- Resumen
- Socialismo del
siglo XXI - El
debate posmoderno - El
desarrollo endógeno - Papel de las
Universidades y las Misiones - Bibliografía
RESUMEN
La educación formal
(institucional o informal) responde a un proceso
histórico social, a unas condiciones económicas
políticas y sociocultural determinadas, no
es un proceso neutro, que pueda ser percibido solamente desde el
punto de vista organizacional, de las funciones, roles
de los miembros que la conformar, sino que es eminentemente
social y se rige por principios
filosóficos políticos y culturales del tipo de
hombre que
desea formar una sociedad y/o
nación
particular.
La educación, en
cualquiera de sus manifestaciones, no ha sido ni será
nunca neutra, mas aun en el contexto actual, en el contexto de
la
globalización, del debate
posmoderno y de las propuestas alternativas o adversas, de nuevas
formas de organización societal , en el
cuestionamiento de lo que ha sido las consecuencias de las
ciencias
frente al exaltamiento de la revolución
informática y concretamente frente a los
cambios que vienen ocurriendo en nuestro país donde se
intenta replantear un nuevo tipo de sociedad y se ha dado inicio
a un numero importante de propuestas educativas, se hace
imprescindible el abordaje de la educación desde la
perspectiva filosófica y sociopolítica.
1-INTRODUCCIÓN
Desde el año 2003, el actual gobierno con las
misiones Robinsón, Ribas y Sucre, dio inicio a una
propuesta de carácter educativo, cuyo propósito
central es dar respuesta a quienes históricamente por sus
condiciones de pobreza han sido
excluidos del sistema
educativo. En el caso concreto de la
Misión
Sucre, que persigue incluir en los estudios universitarios a mas
de 400 mil jóvenes se ha dado inicio a un proceso con 22
programas que
no solo persiguen la inclusión sino la creación de
una nueva universidad que
contribuya a su vez a la formación de un nuevo proyecto de
país donde predomine la democracia
participativa y protagónica, propulsar una economía de
carácter colectivo cooperativista, donde se garantice la
justicia
social.
El ministerio de educación ha señalado que
esta misión podría durar de 7 a 10 años al
tiempo que se
va constituyendo la nueva política
universitaria que tiene en la municipalización de la
educación
superior uno de sus principales propósitos.
La municipalización o aldeas universitarias, que
deben crearse en la mayoría de los municipios del
país deben tener entre sus principios contribuir al
desarrollo
local y regional, pero con plena articulación al proyecto
de país. No se trata de la típica descentralización educativa que solo busca
deslastrar al estado
nacional de una de sus principales responsabilidades como es la
de garantizar la educación y mucho menos contribuir a la
desarticulación de los Estados Nacionales como se hizo en
el pasado reciente, con el aval y financiamiento
de organismos públicos y privados nacionales e
internacionales. Se trata de una universidad consona y
comprometida con las realidades locales, que masifiquen sus
potencialidades económicas pero no con fines de lucro
individuales sino para el beneficio de todos cuya tarea
fundamental sea enfrentar el problema de exclusión y
pobreza contribuyendo al surgimiento de nuevas áreas de
producción pero con condiciones diferentes
a la del modo de producción y relaciones sociales del
capitalismo.
Sin embargo, es necesario advertir que muchas de estas
propuestas de profunda intencionalidad de justicia social no
están aun claramente definidas, salvo legítimos
propósitos generales los cuales apoya la mayoría
del país, los sustentos teóricos y
filosóficos de esta nueva propuesta educativa tienen
profundas ambigüedades y contradicciones que ponen en
peligro sus buenos propósitos
El gobierno ha anunciado su intención de enrumbar
al país a un socialismo del
siglo XXI el cual esta por definirse. Pero tanto el proyecto de
país como el proyecto de educación que va a ser
posible de ese nuevo hombre y esa sociedad deben ser el producto del
debate no solo del presidente y de quienes lo acompañan en
el gobierno, sino a través de un debate público del
cual no puede ser excluido nadie entre esos las universidades
tradicionales. Existe ya un consenso del papel excluyente de
nuestras universidades, de su poca conexión y pertinencia
con la realidad nacional, de haberse convertido en muchos casos
en ghetos no solamente intelectuales
sino en trinchera de oposición política del actual
gobierno de no haber podido satisfacer la demanda de
miles jóvenes en edades para estudiar, sino lo mas
importante, no dar respuesta a los problemas
fundamentales como son la pobreza y la
justicia social.
Al final las universidades, como todo el sistema
educativo, han contribuido a legitimar más que a
cuestionar el sistema de dominación y de desigualdad
social. Sin embargo, a pesar de este reconocimiento, no
podemos negar que en el seno de las universidades se han
desarrollado y se desarrollan actividades de docencia,
extensión e investigación que muchas veces enfrentadas
a la propia institución, han perseguido el cuestionamiento
y la transformación universitaria. Estos actores y estas
experiencias no pueden ser excluidos.
Estos actores y estas experiencias deben ser
considerados en el debate sobre la nueva sociedad y la nueva
educación del venezolano. Igualmente, el debate sobre la
nueva universidad tiene que partir del seno de las universidades
tradicionales, tanto las publicas como las privadas ya que ambas,
sean autónomas o experimentales, están obligadas a
responder constitucionalmente a una política nacional de
educación. la autonomía no puede seguir legitimando
feudos y privilegios particulares. Autonomía
académica es la contribución desde las
universidades a cogestionar los planes de desarrollo. La libertad de
escoger autoridades y tomar decisiones académicas es
siempre en el sentido de una gestión
de lo colectivo, cuya máxima es siempre la nación
venezolana. Universidades sostenidas económicamente con el
erario público y bajo las directrices de las directivas de
las políticas educativas nacionales no pueden estar
excluidas por decisión propia y mucho menos por parte del
Estado como garante de los bienes de la
nación del nuevo proyecto de país.
Es cierto que la urgencia de la demanda social no
permite esperar a que se produzcan los cambios dentro de las
tradicionales universidades pero tampoco se puede evadir la
sustentación teórica y filosófica que genera
el debate académico por que de lo contrario
caeríamos en un vacío que nos llevaría al
pragmatismo de
la masificación educativo sin tener un norte poniendo en
peligro la calidad
académica.
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