- La "Realidad del
Individuo" - Un cerebro capaz de proyectar el
futuro haciendo uso del pasado - Selección
y actualización de la información que se percibe;
la Actualización del Presente - La
interacción entre seres vivos, fundamento del
lenguaje - El
lenguaje, una herramienta en la
interacción - Algunas
particularidades del lenguaje humano - Aprendiendo
el lenguaje humano - Los
escenarios atemporales e inmateriales que provee el lenguaje
humano - La
expansión, gracias al lenguaje, de los escenarios que
conforman la Actualización del Presente y la
Proyección a Futuro y sus
consecuencias - Compartiendo
los escenarios generados por el lenguaje. La Coherencia
Afectiva del Lenguaje - Enfrentando
un dilema - Resolviendo
el dilema; el nacimiento de una nueva
entidad - Comentarios
INTRODUCCIÓN
La Conciencia ha
constituido un reducto inexpugnable para la Razón humana
desde que ambas emergieran producto de la
evolución. El presente trabajo
está orientado a entregar una explicación coherente
acerca del cómo y porqué a través de su
evolución el ser humano accedió a la inédita
dimensión que surge como consecuencia de situar parte de
la acción
del Individuo en
escenarios donde se rompen las leyes de tiempo –
espacio que desde siempre han condicionado todo aquello que
sucede en el mundo material donde está situado el cuerpo
del Individuo. Este singular quiebre, y la forma en que ha tenido
lugar, ha posibilitado que cobre vida el
Ser Conciente.
Ha sido necesario referirse a variados tópicos
para acceder a armar el rompecabezas al que
metafóricamente se puede aludir como una ayuda para hacer
más fácil la compresión del tema, por las
muchas similitudes que pueden establecerse en la forma como se ha
estructurado este trabajo y el tomar piezas dispersas, que
están ahí, a la mano, que guardan relación
cada una de ellas con el conjunto, relación que se
estrecha entre piezas contiguas, por el límite que
comparten.
En dicho límite compartido, lo que es de una
pieza también lo es de la otra, sin embargo no es
necesario recurrir a una exhaustiva comparación para saber
con certeza que son contiguas; con algunos indicios basta para
decidir el tomar una pieza y situarla junto a otra para verificar
si tiene lugar el calce adecuado.
Reconociendo la ayuda que puede brindar para armar un
rompecabezas el contar con una previa visión de conjunto a
partir de la cual se destacan algunas particularidades que
facilitan su posterior armado, es que resulta conveniente hacer
mención en esta introducción a algunos puntos importantes
atingentes al tema de la Conciencia.
La vida está indisolublemente atada a la materia. Tanto
el cuerpo del Individuo que porta la vida como el medio en el que
éste se encuentra, están conformados por materia,
esa ubicua representación de la energía que
sólo adquiere sentido en aquel indefinible punto de la
vara del tiempo que conocemos como Presente.
Múltiples características hermanan a todos
los seres vivos, para quienes -tras el desconocido
propósito de la vida- estar vivos "ahora, en este
presente", no representa mas que una singularidad en el real
desafío que enfrentan: continuar con vida en sucesivos y
próximos presentes, en un medio que se caracteriza por un
continuo cambio.
Los seres vivos con cerebro cuentan
con una representación mental de su medio material
relevante para cada instante de su existencia,
representación –o correlato- que es generado a
partir de la información que perciben del medio material
a través de sus sentidos. Dicho correlato mental es
componente fundamental de lo que se definirá como la
Realidad del Individuo. A su vez, el actor principal en dicha
representación mental del medio, es la
representación mental corporal, esto es, el correlato
mental de un cuerpo que es permanentemente monitoreado por el
cerebro.
El Ser Conciente es una muy particular entidad que
habita tan solo en el ser humano, en su cerebro, y que se
configura y emerge a la par del aprendizaje y
dominio del
lenguaje
durante los primeros años de vida. Esto es posible gracias
a la potencia del
lenguaje humano, la que permite generar escenarios mentales de su
medio relevante que formando parte de la Realidad del Individuo
no necesariamente corresponden a correlatos de aquello que
está presente en el medio material relevante en el que se
encuentra situado el Individuo. Para los restantes seres vivos
con cerebro, la representación mental de su medio
relevante siempre es la de su medio material relevante. En
tal sentido, la Realidad del Individuo de estos últimos
está literalmente atada al medio material y a la forma
como éste va variando instante a instante.
El que el ser humano consiga abarcar en su
representación mental del medio a segmentos de éste
que no cuentan con su recíproco en el medio material donde
está situado su cuerpo, implica que en esas muy
particulares zonas no se está sujeto a las leyes que rigen
a la materia, lo que a primera vista tiene implícito un
aparente contrasentido, dado que la representación mental
del medio es el fruto de un proceso
evolutivo gestado para y por un individuo que ha permanecido
indisolublemente atado a su muy material cuerpo, en un muy
material medio. Una forma de resolver este dilema pasa por asumir
que paralelamente a la evolución que ha través de
su historia ha
registrado el ser humano, se ha ido gestando una nueva entidad,
capaz de desplazarse por estos inmateriales escenarios
–condición necesaria para justificar la
representación mental de aquellos segmentos del medio que
no cuentan con su recíproco en el medio material- y a su
vez capaz de coexistir sin pugna aparente con la
representación mental corporal.
En los escenarios mentales generados a través de
la acción del lenguaje humano se torna posible otorgarle
al tiempo y al espacio una maleabilidad que no es permitida en el
mundo en el que habita el cuerpo material del Individuo portador
de la vida. La experiencia de vida que aporta el lenguaje
humano, cuando su empleo excede
al "aquí, ahora", precisa de un "alguien" que vaya
viviendo la experiencia. Indudablemente al correlato mental del
cuerpo material, cuerpo que está atado al presente y al
medio material, no le es dado vivir dicha experiencia, lo que
exige de la participación de un "tercero en escena". Surge
así una entidad, en extremo subyugada al componente
gregario afectivo que caracteriza al ser humano, capaz de
trasladarse por los inmateriales y atemporales escenarios
generados por la acción del lenguaje.
La
"Realidad del Individuo"
Lo que perciben del mundo que les rodea los seres vivos
con cerebro a través de sus sentidos, en el instante que
están viviendo, les permite generar un correlato mental de
dicho segmento del mundo. Este correlato forma parte de una
estructura
mental mayor, que será definida como la "Realidad del
Individuo", que constituye una particular representación
mental del Individuo en interacción con el medio, actualizada
momento a momento. Antes de profundizar acerca de este concepto, es
conveniente revisar algunos aspectos relacionados con el
cerebro.
Un
cerebro capaz de proyectar el futuro haciendo uso del
pasado
El cerebro almacena experiencia de vida, en lo que se
conoce como "memorias". El
proceso de adquirir memoria consiste
básicamente en la modulación
de las sinapsis, los contactos entre neuronas, que conducen a
asociaciones entre neuronas; la información que contienen
viene definida por relaciones entre ellas.
Cuando una neurona es
excitada y activada, colabora en la excitación y eventual
activación de aquellas con las que se encuentra conectada.
Una experiencia que se está viviendo, se incorpora a
través de nuevas conexiones a la red preestablecida, o
redes, que
activa. Lo nuevo evoca a lo antiguo y por asociación y
consolidación se convierte en parte del mismo sustrato de
memoria.
Con dicho mecanismo se posibilita relacionar temporal y
espacialmente un "antes" con un "después". En una
experiencia posterior, al percibir el Individuo a través
de sus sentidos algunos segmentos del medio que le inducen a
evocar determinadas experiencias de vida, dispone de la
información contenida en dichas memorias para proyectar de
mejor forma aquello que está por suceder. Sin lugar a
dudas lo evocado representa una valiosa ayuda para enfrentar el
futuro. A través de lo evocado se accede a experiencias de
vida cuyo desenlace contiene información que alude a
potenciales estados futuros del medio, cuerpo incluido en dicho
medio.
Esta capacidad del cerebro para ir incorporando
experiencia de vida, no hace sino extender la gama de
alternativas de acción de los seres vivos con cerebro en
relación a los que no lo poseen, dado que para estos
últimos sus acciones son
una respuesta pre programada frente a específicos
estímulos, estando dicho programa
incorporado en su genética.
En todo caso, el relacionar temporal y espacialmente un
"antes" con un "después" no es un recurso exclusivo de los
seres vivos con cerebro. La semilla de un árbol no
necesita contar con una bola de cristal para llevar a cabo la
acción de germinar a partir de específicas
condiciones que se dan en el medio. Para situar lo anterior en su
real contexto, no hay que olvidar que la humilde semilla
también cuenta con mecanismos que cumplen la función
equivalente a la capacidad para percibir y evocar, y a partir de
ello llevar a cabo acciones "como si" contara con una conveniente
representación no sólo de su medio relevante sino
también de un eventual futuro, lo que en definitiva por
ejemplo le induce a la descrita acción de germinar luego
de que en el medio en el que se encuentra se dan determinadas
condiciones de humedad, temperatura,
radiación,
etc. En este caso, y hasta donde se conoce, la experiencia de
vida con que cuenta la semilla está limitada a aquella que
ha heredado en su genética.
En un momento cualquiera durante la vigilia se dispone
de un vasto conjunto de memorias activas, asociadas a
múltiples experiencias de vida relacionadas con aquello
que se percibe del medio. La información contenida como
experiencia de vida, que posibilita relacionar un antes con un
después, no es sino una auténtica puerta hacia el
futuro, un atisbar desde el presente a un eventual escenario
posterior. A esta característica, que se realiza con, por,
y para el Individuo, se le llamará "Proyección a
Futuro".
La importancia que tiene para los seres vivos el contar
con herramientas
para bosquejar potenciales estados futuros del medio no es menor,
toda vez que si bien la vida opera en el presente, único
"lugar" donde existe la materia, es manifiesto que el
desafío que enfrenta es prosperar sobre una
sucesión de presentes que se caracterizan por su continuo
cambio.
Todo ser que se encuentra hoy con vida es la
indiscutible manifestación de un ininterrumpido éxito
de supervivencia, por millones de años, generación
tras generación, sin embargo este histórico
éxito no garantiza que se estará vivo
mañana.
La descripción de las funciones del
cerebro, en lo referente a la información que almacena y
procesa, estaría trunca para los efectos de aquello que
trata este trabajo, si no se incluye un componente siempre
presente en toda experiencia de vida y que excede la mera
participación del conjunto de elementos que en un instante
cualquiera están presentes en el medio externo al cuerpo
del Individuo, y que son susceptibles de ser percibidos. Este es
el componente emocional que acompaña en todo momento al
vivir, fundamental pilar sobre el que se construye el significado
que en definitiva se le asigna a lo percibido, sin el cual la
Realidad del Individuo no adquiere sentido.
El cerebro con que se cuenta al momento de nacer
está creado por los genes. Incluso el mismo hecho de ser
una herramienta diseñada para ser modificada por la
experiencia está escrito en los genes. El significado que
se le otorga a la experiencia de vida se adquiere y almacena en
el cerebro conforme a procesos y
estructuras
cerebrales dispuestos en un programa genético, que es el
que permite que a través de la experiencia de vida se
establezcan nuevas condicionantes para el accionar de los seres
vivos con cerebro, que sin estar presentes en su genética,
respetan sus patrones. Así por ejemplo, el perro que salta
y mueve la cola cuando ve tomar la correa con la que su
dueño acostumbra a sacarlo a pasear, no precisa contar con
un programa de acción en su programa genético que
incluyera a la correa en cuestión; sus experiencias de
vida relacionadas con dicho evento, posibilitan que para
él adquiera un particular significado la correa en
cuestión.
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