de Bases
Biológicas II, 2004)

Hay muchos estudios correlacionales de la
situación emocional, y la drogodependencia,
particularmente se hará referencia a emociones que se dan
en el trastorno depresivo, tomando en cuenta que la
depresión no es un estado meramente psicológico,
hay otros criterios para determinar, que es una enfermedad, con
daños en el funcionamiento cerebral, y los criterios en
los que nos basamos, es el CIE-10.

En una revista de
salud
pública, se publicó un estudio realizado con
población colombiana, en el que se
relacionó la depresión, con muchas variables,
entre ellas la dependencia a los psicoactivos:

"Para el tamizaje de la depresión se aplicaron
los criterios de la 10.ª edición
de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) (19) y
del Manual
Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales en
su 4.ª revisión (DSM-IV), y se utilizó una
versión modificada de la sección E de la Entrevista
Diagnóstica Compuesta Internacional v. 2.1 (CIDI-2.1)
elaborada por la OMS. Este modelo permite
diagnosticar los episodios depresivos en los últimos 12
meses y en los últimos 30 días y clasificarlos como
leves, moderados o graves, según el tipo y la gravedad de
los síntomas (1921) (
cuadro
1
). También se tomaron en cuenta la
depresión breve recurrente (4, 21) y la depresión
subclínica (19, 20). La dependencia del alcohol se
evaluó mediante la CIDI modificada, basada igualmente en
los criterios diagnósticos de la CIE-10, y se
preguntó acerca del uso de sustancias
psicoactivas"
(Revista panamericana de salud
pública. 2004).

En la investigación se tomó en cuenta la
asociación de la depresión, con factores como
enfermedades mentales concomitantes, el estudio al final
mostró que un 56,3 % de las personas entre los 15 y 54
años de edad que habían sufrido depresión en
los últimos 30 días, estaban afectadas
simultáneamente por alguna otra enfermedad mental,
especialmente ansiedad y los trastornos por el abuso o la
dependencia de sustancias adictivas. En el estudio se
confirmó que las personas con síndrome de
dependencia del alcohol y las que consumen marihuana presentan un
mayor riesgo relativo
de sufrir episodios relativos.

Este estudio nos está indicando una alta
correlación entre el síndrome de dependencia, y
otros trastornos, como la depresión y la ansiedad, por lo
tanto de aquí nos podríamos hacer la pregunta:
¿qué es primero, la depresión o el
síndrome de dependencia a la sustancia?.

En este trabajo nos vamos a orientar por la tesis, de
enfermedad pre-condicionante, es decir, primero se sufre
depresión, y luego para buscar un alivio a la enfermedad,
se busca las drogas, el criterio que nos puede orientar, es la
misma clasificación de la enfermedad, según el
CIE-10, vemos que también tiene un precondicionante en el
código
genético.

Normalmente el uso de drogas suele estar precedido por
algún tipo de malestar emocional, como expresaron Shelder
y Block (1999) que encontraron en un estudio realizado con
jóvenes norteamericanos consumidores de diferentes
sustancias que se habían caracterizado en la infancia por
tener problemas de tipo emocional. Los datos señalan que
un temperamento difícil que incluía frecuentes
estados de animo negativos y aislamiento social contribuía
de forma determinante al inicio y mantenimiento del consumo de
drogas (Monografías.2005. Pag. Web)

Como se puede apreciar, las emociones juegan un papel
importante, y debe considerarse un factor etiológico,
cuando hablamos de depresión, no hablamos de
emoción, sino de un trastorno, pero al hablar de este
trastorno, nos metemos en el tema de las emociones, y el criterio
para optar por esta tesis es un criterio estadístico. Sin
embargo al analizar las variables estadísticas, nos metemos en otro factor
etiológico:

EL
AMBIENTE-CULTURA.

"La proporción de casos con depresión
grave fue mayor en mujeres que en hombres, tanto en el
último mes (29,2% frente a 19,6%, respectivamente; P <
0,001) como en los 12 meses previos (28,1% frente a 19,1%,
respectivamente; P < 0,001). La proporción de personas
con síntomas depresivos subclínicos aumentó
con la edad y fue de 1,13% (IC95%: 1,0 a 2,6) en el grupo de 18 a
30 años, de 1,38% (IC95%: 0,9 a 2,0) en el grupo de 30 a
45 años, de 1,66% (IC95%: 1,0 a 2,6) en el de 45 a 60
años y de 2,07% (IC95%: 1,2 a 3,3) en los mayores de 60
años".
(Revista panamericana de salud pública.
2004)

Los datos nos demuestran, la prevalencia de
depresión según el sexo en un
período de 12 meses encontrada en el presente estudio
coincide con la proyección elaborada para el año
2000 por el estudio GBD. Por lo general, la prevalencia de
depresión en mujeres es mayor que en hombres, con una
razón de hombre a
mujer entre 1,5:1
y 2:1, en dependencia del estudio (4—5, 7—13,
15—17, 26). En la presente investigación, esta
razón se elevó a 2:1 y se confirmó la
asociación significativa entre la depresión y el
sexo femenino.

Estos datos por si mismos no nos explican la premisa que
nosotros tomamos aquí, que la depresión es antes
que la drogodependencia, sin embargo podemos respondernos esto
con otra pregunta, ¿por qué más mujeres?
Esto no se explica por razones genéticas, seguramente nos
lo puede explicar la situación ambiental, el rol social. Y
para ello habría que revisar que se entiende por los roles
sociales, por ejemplo el rol del hombre y el de la mujer, el rol
del hombre esta muy influenciado por el machismo (Papalia, 1993)
, y el machismo tiene mucho que ver en la estigmatización
de ciertas enfermedades, como la depresión, se cree que
estar triste, sentir deseos de llorar, etc. es una
situación sólo de mujeres, entonces hay una
abstracción por medio del sentido común en una
cultura machista y se construye una forma de ver la realidad, se
cree entonces que los síntomas depresivos es cosa de
mujeres, los hombres por ello buscan otro refugio y tratan de
autocurarse, con la ayuda de la droga, por esta razón, el
estudio muestras una alta relación entre drogodependencia
y sexo masculino.

Pero el hombre no
piensa eso por el simple hecho de ser hombre, hay una construcción histórica y un marco
ideológico que determina la actitud, las
creencia, lo que se piensa, se siente y se hace (Baró
2001). El sentimiento de indefensa por ejemplo, creer que no se
puede hacer nada frente a la dura realidad, a lo que Baró
le llamó el fatalismo, y un claro ejemplo, es el
movimiento Hippie, que surge en los años 60 en los EEUU,
tenían una influencia claramente religiosa, al menos en
términos filosóficos, proveniente de la
filosofía hindú, reprochaban la guerra que sus
gobernantes hacían a otros pueblos y su lema: "sexo,
drogas y Rock and Roll"
(Papalia, 1993), no era más que el reflejo de una actitud
conformista, porque protestaban pero su forma de protestar era a
la vez una forma de resignación, porque no buscaban
cambiar la realidad lo que hacían era cambiar su mundo por
medio del consumo de drogas se abstraían de donde
vivían y construían un mundo hiperuranio, que no
existía, solo en las mentes de ellos, afectadas por las
drogas.

Este punto nos hace entrar en otro factor
etiológico:

EL SISTEMA
ECONÓMICO-POLÍTICO.

Martín Baró analizó, ciertos
comportamientos, desde la psicología de clase.
Una categoría que para mi juicio estaba muy influenciada
por las ciencias
sociales de aquella época, como la influencia de
Webber. Sin embargo el problema de esa categoría es que en
el fondo se reduce una forma de ver la realidad, muy influenciada
por la economía como factor predominante, y
concretamente hacemos referencia al modo de producción, en el modo de producción
se diferencian claramente dos clases antagónicas, y estas
clases tendrán sus comportamientos que estarán
determinados por una realidad material, sobre todo el lugar que
ocupa en la cadena productiva, este análisis no hay que
dejarlo, es necesario tomarlo en cuenta, pero no tomarlo como un
todo para explicar ciertos fenómenos y sobre todo el de la
drogodependencia.

Cuando hacemos referencia a la categoría
"SISTEMA" , no estamos hablando de un gobierno en
específico, nos estamos refiriendo a la categoría
que el filosofo Wallerstein utiliza: "SISTEMA MUNDO", esta
categoría hace referencia a una predominancia en el mundo
una predominancia de cultura, de moneda, mercado, poder
militar, medios de
comunicación etc. Y esta predominancia hace que exista
cierta superioridad ontológica en el ser humano, y por lo
tanto diferencias bien grandes, no es casual ver la diferencia
entre los países del norte y el sur.

Partiendo de esa categoría podríamos tomar
de referencia a otros autores, como Franz Hinkelamert, quien
critica al Estado de
Derecho, entendiendo la categoría de sistema, para
él, lo fáctico nos indica que hay mas que un Estado
de Derecho, un "ESTADO DE MERCADO" en donde lo que predomina no
es el interés
por solventar las necesidades del ser humano, sino la de
solventar las necesidades de las empresas que
tienen el control, por eso para este autor, muchos gobiernos, no
buscan gobernar para conseguir el bien común, sino que lo
hacen para buscar la eficacia de las
empresas, en este sentido, muchos gobernantes sólo reciben
ordenes de la
empresa.

Este es un factor muy importante, la categoría
sistema, es la que nos puede explicar la exclusión
social, la marginación el descuido, y una persona en
condiciones muy negativas, es más fácil que caiga
en las drogas, porque los estresores externos pueden llevar a
niveles grandes de desesperación, para explicarnos esto
basta hacer referencia al concepto de
salud mental en
Martín Baró (1990) decía, la salud mental no
constituye fundamentalmente un estado psicológico interno
cuanto un reflejo de las relaciones sociales mediatizadas en un
contexto histórico específico.

Es decir, la convivencia humana en Baró es
fundamental, por eso escribía también sobre la
necesidad de la reconstrucción del tejido social, en un
momento histórico. Para nosotros eso implica hacer una
nueva lectura de la
realidad-histórica actual, y la prevalencia del mercado
sobre el ser humano es un signo muy claro, que ha destruido la
convivencia social, ahora bien es necesario dejar claro la
categoría aquí empleada, porque no estamos hablando
de clases
sociales, pueden haber drogadictos en una u otra clase, lo
que aquí refutamos es la categoría "SISTEMA" y
allí se ven afectadas las dos clases sociales y los
estratos en general.

Por ejemplo, en nuestro país, se han realizado
estudios sobre la violencia, y
se ha llegado a la conclusión, que uno de los factores
fundamentales, que explican los niveles de violencia, es el uso
de armas, la
pregunta es, si esa es la conclusión ¿por
qué no se desarma a la población? Pareciera
sencilla la solución, sin embargo no lo es, porque surge
la otra pregunta ¿quiénes se benefician con la
venta de armas?,
eso no lo sabemos aquí, pero sería adecuado
realizar una investigación sobre ese tema, en todo caso se
menciona para explicar la orientación del mercado, y vemos
que esta realidad afecta tanto al pobre como a la clase
pudiente.

En conclusión si hay exclusión, en la que
se excluye a la persona por darle realce a la mercancía,
no hay salud mental, este fenómenos difícilmente se
podrá evitar.

El apartado anterior es una teorización general
de la situación en el SISTEMA, pero puede quedarse muy en
abstracto, es necesario concretar lo que se da en las relaciones
sociales cotidianas que son parte del sistema, a lo que Lacan le
llama la relación con los otros generalizados, y que
comienzan con las relaciones primarias, es decir en la
familia.

La familia no debe
abstraerse del sistema, ésta es el producto y en
ella hay ciertos códigos, ciertas normas de
convivencia, que muchas veces no son favorables para evitar la
drogodependencia, como por ejemplo el aprendizaje vicario (II
Congreso Mundial Vasco. (autores no definidos), 1988).

Al tener el joven, o la persona potencialmente adicta,
una familia no-estable, pueden existir desplazamientos, y buscar
otros grupos a ese
factor le podemos llamar:

Partes: 1, 2, 3

Partes: 1, 2, 3
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