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Contaminación de Áreas Revertidas por Polígonos de Tiro (página 2)




Enviado por Ralph Evans



Partes: 1, 2

 

Autoridad Nacional del
Ambiente

Las áreas mayormente afectadas por las
actividades militares del Comando Sur, acantonado en las riberas
del Canal de Panamá,
son las áreas de entrenamiento
militar y los polígonos de tiro. Las áreas de
entrenamiento militar ocupan 21,929 hectáreas (64.5%) del
total de 34,000. Por su parte, las áreas de campo de tiro
ocupan 14,590 hectáreas, es decir, el 42.9% del total. Es
importante, anotar aquí las áreas de isla Iguana y
Canas en la provincia de Los Santos y Río Hato en la
provincia de Cocle, los cuales fueron utilizados como sitios de
defensa por los Estados Unidos
durante la Segunda Guerra
Mundial, y no han sido objeto de saneamiento o
descontaminación.

En el documento Range Transfer Report (RTR), Empire,
Balboa West & Pina Range
se presento al Gobierno
panameño en noviembre de 1998. En este informe los
Estados Unidos presenta los mecanismos que utilizara para la
limpieza y transferencia de los campos de tiro en Emperador y
Pina, y en las áreas de bombardeo de Balboa
Oeste.

Las acciones
presentadas en este plan especifican
que la limpieza será hasta 1 pie de profundidad en
áreas de fácil acceso o con poca vegetación, excepto en las áreas de
operación del Canal, en donde es de 2 a 4 pies de
profundidad. Igualmente, no toma en consideración la
detección y remoción de las municiones no detonadas
en 3,175 hectáreas (22%) que considera, Estados Unidos, no
podrán ser saneadas y permanecerán con este tipo de
material.

Sin embargo, el grupo de
trabajo en
Panamá, realizo una evaluación
al documento presentado, concluyendo lo siguiente:

  • Que el examen de localización y
    concentración de los explosivos no detonados
    debió ser el resultado de un audito de
    caracterización científica, y no basado en
    registros
    históricos incompletos.
  • Que el plan debió ser sometido a una
    evaluación por el Departamento de Defensa de los Estados
    Unidos, y que debe existir una real participación de
    Panamá en la planificación, programación y ejecución en los
    trabajos dirigidos a producir informes
    sobre la
    contaminación en dichas áreas.

Finalmente, Panamá propuesto que el proceso de
saneamiento y reversión de los campos de tiro y de las
áreas de bombardeo mencionados contengan:

  1. Fase de contención y control de
    los peligros inminentes y sustanciales (ubicación de
    avisos y/o barreras que limiten el acceso a dichas
    áreas)
  2. Fase de detección y remoción de los
    peligros en la superficie del terreno (remoción
    física, previa localización y
    ubicación de los mismos)
  3. Fase de detección y remoción de los
    peligros en el subsuelo del terreno sujeto a saneamiento y
    reversión.

Autoridad de la Región
Interoceánica

1. Campo de Entrenamiento de Sherman:

De las 6,800 hectáreas que ocupa el área
de entrenamiento de Sherman, 6,600 están cubiertas por
vegetación, identificadas de la siguiente
manera:

a. Bosque verde estacional: 4,081.4 ha.

b. Bosque semideciduo estacional: 765.7 ha.

c. Bosque deciduo: 114 ha.

d. Bosque inundables: 1,031 ha.

e. Palmas: 225.8 ha.

f. Manglares: 85 ha.

g. Matorrales Inundables: 53 ha.

h. Pantanos: 98 ha.

i. Herbazales Inundables: 146 ha.

Se han reconocido en el área más de 220
especies de aves
(incluyendo 24 migratorias). También se han registrado un
total de 60 especies de mamíferos (incluyendo 3 de marsupiales, 31
de murciélagos, 4 edentales, 4 de primates, 8 de roedores
y 7 de carnívoros). Además, se han encontrado 27
especies de reptiles y 26 especies de anfibios. Estos anfibios
incluyen 9 especies de ranas (tree frogs) y 3 especies venenosas
(poison dart frogs). Por otra parte, se encuentran en este sitio
especies en peligro que son protegidas por leyes
panameñas y norteamericanas. Entre estas especies tenemos
el mono aullador, el mono titi, jaguar y otras. El Gobierno de
Panamá, además, reconoce el estatus de especies en
peligro a 33 especies de mamíferos, 38 de aves y 11 de
anfibios y la necesidad de asegurar su
protección.

El área de Sherman muestra
también una diversidad de 500 especies de plantas, con
aproximadamente 809 tipos de ellas, incluyendo 572 especies que
han sido identificadas. La mayor riqueza d especies ha sido
observada en el bosque mixto siempre verde (252
especies).

Por otra parte, existen arrecifes de
coral a lo largo de las costas donde esta situado el Fuerte
Sherman. Estos arrecifes se caracterizan por estar a poca
profundidad y cercanos a la costa, con profundidades entre los 6
y 12 metros. Las mayorías de los corales se extienden por
toda la Laguna de Sherman, a ambos lados. Por la orilla oeste se
extienden hacia el norte, con dirección hacia Punta Toro. Por la orilla
oeste, los arrecifes siguen una dirección noroeste primero
y luego un giro hacia el sur, por una corta distancia. El
área de los corales mantiene una comunidad diversa
de corales, peces, algas y
otras criaturas.

El arrecife de coral de Fuerte Sherman es reconocido por
la Ley 21 de 2 de
julio de 1997 bajo la categoría de paisaje marino costero
y forma parte del paisaje protegido de Sherman.

Todo este recurso natural constituye el principal
atractivo del área, el cual servirá para
desarrollar una actividad turística de alta calidad.

2. Campo de Tiro de Pina:

El campo de tiro de Pina ocupa una superficie de 2, 556
hectáreas de las cuales 50% eran utilizadas para
entrenamiento militar. Las condiciones naturales del área,
influenciada por la combinación de bosques siempre verdes
y semideciduos, aunado a altas elevaciones, drásticos
declives y condiciones geológicas especificas, hacen de
esta área poseedora de una potencial riqueza
ecológica propicia para el desarrollo de
actividades eco-turísticas y de investigación científica.
Además, existen facilidades cercanas como carreteras,
aeropuertos y puertos que hacen este sitio accesible durante el
año.

La riqueza natural de esta área esta representada
por unas 300 variedades de plantas, 99 especies de aves, 33
variedades de mamíferos y 14 especies de
reptiles.

3. Campo de Tiro de Emperador:

El 99.56% del campo de tiro de Emperador esta cubierto
por vegetación. Además, el 4.44% del área
periférica de este campo es utilizado por agricultores
panameños en actividades agrícolas de subsistencia.
En el área de Emperador se encuentran dos tipos de
bosques: el bosque semideciduo mixto y el bosque semideciduo bajo
estacional.

El bosque semideciduo mixto ocupa el 40% del área
cubierta por vegetación. Este tipo de vegetación se
caracteriza por la presencia de especies arbóreas comunes
como el Anacardium excelsum, Ficus insipida, Luehea seemamnii
Cavanillesia platanifilia y Tetrathylacium johansenii.
Además, se encuentran 62 especies de importancia
económica entre las que podemos mencionar el Bombacopsis
sessilis, Enterolobium cyclocarpum y Tachigalia
versicolor.

Estudios realizados en este bosque han registrado 101
especies de aves, de las cuales 17 son migratorias y 84
residentes. De las residentes, solo Crypturellus soui esta
protegido por la Ley. Se han encontrado también 29
especies de mamíferos; de ellas 3 especies
carnívoras, 4 especies roedoras y 17 especies de
murciélagos. Por otra parte, se han encontrado 15 especies
de anfibios y 15 especies de reptiles.

El bosque semideciduo bajo estacional tiene el 42% del
área cubierta con vegetación, en el que podemos
encontrar especies arbóreas como: Phoebe cinnamomifolia,
Spondias Bombin, Picus insipida, Cordia alliodora,
etc.

En este tipo de vegetación se han identificado
127 especies de aves, de las cuales 20 son migratorias y 107
residentes. De igual forma, se encuentran en el área 34
especies de mamíferos, entre los cuales hay 20 especies de
murciélagos, 6 especies de roedores, 2 especies de monos y
2 especies de carnívoros. Además, se identificaron
12 especies de anfibios y 11 de reptiles.

4. Área de Bombardeo de Balboa Oeste:

Esta instalación militar esta totalmente cubierta
de vegetación. Además del tipo de bosque existente
en el Polígono de Tiro de Emperador, se encuentra en este
sitio el bosque semideciduo alto estacional, el cual ocupa 10% de
la vegetación de Balboa Oeste. El bosque mixto semideciduo
ocupa un 24%, el bosque semideciduo bajo estacional ocupa un 49%
y los pastizales ocupan un 17%.

En el bosque semideciduo se han encontrado 89 plantas
taxonómicas, 174 en bosque mixto y 306 en bosque
semideciduo bajo estacional. En este último se han
encontrado también 55 tipos de especies de aves, 7
especies de mamíferos, 5 especies de anfibios y 4 especies
de reptiles.

Debido a la proximidad de este sitio a los centros
urbanos y la existencia de facilidades se han establecido una
serie de poblados periféricos a este campo de tiro. Las
principales comunidades son Nuevo Emperador, Baila Mono, Huile,
Santa Clara y la Gloria, con una población de 3,115 habitantes
aproximadamente y cuya principal actividad económica es la
agricultura de
subsistencia.

Acciones Emprendidas

Varias han sido las acciones realizadas en
relación al saneamiento de las áreas de uso
diferido, entre las que podemos mencionar:

Los Convenios y Tratados
Internacionales

Convenio sobre Armas
Químicas (CAQ)
. Este tratado entro en vigor el 29 de
abril de 1997. Exige la destrucción de todas las armas
químicas del planeta dentro de los próximos 1- a 15
años. Este convenio incluye las armas almacenadas en
cualquier país en espacio y tiempo. La
autoridad
nacional para la implementación de la Convención de
Armas Químicas es el Ministerio de Salud.

Tratado de las Naciones Unidas
sobre la diversidad biológica,
de 1992, en su
artículo 14 se refiere a la evaluación del impacto
y reducción al mínimo, del impacto adverso al medio
de este tipo de actividad.

Convenio de Derecho
Internacional Humanitario,
referente a la
Convención de Ginebra sobre armamentos inhumanos,
así como la de Varsovia sobre armas incendiarias.
Prohíbe el minado de bosques y otro tipo de cubierta
forestal.

Entre otras convenciones y acuerdos internacionales
tenemos: Convención en materia
ambiental como el Derecho del Mar; contaminación marina; objetos espaciales;
accidentes
nucleares y otros, que funcionan con el principio
internacionalmente reconocido de que: "el que contamina
paga"
. Firma y ratificación de convenios
internacionales como el Convenio de Basilea para el control de
movimientos transfronterizos.

Otras acciones

En cuanto a la creación y adopción
de leyes, así como el establecimiento de programas
gubernamentales, a nivel nacional tenemos que se están
realizando las siguientes iniciativas:

La Autoridad de la Región Interoceánica
(ARI),
la Autoridad Nacional del Ambiente, ANAM
y la ley General de Ambiente, No. 41

Se estableció el fideicomiso
con fines de protección ambiental (Fundación
Natura).

Se han expedido leyes sobre protección y manejo
de la vida silvestre, convención de minas antipersonales
de varios estudios de impacto ambiental
en el área.

Negociaciones bilaterales con los EU para la
descontaminación de las áreas revertidas. Ejemplo
de ellas, es la creación del Grupo de Trabajo Conjunto
Estados Unidos-Panamá, grupo informal para ayudar a
manejar temas relacionados con los campos de tiro que revertieron
a Panamá.

Monitoreo de Cuencas que realizo el Instituto de
Recursos
Hidráulicos y Electrificaciones (IRHE).

Proyecto del Ministerio de Salud.
Evaluación del riesgo a la salud
en las poblaciones aledañas a los polígonos de tiro
y ares de bombardeo. Educación
ambiental en salud dirigido a las poblaciones ubicadas en
área de riesgo. Dos cursos de capacitación para facilitadotes regionales
y locales de salud, en la identificación y manejo de
riesgo por Municiones no Detonadas (MDN).

Transferencia de los polígonos, acciones de
seguridad: Los EU
están tomando medidas agresivas para reducir el asociado
con la presencia de MDN en los campos de tiro de Emperador,
Balboa Oeste y Pina.

Conclusiones

La contaminación toxica, especialmente la
presencia de municiones no detonadas esparcidas en la superficie
o enterradas en las áreas de tiro, sumada a la
contaminación natural resultante de las operaciones
normales, son algunos de los problemas
prioritarios que nos quedaron con el cierre de las bases
militares y la retirada de las Fuerzas Armadas de EU.

En este sentido, uno de los problemas
ambientales mas complejos y sensibles que tiene que enfrentar
nuestro país, en el caso de estas áreas, es el de
la descontaminación de los suelos
particularmente de aquellas áreas utilizadas militarmente
por el ejecito de los EU y mas aun presentan una amenaza para las
comunidades aledañas a dichas áreas.

La recuperación de los suelos contaminados, es
una de las rehabilitaciones de mayor costo y
dificultad técnica. Por este motivo, se sugiere realizar
evaluaciones de riesgo en aquellos sitios, que tengan mayor
valor
ambiental, para establecer los mecanismos necesarios para su
pronta recuperación. Aquellas zona, con menor valor, o
menos prioritarias, deberán tener programas de tiendan a
evitar la exposición
de las personas. Sin embargo, la preocupación permanente
de las autoridades, científicos, académicos y la
sociedad civil
en general, hace suponer que Panamá lograra recuperar sus
territorios, sin detrimento de sus usos potenciales en el
futuro.

Recomendaciones

  • Realizar evaluaciones con carácter ponderado
    matemáticamente.
  • Diagnosticar y realizar un mapeo periódico de las áreas para
    detectar cualquier tipo de contaminación.
  • Instalación de estaciones de tratamiento de
    aguas residuales.
  • Establecimiento de normas
    especificas para el uso y contra la contaminación de los
    recursos
    naturales.
  • Cumplimiento de los convenios internacionales sobre
    desechos tóxicos y peligrosos, incluyendo los
    radiactivos.
  • Aplicación de las leyes y regulaciones
    nacionales e internacionales sobre
    contaminación.
  • Contemplar la descontaminación total de estas
    áreas, así como la posible indemnización
    por su contaminación.
  • Explorar la posibilidad de descontaminar dichas
    áreas a través de biotratamientos.

Bibliografía

  • "El Proceso de Saneamiento de las bases militares y
    otras áreas utilizidas por los Estados Unidos en la
    Republica de Panamá; Ministerio de Relaciones
    Exteriores; Jorge Eduardo Ritter, Aida de Rivera, Nicolas
    Ardito Barletta, Mirei Endara. Panama, 31 de julio de
    1999.
  • "La contaminación de los polígonos de
    tiro por el Comando Sur"; Tesis,
    Universidad
    de Panamá; Cecilia De León.
  • Periódico El Panamá
    América
  • Periódico La Prensa
  • "Contaminación Residual en la Ex Zona del
    Canal"; Carlos Arellano Lenox.
  • "Los polígonos de tiro en las áreas
    revertidas"; ARI; Mayo 2005.

Publicaciones

Al negarse a sanear a satisfacción sus bases
militares

Estados Unidos podría dejar en
Panamá artefactos peligrosos

El gobierno panameño mantiene una última
carta bajo la
manga: acudir a tribunales internacionales y obligar a Estados
Unidos a cumplir con convenios sobre la limpieza de municiones y
armas químicas

El retiro de Estados Unidos en la zona del Canal
no está exento de peticiones por parte de
Panamá para que descontamine sitios donde hay
municiones.
Fotografía tomada de

 

Por Arnulfo Barroso, corresponsal del Servicio
Informativo Iberoamericano de la OEI, Ciudad de Panamá,
Panamá.

La polémica que mantienen Panamá y Estados
Unidos desde hace meses por el saneamiento de las bases militares
en las riberas del Canal se ha tornado más agria en las
últimas semanas, debido a la entrega de sitios de defensa
contaminados con municiones vivas, el temor de que los
estadounidenses no cumplan con esta obligación cuando
expiren los Tratados Torrijos-Carter y las lesiones que
sufrió un joven por una granada abandonada en lo que es
hoy un proyecto de
reforestación.

El tema ha originado por primera vez airadas protestas
del gobierno panameño hacia su similar de Estados Unidos,
en las que advierte que podría acudir a organismos
internacionales para interponer una demanda que
garantice el saneamiento total de 3.175 hectáreas
contaminadas con municiones sin detonar.

Las advertencias han provenido del más alto
nivel, incluyendo al presidente Ernesto Pérez Balladares,
quien afirmó que Panamá recibirá las
áreas contaminadas en cumplimiento de los Tratados
Torrijos-Carter, pero que esto no exime a Estados Unidos de
sanear estos sitios después del 31 de diciembre de 1999,
cuando abandonen Panamá, y a pagar indemnizaciones a los
que resulten afectados con ellas.

La manzana de la discordia es la interpretación que ambos gobiernos dan a un
artículo de los Tratados Torrijos-Carter, que dice que
Estados Unidos está obligado a sanear las bases militares
"hasta donde sea viable". El alcance de esta frase es lo que
mantiene a los gobernantes de estos países enfrascados en
discusiones que parecen interminables.

El artículo IV del Acuerdo para la
Ejecución del Tratado del Canal de Panamá dice
textualmente: "A la terminación de cualquier actividad u
operación conforme a este acuerdo, Estados Unidos
estará obligado a adoptar todas las medidas hasta donde
sea viable, para que toda amenaza a la vida, salud y seguridad
humana sea removida de cualquier sitio de defensa, área de
coordinación militar o porción del
mismo en la fecha en que cese la autorización para su uso
por parte de la fuerza de
Estados Unidos".

Panamá ha dicho que Estados Unidos hace una
interpretación unilateral de este artículo para dar
por terminada su responsabilidad en territorio panameño una
vez cumpla con la limpieza de las bases hasta donde ellos
consideren viable.

No obstante, el gobierno panameño insiste en que
el saneamiento debe abarcar varios metros de profundidad para
garantizar que estas áreas puedan ser utilizadas para
diferentes actividades económicas. Mientras que el
estadounidense plantea que las municiones sin detonar
están en áreas boscosas de difícil acceso y
que su limpieza total implicaría la destrucción de
amplias hectáreas de bosques vírgenes, por lo que
recomienda que estos sitios se mantengan como reservas naturales,
con letreros que adviertan a las personas que no deben ingresar a
los mismos para evitar una tragedia.

El gobierno estadounidense ha asegurado en reiteradas
ocasiones que ha hecho "lo posible" en lo que a limpieza de bases
se refiere, pero el panameño no acepta esta versión
y exige a Estados Unidos que haga uso de su tecnología para
cumplir con su obligación. La discusión
subió de tono cuando a principios del
mes de julio el joven de 17 años de edad, Kelvin
Pérez Sánchez, detonó una granada de mano
que le cercenó un ojo y causó otras lesiones en su
anatomía,
cuando clavaba una estaca en el sembradío en el que
trabaja.

Pérez Sánchez es un humilde campesino que
labora en una empresa que
adelanta un programa de
reforestación en los terrenos de la antigua base militar
de Río Hato, instalación que el Ejército de
Estados Unidos ocupó en Panamá en la década
de 1930 para defender el Canal de posibles ataques durante la
Segunda Guerra
Mundial. En la antigua base militar se realizaron ejercicios
de tiro y un número indeterminado de municiones quedaron
sin detonar. Panamá recibió estas instalaciones sin
sanear a cabalidad y ya varios panameños han sido
víctimas de las detonaciones.

El gobierno panameño ha anunciado que dará
todo su apoyo en el campo diplomático para que
Pérez Sánchez logre una justa indemnización
de Estados Unidos, cuya misión
diplomática ha guardado un estricto silencio sobre este
caso. Durante la presencia de Estados Unidos en Panamá han
muerto 21 panameños a causa de municiones sin detonar en
áreas militares. La historia panameña
registra únicamente la indemnización de 5.000
dólares que pagó el gobierno estadounidense a los
familiares de Agustín Cruz, un recolector de latas que
murió al ingresar al polígono de tiro de Nuevo
Emperador (ubicado dentro de las bases militares) en busca de
cobre.

El que contamina paga

Las autoridades panameñas mantienen la tesis de
que el que contamina paga. Bajo esta premisa, el copresidente del
grupo bilateral de trabajo para el saneamiento de las bases
militares, Fernando Manfredo, declaró que Panamá,
como Estado,
exigirá a Estados Unidos 500 millones de dólares en
indemnización por las 3.175 hectáreas que no han
sido saneadas. Estas declaraciones se constituyen en las primeras
de esta naturaleza que
emite el gobierno panameño. "Nosotros esperamos que
Estados Unidos compense a Panamá por lo que va a costar
la
administración de esas áreas y lo que va a
costar la eventual remoción de las amenazas",
afirmó Manfredo.

El presidente Pérez Balladares no ha sido tan
categórico en este sentido, pero sí ha dicho que
Estados Unidos es responsable de remover todos los materiales que
constituyan un peligro para la vida y que deben indemnizar a
quienes resulten afectados por esta situación. Sin
embargo, esta posibilidad no ha caído bien a los
oídos de altos funcionarios estadounidenses quienes
afirman que su país ha hecho "todo lo posible" para sanear
las áreas contaminadas y que Panamá recibirá
a cambio
instalaciones militares y un canal valorados en miles de millones
de dólares. Inclusive, algunos voceros estadounidenses han
insinuado que Estados Unidos podría apelar a un
artículo de los Tratados del Canal que dice que
Panamá estaría obligada a pagar un valor residual
por los equipos que ellos se vean forzados a dejar en territorio
panameño. El monto de la indemnización que pide
Panamá se desglosa en 480 millones de dólares para
la limpieza de las 3.175 hectáreas que permanecen
contaminadas y un millón adicional para el patrullaje,
mantenimiento
y vigilancia de esta área.

Panamá aspira a lograr un acuerdo similar al que
firmó Estados Unidos con Canadá, un país en
donde el nivel de contaminación no es tan alto como en los
polígonos panameños, a través del cual los
canadienses recibieron 100 millones de dólares en
indemnización. Hawai también logró que
Estados Unidos le asignara 400 millones de dólares para
labores de limpieza. Las televisoras panameñas han
mostrado en las últimas semanas imágenes
de manifestaciones en la isla de Vieques, en Puerto Rico,
donde la comunidad exige que el Ejército estadounidense
suspenda inmediatamente las prácticas con municiones vivas
que realiza desde hace varias décadas y que recientemente
produjeron la muerte de
un humilde trabajador.

En Panamá, otra de las quejas que esgrimen las
autoridades panameñas es que el gobierno norteamericano, a
sabiendas de que la descontaminación de bases toma entre
ocho y doce años, inició con tan sólo ocho
meses de anticipación este proceso en los polígonos
que han revertido a los panameños. Sin embargo, el tiempo
que puede durar la descontaminación es un punto que ha
levantado también polémica. Por ejemplo, el experto
en descontaminación de Estados Unidos, Rick Stauber,
afirma que esta tarea en Panamá demoraría unos 20
años, debido a que el 90% de las áreas contaminadas
está bajo una espesa vegetación que dificulta las
labores. Opinó que el principal problema que enfrentan las
fuerzas armadas estadounidenses en Panamá es que los
radares y detectores de metal no llegan hasta las espesas selvas.
Los lugares que más contaminación presentan son los
polígonos de tiro de Emperador, Balboa y Piña, que
es donde están las 3,175 hectáreas que no han sido
saneadas a satisfacción.

Pero hay otros lugares, que Estados Unidos
utilizó para prácticas de tiro desde tiempos tan
remotos como la Segunda Guerra Mundial,
como Río Hato, un pequeño pueblo de pescadores
ubicado en el centro del país y a muchos kilómetros
de distancia de las bases militares en las riberas del Canal y
las islas San José e Iguana, en el Pacífico, que
fueron sometidas a intensas pruebas de
tiro y hasta a prácticas con armas químicas, como
han denunciado grupos
ambientalistas panameños y estadounidenses. En estos
lugares se han encontrado bombas de todo
tamaño, municiones vivas, granadas de mano, cohetes y
morteros. Pero grupos como Fellowship of Reconciliation (FOR) han
denunciado que los militares norteamericanos realizaron en
Panamá en las década de 1940 y 1960
prácticas con gas Mostaza,
Sarín y VX, que son de una alta peligrosidad y que pueden
matar a una persona en pocos
minutos.

FOR también ha señalado que en
Panamá se hicieron maniobras con el gas Cloruro de
Cianógeno CK, que es capaz de paralizar el sistema nervioso
y causar la muerte,
así como con uranio empobrecido, denuncias que han sido
negadas por voceros del Ejército de Estados Unidos. FOR ha
denunciado a lo interno de Estados Unidos y en otros
países del mundo que el gobierno estadounidense practica
la discriminación con los panameños, al
no darles el mismo tratamiento que a sus ciudadanos en materia de
descontaminación de bases militares.

Internacionalizar la
lucha

El gobierno panameño parece guardar una carta
bajo la manga, al reservarse el derecho de demandar a Estados
Unidos con base en la Convención sobre la
Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y
el Empleo de
Armas Químicas y sobre su Destrucción, que fue
ratificado por ambos países. La convención, firmada
en Francia,
señala que: "Por armas químicas se entiende
conjunta o separadamente: las municiones o dispositivos
destinados de modo expreso a causar la muerte o lesiones mediante
propiedades tóxicas de las sustancias específicas".
En el documento se contemplan también las obligaciones
que mantiene un Estado con otro en materia de limpieza de los
territorios utilizados para depositar estas municiones o
dispositivos.

En caso de que Panamá apele a esta
convención, Estados Unidos se vería forzado a
declarar ante los países signatarios 30 días
después del abandono de las áreas contaminadas, si
mantiene cualquier arma química o si se deja
algún tipo de estas armas en el país afectado.
Además deberá especificar el lugar exacto en donde
se encuentran las armas químicas y entregar un inventario de
todos los materiales de esta naturaleza que haya usado en el
país afectado.

La convención establece que: "Todo Estado parte
(en este caso Panamá) en cuyo territorio haya armas
químicas de que tenga propiedad o
posesión otro Estado, se esforzará al máximo
para que se retiren las armas de su territorio un año
después, a más tardar, de la entrada en vigor de la
presente convención. Si estas armas no son retiradas en el
plazo de un año, el Estado
parte podrá pedir a la
Organización y a los demás Estados Partes que
le presten asistencia en la destrucción de esas armas".
Las autoridades panameñas han denunciado que su
contraparte estadounidense en la comisión de
descontaminación no les ha permitido participar en la
elaboración del informe sobre el grado de
contaminación de los polígonos, ni en la
confección del programa de limpieza.

Irónicamente, Estados Unidos esgrime la defensa
de la vegetación que bombardeó durante años
como el principal impedimento para remover las municiones que se
mantienen sin detonar. Mientras tanto, la fecha en que los
militares estadounidenses abandonarán definitivamente
Panamá se sigue acercando, y algunos sectores exigen al
gobierno panameño que actúe con rapidez y
energía, ya que ven como algo remoto la posibilidad de que
Estados Unidos cumpla con su obligación una vez haga
maletas y se vaya de territorio panameño luego de
más de un siglo de presencia militar.

OEI

Derechos de los panameños

Las obligaciones de Estados Unidos también
incluyen el deber de suprimir los riesgos
ambientales y el de proporcionar compensación por los
daños ambientales irremediables. Los problemas
ambientales asociados con las bases militares de Estados
Unidos en Panamá violan una gama de principios de derechos humanos.
La contaminación ambiental interfiere con el
derecho a un ambiente seguro y sano, el
derecho a la vida, a la salud, a la seguridad personal, al
acceso a agua y comida
segura y sana, a viviendas seguras y adecuadas y el derecho a la
autodeterminación -que incluye la soberanía sobre los recursos naturales-. El
descuidar los derechos de los
panameños, presentes y futuros, también supone
violaciones al derecho a no ser discriminado -incluyendo el
derecho a una justicia
ambiental- y al derecho de las futuras generaciones a heredar un
ambiente habitable. Como Gran Bretaña y Canadá
participaron también en el Proyecto San José, y
ambos son Estados parte de la Convención de Armas
Químicas, ambas naciones también tienen
obligaciones respecto de Panamá.
En 1979, Estados Unidos estuvo preparado -si así lo
pedía el gobierno de Panamá- a llevar a cabo una
encuesta
técnica en San José para "determinar los límites de
la contaminación química en la isla y para evaluar
la viabilidad de volverla a una condición segura para ser
habitada con normalidad." En los lugares del territorio
estadounidense donde se usaron armas químicas, el gobierno
de Estados Unidos ha estado siempre dispuesto no sólo a
evaluar la contaminación dejada por estas actividades,
sino a responsabilizarse por su limpieza. No se trata de tareas
técnicamente imposibles. Estados Unidos puede y debe
llevarlas a cabo.

Obligaciones de Estados Unidos

Las principales obligaciones de Estados Unidos
referentes a las armas químicas en Panamá
están especificadas en la Convención de Armas
Químicas y en el Tratado del Canal de Panamá. La
Convención de Armas Químicas entró en vigor
el 29 de abril de1997, sólo días después de
que Estados Unidos se uniera a otros 109 Estados para
ratificarla. La Convención exige a los países
firmantes la destrucción de todas las armas
químicas que posean o controlen en los próximos
diez años, o en los próximos quince, en casos
excepcionales. Y requiere de ellos "asignar la más alta
prioridad" a la protección del medio
ambiente. Por esta razón, las naciones que hubieran
abandonado armas químicas en territorios de otras naciones
están obligadas a declarar esas armas dentro de 30
días después de la ratificación de la
Convención. Una vez que la nación
afectada ratifique la Convención, la nación
responsable de las armas debe destruirlas en cooperación
con la nación afectada, y proveyendo para ello todos los
recursos.

Estados Unidos presentó sus declaraciones en la
fecha requerida, pero no incluyó ninguna información sobre armas químicas
abandonadas en otros países. Teniendo total certeza de que
Estados Unidos abandonó armamento químico en la
panameña isla San José, podemos afirmar que Estados
Unidos está violando la Convención.

El 7 de julio de 1998, la Asamblea Legislativa de
Panamá ratificó la Convención de Armas
Químicas. Una vez que el Presidente Ernesto Pérez
Balladares la firme y su ratificación llegue a las
Naciones Unidas, tanto Panamá como Estados Unidos
enfrentarán una serie de obligaciones. Estados Unidos
estará obligado a "proveer todas las facilidades
financieras, técnicas y
de expertos necesarias" para la destrucción de las armas
químicas que abandonó en Panamá y
Panamá tendrá que cooperar para facilitar su
destrucción. La cooperación panameña
consiste en presentar toda la información de que disponga
y hacer todos los esfuerzos para asegurar que las armas sean
removidas de su territorio en no más de un año
después de que la Convención entre en vigor.
Panamá tiene derecho a pedir a Estados Unidos un plan para
la destrucción de esas armas. El cumplimiento con la
Convención será monitoreado y si Estados Unidos
violara gravemente la Convención, el tema podría
ser llevado a la Asamblea General o al Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas.

El Tratado del Canal de Panamá de 1977 obliga a
Estados Unidos a cumplir "de una manera consistente con la
protección del medio ambiente de la República de
Panamá." Esa obligación incluye
específicamente el deber de "consultar y cooperar" con el
gobierno de Panamá. Cualquier consulta y
cooperación significativa debe empezar con una completa
divulgación respecto a la localización y magnitud
del armamento químico enterrado.

"No existe ningún riesgo"

Una versión de la declaración de Stauber
salió en la primera plana de un diario panameño en
abril de 1998. En una implícita aceptación de los
datos, el
Departamento de Defensa informó a los oficiales
panameños de la Autoridad de la Región
Interoceánica (ARI) que los gases
tóxicos enterrados en el Campo France durante la Segunda
Guerra Mundial
ya "se habían disipado", y puntualizó que en 1979,
cuando entraron en vigor los Tratados Torrijos-Carter sobre el
Canal de Panamá, el Departamento de Defensa de Estados
Unidos evaluó la necesidad de remover la pista de
aterrizaje del aeropuerto de ese lugar para extraer ese material.
Pero se concluyó "que no se justificaba el esfuerzo habida
cuenta de que los gases en referencia no representaban, ni
entonces ni ahora, ningún riesgo, considerando que su vida
útil es menor de 10 años".

Aunque el Ejército de Estados Unidos ha
reconocido que existen lugares de Panamá en donde fueron
enterradas armas químicas, se ha negado a divulgar una
lista de "probables lugares de entierro de químicos en el
extranjero," elaborada por el Comando Químico y
Biológico del Ejército de los Estados Unidos en
1993. Aun sin esa lista, la erosión,
los proyectos de
desarrollo y los buscadores de
souvenirs podrían descubrir algún día estos
sitios…

El Sendero Chivo Chivo fue también lugar elegido
para la destrucción y entierro de armas tóxicas
entre 1952 y 1956. Las pruebas de laboratorio
realizadas en los años 50 y 60 -en las que se utilizaron
químicos letales- plantean más preguntas
inquietantes. Según el toxicólogo Theodore Henry,
en Panamá "podrían estar presentes en el medio
ambiente peligrosos desechos de laboratorio". Según Henry,
los desechos de laboratorio "son más sensibles a liberarse
en el ambiente y tienen el agravante de no poder ser
detectados desde la superficie, como las armas".

 

Ralph Evans

Alberto Madariaga

Laudys Pitti

Yara Trujado

Lynne McDonald

Susana Saldaña

Nasser Dar

Ronald Chang

Partes: 1, 2
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