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Maltrato infantil (página 2)




Enviado por Dr. Walter Ponton



Partes: 1, 2

TEORÍA DEL APEGO Y LA TRANSMISIÓN
TRANSGENERACIONAL DEL MALTRATO

La incorporación de la teoría
del apego en el estudio de las consecuencias del maltrato
infantil y en la transmisión intergeneracional del
mismo facilita el entendimiento de este
fenómeno.

Desde la teoría del apego, el maltrato infantil
es un fenómeno que afecta las relaciones que mantiene un
menor maltratado con sus cuidadores, se caracteriza por cuidados
poco adecuados para el desarrollo
normal de las personas. Las consecuencias derivadas de esta
disfunción relacional del niño con sus padres
pueden considerarse el factor unificador de las diferentes
categorías de maltrato infantil, independientemente de los
daños o traumas sufridos provocados por la forma concreta
que ha adoptado el maltrato.

La relación afectiva que se establece en la
infancia con
los cuidadores, proporciona el prototipo de las relaciones
afectivas en etapas posteriores a través de las
representaciones mentales que los menores van formando y que
incluyen tanto los recuerdos de la relación, el concepto de la
figura de apego y de sí mismo/a y las expectativas sobre
la propia relación.

Estas Representaciones mentales han sido denominadas
"Modelos
Internos Activos". Una
historia infantil
caracterizada por el por el rechazo, la desatención y la
falta de apoyo afectivo puede generar la transmisión del
maltrato infantil a la siguiente generación a
través de la influencia que ejercen los modelos internos
de apego en forma de "esquemas cognitivos preexistentes"
distorsionando las fases del procesamiento de la información propuestas por Milner (1993) en
su modelo
explicativo del maltrato físico cuando estos sujetos se
enfrentan como padres con situaciones infantiles.(4)

CONCEPTO DE RESILIENCIA

El término resiliencia se usa de dos formas. La
resiliencia como capacidad global de la persona para
mantener un funcionamiento efectivo frente a las adversidades del
entorno o para recuperarlo en esas condiciones, o como una buena
adaptación en las tareas del desarrollo de una persona,
como resultado de la interacción entre el sujeto y la adversidad
del medio o un entorno de riesgo
constante.

Las personas resilientes se caracterizan por tener
mejores recursos
internos, tales como mayores niveles de autoestima,
mejores destrezas sociales y de afrontamiento. Por otra parte se
señala que constituyen un mejor apego durante la infancia,
aparecen con niveles anímicos más estables en la
adultez, con mayor capacidad de elaborar el trauma generado por
el maltrato y una mejor capacidad para asignarles sentido a las
experiencias de sufrimiento, un mejor control de
impulsos de agresión; una mayor capacidad para empatizar
con los otros y con mejores habilidades sociales. A nivel social
y familiar, tienen menos estresores ambientales, mayor apoyo
emocional, relaciones más satisfactorias y una red de apoyo más
numerosa y de mejor calidad (12), son
estos menores los que logran superar la experiencia y romper el
estereotipo de que el niño abusado será un padre
maltratador.

CLASIFICACIÓN DEL MALTRATO

El abuso infantil es un patrón de maltrato o
comportamiento
abusivo que se dirige hacia el niño y que afecta los
aspectos físico, emocional y/o sexual, así como una
actitud
negligente hacia el menor, a partir de la cual se ocasiona
amenaza o daño
real que afecta su bienestar y salud. El maltrato infantil
se puede clasificar así:

1. MALTRATO FÍSICO

Se define como maltrato físico a cualquier
lesión física infringida
al menor, aunque el padre o adulto a cargo no tenga la
intención de lastimar al niño, también se
interpreta maltrato a la aparición de cualquier
lesión física que se produzca por castigo
inapropiado para la edad del niño.

2. ABUSO FETAL

Se presenta cuando la futura madre ingiere,
deliberadamente, alcohol u
otras drogas,
estando el feto en su
vientre. Producto de
esto, el menor nace con malformaciones congénitas que
afectan su desarrollo físico y/o
psicológico.

3. MALTRATO EMOCIONAL O PSICOLÓGICO

Se caracteriza por ridiculización, insultos,
regaños o menosprecio. Presenciar actos de violencia
física o verbal hacia otros miembros de la familia.
Permitir o tolerar uso de drogas o el abuso de alcohol. Se
entiende como tales acciones
producen daño emocional en el niño, afectando la
dignidad, el
bienestar e incluso la salud.

Actos de privación de la libertad
como encerrar, atar, amenazar o intimidar permanente al
niño, alteran su salud psíquica.

4. ABUSO SEXUAL

Contactos o acciones recíprocas entre un menor
y un adulto que busca gratificación sexual y frente a
las cuales el niño no puede dar su consentimiento. Puede
incluir desde la exposición de los genitales por parte del
adulto hasta la violación del menor.

5. ABANDONO O NEGLIGENCIA

Falla intencional de los padres o tutores en
satisfacer las necesidades básicas del niño en
cuanto alimento, abrigo o en actuar debidamente para
salvaguardar la salud, seguridad,
educación y bienestar del
niño.

Pueden definirse dos tipos de abandono o
negligencia:

Abandono físico: Rehuir o dilatar la atención de problemas de
salud, echar de casa a un menor de edad, no realizar la
denuncia o no procurar el regreso a casa del menor que huyo;
dejar al niño solo en casa a cargo de otros
menores.

Negligencia o abandono Educacional: No inscribir al
menor en el nivel de educación obligatorio, no hacer lo
necesario para proveer la atención a las necesidades de
educación especial.

El descuido puede ser intencional como cuando se deja
solo a un niño durante horas porque ambos padres
trabajan fuera del hogar. Este último ejemplo como
tantos otros que generan la pobreza, el
abandono o descuido es mas resultado de naturaleza
social que de maltrato dentro de la familia.(1)(2)

LUGAR Y MODO EN QUE SE PRESENTA EL MALTRATO AL
NIÑO

1. EN EL HOGAR.

La mayoría de los casos de maltrato infantil
ocurre dentro de la familia. Cuando la familia tiene
vínculos estrechos con otros parientes, tales como los
abuelos, la condición de un niño puede salir a la
luz por la
intervención de estos. El abuso sexual
y el maltrato físico se revelan al medico general o al
pediatra. El maltrato emocional rara vez se presenta de este
modo, en gran medida porque surge la duda acerca de la persona
apropiada para brindar ayuda.

Aquellos profesionales que visitan familias, tales
como trabajadores de salud y trabajadores sociales, pueden
sospechar el maltrato infantil, pero rara vez son elegidos para
confiarles tal revelación, casi siempre visitan hogares
a partir de que surgen preocupaciones iniciales sobre las
aptitudes de los padres dentro de la familia. Tales padres
muchas veces provienen de hogares en los que se abuso de ellos;
ven a los especialistas como adversarios más que como
apoyo, ya que a sus colegas los recuerdan en asociación
con las tensiones de su propia infancia.

2. EN EL CONSULTORIO O GUARDERÍA.

Los niños
menores de cuatro años de edad asisten con frecuencia a
revisiones físicas y de crecimiento. Cuando se les
cría en un entorno de carencias, es posible que se les
coloque en una guardería. La cuidadosa observación de estos niños puede
llevar a la detección de maltrato infantil, pero nunca
resulta fácil decidir cuándo el desarrollo de un
niño se ve comprometido como consecuencia del maltrato.
Cuando las lesiones no accidentales están presentes,
resulta menos difícil, pero dichos casos constituyen una
minoría.

3. EN LA ESCUELA.

El abuso en niños en edad escolar origina
problemas para el reconocimiento del maltrato. Los maestros
dedican mucho de su tiempo y sus
habilidades en ganar la confianza del alumno y esto requiere
hacer amistad con
ellos. Mientras mayores son los niños, estos se tornan
mas reservados acerca de sus cuerpos, de ahí que la
enfermedad escolar y el médico o enfermero del colegio
tengan una importante responsabilidad en el reconocimiento de la
evidencia física del maltrato. Aunque los maestros son
los primeros en sospechar del abuso, nunca resulta fácil
observar lesiones físicas cuando los niños se
mudan de ropa. El comportamiento de los menores sin embargo,
sigue patrones relacionados con la edad y con los que el
maestro esta familiarizado. El comportamiento anormal o
divergente puede ser síntoma más importante del
maltrato infantil y el maestro es el profesional mejor ubicado
para sospechar de este.(1)(2)

DETECCIÓN DEL MALTRATO

Los niños sufren de una variedad infinita de
abusos, por lo general a manos de los propios padres y a menudo
sin lesión evidente ni queja. El maltrato infantil
incluye una serie de ofensas que van de los extremos de la
violación y el asesinato, hasta la más sutil e
insidiosa negación de amor. Un
niño que crece sin esperar nada sino un entorno hostil
aprenderá a vivir dentro de estos límites
y adaptara su comportamiento de tal forma que no traiga la
mínima agresividad. Son niños que aprenden desde
temprana edad a procurar la complacencia de cualquier adulto
con el que puedan entrar en contacto como forma de protegerse a
sí mismos.

La habilidad para detectar que un niño ha sido
maltratado depende del conocimiento
por parte de cada observador no sólo del estado
físico de un menor, sino del comportamiento normal
infantil. No basta con notar cualquier cambio en
las interacciones sociales de un niño en particular,
pues el niño agredido constantemente puede haber sufrido
desde la primera infancia. Por consiguiente, cuando un
niño parece comportarse de un modo anormal,
deberá considerarse la posibilidad de que la causa sea
el maltrato.

La detección de esta variedad de maltrato
infantil depende de dos factores: la preparación en los
patrones típicos que aquél presenta y la
experiencia para identificar al niño maltratado.
(1)(2)

COMO
IDENTIFICAR A LOS NIÑOS MALTRATADOS

1. INDICADORES DE
CONDUCTA

El comportamiento de los niños maltratados
ofrece indicios que delatan su situación. Estos indicios
son no específicos, porque la conducta
puede atribuirse a diversos factores. Los comportamientos que
se enumeran hacen sospechar una situación de
maltrato:

  • Las ausencias repetidas a clase
  • Disminución del desempeño académico y dificultades
    de concentración
  • La depresión constante y/o la presencia de
    conductas auto agresivas o ideas suicidas.
  • Sumisión excesiva y actitud evasiva y/o
    defensiva frente a los adultos.
  • Necesidad de expresiones afectuosas por parte de los
    adultos, especialmente cuando se trata de niños
    pequeños.
  • Las actitudes o
    juegos
    sexualizados persistentes e inadecuados para la
    edad.

2. INDICADORES
FÍSICOS

  • Alteración de los patrones normales de
    crecimiento y desarrollo.
  • Falta de higiene y
    cuidado corporal
  • Descuido en el cuidado dental (9)
  • Señales de castigo corporales.
  • Accidentes frecuentes
  • Embarazo precoz.

FACTORES ASOCIADOS CON EL MALTRATO Y LAS
CAUSAS

1. FACTORES INDIVIDUALES:

Ascendientes maltratadores

Concepto equivocado de la disciplina

Falsas expectativas

Inmadurez

Retraso Mental

Psicopatías

Adicciones

Trato brusco

2. FACTORES FAMILIARES:

Hijos no deseados

Desorganización hogareña

Penurias económicas

Desempleo o subempleo

Disfunción conyugal

Falta de autodominio

Educación severa

3. FACTORES SOCIALES:

Concepto del castigo físico

Actitud social negativa hacia los
niños

Indiferencia de la sociedad

CAUSAS

Supone que los "factores de estrés
situacional" derivan de los siguientes cuatro
componentes:

1. Relaciones entre padres: Segundas nupcias, disputas
maritales, padrastros cohabitantes, o padres separados
solteros.

2. Relación con el niño: Espaciamiento
entre nacimientos, tamaño de la familia, apego de los
padres al niño y expectativas de los padres ante el
niño.

3. Estrés estructural: Malas condiciones de
vivienda, desempleo,
aislamiento social, amenazas a la autoridad,
valores y
autoestima de los padres.

4. Estrés producido por el niño:
Niño no deseado, niño problema, un niño
que no controla sus esfínteres, difícil de
disciplinar, a menudo enfermo, físicamente deforme o
retrasado.

Las posibilidades de que estos factores desemboquen en
maltrato infantil o abandono, determinan la relación
padres-hijo y dependen de ella. Una relación segura entre
éstos amortiguará a cualquier efecto del
estrés y proporcionará estrategias para
superarla a favor de la familia. En cambio, una relación
insegura o ansiosa no protegerá a la familia que
esté bajo tensión; la sobrecarga de
acontecimientos, como las discusiones o el mal comportamiento del
menor, pueden generar diversos ataques físicos o
comportamientos contra el niño. En suma, lo anterior
tendrá un efecto negativo en la relación existente
entre los padres y el niño, y reducirá los efectos
amortiguadores aun más. Así, se establece un
círculo vicioso que lleva a una sobrecarga del sistema familiar,
y en que el estrés constante ocasiona agresiones
físicas reiteradas. La situación empeora en forma
progresiva, si no se interviene prontamente, y puede calificarse
como espiral de violencia.

De aquí se desprende que la relación
padres-hijo debe ser el punto central para el trabajo en
la prevención, tratamiento y manejo del maltrato y
abandono infantiles.

Finalmente, los valores
culturales y comunitarios pueden afectar las normas y estilos
del comportamiento los padres. Éstos recibirán la
influencia de su posición social, en lo que se refiere a
edad, sexo,
educación, posición socioeconómica, grupo
étnico y antecedentes de clase social.

Un grupo importante de padres que maltrata o abusa de
sus hijos han sufrido, en su infancia falta de afecto y maltrato.
Esto suele asociarse a una insuficiente maduración
psicológica para asumir el rol de crianza, inseguridades,
y perspectivas o expectativas que no se ajustan a lo esperado en
cada etapa evolutiva de sus hijos, generando trastornos en el
vinculo y la relación con los niños,
presentándose que todo hecho de la vida cotidiana por
insignificante que sea, toda actuación que se considere
irritante, encuentra un padre o madre en situación de
crisis, con
escasa tolerancia y con
dificultad para solicitar apoyo externo, situación que
facilita el estallido de violencia.(1)(2)

Ningún factor demográfico predice el
maltrato físico, solo el abuso físico en si es
predictor de la aceptación de la disciplina
basada en métodos
físicos y como privilegio o derecho de los padres en las
diferentes culturas(6), sin embargo parece que el abuso sexual en
niñas es mas frecuente en hispanos viviendo en USA
(10).

Los factores que se relacionan con el maltrato
son:

1. La repetición de una generación a otra
de una pauta de hechos violentos, negligencia o privación
física o emocional por parte de los padres.

2. El niño es considerado indigno de ser amado o
es desagradable, en tanto las percepciones que los padres tienen
de sus hijos no se adecuan a la realidad de los niños,
además, considerar que el castigo físico es un
método
apropiado para corregir acercándolos a sus
expectativas.

3. Es más probable que los malos tratos tengan
lugar en momentos de crisis. Esto se asocia con el hecho de que
muchos padres maltratantes tienen escasa capacidad de adaptarse a
la vida adulta.

4. En el momento conflictivo no hay comunicación con las fuentes
externas de las que pueden recibir apoyo. En general estos padres
tienen dificultades para pedir ayuda a otras personas. Tienden a
aislarse y carecen de amigos o personas de
confianza.(1)(2)

CARACTERÍSTICAS DEL NIÑO GOLPEADO Y
EL AGENTE AGRESOR

El niño no solamente es maltratado a
través de la agresión física, sino
también por la privación del alimento, cuidados
físicos y estimulación sensorial tan necesaria para
su desarrollo. Así, la desnutrición, las malas condiciones
higiénicas del niño, el retraso en las esferas del
lenguaje y
personal
social, clásicamente consideradas como medidas de la
estimulación que el niño recibe de su ambiente, son
la regla.

La desnutrición por sí misma es capaz de
afectar en sentido negativo y en forma irreversible el
crecimiento y el desarrollo. Para algunos autores, la "falla para
crecer" en un niño, puede ser el primer dato que oriente
hacia el diagnóstico.

Estos niños muestran un patrón de
comportamiento muy característico cuando están
internados en el hospital. Aun en ausencia de lesiones que
comprometan el estado
general, el niño aparece triste, apático y en
ocasiones estuporoso; rehuye el acercamiento del adulto y
frecuentemente se oculta bajo las sábanas. En general, es
un niño que llora y no se muestra ansioso,
cuando se trata un lactante mayor o un preescolar,
por la ausencia de la madre y aun puede mostrar franco rechazo
hacia ésta cuando ha sido la agresora. La conducta del
niño cambia en relativamente poco tiempo a un aferramiento
excesivo hacia el personal del hospital, con gran necesidad de
contacto físico, así como episodios de agresividad
cuando se le frustra, a pesar de que éstas muestra
especial afecto y cuidado al menor cuando se enteran del
problema.

Se han señalado también patrones de
comportamiento característicos del agresor en el hospital;
poco interés
del familiar involucrado acerca de la seriedad de las lesiones y
evolución de as mismas, abandono del
niño en el hospital o, al menos, visitas cortas muy
esporádicas y comentarios de las enfermeras de no conocer
al padre o madre del niño, a pesar de estancias
prolongadas. Sin embargo, esto no es necesariamente un
comportamiento característico del familiar agresor; en
ocasiones, el padre o familiar involucrado parece mostrar una
gran preocupación por la enfermedad del menor, con
actitudes francas de sobreprotección hacia éste, lo
cual hace más difícil para el médico, la
enfermera y aun la trabajadora social con experiencia,
identificar el problema.

Si tomamos en cuenta sólo los casos en los cuales
la identificación del agresor fue calificada como
comprobada o muy posible, el padre aparece como agresor en el 26%
de los casos y la madre en el 58%; en el 16% restantes,
estuvieron involucrados padrastros, madrastras y un hermano
mayor.

Habitualmente el maltratador es una persona joven,
proviene de todas las clases
sociales y dentro de niveles de inteligencia
considerados normales, con inmadurez emocional, la cual es la
consecuencia de insatisfacción durante la niñez, es
impulsivo y con pobres mecanismos de control, funciona cuando el
menor agredido esta ausente y atribuyen al niño
características reales o supuestas, que generan el
maltrato y/o actitudes abiertas de rechazo.

Los agresores presentan poca Psicopatológia
evidente. Muy frecuentemente, el agresor, en quien la sola
presencia del niño provoca un estado afectivo
incontrolable, trata de manejar sus emociones
apartándose del menor a través de relegar los
cuidados al otro padre u otra persona; es cuando se rompe este
arreglo que ocurre la agresión. Esto último
explicaría la mayor frecuencia del llamado
"Síndrome del Niño Golpeado" durante los primeros
dieciocho meses de vida.(1)(2)

CONSECUENCIAS

El Estudio Nacional de Salud Mental del
Ministerio de Salud, realizado en 1993, encontró que en el
4.3% de las familias, los niños eran maltratados
físicamente, en el 9.7% maltratados verbalmente y en el
0.8 % son objeto de abuso sexual (11). Los niños
maltratados pueden presentar Trastorno de Estrés
postraumático, trastornos afectivos y trastornos de
conducta. Muchos presentan baja autoestima, presentan riesgo de
conductas adictivas para automedicarse.

Los efectos que produce el maltrato infantil, no cesan
la niñez, mostrando muchos de ellos dificultades para
establecer una sana interrelación al llegar a la vida
adulta.

Algunos sienten temor de hablar sobre el maltrato pues
asumen que nadie les creerá. Tampoco comprenden que el
maltrato a que son sometidos es un comportamiento anormal y
así imitaran este modelo posteriormente. La falta de un
modelo familiar positivo y la dificultad en crecer y
desarrollarse copiándolo, aumenta las dificultades de
establecer relaciones.

Experiencias de violencia en la infancia y adolescencia
que incluyen el maltrato infantil se considera como riesgo
potencial para victimizacion psicológica, física o
sexual en posteriores relaciones de pareja en las adolescentes
(5), así como de presentar Trastorno de estrés
postraumático y disociación peri traumática
(8)

CÓMO AYUDAR A LAS VÍCTIMAS DEL
MALTRATO

La mejor manera de ayudar al menor es:

  • Identificando los casos de maltrato.
  • Realizando intervenciones en las situaciones
    detectadas a todo nivel y en todos los entornos.
  • Derivado y /o denunciado los casos de maltrato a las
    Instituciones pertinentes.
  • En el caso de madres que se consideren en riesgo de
    agredir a sus hijos se pueden entrenar en técnicas
    que permitan mejor relación ente ambos, con
    técnicas sobre como cargarlo y como cantarle, así
    como una vez sienta que esta a punto de perder el control debe
    abandonar la habitación o utilizar audífonos, lo
    anterior acompañado de atención en
    clínicas diurnas y entrenamiento
    en habilidades sociales, facilitando las interacciones formales
    e informales con personas que provean soporte psicosocial a
    estas madres.(7)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Dr. Galeano, Francisco. Ayudando a aliviar el
dolor. Maltrato Infantil. Página Internet:

2. ¿Qué es el maltrato infantil?. La
Violencia contra los niños. Página Internet: www.vidahumana.com

3. Yolanda Lopez, El maltrato infantil: Entre el
castigo y la agresividad, Pagina Internet:
http://www.suivd.gov.co/SNal/P/Yolanda%20L%C3%B3pez.DOC
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4. Eva Gomez Perez, la teoría del apego y el
fenómeno de la transmisión intergeneracional del
maltrato infantil, Pagina Internet:
/www.usal.es/~inico/investigacion/jornadas/jornada3/actas/simp33.pdf
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11. OPS/OMS Colombia, PERFIL
DEL ESCOLAR.

12. Marcela Aracena, et al., Resiliencia al maltrato
físico infantil: variables que
diferencian a los sujetos que maltratan y no maltratan
físicamente a sus hijos en el presente y que tienen una
historia de maltrato físico en la infancia., Pagina
Internet:
http://csociales.uchile.cl/publicaciones/psicologia/docs/resiliencia_maltrato.pdf

 

Dr. Walter Arturo Pontón Cortes

Partes: 1, 2
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