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¿Debe ser aceptada o no la Eutanasia por el personal médico? Consideraciones éticas (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Sin embargo, los puntos a favor de la Eutanasia
podrían ser:

  • Tengo un derecho a disponer de mi propia vida, y
    puedo reivindicar la autonomía como parte integral de la
    dignidad humana y expresión de ésta.
  • Una vida en determinadas condiciones es indigna, la
    imagen que proyecto ante los seres cercanos o aún en los
    otros puede ser considerada como humillante e
    indigna.
  • ¿Por qué aceptar una forma de
    existencia en circunstancias limitadísimas sacrificando
    en cierta forma a parientes y amigos?
  • Así como se tiene un derecho a vivir con
    dignidad, por qué no tener un derecho a morir
    dignamente?
  • No debe intentarse prolongar la vida cuando
    ésta no se pueda vivir, haciendo del paciente no un ser
    humano, sino un caso clínico interesante (como ocurre en
    los hospitales universitarios actualmente).
  • Podría institucionalizarse unos derechos no
    sólo del paciente terminal, sino de la familia en
    sí.
  • Es justo morir de un modo tan doloroso?

Como vemos, el mar de preguntas que nos arrastra
aún es grande, sin embargo, ya existe una cierta
conciencia en nuestro tiempo para que ella sea aceptada de
alguna manera, los valores se han ido transformando poco a poco
y ya se está llegando a que algún día, no
muy lejano, se apruebe el derecho a una muerte justa, en los
términos aquí planteados. Los individuos
están tomando más en serio su papel dentro de
este momento histórico y se comienzan a preguntar sobre
aspectos trascendentales en la existencia del ser. Sin embargo,
los riesgos de que éste individuo sea absorbido y
manipulado están latentes.

Como plantean los autores (4, 31-34) aún
existen muchos aspectos indeterminados en torno a la Eutanasia,
cabe mencionar algunos como la dignidad humana y la
autonomía, el no tomar al ser humano desde un punto de
vista eminentemente biológico, la calidad de la vida y
la libertad de elección y no hay que olvidar la
ambigüedad a la que se puede llegar con su eventual
legalización.

Implicaciones desde la
BIOÉTICA.

La bioética está estrechamente ligada a
la profesión médica; desde sus principios es
parte indisoluble del actuar de los dedicados a este fin, tiene
sus raíces en el juramento hipocrático que devino
con ulterioridad en otros juramentos, reglamentaciones y
principios que establecen normas de conducta.

Los principios básicos de la bioética
son los siguientes:

1- No-maleficencia, no hacer un mal.

2. – La justicia, todos los seres humanos tenemos la
misma dignidad, no hay discriminación justificable a la
hora de prestar una atención sanitaria.

3. – La beneficencia, los conocimientos del
profesional son para hacer el bien al paciente.

4. – Autonomía, el derecho del paciente a
decidir muy ligado al proceso del consentimiento
informado.

Montero(29) plantea el análisis del proceso de
la Eutanasia bajo el prisma de la bioética y sus
principios:

Desde el punto de vista de la no-maleficencia
es fácil darse cuenta que quedaría vulnerado en
el proceso de la Eutanasia. Quedarían incluidos tanto
aquellos profesionales que dejan de hacer algo que hay que
hacer en el caso de un enfermo con situación
clínica determinada (ejemplo, no intervenir a una
paciente con SIDA tras un accidente de tráfico que puede
costarle la vida por el hecho de la enfermedad), como
también aquellos profesionales que alargan la
situación de un enfermo terminal con medidas
extraordinarias proporcionadas o no, sin esperanza de
curación, que causará sufrimiento añadido
a ese paciente, recordemos que aquí hablamos de
distanasia. El punto medio en esta situación
sería la ortotanasia, en procesos reversibles
aplicar medicina curativa, y en procesos terminales lo que se
llama medicina paliativa.

Desde el segundo punto de vista, la justicia,
quedaría vulnerado si se tomara en cuenta un
diagnóstico para cambiar una decisión, como por
ejemplo en una caso de paciente con SIDA, o con antecedentes
penales.

Bajo el tercer principio, la beneficencia,
clásico en la Medicina Tradicional, base del Juramento
Hipocrático y los Códigos Deontológicos,
se ampara la puesta de todos los conocimientos disponibles para
el bien del enfermo, que va desde aplicar tratamientos
necesarios para ayudar a vivir y hasta dónde aplicarlos
para ayudar a morir con dignidad.

En cuanto al cuarto principio, la
autonomía
, es el principio que se ha plasmado en las
cartas de los Derechos de los Enfermos muy asociado al proceso
de consentimiento informado (cuanto se haga al enfermo debe de
ser después de que haya dado su permiso libremente, tras
haber recibido la necesaria y comprensible
información).

Sería importante en casos donde un enfermo
pueda tener dudas sobre su competencia el poder valorarlo
mediante los criterios oportunos. Sin embargo, sería
bueno comenzar por el principio de presunción de
autonomía, porque la propia enfermedad puede ser un
tiempo oportuno para clarificar y decidir sobre aspectos
fundamentales de la propia vida. Los enfermos viven con
más radicalidad la condición humana, la pobreza,
la contingencia y la caducidad.

Por lo tanto habría que plantearse aquí
hasta qué punto un enfermo en situación de
gravedad desea acabar con su vida realmente, o por el contrario
se trata de una demanda de atención sobre cuestiones
colaterales que resultan aversivas, como puede ser el dolor, la
ansiedad, o la pérdida de la autonomía. El
conocer estos datos y buscar soluciones podría
también acabar con muchas demandas de este tipo. La
lucha por lograr condiciones de soporte y confort pueden
reducir al máximo la posibilidad de que el enfermo
plantee la eutanasia activa directa y voluntaria.

Potenciar a fondo nuestros recursos personales,
técnicos, relacionales y sociales se ha convertido en un
DEBER MORAL.

No olvidemos que una sociedad "Eutanásica" es
aquella que desde sus estructuras y su funcionamiento acortan
la vida de sus ciudadanos y más concretamente de los
más vulnerables. A mayor vulnerabilidad de la
población afectada, mayor responsabilidad del sistema y
de los que lo componemos.

Por lo tanto es de vital importancia la
corresponsabilidad en generar condiciones de posibilidad de una
vida digna, en la línea de ofrecer alternativas que se
contrapongan a la Eutanasia activa directa y voluntaria.
Heidegger decía que el hombre es un "ser para la
muerte", una manera de afirmar que estamos condenados a morir.
Siendo esto esencialmente cierto, no quiere decir por ello que
estemos condenados a morir de cualquier forma, sino que estamos
obligados a crear esas condiciones que posibiliten un proceso
vital significativo, lo que también incluye un
significativo proceso de muerte. ¿Quién ha dicho
que sea cierto que la mejor muerte es la rápida o la
silenciosa? ¿Acaso no es legítimo plantearse la
posibilidad y el deseo de realmente vivir el morir? Por lo
menos deberíamos pensar en la posibilidad de
ofrecerlo.

Según plantean Lauro(3), Kass(31) "se trata
pues de vivir una vida llena de sentido, dar más vida a
los días, no más días a la vida a toda
costa".

6- La Eutanasia en el ámbito
mundial

La mayor parte del mundo no está todavía
consciente del peligro que representa la Federación
Mundial de Sociedades para el Derecho a Morir, una red
internacional para promover la eutanasia. Alrededor de 29
organizaciones miembros de esta red están dedicadas a
crear un clima de opinión favorable a la
legalización de la Eutanasia y a llevarla a cabo en
cualquier forma que pueda hacerla aceptable en sus respectivos
países y una vez que la Eutanasia sea legalizada en
cualquier parte, su aplicación puede extenderse a medida
que se presenten las oportunidades.

Estamos siendo testigos de la construcción
multinacional de una de aquellas "estructuras de pecado", de
las que el Papa Juan Pablo II habló. Una pequeña
estructura puede ser pasada por alto como insignificante, y
cuando llega a alcanzar el tamaño de un rascacielos se
acepta como parte del paisaje urbano.

Nuestra tarea es impedir la construcción de
esta estructura a través de todo lo que esté a
nuestro alcance, frenarla si fuera posible, desmantelarla, y,
aún más, reemplazarla con algo
auténticamente positivo. Si fracasamos, la probabilidad
de que la Eutanasia tenga lugar a escala mundial, se
convertirá en una certeza. Querámoslo o no,
nosotros mismos tendremos tantas probabilidades de morir a
manos de otro como por cualquier otra vía. Mientras
más jóvenes seamos en estos momentos, más
probable será que ello ocurra en el futuro. Como dice el
refrán: "la vida que salves bien podría ser la
tuya propia". (4)

6.1- La actual discusión sobre la
Eutanasia.

Según Gómez, Ruiz, Ogallar y Rico (33)
la discusión sobre la Eutanasia data de épocas
remotas como ya hemos mencionado además
anteriormente.

Estos autores plantean que la difusión del
cristianismo trajo consigo un rechazo de la Eutanasia, un
término desconocido por el Antiguo y el Nuevo
Testamento, tanto conceptualmente como en su contenido.
Condenará el suicidio y, por tanto, la Eutanasia por un
triple motivo: atenta contra el amor debido a sí mismo,
atenta contra la sociedad y atenta contra el derecho exclusivo
de Dios sobre la vida del hombre. Esta es la
argumentación de Santo Tomás.

En el siglo XIX se reanuda la polémica sobre la
Eutanasia porque se constituye en Gran Bretaña una
sociedad a favor de la Eutanasia voluntaria, que solicita la
legalización de la misma. Ya en el siglo XX, con
anterioridad a la Segunda Guerra Mundial, son rechazados los
primeros proyectos de ley que pretendían una
legalización de la Eutanasia en Gran Bretaña y en
algún estado de los Estados Unidos.

Expresan que a partir de los años setenta la
discusión en torno a la Eutanasia comienza a ser
más intensa, ya que inciden varios hechos concretos que
fueron difundidos por los medios de comunicación social.
Citan además algunos documentos considerados como un
primer intento de legalización de la Eutanasia como
fueron en primer lugar el famoso Bill of Rights americano o
Carta de los derechos de los enfermos de los hospitales. En
este documento, se cita el derecho "a rechazar el tratamiento
en la extensión permitida por la ley y a ser informados
de las consecuencias médicas de su decisión". En
esta misma línea sería lógico situar la
ley del estado de California, imitada después por otros
estados americanos, y otros proyectos de ley (por ejemplo, el
Caillavet de Francia): no pretenden legalizar la Eutanasia,
sino afirmar el derecho del enfermo a poner límites a
los tratamientos con medidas extraordinarias.

El famoso Manifiesto a favor de la Eutanasia,
publicado en The Humanist (1975) y suscrito por varios premios
Nobel y otras personalidades relevantes, da un paso adelante: "
Nos declaramos, por razones éticas, a favor de la
Eutanasia". El documento afirma que el individuo "tiene la
libertad para decidir razonablemente su propia muerte"; "es
cruel y bárbaro exigir que una persona sea mantenida
viva contra su voluntad, rehusándole la
liberación que desea". Finalmente, afirma con solemnidad
que, "puesto que todo individuo tiene el derecho a vivir con
dignidad…, también tiene el derecho a morir con
dignidad".

En España acaba de constituirse la
asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) que, entre
sus objetivos, pretende la legalización de la Eutanasia.
Intenta conseguir "la promoción del derecho de toda
persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida y a
elegir, libre y legalmente, el momento y los medios para
finalizarla". Según su fundador, DMD defiende el derecho
del enfermo a no permanecer en vida por medios artificiales si
no existen posibilidades razonables de
recuperación.

Alcanza la discusión gran actualidad lo cual ha
llevado incluso a varios países a su legislación
como veremos más adelante.

6.2- Algunos casos notables de
Eutanasia.

a) El caso de Karen Ann Quinlan probablemente sea el
que más tinta ha hecho correr en estos últimos
años. Esta fue una niña adoptada por sus padres,
católicos practicantes, que permaneció en coma
varios meses. Sus padres, aconsejados por un sacerdote,
pidieron que la desconectasen de los aparatos para lo cual la
dirección del hospital se negó. Posteriormente el
Tribunal Supremo del Estado dio la razón a los padres y
permitió la desconexión del respirador, pues
"Karen Ann Quinlan tiene derecho a una muerte natural".
Después de retirado los aparatos esta joven
siguió viviendo y respirando automáticamente,
nueve años más tarde Karen seguía
viviendo: su cuerpo había adquirido una posición
fetal y pesaba sólo 30 Kilos. Su cerebro seguía
funcionando, aunque con lesiones irreversibles que desde el
punto de vista médico fueran incompatibles con la vuelta
a una vida personal.

b) El 15 de abril de 1982 fallecía en
Bloomington, Indiana, un niño afectado por el
síndrome de Down (mongolismo). Sus padres habían
obtenido una orden judicial prohibiendo a los médicos
alimentar y cuidar al niño, que había nacido con
una fístula tráqueo-esofágica que le
impedía ingerir alimento a no ser que se le realizara
una intervención quirúrgica correcta. Éste
era el único obstáculo para que el niño
mongólico pudiese sobrevivir. El niño
murió pocas horas antes de que se solicitase la
intervención de la Corte Suprema de Washington. Mientras
tanto, diez parejas se habían ofrecido a adoptar al
niño, cuyos padres se negaban a que se le mantuviese en
vida.

c) Un caso más antiguo es el del doctor Urs
Peter von Haemmerli. que trabajaba en el servicio de
gastroenterología en una clínica de Zurich y fue
acusado de practicar la Eutanasia con enfermos terminales
aplicándoles una solución a la que llamaba
eufemísticamente hydratión. El doctor Peter von
Haemmerli afirmó haber administrado el hydratión
a 10-12 enfermos al año, justificando su comportamiento
por la escasez de camas en su servicio. (4, 33)

6.3- Razones de un cambio de
perspectiva.

Según Gómez, Ruiz, Ogallar y Rico (33)
¿Qué ha sucedido en el espacio de veinte
años para que la palabra "Eutanasia", que era aún
tabú durante el proceso de Lieja, sea hoy exigida con
naturalidad y se afirme con énfasis que el individuo no
sólo tiene un derecho de la vida, sino también a
la muerte, que se contrataría en la admisión de
esa práctica?

Son varios los factores que han influido en este
importante cambio de mentalidad y de sensibilidad. Uno de ellos
es el progreso de la medicina y en concreto sus técnicas
de reanimación.

Hoy, los médicos, mediante el recurso a
sofisticadas terapias, pueden prolongar de una forma irracional
y desproporcionada el proceso de muerte de un
paciente.

Las técnicas de reanimación consigue
salvar la vida de víctimas de accidentes
cardiovasculares, de tráfico, de complicaciones de
anestesia…, pero con unos costes extraordinarios: son
personas que pueden seguir viviendo, pero cuya corteza cerebral
ha quedado seria e irreversiblemente dañada. Sobreviven
en una existencia meramente biológica, con absoluta
capacidad para establecer relaciones intrapersonales con los
demás.

Otras causas que influyen en la mayor aceptabilidad
social del hecho de la Eutanasia son: los altos niveles de
secularización de nuestra sociedad, el rechazo de una
moral heterónima y la afirmación: "
únicamente el hombre es juez de sí mismo", el
respeto hacia las opciones que cada individuo pueda tomar en
relación con su propia vida y la falta de
integración de la muerte dentro de los esquemas
culturales de nuestra sociedad.

La Eutanasia con niños deficientes: Este es,
probablemente, el punto donde con más claridad puede
comenzar a experimentarse hoy el "efecto de ruptura de dique"
en la pérdida de valoración de la vida humana
como consecuencia de la aceptación legal de la
supresión del embarazo.

Recientemente informaba la revista médica Jano
que en el año 1982 se han dado en el estado de Nueva
York 18 casos de fetos abortados en etapas tardías del
embarazo y que "nacieron" con vida y en condiciones de seguir
viviendo si se les hubiesen aplicado los procedimientos
médicos existentes para casos de parto prematuro.
Teniendo en cuenta el número de abortos anuales que se
realizan en Norteamérica, puede calcularse que se dan
anualmente unos 200 casos en que ya no se puede hablar
únicamente de aborto, sino de infanticidio (o de
Eutanasia, ya que a veces tales fetos / niños nacen con
lesiones provocadas por la misma técnica abortiva que ha
sido utilizada). El tema de cuáles son las atenciones
que deben prestarse al recién nacido con
anomalías o malformaciones está hoy sometido a un
debate creciente. (4, 34, 35)

Estas causas consideramos que son las razones que han
influido en el

cambio de perspectivas con relación a la
Eutanasia.

6.4- La Eutanasia libremente
elegida.

Existen casos en que es el propio enfermo el que
solicita que se ponga fin a su existencia, incluso en casos en
que previamente ha suscrito (en plenitud de sus facultades
físicas y mentales) un testamento pidiendo la
eutanasia.

En estos casos, según Vázquez Cruz (4)
habría que tener en cuenta los siguientes
datos:

a) Hasta qué punto esta petición es
firme y representa su auténtica voluntad, o más
bien, es consecuencia del paso por algunos de los estados de
ánimo por los que atraviesa el enfermo durante su
última enfermedad.

b) Debe insistirse en el posible trasfondo de
frecuentes peticiones de Eutanasia. Como una llamada en clave,
a través de la cual el paciente intenta llamar la
atención de los que le rodean, pedir un calor y un apoyo
humano que no se le están prestando.

c) Finalmente hay que referirse a los dolores
insoportables que pueden afectar al paciente y ser la causa que
desencadene su petición de Eutanasia.

El problema puede ser especialmente agudo en los casos
de personas no creyentes, para los que no existe un destino
trascendente del hombre ni un Dios del que se ha recibido la
vida como un don.

Sin embargo, desde una ética de
fundamentación puramente humana existen dos importantes
argumentos en contra de esa práctica:

  1. ¿Cómo valorar la profunda resistencia
    interior que siente el hombre de nuestra civilización al
    participar en una acción que significa la
    supresión de una vida humana? Nos referimos tanto al
    manejo de un arma en situaciones de guerra como a formar parte
    de un pelotón de ejecución en una pena de
    muerte… e incluso a desconectar un respirador en un caso de
    legítima "ortotanasia".
  2. Es una actitud bella y profundamente humana la de la
    persona que es capaz de arrastrar lo que la vida significa en
    los momentos alegre y en los duros, sin volver la cara, sin
    renunciar a la vida, sino aceptándola en todas las
    circunstancias que comporta.

La tesis de la autonomía, invocada en apoyo de
la legalización de la Eutanasia a petición del
paciente, y como la única aceptable en un estado laico y
pluralista parece bastante simplista. Los partidarios de la
Eutanasia tienen asimismo una solución preconcebida al
problema, en función de su concepto del hombre y de la
vida humana

Se actúa como si la ley, remitiendo a cada uno
a su propia autonomía, no adoptara ninguna
solución preconcebida. Un argumento sin duda
engañoso. La legislación de una forma cualquiera
de Eutanasia es como inscribir en un texto jurídico una
visión antropológica –una concepción de
la dignidad– muy concreta e imponérsela a todos. La
afirmación del valor incondicional y de la dignidad
ontológica de toda vida humana no reviste un
carácter más confesional que la afirmación
de la ausencia de su valor intrínseco. Sostener que "la
vida humana fundamenta la dignidad" no es menos neutro,
filosóficamente hablando, que decir que "la dignidad
fundamenta la vida humana".

Consentir en la Eutanasia, aunque sea exclusivamente
para legitimar la autonomía del paciente afecta al
conjunto social.

La legalización de la Eutanasia a
petición del paciente, lejos de remitir pura y
simplemente al ámbito de la autonomía personal,
afecta a los fundamentos mismos de la sociedad y, por ello,
implica a todos los ciudadanos.

"Ceder por compromiso en el concepto de vida, en su
valor objetivo y en la incompetencia del hombre para
suprimirla, es pagar un precio social demasiado alto y el
compromiso carece de interés". (4)

7-
Posición de las distintas religiones frente a la
Eutanasia.

La Iglesia Católica Romana, la Luterana y la
Episcopal han emitido declaraciones formales opuestas a la
Eutanasia y al suicidio asistido. Los grupos de fe
Evangélica y Fundamentalista se cree que están
también en desacuerdo con estas prácticas. La
Asociación Unitaria – Universalista, un grupo liberal,
emitió una declaración en 1988 a favor de la
Eutanasia y, si hay condiciones adecuadas, del suicidio
asistido. Declaraciones similares han sido hechas por la
Iglesia Unida de Cristo y la Iglesia Metodista. Las otras
Iglesias parecen divididas en este punto. La mayoría de
cuerpos religiosos no se oponen a la eutanasia pasiva que no es
más que dejar que la muerte se produzca de una manera
natural sin aplazarla ni acelerarla.(23, 33)

7.1- Postura Moral Católica.

El Santo Oficio condenó en tiempos de
Pío XII la Eutanasia practicada en tiempos del
nacionalsocialismo alemán, que condenó a muerte a
tantos "a causa de sus deficiencias físicas y
psíquicas", que fueron considerados como "carga y
obstáculo para el progreso y el desarrollo de la
nación" (22 febrero 1941).

El Papa Pacelli consideró legítima la
Eutanasia indirecta: "si la administración de
narcóticos produjese por sí mismos dos efectos
distintos: por una parte, el alivio de los dolores, y por otra,
la abreviación de la vida, entonces es lícito"(24
febrero 1957).

El Vaticano II, en su constitución Gaudium et
spes, condenó la Eutanasia dentro de una lista de
distintos atentados contra la vida humana. Su condena fue
extremadamente dura: "son en sí mismas infamantes,
degradan la civilización humana, deshonran más a
sus autores que a sus víctimas y son totalmente
contrarias al honor debido al Creador"(GS 27)(33)

7.2- La Congregación para la Doctrina de la
Fe.

Existe un documento reciente de la Congregación
(36) en el que se expresa la postura de la Iglesia en el tema
de la Eutanasia.

Los puntos fundamentales son los siguientes: clara
afirmación de la inviolabilidad de la vida humana:
"nadie puede atentar contra la vida de un inocente… sin
violar un derecho fundamental, irrenunciable e inalienable"; se
reconoce que no existe, ni por parte del médico ni por
parte del paciente, la obligación de prolongar la vida
de éste. Se insiste en el riesgo de una terapia
médica que se pueda convertir en "un tecnicismo que
corre el peligro de hacerse abusivo"; en vez de los
términos clásicos de "medios ordinarios y
extraordinarios", utiliza los términos más
adecuados de medios "proporcionados" y "desproporcionados"; se
declara, por tanto, "lícito contentarse con los medios
normales que la Medicina puede ofrecer". Esta
no-utilización de las terapias desproporcionadas no
equivale al suicidio y que la Eutanasia debe situarse en
un marco que habrá de tenerse en cuenta: la

dificultad de la sociedad actual para asumir e
integrar el hecho de la muerte, y la del hombre actual para
aproximarse al enfermo terminal y acompañarle en sus
angustias y sufrimientos(11,36)
8.3- El cristiano y la Eutanasia.

La fe del creyente de Jesús le habla de la vida
como un don que ha recibido de las manos de Dios. Para ellos el
sufrimiento y la muerte no son un vacío carente de
sentido, respeta su propia vida siempre como un don, del que no
podemos últimamente disponer y que entregamos
confiadamente a su providencia, que no nos la quita, sino que
nos la devuelve convirtiéndola en una existencia que ya
nunca se acabará. La Eutanasia pues, va en contra del
cristiano.(4,11)

9- Posiciones de algunos países frente a
la Eutanasia y su legislación.

a) Holanda: es el primer país en
el mundo donde la Eutanasia se practica abiertamente. No es
permitido por estatuto, pero la ley acepta una defensa normal
de doctores que han adherido a las pautas oficiales. Ha sido
despenalizada en algunos casos desde el pasado 1 de abril del
2000, día en que entró en vigor la nueva
ley.

Según la nueva normativa –que no elimina
los delitos de Eutanasia y suicidio asistido–, los
pacientes terminales afectados por «sufrimientos
insoportables» podrán ser ayudados, si lo quieren,
a morir por sus médicos, que deberán atenerse a
medidas concretas.

Quien practique la Eutanasia deberá estar
persuadido de que el paciente «ha hecho una
elección voluntaria y bien meditada». El
médico antes de aceptar la petición,
deberá consultar con un colega independiente que
podrá dar su consenso por escrito sólo tras haber
verificado las condiciones del paciente.

La ley reconoce la validez de una declaración
escrita en la que se expresa la intención de recurrir a
la eutanasia, incluso en el caso en el que el paciente no sea
ya capaz de decidir.

A partir de los dieciséis años
será posible pedir la eutanasia. De los 12 a los 16
años, es necesaria la aprobación de los padres.
El respeto de todas las condiciones necesarias será
verificado por comisiones de vigilancia integradas por tres
especialistas en materia legal, médica y ética.
(37, 38)

b) Bélgica: legalizó la Eutanasia
en 16 de mayo de 2002. Su vigencia se inició el 22 de
septiembre de 2002. Fue derivada de una directriz emanada por
el Comité Consultivo Nacional de Bioética de
aquel país. La ley belga es más restrictiva que
la holandesa. Una diferencia fundamental es la garantía
del anonimato presente en la legislación belga. Otra es
la exclusión de la posibilidad de menores de 18
años solicitar este tipo de procedimiento.

En Bélgica es dada la garantía de que
una persona que no tenga recursos pueda tener a su
disposición los medios fornecidos por el Estado para la
realización de la Eutanasia.

Una situación prevista es la posibilidad de
solicitud de Eutanasia por una persona que no este en estado
terminal, en este caso será necesaria la
participación de un tercero médico para dar su
opinión sobre el caso.

Todos los procedimientos son revistos por un
comité especial que avala que los criterios legales
fueran efectivamente cumplidos. (39)

c) Colombia: Cuando un médico lleva a
cabo esta ayuda puede acusársele de homicidio, se llama
homicidio por piedad y tiene cárcel de 6 meses a tres
años. (Ley 2241 art. 3261. Cgo. Penal Colombiano). Es el
único país de América Latina que posee un
fuerte movimiento por el Derecho a morir con Dignidad, creado
en 1979 por Beatriz Kopp de Gómez. (40)

d) España: La Eutanasia y el suicidio
asistido constituyen crímenes. El auxilio a una persona
que desea suicidarse puede tener una pena de 6 meses a 6
años de prisión. (41)

e) Canadá: Los jueces tienen autoridad
para revertir sentencias que consideren que no están de
acuerdo con el código de derechos humanos del
país, por lo que pueden minimizar las condenas "si se
trata de muerte por piedad".(42)

f) Uruguay: Legalizó la Eutanasia en el
1934 en "homicidio piadoso" en el artículo 37 del
capítulo III del Código Penal Uruguayo pero con
las condicionantes siguientes: 1-Tener antecedentes honorables,
2- Ser realizada por motivos piadosos y 3- La víctima
debe hacer reiteradas súplicas al respecto.

Destacamos que en el artículo 315 de ese mismo
Código, esto no se aplica al "suicidio asistido", es
decir, cuando una persona auxilia a otra a suicidarse, esto
constituye un delito, sin posibilidad de perdón
judicial.(43)

g) California- EU: En abril de 1996 el juez
Stephen Reinhardt del Tribunal de Apelación de Los
Angeles, California, estableció que la
Constitución Americana garantice el derecho al suicidio
asistido a todo paciente terminal.(44)

h) Brasil: Es considerado homicidio, pero se
está tramitando en el Senado Federal, un proyecto de ley
125/96, que está siendo elaborado desde el 95,
estableciendo criterios para la legalización de la
"muerte sin dolor". También se está tramitando un
Anteproyecto de ley que altera los dispositivos del
Código Penal y da otras providencias.(45)

i- Australia: Fue aceptada por una ley que
estuvo en vigor desde el 1ero de julio de 1996 hasta el 24 de
marzo del 97, "ley de los derechos de los pacientes terminales"
que autorizaba la Eutanasia activa, actualmente fue
derogada.(46)

j- Argentina: Esta forma de "Homicidio
Eutanásico" no está contemplada en el
Código Penal Argentino. Dicho Código no considera
al suicidio como un delito pero sanciona con pena de
prisión de 1 a 4 años a quien instigara o ayudara
a otro a cometerlo y el acto se hubiese tentado o consumado.
(Art. 83) (47).

k- CUBA: Se considera en el código penal
homicidio.

l- La Asociación Médica Mundial
reafirma su oposición a la Eutanasia:
La postura
favorable de Holanda ha quedado aislada.

Aunque le ley lo permita en su última Asamblea,
celebrada en Washington a comienzos de octubre, la
Asociación Médica Mundial se ha vuelto ha
declarar en contra de la Eutanasia, por considerar que "vulnera
los principios éticos básicos de la
profesión médica" y ha pedido a todos los
médicos y asociaciones médicas que no participen
en la Eutanasia "incluso aunque las leyes nacionales lo
permitan". La resolución ratificada por la Asamblea
General, se aprobó el año pasado en el Consejo de
la Asociación formada por 18 miembros, que es el
órgano que propone las medidas a adoptar por la Asamblea
en sus reuniones anuales. El debate fue muy tenso por la
posición de Holanda, de la que Asociación
Médica fue la única que votó en contra de
la resolución. En este sentido, el presidente del
Consejo, Ramdoph Smoak, señaló que "está
claro que los países del mundo representados en el
Consejo se oponen inequívocamente a la Eutanasia, con
una sola excepción". (48)

9-
Consideraciones finales.

Cuando reflexionamos sobre un tema que implica
connotaciones éticas o morales es difícil
sustraerse a la influencia que nuestras propias experiencias
han ejercido sobre nuestro modo de pensar y cuando el problema
es esencialmente humano, cuando afecta a seres de carne y
hueso, se hace casi imposible atesorar permanentemente una
opinión que no se vea condicionada o modificada por las
vivencias de las personas queridas que nos rodean.

El tema presenta dos perspectivas bien diferenciadas.
Por una parte, la decisión personal e intransferible del
paciente. Por otra, el derecho de extraños, sean o no
especialistas médicos, a decidir sobre la vida del
prójimo. No nos referimos a la disyuntiva de prolongar
artificialmente la vida de un enfermo en fase terminal sin
posibilidad de recuperación, sino al caso de quien se
siente arrogado del derecho a matar a alguien sin su
consentimiento expreso para evitarle sufrimientos, prejuzgando
las expectativas sobre la calidad de vida futura del
paciente.

Conviene ser extremadamente respetuoso con aquello que
se refiere a las cuestiones límite de la existencia
humana. y la muerte es, sin duda, una de ellas. También
resulta ineludible deslindar las cuestiones morales de las
jurídicas, que tan frecuentemente se confunden
enturbiando el debate y ahuyentando la claridad
conceptual.

Las discrepancias éticas derivan de las
diferentes y contrapuestas concepciones acerca de la vida
humana y de su dignidad. No posee el mismo valor la vida para
quien la concibe como un don de Dios indisponible para el
hombre que para quien la considera una mera propiedad inmanente
a ciertos seres. Incluso sin apelar a la religión,
quienes confieren un valor intrínseco y una elevada
dignidad a la vida humana, rechazan la legitimidad moral de la
Eutanasia.

La Eutanasia no se limita al ámbito de la
conciencia personal del suicida sino que involucra a la
sociedad y a las profesiones sanitarias que, en lugar de
consagrarse a la defensa de la vida y de la salud, se
alían con la muerte. La proscripción
jurídica de la Eutanasia deriva del imperativo de no
matar. Y el consentimiento de la víctima no hace
desaparecer la responsabilidad criminal.

Prestar servicios al moribundo, acompañarle en
sus últimos días con los auxilios de la Medicina
Paliativa es una acción humanamente excelente y de alta
calidad profesional. Pero matarle es robarle uno de los
momentos estelares de la vida: una buena muerte completa la
vida, la buena muerte es una de las experiencias más
importantes que se nos dan.

La prohibición absoluta de matar a los enfermos
es, para todos, una fuerza moral maravillosa e inspiradora, que
nos salva a todos, pacientes, médicos y sociedad, de los
efectos perversos de la compasión, de ella nace la
Medicina Paliativa.

La sociedad que no sabe integrar con naturalidad y
humanidad la muerte, no sabe cómo tratar y apoyar a sus
enfermos y moribundos, es incapaz de descubrir el hondo sentido
humano que puede tener el hecho del morir, por lo que se hace
necesario crear una sensibilidad nueva y reintroducir el hecho
de la muerte en nuestras coordenadas vitales. Creemos que
éste es el auténtico camino para abordar toda la
grave problemática de una civilización que ha
aprendido muchísimas cosas, pero que ha olvidado
cómo poder morir humanamente.

Referencias
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Autor:

Dra. María Dolores Castillo
Menéndez.*

Dra. Ana Dolores López
Marquet.**

Dra. Marlene Curbelo Alonso.***

* Especialista de 2do grado Dermatología.
Profesora Auxiliar. Master en

Educación.

** Especialista de 1er grado en
Dermatología.

***Especialista de 1er grado en Dermatología y en
MGI. Profesor Instructor.

AUTOBIOGRAFIA

Dra. María Dolores Castillo
Menéndez

Me gradué de médico en el año 1975
y fui ubicada en enero de 1976 en el regional Trinidad, que
pertenecía a Villa Clara. Allí me
desempeñé como dermatóloga del regional
Escambray hasta que se produjo la división política
administrativa y pasé al Hospital Regional de Cienfuegos
ocupando el cargo de jefa de servicio hasta 1978.

Del 1979 hasta 1981 realicé la especialidad de
Dermatología en el Hospital ¨ Calixto García
¨ de la Ciudad de la Habana. Fui seleccionada en varias
ocasiones trabajadora destacada y vanguardia del servicio y del
centro. Condecorada además por la dirección de los
chequeos médicos del SMO.

A finales de 1981 regresé a la ciudad de
Cienfuegos como especialista de I grado en Dermatología.
En 1982 salí vanguardia provincial recibiendo un viaje de
estímulo en junio de 1983 a la antigua Unión
Soviética y a Polonia.

En el mes de agosto salí a cumplir Misión
Internacionalista en la hermana República de Angola, fui
seleccionada jefa del grupo médico de la provincia de
Kuito, Bié, cargo que desempeñé hasta el
cumplimiento de mi misión. Seleccionada en varias
ocasiones Vanguardia del equipo médico, premiada por
trabajos científicos presentados en la Provincia y a nivel
Nacional y galardonada por la parte angolana en reiteradas
oportunidades.

Regresé a finales de 1985 incorporándome a
trabajar en mi centro laboral. A lo largo de los años me
he mantenido vinculada a la investigación y docencia
médica, recibiendo diferentes estímulos y
reconocimientos. Adquirí la categoría Instructor en
1987 y de Especialista de II grado en Dermatología en
1990.

En 1995 salí electa Presidenta de la Filial de la
Sociedad de Dermatología, cargo que aún
ostento.

En 1997 realizamos una Jornada Científica
Territorial- Nacional de Dermatología, de la cual fui la
presidenta, con muy buenos resultados.

Del 1997 hasta el 2000 estuve de Colaboración
médica en Mozambique. Allí me
desempeñé como médico, docente e
investigadora, recibiendo varios reconocimientos.

En 2002 realicé exitosamente el ejercicio para
profesor Asistente.

Del 2002 al 2004 realicé con éxito la
Maestría en Educación y diferentes diplomados de
Metodología de la Investigación, de Ensayos
clínicos, de Docencia Médica, etc. En este curso
escolar del 2004 pasé a ocupar el cargo de Jefa de
cátedra y profesora principal de la asignatura donde me
desempeño actualmente.

En junio de 2005 hice el ejercicio para profesor
Auxiliar.

  • He tutorado 11 tesis y asesorado 3 para obtener los
    títulos de Enfermería, Especialista de MGI y de
    Dermatología.
  • He participado en 60 postgrados del Centro, de la
    Provincia, la Nacional y del Extranjero, que abarcan cursos,
    talleres, diplomados, etc.
  • He impartido 13 postgrados con un total de 186 horas
    frente al alumno.
  • He participado en 62 eventos científicos del
    Centro, Provinciales, Nacionales y Extranjeros, donde he
    presentado un total de 108 trabajos.
  • He participado en varios eventos Internacionales en
    Cuba y en Mozambique.
  • He sido Tribunal de examen para especialista de
    Dermatología como:

. Vocal: 6.

. Secretaria: 7.

. Presidenta: 4.

Tribunal en encuentro de: Conocimientos Territoriales,
Encuentro Científico

Provincial de Mujeres Creadoras, en Reunión
Científica Anual y FCT, Jornadas

Territoriales, Jornada científica 15
aniversario, etc.

  • Publicaciones: 12 en la revista Cubana de Medicina,
    en la revista Finlay y en la revista electrónica MEDISUR
    y 6 publicaciones en CD ROOM con ISBN.
  • He recibido 14 menciones de los trabajos presentados,
    un premio y el premio provincial a la Investigación
    Científica del CITMA de 2005.
  • He realizado 3 Ensayos Clínicos
    multicéntricos con un buen desempeño como
    investigadora principal en la provincia.
  • Pertenezco a 3 Sociedades Científico-
    Técnicas:

. Miembro Titular de la Sociedad Cubana de
Dermatología y Presidenta de la Filial de
Cienfuegos.

. Miembro adjunto de la Sociedad de Higiene y
Epidemiología.

. Miembro adjunto de la Sociedad de
Neurociencia.

  • He presentado dos investigaciones que han recibido la
    categoría de Innovación en Forum de Ciencia y
    Técnica.
  • He sido evaluada docentemente como Excelente en
    reiterados cursos escolares.
  • La evaluación del desempeño profesional
    ha oscilado entre 97 y 98 puntos en todos los años
    evaluados hasta ahora.
  • He recibido dos Medallas de Trabajador
    Internacionalista, la medalla Piti Fajardo, diferentes diplomas
    y reconocimientos docentes, investigativos y políticos a
    lo largo de mi carrera.
  • En febrero del 2006, fui Presidenta del 1er Taller
    Internacional de Dermatología celebrado en Cuba, con
    participación de España, Brasil, Ecuador y
    México, el cuál se desarrollo con
    éxito.

CIENFUEGOS, CUBA.

2006.

Partes: 1, 2, 3
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