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La Doctrina Betancourt (página 2)



Partes: 1, 2

Capítulo II

Caso:
República Dominicana (VI Reunión de
Consulta)

La República Dominicana para 1960 contaba con
treinta (30) años de una de las dictaduras más
sangrientas y desalmadas en el continente americano, liderada por
el dictador Rafael Leonidas Trujillo (Chapita Trujillo), quien
asume el poder en 1930
como consecuencia en gran parte de las políticas
intervencionistas de EEUU en Latinoamérica (política del garrote,
diplomacia del dólar). Los primeros diez (10) años
de este régimen se produjeron bajo la tutela de los
norteamericanos a través de una especie de protectorado,
con posterioridad a la firma de un tratado (1940) donde EEUU pone
fin a la "ayuda" militar, aduanera y financiero-administrativo
(enmarcada en la nueva política exterior norteamericana de
buena vecindad) pero siempre considerando a Trujillo y su
gobierno como
un aliado incondicional.

Por otra parte, Rómulo Betancourt, líder y
fundador del partido Acción
Democrática (AD), el cual en sus inicios simpatizaba con
las ideas revolucionarias de izquierda y que para finales de la
década de los cincuenta asume una posición
más de centro lo que le cuesta una fractura con el ala
radical socialista (MIR), esto se da ya que este partido y sus
militantes lideraron la resistencia
contra la dictadura del
General Marcos Evangelista Pérez Jiménez (unos en
la clandestinidad y otros en el exilio) y raíz de ello los
adecos fundamentan sus líneas partidistas más en
principios y
valores
democráticos y de representación popular que en
principios ideológicos.

La relación entre Trujillo y Betancourt de
siempre fue de enemistad declarada y esto se debe en gran medida
a las continuas críticas y denuncias del líder
venezolano en el exilio al sangriento y violador de derechos humanos
régimen de Trujillo.

Una vez Rómulo Betancourt en el poder (1959),
enfoca su política exterior en confrontar todos los
regímenes de fuerza del
continente basándose en la Doctrina Betancourt la cual
surge del discurso dado
al Congreso el día que asume el poder (13 de febrero de
1959). Ya con relación a la política bilateral
entre Venezuela y la
República Dominicana se puede afirmar que desde el primer
momento fueron malas ya que pocos meses de iniciado el gobierno
de Betancourt, se suspende las relaciones diplomáticas con
el dictador Trujillo.

"Demostró el Canciller en su informe al
gabinete como el centro activo de las conspiraciones contra la
democracia
venezolana están en ciudad Trujillo y es el tirano quien
personalmente dirige las operaciones que
se traducen en libros,
folletos, programas de
radio,
manteniendo además una red de espionaje en
nuestro país" (El Nacional 1959)

Lo que detona el conflicto
entre la dictadura de Chapita Trujillo y la democracia de
Betancourt en el plano interamericano fue el atentado planeado
por Trujillo en contra de la humanidad del presidente venezolano
(24 de Junio de 1960) ya que días después del
atentado el gobierno venezolano ejerció todos los
mecanismos interamericanos posibles en contra del gobierno
dominicano, en principio solicita que una comisión de la
OEA se
traslade a Venezuela para que haga una investigación
de campo y sus conclusiones las presente a la
Organización por medio de un informe; "La
Comisión de la OEA conversó asolas con los
implicados, Cabrera Sifontes ratificó la
intervención dominicana" (El Nacional
19-07-1960)

Posterior al retiro de la Comisión el gobierno
venezolano solicita una reunión de Consulta de Ministro de
Relaciones Exteriores (VI) la cual fue convocada para los
días 16 al 21 de agosto de 1960 en la ciudad de San
José de Costa Rica, dicha
solicitud es sustentada jurídicamente mediante el
artículo 6 del TIAR y tiene como objeto fundamental
considerar los actos de intervención y agresión del
gobierno de la República Dominicana contra el gobierno de
Venezuela (atentado contra la vida del presidente
venezolano)

Previo a la cita interamericana se dieron varios
preacuerdos, entre los mas relevantes es importante mencionar el
pacto entre Venezuela y EEUU donde EEUU respaldaría a
Venezuela frente a Dominicana y Venezuela apoyaría a EEUU
frente a la condena anticomunista a Cuba,
sólo que este pacto rompía con la línea
política de ambos países y sería
difícil ponerse de acuerdo para materializarlo en las
reuniones. Un día antes de comenzar la reunión de
consulta la delegación venezolana encabezada por el
canciller Ignacio Luís Arcaya tenían la
sensación de que su propuesta tendría profundo
apoyo por parte de las demás delegaciones gracias al gran
trabajo de
lobby hecho
semanas antes a la reunión "hoy se inicia la Conferencia con
sólido apoyo a Venezuela" (El Nacional 16-08-1960), pero
también existía el miedo de que la
resolución no fuere lo enérgica que ellos esperaban
por ello, en todo momento el ministro Arcaya se manejó
activamente en búsqueda de una sanción ejemplar
contra República Dominicana "La Delegación
venezolana no aceptará conciliación en sus
acusaciones contra la dictadura dominicana, declaró hoy el
Canciller Arcaya comentando la versión de que Brasil gestiona
conciliación Venezuela-República
Dominicana…" (El Nacional 16-08-1960)

Transcurridos dos días de iniciada la VI
Reunión la opinión
pública manejaba distintas versiones pero la
más sonada era la de medidas enérgicas en contra de
Trujillo y una actitud
conciliadora a favor de Castro (refiriéndose a la VII
Reunión de Consulta que ocurriría de inmediato
culminada esta) "la tendencia que ha cristalizado entre los
delegados durante las últimas 48 horas es principalmente a
favor de la adopción
de medidas severas contra la República Dominicana y una
actitud prudente y conciliatoria hacia Cuba" (El Nacional
18-08-1960). Dentro de la Reunión se manejan distintos
grupos con
posturas concurrentes en el sentido de sancionar de alguna manera
a Trujillo pero discordantes en el grado de severidad de las
sanciones que se le debe aplicar.

"La propuesta venezolana de sanciones a la
República Dominicana cuenta con apoyo de varios grados
por parte de un buen número de naciones Latinoamericanas
incluyendo aquellas que ya han roto relaciones con el gobierno
dominicano, pero otras como Chile, Uruguay, El
Salvador y EEUU abogan por una actitud más moderadas."
(El Nacional 18-08-1960)

Pero lo que sí es cierto es que EEUU por primera
vez en la historia de las relaciones
interamericanas se encontraba bajo presión
para adoptar y votar por las sanciones en contra de su aliado
Trujillo solicitadas por Venezuela, en Gran Medida por lo
contundente de las pruebas
presentadas a la reunión en el informe de la
Comisión de la OEA y en parte para lograr reciprocidad en
la condena a Cuba.

De las primeras plenarias Venezuela consigue el apoyo de
al menos nueve países, los cuales respaldan la solicitud
de Arcaya de aplicar todas las sanciones posibles con
excepción de la intervención militar, por su parte
el delegado de EEUU propone una condena sin sanciones y la pronta
convocatoria a elecciones supervisadas por la OEA "el Secretario
de Estado
norteamericano Christian A. Verter… manifestó que
si la República Dominicana rehúsa a aceptar una
comisión de la OEA para vigilar las elecciones entonces la
Organización podría considerar tales
penas, llamadas sanciones" (El Nacional 19-08-1960)

Ya para el día 19 de Agosto en la mañana
extraoficialmente e sabía que un proyecto
presentado por una subcomisión donde se propone ruptura de
relaciones diplomáticas declaración de condena y
sanciones de carácter económico contra el
gobierno de Chapita Trujillo pudiera ser acogida por consenso de
todos los cancilleres "Los cancilleres resolvieron en
sesión secreta e informal, anoche aprobar el proyecto de
sanción contra Santo Domingo presentado por la
subcomisión de los siete" (El Nacional 20-08-1960). Pero
por la tarde surgen nuevamente las tensiones entre las posturas
de un bloque (Ecuador,
Panamá,
Perú, Bolivia,
Haití, Costa Rica, Uruguay, El Salvador, Guatemala,
Colombia, Cuba,
Paraguay y
Nicaragua) inclinados a aplicar las sanciones rígidas (tal
como lo propuso Venezuela) al régimen dominicano y la de
EEUU que proponía "… se nombre un comité
especial de observación para que garantice elecciones
libres en la República Dominicana y luego se apliquen
sanciones si no hay elecciones" (El Nacional
20-08-1960)

Venezuela viendo la posibilidad de un acuerdo poco
enérgico amenaza con no asistir a la VII Reunión de
Consulta si se adopta una resolución benigna. El activo
trabajo de Venezuela en la Reunión y desde el país
permitió reclutar apoyos a medida que transcurrían
los días y ya para el 20 de agosto a un día de
finalizar la VI Reunión de Consulta la postura venezolana
contaba con el respaldo de diecinueve cancilleres dispuestos a
sancionar a República Dominicana, lo que hizo que para
horas de la noche la delegación dominicana se retirara de
la reunión y se regresaran a su país, abordando el
avión el canciller dominicano advirtió "que su
gobierno ocurrirá ante la ONU, a pesar de
haberlo negado en los primeros momentos por las sanciones
aplicadas al gobierno de Trujillo" (El Nacional
21-08-1960).

El canciller del Brasil (Horacio Lafer) quien
presidió la VI Reunión de Consulta de Ministros de
Relaciones Exteriores en su discurso de clausura dijo "al
sancionar el régimen de Trujillo se ha creado jurisprudencia
y orientación en defensa de la democracia en América" (El Nacional 21-08-1960). Estas
palabras confirman los postulados de la Doctrina Betancourt que
no son más que la búsqueda de esfuerzos colectivos
en el continente para aislar y erradicar los sistemas de
fuerza en América.

Después de mucho esfuerzo el día 21 de
agosto se firmó por consenso la resolución
definitiva la cual reza en su parte más
relevante:

Acuerda: aplicar las siguientes
medidas:

a- Ruptura de relaciones diplomáticas de
todos los Estados miembros con la República
Dominicana;

b- Interrupción parcial de relaciones
económicas de todos los Estados miembros con la
República Dominicana comenzando por la suspensión
inmediata del comercio de
armas e
implementos de guerra de
toda clase. El
consejo de la Organización de los Estados Americanos,
estudiará, según las circunstancias y con la
debida consideración de las limitaciones
constitucionales o legales de todos y cada uno de los Estados
Miembros, la posibilidad y conveniencia de extender la
suspensión del comercio con la República
Dominicana a otros artículos. (
)

Esta resolución sin precedentes para las
relaciones interamericanas fue acatada por EEUU de forma plena y
en contra de su voluntad (por primera vez en la historia) tanto
que el 26 de agosto (cinco días después de la
resolución) un cable procedente de Washington D.C.
anunciaba que EEUU rompía relaciones con Santo Domingo lo
que significa la materialización efectiva y
práctica de la Doctrina Betancourt en pro de un esfuerzo
colectivo para aislar y neutralizar la dictaduras en
América.

Este sonado caso ilustra clara e inteligiblemente como
la Doctrina Betancourt se vale de las herramientas
institucionales que ofrece la OEA (Reuniones de Consulta) para
materializar en los hechos las tesis
postuladas.

Capítulo III

Caso: Cuba (VII Reunión de
Consulta)

Durante la década de 1950 eran varias las
dictaduras que oprimían a los pueblos latinoamericanos,
las cuales en su mayoría eran apoyadas por los EEUU (en
nombre de la defensa contra el incipiente comunismo
internacional que cada vez se comenzaba a infiltrar con
más fuerza en el continente) y que como efecto
dominó fueron cayendo a medida que finalizaban los
años cincuenta o al menos varias de ellas como la de
Manuel Odría en Perú 1956, Gustavo Rojas Pinilla en
Colombia 1957, Marcos Pérez Jiménez en Venezuela en
1958 y para finales del mismo año la de Fulgencio Batista
en Cuba. La caída de tales regímenes de fuerza fue
causando furor popular entre la juventud
latinoamericana con ideas revolucionarias las cuales poco a poco
fueron tomando las ideas socialistas y comunistas con más
fervor.

De hecho varios de estos gobiernos cayeron por
revoluciones de este tipo como la que ocurrió en Cuba con
Batista, de hecho era ya común que las sociedades
reaccionaran después en algún momento en repudio a
los repetidos despojos y crueldades cometidas por los dictadores,
tal y como ocurrió en el caso de Batista y quién
para el año de 1958 ya no contaba con el mismo apoyo ni
interno ni externo, ya que luego de la ronda de visitas realizada
por Nixon en calidad de
vicepresidente de los EEUU por Latinoamérica a fin de
reafirmar la política del buen vecino ese mismo
año, los EEUU, al percatarse del creciente sentimiento
antiimperialista y antiyanqui generalizado en el continente
decide reducir el apoyo a los gobiernos de este tipo y por el
contrario propiciar movimientos liberales, es más los
propios EEUU le sugieren a Batista entregar el poder ese
año, al tiempo que se
conforma el frente unido contra el régimen, formado por
los diversos grupos revolucionarios en los que destacaba el
Movimiento 26
de Julio liderado por Fidel
Castro.

Al dictador darse cuenta de la amenaza armada latente y
de la debilidad de sus propias fuerzas oficiales, este huye el 1
de enero de 1959, tomando el mando del país dicho grupo
revolucionario al mando de Fidel Castro (a pesar de que
éste no llega al poder absoluto sino hasta 1976 cuando
decide a través de una nueva constitución, nombrarse
presidente).

Al inicio del programa
revolucionario, las ideas de reformas se centraban en ideas
democráticas y de justicia, con
elecciones presidenciales y con resguardo de derechos de propiedad
privada, de hecho las relaciones del nuevo gobierno cubano con la
Casa Blanca fueron de entendimiento y respeto, sin
embargo, a medida que fueron transcurriendo los hechos las
posiciones revolucionarias se fueron radicalizando tendiendo a la
extrema izquierda a medida que se fueron realizando
expropiaciones dentro de la isla, tanto a los mismos nacionales
como a propiedades y negocios
extranjeros, lo que comenzó a inquietar a la comunidad
internacional, especialmente a los EEUU y que se concretó
cuando Fidel Castro se declara marxista-leninista.

Durante la primera mitad del año de 1959,
iniciándose la revolución
no existía una tendencia política marcada hacia el
comunismo, más bien la revolución se concentraba en
mantener una actitud de no de alineación en contra o favor
de alguno de los dos bloque que ya estaban claramente divididos a
nivel mundial por dos súper potencias del momento (EEUU
vs. URSS), sino más bien de asumir una posición
neutral.

No obstante, a medida que transcurrió el
año de 1959 especialmente luego de la visita de Castro a
EEUU en el mes de abril su discurso antiimperialista se fue
sintiendo con mayor fuerza, haciendo críticas de todo tipo
a los EEUU por asuntos como el apoyo que este le había
dado al régimen de Batista y a otros dictadores
latinoamericanos y su calidad de explotador e intervensionista a
través de sus empresas
monopólicas establecidas en la isla.

Al mismo tiempo, se dieron numerosas ejecuciones a
colaboradores del ex-dictador lo que sorprendió y
provocó de inmediato un rechazo por parte de las
democracias latinas que inicialmente apoyaba y veía con
buenos ojos a la revolución. También se inicio una
fuerte intervención del Partido Socialista Popular (PSP),
el cual era totalmente de corte comunista en la dirigencia del
país lo que fue generando inquietudes importantes en el
sistema
interamericano sobre todo a EEUU ya que esto representaba una
especie de filtración comunista en territorios muy
cercanos.

Al definirse completamente el discurso de Castro en
contra del sistema capitalista de los EEUU, al llevar a cabo la
reforma
agraria en la isla con la cual fue expropiando propiedades
americanas y al poner en práctica abiertamente una
relación comercial (inicialmente) con la URSS a fin de dar
a demostrar su posición "neutral" entre los bloques; las
relaciones EEUU-Cuba se fueron haciendo cada vez más
tensas, en muy corto tiempo siendo lo más preocupante para
EEUU el intenso furor comunista de la isla el cual también
ganaba adeptos y simpatizantes en otras partes del continente.
Luego de firmados los acuerdos de intercambio económico
con el Kremlin y observando la Unión Soviética
(aunque desde lejos pero con mucho interés)
los sentimientos latinoamericanos antiimperialistas como una
oportunidad de conseguir apoyo para el bloque comunista al mismo
tiempo que consigue una

…posibilidad de que su influencia penetrara
en el hemisferio occidental de manera directa e importante. Sus
iniciativas políticas hacia Latinoamérica
habían obedecido al deber de socializarse con los
movimientos comunistas y antiimperialistas de la región,
y al deseo de intensificar los problemas
que la potencia
norteamericana pudiera encontrar en su vecindad inmediata.
(Boersner, 1992 p. 208)

De igual modo la política soviética hacia
América Latina estuvo concentrada en los partidos
comunistas de estos países por lo que el PSP jugó
un papel muy importante en la transición de la revolución
cubana de instantes democráticos a intensa lucha
comunista.

Pero el caso cubano al mismo tiempo representó
una sorpresa para URSS dado su carácter particular e
independencia
revolucionaria, con autoría propia en la adopción
de ideales comunistas (marxistas-leninistas) lo que hacía
a la isla libre de subordinarse al gobierno de
Moscú.

La Unión Soviética al percatarse del
proceso cubano
y de los beneficios que podía obtener
geoestratégicamente frente a los EEUU, a través de
su entonces primer ministro Nikita Kruschev el 3 de junio de 1960
ofrece protección contra posibles ataques o intervenciones
de EEUU, desatando la larga cadena de acontecimientos por venir
entre el eje Washington-La Habana-Moscú, dado que a partir
de allí Cuba se comenzó a llenar de armamento
soviético. Al mismo tiempo, se iba intensificando el
deterioro de las relaciones comerciales dadas las trabas que se
presentaron en el aspecto petrolero, ya que Cuba al denunciar el
alto precio del
crudo que recibía de EEUU lo sustituye por el de la URSS a
precios mucho
más bajos, el cual no quiso ser procesado por las
refinerías norteamericanas instaladas en la isla, lo cual
motivó la expropiación de estas por parte del
Estado a lo que EEUU replicó reduciendo la cuota de
importación azucarera proveniente de Cuba.
Aunado a ello se encontraban las consideraciones de Washington a
través de la CIA de invadir a Cuba.

En todo caso, queda claro que las pretensiones de URSS
sobre América
Latina especialmente en Cuba significaban una clara amenaza a
los EEUU dadas las condiciones de Guerra
Fría a lo que este se apresura a promover una serie de
medidas o sanciones que condenen el comunismo cubano y su
incompatibilidad con el sistema interamericano a lo que elabora
una serie de denuncias contenidas en el informe de la
Comisión Interamericana de Paz que sería presentado
en la VII Reunión de Consulta en San José de Costa
Rica. Parte de tales denuncias expresaban:

Las tensiones internacionales en América han
sido acrecentadas por la naturaleza
de las relaciones que se han sido acrecentadas por la
naturaleza de las relaciones que se han ido desarrollando
durante el año pasado entre el Gobierno Revolucionario
de Cuba y los Gobiernos de la Unión Soviética, la
China
Comunista y de otros países pertenecientes al bloque
chino-soviético. El mantenimiento de las relaciones comerciales y al
bloque comunista de por si quizás no causaría
preocupación en otros países. Empero las
relaciones de una amistad
creciente establecidas entre el Gobierno Revolucionario de Cuba
y los Gobiernos de la Unión Soviética y de la
República Popular China y con los de otros países
asociados a éstos, son de tal naturaleza que crean una
seria preocupación de parte de los otros gobiernos
americanos, debida a las pruebas crecientes de la
intención de las potencias comunistas de explotar dichas
relaciones con el fin de intervenir activamente en los asuntos
del Continente Americano…. El Gobierno Cubano ha seguido
en forma Creciente las prácticas y ha adoptado las
fórmulas que son típicas de sistemas
políticos dictatoriales. (El Nacional
20-08-1960)

La dirección de extrema izquierda en la cual
se encaminaban los ideales cubanos afectó, durante la
primera mitad del año de 1960, no sólo las
relaciones de Cuba con los EEUU sino también con otras
naciones americanas, sentenciando de esta forma su propio destino
de aislamiento que estaba por venir. Uno de esos casos fue el que
se perpetró en Venezuela cuando el entonces presidente
Rómulo Betancourt (quién nunca había
simpatizado abiertamente con el líder cubano Fidel Castro)
asumió como una injerencia del recién establecido
gobierno revolucionario de Cuba, el apoyo que este le
brindó de forma pública al grupo separatista del
partido Acción Democrática el cual se logra dividir
formando el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, al mismo
tiempo que critica a el ala conservadora del partido
acusándolos de subordinarse al imperialismo
yanqui.

Todo ello, aunado al hecho de que Betancourt veía
como una amenaza el posible despertar de una ola ultraderechista
represiva en América Latina como reacción a los
movimientos revolucionarios radicales cubanos, bastó para
que Venezuela al lado de otros países como Costa Rica (su
presidente José Figueres tampoco simpatizaba con el
líder cubano) llegaran a un acuerdo casi de
carácter implícito con los EEUU en que al apoyar
estos y tratar de convencer al resto de los países
latinoamericanos en pactar una resolución anticomunista
indirectamente dirigida hacia Cuba, este cedería en
convenir eficaces sanciones al régimen trujillista de
República Dominicana con el cual EEUU mantenía
buenas relaciones desde sus inicios y apoyaba, pero el cual al
mismo tiempo había perpetrado atentados fallidos contra
los respectivos presidentes de Venezuela (1960) y Costa Rica
(1957) y se levantaba como único régimen de mayor
fuerza y el más problemático para el momento a
parte de las controversias nacientes con Cuba dentro del sistema
interamericano.

A medida que se fue acercando el mes de agosto de 1960
las relaciones bilaterales EEUU con cada uno de los países
de la América se fueron preparando a fin de conseguir
apoyo en cuanto a las medidas que se querían obtener de
las respectivas VI y VII Reuniones de Consulta de Cancilleres en
el marco de la Organización de Estados Americanos,
evidenciándose una vez más las estrategias
sugerentes empleadas por los EEUU para poder reprender a
Cuba.

Bajo lo expresado en los artículos 30 y 40 de
la Carta de la
Organización de los Estados Americanos de 1948 es
convocada la VII Reunión de Consulta de Cancilleres para
el 22 al 29 de agosto de 1960 en San José de Costa Rica
(inmediatamente después de la clausura de la VI
Reunión y de cuya resolución dependía mucho
del alcance de la VII), por Perú (persuadida por los EEUU
para que lo hiciera) alegando la amenaza de intervención
de una potencia extracontinental en el sistema regional americano
y la aceptación de esta intervención por parte de
un Estado americano poniendo en riesgo la
armonía de dicho sistema, específicamente se
pretendían estudiar los casos de "confiscación de
las refinerías, la reducción de la cuota azucarera,
las expropiaciones de todas las empresas norteamericanas en Cuba,
y la declaración de Kruschev sobre la disposición
soviética a defender y proteger militarmente a la isla."
(Boersner, 1992 p. 211)

Sin embargo, con la VII Reunión en la puerta
todavía en el seno de la OEA se especulaba acerca de si
era correcto nombrar a Cuba específicamente en la
reunión o hacer propuestas anticomunistas y de injerencia
extracontinental de forma indirecta, de igual forma se
consideraban para entonces ideas referentes a más bien
tomar ayudas de tipo financieras o económicas de hecho
Venezuela (a pesar de las ya mencionadas diferencias
ideológicas pero en vista del gran apoyo y simpatía
que la Revolución Cubana gozaba en gran parte del
continente) propone la creación de un fondo internacional
latinoamericano a fin de indemnizar a las compañías
norteamericanas expropiadas en Cuba, lo que fue
enérgicamente rechazado por Castro. También
"… la necesidad de cooperación económica
para elevar los niveles de vida es la mejor respuesta a la
amenaza comunista. Brasil, Ecuador y Bolivia informaron tener
planes en borrador respecto a este punto." (El Nacional
22-08-1960)

El ambiente que
se construía en vísperas de la VII Reunión
de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, era muy
distinto al que reinaba en la VI, ya que aquí el mayor
peso lo tenían las naciones latinas (como sucedió
en la anterior) pero en contraposición a lo aspirado por
los EEUU en cuanto a la aplicación de fuertes sanciones,
ya que las respectivas delegaciones latinoamericanas consideraban
peligroso el poder poner en riesgo la soberanía del pueblo cubano. Entre tanto el
canciller cubano Raúl Roa intentaría en el debate una vez
instalada la Reunión

"… demostrar que la nación agredida siempre es la más
pequeña y que resulta improbable que Cuba pudiese atacar
a los Estados Unidos,
primera potencia militar y económica del mundo. Los
indicios son de que los Cancilleres latinoamericanos se
inclinarán por darle una solución moderada a la
disputa cubano-norteamericana." (El Nacional
23-08-1960)

Durante el transcurso de la Reunión, Julio
César Turbay canciller mexicano y presidente de la
Comisión General de la misma, definió muy
eficazmente las circunstancias verdaderamente trascendentales del
momento sin desviación o parcialización alguna de
las realidades que vivía el sistema regional americano.
Por una parte dejó claro que EEUU debió tratar de
forma más multilateral el asunto de la reducción de
las importaciones de
azúcar
cubana como medida de castigo a las decisiones cubanas de
expropiación, pero por otra parte también expuso de
manera contundente las quizá la preocupante
posición cubana de preferir ayuda económica
soviética (entre otros tipos de ayuda) por encima de la
colaboración directa de países hermanos americanos
(habiendo incluso algunos identificados más que otros con
el proceso cubano) a lo que hacía un llamado al canciller
cubano Raúl Roa de explicar claramente las verdaderas
intenciones de su país luego de aceptar y recibir
armamento soviético, declarar desafiadamente su amistad
con la URSS y la China Comunista y de poner a prueba su
compromiso con el sistema interamericano (al que voluntariamente
se había adherido en 1948),

Turbay lanzó entonces un llamamiento formal
a Cuba, invitando a dicho país a someterse a la disciplina
del sistema interamericano y afirmó que contrariamente a
las acusaciones cubanas, constituía la mejor
garantía para el mantenimiento de la soberanía de
todos los pueblos que lo integran… El orador
afirmó que las controversias surgidas entre los Estados
Unidos y Cuba ofrecen a la Organización Regional
Americana la oportunidad de poner a prueba la eficacia de sus
procedimientos
de soluciones
pacíficas." (El Nacional 24-08-1960)

En fin, el ambiente de la Reunión parecía
ser de conciliación cuando luego de las pronunciaciones de
Turbay, las delegaciones manifestaron acuerdo general con
pequeñas discrepancias en cuanto a la intensidad de la no
intervención y a la autodeterminación del pueblo
cubano, con lo que prácticamente se dejaba en manos de
EEUU y de Cuba el resto del desarrollo de
los acontecimientos. Por supuesto que EEUU hasta entonces no
dejaba de emplear medidas de persuasión o de
presión a los países que manifestaban mayor
tendencia al apoyo cubano, aún y cuando la tendencia
latinoamericana parecía ser general a lo que no
parecía que podrían ser aplicadas (o al menos no
todavía) sanciones enérgicas o coercitivas que
intervinieran en la soberanía de Cuba.

Dentro de los países con mayor tendencia a apoyar
la no aplicación de sanciones a Cuba y la defensa de la
autodeterminación de sus ideales políticos y
sistema de gobierno se encontraban Honduras, Panamá,
Bolivia, Ecuador, Venezuela y México, de
hecho estos dos últimos países elaboraron en
conjunto un proyecto de resolución para la Reunión
que fue presentada el día 25 de agosto en la cual se
destaca el hecho de

"Que corresponde a Cuba, y sólo a ella,
trazar los caminos que le parezcan más idóneos
para realizar los anhelos de su pueblo. Declara que las
Repúblicas Americanas continuarán apoyando a la
hermana República de Cuba en su lucha que ha emprendido
para alcanzar su mejoramiento económico y justicia
social." (El Nacional 26-08-1960)

Igualmente, se pedía a Cuba que reiterara su fe
en el sistema interamericano y su confianza en la
Organización de Estados Americanos como vía para el
mantenimiento armónico de las relaciones de sus Estados
miembros.

A esto, Raúl Roa se pronunció de una forma
que sorprendió a las delegaciones presentes, ya que su
actitud fue más calmada, menos defensiva y hasta de
apertura a posibles negociaciones con los EEUU.

No obstante, el 27 en la noche se celebró una
sesión informal en cual no se encontraba presente Roa, y a
la que 18 cancilleres (a excepción de Arcaya de Venezuela
y Moyse de Haití) aprobaron un proyecto de
resolución que, entre varias diferencias con la propuesta
por México y Venezuela, destacaban el que no se mencionaba
a Cuba por ninguna parte, es decir, se hacía
alusión de forma indirecta, sorpresivamente varios de los
países que inicialmente mostraban mayor solidaridad con
Cuba cambiaron de actitud repentinamente, como ocurrió con
el canciller mexicano quién hizo una propuesta para el
punto dos donde "rechaza la penetración de las potencias
china y soviética al utilizar la situación,
política, económica o social de cualquier Estado
Americano" (El Nacional 28-08-1960), también fue rechazado
u omitido la proposición venezolana de que al punto
segundo se le incluyera que "el rechazo a la intervención
extracontinental no menoscaba el derecho de los países
latinoamericanos de establecer relaciones comerciales y
diplomáticas con todas las naciones del mundo". (El
Nacional 28-08-1960). Lo que si significó un triunfo para
la diplomacia venezolana fue la inclusión de un punto tres
el cual condenaba la intervención intracontinental tanto
como la extracontinental y la injerencia de un Estado americano
en los asuntos internos del otro, lo que no fue muy bien visto
por EEUU pero que a la final tuvo que aceptar.

Cuba al enterarse de la Resolución aprobada
determinó que esta era demasiado fuerte para aceptarla y
que sólo se encontraba se acuerdo con el punto tres y del
cuatro al siete podría aceptarlos pero con ciertas
modificaciones, asimismo se sintió fuertemente afectada
por la percepción
y posición asumida por el resto de los países
latinos, pero lo que en realidad significó el aspecto
fundamental del retiro de la delegación cubana de la
reunión el día 28 de agosto, fue el hecho de que
"todos los acuerdos propuestos contra la agresión de otro
Estado americano no habían tenido ningún apoyo" (El
Nacional 29-08-1960), ya que al mismo tiempo Cuba había
propuesto en la Reunión que fuese debatido la
"agresión" económica y de perpetración de
incursiones aéreas sobre el país por parte de los
EEUU, a lo cual no recibió apoyo alguno de los
países latinoamericanos a lo que Cuba calificó de
actitud inamistosa.

Al no suscribir o ratificar Cuba el texto de la
resolución aprobada, la delegación de Venezuela en
la figura de Arcaya no podía hacerlo tampoco, ya que por
razones partidistas (URD apoyaba a la revolución cubana)
el canciller estaba imposibilitado de firmar si Cuba no lo
hacía, además era declarado "amigo de Cuba e
inconforme con la idea de pagar el precio del anticastrismo por
la previa condena a la dictadura dominicana" (Boersner, 1992
p.212), por lo que decide renunciar a la jefatura de la
delegación siendo inmediatamente nombrado al cargo Marcos
Falcón Briceño, quien funcionaba como embajador de
Venezuela ante la OEA y quién suscribió la
declaración final en cuyo texto destaca (además de
lo ya mencionado con relación al rechazo de toda
intervención intra y extracontinental y otros aspectos de
la organización):

Cuarto: reafirma que el sistema interamericano es
incompatible con toda forma de totalitarismo y que la
democracia sólo logrará la plenitud de sus
objetivos en
el Continente cuando todas las Repúblicas americanas
ajusten su conducta a
los principios enunciados en la Declaración de
Santiago… Séptimo: Reafirma su fe en el sistema
regional y su confianza en la OEA, creada para lograr un orden
de paz y de justicia que excluye toda posible agresión
defender su soberanía e integridad regional y su
independencia
política… (El Nacional
29-08-1960)

La consideración por parte de Cuba de cerrarse a
la aceptación de cooperación interamericana por la
evidente falta de verdadera solidaridad, hizo que esta estrechara
más bien sus relaciones con el URSS y China al mismo
tiempo que intensificó su régimen de gobierno
dirigiéndolo con el transcurrir del tiempo hacia una
fuerte dictadura. Durante toda la década de los sesenta,
la Isla y EEUU fueron abriendo un abismo entre sus relaciones
diplomáticas haciéndolas inicialmente tensas y
desestabilizadoras transformándose en frías y
distantes hasta la actualidad.

Las decisiones tomadas por La Habana hasta entonces han
sido totalmente separatistas del sistema interamericano. Pero
también encontramos a la Doctrina Betancourt una vez
más materializada en los instrumentos aplicados por la OEA
en el momento, siendo que aún y cuando Cuba no abandona la
línea dictatorial en la cual se encamina en los sesenta,
en la resolución de la VII Reunión de Consulta de
Ministros Exteriores se consigue institucionalizar de nuevo la
condena a los regímenes totalitarios en el sistema
regional.

Capítulo IV

Conclusiones

La Doctrina Betancourt tiene como basamento
internacional La Carta
Constitutiva de la Asociación de los Estados Americanos
donde se "establece como prerrequisito irrenunciable que sus
Gobiernos sean Producto de
libres elecciones; apliquen la democracia representativa y
respeten los derechos humanos de los gobernados." (Betancourt,
1967 p.114)

Llevada a cabo por Rómulo Betancourt (presidente
de Venezuela 1959-1964), es definida por él mismo como el
no reconocimiento automático y la ruptura de relaciones
diplomáticas con todo aquel gobierno que surgiera de las
armas y no de la elección popular, por lo que para el
momento de su ascenso al poder nacional en 1959 comienza a ser
llevada a cabo y se convierte en la política exterior que
va a regir las relaciones venezolanas con el resto de los Estados
americanos (y no americanos) durante la década de los
sesenta dadas las circunstancias que se viven para la
época y la establecida figura de la Organización de
Estados Americanos como institución reguladora del sistema
regional, encontrando así dicha Doctrina un terreno listo
donde ser aplicada.

Entre la Doctrina Betancourt y la Organización de
Estados Americanos existe una relación de interdependencia
desde sus respectivos orígenes, porque si bien es cierto
que la Doctrina encuentra basamento normativo en lo establecido
en la Carta de la OEA de 1948, a su vez la OEA encontró en
la Doctrina fundamento de acción en la ejecución de
sus labores reguladoras y estabilizadoras de las relaciones en el
sistema interamericano durante la década de los sesenta
(donde poco antes habían caído varias
férreas dictaduras en el continente y otras
emergían con nuevas ideologías pero igualmente
peligrosas para el equilibrio
armónico del sistema).

Por lo tanto, si bien es cierto que la Doctrina
Betancourt sirvió como fundamento ideológico para
la sustentación de las decisiones tomadas en las distintas
Reuniones de Consulta de Cancilleres (convocadas para considerar
problemas de carácter urgente y de interés
común para los Estados americanos, y para servir de
Órgano de Consulta) a principios de los sesenta y que
durante esta década la OEA logra por primera vez mantener
al margen del sistema interamericano a los Estados cuyos
gobiernos habían emergido de una forma distinta a la
elección popular y/o reprimían a sus poblaciones
fuertemente, privándolos de sus derechos más
esenciales, lo que detiene la proliferación de
regímenes de fuerza en Latinoamérica por ser ya
bien conocidas las sanciones a los que estos podían ser
sometidos, en la década siguiente (setentas)
lamentablemente vuelven a surgir gobiernos dictatoriales sobre
todo en Suramérica sumamente implacables (quizás de
los más crueles y violatorios de derechos humanos como el
caso Argentina y el caso Chile), lo que significa una
pérdida importante de vigencia y de aplicación de
la Doctrina en el continente.

Ahora bien, las Reuniones de Consulta como ejes de
articulación para el tratamiento de las circunstancias que
amenazaran el equilibrio de las relaciones continentales
significaron efectivamente desde 1959 a 1970 una ruptura de las
tradicionales Reuniones convocadas desde 1939, ya que durante esa
década se logran no sólo los objetivos previos
planteados en el marco de cada una de ellas, sino el ejercicio de
la voluntad latinoamericana más allá de las
pretensiones estadounidenses para cada caso (aún y cuando
las medidas persuasivas por parte de EEUU siempre estuvieron
presentes).

También es pertinente señalar que desde la
V Reunión (1959, Santiago de Chile) a la X (1970,
Washington D.C., EEUU), todas versaron, de acuerdo al transcurso
de los acontecimientos que se fueron suscitando, en
relación a los casos Cuba y República Dominicana,
por lo que se puede inferir que fueron estos casos los que mayor
atención requirieron siendo las Reuniones
VI y VII (agosto 1960, San José de Costa Rica) las
encargadas de encausar las primeras, pero determinantes, medidas
que regirían las acciones de la
OEA en contra de gobiernos que lleven a sus países por
fuera de los lineamientos enmarcados en el sistema
regional.

Actualmente, luego de más de medio siglo de
evolución de la OEA se puede observar como
hoy la organización ofrece a las naciones americanas un
nuevo documento institucional (adoptado el 11 de septiembre de
2001 por 34 Estados americanos) denominado Carta
Democrática Interamericana donde la esencia de la Doctrina
Betancourt se puede percibir dando una idea de la gran relevancia
que esta tuvo y sigue teniendo en el desarrollo de la
Organización, ya que explica detalladamente de qué
se trata la democracia (de forma más precisa) y describe
cómo debería ser defendida contra posibles
amenazas. Esta nueva Carta de la OEA tiene como propósito
esencial promover y consolidar entre los países americanos
la democracia representativa asumiendo un papel activo en la
defensa de la democracia de los países miembros, al tiempo
que hace respetar el principio de no intervención
establecido en la Carta constituyente.

Fuentes

Belisario, F. (2004) Derecho Internacional
Americano.
Anauco Ediciones C. A. Caracas

Betancourt, R. (1967) América Latina:
Democracia e Integración.
Editorial Seix Barral.
Barcelona

Boersner, D. (1992) Historia de las Relaciones
Internacionales de América Latina
(s/d)
(s/d)

Fortaleciendo el Compromiso Democrático
[Artículo en Línea] Disponible en:

http://www.oas.org/charter/docs_es/porque_carta.htm

[Consultado en 29/06/06]

Sexta Reunión de Consulta de Ministros de
Relaciones Exteriores
[Documento en Línea]
Disponible en: http://www.oas.org/consejo/sp/RC/Actas/Acta%206.pdf
[Consultado en 22/06/06]

Séptima Reunión de Consulta de
Ministros de Relaciones Exteriores
[Documento en
Línea] Disponible en: http://www.oas.org/consejo/sp/RC/Actas/Acta%207.pdf
[Consultado en 22/06/06]

Velásquez, R. (1980) Proyección
Histórica de la Obra de Rómulo Betancourt.
Editorial Centauro. Caracas.

El Nacional: compendio de artículo de
años: 1948, 1954, 1959, 1960, 1961, 1962, 1964, 1965,
1966. (Especialmente los del mes de agosto de 1960).

 

Integrantes:

Mónica Gabriela Acosta
Iturra

(Lugar de Nacimiento: Maracay, Edo. Aragua,
Venezuela)

Farid Jorge Faroh Cano

(Lugar de Nacimientos: Caracas, Venezuela)

Caracas, 10 de Julio de 2006.

Partes: 1, 2
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