Identidad y globalización en el marco de la Iglesia Pentecostal latinoamericana
- Resumen
- La globalización y las
contraculturas - El
surgimiento y desarrollo del
pentecostalismo - Respuesta
del sistema capitalista: Surgimiento del
neopentecostalismo - Conclusión
- Bibliografía
Este trabajo, al
igual que uno anterior, "Pentecostalismo y lucha social", plantea
un estudio desde las ciencias
sociales de este movimiento en
particular. Se busca por medio del mismo reconocer las
características de este fragmento específico del
cristianismo y
analizarlo en contraposición al sistema-mundo
capitalista. Como es evidente, este texto deja de
lado las cuestiones de la fe -muy preciadas para mí por
otra parte- para dirigirse directamente a un análisis meramente social del
fenómeno.
Quien revise este texto –o el antes mencionado-
desde una perspectiva teológica o desde la fe,
encontrará las obvias carencias de que carece el
análisis social carente de una adecuada filosofía que se fundamente en Dios o que
trascienda al mero materialismo
propio de las ciencias
sociales.
El presente ensayo busca
aplicar un análisis desde las ciencias sociales a los
movimientos evangélicos denominados "pentecostales",
encuadrados en la lógica
de la universalización y la exclusión del
sistema-mundo capitalista entendidos en los parámetros
wallersteinianos.
A partir de esta aplicación específica, se
busca dar luz sobre el modo
de actuar de este modelo en las
diversas áreas de la vida social de los pueblos
latinoamericanos.
Palabras clave.
Pentecostalismo
Globalización
Sistema-mundo
La globalización y las
contraculturas
Emanuel Wallerstein plantea en "El futuro de la
civilización capitalista" que ésta, se ha erguido
sobre al menos tres contradicciones fundamentales. La tercera que
Wallerstein menciona y que es la que nos interesa para este
análisis tiene que ver con "el dilema de la agenda
cultural". La problemática a la que refiere este dilema se
relaciona con el individualismo que debe sostener y fortalecer el
crecimiento de la sociedad
capitalista. La contradicción que surge como producto de
esta, la idea de consolidar un sociedad sobre la base del
egoísmo de sus individuos, ha tratado de ser
contenida:
…haciendo énfasis,
simultáneamente, en dos temas opuestos,
persiguiéndolos simultáneamente y zigzagueando
entre ellos. Estas dos fuerzas o prácticas han sido el
universalismo por un lado y el racismo-sexismo por el otro, que han sido la
quintaesencia de lo producido por la civilización
capitalista.
Si bien, la
globalización, como proceso
último de la ampliación del capitalismo
busca la homogenización de determinados cánones
culturales y de consumo, por
otro lado, y con igual énfasis se plantea la
exclusión masiva y sistemática de grupos
poblacionales debido a su raza, género o
patrones culturales antagónicos con el proceso
"modernizador".
Como contrapropuesta, desde el lado de los sectores
excluidos, se manifiesta la construcción de identidades de corte
cultural, racial o de género que intentan hacer frente al
rechazo sistemático del que son objeto por parte de la
sociedad de mercado. Se trata
de contraculturas que abrazan cierto credo social como
símbolo representativo de su identidad.
Las subculturas surgen como una búsqueda de
identidad y una respuesta de grupos excluidos o marginados de
la colectividad industrial de la modernidad.
Existe relación estrecha entre las opresiones y
frustraciones que sufren y las manifestaciones culturales o
conjuntos de
símbolos mediante los cuales responden a
ellas.
En este caso, la propuesta habermasiana de una democracia
consensual que atañe a todos los integrantes de una
sociedad como iguales, no es factible pues, el sujeto de la
subcultura, en el diálogo no
existe para el que defiende la sociedad de mercado. Como plantea
Ranciére un litigio político se da en base a un
punto ciego en la
comunicación entre dos sujetos, sin embargo, cuando en
el lenguaje de
los interlocutores existen diferencias tan fuertes que el
significado de un mismo hecho es distinto para ambos, el acuerdo
no puede darse sino por medio de la coacción del
más fuerte y por la imposición de su significado
del hecho al más débil políticamente
hablando. Por dar un ejemplo,
…al hablar de trabajo, la burguesía y el
proletariado se refieren a dos objetos distintos: para los
primeros se trata de una mercancía que puede comprarse y
venderse; para los segundos se trata de la fuerza que
produce todas las mercancías (y que no es por
consiguiente una mercancía).
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