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Literatura Griega (página 3)



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    • Los Persas 472
      adC
    • Los siete contra Tebas 467 adC
    • Los suplicantes 463
      adC
    • La Orestíada
      458 adC que comprende:
      • Agamenón
      • Las
        Coéforas
      • Las
        Euménides
    • Prometeo encadenado (autoría en
      discusión)

    Sófocles

    1. Vida

    (Colona, hoy parte de Atenas, actual Grecia,
    495 a.C.-Atenas, 406 a.C.) Poeta trágico griego.
    Hijo de un rico armero llamado Sofilo, a los
    dieciséis años fue elegido director del coro
    de muchachos para celebrar la victoria de Salamina. En el
    468 a.C. se dio a conocer como autor trágico al
    vencer a Esquilo en el concurso teatral que se celebraba
    anualmente en Atenas durante las fiestas
    dionisíacas, cuyo dominador en los años
    precedentes había sido Esquilo.

    Comenzó así una carrera literaria
    sin parangón: Sófocles llegó a
    escribir hasta 123 tragedias para los festivales, en los
    que se adjudicó, se estima, 24 victorias, frente a
    las 13 que había logrado Esquilo. Se
    convirtió en una figura importante en Atenas, y su
    larga vida coincidió con el momento de máximo
    esplendor de la ciudad.

    Amigo de Herodoto y Pericles, no mostró
    demasiado interés por la política, pese a lo cual fue elegido
    dos veces estratego y participó en la
    expedición ateniense contra Samos (440),
    acontecimiento que recoge Plutarco en sus Vidas
    paralelas
    . Su muerte
    coincidió con la guerra
    con Esparta que habría de significar el principio
    del fin del dominio
    ateniense, y se dice que el ejército atacante
    concertó una tregua para que se pudieran celebrar
    debidamente sus funerales.

    De su enorme producción, sin embargo, se conservan
    en la actualidad, aparte de algunos fragmentos, tan
    sólo siete tragedias completas:
    Antígona, Edipo Rey,
    Áyax, Las Traquinias,
    Filoctetes, Edipo en Colona y Electra.
    A Sófocles se deben la introducción de un tercer personaje
    en la escena, lo que daba mayor juego al
    diálogo, y el hecho de dotar de
    complejidad psicológica al héroe de la
    obra.

    Comenzó así una carrera literaria
    sin parangón: Sófocles llegó a
    escribir hasta 123 tragedias para los festivales, en los
    que se adjudicó, se estima, 24 victorias, frente a
    las 13 que había logrado Esquilo. Se
    convirtió en una figura importante en Atenas, y su
    larga vida coincidió con el momento de máximo
    esplendor de la ciudad.

    Amigo de Herodoto y Pericles, no mostró
    demasiado interés por la política, pese a lo
    cual fue elegido dos veces estratego y participó en
    la expedición ateniense contra Samos (440),
    acontecimiento que recoge Plutarco en sus Vidas
    paralelas
    . Su muerte coincidió con la guerra con
    Esparta que habría de significar el principio del
    fin del dominio ateniense, y se dice que el ejército
    atacante concertó una tregua para que se pudieran
    celebrar debidamente sus funeral

    Eurípides

    Entre los mejores poetas trágicos griegos
    debemos situar a Eurípides. La mayoría de los
    datos
    biográficos que conservamos serían
    invenciones por lo que resulta difícil establecer
    una línea coherente para referirnos a su vida.
    Parece que su aparición en el teatro
    se produjo en Atenas hacia 455 a.C., sin cosechar
    ningún éxito, elemento común a su
    vida ateniense. Nunca participó en la vida
    política aunque en sus obras encontramos muestras de
    la preocupación por el cariz que tomaban los
    acontecimientos y que llevaban a Atenas a la
    destrucción. El linchamiento al que le
    sometían sus rivales y la incomprensión del
    público motivaron su traslado a Macedonia,
    recibiendo la protección del rey Arquelao. Los
    especialistas atribuyen a Eurípides más de
    noventa obras de las que se han conservado 17 tragedias
    entre las que destacan "Medea", "Electra",
    "Hipólito" y "Las Troyanas". El elemento
    común de estas obras es la desilusión del
    héroe, presentada mediante recursos
    psicológicos y naturalistas, alterando la mitología de obras anteriores. Se
    centra en la vida cotidiana y la gente común, siendo
    considerado el precursor del drama burgués.
    Curiosamente, Eurípides alcanzó el
    éxito después de su muerte, superando incluso
    a Esquilo y Sófocles.

    1. Vida

    Historiador y geógrafo griego. Considerado
    el padre de la historiografía por su obra "Historia".
    Ésta ha sido considerada una fuente
    importantísima por los historiadores posteriores
    debido a su gran veracidad, por ser la primera descripción del mundo antiguo a gran
    escala y
    por ser, a su vez, la primera en prosa griega.

    Nació en Halicarnaso hacia el año
    484 a.C., pero tiempo
    después tuvo que irse de su tierra,
    debido a que se rebeló contra Ligdamis, tirano de su
    ciudad. Además de costarle a él su exilio en
    la isla de Samos durante diez años, esto
    provocó la
    muerte de su tío.

    Durante este periodo recorrió
    Hélade, Babilonia, Cólquida, Siria,
    Macedonia, Libia, Cirene y Egipto.
    En este último país viajó durante
    cuatro meses, desde la desembocadura del Nilo hasta Assuan,
    intentando (sin poderlo lograr) descifrar los
    jeroglíficos. Todos estos viajes
    los llevó a cabo por el solo deseo de aumentar sus
    conocimientos.

    Su estancia en Atenas le permitió
    contemplar el gran momento político y cultural que
    vivía la ciudad. Allí Herodoto pudo conocer a
    Protágoras, gran filósofo griego, y a
    Sófocles, el extraordinario poeta que tanto
    influyó en su obra histórica. De acuerdo a la
    misma, los últimos acontecimientos mencionados
    acerca de Grecia se refieren al año 430 a.C., fecha
    en la que concluyó su relato. Se piensa que
    murió hacia el 420 a.C., en Turios.

    La gran obra histórica de Herodoto, es
    múltiple y compleja. Para reunirla, éste
    extrajo las fuentes de
    información de sus viajes, de donde
    recogió todo tipo de datos, desde las cosas que ha
    visto, hasta las que le han contado. También
    indagó en los resultados de sus pesquisas, luego de
    contrastar las tradiciones orales recibidas con los restos
    arqueológicos y monumentos, o tras recurrir a los
    sacerdotes y estudiosos de los lugares
    visitados.

    En definitiva, Herodoto fue un gran narrador y un
    compilador experimentado de datos de índole
    etnográfica o geográfica. Y así fue
    como en la Antigüedad se distinguió como el
    "padre de la historia" (citado de esta forma por primera
    vez por Cicerón).

    Ya desde el comienzo de su obra "Historia",
    escrita hacia el año 444 a.C., que luego los
    eruditos distribuyeron en nueve libros
    (cada uno de los cuales lleva el nombre de las nueve Musas
    -Clío, Euterpe, Talía, Melpómene,
    Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y
    Calíope-), el propio Herodoto anuncia que su
    objetivo
    es narrar los sucesos y hazañas de los hombres y,
    más en concreto, la guerra entre bárbaros y
    griegos. El núcleo central del relato es la
    narración de las Guerras
    Médicas, aquellas que enfrentaron a Oriente con
    Occidente.
    Pero a pesar de su
    enorme éxito obtenido como historiador, los que le
    siguieron lo acusaron de ser poco riguroso con los datos.
    Así todo, Herodoto se convirtió en una fuente
    inevitable para todos los historiadores del mundo antiguo,
    que poco a poco fueron rectificando algunas de sus
    informaciones sobre países lejanos y
    exóticos. En resumen, su obra es considerada por ser
    la primera descripción del mundo antiguo a gran
    escala y ser a su vez la primera en prosa
    griega.

    Sin embargo, durante la Edad
    Media, Herodoto se dejó de leer, aunque de una
    manera indirecta gracias a los historiadores latinos, por
    los que se conocieron algunas de las anécdotas de
    sus relatos. Pero gracias al humanismo su obra resurgió de las
    penumbras. Lorenzo Valla fue el primero que la tradujo al
    latín, y a comienzos del siglo XVI (en 1520) Aldo
    Manuzio sacó la primera edición de su "Historia".

    Tucídides

    La obra principal de Tucídides es "La
    Guerra del Peloponeso" que dejó inconclusa,
    escribiendo ocho volúmenes antes de morir. El
    historiador se ha basado en los hechos ocurridos para hacer
    la narración , alejándose de la
    mitología o de las narraciones orales. Con sus
    escritos intenta encumbrar la política de los
    máximos dirigentes atenienses: Temístocles y
    Pericles, así como defender la ideología que representaban: la
    democracia. Su estilo es dramático y
    expresivo. Tucídides participó en la
    política de su tiempo al ser nombrado estratega y
    almirante de una escuadra que luchó contra Esparta
    (424 a.C.). La derrota sufrida por los atenienses
    sería aprovechada por los enemigos de
    Tucídides para enviarle al destierro, superada la
    condena a muerte inicial. Se refugió en Tracia donde
    alcanzó un importante nivel económica gracias
    a la explotación de las minas de oro.

    1. Pocos son los datos que sobre la vida de
      Tucídides se conocen y casi todos los conocidos
      son gracias a lo que sobre sí mismo escribe en su
      obra.

      Sabemos que era hijo de Oloro y que
      pertenecía a una familia aristocrática ateniense,
      pues el mismo se llama ateniense (Tuc. I 1); por el
      nombre de origen tracio de su padre se ha querido ver una
      relación entre Tucídides y la
      familia de los Filaidas, a la que pertenecía
      Cimón -cuyo abuelo materno también se
      llamaba Oloro-, quien se oponía al imperio naval
      ateniense tal y como propugnaba Pericles.

      Como, según la ley
      ateniense, era preciso tener más de treinta
      años de edad para ser elegido estratego y debido a
      que Tucídides participó como estratego en
      el sitio de Anfípolis en el 424 a.C. (Tuc. IV
      104), es preciso que Tucídides naciera con
      anterioridad al 454 a.C. Tal nombramiento para una
      acción en Tracia se debió a
      la influencia de Tucídides entre los personajes
      más destacados de Tracia -recordemos su posible
      origen-, donde además tenía adjudicada la
      explotación de unas minas de oro (Tuc. IV
      105).

      Educado en el seno de una familia
      aristocrática, frecuentó las escuelas de la
      sofística a juzgar por su estilo, su lengua
      y su pensamiento. Destinado a ejercer las
      más altas magistraturas, debido al desastre de
      Anfípolis frente a Brásidas, sufrió
      un destierro de 20 años (Tuc. V 26), tras una
      previa condena a muerte por rebeldía, en el
      año 423 a.C. hasta el final de la
      guerra.

      No obstante, fue el destierro el que le
      sugirió la idea de historiar y narrar los
      acontecimientos de su guerra contemporánea, ya que
      tenía acceso a lo ocurrido en ambos bandos, con
      cierta calma e imparcialidad.

      Como fecha de su muerte se suele tomar como
      término post quem el elogio a Arquelao de
      Macedonia, que falleció en el 399 a.C., elogio
      incluído en su obra.

    2. Vida

      Heródoto y
      Tucídides

      Si bien ambos son considerados padres de la
      historiografía clásica y mundial, no
      obstante, son muy marcadas y notorias las
      características y diferencias por las cuales ambos
      merecieron tal título.

      Mientras Heródoto afirma que su obra es
      el fruto y resultado de sus investigaciones (historíe),
      Tucídides nunca llama así a su obra; el
      primero era heredero de la logografía jonia
      (también escribe en jonio), mientras que el
      segundo era heredero de los sofistas, de la escuela sofística ateniense (y por
      ello también escribe en ático).

      Por otro lado, si bien aquél se mueve en
      el terreno épico y religioso, ateniéndose a
      hechos antiguos, fiel a las tradiciones orales donde la
      especulación religiosa, la gloria del pasado de
      dioses y héroes, es reflejada para darles
      eternidad a modo de aedo primitivo que escribe en prosa,
      por contra Tucídides no da pie a la
      especulación religiosa, se atiene a la naturaleza
      humana para narrar unos acontecimientos
      contemporáneos a él, algunos incluso
      vividos por él mismo y otros que le fueron
      transmitidos, pero no por el fruto de una larga
      tradición oral: para él su obra tiene un
      valor
      ejemplar: ktêma eis aeí (tesoro para
      siempre);.

      Por su parte Heródoto se limitó al
      conflicto entre griegos y persas, pero con
      el recuerdo constante del pasado, recogida de datos sin
      criticarlos: antologías, genealogías,
      historias locales, geografía descriptiva y
      etnográfica (todo ello herencia de los logógrafos
      griegos), frente a Tucídides que innovará
      al introducir la crítica histórica de las
      ideas políticas, los acontecimientos, las
      causas profundas y los detonantes externos del conflicto
      entre griegos con una mezcla de objetividad.

      Finalmente la utilización del pasado en
      Tucúdides -la Arqueología – está en
      función de hacer comprensible el
      presente, mientras que en Heródoto está en
      función de buscar la anécdota (casi como
      una enciclopedia etno-geográfica e
      histórica).

      La historia política

      Si Tucídides recibió el
      título de padre de la historia fue en gran parte
      por culpa del enfoque político que le dio a su
      historia.

      Cuando trazó el programa de su historia ya definió
      que no pretendía narrar los acontecimientos de la
      guerra exclusivamente, sino que pretendió plasmar
      lo que para él era lo más importante: las
      ideas políticas de ambos bandos, de los
      protagonistas de la guerra, en cada momento de la guerra
      y de la paz -incluyendo aquí la paz de
      Nicias.

      Por ello, para dar una perspectiva
      política a su obra, utiliza dos recursos: la
      crítica que hace a lo largo de toda la obras y los
      discursos de los distintos dirigentes
      políticos de ambos bandos a cada momento; es
      así como dibuja los planteamientos
      políticos, aunque no sabemos, eso sí, con
      cuánta fidelidad a la realidad o si bien
      están hechos a posteriori en función de su
      propia subjetividad y de la finalidad de su obra (cf.
      infra). Es notorio que en los discursos se reflejan
      personajes favorecidos por la crítica de
      Tucídides -como Pericles- y que ello se debe
      achacar a la proximidad de ideas políticas de
      Tucídides y los distintos
      protagonistas.

      Al mismo tiempo busca en cada acontecimiento y
      en el conjunto de la guerra en sí misma la causa
      profunda; de hecho, gran parte del libro
      I desarrolla lo que para él son causa profunda del
      conflicto, por un lado, y, por otro, los detonantes
      externos del mismo, derivados, no obstante, de la causa
      profunda: la expansión del imperialismo de Atenas y, encadenado a
      esto, el conflicto de Corcira, el conflicto de Potidea y
      el decreto megárico.

      Relacionado con tal concepto están todas las alusiones
      y meditaciones que Tucídides va haciendo sobre el
      poder:
      su mayor procupación como político y
      militar es analizar el fenómeno del poder, del
      imperialismo y del hecho revolucionario.

      Para nuestro autor la ambición de poder
      es un impulso innato de la naturaleza humana y es éste el que,
      como motor
      de los impulsos humanos, explica la conducta de los estados en la idea de que
      el débil está dominado por el fuerte -la
      filosofía del más fuerte. Por ello la
      Historia de la Guerra del
      Peloponeso es la historia del intento de
      conservación y aumento del poder imperialista de
      Atenas, resultado de un plan
      prefijado de expansión imperialista y excusado en
      el temor del propio imperio a perder su poder a manos de
      potencias rivales. Es por ello que el imperialismo es el
      centro focal de la reflexión de Tucídides
      en boca primero de los grandes políticos
      atenienses (Pericles, Cleón, Nicias y
      Alcibíades) con las matizaciones y precauciones de
      cada uno de ellos y después de los principales
      personajes del bando contrario (Hermócrates,
      Arquídamo, Brásidas) con sus temores e
      individualismos, con la idea subyacente de que la gran
      beneficiada de la guerra fue Esparta.

      Es por ellos que autores de la talla de
      Maquiavello -en El
      príncipe – y de Hobbes
      -en su Leviathan – se basan en ideas políticas de
      poder expuestas en distintos puntos de la obra de
      Tucídides para elaborar sus propias tesis,
      así como la idea surgida en grandes estudiosos de
      Tucídides que ven en él un acérrimo
      defensor de la Machtpolitik -política del poder-
      de Pericles y lo describen como "el político que
      escribió para políticos".

      La historia
      contemporánea

      La madurez de Tucídides coincidió
      con el desarrollo de la guerra: al comienzo de
      ésta -431 a.C.- debía de rondar la
      treintena. Es gracias al destierro de 20 años
      cuando decide contar y analizar la historia de lo
      sucedido, ponerla por escrito con la intención de
      ser leída con espíritu crítico
      (xyngrafeîn), no para ser escuchada por un
      auditorio: contar cómo se han producido y
      quiénes fueron los participantes desde el punto de
      vista propio como partícipe durante un tiempo y
      después como observador de la misma y desde el
      punto de vista inmediato de gentes que participaron en
      los avatares de la misma y con el análisis del semblante
      psicológico y político de los grandes
      personajes de la misma mediante no ya la
      narración, sino mediante los discursos. Es la
      narración de la historia con información de primerísimo
      orden, tamizada eso sí por el filtro
      objetividad-subjetividad de Tucídides.

      Es, por tanto, el primer autor que escribe una
      historia sobre hechos contemporáneos y por ello se
      constituye como principal fuente histórica de
      dicho período -junto con escritores como
      Eurípides y Aristófanes que en sus piezas
      teatrales incluían alusiones, burlas, noticias y críticas sobre la
      guerra-, aunque, eso sí, de un modo incompleto,
      pues murió al parecer antes de poder acabarla.
      Sólo Jenofonte, Cratipo, Teopompo y las Hellenica
      Oxyrhynchia continuaron el relato donde aquél lo
      dejó, pero con una menor calidad, con una mayor falta de testimonio
      y documentos inmediatos y con la falta de la
      concepción histórica
      tucidídea.

    3. Tucídides historiador
    4. Tucídides escritor

    Influencias

    Como escritor Tucídides es heredero de la
    sofística ateniense y del espíritu de esta
    ciudad, así como de las corrientes
    científicas y filosóficas del
    momento.

    Cómo se muestran estas corrientes e
    influencias en el autor, es fácil de indagar.
      Una tendencia del espíritu
    filosófico y político ateniense de la
    época es la preocupación por el presente,
    de ahí el giro total de la concepción
    histórica de Tucídides respecto a la
    historiografía anterior. Al mismo tiempo, el gusto
    ateniense por la preocupación humana como ser
    social, por su conducta privada -su moral
    y su conducta pública -su política-, se
    traduce en la búsqueda tucidídea de la
    historia política y humana alejada de toda
    influencia divina y de la historia legendaria.

    Por otro lado la influencia sofística se
    plasma a lo largo de la obra en distintos puntos: en la
    estructura y el estilo de su lengua, en el
    poder supremo de la razón -si en Sócrates lo era como factor moral,
    en Tucídides aparece como factor político e
    histórico (gnóme y synesis)-, el estudio de
    lo verosimil -tò eikós– como
    fundamento de la crítica junto a una
    oposición al relativismo -la historia de
    Tucídides es una lección de política
    e historia
    universal, un ktêma eis
    aeí.

    De la filosofía natural de
    Anaxágoras y de Demócrito toma la
    concepción de que el espíritu humano
    actúa de acuerdo a sus leyes,
    leyes naturales, sin intervención divina: la vida
    y la historia se manifiestan como el encadenamiento de
    circunstancias naturales y materiales junto con los hechos
    humanos.

    De la escuela hipocrática hereda
    Tucídides la metodología médica: deducir
    las causas por observación e inducción, mediante la experiencia
    y el raciocinio; la distinción entre causas
    aitía como causa profunda- y
    síntomas –profásis como pretextos y
    motivos ocasionales-; la influencia del carácter moral
    nómos– y físico –fysis– de
    los pueblos y su interés médico y minucioso
    por describir la peste de Atenas.

    La metodología

    1. El programa: en Tuc. I 22 se
      dedica a exponer parte del método seguido para la
      elaboración de su obra, todo él emparentado
      con las ya vistas sofística, filosofía y
      ciencia. El método indica que la
      narración consta de dos elementos básicos:
      discursos y narración de hechos, con la mayor
      objetividad en la medida de lo posible para acercarse a
      la realidad de lo sucedido.
    2. Los
      discursos
      : hay discursos que
      realmente Tucídides sí pudo oír,
      pero no son la mayoría (los de fuera de Atenas
      antes de su destierro y los de Atenas durante el mismo).
      Al mismo tiempo ofrecen un aspecto muy
      sintomático: presentan analogías de estilo
      y pensamiento con fórmulas que se repiten casi a
      modo de correspondencias. Al mismo tiempo, dicursos de
      personajes que no gozaban de la simpatía de
      Tucídides -Cleón, por ejemplo- son pesados,
      mientras que discursos de los personajes favoritos de
      Tucídides -Pericles o Alcibíades- son
      más amenos y ágiles. Por tanto, al margen
      de que fueran auténticos o reelaborados, han
      sufrido la actuación de un criterio
      estilístico al tiempo que están todos ellos
      escritos en ático, lo que hace sospechar en cierto
      modo de la objetividad de Tucídides. No obstante,
      hay que tener en cuenta que, como ha indicado de Romilly,
      el criterio de objetividad en Tucídides no se basa
      tanto en distinguir lo verdadero y lo falso, sino en
      distinguir con inteligencia y con elección lo que
      cuenta y lo que no cuenta, lo importante y lo
      insignificante.

    Otro dato que lleva a pensar en la
    reelaboración de los dicursos es que la
    duración de éstos en el ágora era
    mucho mayor que la extensión que los discursos
    tucidídeos presentan: al parecer lo que
    Tucídides habría hecho es concentrarlos para
    hacer de ellos unos discursos para ser leídos y no
    para ser escuchados.
    Con todo, la variedad de los discursos es muy grande: los
    hay encomiásticos, como el elogio fúnebre de
    Pericles y el discurso
    en honor de éste; los hay deliberativos, como los de
    la conferencia
    de Esparta o la de Camarina; los hay dialogados, uno
    sólo, entre embajadores melios y atenienses; y, por
    último, están las arengas de los generales y
    estrategos a los soldados.

    1. Algunos eran de primerísimo orden y muy
      famosos como Alcibíades, pero siempre pasando
      por el tamiz de su objetividad. Tucídides
      selecciona lo que, a su juicio, es historiable de los
      hechos y lo acontecido, lo que siempre es importante
      para él y el objetivo de su obra, aunque en
      ocasiones también lo que calla es importante. No
      obstante, de lo que calla da parte por consabido y
      conocido y, al mismo tiempo, enfatiza lo que es de gran
      trascendencia.

    2. Narración de los
      hechos
      : respecto a los hechos,
      Tucídides dice en su programa que se ha limitado a
      una crítica profunda recibida de los mejores
      testigos.
    3. El estilo
      tucidídeo
      : si
      Tucídides ha perdurado a lo largo de los siglos
      como modelo
      de historidor y de prosista debe gran parte de su
      éxito a la originalidad de su prosa y la
      peculiaridad de su estilo, en parte único y en
      parte modélico para la posterior prosa
      ática.
    4. El
      léxico
      : el carácter
      del léxico tucidídeo, a pesar de ser
      historiador y prosista, se caracteriza por ser muy
      poético, aunque parezca paradójico;
      cómo lo hace y lo consigue es fácil, al
      menos para él: toma términos y
      construcciones típicas de la poesía, al tiempo que carga
      determinados pasajes con un dramatismo, plagados con un
      ritmo prosístico muy distinto del habitual,
      adoptando y adaptando para ello palabras de poetas como
      Homero
      y los dramáticos o tomando palabras y
      términos de la prosa jonia e incluso creando
      él mismo nuevos términos y expresiones. La
      lista de neologismos inventados y utilizados por
      Tucídides es tremenda: los sistemas de composición de palabras
      alcanzan con Tucídides unas de las mayores cotas
      de la lengua y literatura
      griega. Cualquiera, al traducirlo, habrá
      podido comprobar que, de un lado, términos
      normales aparecen utilizados con distinta
      significación en Tucídides y sólo en
      él, ya ningún otro autor utiliza tal
      acepción, y, de otro, términos que
      sólo aparecen recogidos en Tucídides, bien
      por primera vez o bien por única. Esto nos puede
      dar idea de un rasgo de Tucídides: la
      precisión de su vocabulario y la riqueza de
      matices de su lengua.
    5. Figuras
      retóricas
      : Tucídides
      es un autor que usa de un modo prolífico distintas
      figuras retóricas y estilísticas; de los
      sofístas heredó el gusto por la antítesis, una antítesis
      exacerbada, ya que la usa no sólo para contraponer
      elementos de una oración, subordinadas u oraciones
      enteras, sino que también hace antitéticos
      los discursos: los discursos se contraponen unos a otros
      -a veces unos son respuesta a otros-, pero siempre
      cargados con el mayor retoricismo, a pesar de su
      brevedad, con un estilo recargado con largos
      períodos de subordinación.

    El estilo tucidídeo

    Al mismo tiempo el estilo de Tucídides
    brilla por una dureza de construcción (tò trachy
    tês harmonía), una falta de delicadeza en el
    estilo que junto a su amaneramiento presenta una gran
    violencia, lo que se ha dado en llamar
    inconcinidad (inconcinitas) de estilo y figuras: el autor
    une elementos que no coordinan entre sí
    normalmente. Relacionada con la inconcinidad de estilo
    hay una serie de figuras tales como la variatio
    (metabolé), que actúa como verdadero motor
    estilístico de la obra
    tucidídea.

    Otro principio estilístico es la brevedad
    de sus expresiones, una concisión, que hace que a
    veces su prosa parezca un telegrama que provoca en el
    lector-traductor la necesidad de ejercitar constantemente
    la atención, debido a la tremenda
    economía sintáctica y
    léxica del autor: da muchas cosas por
    sobrentendidas en sus oraciones. Por ello brila
    más la léxis katestramméne
    que la eiroméne. También aparecen
    algunos ejemplos de la típica construcción
    arcaica en anillo, la Ringkomposition. Frecuente es, a
    menudo, relacionado con la inconcinidad de su estilo, la
    utilización del anacoluto para cambiar el tipo de
    construcción sintáctica de la frase y
    asímismo la utilización del
    paréntesis para añadir
    explicaciones.

    La cuestión
    tucidídeo

    Tucídides no concibió su historia
    como una mera narración objetiva de
    acontecimientos bélicos; su posición como
    estratego procedente de una familia aristocrática
    y sus conocimientos de política no le permitieron
    dejar al margen de su historia su propia opinión
    sobre todo lo que envolvía ésta y sobre
    ella misma. A partir de aquí la investigación se encamina a
    determinar qué partes son nuevas y cuales
    están retocadas, así como cuándo
    comenzó a escribir.

    Ullrich, en 1846 descubrió que
    había diferencias entre las dos mitades de la obra
    (en el libro V aparece un nuevo prólogo casi
    paralelo al que da inicio a la obra tucidídea), y
    esto le hizo sospechar de un posible cambio
    de plan a la hora de escribir su obra. Para Ullrich la
    intención primera de la obra era escribir una
    narración de la guerra Arquidámica -hasta
    la paz de Nicias-, pero cuando de nuevo estallaron las
    hostilidades, se dio cuenta de que era la misma guerra y
    alargó su obra afirmando que la causa de la guerra
    era el temor lacedemonio al poderío ateniense.
    Durante muchos años los críticos se
    limitaron a retocar las teorías de Ullrich.

    En 1919 Schwartz se plantea la
    problemática de los discursos; para él los
    discursos son concebidos y realizados en dos
    períodos distintos, que se notan por un corte en
    sus ideas sobre la guerra y una evolución interna respecto a la
    cuestión del poder; en un principio los causantes
    de la guerra son los aliados de Esparta, pero en el
    segundo momento es Esparta la culpable de la guerra:
    Schwartz dice que Tucídides, convencido al acabar
    la guerra de que la verdadera beneficiada de la misma
    había sido Esparta, fue ésta la responsable
    de la misma y que, una vez acabada la misma,
    Tucídides orientaría lo que estaba
    escribiendo a demostrarlo e incluso retocaría
    partes, como el discurso de Pericles donde expone una
    política de intransigencia con Esparta, para
    demostrar que tal política era la apropiada para
    Atenas para haber vencido en la guerra. La teoría de Schwartz parece ser que
    indica que realmente comenzó a escribir una vez
    acabada ya la guerra, pero que, no obstante, durante la
    misma, se habría dedicado a redactar alguna parte
    y a tomar notas y apuntes.

    En 1920 Max Pohlenz expone una tesis que
    coincide en lo básico con Schwartz, pero para
    él la evolución en Tucídides es
    más lenta y su límite o punto de cambio es
    más difícil de marcar.

    En 1929 Schadewaldt, atendiendo al
    análisis de los libros VI, VII y VIII indica que
    Tucídides, según él, primero quiso
    escribir una historia 'objetiva', pero que una vez
    acabada la guerra su narración adquirió un
    matiz de 'interpretación'.

    En 1930 Momigliano expone que en un principio,
    siguiendo las tesis de Ullrich, escribió la guerra
    Arquidámica, pero que después
    decidió continuar el relato de la guerra
    interesándose más por la política
    interna de la guerra y de los dos bandos y fue entonces
    cuando introdujo los discursos.

    En 1973 Dover indica que la afirmación de
    que comenzó a escribir cuando empezó la
    guerra es compatible con el hecho de que todo fue escrito
    a partir del año 404 a.C. en el orden
    actual.

    Jenofonte  (401-354 a.c.)

    Las fuentes
    de que disponemos para datar la vida de Jenofonte nos
    vienen dadas por su propia obra, particularmente la
    Anábasis, y por las anécdotas que nos
    cuenta Diógenes Laercio en sus
    Vidas.

    1. Nace en Atenas en la primera mitad del s. IV a.
      C, en el seno de una familia acomodada. Su infancia y juventud transcurrieron en el ambiente incierto y turbulento de las
      Guerras del Peloponeso (431-404) en las que
      participó formando parte de las fuerzas ecuestres,
      como le correspondía al ser miembro de la clase
      de los caballeros. Estamos ante la crisis
      del modelo de estado
      democrático de Pericles y la  decadencia de
      los valores
      morales y filosóficos en los que, hasta
      entonces, se había fundamentado la sociedad ateniense. Durante el gobierno de los Treinta, Jenofonte
      partió en una expedición mercenaria a
      Persia conocida como "los Diez Mil" en apoyo del
      príncipe persa Ciro, que se enfrentaba con su
      hermano Artajerjes. El futuro historiador llegaría
      a hacerse amigo y admirador de Ciro, y a la muerte de
      éste, la expedición que mandaba Jenofonte
      quedó abandonada a su suerte, por lo tuvieron que
      abrirse paso a través de 1.500 km. de territorio
      hostil hasta conseguir volver a su patria. Este es el
      argumento de la Anábasis.

      De regreso a Grecia conoce a Sócrates,
      haciéndose discípulo suyo, y tras un breve
      período al servicio de un príncipe tracio,
      Jenofonte encontró un nuevo líder en el rey espartano Agesilao,
      que comandaba las fuerzas griegas contra los persas. En
      el 394 a. C. tuvo lugar la batalla de Corona, en la que
      se enfrentaron contra una coalición de la que
      formaba parte Atenas. La vinculación de Jenofonte
      primero al ejército persa y luego al espartano,
      enemigos ancestrales del estado ateniense, provocaron que
      fuera desterrado de su patria, aunque se desconoce la
      fecha exacta en la que sucedió esto. En todo caso,
      la protección de Agesilao le proporcionó un
      lugar de retiro en territorio eleo, una propiedad rural cerca de Olimpia, en la
      que pudo dedicarse a la vida contemplativa y
      comenzó  a escribir parte de su
      prolífica obra. 

      En el 371 tuvo lugar la batalla de Leuctra, tras
      la cual los eolios recuperaron los territorios que les
      habían sido arrebatados por Esparta y Jenofonte
      tuvo que trasladarse a Corinto, donde residió
      hasta que le fue conmutada la sentencia de destierro,
      gracias a una nueva alianza espartano-ateniense contra
      Tebas. De vuelta a su ciudad natal, completaría el
      resto de sus escritos.
       

    2. Vida

      Como hemos podido comprobar, este autor estuvo
      treinta años fuera de su patria en diversas
      campañas militares, lo que le permitió
      adquirir una gran experiencia en el campo militar,
      convirtiéndose en un hombre
      de mundo. La obra de Jenofonte es muy amplia tanto en
      sentido cuantitativo como en cuanto a la multiplicidad de
      temas que trata. Se ocupa fundamentalmente de la
      historia, pero también de la filosofía, la
      política, la economía e incluso
      escribió tratados sobre la práctica de la
      hípica y la caza. Su contacto con Sócrates,
      coincidiendo con la época en que éste fue
      juzgado, nos permite acceder a una visión del
      filósofo distinta de la que nos ofrece Platón, claramente desfigurado por
      intereses ajenos a la historiografía. Platón se sirve de la figura de
      Sócrates para apuntalar su propia
      filosofía, mientras que Jenofonte nos plantea un
      punto de vista relativamente más sincero.
      También éste estuvo junto al famoso
      filósofo en el momento de su muerte, y fruto de
      aquella relación son varias de sus obras: la
      Defensa de Sócrates, los Recuerdos de
      Sócrates
      y el Banquete, obra
      homónima a la de Platón y que trata el
      mismo episodio, la cena en la que Sócrates,
      rodeado de su círculo de allegados, discute sobre
      la naturaleza del amor

      La obra de Jenofonte tiene dos grandes virtudes:
      nos proporciona una amplia cantidad de información
      sobre aspectos variados de la vida de sus
      contemporáneos y constituye un excelente conjunto
      de textos para quien se introduce por primera vez en el
      estudio de la lengua griega, debido a su sencillez. Como
      contrapunto, la crítica moderna ha mostrado de
      manera casi unánime un cierto desprecio hacia el
      valor histórico y literario de sus escritos. Se le
      acusa de parcialidad, de omitir numerosos datos
      importantes y falta de un espíritu realmente
      científico y riguroso. Ciertamente, aunque no
      podemos asegurar que llegase a falsear los hechos que
      relata, es evidente que en su relato de las guerras hay
      huecos, digresiones y saltos en el tiempo, además
      de no realizar un auténtico análisis sobre
      las causas de los acontecimientos, limitándose a
      describirlos. Su intención era continuar la
      línea de Tucídides; de hecho la
      Anábasis pretende ser la
      continuación de la Historia de la Guerra del
      Peloponeso
      . También se han resaltado los
      conocimientos precisos que tenía Jenofonte sobre
      estrategia militar, que afectarían
      positivamente a la descripción de batallas, sin
      olvidar cierta habilidad para crear un ambiente
      dramático y la profundización
      psicológica que lleva a cabo en algunos de los
      personajes más cercanos a él, como Ciro o
      Agesilao. 

    3. Estilo

      • Anábasis
      • Helénicas
        (Paralipómena)
      • Hipárquico
      • Acerca de la hípica
      • Las Rentas
      • Cinegético (?)
      • Constitución de
        Atenas
      • Constitución de los
        lacedemonios
      • Apología
      • Banquete
      • Memorables
      • Económico
      • Hierón
      • Ciropedia
      1. LA
        FILOSOFÍA

      En su origen, la Filosofía fue el "amor
      a la sabiduría" y más tarde la
      "sabiduría misma", de tal manera que los
      filósofos eran primeros amantes
      del saber y luego sabios. Ello hace los
      filósofos griegos no se encuentren
      especialistas; Aristóteles, por ejemplo,
      había de botánica, política, moral,
      zoología, y es, junto con Socrates y Platon, de
      ese trío de los que podrían llamarse
      filósofos mayores de Grecia. Pero hay algo mas
      en ese grupo de sabios: es su interés
      por buscar respuestas al origen de las
      cosas.

      Conjunto de conceptos filosóficos
      desarrollados sobre todo durante el esplendor de la
      civilización griega entre el 600 y el 200 a. C.
      La filosofía griega constituyo el fundamento de
      toda la especulación filosófica posterior
      en el mundo occidental. La hipótesis intuitivas de los
      antiguos griegos presagiaron diversas teorías de
      la
      ciencia moderna, incluso muchas ideas morales
      elaboradas por los filósofos griegos han sido
      incorporadas a la doctrina moral
      cristiana.

      Sócrates (Atenas 470 a.C.-399
      a.C.)

      Entre los filósofos más
      importantes del mundo griego encontramos a
      Sócrates, el maestro de Platón.
      Pertenecía a una familia de cierto poder
      adquisitivo ya que participó en las batallas de
      Potidea, Delio y Anfípolis como hoplita,
      sufragando los importantes gastos que conllevaba el coste del
      equipo. Atenas será el lugar donde
      Sócrates pase toda su vida, interesándose
      por la
      educación de los jóvenes y
      abandonando la política. Sus dos actuaciones en
      la política ateniense provocaron un grave
      peligro para el filósofo, consiguiendo salvarse
      por la conflictividad que vivía la ciudad. No
      ocurrió lo mismo cuando los demócratas le
      acusaron de impiedad y de pervertir a la juventud,
      siendo castigado a beber la cicuta que le
      produciría la muerte. Por coherencia con su
      estima de la justicia y su propia conciencia, Sócrates
      renunció a huir y librarse de la condena.
      Sócrates no dejó ningún escrito y
      lo que sabemos de su obra se debe a terceros,
      especialmente a Platón pero también a
      Jenofonte, Aristófanes y Aristóteles. Se
      le considera el fundador de la filosofía
      antropológica, partiendo de la máxima
      "conócete a ti mismo". Siendo consciente de la
      propia ignorancia, gracias a su método inductivo
      a través de diálogos, intentará
      alcanzar una verdad universal que sea admitida por
      todos. De esta manera el ser humano podrá
      alcanzar la Virtud a través de sus actos. La
      Virtud permite obtener la felicidad. El
      "daimónion" o voz interior se convierte en la
      única guía moral

      1. Vida

      Filósofo griego. Fue hijo de una
      comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco,
      emparentado con Arístides el Justo. Pocas cosas
      se conocen con certeza de la biografía de Sócrates,
      aparte de que participó como soldado de
      infantería en las batallas de Samos (440),
      Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422).
      Fue amigo de Aritias y de Alcibíades, al que
      salvó la vida.

      La mayor parte de cuanto se sabe sobre
      él procede de tres contemporáneos suyos:
      el historiador Jenofonte, el comediógrafo
      Aristófanes y el filósofo Platón.
      El primero retrató a Sócrates como un
      sabio absorbido por la idea de identificar el
      conocimiento y la virtud, pero con una personalidad en la que no faltaban
      algunos rasgos un tanto vulgares. Aristófanes lo
      hizo objeto de sus sátiras en una comedia,
      Las nubes (423), donde se le identifica con los
      demás sofistas y es caricaturizado como
      engañoso artista del discurso.

      Estos dos testimonios matizan la imagen de Sócrates ofrecida por
      Platón en sus Diálogos, en los que
      aparece como figura principal, una imagen que no deja
      de ser en ocasiones excesivamente idealizada, aun
      cuando se considera que posiblemente sea la más
      justa.

      Se tiene por cierto que Sócrates se
      casó, a una edad algo avanzada, con Xantipa,
      quien le dio dos hijas y un hijo. Cierta
      tradición ha perpetuado el tópico de la
      esposa despectiva ante la actividad del marido y
      propensa a comportarse de una manera brutal y
      soez.

      En cuanto a su apariencia, siempre se describe
      a Sócrates como un hombre rechoncho, con un
      vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, del
      mismo modo que se le atribuye también un aspecto
      desaliñado. Sócrates se habría
      dedicado a deambular por las plazas y los mercados de Atenas, donde tomaba a las
      gentes del común (mercaderes, campesinos o
      artesanos) como interlocutores para someterlas a largos
      interrogatorios.

      Este comportamiento correspondía, sin
      embargo, a la esencia de su sistema de enseñanza, la
      mayéutica, que él comparaba al
      arte
      que ejerció su madre: se trataba de llevar a un
      interlocutor a alumbrar la verdad, a descubrirla por
      sí mismo como alojada ya en su alma, por medio de un diálogo en
      el que el filósofo proponía una serie de
      preguntas y oponía sus reparos a las respuestas
      recibidas, de modo que al final fuera posible reconocer
      si las opiniones iniciales de su interlocutor eran una
      apariencia engañosa o un verdadero conocimiento.

      Platón (Atenas 428 a.C. – Atenas 348
      a.C.)

      1. Los primeros años

        Platón nació en Atenas, (o en
        Egina, según otros, siguiendo a Favorino),
        probablemente el año 428 o el 427 a. c. de
        familia perteneciente a la aristocracia ateniense,
        que se reclamaba descendiente de Solón por
        línea directa. Su verdadero nombre era
        Aristocles, aunque al parecer fue llamado
        Platón por la anchura de sus espaldas,
        según recoge Diógenes Laercio en su
        "Vida de los filósofos ilustres",
        anécdota que ha sido puesta en entredicho. Los
        padres de Platón fueron Aristón y
        Perictione, que tuvieron otros dos hijos, Adimanto y
        Glaucón, que aparecerán ambos como
        interlocutores de Sócrates en la
        República, y una hija, Potone.

        A la muerte de su padre, siendo niño
        Platón, su madre contrajo nuevas nupcias con
        Pirilampo, amigo de Pericles, corriendo la educación de Platón a su
        cargo, por lo que se supone que Platón pudo
        haber recibido una enseñanza propia de las
        tradiciones democráticas del régimen de
        Pericles.

        En todo caso,Platón recibió la
        educación propia de un joven ateniense bien
        situado, necesaria para dedicarse de lleno a la vida
        política, como correspondía a alguien
        de su posición. Según Diógenes
        Laercio llegó a escribir poemas y tragedias, aunque no podamos
        asegurarlo. También fue discípulo del
        heracliteano Cratilo, noticia esta que tampoco parece
        posible confirmar. La vocación política
        de Platón está constatada por sus
        propias declaraciones, en la conocida carta VII; pero su realización
        se vio frustrada por la participación de dos
        parientes suyos, Cármides y Crítias, en
        la tiranía impuesta por Esparta luego de la
        guerra del Peloponeso, conocida como la de los
        Treinta Tiranos, y que ejerció una
        represión violenta y encarnizada contra los
        lideres de la democracia. Sin embargo, el
        interés político no le
        abandonará nunca, y se verá reflejado
        en una de sus obras cumbre, la
        República.

        Dos ciudades se disputan el nacimiento de
        uno de los filósofos más importantes de
        Occidente: Platón. Atenas y Egina se
        consideran el lugar donde vino al mundo este hombre,
        llamado posiblemente Aristocles, como su abuelo.
        Platón sería un sobrenombre que
        haría referencia a su ancha espalda. Lo que no
        hay duda es que formaba parte de una familia
        aristocrática en el seno de la cual
        recibió una completa formación
        educativa, artística y deportiva. Se
        inició en la filosofía con Cratilo y a
        los veinte años se encontró con
        Sócrates, momento crucial en la vida de
        Platón. Desde ese instante decidió
        dedicarse al estudio junto a Sócrates,
        permaneciendo a su lado hasta la muerte de
        éste en el año 399 a.C. debido a la
        acusación de impiedad y corrupción de menores. El
        fallecimiento del maestro motivó el traslado
        de Platón y algunos compañeros a Megara
        desde donde inició una serie de viajes con
        destino a Egipto, Cirene, la Magna Grecia y Sicilia
        donde tuvo un estrecho contacto con Dionisio el
        Viejo, tirano de Siracusa, intentando que pusiera en
        práctica sus planteamientos políticos.
        En Siracusa encontró a un fiel
        discípulo, Dión, pero el resultado de
        su experiencia no fue positivo ya que Dionisio
        decidió enviar a Platón a Egina donde
        fue vendido como esclavo.

        Hacia el año 387 regresa a Atenas
        donde funda la Academia, dedicándose a la
        enseñanza durante veinte años.
        Será en el 367 cuando Dionisio el Joven sucede
        a su antecesor como tirano de Siracusa lo que anima
        al filósofo a volver a la isla para poner en
        práctica sus planteamientos políticos.
        Rechazadas sus propuestas, una vez más
        Platón debía huir de Siracusa aunque
        ahora con la promesa de que sería llamado de
        nuevo. El tercer viaje tuvo peores consecuencias ya
        que de no mediar Arquitas de Tarento, Platón
        hubiera perdido la vida. Resignado regresó a
        Atenas donde se dedicó de pleno a la
        enseñanza y a la
        investigación.

        La filosofía platónica
        está basada en la existencia del mundo de las
        Ideas y el mundo del Ser, contrapuestos al mundo de
        las Apariencias. La formación del mundo se
        debe a una inteligencia, a un demiurgo, que
        desarrolla las apariencias (no ser) tomando las ideas
        como punto de partida. El individuo está formado de
        cuerpo y alma, siendo ésta inmortal. Existe un
        número limitado de almas por lo que es
        necesaria la reencarnación. Esta unión
        de alma y cuerpo es accidental y violenta. Estos
        planteamientos están recogidos en sus
        principales obras como "El banquete", "La
        república", "Timeo" o "Fedón",
        estructuradas en forma de diálogos donde el
        protagonista es Sócrates hablando con sus
        discípulos.

      2. Vida

        En el año 407, a la edad de veinte
        años, conoce a Sócrates, quedando
        admirado por la
        personalidad y el discurso de Sócrates,
        admiración que le acompañará
        toda la vida y que marcará el devenir
        filosófico de Platón. No parece
        probable que Platón mantuviera una
        relación muy intensa con el que
        consideró su maestro, si entendemos el
        término relación en su sentido
        más personal; sí es cierto que
        entendida en su sentido más teórico la
        hubo, y de una intensidad que raya en la dependencia.
        Pero también sobre su relación con
        Sócrates hay posiciones contradictorias. El
        que no estuviera presente en la muerte de
        Sócrates ha hecho pensar que no
        pertenecía al círculo íntimo de
        amigos de Sócrates; sin embargo, parece que
        sí se ofreció como aval de la multa que
        presumiblemente la Asamblea impondría a
        Sócrates, antes de que cambiara su
        decisión por la condena a muerte.

      3. La influencia de Sócrates

        En el año 399, tras la muerte de
        Sócrates, Platón abandona Atenas y se
        instala en Megara, donde residía el
        filósofo Euclides que había fundado una
        escuela socrática en dicha ciudad.
        Posteriormente parece que realizó viajes por
        Egipto y estuvo en Cirene, (noticias ambas, aunque
        probables, difíciles de contrastar, no
        habiéndose referido Platón nunca a
        dichos viajes, por lo que también es probable
        que luego de una breve estancia en Megara regresara a
        Atenas ) yendo posteriormente a Italia en donde encontraría a
        Arquitas de Tarento, quien dirigía una
        sociedad pitagórica, y con quien trabó
        amistad.

        Invitado a la corte de Dionisio I, en
        Siracusa, se hizo amigo de Dión, que era
        cuñado de Dionisio, y con quien
        concibió la idea de poner en marcha ciertas
        ideas políticas sobre el buen gobierno que
        requerían la colaboración de Dionisio.
        Al parecer, las condiciones de la corte no eran las
        mejores para emprender tales proyectos, ejerciendo Dionisio como
        tirano de Siracusa; irritado por la franqueza de
        Platón, según la tradición, le
        retuvo prisionero o lo hizo vender como esclavo en
        Egina, entonces enemiga de Atenas, siendo rescatado
        finalmente por un conciudadano que lo devolvió
        libre a Atenas.

      4. Primeros viajes

        Una vez en Atenas, en el año 388-387,
        fundó la Academia, nombre que recibió
        por hallarse cerca del santuario dedicado al
        héroe Academos, especie de "Universidad" en la que se estudiaban
        todo tipo de ciencias, como las matemáticas (de la importancia
        que concedía Platón a los estudios
        matemáticos da cuenta la leyenda que rezaba en
        el frontispicio de la Academia: "que nadie entre
        aquí que no sepa matemáticas"), la
        astronomía, o la física, además de los
        otros saberes filosóficos y, al parecer, con
        una organización similar a la de
        las escuelas pitagóricas, lo que pudo
        comportar un cierto carácter secreto, o
        mistérico, de algunas de las doctrinas
        allí enseñadas. La Academia
        continuará ininterrumpidamente su actividad a
        lo largo de los siglos, pasando por distintas fases
        ideológicas, hasta que Justiniano decrete su
        cierre en el año 529 de nuestra
        era.

      5. La Academia

        En el año 369 emprende un segundo
        viaje a Siracusa, invitado por Dión, esta vez
        a la corte de Dionisio II, hijo de Dionisio I, con el
        objetivo de hacerse cargo de su educación;
        pero los resultados no fueron mejores que con su
        padre; tras algunas dificultades (al parecer estaba
        en situación de semi-prisión) consigue
        abandonar Siracusa y regresar a Atenas.
        También Dión tuvo que refugiarse en
        Atenas habiéndose enemistado con Dionisio I,
        donde continuará la amistad con Platón.
        Unos años después, en el 361, y a
        petición de Dionisio II, vuelve a realizar un
        tercer viaje a Siracusa, fracasando igual que en las
        ocasiones anteriores, y regresando a Atenas en el
        año 360 donde continuó sus actividades
        en la Academia, siendo ganado progresivamente por la
        decepción y el pesimismo, lo que se refleja en
        sus últimas obras, hasta su muerte en el
        año 348-347.

      6. Últimos viajes
      7. Obras

      Platón elige el diálogo como
      forma de expresión de su pensamiento;
      quizá como tributo a su maestro Sócrates
      a quién , por lo demás, convierte en
      interlocutor de prácticamente todos ellos; o
      quizá por el influjo de su época. Su obra
      se puede dividir en varios períodos,
      según distintos criterios, siendo una de las
      clasificaciones más aceptadas la
      cronológica:

      • Diálogos de juventud (de
        los 28 a los 38 años) (399-389). Los
        diálogos de juventud están dominados por
        los temas de carácter socrático, y en
        ellos Platón se mantiene fiel a lo
        enseñado por Sócrates. Son de esta
        época los viajes a Megara, Cirene, Egipto e
        Italia

      Aristóteles

      1. Nace en el norte de Grecia, en
        Estagira,hoy Stavró en el año 384 a.
        C., en una familia de tradición
        científica; su padre, Nicómaco había sido
        médico de Amintas II, procedente de Calcis,
        padre de Filipo II de Macedonia. Perdió sus
        padres siendo aún muy niño, y
        quedó a cargo de su tutor, Próxeno de
        Atarneo, quien a los diecisiete años lo
        envió a Atenas para estudiar en la Academia
        de Platón y siguió con el maestro
        hasta su muerte 348-7)veinte años
        después. Platón estimaba
        extraordinariamente a su discípulo, a quien
        llamaba "el lector" y la "mente de la escuela".
        Con la temprana muerte de Alejandro,
        Aristóteles, protegido suyo, tuvo que hacer
        frente al sentimiento antimacedonio que
        estalló en Atenas.Viaja por 12 años
        estableciendo nuevas academias en Assus (347-344) y
        Mitilene en la isla de Delfos donde permanece en
        compañia de Jenócrates y teofrasto
        desde 344 a 342. En Assus se casa con Pythia, la
        hija adoptiva o sobrina del Rey Hermías, con
        la que tiene una hija, a la que le pone el mismo
        nombre de la madre y al fallecer ésta,
        vuelve a contraer nupcias con Herpyllis. Pasa a
        vivir en Pella, capital de Macedonia, para
        convertirse por tres años en el tutor del
        que llegaría a ser Alejandro Magno, entonces con trece
        años.Con este objeto pasó a Pella y a
        Mieza, consagrándose a la formación
        de su regio discípulo. Alejandro fue
        asociado al trono en 340 y sucedió a su
        padre en 336, iniciando poco después sus
        fulgurantes campañas contra el imperio persa
        (batalla del Gránico en 334).
        Alejandro reedificó Estagira, destruida por
        Filipo en 348 y le enviaba a su naestro material
        para sus estudios de Historia natural y grandes
        cantidades de dinero para sus investigaciones (se
        cita la cifra elevadísima de 800 talentos).
        Pero esas relaciones se enfriaron después de
        la muerte de Calístenes, sobrino del
        filósofo, que acompañaba a Alejandro
        como historiógrafo (327), y que
        Aristóteles nunca le
        perdonó.

        En el 336-335 regresa a Estagira y se
        retira allí por un tiempo. Regresa a Atenas
        en el 335 , dedicandose al trabajo científico puro y en
        ese mismo año abrió su propia escuela
        en unos terrenos fuera de las murallas, al lado
        opuesto de la Academia, entre el monte Licabeto y
        el río Ilisos, en las proximidades de un
        templo dedicado a Apolo Likaios, de donde
        recibió el nombre de Liceo (Lykeion). Bien
        fuese por estar dotada de un paseo o por la
        costumbre de enseñar paseando, fue designada
        con el calificativo de Peripatos, y sus seguidores,
        "peripatéticos". Aristóteles
        organizó la enseñanza dando clases
        matutinas para sus discípulos y vespertinas
        para un público más amplio.
        Después de su muerte el Liceo fue ampliado
        bajo Teofrasto, con nuevos terrenos cedidos por
        Demetrio de Pháleron, con dos
        pórticos cubiertos y jardines (310).
        Más tarde fue saqueado por Filipo V de
        Macedonia en el año 300 y arrasado por Sila
        en 86.
        Acusado de ateísmo, Aristóteles tuvo
        que exilarse y se refugió en Calcis, donde
        moriría al año siguiente, el 322
        a.C., a los 62 años de edad.A los estudios
        de F. Etudniczka se debe la identificación,
        con bastante probabilidad, del retrato del
        filósofo. Al morir Aristóteles
        legó su biblioteca a Teofrasto. Este, a su
        vez, a Neleo, hijo de Corisco, el cual la
        llevó consigo a su patria, Skepsis de Ida,
        en Asia Menor. Pero por temor de que se
        apoderasen de ella los emisarios del rey de
        Pérgamo, la ocultó en una cueva,
        donde permaneció hasta que en el año
        100 antes de J.C. fue adquirida por el rico
        coleccionista Apelicón de Teos. Este la
        trasladó a Atenas, donde se apoderó
        de ella Sila, en el año 86,
        llevándola a Roma como botín de guerra. Su
        hijo Fausto la vendió en el año 55
        para pagar las deudas de su padre. El
        gramático griego Tiranión de Amisos
        (s.I) se encargó de restaurar los
        manuscritos, muy deteriorados, e hizo una primera
        edición. Poco más tarde hizo otra
        más correcta, con la ayuda de
        Andrónico de Rodas, décimo escolarca
        del Liceo (h.70 a.J.C.), que ordenó los
        escritos de Aristóteles,
        distribuyéndolos por orden de materias.
        (Cf.Dióg.Laer.,V 52.). Es simpática
        la anécdota del Califa de Bagdad,
        Al-Mamún, siglo IX, responsable de Dar
        al-ilm (La casa de la ciencia), y la
        aparición de Aristóteles que le
        pidió traducir sus obras al árabe, lo
        cual hizo, y que resultó ser el camino para
        que luego, mediante la cultura musulmana, pasaran del
        árabe al latín y así llegasen
        al Occidente, al que conmovieron profundamente
        dejando por siempre su impronta en
        ella.

        Aristóteles siempre conservó
        la influencia de su maestro, Platón, pero en
        su madurez supo superar el platonismo hasta
        configurar su propio sistema de pensamiento, que se
        separa del de Platón en un punto
        fundamental: Aristóteles no acepta que las
        ideas sean entidades subsistentes en un mundo
        separado de la realidad sensible; para él
        las ideas no son sino la esencia de las cosas, que
        se halla en las cosas mismas, cuya constitución explica mediante
        los conceptos de potencia y acto, materia y forma, o la teoría
        de las cuatro causas (material, formal, eficiente y
        final).

        En filosofía moral,
        Aristóteles presenta una ética basada en la naturaleza
        humana, cuyo fin es, según él, la
        felicidad, al cual debe estar dirigido el
        ordenamiento de la sociedad política, es
        decir, del Estado.
        Las obras de Aristóteles pueden
        clasificarse, según su contenido, en los
        distintos grupos: Obras de Lógica, recopiladas en la
        antigüedad con el nombre de Órganon o
        instrumentos para pensar rectamente. Escritos sobre
        ciencias de la naturaleza: Física, Del
        cielo, De la generación y corrupción, Sobre el
        alma…

      2. Vida

        Obras sobre literatura: la Retórica y la
        Poética. Jaeger distigue tres
        períodos en la producción
        aristotélica : PERÍODO DE LA ACADEMIA
        (hasta el año 347), PERÍODO DE LOS
        VIAJES (del año 347 al 335), PERÍODO
        DE MADUREZ (del año 335 al 322).
        F. Nuyens en su obra "La evolución de la
        psicología
        Aristotélica" señála tres
        períodos: PERÍODO PLATÓNICO
        (antagonismo dualista, por ejemplo el Eudemo);
        PERÍODO DE TRÁNSITO (se da natural
        colaboración del alma y del cuerpo, rige en
        su pensamiento un instrumentalismo
        vitalista); PERÍODO DE MADUREZ (el alma es
        forma del cuerpo, comienza a existir con el cuerpo
        y perece con él; en el primer
        período, por lo contrario, el alma era
        independiente del cuerpo e inmortal).
        Metafísica. Escritos que
        tratan de las causas generales de las cosas. Se
        trata de una colección de catorce libros,
        que recogen pequeños tratados o cursos
        impartidos por Aristóteles en el Liceo. La
        palabra metafísica no fue usada por
        Aristóteles, sino por un recopilador
        posterior, que ordenó estos escritos a
        continuación o más allá
        (significado de la preposición griega meta)
        de los libros de física.

        1. ORATORIA
      3. Los ocho libros de
        Política.

      Este genero literario se desarrollo en toda
      Grecia debido a las luchas sociales que llevaban hacia
      la democracia, así como las guerras entre
      ciudades, contra los persas o contra los macedonios. El
      primero de los oradores, por la fuerza de sus discursos, fue Demostenes,
      que dejo dos series de piezas oratorias en contra de
      Filipo de Macedonia: las Filípicas y las
      Olintianas (estas, con motivo de la toma de la colonia
      Olinto por el invasor) además de los discursos
      sobre la corona y sobre la democracia.

      Demóstenes (Atenas 384 a.C. – Atenas
      322 a.C.)

      Según cuenta Plutarco,
      Demóstenes llegó a ser uno de los
      más brillantes oradores del mundo antiguo
      después de entrenarse duramente en las artes de
      la elocuencia y la declamación. El historiador
      griego afirma que Demóstenes superó
      incluso un defecto de dicción colocándose
      piedrecillas en la boca.

      1. Vida

      Demóstenes nació en Atenas
      alrededor del año 384 a.C. Despojado por sus
      tutores de la cuantiosa fortuna que su padre le
      había legado, decidió dedicarse a la
      oratoria, sometiéndose a una
      severa y concienzuda preparación que
      modeló su carácter inflexible y su tenaz
      determinación. En el 363 a.C. derrotó
      brillantemente a su tutor, Afobo, ante los tribunales,
      y durante algún tiempo trabajó como
      logógrafo, tarea que consistía en
      redactar discursos para particulares que querían
      defender su causa ante los tribunales. A partir del 354
      a.C. Demóstenes intervino con más
      asiduidad en la vida política ateniense,
      denunciando en sus discursos los peligros que
      amenazaban la antigua tradición
      democrática de la ciudad.

      El peligro que representaba para la
      hegemonía ateniense la expansión
      incontenible de Filipo II de Macedonia
      constituyó el tema central de sus discursos
      más célebres, las Filípicas
      (351-341 a.C.), en las que arengaba a sus conciudadanos
      a resistir al invasor macedonio y reclamaba la alianza
      de otras ciudades griegas. Pese a la derrota sufrida
      por Atenas en Queronea en el 338 a.C.,
      Demóstenes se convirtió en el más
      decidido líder de la facción
      antimacedónica.

      En el 330 a.C., cuando Alejandro Magno,
      sucesor de Filipo, realizaba su campaña de
      conquista de Asia, Demóstenes pronunció
      su famoso discurso Sobre la corona, con motivo de la
      proposición de Esquines, principal defensor de
      la política macedónica, para que se lo
      recompensase con una corona de oro por sus servicios en favor de la libertad. El discurso, considerado como
      una pieza maestra de la oratoria, fue tan brillante que
      Esquines, humillado por la derrota, optó por
      exiliarse. En el 324 a.C., Demóstenes, acusado
      de dejarse sobornar por un refugiado macedonio llamado
      Harpalo, huyó de Atenas. A la muerte de
      Alejandro Magno fue llamado por los atenienses, en el
      323 a.C., e incitó de nuevo a la guerra contra
      los macedonios. Tras la derrota de Atenas el general
      Antípatro pidió que le fuera entregado
      Demóstenes, quien se refugió en la isla
      de Calauria y se suicidó, mediante la
      ingestión de veneno, el 12 de octubre del 322
      a.C.

      Esquines (Atenas 390 a.C. – 314
      a.C.)

      1. Orador ateniense, cuya biografía se
        puede reconstruir a partir de sus propios discursos y
        los de Demóstenes (v.; n° XVIII Sobre la
        embajada infiel y XIX Sobre la corona). Las ocho
        biografías de la
        Antigüedad son una combinación de estos
        datos y derivan quizá de un original de
        Cecilio de Calcate (época de Augusto). N. ca.
        390 a. C. (1,49) era hijo de Atrometo (11,149) y de
        Glaucótea, familia arruinada por la guerra del
        Peloponeso, de la que nacieron otros dos hermanos,
        Filócares y Alfobeto (11,149). Para ganarse la
        vida, su padre, al regreso del destierro con la
        restauración democrática de Trasibulo,
        hizo de maestro y su madre de oficiante de un culto
        místico (Demóstenes,
        XVI11,199,249,281). E. fue primero actor teatral
        (Demóstenes, XVI11,180; XIX, 337) y
        después escribano (grammateus) del Estado bajo
        la
        administración de Eubulo. Cumplidos sus
        deberes militares en Mantinea (362) y Eubea (357 y
        350), forma parte (348) de la embajada al Peloponeso
        que pretendía la formación de una liga
        contra Filipo. Poco después abogaría
        por el acercamiento a Macedonia. Las causas de esta
        evolución se ignoran y no se puede precisar
        hasta qué punto son fundadas las acusaciones
        de Demóstenes. Su papel en las tres embajadas
        a Filipo, en el 346, es dudoso, y asimismo su
        actuación en las discusiones de la
        Anfictionía de Delfos, el 339, que condujeron
        a la intervención armada de Filipo en la
        guerra sagrada contra los locrios de Anfisa. De esta
        época y la siguiente son sus tres discursos
        conservados. El 330 abandona Atenas por el fracaso
        del Contra Ctesifonte y se instala en Asia Menor,
        dedicándose quizá a la enseñanza
        de la retórica en
        Rodas.   

      2. Vida

        El primer discurso conservado, el Contra
        Timarco (346), es una antigraphe
        (contra-acusación) a este personaje,
        instrumento de Demóstenes, que le había
        acusado de soborno en su embajada a Filipo. Consta de
        exordio (1-8), exposición legal (9-32), prueba
        (32-116), un desarrollo para poner al tribunal en
        guardia contra los argumentos de la defensa y una
        peroración. Demuestra la incapacitación
        legal del personaje para intervenir en los tribunales
        y la política por su falta de piedad filial y
        haberse prostituido en su juventud. La
        argumentación, aunque apoyada en
        verosimilitudes, logró su objetivo: E.
        paró el golpe de sus enemigos y Timarco fue
        condenado.

        El 433, empero, tuvo que defenderse en
        Sobre la embajada infiel de una nueva
        acusación de soborno, esta vez presentada por
        Demóstenes. Su defensa elocuente y
        hábil, basada en su buena fe y sorpresa por el
        curso ulterior de los acontecimientos, le
        valió la absolución por la escasa
        mayoría de 30 votos. Del 330 es el Contra
        Ctesifonte, acusación de ilegalidad a la
        propuesta de éste, según el cual
        debía de concederse una corona de oro a
        Demóstenes por su celo patriótico en el
        338. Tras un exordio (1-8) y la discusión
        legal (49-167), pasa a demostrar después la
        indignidad de Demóstenes para merecer la
        distinción, extendiéndose en
        consideraciones sobre su vida privada. Aunque la
        razón jurídica estaba de su parte (la
        propuesta de Ctesifonte tenía defectos de
        forma), lo que se ventilaba en realidad en el
        proceso era el descrédito de la
        política de Demóstenes. Con cierta
        perspectiva histórica, muerto ya Filipo y en
        pleno triunfo de Alejandro en Asia, Demóstenes
        se justificó brillantemente en su discurso
        Sobre la corona. E., sin obtener la quinta parte de
        los votos, fue condenado a una
        multa.     

      3. Obra.
      4. Ideario y oratoria:

      La política promacedónica de
      E. no se basa en ningún ideal al estilo del
      panhelenismo de la Epístola a Filipo de
      Isócrates, sino en razones de oportunismo
      (superioridad militar de Macedonia, falta de recursos
      de Atenas, buena disposición de Filipo).
      Más elegante que Demóstenes como
      orador, carece del apasionamiento de éste. Es,
      sobre todo, un maestro en las insinuaciones
      insidiosas y en el halago a los sentimientos
      populares. Con todo, no convence: le falta el
      requisito de ser «vir bonos» para que el dicendi
      peritos que en él había adquiriera la
      talla de genuino orador.

      CONCLUSIONES

      1. La civilización helénica, fue
        sometida a múltiples invasiones a través
        de su historia, lo que motivo una especie de
        intercambio cultural, pero también en
        algún momento la llevo a un período de
        profunda y larga decadencia.
      2. El establecimiento de polis (estados
        independientes) ocasionaron el desarrollo integral de
        Grecia.
      3. El desarrollo griego, entre los siglos V y IV
        a. C., alcanzó su máximo apogeo e
        irradió sus influencias al mundo, teniendo como
        eje de este destello a las ciudades de Atenas y
        Esparta
      4. Las Poleis griegas desarrollaron una gran
        cultura en todo sentido: política, arte,
        arquitectura, teatro, historia
        ,filosofía, ciencias, a tal extremo que muchas
        de las formas actuales de vida, se derivan de las
        costumbres y hábitos de este pueblo.
      5. En el campo de las letras, la herencia
        cultural del pueblo helénico, fue
        prolífica, con temas y autores que hasta
        nuestros días tienen influencia sobre el
        pensamiento de muchos grupos
        sociales.

      BIBLIOGRAFÍA:

      Recopilación de diferentes
      páginas web

       

      AUTOR

      Eduardo H. Machado Berroa

      Lengua y Literatura

      Arequipa, Perú

    4. Obras
  1. Obra

Partes: 1, 2, 3

Partes: 1, 2, 3
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