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Política Monetaria (página 2)



Partes: 1, 2

3.-
OBJETIVOS

  • Estabilidad del valor del
    dinero
  • Plena ocupación (mayor nivel de empleo
    posible)
  • Evitar desequilibrios permanentes en la balanza de
    pagos

4.-
MECANISMOS

El banco central
puede modificar la cantidad de dinero directamente, pero hay
otras formas de cambiar la cantidad de dinero en
circulación, estas son:

Variación del tipo de
interés

Indica cuánto hay que pagar por el dinero que
nos presta un banco.

Por eso, si el tipo de interés es
muy alto, no todos los inversores podrán
permitírselo, y no pedirán muchos préstamos.
El dinero se quedará en el banco. En cambio, una
bajada de los tipos de interés incentiva la inversión y la actividad económica,
ya que los empresarios dispondrán fácilmente de
dinero para invertirlo en sus proyectos.

Por tanto, los cambios en la tasa de
interés están relacionados directamente con la
cantidad de dinero que circula en el mercado.

Variación del coeficiente de
caja

El coeficiente de caja (o encaje bancario o
coeficiente legal de reservas) indica qué
porcentaje del dinero de un banco ha de mantener en reservas
líquidas, o sea, guardado sin poder usarlo
para dejarlo prestado. Se hace para evitar riesgos.

Si el banco central decide reducir este coeficiente
(guardar menos dinero en el banco y prestar más), eso
incentiva a la economía y aumenta la
cantidad de dinero en circulación, ya que se pueden
conceder aún más préstamos. Si el
coeficiente aumenta, el banco se reserva más dinero, y no
puede conceder tantos préstamos. La cantidad de dinero
baja.

De esta forma, el banco puede aportar o quitar dinero
del mercado sin tener que fabricar más moneda.

Compra/Venta de Deuda
Pública

La deuda
pública consiste en títulos emitidos por
el Estado, y
pueden ser letras, bonos y obligaciones.
Básicamente, son papeles que se le compran por un precio, y que
al cabo de un tiempo nos
comprarán por otro, probablemente mayor.

Si el Estado pone de
golpe a la venta muchos títulos, y la gente los compra, el
Estado está recibiendo dinero de la gente, y por tanto la
gente dispone de menos dinero. De esta forma está
reduciendo la cantidad de dinero disponible en el mercado. En
cambio, si el Estado decide comprar títulos (recibir los
papeles y dar dinero a cambio), está inyectando dinero en
el mercado, ya que la gente dispondrá de dinero que antes
estaba guardado.

Éste es el objetivo de la
deuda pública, pero, como su nombre indica, el
dinero retenido debe ser devuelto en el futuro.

5.-TIPOS DE POLÍTICA MONETARIA

Política monetaria
expansiva

Cuando en el mercado hay poco dinero en
circulación, se puede aplicar una política
monetaria expansiva para aumentar la cantidad de dinero.
Ésta consistiría en usar alguno de los siguientes
mecanismos:

  • Reducir la tasa de interés, para hacer
    más atractivos los préstamos
    bancarios.
  • Reducir el coeficiente de caja, para poder
    prestar más dinero.
  • Comprar deuda pública, para aportar
    dinero al mercado.

r =
tasa de interés

OM =
Oferta Monetaria

E =
Tasa de equilibrio

DM
=
Demanda de dinero


En la gráfica se ve cómo al
bajar el tipo de interés (de r1 a
r2), se pasa a una situación en la que
la oferta
monetaria es mayor (OM1).

Política monetaria
restrictiva

Cuando en el mercado hay mucho dinero en
circulación, interesa reducir la cantidad de dinero, y
para ello se puede aplicar una política monetaria
restrictiva. Consiste en lo contrario que la
expansiva:

  • Aumentar la tasa de interés, para que
    pedir un préstamo sea más caro.
  • Aumentar el coeficiente de caja, para dejar
    más dinero en el banco y menos en
    circulación.
  • Vender deuda pública, para quitar
    dinero del mercado cambiándolo por
    títulos.

r =
tasa de interés

OM =
Oferta Monetaria

E =
Tasa de equilibrio

DM =
Demanda de dinero

De OM0 se puede pasar a la situación
OM1 subiendo el tipo de interés. La
curva de demanda de dinero tiene esa forma porque a
tasas de
interés muy altas, la demanda
será baja (cercana al eje de ordenadas, el vertical), pero
con tasas bajas se pedirá más (más a la
derecha).

6.-
ASIMETRÍA DE LA POLÍTICA MONETARIA

La política monetaria es más efectiva para
restringir el gasto agregado (política restrictiva)
que para generarlo (política expansiva). Esto se
debe a tres motivos:

  1. A las autoridades les resulta más fácil
    presionar a la alza las tasas de interés que a la
    baja.
  2. El banco central puede llevar a cabo una
    política expansiva posibilitando con ello una mayor
    concesión de préstamo y por lo tanto, aumentando
    la oferta de dinero; pero no puede obligar a los bancos a que
    presten más cuando, por ejemplo, los empresarios se
    niegan a invertir ante expectativas negativas.
  3. Mediante la política restrictiva se puede
    incluso racionar el crédito, de forma que las empresas sean
    incapaces de obtenerlos para financiar sus inversiones.
    Sin embargo lo contrario no es así, ya que no se puede
    forzar a que las empresas soliciten más créditos de los que desean.

7.-
RELACIÓN ENTRE CRECIMIENTO, INFLACIÓN Y
POLÍTICA MONETARIA… (2)

Antes de ver la relación del crecimiento, la
inflación y la política monetaria, definiremos cada
uno de ellos para un mejor entendimiento de las
mismas:

7.1) CRECIMIENTO
ECONÓMICO

El crecimiento económico es el aumento de
la cantidad de bienes, la
renta o el valor de bienes y servicios
producidos por una economía. Habitualmente se mide en
porcentaje de aumento del Producto
Interior Bruto real, o PIB. El crecimiento
económico así definido se ha considerado
(históricamente) deseable, porque guarda una cierta
relación con la cantidad de bienes materiales
disponibles y por ende una cierta mejora del nivel de vida de las
personas. Sin embargo, no son pocos los que comienzan a opinar
que el crecimiento económico es un peligroso arma de doble
filo, ya que dado que mide el aumento en los bienes que produce
una economía, por tanto también está
relacionado con lo que se consume o, en otras palabras, gasta. La
causa por la que según este razonamiento el crecimiento
económico puede no ser realmente deseable, es que no todo
lo que se gasta es renovable, como muchas materias primas o
muchas reservas geológicas (carbón, petróleo, gas,
etc.).

El crecimiento suele calcularse en términos
reales para excluir el efecto de la inflación sobre
el precio de los bienes y servicios producidos. En
economía, las expresiones "crecimiento económico" o
"teoría
del crecimiento económico" suelen referirse al crecimiento
de potencial productivo, esto es: la producción en "pleno empleo", más
que al crecimiento de la demanda
agregada.

En términos generales el crecimiento
económico se refiere al incremento de ciertos indicadores,
como la producción de bienes y servicios, el mayor
consumo de
energía, el ahorro, la
inversión, una Balanza
comercial favorable, el aumento de consumo de calorías per cápita, etc. El
mejoramiento de éstos indicadores debería llevar
teóricamente a un alza en los estándares de vida de
la población.

Importancia Del Crecimiento.

El crecimiento económico de un país se
considera importante, porque está relacionado con el
PIB per
cápita de los individuos de un país. Puesto que uno
de los factores estadísticamente correlacionados con el
bienestar socio-económico de un país es la relativa
abundancia de bienes económicos materiales y de otro tipo
disponibles para los ciudadanos de un país, el crecimiento
económico ha sido usado como una medida de la mejora de
las condiciones socio-económicas de un
país.

Sin embargo, existen muchos otros factores
correlacionados estadísticamente con el bienestar de un
país, siendo el PIB per cápita sólo uno de
estos factores. Lo que se ha suscitado un importante criticismo
hacia el PIB per cápita como medida del bienestar
socio-económico, incluso del bienestar puramente material
(ya que el PIB per cápita puede estar aumentando cuando el
bienestar total materialmente disfrutable se está
reduciendo).

7.2) INFLACIÓN

En Economía, la inflación es el
aumento sostenido y generalizado del nivel de precios de
bienes y servicios. Se define también como la caída
en el valor de mercado o del poder adquisitivo de una moneda en
una economía en particular, lo que se diferencia de la
devaluación, dado que esta última se
refiere a la caída en el valor de la moneda de un
país en relación a otra moneda cotizada en los
mercados
internacionales, como el dólar estadounidense, el euro o
el yen.

La inflación supone que existe un aumento
sostenido (ya que se incrementa a medida que pasa el tiempo) del
precio de los bienes en general. Para poder medir ese aumento, se
crean diferentes índices que miden el crecimiento medio
porcentual de una canasta de bienes ponderada en función de
lo que se quiera medir.

No mocionaremos nuevamente la definición de
política monetaria, porque ya se explicó en un
primer momento al inicio de nuestra actividad.
(2)

La relación entre la inflación, el
crecimiento económico, y la política monetaria
puede ilustrarse inicialmente con el uso del
gráfico:

GRÁFICO DE
LA RELACIÓN ENTRE LA INFLACIÓN, EL CRECIMIENTO Y LA
POLÍTICA MONETARIA

Este gráfico representa la interpretación tradicional del ciclo
económico y la forma en que muchos economistas entienden
la relación entre la inflación, el crecimiento en
el corto y en el largo plazo.

La línea recta AB, indica el crecimiento
potencial (a capacidad plena), de la economía. Este
crecimiento esta determinado por factores de oferta,
principalmente por el crecimiento de la fueraza laboral y su
calidad
educativa, el aumento del capital
físico, la eficiencia
general en la asignación y la
administración de los recursos
productivos, la capacidad de absorción de la información tecnológica, la calidad de sus
instituciones
judiciales y el grado de apertura o exposición
a la competencia.

La curva CDE, representa el comportamiento
observado de la economía; el cual puede explicar la
existencia de desviaciones transitorias, de corto plazo, de la
producción respecto a su valor de tendencia.

La idea central del gráfico, es que si la demanda
agregada de la economía excede la línea
AB, la inflación
tiende a bajar, esto significa que cuando la demanda es inferior
a la oferta, como en los puntos C y
E, es posible que la
economía crezca a una taza mayor, al tiempo que la
inflación disminuye o no se acelera.

La política monetaria, entonces, no pude
contribuir de manera directa a un aumento de la capacidad de
oferta de la economía. Esta última, depende de los
factores reales antes anotados. Sin embargo, la
política monetaria, sí puede hacer una
contribución directa al crecimiento económico de
largo plazo si logra y mantiene la estabilidad de los
precios.

Por otra parte, la política monetaria, puede
afectar la demanda real, el empleo y el crecimiento
económico de corto plazo cuando, como es usual, existen
rigideces de precios y salarios o
ajustes instantáneos en las expectativas de los agentes.
En estas condiciones, los aumentos en la cantidad de dinero que
afectan los precios con mayor rapidez que a los salarios, reducen
el salario real e
incentivan temporalmente la oferta de la economía.
Asimismo, los cambios en la cantidad de dinero que superan los
incrementos en los precios aumentan la demanda real y estimulan
la actividad productiva. Así, en la medida en que exista
capacidad ociosa de los factores de producción y la
política monetaria sea expansiva, la reducción de
las tasas de interés y el suministro abundante de liquidez
primaria promueve la recuperación productiva y la
generación de empleo. En contraste, cunado la
economía funciona por encima de su nivel de capacidad, una
expansión monetaria adicional acelera la expansión
y crea desequilibrios macroeconómicos
insostenibles.

8.- POLÍTICA MONETARIA EN EL
PERÚ

En el Perú, desde el establecimiento de metas
explícitas de inflación en el año 2002, la
política monetaria se ejerce a través del
establecimiento de tasas de referencia, las cuales se modifican
periódicamente. El tema no sería tan relevante, si
el banco central sólo fijara su tasa de referencia para su
"moneda nacional", como lo hacen todos los otros bancos centrales
respecto de sus "monedas nacionales". Y es que un banco central
sólo puede establecer precios de referencia de la moneda
que se emite y controla, por la definición misma de
cualquier banco central.

En cambio, aunque nuestro banco central no fije una tasa
de referencia objetivo explícita en dólares, que se
supone lo hace la Reserva Federal de los EEUU, sí ha
venido fijando tasas de interés para sus operaciones
activas y pasivas en dólares. La razón del
establecimiento de esta extraña particularidad se
hallaría en que, con la oferta de dichas operaciones
monetarias, el banco alienta el "incremento" de las famosas
reservas internacionales netas (RIN), de paso que ofrece proveer
cierto "seguro" de
liquidez en dólares en una economía altamente
dolarizada que, en estricto, no tiene prestamista de
última instancia en dólares. Pero, ¿es esto
realmente saludable?

Por un lado, el incremento en las RIN se logra
"recibiendo" depósitos en dólares de las entidades
financieras locales, las cuales tendrían como alternativa
darlos en depósito a otras entidades financieras en el
exterior, depósitos que obviamente no computaría
como parte de las RIN. Es decir, en realidad las RIN son reservas
netas sólo de obligaciones
"internacionales" (en moneda extranjera), pero no son reservas
netas de obligaciones "locales" en moneda extranjera, las mismas
que no suelen existir de manera significativa en un país
sin problemas de
dolarización. ¿Acaso una
economía se vuelve más sólida si considera
como "propias" las reservas de divisas que en
realidad son propiedad
privada de sus ciudadanos? Sólo si el banco central se
apropiara de ellas. Desde este punto de vista, el concepto de las
RIN de países sin problemas de dolarización se
aproxima más al concepto que en el Perú se denomina
posición de cambio (PC). La PC no son otra cosa que las
RIN netas de obligaciones "locales" en moneda extranjera. La PC
son las reservas internacionales que realmente cuentan (propiedad
neta del banco central) y son las que realmente le dan holgura a
la economía en situación de vulnerabilidad, sin
necesidad de tocar las divisas "ajenas".

Por otro lado, contraproducentemente se continúa
otorgando un "seguro" de liquidez en dólares a los
intermediarios del sistema
financiero cuando el banco central ofrece otorgar
créditos en dólares, como si realmente pudiera
cumplir el papel de prestamista de última instancia en
dólares. Buena parte de la disponibilidad de este "seguro"
no es "segura" porque no es parte de la PC, y ni siquiera es
parte del encaje obligatorio, sino que está limitada a la
"disposición" de las mismas entidades financieras a
mantener depósitos "voluntarios" en el banco central para
que éste, a su vez, pueda seguir pudiendo prestarlos.
Pero aún hay más. Debido a un incentivo tributario
perverso, en el último año el mantenimiento
de tasas activas y pasivas en dólares por parte del banco
central ha ocasionado, además, serias inconsistencias en
la política monetaria, las cuales fueron hábilmente
aprovechadas por algunos agentes especuladores del mercado. El
"incentivo" consiste en que, desde 2002 al menos, se viene
renovando una exoneración del impuesto a la
renta sobre los intereses y demás ganancias provenientes
de créditos concedidos al sector
público nacional. Esto significa que, toda vez que el
banco central no pertenece al sector privado nacional, la
exoneración se hace extensiva a las ganancias por los
depósitos efectuados en el banco central (tasas pasivas).
Una exoneración así implica una ganancia adicional
producto del menor pago de impuesto a la renta para las entidades
financieras que cada vez generan más utilidad
gravable.
Por tanto, a estas alturas, ofrecer tasas activas y pasivas en
dólares trae más perjuicios que beneficios para la
salud de la
economía. Mucho más sincero es concentrase en la PC
que en las RIN y para ello no se necesita ofrecer las operaciones
de ventanilla en dólares que incentivan la miopía
del sistema en
torno a un seguro
bastante inseguro, salvo que se considere seriamente la
posibilidad "viable" de una apropiación
(¿expropiación?) de depósitos en
dólares, como se hizo en otros países cuando
enfrentaron crisis por
problemas de alta dolarización similares. La
vulnerabilidad se agudiza más por una de tantas
exoneraciones tributarias que se renuevan cada fin de año,
muchas de ellas entre gallos y medianoche. Esa misma
exoneración que ha hecho que, desde julio de 2006, la
rentabilidad
efectiva de un depósito en dólares en el banco
central sea mayor que el costo de tomar
prestados esos mismos dólares del mismo banco. Realmente
inexplicable.

9.- EFECTOS DE LA
POLÍTICA MONETARIA SOBRE EL MERCADO DE ACCIONES… (2)

Este trabajo
investiga la relación de corto plazo entre la
política monetaria y los retornos bursátiles (tanto
para acciones industriales como mineras) para el caso peruano
durante el periodo 1984-1991. Se trata de probar la hipótesis de causa-efecto ente variaciones
de la oferta monetaria y los precios de acciones,
explicación que cuenta con bastante
aceptación.

El razonamiento, en su forma más simple, consiste
en que cuando el Banco Central incrementa la oferta monetaria a
una velocidad
mayor a la esperada por los agentes económicos,
éstos disponen de más efectivo del que necesitan
para sus transacciones corrientes, por lo que destinan el exceso
de liquidez a comprar activos
financieros, entre ellos acciones. Como la oferta de acciones es
fija en el corto plazo, este incremento en la demanda de acciones
eleva su precio. Para la estimación se utilizan las
técnicas de cointegración propuestas
por Engle y Granger (1987). Las diferencias en tasas de
interés como determinantes del tipo de cambio
libre.

En el Perú, el tipo de cambio libre ha
experimentado en los últimos años grandes
fluctuaciones, sin mayor relación aparente con el tipo de
cambio de
paridad o de equilibrio.
Los motivos de esta desconexión pueden encontrarse en el
carácter especulativo del mercado
cambiario, afectado por los graves desequilibrios
económicos y la inestabilidad de los diferentes
regímenes cambiarios ensayados en el
Perú.

Este artículo apunta a identificar el efecto que
sobre el comportamiento del tipo de cambio tiene la diferencia
entre las tasas de interés doméstica y la externa,
según un enfoque de portafolio financiero para el caso de
una economía abierta. De acuerdo a este marco conceptual,
la tendencia de largo plazo es determinante por la diferencia
entre la rentabilidad de los activos financieros internos y
externos, mientras los movimientos de corto plazo son explicados
por movimientos especulativos inducidos por la
intervención de las autoridades monetaria y cambiaria. El
análisis se basa en el supuesto que la
diferencia entre tasas de interés responde
básicamente al llamado Efecto Fischer (la tasa de
interés doméstica aumenta debido a una mayor
inflación esperada).

10.- PRECIOS DE LOS ACTIVOS Y POLÍTICA
MONETARIA (EUGENIO DOMINGO SOLANS)…
(3)

LOS PRECIOS DE LOS ACTIVOS COMO
OBJETIVO DE LA POLÍTICA MONETARIA

Utilizar la política monetaria para hacer
"explotar la burbuja", suponiendo que dicha burbuja existiera, no
parece una buena idea. En otras palabras, pienso que el precio de
los activos no debe ser el objetivo de la política
monetaria. Difícilmente podría elevarse a la
categoría de objetivo de política monetaria lo que
ni siquiera se puede definir.

Además, si un banco central se planteara como
objetivo de su política monetaria el precio de los activos
tropezaría con el problema de la percepción
asimétrica de las variaciones de dichos precios de los
activos, en el sentido de que en principio parece bien que el
precio suba pero mal que baje y peor que se haga bajar. El banco
central, tarde o temprano, tendría problemas de
credibilidad y de vez en cuando sería acusado de
"destructor de riqueza", o sea, se enfrentaría a un
panorama más bien negro.

En grandes líneas, lo razonado hasta ahora es el
consenso mayoritario en torno a la posición de la
política monetaria con respecto a utilizar el precio de
los activos como objetivo de sus decisiones, según se puso
de manifiesto.

En coherencia con dicho consenso, los precios de los
activos no constituyen objetivos de
política monetaria del BCE. El objetivo del BCE, que, a su
vez, es el prisma a través del que hay que interpretar
todas sus actuaciones, es la estabilidad de precios medida por el
incremento interanual del índice armonizado de precios al
consumo (HICP) para el conjunto de la euroárea en una
perspectiva a medio plazo, de acuerdo con la precisa
definición de estabilidad adoptada por la
institución en otoño de 1998 que limita dicho
incremento al 2%. En el índice de precios en el que el BCE
sustenta su definición de estabilidad, elaborado por la
Comisión Europea (EUROSTAT), no se incluyen,
acertadamente, los precios de los activos. Los movimientos de los
precios de los activos no son comparables a los movimientos de
los precios de los bienes de consumo, aunque ciertamente la
línea divisoria entre unos y otros no es siempre
nítida y al final haga falta establecer una
división pragmática. La expresión
"inflación de activos", de la que se abusa, es
engañosa e induce a confusión.

Claro está que siempre es posible encontrar
conexiones entre los precios de los activos y los precios de los
bienes de consumo. Hay dos puentes básicos entre ambos. En
una dirección, opera el efecto riqueza, que
establece una relación entre el valor de los activos, el
nivel de consumo presente y futuro y el nivel de precios de los
bienes de consumo. En sentido contrario, opera el hecho de que un
ambiente
consolidado y unas favorables expectativas de estabilidad
monetaria implican unas condiciones propicias al aumento del
valor de los activos a través de un nivel relativamente
menor de los tipos de interés y de la existencia de buenas
condiciones para el crecimiento económico sostenido. Pero
la existencia de relaciones de causalidad no implica
identificación ni debe por tanto inducir a
confusión entre valor de los activos que constituyen
riqueza y nivel de precios de los bienes de consumo.

LOS PRECIOS DE LOS ACTIVOS COMO
INDICADORES PARA LA POLÍTICA MONETARIA

¿Significa todo lo anterior que los precios de
los activos son irrelevantes para la política monetaria?
Responder afirmativamente a esta pregunta implicaría
situarse en el otro extremo, lo que tampoco sería
correcto. Los precios de los activos ni deben constituir objetivo
de la política monetaria en un extremo, ni deben ser
considerados irrelevantes para la política monetaria, en
el otro.

En la estrategia de
política monetaria de cualquier banco central, los
indicadores más relevantes son los indicadores monetarios.
En el caso del BCE, en particular, la cantidad de dinero medida
por el agregado monetario M3 constituye la referencia
básica sobre la que se sustenta el primer pilar de la
estrategia de toma de
decisiones. También otras definiciones de dinero, como
M1 y M2, y otros agregados monetarios, como el crédito
suministrado por el sistema, tienen relevancia.

Los indicadores
financieros constituyen un complemento útil de la
información suministrada por los indicadores monetarios.
Son útiles pero complementarios. El BCE los tiene en
cuenta en el segundo pilar de su estrategia de política
monetaria. Tienen, desde luego, valor informativo, en la medida
en que muestran anticipaciones, valoraciones y reacciones de los
mercados
financieros a las decisiones o expectativas de
decisión de política monetaria. Probablemente dicho
valor informativo es cada vez mayor puesto que los mercados
financieros son cada vez más perfectos, es decir,
más amplios, más estandarizados, más
integrados y más líquidos. Ello es especialmente
cierto en Europa, gracias a
la positiva influencia del euro como catalizador de la integración financiera.

No obstante, como ocurre con toda la información
que obtiene un banco central, es preciso ser consciente de que la
información procedente de los mercados financieros debe
ser tratada con cautela y sometida a filtros e
interpretaciones.

La primera cautela a adoptar es tener en cuenta que
pueden surgir relaciones circulares entre los mercados
financieros y la política monetaria, las cuales
inhibirían el valor informativo de los indicadores
financieros. Se podría llegar a una situación en la
que las expectativas de los mercados financieros dependen de las
expectativas de la política monetaria y ésta, a su
vez, verse influenciada por las expectativas de los mercados
financieros. Es un caso típico de círculo vicioso o
defecto de razonamiento en el que cada cosa se explicaría
por la otra, sin resultado positivo alguno. Estamos ante una
razón poderosa para no incorporar, sin filtro, la
información de los mercados en el modelo
estratégico de decisión de la política
monetaria. Ello, sin olvidar lo difícil que
resultaría modelizar las expectativas de los
mercados.

Otra limitación a tener en cuenta por la
política monetaria en el uso de la información
suministrada por los mercados en sus diversas facetas (no
sólo precios de los activos, sino también curvas de
rendimientos según plazos, etc.) tiene que ver con la
inconsistencia temporal entre el horizonte informativo
proporcionado por los indicadores financieros de los mercados y
el requerido por la política monetaria. Mientras que M3 u
otros indicadores monetarios o crediticios advierten de los
riesgos para la estabilidad en un futuro temporalmente
consistente con el de los efectos estabilizadores de la
política monetaria, los indicadores financieros de los
mercados, particularmente los de renta variable y de derivados,
no alcanzan el horizonte del orden de 18 meses en el que la
política monetaria surte efecto. Tal vez la
excepción sea la información suministrada por las
curvas de rendimiento de los activos, sin duda el indicador
financiero más útil para la formulación de
la política monetaria.

POLÍTICA MONETARIA Y
CAÍDA DE LAS COTIZACIONES BURSÁTILES

Entiendo que ha quedado clara mi opinión de que,
suponiendo que la Bolsa esté demasiado alta, como pura
hipótesis, un
banco central no debe hacer nada para hacerla caer, no debe
"pinchar la burbuja", en coherencia con la idea de que el nivel
de los activos no debe constituir objetivo de la política
monetaria.

¿Qué debe hacer un banco central en
caso de caída brusca de la Bolsa y qué no debe
hacer?

En primer lugar y en ningún caso un banco central
debe ser visto como una red. Esta
percepción errónea causaría "riesgo moral",
aumentaría la especulación y resultaría
altamente contraproducente.

La política monetaria tampoco debe ser
asimétrica en relación con la evolución de las cotizaciones. Si la subida
de la Bolsa no debe desencadenar, como objetivo, una
reacción de la política monetaria, tampoco debe
hacerlo una caída de las cotizaciones.

Un banco central es un regulador de las condiciones de
liquidez del sistema económico. Es un proveedor de la
liquidez compatible con el objetivo prioritario de la estabilidad
de precios. Un banco central puede decidir actuar en caso de
caída de la Bolsa si se ha producido una alteración
significativa de las condiciones de financiación de la
economía. Por lo tanto, dicha hipotética
actuación no obedecería en ningún caso a la
caída de la Bolsa en sí, ni pretendería
actuar de red, sino que,
simplemente, evitaría daños colaterales derivados
de una alteración de las condiciones de liquidez de los
mercados.

INTERPRETACIÓN DE LA
POLÍTICA MONETARIA POR LOS MERCADOS

Hasta ahora nos hemos referido a cómo la
política monetaria interpreta y reacciona ante la
información suministrada por los mercados. También
conviene decir algo de lo que sucede en sentido inverso, es
decir, de cómo los mercados entienden y reaccionan ante
las decisiones de política monetaria.

Las reacciones de los mercados constituyen una buena
prueba del acierto o desacierto de las decisiones de
política monetaria y, en general, del grado de
credibilidad de un banco central.

Para ser creíble, las decisiones de
política monetaria no deben ser sorprendentes, sino
más bien anticipables por los mercados. Todo lo
increíble sorprende y todo lo que sorprende genera, al
menos en una primera reacción, incredulidad. La idea de
que un banco central para ser efectivo debe practicar la
"inflación por sorpresa" o la "desinflación por
sorpresa" es una vieja idea a guardar en el baúl de los
recuerdos. Hoy en día se considera – o, al menos, el BCE
considera – que la preparación de los mercados constituye
un aspecto importante del éxito
de una medida de política monetaria. Dentro de la lógica
de la hipótesis de las expectativas racionales, que
constituye el marco teórico que mejor encaja con la
filosofía de la política monetaria del BCE,
sorprendiendo a los mercados se generarían problemas de
inconsistencia temporal, lo que derivaría en problemas de
credibilidad y, por tanto, de inefectividad.

Por ello, para comunicar bien y para que el BCE sea bien
interpretado, me permito terminar mi intervención de hoy
con una sencilla regla.

La regla de oro para
interpretar las decisiones de política monetaria del BCE
y, en general, toda su actividad es verlas a través del
cristal de la estabilidad. Todo lo que el BCE hace o deja de
hacer, decide o deja de decidir, debe entenderse desde el prisma
de la estabilidad de precios y no desde otras ópticas como
la del tipo de cambio, la del crecimiento económico o la
de los precios de los activos. ¿Quiere ello decir que el
tipo de cambio, el crecimiento económico o el precio de
los activos no importan al BCE y no afectan a su política
monetaria? Claro que no. Importan, pero en la medida en que
afectan a la estabilidad interna de precios, es decir, importan
bajo el prisma de la estabilidad. La lógica del BCE pienso
que es correcta puesto que parte de la base de que la mejor
aportación que nuestro banco central puede hacer en
beneficio del valor externo de la moneda, del crecimiento
económico o de un desarrollo
estable de los mercados financieros y, en general, de los
mercados de activos es, precisamente, proporcionar al sistema
económico unas condiciones monetarias adecuadas para la
estabilidad de precios.

11.- HISTORIA DE LA
POLÍTICA MONETARIA

La política monetaria está desarrollada
por economistas como Irving Fisher, Friedrich Hayeck y Milton
Friedman. Se basan en las ideas de economistas clásicos
(Adam Smith,
John Stuart Mill, otros), que ya la propusieron en una crisis
económica como el crack de 1929. Sugieren que el Estado no
debe intervenir activamente en la economía en caso de
depresión (ya que es probable que la
empeore), y que debe limitarse a controlar la cantidad de
dinero.

En contraposición al monetarismo,
está el keynesianismo (John Maynard Keynes) y su
política
fiscal, que defiende lo contrario: el Estado debe participar
aumentando el gasto
público y reduciendo los impuestos.
Actualmente, aunque se estudia keynesianismo en las universidades
españolas, hace más de 40 años que
quedó fuera de la ciencia
económica.

En el caso del crack de 1929, la política
monetaria
falló. Los clásicos
creían que al haber caído la cantidad de dinero,
también bajarían los precios y los salarios, y se
volvería automáticamente al pleno empleo. Pero
resultó que tanto precios y salarios son rígidos
a la baja
; o sea, que los empresarios se negaban a bajar los
precios, y los trabajadores a cobrar menos.

12.- TEORÍAS

La hipótesis en la que se basa la política
monetaria es que si:

M: Masa monetaria

V: Velocidad de circulación del
dinero

P: Nivel de precios

Q: Producción de bienes y
servicios

Entonces se cumple la relación:

M*V=P*Q

Siempre que V sea constante. Ésta es la
teoría cuantitativa del dinero.

13.- CRÍTICAS A LA POLÍTICA
MONETARIA

El keynesianismo tiene ideas contrarias al monetarismo.
Critican la política monetaria por varios
motivos:

LIQUIDEZ

Keynes dice que en un caso de recesión y con tipo
de interés muy bajo, puede pasar que la demanda de dinero
sea totalmente elástica (curva horizontal en las gráficas de arriba). En ese caso, una
política expansiva que aporte dinero al mercado no
hará cambiar el tipo de interés, por tanto
será inefectiva.

SENSIBILIDAD DE LA INVERSIÓN A
CAMBIO EN LOS TIPOS DE INTERÉS

Para los keynesianos, el hecho de bajar los tipos de
interés no implica necesariamente un aumento en las
inversiones. Consideran que la inversión depende
más de las necesidades y expectativas que no del tipo de
interés.

VELOCIDAD DE CIRCULACIÓN NO
ESTABLE

La velocidad de circulación del dinero (V)
se supone constante en la relación M*V=P*Q, pero de
hecho, aumenta cuando hay expansión y se reduce si hay
recesión.

Bibliografías:

es.wikipedia.org/wiki/Política_monetaria

es.wikipedia.org/wiki/crecimiento_económico

blog.pucp.edu.pe/

www.ecb.int

(1) Reportes
del Emisor

Publicación del Departamento de Comunicación Institucional del Banco de la
República.

Editora: Diana Margarita Mejía A., ISSN
0124-0625.

(2) Armando
Cáceres, Javier Nagamine

NOTAS PARA EL DEBATE
7

Lima: GRADE, 1993. 87 p. (Notas para el Debate,
7)

(3) Eugenio
Domingo Solans

Miembro del Consejo de Gobierno y del
Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo,
Intervención en el Desayuno de Trabajo de la
Confederación Española de Directivos y Ejecutivos
(CEDE), Madrid, 19 de
mayo de 2000.

Jeanine García Reátegui

Perú – Lima, 08 de abril de 2007

Partes: 1, 2
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