Resumen:
Nuestra labor en la consulta de Orientación y
Terapia Sexual ha propiciado que de manera obligada, nos
detengamos en algunas reflexiones motivadas por el alto
índice de consulta en que las " preocupaciones por el rol
de género"
de los niños
en edad preescolar y
escolar es el centro de la problemática.
Este material es un acercamiento a las
características de la adquisición de la identidad
sexual en la infancia,
así como de los diferentes factores que intervienen en su
formación y al mismo tiempo una
reflexión en torno a la
problemática que le plantea a la Psicología
Clínica tales características.
Se ofrece la perspectiva de atención psicológica a la que nos
acogemos en estos casos, distinguiendo las alternativas que
potencian el desarrollo de
una sexualidad
sana.
Palabras claves: Rol de género; Identidad de
Género; Orientación sexual.
Introducción
El hombre ha
logrado garantizar la supervivencia, entre otras cosas, por la
llamativa capacidad de violentar los códigos naturales
–léase conductas prefijadas- y hacer menos
significativo el sustrato fisiológico que en mayor
cuantía y calidad le
acompaña.
La sexualidad, es una interacción de hechos biológicos,
psicológicos y sociales que cobra un sentido totalmente
diferente a la mera función
biológica y se convierte en fuente de placer, bienestar
psico-físico, comunicación, afecto y ternura. En ella se
subjetivan los códigos naturales; en última
instancia humanizándolos, dándole otros
destinos.
La característica de la sexualidad de ser una
construcción mental de los aspectos de la
existencia humana que adquieren significado sexual, conspira
contra los constructos teóricos que intentan dar conceptos
acabados en torno a ella. En la energía que nos motiva a
buscar placer, afecto, ternura e intimidad y que influencia
nuestros pensamientos, acciones e
interacciones que influyen en nuestra salud física y mental, se
recoge una proposición que nos permite encarar una
reflexión en torno a ella(1).
El conjunto de potencialidades humanas se actualiza en
el medio en que a cada hombre le toca vivir; la sexualidad humana
puede satisfacerse, reprimirse, prorrogar su satisfacción,
sublimarse y orientarse hacia objetos de satisfacción muy
diversos.
La sexualidad es un fenómeno complejo y
multivariado; son tantas las formas de su expresión como
diversos los seres humanos.
Desarrollo
El complejo proceso de
autodiferenciación sexual socio-psicológico, que da
lugar al sentimiento y la conciencia de
sí, es la base del despliegue de un conjunto de procesos
psíquicos, necesidades, sentimientos, valores,
actitudes,
representaciones, conceptos, aspiraciones, capacidades, etc.,
hacia el propio sexo y hacia
el otro, que conforman la base de la sexualidad y que determinan
la forma particular en que ésta se viva y
exprese.
El rol es un modelo
organizado de conducta,
relativo a una cierta posición del individuo en
una red de
interacciones, ligado a expectativas propias y de los otros (2).
Modelo porque define la interacción desde las expectativas
que pone en juego respecto
a cómo tiene que comportarse el otro. En las redes de interacción
hay un consenso que resulta de la aceptación mutua de las
partes, donde se conjugan las obligaciones y
los derechos
recíprocos.
El rol es un instrumento de interacción que
permite el vínculo con el otro y potencia una
elección (no consciente) de una alternativa de conducta."
Rol de género es la expresión pública de la
identidad mediante el desempeño de diversos papeles( padre,
madre, esposo, amigo) que se manifiesta de una manera peculiar,
donde el individuo interpreta, construye y expresa su conducta
cotidiana(3).
La identidad del género es la conciencia y el
sentimiento intimo de hombre, mujer, masculino,
femenino o ambivalente y la orientación sexual se conforma
por las preferencias sexuales eróticas, afectivas y hacia
el otro sexo, el propio o ambos.
Durante la infancia transcurre un proceso muy importante
para el desarrollo de la sexualidad y entre ellos está la
adquisición de la identidad sexual y el rol sexual (rol de
género sexual para otros autores). El primero se refiere a
la auto clasificación como niño o niña, y el
segundo al papel asignado en nuestra sociedad a las
mujeres y los hombres en el que se designa las
características, códigos, ideales a ajustarse para
reconocerse y ser reconocido como una u otro y modelar una
tipificación más o menos rígida.
La identidad de una persona no se
construye de una vez y para siempre; pero en las primeras etapas
de la vida se construye sus cimientos, siendo la infancia
sensible a la experimentación de vivencias únicas e
irrepetibles.
Somos un cuerpo sexuado en sus estructuras y
funciones:
sexo cromosomático, genético, gonadal, genital,
endocrino, hipotalámico-hipofisiario y de figura corporal.
Este criterio biológico tiene indudable validez al
constituir el fundamento de la existencia en el ser humano, ya
que representa el principio básico para la
diferenciación física entre el hombre y
la mujer y
también indirectamente para su diferenciación
psicológica.
Somos psicosocialmente sexuados; nuestra educación
sexual está profundamente influida por factores
psico-sociales que interactúan con el legado
biológico. Las diferencias esenciales inherentes a cada
uno de los géneros se encuentran en su base
biológica, sin que implique que las cualidades sexuales
psicológicas puedan reducirse a las consecuencias de esta
premisa.
Tiene sentido referirnos a que cada cultura y
sociedad concreta regula de forma particular la sexualidad,
dependiendo del contexto histórico-social. Las
asignaciones del rol tienen en cuenta las diferencias
biológicas, pero les confieren una mayor importancia en la
mayoría de los casos a formas de funcionamiento social que
han cristalizado a lo largo de la historia; responden a
necesidades de la sociedad en momentos históricos
determinados y reflejan relaciones de poder.
Los modelos
sexuales establecidos socialmente se constituyen en constructos
sociales de gran fuerza, pues
se le enseña al niño desde muy pequeño a
actuar conforme a las expectativas del medio en que vive. En el
proceso de socialización se refuerza toda conducta que
los reproduzcan y se sanciona a los que se aparten de ellos;
así se representa -a nivel individual- el rol
sexual.
Todos los escenarios sociales generan configuraciones
sexuales, la educación
afectivo-sexual transcurre por mecanismos muy distintos, sean
estos formales o informales a través de múltiples
agentes educativos, portadores de actitudes, valores, normas y
conocimientos. Se construyen en interacción emocional con
las configuraciones subjetivas de otro hombres, preferentemente
con los grupos humanos en
las que esta inmerso el niño y fundamentalmente con las
figuras de apego a las que se vinculan. En este proceso
interactivo los adultos ponen mucho mas allá de lo que
están dispuestos a aceptar concientemente; a través
de gestos, posturas, movimientos, contactos corporales, etc., se
convierten en un sistemas de
referentes que retroalimenta el niño en la
interacción.
Numerosas conductas genéricas individuales pueden
ser explicadas a través de actitudes incorporadas en la
historia personal a
través de estados interactivos no conscientes y que no
poseen un correlato unidireccional. El niño va
articulándolas y actualizándolas en sucesivas
interacciones, conformando las tendencias de su comportamiento
sexual Según la manera en que interpreta los modelos y
valores sociales que van adquiriendo un significado para
él y se integren sistemáticamente los
condicionantes biológicos y sociales siguiendo un
patrón irrepetible, es que se conformarán las bases
de la sexualidad que guardan una relativa semejanza entre
aquellos de igual sexo que los distingue del otro.
Tradicionalmente las sociedades
clasistas han tendido a establecer estereotipos rígidos y
esquemáticos sobre lo masculino y lo femenino,
reglamentando las manifestaciones de los seres humanos, desde los
juegos,
juguetes,
vestuarios, hasta la forma de expresar las emociones y
sentimientos, de comportarse en cada situación, inclusive
las aspiraciones, proyectos y
profesiones.
La expectativa de tener un hijo afecta todas las
dimensiones y actividades de la vida intrafamiliar. Incluso antes
del nacimiento se adoptan actitudes distintas sobre el sexo del
niño, se tiende a especular sobre éste, elaborando
planes y acariciando ambiciosos objetivos.
Asimismo, el anuncio del sexo desencadena una sucesión de
eventos a
efectos de su identificación sexual que se basa en la
tipificación de los roles. Todo el proceso social es
presentado como axioma incuestionable, con valores promovidos a
través de mitos y
supeditados a fuerzas biológicas ocultas, en las que ni el
educador ni el educando dudan de su carácter natural.
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