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Raíces Culturales del Ecuador (página 2)




Enviado por Luis Chisaguano



Partes: 1, 2

 

Antiguas culturas del Ecuador

Período Formativo:

Se lo llama de este modo porque aquí se empezaron
a formar las primeras culturas del Ecuador, es
decir hubo ya varios acentamientos. Estas culturas son: Valdivia
(3.500-1500 a, c ), la Machalilla ( 1800-1500 a.c) y Chorrera (
1500-500 a.c)

Estas culturas empezaron a utilizar la agricultura,
tenían conocimientos sobre cerámica muy avanzados, además
aprovechaban lo que más podían la materia prima
creando una tecnología muy
avanzada de donde hacían utensilios para la vida diaria.
El alimento principal fue el maíz.

La cultura
Valdivia daba mucha importancia a la fertilidad y hacían
figurillas de mujeres con niños
en brazos o embarazadas, y parece que la mujer era un
ser muy respetado por su condición de madre. La cultura
Machalilla, dicen los cronistas que fue una evolución interna de la Valdivia. Esta
cultura tiene mucho en común con la Valdivia pero una
diferencia importante es que es la primera cultura ecuatoriana
que tiene la costumbre de la deformación del
cráneo, y en todo lo demás son iguales, y
vivían en casas sostenidas por palos que las
mantenían lejos del suelo para evitar
la mordeduras de las culebras y otros animales. La
Cultura Chorrera , ya tuvo avances en estos mismos aspectos, las
figurillas ya tenían un volumen y varios
detalles que no tenían las anteriores. Esta cultura
empezó a movilizarse, y se acentó en varias partes
como Esmeraldas, Santo Domingo y la Amazonía. En la Costa
se situaron cerca de los ríos para tener el agua y
explotar la fauna. En la
Sierra conocieron nichos ecológicos explotables. Fue muy
importante la fabricación de utensilios domésticos
como platos y cuencos e hicieron adornos que tenían un
valor
jerárquico. Su alimentación no
solamente se basaba en el maíz, los vegetales y las frutas
sino también en el consumo de
animales.

Tenían un curandero que tenia conocimientos
herbolarios, y además consumían coca y plantas
alucinógenas que les permitían tener contacto con
el más allá. Esto tenia un fin
religioso.

Período de Desarrollo
Regional:

En este período podemos ver un mayor desarrollo
en varias culturas. Estas culturas fueron: La Tolita, Daule y
Tejar, Jama-Coaque, Guangala y Jambelí en la costa, y
Panzaleo en la sierra.

En la costa, la más conocida en este
período fue La Tolita que lleva su nombre porque en
aquella isla había montículos de tierra que se
llamaban tolas. La isla tenia una vegetación muy tupida en la que sus
habitantes hacían la huaquería o excavación
de huecos.

Se dedicaban a la agricultura, la cerámica, la
metalurgia, el
tallado de madera y las
piedras finas para adornos. Había también
escultores, que representaban a otros artista e instrumentos,
como flautistas, ocarinas y tambores. Tenían jefes brujos
o sacerdotes, es decir hacían ceremonias religiosas, y
tenían un sentimiento familiar arraigado.

Se sabe que fabricaban fibras, adelgazando el algodón
para así, hacer textiles. En esta cultura tenían
muchos animales míticos como los felinos, las serpientes y
las aves y
además el Dios más importante estaba concebido como
un ser humano.

Tenían una especie de jerarquía donde
había familias de más importancia que otras y ellos
fueron los primeros en preocuparse por el erotismo.

En este período las culturas empezaron a
desarrollarse solas, es decir cada una creció estando
separada de las demás.

Período de Integración (500 a.c. – 1500
d.c.)

En este período las culturas empezaron a
comunicarse entre sí mediante la navegación,
dándose así intercambios culturales y comerciales.
En la costa se forman ya confederaciones indígenas
acentadas que eran la de los huancavilcas y los Mantas y otras en
lo que ahora es Atacames, Milagro y Quevedo. Se construyen nuevas
infraestructuras de carácter ceremonial, instalaciones para la
producción artesanal y caminos. Se hacen
grandes terrazas para la agricultura y empieza una organización social más compleja,
iniciando así las clases
sociales.

También se crea una moneda en forma de hacha con
la que empieza un sistema monerio y
utilizan también la concha Spondylus, que era un requisito
importante para el culto, como moneda, proyectándose el
comercio en
toda el área andina.

En el arte se utilizan
metales como
el cobre
más específicamente en orfebrería, el barro
y la piedra. No desarrollaron la escritura pero
tenían un sistema de nudos que después fueron
llamados quipus, y cada nudo era tenia un significado diferente,
y la cerámica no evolucionó como en períodos
anteriores pero la manejaban hábilmente.

Otra manifestación artística era la
pintura en el
cuerpo y los dibujos
tenían significados ceremoniales. En la región
amazónica fabricaban tintes y con esto podemos ver que
conocían muy bien ciertos secretos de la naturaleza. En
la selva era más fácil cazar, pero aun así
tenían pequeñas parcelas cultivadas, aunque
la tierra no
era apta para la agricultura porque tenia poco humus.

En la sierra, en este período estaban los pueblos
pertenecientes al Reino de Quito. Estos
eran la comunidad
Puruhá, la comunidad Cañari y la cultura Panzaleo
que ya existía anteriormente siendo una cultura que se
destacó en la pintura de varios estilos en el
período anterior. La variedad de climas y micro-climas
ayudaron a la acentuación de estas culturas y su
alimentación era básicamente agraria, aunque
también cazaban carne de venado y aves. Tenían
animales domésticos como el cuy y la llama.

Construyeron montículos o tolas que utilizaban
para viviendas o templos y también como tumbas y
construían con materiales
perecibles como la madera y la paja que combinaban con la piedra,
formando casas bastante apropiadas y seguras.

Eran pueblos religiosos que creían en la vida
más allá de la muerte y su
sistema
político encarnado en jefes tribales. Tuvieron un
avance muy importante en la metalurgia y desarrollaron técnicas
como el laminado, amalgama de oro y cobre,
remachado, y repujado.


La llegada de los Incas:

Aproximadamente en el año 1463, Tupac-Yupanqui
había extendido el dominio Inca
hasta el norte de Chile y el noroeste de Argentina.
Decidió entonces iniciar una guerra de
expansión del Imperio hacia el norte y en poco tiempo
llegó a la actual provincia de Loja donde bautizaron a las
tribus locales como "Los Paltas" por su costumbre de deformar los
cráneos a los recién nacidos. Palti-Uma se traduce
como "cabeza de aguacate".

La estructura
política
del Ecuador no estaba unificada pues cada comarca tenia un
Curaca, por lo cual fue fácil para los Incas imponer su
poderío
militar. La mayor resistencia la
hicieron los Cañaris famosos por su bravura, incluso
obligándolos a retornar a la zona de Loja.
Simultáneamente Tupac-Yupanqui había hecho
incursiones por la Costa y se dice que sus emisarios estuvieron
en Tumbes, Puná y Manta.

En el año 1493, cuando ya Cristóbal
Colón había puesto pie en la Isla Española,
Huayna-Capac asumió el trono a la muerte de su
padre y continuó la expansión del Imperio llegando
al norte del Ecuador. Los Caranquis y los Otavalos pusieron tal
resistencia que los Incas, conseguida su victoria y en venganza,
mataron a 30000 hombres y lanzaron sus cuerpos al lago que desde
entonces se llama Yaguarcocha o "el lago de sangre".

En los nuevos territorios los Incas aplicaron sus
sistemas
políticos, religiosos y de represión militar. Su
cultura se expandió fácilmente sobre las tribus
dominadas y surgió, entonces, una mitología nueva encabezada por la diosa
Pachamama y el dios Viracocha a quien se le atribuía la
creación del mundo y de sus primeros pobladores los
gigantes. Los Incas materializaban sus ritos de adoración
dirigiéndose al Sol, fuente de energía natural y
sede de todos los dioses.

El Inca como hijo del Sol presidía las ceremonias
más importantes secundado por un Sumo Sacerdote. Para el
efecto se construyeron grandes edificios donde se desarrollaban
servicios
religiosos, ceremonias políticas
y procesos de
dirección administrativas.

En esta línea, el edificio más
representativo fue el de Ingapirca construido por Huayna-Capac,
una gran estructura de piedra similar a las construcciones del
Cuzco, con aquella técnica tan exclusiva de los Incas para
unir piedra con piedra en perfecta amalgama. De aquella
época y con la misma técnica quedan vestigios de
los llamados "caminos del Inca"por donde transitaron los
"chasquis", llevando mensajes por todo el Imperio. Sin duda, las
construcciones incas fueron más sólidas, más
grandes y más funcionales que las que hicieron los pueblos
conquistados.

Era una cultura superior que dejo profundas huellas en
lo que ahora somos. Basta decir que los caminos y los puentes
sólidos o colgantes fueron comparados por los
españoles por el sistema vial romano. Fuera de sus centros
religiosos y administrativos donde estaba la clase
dirigente, el resto de la población vivía esparcida por el
campo en casas que estaban más cerca de sus cultivos. Este
modelo de
asentamiento es el que perdura hasta ahora y que explica el
fuerte arraigo del campesino
ecuatoriano a la tierra. Muchas casas siguen siendo de tierra
apisonada con una sola puerta pero sin ventanas.

La cerámica cuzqueña fue incorporada a la
producción local aunque los utensilios en ese estilo eran
usados por altos dignatarios. El pueblo llano siguió
trabajando y utilizando su propia cerámica.
Consecuentemente, la escultura no tuvo una evolución
trascendental, aunque los Incas desarrollaron una alta
producción de objetos de oro ceremoniales mezclando sus
propias técnicas con las que ya conocían los
pueblos del Reino de Quito.

Si juzgamos las manifestaciones culturales actuales,
encontramos en la fusión con
los Incas la explicación de nuestras similitudes con
peruanos y bolivianos, pues, concluida la guerra entre Huascar y
Atahualpa el Imperio llegó a ser uno solo en todas sus
manifestaciones.

De las culturas indias nos quedan manifestaciones
artísticas que vale la pena resaltar y que los
investigadores definen como "arte popular". Nuestro pueblo
mantiene, domina y ha mejorado variadas técnicas para
trabajar materiales como el barro, la madera y los metales. Es un
arte donde el creador no individualiza su obra, es una
expresión y un estilo que lo encontramos en cualquier
mercado popular
reflejando esa sensibilidad y esa habilidad transmitidas de
generación en generación a lo largo de
centurias.

Aquí destacan el arte de las cestería para
trabajar objetos de utilidad
práctica pero de ingenua belleza, utilizando fibras
naturales como la paja toquilla, el suro, el carrizo, la totora,
el mimbre, el yute y la cabuya. De las hábiles manos de
nuestros artesanos han surgido cestos, canastos, sombreros de
exportación y fama en el mundo, petates,
adornos y más.

La vieja técnica de la alfarería que viene
de la cultura Valdivia se mantiene hasta hoy como
artesanía pura y como industria. La
producción va desde pequeños adornos y utensilios
caseros, hasta vajillas de exportación. En todo caso,
aquí estamos para tomar en cuenta lo que es
artesanía; es decir, donde el trabajo
todavía se hace con las manos, la paciencia y una profunda
creatividad.
Con la técnica del "acordelado" se hacen recipientes
conocidos como "puños" y "pondos",
básicamente.

Los tejidos
constituyen la artesanía mas desarrollada y
representativa, por lo cual tienen gran demanda,
incluso, en los mercados
internacionales. Por eso, no es raro encontrar indígenas
ecuatorianos, otavaleños sobre todo en cualquier capital del
mundo desarrollado.

En nuestro medio los tejidos que surgen de los telares
indígenas son todavía muy importantes en la
indumentaria de los ecuatorianos, pese al desarrollo textil
industrial. Se hacen en telares de cintura y de pedales,
utilizando la fuerza y la
coordinación humana. Las materias primas
fundamentales han sido la lana de oveja y el algodón,
aunque ahora se han incorporado el nylon y el poliester. En lo
más notable y llamativo están los bordados de
prendas de vestir que han adquirido fama como las blusas de
Zuleta o de Otavalo, por mencionar algo. La tinturación
también se hacia con elementos y métodos
naturales, pero, en la actualidad se han incorporado los
materiales sintéticos.

La talla de madera ha alcanzado expresión
artística indudable, como se aprecia en las vitrinas de
San Antonio de
Ibarra. Un formón en manos del artesano lo transforma
todo. Es notable el dominio de la figura humana aplicada a la
escultura religiosa y los primeros indicios de un arte abstracto
en figuras menos comunes, lo cual le da a esta artesanía
una proyección indudable.

También esta la orfebrería con trabajos en
cobre, plata y oro, que vienen de los tiempos antiguos. Ha ello
se han sumado los trabajos en hierro forjado
para elaborar diversos objetos para adornar viviendas, como
rejas, vallas, faroles, lámparas y otros.

En fin, el arte popular ecuatoriano tiene fuertes
raíces indígenas y ello se expresa también
en la música,
en los ceremoniales religiosos donde se mezcla lo cristiano y lo
autóctono, en las fiestas tradicionales como la "de
finados" para homenajear a los muertos, en el "carnaval" y en
buena parte de las celebraciones cristianas incorporadas a la
cultura indígena con caracteres propios.

La pintura indígena de dos dimensiones, conocida
como "naif" por su estilo ingenuo y natural también tiene
su propio sitio en la cultura nacional. Sumemos los trabajos en
papel y la pirotecnia, entre otras manifestaciones que se nos
escapan.

Basta mirar a nuestra gente y a sus quehaceres diarios
para darnos cuenta de que las raíces indígenas
pesan en nuestra vida cotidiana.


La conquista
española:

El fin del incario se da cuando aparecieron los primeros
españoles en el año 1526, en las costas
ecuatorianas. Según las tradiciones incas, el retorno del
Viracocha debía darse y esa premisa histórica
confundió a los bravos incas que aceptaron al hombre blanco
sin mayor resistencia. La guerra entre Huascar y Atahualpa
también los había debilitado y bajo el liderazgo de
Atahualpa, que demostró gran visión de futuro y de
progreso, el imperio buscaba desarrollarse en paz y mejorar sus
condiciones de vida. La agricultura había tomado gran
preponderancia con el sistema de terrazas que permitió
aprovechar las escarpadas montañas andinas. La
producción estaba segura y el pueblo tenía para
alimentarse y para ofrendar a sus reyes y a sus
dioses.

Buscando mantener el dominio de tan extenso territorio,
Atahualpa, quiteño de nacimiento, se instaló en
Cajamarca, ciudad intermedia entre el Cuzco, Tomebamba o la
actual Cuenca y Quito. Hasta allá llegaron los
españoles para destronarlo. El hombre
blanco y barbado lucía como la representación del
señor Viracocha que retornaba y el caballo era una figura
demasiado imponente para los indígenas que acaban de
conocerlo. También sufrieron en carne propia la presencia
de la pólvora y los arcabuces, instrumentos
extraños para una comunidad que se apegaba a la naturaleza
y no conocía estas técnicas avanzadas de
conquista.

Blasco Nuñez de Balboa había abierto el
camino con el descubrimiento del Océano Pacífico
desde Panamá.
Francisco Pizarro había oído del
Imperio Inca bajo el nombre de "Viru" palabra original para
"Perú", como una tierra rica en oro. El piloto
Bartolomé Ruiz lo trajo en una destartalada
embarcación hasta las costas de Manabí. La selva
asustó a los conquistadores, pero Pizarro, en la Isla del
Gallo citó a los trece de la fama trazando una
línea en el suelo. Los que lo siguieron avanzaron por el
trópico inhóspito hasta llegar al desierto peruano
y se instalaron en Piura. Allí se dividieron en dos
expediciones, Pizarro siguió hacia Cajamarca y
Sebastián de Benalcazar tomó hacia el norte hasta
llegar a Quito donde dominó a Rumiñahui, el
último general de la resistencia.

Los españoles trajeron estas tierras un idioma
distinto que lo asumimos como propio, una religión que los
indo-americanos tampoco conocíamos, una cultura más
avanzada que provenía del continente más antiguo
donde habían florecido civilizaciones como la griega y la
romana, tecnologías mas avanzadas en la navegación
y el transporte y,
desde luego, una organización social basada en el
individualismo, tan distinta del sistema incaico que mas bien
parecía un organización socialista donde todos
trabajaban para todos y para el Inca.

Simultáneamente, vinieron los nuevos conceptos de
arte, arquitectura y
más expresiones culturales que se fundieron
magníficamente con las expresiones de la cultura india. El peso
de la religión católica se reflejó en los
primeros pasos de la conquista, junto a cada conquistador
había un sacerdote dispuesto a cristianizar a los
"paganos" indígenas. Por eso, las ciudades se construyeron
a partir de una plaza mayor donde siempre tuvo fuerte predominio
la presencia de un templo. La ciudad de Quito adquirió
fama, ya en los templos coloniales, por el arte de sus imponentes
iglesias hechas en piedra indestructible, adobe y madera, con
cúpulas imponentes, púlpitos, retablos y altares
bañados en pan de oro donde lucían las pinturas y
esculturas más impresionantes. En los tiempos actuales
seguimos siendo orgullosos de esas iglesias que configuran una
escuela
artística bautizada como quiteña y reflejada en las
pinturas y esculturas de imágenes
de seres celestiales y santos que se elevaron de tierra por sus
virtudes. Dicen los expertos que los templos de la Audiencia de
Quito no son desmesuradamente grandes como en las viejas
capitales europeas donde el ser humano se siente aplastado y
empequeñecido. Acá hay una relación de
medida que facilita el contacto espiritual del creyente con Dios.
Así mismo, la arquitectura de esa época
logró vencer la topografía del terreno quiteño lleno
de quebradas y hendiduras.

Los sacerdotes dirigían las construcciones y se
encargaban de la parte concerniente a diseño,
pero los indígenas ponían la mano de obra,
incluyendo sus capacidades artísticas. Era el año
1535 cuando Quito ya tenía su primer párroco, Juan
Rodríguez, partícipe un año antes de la
fundación de la ciudad. En 1550 vino el Obispo Díaz
a terminar la Catedral. Los terremotos no
han logrado echar abajo a las iglesias quiteñas sometidas
a constante restauración como verdaderos símbolos de nuestra cultura y nuestra
historia.

Lo que mencionamos para Quito también es
válido para las provincias, aunque por razones obvias la
ciudad de San Francisco de Quito estaba llamada a ser el centro
cultural del país y uno de los más importantes de
la América
colonizada. Paralelamente, se hicieron los monasterios y
conventos para alojar a sacerdotes y monjas que pasaban a
administrar los tesoros culturales de la época; esto es,
cuadros, esculturas y adornos religiosos que con el paso del
tiempo han ido adquiriendo mayor valor.

En los siglos 16 y 17 se hicieron solo casas y no
mansiones ni palacios, pero en cambio
tomó gran desarrollo el fino arte de la pintura y la
escultura. Fray Jodoco Ricke, un fraile franciscano de avanzada
que fue el que trajo las primeras semillas de trigo a continente
americano, fundó en Quito la primer Escuela de Bellas Artes y
Oficios que se llamó San Juan Bautista, que después
se llamó Colegio San Andrés. Fue la cuna de la
pintura quiteña y aquí surgen los primeros nombres
de artistas indios, como Andrés Sánchez Gallque,
que trabajaron bajo la dirección del Padre Pedro
Bedón, sacerdote criollo de magnífica
formación y espíritu educativo. Advirtiendo las
diferencias sociales de la época creó la
Cofradía del Rosario para unir a españoles,
criollos e indios bajo el mando de María, buscando
eliminar diferencias.

En el siglo 17 surge la figura de Miguel de Santiago,
pintor extraordinario cuyas obras religiosas son reconocidas en
el mundo entero. Con él llegamos a la máxima altura
del arte hispanoamericano de la época y toma forma ante
los críticos, la escuela quiteña. Fue
indígena y adoptó el apellido de su protector
Hernando de Santiago. Son famosos sus lienzos sobre la vida de
San
Agustín. Que reposan en el claustro del convento, lo
mismo que la Virgen de las Flores y otras pinturas.

También surgieron los escultores talladores e
ingenieros que también trabajaron en los temas religiosos
con un estilo barroco y
trabajando sobre todo en madera. Se pintaban con colores
naturales, pero se ponía énfasis en los plateados y
dorados.

Aquí destacan Diego de Olmos, artista mestizo
mejor conocido como Pampite y famoso por sus vívidos
crucifijos.. También Juan Martínez
Montañés.

En Cuenca destacó un gran escultor llamado Gaspar
de Sangurima cuyas imágenes tenían incomparable
expresividad impresionista.

En los pintores del siglo 18 están Bernardo
Rodríguez, Manuel Samaniego y Jaramillo, los escultores
Bernardo de Legarda famoso por su virgen alada y Manuel Chili,
mejor conocido como Cascapicara.

En el siglo 19 se inicia la dinastía de los
pintores Salas que dejaron obras maestras.


Lo que
nos queda del pasado y lo que podemos cambiar: una perspectiva
sicológica   

Los ecuatorianos tenemos una personalidad
que nos distingue de cualquier otro ser humano, y esta es el
resultado de lo que nos han enseñado, lo que hemos
heredado, la influencia de nuestro alrededor, la cultura que nos
viene de generación en generación y. en lo
individual, experiencias de nuestra infancia.

El problema de nuestro país es que tenemos un
concepto
errado del desarrollo y pensamos que primero es el país
como estructura, es decir carreteras, puentes, escuelas.
Hospitales, lo cual deben hacerlo otras personas en favor
nuestro. El país está frente a nosotros y no dentro
de nosotros; por eso, nos confiamos a los políticos y a
quienes, en nuestro concepto "deben salvar a este
país".

Muy difícilmente llegamos a admitir que podemos
aportar con nuestro propio granito de arena. En cambio, en los
países desarrollados, cada cual es consciente de sus
obligaciones
personales frente a la sociedad; en
primer lugar está el individuo y
como consecuencia de la preparación personal que es
asumida primero por cada uno y después por el Estado.
La
educación general es la meta, pero
cada uno la siente y quiere superarse. Así, la estructura
del país es primero humana, el país está
echo por los hombres y mujeres que quieren ser mejores y
contribuir con lo suyo que el país y la sociedad
progresen.

Lógicamente, están otros aspectos como la
explotación y el dominio de los pocos ricos hacia los
miles de pobres, aunque pienso que también algunos pobres
esperan que les caigan las cosas del cielo, pero también
otras personas luchan mucho, y aún así no progresan
como quisieran. Los latinoamericanos tenemos muchos problemas que
ahora mismo los voy a enumerar.

Somos acomplejados físicamente, socialmente,
sexualmente, económicamente, y culturalmente. La
agresividad la asociamos con la virilidad, es decir somos
machistas tanto hombres como mujeres, hacemos problemas por
cualquier cosa; de este punto salen las falsedades, los
desprecios, y otras cosas más.

Existen otros factores para que este país no
crezca, y uno de ellos es la corrupción, que va desde los más
altos dignatarios hasta los conserjes, todos nos explotamos los
unos a los otros, y no tenemos ni siquiera vergüenza de
hacerlo, lo hacemos en la cara de las otras personas sin
ningún problema. Nuestro país es el que tiene
más puentes vacacionales, por cualquier cosa un puente, no
perdonamos el "san viernes" y vivimos en huelgas sin sentido
porque los gobernantes pocas veces hacen caso, y si lo hacen es
porque van a sacar alguna tajada de todo eso. La ley del menor
esfuerzo está en todo, recurrimos al camino mas corto y
fácil, en vez de trabajar lo que más puede cada uno
para hacer un mejor país.

Ciertas tradiciones populares asociadas a nuestros
orígenes son muy pintorescas y folclóricas, pero
las degeneramos con facilidad lo cual trastorna esa misma
dignidad que
debemos asociar con nuestros orígenes. Entonces, las
fiestas de pueblo siempre terminan en borrachera, en broncas y
duran varios días, porque lastimosamente nuestro
país es un país alcohólico, en donde
disfrutar y pasar bien es sinónimo de pegarse la
borrachera del siglo.

Un caso típico es el del carnaval con agua. No tengo
nada en contra si nos reunimos a jugar carnaval, pero no estoy de
acuerdo en que desahoguemos nuestros complejos y resentimientos
sociales sobre un pobre cristiano, que va al trabajo o a
cualquier otro lado. Hay una carga de agresividad en lo que
hacemos, lo cual solo esconde nuestra propia debilidad. Cuando no
podemos agredir nos vamos al adulo y al facilísimo. Por
eso, otra característica de nuestra personalidad
sico-social es el palanqueo, para conseguir un trabajo buscamos
alguien que tenga algún tipo de poder en alguna empresa o una
institución pública, mientras otras personas que se
esfuerzan mucho, estudian y se preparan no consiguen trabajo
porque las que no están debidamente preparadas se humillan
con el palanqueo.

Los ecuatorianos podríamos superar estos defectos
encontrándonos a nosotros mismos en nuestra propia
realidad, evaluándonos todos los días y tomando
conciencia de que
somos integrantes de un gran cuerpo social que no puede
estancarse. Pero, también confundimos el factor progreso
con imitaciones sin sentido de los grandes defectos de las
sociedades
desarrolladas. Miramos en ellas, no el sentido de
superación y la capacidad de trabajo, sino el consumismo y
la mediocridad. No pensamos, por ejemplo, que los Estados Unidos
para llegar a ser lo que son, tuvieron que evolucionar como
verdaderos pioneros. Solo queremos parecernos a ellos en los
resultados y en sus desviaciones.

Nadie puede escapar de las influencias, sobre todo, en
una época en que las comunicaciones
nos ponen al alcance de todo el mundo, absorbemos todos los
días las características de otras culturas y nos
vamos incorporando a corrientes globalizadoras en que todos
queremos ser lo mismo. Así hemos perdido lo que
teníamos de identidad
nacional que es herencia del
pasado, nuestros intereses en cuanto al conocimiento
han ido variando también y lo que realmente somos ha
quedado refundido entre los extranjerismos más
mediocres.

Ojalá en el nuevo siglo podamos medir esa
influencia y asimilarla debidamente; crecer sin aislarnos ni
perder personalidad propia como país, aprovechar bien
nuestros maravillosos recursos
naturales, el talento y la creatividad que si tenemos y tener
proyección propia en el concierto de las
naciones.

Recomendaciones
para mantener y desarrollar nuestras raíces
culturales
 

Que nuestras raíces culturales perduren depende
de acciones en el
fondo y en la forma.

Por ejemplo, que va a pasar con nuestras comunidades
indígenas, con sus costumbres y tradiciones…?
Están condenadas a desaparecer. ? Sin duda, no. Nuestra
obligación es evitar que ello ocurra.

Hay grupos
indígenas que están solitarios y apartados en
razón de la propia geografía, como las
tribus del Oriente, mientras otras, están incorporadas y
cercanas a lo que llamamos civilización, como ocurre con
las comunidades serranas que ocupan campiñas cruzadas de
carreteras y caminos.

Para las tribus orientales, como los Huaoranis o Aucas,
los Schuaras y Aschuaras, los Alamas y Quechuas, la
solución sería la de respetar su hábitat
en razón de que ellos están plenamente incorporados
a la selva y a todos los fenómenos naturales que en ella
se dan, su supervivencia y forma de vida está conectada
con el manejo de la flora y de la fauna en términos
naturales. Entonces, hay que reconocerles esa tierra y esa selva,
entregándoles grandes áreas que pueden constituirse
en parques naturales donde los visitantes respeten no sólo
las condiciones del parque en sí, sino a sus habitantes y
a su forma de vida. Allí, la explotación de
recursos
tendría que desaparecer, porque ésta puede afectar
esas condiciones naturales que se trata de preservar.

En las áreas que rodeen los parques la
explotación tendría que ser limitada y cuidadosa,
sujeta a normas especiales
para evitar contaminación y destrucción.
Felizmente, ya se ha comprobado que es más importante para
la humanidad que la cuenca amazónica permanezca como
factor de la ecología del planeta,
lo cual, ayuda a entender mejor que el habitante de la selva
también es parte de ese equilibrio
natural que se trata de preservar.

En el caso de las comunidades indígenas de la
sierra, como los Imbayas –de Otavalo y sus alrededores–, los
Salasacas, y otros, ya no pueden permanecer aislados y se han
incorporado a la vida de blancos y mestizos asimilando costumbres
y cultura. En este caso, corresponde respetar las expresiones
propias de su tradición, los simbolismos como la
vestimenta y el folklore, bajo
el concepto de que enriquecen la cultura nacional y le dan
identidad. Hay
que mirar a nuestros indígenas como lo que son, sin
menospreciarlos ni acomplejarlos, porque hay en ellos un gran
potencial para el trabajo y la superación que puede ser la
salvación de nuestro país.

En lo de fondo, debemos reconocer que el indígena
ecuatoriano tiene siglos aferrado su tierra porque depende de
ella. Esto es algo que no todos podemos entender, aunque si
miramos nuestros campos veremos –como en los tiempos
inmemoriales de los primeros asentamientos– que las viviendas
están desperdigadas ya que cada una corresponde a un
pedazo de tierra de cultivo. Si tomamos conciencia de nuestra
propia utilidad, tenemos que reconocer que de aquello depende
nuestra diaria alimentación, pues, son los campesinos los
que en base a su apego a la tierra, permanecen en ella
amándola, cultivándola y dándonos el
alimento.

Hay un gran ejemplo en la vida de los indígenas
que los demás deberíamos seguir e imitar: su
condición gregarista y su sentido de solidaridad para
pensar y actuar como comunidad y no como individuos. En medio de
la crisis
económica y social que cada día se ahonda mucho
más, estamos viendo como los indígenas y campesinos
desarrollan proyectos de
autosugestión produciendo bienes de
consumo que salen, incluso, a los mercados internacionales. Un
caso muy conocido es el de las "queseras de Bolívar",
donde un grupo de
indígenas antes sometidos al abandono y a la pobreza, se
organizaron para producir quesos de alta calidad.
Alentados por el éxito
ahora producen otros alimentos como
chocolates y licores. A manera de pequeña industria,
también procesan lana de oveja y elaboran tejidos. Aparte,
se han preocupado de la educación de los
miembros jóvenes de la comunidad, becándolos para
que estudien en los centros poblados con la condición de
que regresen a servir a su comunidad, una educación
dirigida pues escogen profesiones a nivel universitario, que les
sean útiles en los proyectos comunitarios.

Cuantos ecuatorianos pueden encontrar un futuro digno en
esta forma de trabajar…? Ojalá imitemos a los
indígenas en esta faceta de su vida e investiguemos mas
profundamente el sistema de organización social que
mantienen con todas sus virtudes. Mucho discutimos los
ecuatorianos sobre ideologías y métodos
extraños, dejando a un lado lo que realmente somos. La
integración tiene que ir en dos vías, de ellos a
nosotros y de nosotros a ellos.

En Guatemala, por
ejemplo, la cultura maya
está cada día más incorporada, al punto de
que sus conocimientos se reflejan en el diseño de programas de
computación especiales, diseños de
ropa típica que son aceptados, incluso, en los mercados
internacionales.

En México, la
cultura azteca
es sumamente respetada y está en la sicología
nacionalista de todos los mexicanos, por eso son un país
fácilmente identificable y hasta una representación
latinoamericana en otras zonas del mundo.

Leí recientemente que los Mayas son "un
pueblo obcecado, pero, práctico y eso han hecho que
perduren". Esto significa que hacen valer lo que son frente al
resto del mundo, aunque caigan en la necedad. En los tiempos de
la guerra civil en Nicaragua, El Salvador y países
vecinos, fueron perseguidos y obligados a tomar parte en la
contienda. Sin embargo, resistieron y su identidad cultural no ha
resultado afectada. Lo mismo ha ocurrido en Perú.
Imitemos, entonces, esta perseverancia y apoyemos a nuestros
indígenas pensando en nosotros mismos, porque en nuestras
venas también corre su sangre.

Solo pensemos en la herencia indígena de "la
minga", como un mecanismo que ha permitido el trabajo comunitario
con grandes resultados. Hay que desarrollar esta actitud
positiva, solidaria y progresista. Si estamos unidos alrededor de
pequeños y grandes objetivos,
seremos mucho más en la lucha contra las
dificultades.

De los españoles heredamos muchas cosas en el
campo cultural y artístico. Sin embargo, lo que mejor
deberíamos aprender de ellos es su espíritu de
aventura demostrado en la conquista de terrenos desconocidos e
inhóspitos. Fueron pioneros en esa lucha. Ahora,
pudiéramos emprender otras aventuras de conquista, para
ser inventores y creadores de nuestro propio destino como
nación
y como estado,
educarnos sin complejo para descubrir una ciencia y
tecnologías propias que aporten en beneficio de la
humanidad, una organización social y económica que
responda a nuestra idiosincrasia y a nuestros propios valores.

CONCLUSIONES

  • En aspectos de forma, casi sobra decir que tenemos
    que preservar nuestros monumentos históricos y todas las
    expresiones culturales propias.
  • El patrimonio
    de nuestras ciudades, por ejemplo, está en las obras que
    en otros tiempos hicieron los indígenas sometidos, los
    españoles recién llegados y los mestizos de las
    generaciones siguientes.
  • Otra de las riquezas del Ecuador son las Iglesias,
    las obras de arte pictórico y escultórico que
    hemos descrito ya, no para que sean contempladas en postales o
    en documentales televisivos, sino para que sean visitadas y
    admiradas por todos, especialmente, los niños y
    jóvenes que deben encontrar allí sus
    raíces.
  • También podemos desarrollar una conciencia
    turística para que visitemos nuestro país,
    primero.
  • Hay mucho que conocer de paisaje, manifestaciones
    artísticas y culturales en las distintas regiones. Por
    ahora, los extranjeros las aprecian mucho mas que nosotros.
    Ojalá cambiemos.

  

Bibliografía

  • Paula Espinosa de los Monteros
    Mayo 1999
  • Instituto Científico de Culturas
    Indígenas
    Calle Gaspar de Carvajal N26-27 y Luis Mosquera
    Narváez
    Casilla 17-15-50B
    Quito-Ecuador

 

 

 

Autor:

Luis Chisaguano

COLEGIO "CARLOS ZAMBRANO"

Quito, 05 de Junio del 2006

Partes: 1, 2
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