Reality Shows: Ojo con los Ojos (página 7)

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

Alumna: ¿Atribuye el éxito
de los reality shows como Gran Hermano, o El bar a que el
televidente puede estar permanentemente al tanto de lo que les
está pasando a los participantes, es decir, a la
curiosidad extrema del espectador?

Alfredo Caminos: Sin duda la curiosidad tiene mucho que
ver. Esta curiosidad es inherente al ser humano: el espiar, el
buscar lo que pasa en otros ambientes y en curiosear al vecino.
La curiosidad es humana y no por ello es mala, las investigaciones
científicas se valen de ella para avanzar y progresar. La
curiosidad tiene un manto de respeto hacia la
intimidad de las personas que la razón, la lógica
y el sentido común de alguna manera protegen y
ayudan.

Pero claro, en los reality esta curiosidad
está permitida. La
televisión nos permite mirar en las casas de otros, lo
que pasa más allá de la intimidad de las personas,
y no nos avergonzamos porque son expuestos voluntariamente. Como
aquél vecino que se pone a cantar en el patio a viva voz,
cuando lo hace nos está "dando permiso" para
escucharlo.

Pero no podemos acercarnos sin culpa a mirar por la
ventana hacia el interior de su vivienda. Estos programas son
ventanas abiertas, podemos curiosear sin culpa. Ahora bien, la
curiosidad no es el único ingrediente del éxito, en
el fondo son concursos, son programas compitiendo por una
pantalla y son un comercio bien
publicitado. Y como tales comercios sujetos a normas de
competencia y
a lucha por tener mayor cantidad de auspiciantes.

Alumna: ¿Qué piensa acerca de los
nuevos reality shows como Bailando o Cantando por un
Sueño, donde se mezclan famosos con personas desconocidas?
¿Piensa que el público lo mira esperando el momento
de pelea jurado-participante, y que la producción saca provecho de esta
situación?

Alfredo Caminos: Sí. La producción saca
partido de todas las situaciones. En realidad son concursos con
algunos ingredientes de reality y un poco de
espectáculo. Pero lo que más vende en el mundo
audiovisual es la oposición de partes, el malo y el bueno,
el protagonista y el antagonista. Intuitivamente el espectador lo
sabe, pero no le molesta, porque es parte del audiovisual
presentarnos a todo como un entretenimiento de luchadores, de
enfrentados. La pelea es parte del guión, las
víctimas contra el jurado, los buenos con nobles
propósitos (es parte de la bondad) enfrentados con los que
eliminan y califican.

Alumna: Además, hay programas de
espectáculos por la tarde que en su gran mayoría
ocupan el programa
solamente hablando de ese tema, de las discusiones en Bailando o
Cantando por un sueño.

Alfredo Caminos: Estos programas forman parte de una
lógica televisiva. Presentan estas peleas y luchas como el
ingrediente principal de la historia y a la vez como
noticia. No tengo dudas de que si hubiese una catástrofe,
como un terremoto por ejemplo, toda la televisión
se olvidaría de los concursos, del baile y del programa. Y
los programas que le siguen el juego
cambiarían de temas a tratar. Esto pasaría con
todos los programas de televisión. Y vale aclarar que estos tipos
de programas son entretenimiento puro, no son reality
shows.

Alumna: ¿Piensa que estos programas
están guionados? Es decir, si la producción maneja
todo lo que pasa, esperando así obtener más
rating?

Los programas están guionados, tengo colegas que
trabajan como guionistas de reality. Pero el guión
no solamente es escribir un diálogo.
Guionar es narrar, es ordenar el material para darle un sentido a
lo que muestran las imágenes.
Guionar también es diseñar un personaje y en este
caso preparar a un integrante para que haga o diga tal o cual
cosa. No están guionados a la perfección como en el
cine, pero una
serie de pautas de cómo deben funcionar los integrantes
tienen.

Alumna: ¿Cree que el sistema de
captación de televidentes es el mismo en los realitys
donde el público es quien decide quién se queda y
quién se va, y en aquellos que existe un jurado que
determina la eliminación de los participantes (caso Super
M, o Expedición Robinson, donde los participantes se
eliminaban entre ellos)?

Alfredo Caminos: La forma de captar públicos como
televidentes no tiene una lógica ni es unidireccional. El
público mira un programa por diversos motivos; los
participantes, los conductores, la mera distracción,
informarse, educarse (aunque parezca extraño), formarse.
La publicidad de
esos programas también es una forma de captar
públicos. Y no nos olvidemos que en este tipo de productos el
"boca a boca" es muy importante. Cuando los espectadores miran un
programa no lo hacen por un sistema de votación, sino por
el conjunto de elementos de la puesta al aire. Incluso
puede haber alguien que lo mire por el vestuario, por la tecnología, por el
escenario.

Alumna: ¿Cree que los reality shows causan
algún tipo de "adicción" al programa por parte de
los televidentes? Por ejemplo, en Gran Hermano había un
canal exclusivo que transmitía en vivo durante las 24
horas del día, y tengo conocimiento
de gente que pasaba horas y horas mirando ese
canal.

Alfredo Caminos: Creo que la adicción es propia
para la televisión, no específicamente para los
reality shows. A todas las razones expuestas antes;
publicidad, curiosidad, etc. debemos sumarle la natural
predisposición a estar "informado" y para muchos
espectadores o gente común "estar informado" es saber que
ha ocurrido en Bailando por un sueño, en Gran
Hermano, y otros programas masivos. No creo que los
reality generen una adicción especial, en todo caso
se parecen mucho a las telenovelas, donde el espectador conoce de
alguna manera los personajes y quiere saber que le pasa en las
historias que están viviendo.

Para el espectador, lo que ocurre en la pantalla de la
televisión no es la realidad, es un relato audiovisual, y
como tal sujeto a una construcción y manipulación de la
imagen para
apuntalar la tensión dramática de la
narración. Y esto es válido aún en los casos
de Gran Hermano, un partido de fútbol, un
informativo, un concurso. Siempre estamos frente a una selección
de lo que deben mostrar las cámaras y de lo que el
espectador debe ver, que lo convierte en un relato parcial de la
realidad.

Es verdad que mucha gente pasaba horas frente al Gran
Hermano, lo mismo que algunos se miran todos los
informativos, o todos los programas de deportes, y todas las telenovelas.
Lo importante es saber que estamos frente a una historia contado,
con improvisaciones, pero relato audiovisual al fin.

En España
están por poner al aire el noveno Gran Hermano,
aquí por lo menos nos dieron una pausa… ¿a
quiénes? A los que no lo vemos, pero la gente que gustaba
de ellos se había quedado sin qué mirar y
había migrado hacia otra programación. Quizás el éxito
de Bailando por un sueño, sea porque Gran
Hermano no está al aire, ya veremos que pasa cuando
estén los dos. Por otra parte hay edades de visionado de
tal tipo de programas. Seguramente quienes miren Gran
Hermano en la próxima edición
estén próximos a la adolescencia,
y eran niños
cuando los programas anteriores. Hay todo tipo de
públicos, de todas las edades y con gustos
diversos.

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Entrevista a Sara Georgina
Tévez, de 23 años, participante de
Popstars.

Alumna: ¿Cómo te enteraste de la
existencia del casting para el programa?

Sara: Me enteré a través de la radio,
mediante una publicidad, y bueno… me comuniqué y me
citaron

Alumna: ¿Te costo decidirte a
participar?

Sara: En realidad lo tomamos como un juego, con unas
compañeras, y bueno fue fácil decidirse, ya que no
estaba sola, íbamos a participar todas juntas.

Alumna: ¿Y ya habías tomado clases de
canto, o participado en algún concurso?

Sara: Sí, clases de canto tomo desde chiquita. En
concursos no participé, pero si muchas veces en coros y
grupos de
canto de ese tipo.

Alumna: ¿Sentiste la repercusión en el
público a medida que el programa avanzaba?
¿Público de qué edad en
general?

Sara: Si, si totalmente se sentía la
repercusión que el programa tenía en el
público. Gente de todas las edades. Sé que mucha
gente lo miraba porque yo me encontraba por la calle con chicos y
grandes, señoras, ancianos y si… me
reconocían por haber estado
ahí en el programa.

Alumna: Como participante, ¿tenían
conocimiento de las cifras del rating durante el transcurso del
reality?

Sara: Con cifra exacta no, pero sí, estaba
enterada que estaban teniendo bastante rating, mucho más
que los programas de ese momento que estaban al aire.

Alumna: ¿Te llamó la atención el furor que se desató
entre los chicos más jóvenes, y otros no tanto, una
vez que se cosntituyó el grupo
Bandana?

Sara: Sí me llamó la atención,
además de que había grupos de preferencia por una u
otra chica del grupo. También me sorprendió la
decisión del jurado al elegir a las ganadoras, algunas
tenían un poco más de talento que otras.

Alumna: ¿En qué etapa fuiste
eliminada?

Una etapa antes de entrar en la quinta, o sea en el
lugar donde íbamos a estar todas las 20 que
quedábamos, es decir en la cuarta etapa más o
menos.

Alumna: ¿En qué aspectos te
cambió, te modificó el participar en un reality con
tanta repercusión como Popstars y llegar casi hasta la
última instancia?

Sara: Y, podríamos decir que fue global, porque
si bien yo soy muy extrovertida eso me benefició
aún más. Creo que en todo sentido, crecí
mucho, conocí mucha gente y a pesar de las pruebas y de
las cosas en las que teníamos que competir entre nosotras
cada una aprendía de la otra. Eso fue bueno, lo que puedo
rescatar de ese momento. Y bueno, también estuvo el
bajón de sentirte mal porque alguna compañera se
iba, era como perder un poco una misma también.

Entrevista a Fabio Gigli, miembro
del cuerpo de baile de Cantando por un
Sueño.

Alumna: ¿Cómo se elige a los
soñadores?

Fabio: A los soñadores se los elige por medio de
un casting que se hace en cada provincia. La producción
manda 3 o 4 personas encargadas a cada lugar, y esas personas
eligen a su criterio lo que supuestamente acuerdan que se
necesita para el programa, ya sea por características, si
les atrae el sueño. Lo principal es que el sueño
sea verdadero, porque después se hacen
averiguaciones… es decir el periodismo (ya
sea revistas, diarios, programas de chimentos) hace esas
averiguaciones, entonces por eso la producción, en este
caso de Showmatch, tiene que asegurarse de que el sueñlo
sea verdadero.

Alumna: ¿Y en el caso de los
famosos?

Fabio: A los famosos se los elige a dedo, o porque son
los personajes del momento, lo cual se asegura al programa una
buena cantidad de audiencia. Se los llama a partir de que la
producción considera que quiere que esta gente participe,
y los famosos aceptan o no. Des pués depende del arreglo
económico, del acuerdo al que lleguen una vez que el
famoso comenta sus condiciones para participar.

Alumna: Los problemas que
se desatan en los programas… ¿son completamente
verdaderos?

Fabio: Y… eso es una mezcla, es
ficción-verdad. Por ejemplo, en el caso de Ileana
Calabró es un personaje que ella hace, porque ella no es
así en la vida, pero ese personaje lo instala en el
momento de la grabación. Por ejemplo, en los cortes no es
así, pero en cuanto se prende la cámara ella crea
ese personaje, juega con ese personaje. Pero el puntaje que le
dan es real, y los conflictos que
se crean son reales, pero no se hace nada por evitarlos…
lo que haríamos vos y yo… "bueno, esta bien,
apacigüemos", sino que se incentiva para que esos problemas
en lugar de encontrarle una solución para que se generen
aún más problemas

Alumna: Si, porque hay programas que demostraron
mediante el sistema de medición del rating "minuto a minuto" que
durante el programa la cantidad de televidentes aumenta en el
momento del veredicto del jurado, y disminuye cuando los
participantes están bailando o cantando.

Fabio: Si, porque esas son cosas que se van comprobando.
Funciona más todo lo que sea real para la gente, entonces
una pelea si se genera por algo que realmente está pasando
es mucho más fuerte, ya que se nota cuándo se
están peleando de verdad y cuándo no.

Alumna: ¿Y qué opinás acerca de
esos programas de espectáculos, más bien de
chimentos, que ocupan casi todo su horario en comentar acerca de
lo que sucedió en Showmatch el día
anterior?

Fabio: Estos son programas de los cuales cada día
hay más, porque es obvio que funciona, pero en realidad
son programas que toda la vida hubo, y que hacen eco de los
problemas. En su momento eran para promocionar artistas, para
hacer conocer el trabajo de
la gente. Ahora es todo lo contrario: para reforzar esta
vorágine de ficción-realidad que se sigue generando
en esos programas porque los problemas empiezan en el programa a
la noche en Showmatch y siguen al otro día a la tarde
porque los protagonistas de esas peleas son invitados a los
programas de chimentos, y les hacen preguntas que favorezcan a la
discusión. Se agarran de alguna palabra, por más
que alguna persona trate de
calmar la aguas, en cuanto dicen alguna palabra se agarran de
eso, y después van y se lo comentan a la otra y le dicen
"mirá, fulanito de tal dijo tal cosa" pero no le cuentan
tal vez todo el contexto en el que dijo eso, y ahí es
donde el otro se enoja y contesta. Entonces de esa manera
mantienen la rivalidad.

Entrevista a Juan Achával,
participante de Escalera a la Fama.

Alumna: ¿Cómo tomaste la
decisión de participar? ¿Fue por iniciativa
propia, o te convencieron?

Juan: Me avisó mi mama, pero como un juego, en
realidad fue que me comentó "¿viste que ahora va
a haber un programa nuevo de canto, tipo Popstars?", y bueno,
la verdad es que antes me había quedado con las ganas de
participar aunque nunca se lo había comentado a nadie
(aunque siempre me gustó cantar). Después
escuché en la tele y los anuncios en la calle donde
decían el día y la hora del casting en el Gran
Rex y me presenté.

Alumna: ¿En qué consistían los
"entrenamientos"?

Juan: Mirá, los entrenamientos se
dividían en varias partes. Al principio eran ejercicios
como juegos donde
sin darte cuenta ibas entrenando la voz, o soltando el cuerpo.
Después cuando ya tomamos un poco más de
confianza teníamos clases de canto y de baile por
separado y después juntábamos ambas cosas.
Lamentablemente en el programa que salió al aire mucho
de eso no pudo verse, pero el entrenamiento
corporal estuvo.

Alumna: ¿Cuál era el criterio del
jurado a la hora de juzgar?

Juan: Yo creo que un jurado de un programa de este
tipo debe evaluar a la persona íntegramente, no
solamente en canto y baile que, si bien son las partes
fundamentales, no lo son todo, hay otros elementos como
la
personalidad que a una persona le pueden jugar muy a favor
o muy en contra, ya que el jurado evalúa un resultado a
futuro… y bueno, se ve que en mí no encontraron
mucho de eso (risas)

Alumna: ¿A qué creés que se
debió el éxito que tuvo Escalera a la
Fama?

Juan: Pienso que fue porque fue un programa
versátil. No hubo cosas turbias, ni raras, y quienes
ganaron merecían ganar. El público se
enganchó mucho con los participantes. Además
acordate que antes se había hecho Popstars, tanto de
mujeres como de varones, y es como que la gente ya estaba
enganchada desde antes con los programas de este tipo.
Además, no sé si te acordás,
participó el hermano de Pablo Silberberg, uno de los
Mambrú y pienso que eso también ayudó.
También tuvo parte del mismo jurado. Otra de las cosas
que tuvo fue que el sistema de eliminación
también fue diferente. La gente tenía mayor
participación. Entonces yo creo que la mezcla de lo que
ya se hizo (y se sabe que va a funcionar porque ya
funcionó antes) más la incorporación de
alguna que otra cosa novedosa es lo que atrajo a la
gente.

Alumna: ¿Por qué pensás que
las bandas y cantantes solistas que salieron de este tipo de
programas como Escalera a la Fama, Popstars, u Operación
Triunfo tuvieron un éxito pasajero, para luego
desaparecer en su mayoría?

Juan: Y… es una cuestión de contratos,
además de un hecho natural, y como se trate el asunto.
Fijate que no solamente en Escalera pasó esto, sino
también en Gran Hermano, en El Bar, o en otros reality
shows en los que siguen en pantalla uno o dos participantes de
aquellos tiempos, y digamos que para la cantidad de gente que
participó el porcentaje es bastante bajo. Volvemos al
tema de las personalidades, los más fuertes siempre se
van a hacer ver más en la tele, y son los que llaman
más la atención y por eso son más
convocados. En el caso de los programas musicales como fueron
Escalera a la fama, Operación triunfo, o Popstars creo
que el tema fue que no se les dio suficiente prensa…
no sé, no encuentro la palabra exacta, pero a lo que me
refiero es que una vez terminada la euforia por el programa el
público los va olvidando y no se hace nada por hacerlos
surgir nuevamente, sólo quedan obviamente los clubes de
fans y ese tipo de cosas.

6.
ENCUESTA

Encuesta realizada a 20 personas entre los
días 24/11/06 y el 27/11/06

1.- ¿Qué pensás de los Reality
Shows?

a) Me gustan

b) Me aburren

2.- ¿Creés que están
preparados?

a) Sí.

b) No.

3.- ¿Cuál fue, según tu
opinión, el mejor Reality?

4.- ¿Cuál fue el peor?

5.- ¿Participarías en
uno?

a) sí-

b) No

6.- ¿Por qué creés que tienen
tanto éxito?

a) Por la curiosidad de la gente. La manía de
espiar.

b) Porque no hay nada mejor para ver

c) Porque están bien hechos. Son buenos
pregramas.

Respuestas:

Martín Piñero. 20 años.
Palermo:

A
A
Gran Hermano
El bar
B
A

Javier Cao. 17 años.
Caballito:

B
A
Popstars
Cantando por un Sueño.
B
B

Jimena Goicoechea. 18 años. Monte
Grande:

A
A
Gran Hermano
El Bar
B
B

Marina Bono. 19 años.
Floresta:

B
A
Operación Triunfo
Confianza Ciega
B
A

Tamara Barcia. 14 años. Villa
Pueyrredón:

A
A
Gran Hermano
Operación Triunfo
B
B

Mabel Sonería. 50 años. Villa
Pueyrredón:

A
A
Gran Hermano
Cantando por un Sueño
B
A

Carlos Gómez. 17 años. Villa
Madero:

A
B
Gran Hermano
El Bar
A
A

Ana Rodríguez. 19 años.
Caballito:

B
A
Expedición Robinson
Confianza Ciega
B
A

Ariel Jiménez. 18 años.
Floresta:

B
B
Expedición Robinson
Confianza Ciega
B
C

Virginia Cubela. 19 años.
Flores:

B
B
Cuestión de Peso
Cantando por un Sueño
B
A

– Emilio Dubois. 28 años. Vicente
López:

A
A
Operación Triunfo
Gran Hermano
B
A

Cristina Cao. 54 años.
Caballito:

A
B
Gran Hermano
Confianza Ciega
A
C

Celeste Cianfagna. 16 años.
Ciudadela:

B
A
Operación triunfo
Gran Hermano
B
A

Vanina Imperatrice. 21 años.
Floresta:

A
A
El Bar
Gran hermano
A
A

Florencia Córdoba. 18 años. Villa
del Parque:

B
A
Cuestión de Peso
Gran Hermano
B
A

Rocío Macías. 14 años. Villa
Pueyrredón:

A
B
Operación Triunfo
Escalera a la fama
A
A

Carolina Cabo Sguera. 17 años. Villa
Devoto:

B
A
Gran hermano
Confianza ciega
B
A

José Cao. 60 años.
Caballito:

A
A
Gran hermano
El bar
B
B

Diana Caballero. 45 años. Villa
Devoto:

A
A
Cuestión de Peso
Confianza Ciega
B
A

Amalia Guglielmi. 65 años. Villa del
Parque:

A
B
Operación Triunfo
Escalera a la fama
B
C

Resultados:

ANEXO

Rating de algunos dias de los meses de julio,
agosto, septiembre, octubre y noviembre de 2006 en el horario
central, demostrando el éxito del programa "Showmatch"
(con Cantando y Bailando por un Sueño), frente a su
competidor de horario "Montecristo"

MARIO PERGOLINI Y CAMINO A LA GLORIA
"Es el reality más argento de
todos"
Para el fútbol siempre fui
un negado", dice Mario Pergolini mientras posa para una foto con
una serie de pelotas. De hacer jueguito, ni hablemos. "Soy de
Boca, voy a siempre a la cancha, pero de talento para esto,
nada", agrega.
Hace una semana que Pergolini está en un constante ida y
vuelta entre el lugar donde los aspirantes a estrellas futbolísticas se entrenan e intentan
superar pruebas, y su oficina de Cuatro
Cabezas en Núñez. No sólo su
compañía produce Camino a la gloria
—el reality de fútbol que Canal 13 comienza a emitir
hoy a las 21 y a lo largo de 16 semanas—, sino que al
conductor de CQC le toco en gracia la tarea de, bueno,
conducirlo. "Cuando nos enteramos de que Telefé pensaba
hacer lo mismo me puse a la cabeza para levantar la apuesta
—admite—. Cuando volvimos a quedar solos dije: ''Uy,
ahora no me puedo echar atrás''. Pero después de
ver la convocatoria y las historias que hay, me
entusiasmé. Eso sí, me va a dejar muerto."
Camino a la gloria es otro formato creado por Cuatro
Cabezas con serias intenciones de convertirse en un producto de
exportación (ya hay pedidos de Italia y
España). Es un misterio cómo a nadie se le
ocurrió antes. Como Popstars o Super M, el
programa no es estrictamente un reality show sino "un
programa que cuenta historias". Pergolini lo explica así:
"Esto es la vida real novelada. No va a ser sólo un
programa para que los varones veamos cómo los pendejos
tiran caños. Hay miles de historias. Padres que no
autorizaron porque están presos, chicos descalcificados,
pibes que no saben leer ni escribir, pero te dicen: ''Mirame los
pies, yo sé jugar a la pelota''. Son cosas con las que nos
fuimos encontrando. Es un programa que a mi mamá le va a
encantar".
Lo que se vio el sábado pasado cuando doce mil adolescentes
entre 14 y 19 años atestaron las tribunas del Campo
Argentino de Polo tratando de quedar en la primera tanda de 2.500
seleccionados, superó todas las expectativas. No
sólo la de los organizadores —que habían
tenido que detener la inscripción a los diez días
cuando duplicó la cifra prevista—, sino la de
cualquiera que haya sido testigo del evento. El programa que se
emitirá hoy contará historias de varios chicos que
se inscribieron (para eso las cámaras viajaron por todo el
país) y culminará con el inicio de la jornada de
pruebas.
Aquel sábado, cual ejército de clones propio de un
George Lucas más argentino que el choripán, se
sucedían larguísimas colas de chicos que pasaban de
una larga espera en la tribuna (matizada con rock
viejita) a las pruebas de fuego bajo la mirada de Delem y
sus colaboradores. Que gambetear una serie de postes, que
cabecear, que probar manejo, que jueguito, y así. Cada
grupo y jugador era seguido mediante una carpeta en la que se iba
calificando sus respectivas destrezas. Así, luego de
horas, llegaban a una figura ya temible para los argentinos: el
corralito. Allí se los juntaba, y se leía
quién había pasado y quién se iba,
literalmente, por la puerta de atrás. Algo brutal, si se
quiere, pero imposible de resolver de otra manera.
Afuera, la escena era también previsible. Padres, hermanos
y frustrados candidatos aplaudían a los rechazados
mientras estos iban de la furia a la desazón. Los que
quedaban recibían otra noticia fuerte: debían
volver al otro día. Allí, 2.500 se
transformarían de un plumazo en 400. "Uno de los chicos
cuando fue eliminado me dijo algo que me pareció
re-fuerte: ''No es lo mismo tener una chance entre doce mil que
una entre 36 millones. Y eso es lo mejor que podemos hacer",
sigue Mario.
Se sabe que quedarán 19 jugadores y que ese equipo
jugará partidos a beneficio.

El ganador se probará en el Real Madrid
(además de ganarse un auto y efectivo pesificado), y los
cuatro siguientes harán lo propio en el Boca Juniors
post-Riquelme. Mario, que siguió la evolución de los participantes hasta hace
un rato, cuenta algo de lo que viene.
"¿Qué va a pasar cuando queden 60 pibes y se
mezclen los que vienen de pasar hambre con otros que juegan en un
country? ¿Cuando se hagan amigos, sean solidarios, y
traten de armar un buen equipo sabiendo a la vez que de los dos
va a quedar uno? No queremos hacer de esto un circo romano. De
eso nos vamos a cuidar mucho. Buscamos historias. El
fútbol es sólo el medio."
Pero el Pergolini futbolero sale a la luz para una
reflexión final, de puro tablón: "Te juro que estos
días vi los mejores partidos de fútbol en
años. Pibes que juegan a la pelota, hacen tacos en el
área, tiran caños. Viendo a estos pibes no puedo
creer que tengamos la selección que tenemos, o
los

picapiedras que vemos todos los domingos en las
canchas."
http://www.clarin.com/diario/2002/07/20/c-00601.htm

TELEVISIÓN: UN NUEVO REALITY DE IDEAS DEL
SUR
Todos a la playa
Con la presentación de los 12 participantes comenzó
el domingo el reality de América
que se transmitirá desde un parador de
Pinamar.

Luis María Hermida
Con la clásica ceremonia de presentación de los
participantes, arrancó el domingo otro reality. Se trata
de La playa (América, domingos a viernes, a las
22), una nueva incursión en el género de
Ideas del Sur, que ya había probado en el género
con El bar, una producción compartida con Cuatro
Cabezas.
Alejandro Lacroix, conductor del ciclo, fue el encargado de
recibir a los doce "playeros" en La Frontera de
Pinamar, donde intentarán permanecer dos meses conviviendo
y atendiendo el parador, para embolsar los cien mil pesos del
premio.
A bordo de una docena de pick-ups 4×4 doble cabina, los once
veinteañeros más uno (Adrián, un
enólogo de 30 años) llegaron al lugar y se
presentaron. Si algo no cabía esperar en este caso eran
sorpresas. Y no las hubo. Ni por las edades (entre 21 y 30), ni
por las actividades (profesores de gimnasia,
"bartender", modelo,
abogado-instructor de buceo, músico, empleada de solarium,
entre otras), ni por el look. Apenas si la ocupación de
vendedor ambulante de empanadas de Juan Alvarenga le puso una
nota algo distinta a la cosa.
Tampoco hubo sorpresas a la hora de las declaraciones. "Soy una
persona bastante sencilla pero por afuera no soy nada
sencilla"(?) (Carla, 28, bartender); "Lo mejor que tengo
es la creatividad
(muestra de ello
es que tiene estampado un tatuaje con su cara)" (Matías,
25, músico); "Lo peor que tengo de mí (sic) es que
no me gusta equivocarme" (Marco, 22, profesor de
aerolatino); "De entrada mi imagen puede ser frívola pero
nada que ver" (Mechi, 24, empleada en un solarium); "Soy
soberbio, lo mejor que tengo es mi simpatía"
(Adrián, 30, enólogo).
El final de este capítulo de presentación los
sorprendió, ya en el interior de la casa construida ad-hoc
para el ciclo, comiendo sushi, bebiendo cerveza y
hablando todos a la vez. Lo que, sin embargo, despertó
grandes expectativas a futuro fue lo que alguien propuso en el
brindis: "Para que hagamos algo más inteligente (con el
programa)". En fin.

http://www.clarin.com/diario/2002/12/31/c-00303.htm

27/1/05

Solistas nacidos en TV: qué pasa hoy

Sobrevivir sin reality en
pantalla

Claudio Basso, Fernando Bergagno,
la ex Bandana Lourdes y Luli Pizarro buscaron su propio camino
artístico

Por Mauro Apicella
De la Redacción de LA
NACIÓN

Mientras los cantantes de un nuevo staff disputan su
permanencia televisiva en la segunda temporada del
"Operación triunfo" argentino, algunos de los que ya
pasaron por diversos reality tratan de hacer su propio camino y
de mostrar personalidad.

A mediados del año último, Luli Pizarro
("Escalera a la fama") apareció con su debut
discográfico. De los ex O. T., Claudio Basso y Fernando
Bergagno lanzaron segundos álbumes y Pablo Tamagnini
prepara un nuevo material, con producción de Oscar
Mediavilla, que saldría en marzo próximo. La ex
Bandana Lourdes ("Popstars") decidió lanzarse como
solista.

Tras la disolución del más exitoso grupo
argentino nacido en la tevé de los últimos
años, Lourdes se puso a trabajar con un par de socios en
un material propio. Según sus agentes de prensa, la
cantante no quiere dar su testimonio para una nota donde se hace
referencia a los reality. La estrategia puede
tener cierta lógica. Sin embargo, decidió referirse
a la pantalla chica desde un CD que se
llama "Televisivamente". En el tema que da título a la
placa anuncia: "Olvidemos por un rato / este instante televisivo
/ recordemos cómo somos / televisivamente / Antes yo
veía cómo eran /cosas que ahora tienen un por
qué…"

Claudio Basso trabajó sobre dos ideas en "Un
viaje al corazón"
su nuevo CD: por un lado, las canciones inéditas; por
otro, temas que tiempo
atrás popularizaron varias figuras. "El disco es un
humilde homenaje a cinco grandes cantantes: Sandro, Camilo Sesto,
Franco Simone, Palito Ortega y Nino Bravo", explica.

Basso se fue despegando de a poco de la estructura
televisiva, aunque sigue aprovechando la puerta que le
abrió el reality. "El programa quería darnos la
posibilidad de que fuéramos solistas. Ya para este segundo
disco buscamos mi estilo y trazamos un nuevo camino. Hice un
teatro Opera
sólo. En el verano ando por la costa y pienso que
habrá presentación formal del disco en Buenos Aires para
marzo o abril."

En cuanto a los prejuicios, afirma: "Sentí que
los hubo de parte de algunos músicos. Me enteré de
comentarios de cantantes famosos. Pero con la gente no lo he
sentido. Haber ganado en «Operación Triunfo»
me dio más base para presentarme sobre un escenario. Pero
no fue todo color de
rosa".

También surgido del mismo programa, Fernando
Bergagno ya va por el segundo CD, "Qué más puedo
pedir", lanzado hacia fines del último año. Con
este material profundiza la estética de la balada o la canción
pop cruzada con leves aires folklóricos locales y
latinoamericanos. Ese parece ser el espacio elegido. De hecho,
estuvo apuntando a las grillas de los festivales
folklóricos para presentar su nueva propuesta.

Lo que se destaca en el trabajo de
Luli Pizarro son las imágenes, los detalles y los juegos
de palabras plasmados en el disco "Sobretodo gris". En un estilo
que a veces se acerca al de la compositora canaria Rosana Arbelo,
Luli evita el estereotipo cursi del verso romántico y
puede referirse a lo mismo de diferentes formas.

"Fui a un concurso a cantar. A nadie le dije que
componía porque todo tiene su proceso. Se
dieron cuenta cuando un día le estaba mostrando un tema a
un compañero, Pipa. Mi manera de componer es simple y
cantable." Así recuerda Pizarro parte de su paso por
"Escalera a la fama".

De su presente habla con vehemencia y sin modestia. "Los
fans que me veían en «Escalera…» aceptaron
al toque mi disco. Hay un público que me sigue desde la
pantalla y otro que me descubre. Que ve que compongo y toco la
guitarra, que no soy una minita que canta, mueve el pelo y nada
más."

Según Luli, no fue difícil seguir sin la
pantalla: "Lo que cantaba en «Escalera…» y lo que
salió en el disco compilado no fue promocionado. Por eso
no fue un cambio
difícil hacia mis canciones. Como artista, por momentos
sentís que llevás una mochila. Por otro lado, si no
hubiese sido por «Escalera…» y por lo que
viví, no hubiera conocido al presidente de la EMI o al
productor de mi disco. No se reniega de eso. Aunque hay un margen
de prejuicios. Porque antes del programa yo estudiaba música y
también los tenía contra el reality. Hoy no le doy
importancia. Estoy enfocada a seguir en esta carrera. No importa
de dónde surgió uno. Entiendo lo que mucha gente
piensa: «Estos son pibitos que les pintó ser famosos
y quieren estar en la tele». Yo no lo viví
así y sé que hago otra cosa.

Luli ya piensa en un próximo CD que podría
estar listo para mediados de este año. "Pienso en otros
colores. Sigo
estudiando armonía, cosas de jazz, y canto con
Verónica Condomí. El año que viene me quiero
anotar en la escuela de
música de Avellaneda", agrega.

Quizás uno de los temas más llamativos de
su primer CD sea "Aquel destino". Pero más allá de
la canción, ¿cuál sería la actualidad
de Luli sin haber tenido pantalla? "Todavía estaría
haciendo demos y buscando. No imagino un destino tan diferente.
Sí en cuanto al tiempo que se tarda para sacar un disco y
que se venda en Musimundo."

http://www.lanacion.com.ar/herramientas/printfriendly/printfriendly.asp?origen=3ra&nota_id=674327

TELEVISIÓN: PARECIDOS Y DIFERENCIAS ENTRE
ESCALERA A LA FAMA Y OPERACIÓN TRIUNFO
Un camino largo y sinuoso hacia el
éxito
Los programas de Canal 13 y Telefé no se cruzan nunca
frente a frente. Pero que compiten, compiten. Los dos buscan
conseguir estrellas de la canción luego de un exhaustivo
entrenamiento.

Gaspar Zimerman
Escalera al triunfo? ¿Operación fama? ¿El
triunfo de la fama? Si en la pantalla ve a un grupo de
adolescentes-jóvenes bailoteando y
desgañitándose ante un micrófono, no piense
que está ante la reposición de la serie
Fama. Lo más probable es que haya sintonizado la
Escalera a la fama de Canal 13 o su melliza
Operación triunfo, de Telefé.
¿Cuál es cuál? ¿Cómo hacer
para no confundirse? No es una tarea imposible, aunque en el
camino pueda requerir la urgente adquisición de
tímpanos nuevos.
El objetivo es el
mismo: convertir a algunos de los chicos en solistas pop. Al
principio fueron 38 aspirantes, 20 de Escalera a la fama
(de aquí en más, EAF) y 18 de
Operación triunfo (a partir de ahora,
OT).

En este momento sobreviven 28 (14 y 14) y, finalmente,
quedarán cinco pichones de estrella (tres de OT sin
distinción de sexos y dos de EAF, un hombre y una
mujer) que
grabarán discos, actuarán en teatros,
sonarán en las radios, estamparán sus caras en
bombachas y calzones y, con suerte, generarán
montañas de dinero. Pero
para llegar hasta ahí, estos valientes
deberán sortear largos ensayos,
sesiones de pseudopsicología y cataratas de
lágrimas.
"No te diste el permiso, hay que tener un lugar de libertad.
Abrite, mostrate, todo se puede cambiar", le dice Mecha
Fernández, una de las coachs de OT (porque
aquí no son profesores o entrenadores, sino
coachs) a una de las chicas. "Hay cosas que no te
permitís a vos misma, y vos sos tu peor enemiga", le larga
Sergio Marchi, de Historia del Rock, a otra.
"Tenés que bancarte el proceso de cambio. Boicotearte es
lo más fácil", le explica Guadalupe Vidal del
Carril, otra coach, a una tercera. Más que de
hits musicales, por momentos la Academia Coca-Cola de
OT es un compilado de grandes éxitos de la
autoayuda.
Al principio, esto iba acompañado por una
sobreactuación de la exigencia. "Me tienen que hacer caso,
les guste o no", casi gritó la directora, Marcela Paoli,
en los primeros días. "Tienen todavía demasiado que
aprender como para c… de risa de un ejercicio. Demasiado",
retó Marcela Criquet cuando los chicos se tentaron (el
"c…" no es figurado: hay un pip listo para tapar
cualquier asomo de "mala palabra"). Es que la idea es mostrar que
el camino a la fama es largo y sinuoso. Igual, ahora las
reprimendas son menos y las clases tienen más humor, pero
con la tensión necesaria para mantener la atención
en los tropiezos y levantadas de cada concursante.
Quizá ése sea uno de los factores por los que el
rating está favoreciendo a OT. La semana pasada, en
su primera emisión diaria (lunes a viernes, de 17 a 17.30)
promedió 6,3 puntos; y en la segunda (desde hoy, de 19.30
a 20) 10,8. La pre-gala del sábado (19 a 20.30) hizo 7,9 y
la gala del domingo (20.30 a 23.45) midió 21,4 y
superó incluso a Fútbol de Primera.
EAF promedió 8,2 en su envío diario (lunes a
viernes de 19 a 19.30) y el show del sábado (21 a 22.30)
sumó 10,5. Detalle: nunca compiten en el mismo
horario.
En cambio, en el Centro de Capacitación Artística de EAF
hay tantos elogios que falta conflicto.
Mientras en OT el conformismo es la excepción, en
EAF se escucha este tipo de "indicaciones": "Sos una
persona con una musicalidad espectacular, para mí es un
placer estar laburando con vos", "vocalmente estás
perfecta", "el trabajo fue excelente". Por el entusiasmo de los
profesores, a veces da la sensación de que quienes ensayan
allí son Mick Jagger, Madonna y Michael Jackson y no el
tal Pipa, la Luli o la Adela.
El casting contribuye mucho en este sentido. Entre los 20
participantes originales de OT prevaleció el
criterio federalista, con sólo 6 porteños contra 14
de provincias como Salta, Chaco y Río Negro (hasta hay una
uruguaya). Sumado a un look muy poco fashion, esto
contribuye a la imagen de chicos esforzados, humildes, a quienes
todo les cuesta el doble. Entre los 18 pibes iniciales de
EAF había apenas seis del interior, y todos con un
aspecto muy producido, canchero, con onda. En ambos
ciclos, las relaciones entre ellos no son muy desarrolladas.
Entre tanto ensayo,
OT apenas muestra algún que otro conflicto o
romance. EAF recurre a entrevistas
para que los chicos cuenten a cámara sus sensaciones, pero
casi siempre vinculadas al trabajo con las canciones.
El repertorio musical es acorde al vestuario. En OT se
canta más en castellano que en
inglés,
la música es más lenta y el género principal
es el melódico (con canciones de Ricardo Montaner, Luis
Miguel, Chayanne) y hasta folclórico (Carito, de
Gieco-Tarragó Ros y Tren del cielo, de Soledad). En
EAF las letras en inglés son casi mayoría
—hay un profesor de idioma, figura de la que carece
OT—, y reinan el rock y el pop, con temas de los
Rolling Stones, Los Beatles, Supertramp, Los Piojos, Paralamas,
James Taylor, Donna
Summer. Aquí el ritmo es más movido y,
además de solistas y dúos como en OT, hay
tríos. Hubo una coincidencia: la misma semana, dos
dúos en los dos programas prepararon Seminare, de
Serú Girán.
El reparto de los temas también es diferente. En la
pretendida línea de rigor y esfuerzo, los chicos de
OT deben arreglárselas con la canción que, a
dedo, les asigna la directora de la Academia. El asunto es
más democrático en EAF: se elige de un
muestrario de temas, y un sorteo determina quién de los
chicos lo hace primero y a quién le queda lo
último.
Eso sí: el llanto no falta en ninguna de las dos escuelas.
Abrumados por las flores que les tiran los profesores, los
alumnos de EAF no moquean tanto, pero tampoco se privan de
hacerlo, como cuando a la ya eliminada Sofía la
visitó su hermano mayor. En OT están
encerrados y las lágrimas surgen casi de la nada, al mejor
estilo Gran hermano. Un clásico son los pucheros al
escuchar las canciones que entonan los compañeros (nadie
sabe si por el contenido o el sonido). Hasta es
algo deseable: "Los chicos acá lloran todos y a mí
no me sale", le dijo Johnny a la madre por teléfono (el único contacto con el
exterior).
Pero el verdadero festival de las lágrimas llega en el fin
de semana, con la gala de OT (en vivo) y el show de
EAF (grabado), donde los chicos despliegan todo lo
ensayado en la semana y algunos son eliminados del juego. Con
mecanismos diferentes: otro parentesco de OT con Gran
hermano es la presencia de los nominados, lo cual le aporta
más morbo (e interés).
Cada domingo se sabe cuál de los dos se va, y
después el jurado elige a otros cuatro para abandonar la
Academia. El equipo de profesores "salva" a uno y sus
compañeros votan para "salvar" a otro. De los dos que
quedan, el menos votado por el público se irá en la
gala siguiente. Y eso es aprovechado para mostrar las reacciones
de los nominados durante la semana. También, para alardear
sobre la repercusión del programa: el domingo hubo
contactos permanentes con Córdoba y Tucumán, las
provincias de los nominados, donde una muchedumbre los
alentaba.
En cambio, el proceso de eliminación en EAF es
más rápido y, si bien es menos sádico con
los chicos, también (justamente por eso) resulta menos
atrapante. Quizá por esa indudable desventaja, en
EAF se agregó, este sábado, la figura del
participante de "mayor rendimiento artístico" (parecido al
"favorito" de OT, que, votado por la gente, tiene una
noche de inmunidad) y el de "menor rendimiento artístico"
(nominado para la semana siguiente). El resto se mantuvo igual:
en el mismo show, antes de las actuaciones, se revela
quiénes fueron los cuatro —dos hombres y dos
mujeres— menos votados por el público. El cuarteto
queda "en observación" del jurado, que luego de las
actuaciones expulsa a dos, un hombre y una mujer.
La actitud de los
jurados contribuye al grado de tensión. En EAF
sólo se juzga a los cuatro menos votados, y las palabras
casi siempre son de aliento: "tuviste una actuación
genial", "estuviste alucinante", "sos una gran artista".
Después, al mejor estilo hollywoodense, el jurado se
retira a deliberar y, cuando vuelve, dos de los felicitados se
tienen que ir. Aunque, una vez más, el jurado lo lamenta:
"Es injusto que una de las chicas y uno de los chicos dejen el
programa, pero tenemos una decisión", dijo, por ejemplo,
Afo Verde. Los jueces de OT, en cambio, se proponen (y lo
logran) dar imagen de implacables. Tras las actuaciones viene un
bloque de media hora en el que hacen pasar a cada uno de los
concursantes y, con cara de malvados, lanzan algunas devoluciones
sin anestesia: "Soltaste tu voz, pero mostraste inseguridad en
la interpretación", "ponés garra pero
desafinás", "por bailar te olvidaste de cantar". Es
entonces cuando algunos participantes caen en la cuenta de que la
fama y el triunfo a veces miran otro canal.
http://www.clarin.com/diario/2003/04/09/c-00611.htm

EE.UU.: LA NUEVA TEMPORADA TRAE 15 NUEVOS PROGRAMAS DEL
GÉNERO
Los reality
shows saturan la TV, pero el fenómeno no
cede
Para gran parte de los que trabajan en la televisión (y
para muchos de los que la consumen), la catarata de reality shows
que mantiene copada la pantalla chica desde hace un año
plantea una amenaza similar a una horda de vándalos
golpeando las puertas del Edén. Sin embargo, la tendencia
sigue creciendo porque los programas del género son mucho
más baratos que las comedia y porque la nueva
generación de espectadores parece preferir la realidad a
la ficción.

http://www.clarin.com/diario/2001/07/19/s-286520.htm

Ratings y
análisis
Sol negro no brilló y
E24 volvió a conmover
La nueva ficción de Ideas del Sur, en América,
obtuvo mucho menos de la mitad del rating que logró el
programa de Cuatrocabezas, para Canal 13. De todos modos,
logró imponerse como lo más visto de la emisora de
Palermo. Los números demuestran un nuevo triunfo de la
realidad sobre la ficción.
Superproducción. Superexpectativa.Superdesilusión.
La miniserie no tuvo un buen comienzo el lunes a
las 23, por América, y fue arrollada por E24, el programa
sobre el Hospital Fernández de Canal 13. Los
números fueron contundentes: 21,7 contra 9,6
puntos, según la medición de Ibope.

Pero Cuatrocabezas festeja por partida doble. Ya que
también le ganó a Videomatch, por tercera semana
consecutiva, en la franja (hizo 18,5). En Ideas del Sur, todas
son caras largas. Y no solo por las desalentadoras planillas de
rating.

Porque el esperado debut de Sol negro movió
inmediatamente a algunas críticas poco felices. Las
que más crisparon los nervios de Marcelo Tinelli fueron
las que compararon escenas de su flamante producción con
las de Atrapado sin salida, la película con Jack
Nicholson de 1975.

De todos modos, el trabajo de Rodrigo de la Serna,
Carlos Belloso, Alejandro Urdapilleta, Diego Capusotto y Fernando
Peña -entre otros- en la historia
que busca ahondar en el mundo de los locos, logró
también comentarios elogiosos, como así la calidad de imagen
y el abordaje del tema de la locura en sí.

El show de la realidad, otra vez
éxito

El fenómeno de E24 indica, sin embargo, algunas
cosas. La principal es que los espectadores eligen nuevamente la
visión cruda de la realidad a la ficción, por
más bien actuada y contada esté. El éxito de
programas como No matarás (de María Laura
Santillán), Kaos en la ciudad (Juan Castro) o, hasta hace
poco, Ser
urbano (Gastón Pauls) lo
demuestra.

En esa línea, próximamente América
estrena Pabellón 5, un ciclo periodístico
documental que reflejarà la vida de aquellos que viven en
la cárcel, con la conducción de Rolando
Graña. Y el 13 prepara la vuelta de Misterios y
milagros, el programa de Víctor Sueyro. Del otro lado,
en América acaba de finalizar sin pena ni gloria
Hospital público.

http://www.terra.com.ar/canales/tv/77/77051.html

8.
CONCLUSIÓN

Hemos visto la gran cantidad y la diversidad de Reality
Shows que fueron apareciendo en el aire tanto nacional como
internacional a lo largo de los últimos años.
También los formatos comprados del exterior, el nombre que
tuvieron en cada uno de los países del mundo.

Estos programas surgieron de los viejos Talk Shows,
con el objetivo de mostrar las miserias humanas de la intimidad y
darle un toque de espectáculo. Y eso es lo que tanto atrae
al público, esa misma curiosidad.

Dice Alfredo Caminos: "En esta frontera (entre la
ficción y la realidad), el público, siempre con una
cuota de morbosidad por espiar a otras realidades y la miseria
humana, deja entrever cierto gusto por este espectáculo de
la intimidad". Ya lo hemos comprobado con las entrevistas,
especialmente con la de Fabio Gigli sobre Showmatch, donde se
pone en evidencia que se saca partido de todas aquellas
situaciones de conflicto, que revelen cómo es la vida
privada del participante, cómo es su verdadera
personalidad. Tambíen se comprueba en los resultados de la
encuesta,
donde un 65% de los encuestados opinan que los Reality Shows
deben su éxito en pantalla debido a la curiosidad, a la
manía de espiar al otro, de saber todo sobre
él.

Los participantes crean "personajes", los cuales les son
asignados por las productoras, de acuerdo a su personalidad.
Siempre encontramos al bueno, al malo, al mentiroso, al traidor,
al tonto, al excluído, etc.

Nuevamente, Alfredo Caminos y Mariana Aranguren dicen en
su artículo: "El juego de los participantes por obtener
el premio mayor es mínimo comparado a como se destruye su
propia humanidad en forma pública, lo mismo ocurre con
todos los espectadores ansiosos por ver como sale el más
feo, el más gordo, el más más y etc. y etc.
Este poder de
participación en la elección hace de este juego un
juego mayor. Pero además también se juega con
muchas otras cosas, se juega y se fuerza al
Confer a buscar controlando como aparece el sexo en
directo a cualquier hora como si fuese culpa de los integrantes
de la casa, cuando todos sabemos que se trata de una
elección del director de cámaras que elige lo que
se ve. Tienen más de treinta cámaras pero justo se
pone al aire la que tiene sexo, besos, duchas y cambios de
ropa". Y esto no se produce por casualidad, se produce
porque se sabe que esto produce mayor cantidad de televidentes,
lo cual significa una alta cifra de rating, y en estos tiempos,
ya es sabido, el rating en la televisión lo es
todo.

Los reality Shows tienen muchas ventajas, entre las
cuales están que cuestan poco (ya que no necesitan de
actores profesionales, ni se les debe pagar un sueldo) y que
pueden comercializarse con facilidad (ya que a partir de su
lanzamiento comienzan a aparecer revistas, postres, remeras y
otros elementos con los nombres de los participantes para que
cada uno tome partido por alguno de ellos).

A lo largo de los últimos años se ha
comprobado que tienen mayor éxito aquellas telenovelas que
reflejan a la sociedad tal
cual es, o de la manera más aproximada posible, como
Campeones, Gasoleros, Son Amores, entre otras. Lo mismo sucede
con los reality shows como Gran hermano, La Playa, El Bar,
Operación Triunfo, Cuestión de Peso, donde el
televidente puede hacer un seguimiento del avance del
participante, se muestra la vida real.

Y es eso, lo que fundamentalmente atrae al
público, el reflejo de la vida misma, verse reflejado en
la pantalla mediante el jugador del reality. Es esa curiosidad
por saber si al otro le pasan las mismas cosas que a uno mismo,
es la curiosidad que despierta en la persona el saber cada vez
más sobre la vida íntima del otro.

9. AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer a cada una de las personas que me
ayudaron a completar este trabajo de la mejor manera posible, y
en el menor tiempo. A mis entrevistados, el señor Alfredo
Caminos, Sara Tévez, Juan Achával y Fabio Gigli por
disponer una parte de su tiempo a mi servicio para
contestar mis preguntas. También quiero agradecer a Diego
Cabrera por ponerme en contacto con Sara Tévez
(participante de Popstars), a Aníbal Frare por su ayuda
para concretar la entrevista
con el participante de Escalera a la Fama,

A Néstor Ventaja por autorizar la
publicación de su artículo dentro de mi trabajo y
por contestar todos mis mails y mis pedidos de entrevista,
aunque por diferentes motivos no pudo concretarse, y a Cecilia
Rolle (participante de Cuestión de Peso) quien, aunque no
pudo contestar a mis preguntas por cuestiones administrativas, se
mostró muy atenta conmigo.