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¿Se puede Historiar el presente? (página 2)



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La Historia del presente no
explica una nueva periodización de la historia, ni intenta
establecerla como tal. Busca y pretende que el historiador sea
capaz de estudiar y enfocar los hechos que son coetáneos a
el, que están ocurriendo en ese espacio de tiempo que
él vive y que además tiene que valerse para ello de
diferentes fuentes, no
tradicionales para el historiador.

Según Josefina Cuesta en Historia del presente,
"son mayoría los historiadores que se inclinan por aceptar
unos parámetros móviles para la historia del
presente que permitan mantener la coetaneidad de la época
–o generación- que la vive, pues cuenta entre sus
características la simultaneidad entre historia vivida e
historia contada, la identidad
entre el sujeto que hace la historia y la traduce en
historiografía.

Historia del tiempo Presente, traducción más fiel del concepto
francés, en donde el tiempo es un elemento necesario en su
estudio, que comparte con el resto de los períodos
históricos, aunque sea el presente su principal objetivo.
Historia coetánea, formulado por Aróstegui,
en donde "la construcción y por tanto, la
explicación, de la Historia de cada época desde la
perspectiva de los propios hombres que la viven. Es la historia
de una edad cualquiera escrita por los coetáneos. En ese
sentido es una categoría histórica y en forma
alguna un período". J. Lacouture, J.F. Soulet y L. Guinle
la nombran historia inmediata, donde la limitan a un
período de tiempo corto; J.F. Sirinelli lo llama
Historia próxima; Historia muy
contemporánea
sería la titulada por los
ingleses, mientras que los alemanes la denominan Historia de
nuestro tiempo
, privilegiando el concepto de coetaneidad. La
elegida por los españoles, Historia del mundo
actual
; otros la nombran sencillamente historia
reciente
.

¿Entonces, qué es la Historia del
Presente
?

Ángel Soto la entiende como la "expresión
de la relación compleja de la temporalidad, en la que se
pueden superar los estrechos límites
del tiempo corto y prolongar su análisis en la larga duración,
aunque es un presente de quien nos habla, del enunciador, pues
esta historia trata de los que están vivos, por tanto esto
le permite una movilidad, ya que recoge la realidad,
constituyéndose en una historia con un fuerte elemento
experiencial y con contenido generacional. Resultado de la propia
coetaneidad, la Historia del Presente no se entiende como una
época determinada, con una delimitación temporal
estática y fija, sino como una
categoría dinámica y móvil que se identifica
con el período cronológico en que desarrollen su
existencia los propios actores e historiadores".

Josefina Cuesta da a conocer su definición como
expresión de la relación compleja de la
temporalidad, en lo que no es fundamental la sucesión en
la diacronía como la propia relación entre los
tiempos –pasado y presente, sin descuidar el futuro-, y la
mutua interacción entre ellos. (…) Es un
concepto en construcción que expresa la situación
de una historia también en construcción.

Según P. Nora, la Historia del Presente "no se
define por una cronología, ni por un método,
sino por un punto de vista".

Aróstegui la define como tiempo presente,
no ha acabado de funcionar, ni de clasificarse y
definirse.

Entendemos entonces que la Historia del Presente no es
más que la historia de la realidad social vigente, la
historia inmediata que vivimos, que como expresaba Hobsbawn,
siempre se produce una cierta identificación entre el
historiador y la época que estudia, sea cual sea el
período cronológico en que esta se sitúe. En
ella no está ausente la memoria
histórica.

También otros de los aspectos que se
podría abordar es la relación entre memoria e
historia. J. Le Goff apuntaba que "la memoria es la materia prima
de la historia". Soto enunciaba también que "ella
(refiriéndose a la memoria) es objeto de historia como
oral. Pero también, al constituirse en objeto de historia
en el análisis de las relaciones entre memoria e historia,
entre historia vivida e historia contada, permite preguntarse
acerca del comportamiento
de la memoria ante los diferentes acontecimientos. Con todo debe
tenerse cuidado con creerse que la Historia del Presente consiste
en una recuperación de la memoria o es historia oral,
(…) pero memoria no es sinónimo de historia".

Para que la memoria se convierta en historia, se
necesita de una problematización y se usará dicha
memoria junto a las fuentes orales como materia prima
para la elaboración de la investigación.

Mi criterio es que los historiadores tenemos que hacer
historia no solo del pasado inmediato sino también de
nuestro tiempo, "la historia del tiempo presente", y no solo
abandonar este terreno para uso exclusivo de excelentes analistas
procedentes de otros campos.

Otros expertos en el tema dicen, la historia necesita
testimonios si estos testimonios tienen una mentalidad
histórica, tanto mejor.

En mi opinión pienso que se puede historiar el
presente el punto clave de esto radica en las relaciones
interdisciplinarias entre las ciencia
sociales y el uso que le de el historiador a la fuente que tiene
en sus manos.

"(…) hoy en di nadie puede conocer mas de sola
disciplina en
su totalidad. La ambición de dominar dos o más
disciplinas es una utopía. Al partir del supuesto de que
es posible conocer y combinar disciplinas completas, la
noción de interdisciplinariedad induce a engaños
(…)".

Respetando ese criterio, a veces muy defendido, al igual
que el que postula el de ir a una sola ciencia social, no pienso
que en alguno de los dos se encuentre la solución que
buscan los estudiosos del tema. La historia del tiempo presente
no va a ser definida por un marco cronológico, pues se
trata de la historia de las generaciones vivas y que poseen
memoria histórica respecto a una etapa dada del devenir
histórico, se trata, a demás, de la historia hecha
por las mismas generaciones que la han vivido y que viven los
acontecimientos de los que escriben.

¿Ahora bien es esto trabajo
solamente del historiador?

Es aquí donde entra a jugar su papel más
importante las relaciones interdisciplinarias entre las ciencias
sociales.

Desde finales del siglo XVII cuando fueron apareciendo
las diferentes ciencias
sociales lo que las caracterizó fue su encasillamiento y
su reducción a un conjunto de categorías que las
definían. Desde esos momentos los estudios universitarios
se organizaron por especialidades que se correspondían con
las respectivas ciencias.

Siglos más tarde la historia académica de
finales del XVIII y principios del
XIX con una idea más evolucionada de sus antecedentes en
las universidades de Alemania, muy
influenciada por el romanticismo y el
historicismo que volvió sus ojos hacia la Edad media, a
las antiguas tradiciones y valores.
Coincidentemente profesores e investigadores desarrollaron una
especialización en los métodos a
utilizar por cada una de las distintas ciencias sociales. El
antropólogo mediante el viaje y la observación participante, el
sociólogo tenía como fuente la entrevista
y la encuesta. Para
el historiador quedaba el documento escrito. Ese documento era la
fuente de la verdad, a el había que ajustarse. Muy
vinculada a estos hechos se impuso la idea histórica de
Leopoldo von Rank sobre mostrar las cosas tal y como
sucedieron.

La interpretación errónea de la
concepción metodológica de Ranke parte de un
apéndice de su obra Historia de los pueblos
románicos y germánicos que tituló Crítica
a los historiadores modernos. Fue en realidad una crítica
a la filosofía histórica de la
Ilustración, donde expresaba que: aunque la función
del historiador era juzgar el pasado y de instruir el presente en
beneficio del porvenir su obra no aspiraba a tanto, sino que se
satisfacía solo con mostrar las cosas tal y como
sucedieron. Esta última frase ha llevado a que se entienda
que Ranke abogaba porque el historiador fuera imparcial,
objetivo, que estuviera liberado de las pasiones del presente. Al
producirse la expansión por el mundo de las ideas de Rank
junto a la influencia ganada por el Positivismo
también se consolidó la consigna que "sin documentos no hay
historia". Por lo tanto, el laboratorio
del historiador era el archivo. Desde
esa época hasta mediados del pasado siglo XX la
mayoría de los historiadores habían construido del
archivo su templo y del documento escrito su Dios.

Cuando se hace un análisis del presente, siempre
la sociología, la antropología, o la politología ha
sido las ciencias que lo han estudiado, dejando a la historia
aparte, ya que se supone que la misma ha de dedicarse al estudio
del "pasado" y no a las sociedades
vivas. No obstante la relación de la historia con el
presente y las ciencias sociales no tienen porqué seguir
entendiéndose de esa manera, pues en su conjunto ellas no
pueden intervenir fuera del tiempo y del cambio, es
decir fuera de lo histórico. La historia tiene mucho que
contar sobre las sociedades presentes y contribuir al
análisis social, multifocal de nuestro tiempo. Citando a
Julio Aróstegui en su investigación Historia,
experiencia y coeternidad. Ensayo de
fundamentación de la Historia del Presente, nos dice que
"Lo histórico es una dimensión ineludible de lo
existente y no sólo de lo que ha existido".

La Historia del Presente actúa como punto de
encuentro y confrontación entre la historia y las ciencias
sociales, no desterrando al historiador de otras disciplinas, ni
confinarlo a los archivos.

Cuando hablamos de ciencias sociales nos referimos a
aquellas ciencias o disciplinas científicas que se ocupan
de aspectos del comportamiento y actividad de los seres
humanos.

"(…) Se discute si los conflictos del
mundo actual son un problema de la historia, de la
politología de la sociología política, por solo
citar algunos puntos de vista (…) se maduran ideas, el
dilema requiere ser expuesto de forma mas amplia. ¿Por
qué sólo contraponer si los asuntos del mundo de
hoy deben ser objeto de estudio, investigación o
análisis de una u otra ciencia social? ¿El hombre, la
sociedad
humana no es también preocupación de la
arqueología, la antropología, la sociología,
la economía,
o la historia? (…)"

¿Podemos ver estas por separa?

Por supuesto que no, cuando queremos interpretar un
hecho aquí entran a desempeñar su papel todas las
ciencias sociales.

Los cuentistas sociales para poder
historiar el presente no podemos establecer barreras entre
nosotros mismos, cuando queremos escribir un hecho para dejar
constancia del mismo tenemos que unirnos y cada cual poner un
poco de su objeto de estudio que es ahí precisamente donde
se marca la
diferencia pero a su vez el punto donde nos unimos todas las
disciplinas para hacernos una sola, cada cual valora desde su
punto de vista el hecho y se arriban a conclusiones.

Hablar de la historia del presente es un tema que no nos
alcanza el tiempo, pero creo que para los nuevos tiempos que
vivimos, donde el mundo globalizado nos hace una
fragmentación eminente, la importancia de que las
disciplinas sean una sola como Ciencia Social es lo mas
importante para historial el presente.

"(…) Ahora bien, la historia del presente se
enfrenta a dos obstáculos. En primer lugar, no disponemos
de la totalidad de la información. Hay fuentes que no
serán accesibles a los investigadores hasta dentro de un
tiempo. En segundo lugar, no conocemos las consecuencias de los
hechos que estamos viviendo. La historia del presente
deberá ser completada, revisada y rescrita en el futuro
(…)".

En este caso creo que los obstáculos son
contradictorios o no existen tales obstáculos, el no
disponer de la totalidad de la información no puede ser un
obstáculo, con la que existe se tiene que trabajar, es
cuestión del cuentista depurar la fuente y sacar de ella
lo que se necesita, toda fuente o información puede estar
manipulada o en algún caso oculta, la tarea del cuentista
es trabajar con lo que tiene y sacar de esto todo lo que
necesita. Sobre el segundo nombrado obstáculo tampoco debe
ser consecuencia que impida historiar el presente se tiene el
hecho hasta el momento en que lo vivamos, es tarea de otros
cuentistas escribir sus consecuencias, que basándose en lo
que escribimos los que lo antecedimos, escribirán ellos su
presente histórico y así sucesivamente siempre se
podrá historiar el presente.

Artículo original:

Timothy Garton Ash, Historia del presente. Ensayos,
retratos y crónicas de la Europa de los 90.
Tusquets Editores, Barcelona, 2000, Pág. 11-23.

Selección de lecturas. Historiografía
Contemporánea. Constantino Torres Fumero. LA
interdisciplinariedad. ¿Un problema actual del
historiador? Pág. 304.

Cuesta Josefia. Historia del presente. Ed. Eudema
Historia. Universida Complutensa, España.
1993

Autora:

Dialina Luis Gracia

Partes: 1, 2
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