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La Quiebra de las Democracias, Juan Linz (Crítica del libro) (página 2)




Enviado por Veronica Barufaldi



Partes: 1, 2

2.2 Sobre el
Autor

Juan José Linz nació en Bonn (Alemania) en
1926, de padre alemán y madre española, se
trasladó de niño a Madrid para
realizar sus estudios secundarios, completando los superiores en
Salamanca y Madrid.

Se licenció, con premio extraordinario, en
Ciencias
Políticas (1947) y en Derecho (1948) por la
Universidad
Complutense de Madrid. Obtuvo el grado de Doctor en Sociología en la Universidad neoyorkina de
Columbia (1959) con una tesis sobre
"The Social Basis of Political Parties in West
Germany".

Enseñó en la Universidad Complutense de
Madrid desde 1947, para pasar a la Universidad de Columbia en
1960 y a la de Yale en 1968, hasta su jubilación. Al mismo
tiempo, ha
enseñado en la Escuela de
Organización Industrial de Madrid (1959),
en la Universidad de Stanford (1966), en la Autónoma de
Madrid (1968), en el European University Institute de Florencia
(1979), Max Weber Visiting
Professor en la Universidad de Heidelberg (1983), en el Institut
des Sciences Politiques de París (1994), Eric Voeglin
Visiting Professor en la Universidad de Munich (1996), Georg
Simmel Visiting Professor en la Umboldt Universität de
Berlín (1997). Así mismo, ha pronunciado
conferencias y participado en seminarios en universidades de todo
el mundo y en la mayor parte de las españolas.

Entre sus distinciones más importantes se pueden
destacar las siguientes:

Comendador de la Orden de Isabel la Católica,
1986

Premio Príncipe de Asturias de Ciencias
Sociales, 1987

Miembro de la American Academy of Arts and Sciences,
1976

Foreign Member to the Academia Europea, 1995

Corresponding Fellow of the Royal British Academy,
1998

Miembro correspondiente del Instituto de Estudios
Políticos de Madrid, 1962 Miembro de Honor de la
Federación Española de
Sociología,1992

Premio Europa en Fiuggi
(Italia),
1982

Premio CEOE a las Ciencias, 1992
Premio Helen
Dinnerman de la WAPOR, 1993

Premio Johan Skytte de Ciencia
Política
de la Universidad de Uppsala (Suecia), 1996

Doctor Honoris Causa de las universidades de Granada
(1962), Georgetown (1987), Autónoma de Madrid (1992),
Philipps-Universität de Marburg (1992) y Oslo
(2000)

Entre sus actividades científicas y asociativas
destacan las siguientes: Presidente de la World Association of
Public Opinión Research, 1974-76 Miembro del Council for
European Studies desde su fundación y Presidente en el
bienio 1973-74

Miembro del Comité Ejecutivo de la International
Sociological Association (1974-1982) y de su Comité
Científico (1974-78)

Presidente del Comité de Investigación en Sociología
Política de la ISA y la IPSA (1971-1979), del que fue
miembro fundador en 1960

Además de innumerables artículos y
capítulos en libros, Juan
José Linz es autor de varias obras.

2.3 Distribución del libro

El libro
está distribuido en cinco capítulos y cada uno de
ellos tiene subtemas. A continuación los presentaré
con una muy breve visión general de cada uno:

Capítulo 1; Introducción (11-31)

Describe como todo cambio
político afecta la vida de muchos y a lo largo de la
historia
aparentemente este conglomerado de personas sabe lo que
está ocurriendo y sus reacciones o acciones que
toman influyen en el desenlace final. Es importante resaltar que
las personas tienen a identificar el orden socioeconómico
con el político y debe existir un equilibrio. La
legitimidad del régimen, gobierno o
instituciones
ayuda a que el cambio no sea violento.

Capitulo 2; Elementos de la Quiebra
(32-92)

Revolución y caída de
regímenes

Legitimidad, eficacia,
efectividad y quiebra de una democracia

Sistema de Partidos y la Inestabilidad de la
Democracia

Oposición Leal, Desleal y Semileal

Crisis. Pérdida De Poder,
Derrumbamiento Y Toma De Poder.

Instauración Y Consolidación De Un
Régimen Democrático Y Su

Estabilidad Futura

Incorporación De Aquellos Que No Formaban Parte
De La Coalición

Fundadora Del Régimen.

La legitimidad como problema para un liderazgo
democrático

Habla de la importancia de obtener estabilidad y
legitimidad en el régimen tan pronto como este comience a
consolidarse. Describe la existencia y función de
la oposición. Establece la lealtad que pueden tener los
partidarios de un régimen anterior a su cartera
política o al Estado en
sí más que al régimen.

Capítulo 3. El proceso de la
caída de la democracia
(93-131)

Problemas Insolubles y Crisis

Violencia Política Y Su Impacto

Pérdida del Monopolio y la
violencia
organizada

Crisis Democráticas Y Estados
Multinacionales

Crisis, El Sistema De
Partidos Democráticos Y Formación De
Gobierno

Abdicación De La Autenticidad
Democrática

Excursus Sobre Democracias Presidenciales Y
Parlamentarias

Habla sobre los problemas a
los que puede enfrentarse un régimen o gobierno y las
causas por las cuales pierde legitimidad el régimen. Habla
del uso de la fuerza como
medio de mantener el régimen y de la reorganización
de los partidos de acuerdo a su conveniencia o replanteamiento de
objetivos. Da
a conocer que no en todas las democracias los procesos son
iguales.

Capitulo 4. El Fin De La Democracia (132-150)

Perdida de poder, vacío de poder y
preparación para una transferencia de poder o un
enfrentamiento.

Fin De Un Régimen Democrático

Habla de los problemas insolubles y de las alternativas
que se dan para intentar remediarlos. Los posibles actos que
hubieran evitado llegar a que un problema sea insoluble y la
confusión entre apoyar al régimen o no.
También nombra las formas en las que la democracia deja de
existir.

Capítulo 5. Proceso De Reequilibramiento
(151-167)

El Reequilibramiento De Sistemas
Democráticos Como Problema

Restauración Y Reinstauración De La
Democracia

Derecho A La Desobediencia, Rebelión Y
Pasión En Defensa De La Democracia

Determina que el reequilibramiento cambia al
régimen pero no toca la legitimidad de la democracia en
sí o de las instituciones. Da las condiciones que
posibilitan el reequilibramiento, destacando la importancia del
liderazgo y establece que es necesario que el electorado este
dispuesto a aceptar la transformación. Habla
también de las condiciones para restablecer una
democracia.

3.- Resumen

Todo cambio político afecta millones de vidas,
removiendo un espectro de emociones, desde
el miedo a la esperanza.

Hay ciertos acontecimientos históricos que
parecen repetirse en los distintos países donde hay un
resquebrajamiento del sistema
político y los participantes, parecer tener conciencia de
aquella cadena de acontecimientos y se expresa esta conciencia
colectiva mediante actitudes
compartidas entre dichos individuos, actitudes de
resignación, tragedia, impotencia, etc.

La verdadera dinámica del proceso político esta
constituida por la actuación de los que están
interesados en el mantenimiento
de un cierto sistema político democrático y los que
no están dispuestos a defenderlo o incluso pretender
derrocarlo.

Democracia es la libertad legal
para formular y proponer alternativas políticas con
derechos
concomitantes de libertad de asociación, libertad de
expresión y otras libertades básicas de la
persona;
elecciones libres a intervalos regulares y libre creación
de partidos
políticos.

Un odio profundo al orden socioeconómico lleva a
negar legitimidad al sistema político.

La consolidación de instituciones
políticas legítimas cobra más importancia
para asegurar un cambio social continuado, lento y no
violento.

A lo largo de la historia podemos comprobar que las
revoluciones por parte de la izquierda no han causado la
caída de regímenes democráticos, sin embargo
no podemos negar que en algunos casos si han tenido un papel
decisivo en su debilitamiento.

La violencia política es un indicador importante
y a la vez una causa contribuyente a la ruptura. La percepción
que tiene la sociedad y su
nivel bajo de tolerancia con
respecto a la violencia política contribuyen al
derrumbamiento.

La creencia en su legitimidad asegura la capacidad de un
gobierno para hacer cumplir una decisión.

Existe una relación entre el apoyo a los partidos
y el apoyo al régimen; y se evidencia la legitimidad
mediante la opinión
pública y el resultado favorable en las
elecciones.

Los intelectuales
son los principales responsables de formular, elaborar y
transmitir la fórmula de legitimidad. La legitimidad de la
democracia se basa en que para un determinado país existe
un determinado régimen para un determinado momento
histórico y ningún otro tipo de régimen
funcionaría.

Otras dos dimensiones que caracterizan un sistema
político cobran importancia: si eficacia y su
efectividad.

La efectividad es la capacidad para poner en
práctica las medidas formuladas, con el resultado
deseado.

La eficacia se refiere a la capacidad de un
régimen para encontrar soluciones a
problemas básicos con los que se enfrenta todo sistema
político que son percibidos como satisfactorios por los
ciudadanos concientes.

La percepción de la eficacia de un régimen
tiende a estar sesgada por el compromiso inicial con su
legitimidad.

Los regímenes y gobiernos tienen que servir
objetivos colectivos pero éstos están muy lejos de
ser tema de acuerdo.

Es importante tener en cuenta que los actos
constituyentes de un nuevo régimen en términos de
medidas políticas son decisivos para su
consolidación.

A veces es más importante neutralizar a la
oposición que satisfacer a aquellos que han concedido
legitimidad al nuevo régimen. Tal falta de efectividad
debilita la autoridad del
Estado, y como resultado, su legitimidad.

La falta de efectividad puede animar la resistencia
ilegitima a las decisiones del gobierno siendo crucial para la
autoridad del régimen el mantenimiento del orden al
momento deponer en práctica las decisiones.

Los mismos factores estructurales que explican las
democracias afectadas por continuas crisis
también explican sistemas de partidos múltiples
extremos, polarizados y centrífugos. Sin embargo los
sistemas de partidos son el resultado no sólo de factores
estructurales, sino de factores institucionales, tales como
leyes
electorales, actuaciones de élites políticas y
sociales, la difusión de ideología; pueden también ser
considerados como un factor independiente o por lo menos
interviniente en la crisis de las democracias.

Cuando el formato de dos partidos está sujeto a
una distancia ideológica máxima y una competencia
centrífuga o se deshace o prepara el camino aun
enfrentamiento que toma la forma de guerra
civil.

La experiencia de un gobierno no democrático y el
temor que produce lleva a una gran mayoría de votantes a
continuar dando su apoyo al centro como una posición
segura, la que mejor garantiza la supervivencia de la democracia
existente, a pesar de su decepción con su
actuación.

Al aproximarse la ruptura, los partidos antisistemas
tienen que actuar claramente como oposición desleal, y los
que les flanquean tienen que actuar como partidos semileales
cuando en centro se debilita al enfrentarse con una derrota
electoral o con problemas insolubles o pierden la voluntad de
gobernar.

Se propone una cierta tipología de la
oposición según las acciones que puede tener frente
al régimen en el que se encuentra: oposición leal,
desleal y semileal.

La oposición leal es la que se caracteriza por
aceptar al régimen y a sus normas. Participa
dentro del sistema político y espera su acceso al poder
por medios
electorales.

La oposición semileal es la que busca incorporar
fuerzas al sistema político mediante negociaciones
secretas, y cuando existe una crisis contribuye al debilitamiento
del régimen.

La oposición desleal es la que ataca al sistema
político y su misión es
desestabilizarlo.

Las principales directrices para explicar la revolución
son las basadas en la estructura del
poder, concepciones alternativas de justicia,
la
organización de la fuerza, la dirección de la guerra, formación de
coaliciones, la legitimidad del estado, entre otras.

El gobierno y sus actos (toma de
decisiones, habilidad, capacidad), son los procesos
políticos los que dan lugar, refuerzan y dan confianza a
la oposición desleal y contribuyen a que surja una
oposición semileal de conducta
cambiante.

Los procesos de la creación de un régimen
democrático que tienen implicaciones a largo plazo son la
redacción de una constitución y el programa inicial
con un orden de prioridades.

La intención de abarcar muchos problemas
complejos cuya solución ha sido demorada por
décadas desbordan los recursos de un
liderazgo con poca experiencia administrativa, información limitada y recursos
financieros.

Al introducir en el nuevo régimen cambios
simbólicos al principio son recibidos con entusiasmo pero
no constituyen el tipo de cambios básicos que atraen a
grandes sectores de la sociedad. En estas medidas
políticas yacen las raíces de la oposición
desleal y la latente ambivalencia hacia el régimen que
puede manifestarse años mas tarde en el momento de una
crisis sería. Estos problemas parecen ser intratables en
la fase de consolidación porque la identidad del
estado esta en juego.

Un régimen democrático nuevo puede contar
con la lealtad incondicional de aquellos que se oponían al
régimen anterior. El número que sigue considerando
al antiguo régimen como legitimo es
pequeño.

El periodo de consolidación es en gran medida una
lucha por conseguir el poyo de los sectores de la población relativamente poco
comprometidos.

El establecer un alto dintel para la
participación más allá del nivel electoral y
excluir a la oposición de principio de muchos campos,
probablemente hará que la cooperación futura en
situaciones de crisis sea difícil.

La legitimación es la primera tarea de un
liderazgo democrático.

Las democracias establecen su legitimidad
basándose en la lealtad al Estado o Nación
más que con un régimen concreto y
rechazan en principio la identificación partidaria con
el Estado lo
cual representa un serio problema.

Una solución podría ser la
democratización o penetración en términos de
lealtad democrática de estos sectores
institucionales.

Las opiniones de los intelectuales tienen gran
influencia para convencer y justificar los actos de
revelación o dominación de las clases opresoras u
oprimidas.

Las universidades, periodistas y escritores forman la
opinión pública en las sociedades que
garantizan la libre expresión.

En los regimenes En los casos en que los intelectuales
apoyan la creación del régimen democrático
pronto adoptan posturas críticas y se retiran del proceso
político.

El carácter cotidiano de la política
democrática contrasta con el potencial para grandes
transformaciones históricas llevadas a cabo en otras
sociedades que sirven como puntos de referencia utópicos
que encuentran eco entre los estudiantes y ciertos sectores de
gente educada o semieducada que las simplifican para movilizar
apoyo contra el sistema.

Todo sistema político, una vez establecido y con
cierto grado de legitimidad, cuenta con la obediencia pasiva de
la mayor parte de los ciudadanos y con represión a los
actos de violencia de la oposición desleal.

Un régimen democrático puede sobrevivir
mientras que la fuerza electoral o la representación
parlamentaria de la oposición desleal no sean
mayoría y, que los partidos leales estén de acuerdo
en la conveniencia de que el sistema continué.

El derrumbamiento es el resultado de procesos iniciados
por la incapacidad del gobierno de resolver problemas para los
cuales las oposiciones desleales se ofrecen como
solución.

Cuando se dan problemas insolubles cada vez más
va aumentando el numero que niegan legitimidad al sistema y
apoyan a la oposición desleal tratando de encontrarles
solución.

Algunos problemas son estructurales que quizá
ningún régimen pueda resolver.

Los problemas insolubles de un régimen sin a
menudo la obra de sus élites.

En un mundo económicamente cada vez más
interdependiente la solución de ciertos problemas
está más allá de la capacidad de tomar
decisiones de muchos gobiernos nacionales.

Los problemas estructurales no resueltos minan la
eficacia y la legitimidad del régimen, pero muy rara vez
son causa inmediata de su caída. Solo cuando se agudizan y
exigen una respuesta inmediata pueden ser insolubles.

No son características técnicas
del problema, sino el contexto político en el cual se
plantean, los condicionamientos del régimen y las
alternativas que ofrece la existencia de una o más
oposiciones desleales, lo que en último término
pone en macha el proceso del derrumbamiento.

Algunas de las consecuencias deslegitimadotas de la
violencia pueden encontrarse en el campo de las decisiones
tomadas como respuesta a la violencia.

Todas estas decisiones pueden minar o reforzar la
legitimidad, eficacia y efectividad de un gobierno en
relación con distintos sectores de la sociedad y del
espectro político.

La capacidad de tomar estas decisiones con resultados
positivos depende en gran medida de la legitimidad, efectividad y
eficacia previa tanto del gobierno como del
régimen.

Cuando la violación de las leyes y la violencia
con intención política son toleradas por un
liderazgo con un número de seguidores considerable y no
son condenadas por grandes sectores de la sociedad un
régimen tiene que responder y no puede ignorar las
implicaciones políticas de su decisión.

Una característica principal del Estado moderno
es el monopolio de la fuerza legítima en manos de la
policía y el ejército, bajo la dirección de
autoridades políticas. El gobierno pierde legitimidad
cuando la decisión de usar la fuerza no puede ser tomada
solo por las autoridades políticas.

Otro problema es cuando los gobiernos
democráticos ponen en duda la lealtad de las fuerzas
armadas e intentan combatir la amenaza creando fuerzas armadas no
gubernamentales. Es un problema tolerar la formación de
fuerzas paramilitares, no importa su fin, ya que adquieren mas
fuerza a medida que pasa el tiempo y crean sus propias
ideologías.

El significado político de violencia depende
mucho de la respuesta a la violencia por parte de las
instituciones que debe sancionarla.

Tomar acción
excusando o condenándola puede ser causal de
pérdida de legitimidad.

Un régimen democrático necesita una
superioridad numérica en las fuerzas de seguridad interna
ya que requiere de una respuesta masiva pero moderada. Necesita
proteger a los líderes políticos y a la
oposición.

Para que un régimen democrático pueda
reequilibrarse se necesita una respuesta inteligente a estos
desafíos, incluyendo en algunos casos una
redefinición de los límites
tolerables de las libertades civiles.

El mayor enemigo de los derechos de nacionalidad
es la teoría
moderna de nacionalidad.
Al hacer al Estado y al gobierno idénticos en
teoría, reduce prácticamente a condición de
súbdito a todas las demás nacionalidades que pueden
existir dentro de sus fronteras. Es importante intentar mantener
el orden en las distintas naciones dentro del Estado para
así conseguir estabilidad. Buscar maneras y formas de
mantener contentas a las minorías es una buena
solución. Es muy importante que se dé el amor al
Estado en vez de una identificación nacional.

En casos de crisis las tensiones dentro y entre los
partidos se hacen explicitas y se reorganizan, en casos de
gobiernos con coaliciones de múltiples partidos los
problemas son mas serios y reconsideran sus compromisos. Los
partidos menores de los extremos exploran coaliciones
alternativas.

La existencia de una autentica fuerza política en
el centro con capacidad de coalición y suficiente fuerza
parlamentaria puede hacer que funcione el sistema, sin embargo
puede llevar a una eficacia limitada del mismo y a la erosión
interna del partido dominante del centro.

La imposibilidad de llegar a soluciones en sistemas
multipartitos lleva a la transferencia de decisiones al
electorado. En las sociedades donde los partidos han penetrado al
electorado y forman una subcultura el resultado puede no ser muy
distinto al de las elecciones anteriores a la crisis. La
preferencia por partidos democráticos se basa en el
rechazo de los extremos. Los cambios más o menos
importantes y las nuevas alianzas pueden hacer que el sistema
siga funcionando. Si el ciclo se repite varias veces se pierde
eficacia y legitimidad del régimen.

Una de las consecuencias de la perdida de
cohesión entre los partidos que forman coaliciones para
apoyar al régimen es el esfuerzo para eliminar temas
conflictivos del campo de la política de partidos,
transformándolos en asuntos legales o técnicos. El
fin es ganar tiempo. Surgen cuestiones de constitucionalidad
sobre ciertas leyes y decisiones que pasan al Tribunal
Constitucional. La legitimidad de dejar que sea el poder judicial el
que tome las decisiones políticas en una democracia es
siempre dudosa.

Otro procedimiento es
sustituir a los representantes de los partidos por expertos en
cargos políticamente comprometidos escudándose tras
la naturaleza
técnica de las decisiones. Asignándose cada vez mas
puestos en el gobierno a ministros que no pertenecen a
ningún partido les permite a los partidos aludir
responsabilidades de las decisiones. Los líderes de los
partidos delegan sus responsabilidades en líderes de
segunda fila con una limitada capacidad.

Un caso especial de abdicación y pérdida
de autenticidad democrática es el intento de
líderes políticos de conseguir el apoyo del mando
militar ofreciendo puestos en el gobierno. Es una manera de pedir
un explícito voto de confianza pero a la vez indica que la
lealtad implícita de las fuerzas armadas está en
duda. Esto aumenta las divisiones ideológicas internas en
el cuerpo de oficiales y por ultimo forzará una
decisión sobre la legitimidad del gobierno o inclusive el
régimen.

Existen varias diferencias entre democracias
presidenciales y parlamentarias. Los presidentes son elegidos por
elección directa con su propia legitimidad
democrática y una posición totalmente distinta en
el sistema político. En los gobiernos parlamentarios es el
parlamento quien los elige. El gobierno presidencial tiene un
aspecto de cero-suma, mientras que el parlamentario ofrece la
posibilidad de dividir los resultados. Otra diferencia es que en
sistemas presidenciales no existe un ente moderador, como en el
parlamentario que esta función la puede tomar el jefe de
estado o rey.

Problemas insolubles, una oposición desleal
dispuesta a explotarlos, el deterioro de autenticidad
democrática entre los partidos que apoyan al
régimen y la perdida de eficacia, efectividad y
legitimidad llevan a una atmósfera
generalizada de tensión, a una sensación de que hay
que hacer algo que se refleja en un aumento de la
politización.

Es típico que se haga un esfuerzo para fortalecer
el poder del ejecutivo, algunas veces proponiendo enmiendas
constitucionales.

Una segunda alternativa es intentar extender la base del
régimen incorporando por lo menos parte de la
oposición desleal o cooptando a su liderazgo para formar
una nueva coalición. Esto conduce a una transferencia del
poder.

Una tercera alternativa seria permitir que continuara el
proceso de polarización e ignorar las amenazas de la
oposición desleal y de los elementos semileales en una
situación de preguerra civil hasta que una de las fuerzas
desleales intentara llegar al poder. Los líderes
democráticos entonces solo tienen dos opciones: retirarse
encargando su poder a las fuerzas armadas o hacer un llamamiento
a la nación
y movilizar las fuerzas organizadas para ampliar su base de
autoridad. En una sociedad muy polarizada esta segunda
opción significa guerra civil.

En una sociedad en la cual los lideres
democráticos han experimentado tal perdida de poder, si el
ejercito no es capaz de asumir el papel de poder moderador y la
oposición desleal transmite señales
ambiguas la pauta de transferencia de poder es la mas
probable.

El proceso de toma de poder de forma legal o semilegal
se inicia cuando alguno de los partidos o lideres que no
están en absoluto dispuestos a derrocar a las
instituciones democráticas sienten que los lideres
antirégimen pueden ser cooptados sin peligro para el
sistema. Su conducta se basa en el supuesto de que pueden ser los
participantes dominantes en la nueva coalición. Los
poderes neutros no rechazan por completo esta opción
aunque esta genera sospechas entre la clase
política y se llega a considerar que los lideres se
venden. Una vez que se llega a este punto los lideres antisistema
sienten urgencia de llegar al poder. Recriminaciones entre los
líderes pueden dividir el partido entre revolucionarios y
pragmáticos.

Los oportunistas que apoyan al partido pueden
considerarlo una mala inversión y las fuerzas que apoyan al
régimen pueden volver a ganar confianza y
unirse.

La reducción de la arena política y el
papel importante que juegan pequeños grupos de
individuos es característico de esta fase final en el
proceso de derrumbamiento de una democracia.

La entrada en el gobierno de grupos considerados por
ciertos sectores como semileales o desleales puede causar una
reacción anticipada bajo la forma de una protesta
revolucionaria legitimada como defensa de la
democracia.

El final de un régimen democrático es
también el principio de un nuevo régimen, un
proceso que tiene problemas y pautas propias que requieren
modelos
descriptivos.

El fin de una democracia presenta una serie de pautas
distintas. Las principales son:

Desplazamiento anticonstitucional de un gobierno por el
uso de la fuerza.

La subida al poder mediante una combinación de
estructuras
ademocráticas de autoridad que atraen a parte de la clase
política del régimen democrático
anterior.

Establecimiento de un nuevo régimen autoritario
basado en una nueva alineación de las fuerzas sociales y
la exclusión de todos los actores políticos del
régimen democrático anterior.

La toma de poder por una oposición desleal bien
organizada con una base de masas en la sociedad que no lo
comparten con los miembros políticos del régimen
anterior.

La toma de poder no tiene éxito
incluso contra un régimen debilitado y que requiere una
lucha prolongada (guerra civil).

Según Pareto, todos los estados de equilibrio
tienen un aspecto dinámico, no son inherentemente
incompatibles con el cambio (progreso) y no son siempre deseables
o valiosos desde la perspectiva de todo el mundo. Todos los
estados están en un proceso constante de
ajuste.

El reequilibramiento es compatible con cambios de
régimen dentro del tipo de regímenes
democráticos. El reequilibramiento puede ser una quiebra o
una transformación profunda de un régimen pero no
de la legitimidad democrática y de las instituciones
básicas.

El nuevo régimen puede establecerse ilegalmente
pero debe ser legitimado después por un proceso
democrático y tiene que operar desde aquel momento de
acuerdo con las normas democráticas.

Condiciones que posibilitan el
reequilibramiento:

La disponibilidad de un liderazgo no comprometido por la
perdida de eficacia y legitimidad del régimen existente en
la crisis, y dispuesto a crear un nuevo régimen con nuevas
instituciones que sería legitimado por futuros procedimientos
democráticos.

Este liderazgo debe ser capaz de conseguir ser aceptado
por aquellos que siguen siendo leales al régimen existente
así como los desleales.

El liderazgo del régimen que ha perdido poder,
eficacia, efectividad y legitimidad tiene que ser capaz de
aceptar este hecho y facilitar la transferencia de poder en vez
de oponerse a ella.

La disposición de los líderes anteriores a
dejar de lado sus objetivos e intereses anteriores para poder
salvar la esencia de la democracia.

Tiene que darse cierto nivel de indiferencia y pasividad
en el conjunto de la población durante el desenlace final
de la crisis.

El modelo de
reequilibramiento solo es posible cuando la oposición
semileal es capaz de controlar y neutralizar a la
oposición desleal que pone en duda no solo ese
régimen concreto o el gobierno, sino el sistema
democrático.

El reequilibramiento reproduce cuando el electorado
está dispuesto a aprobar la transformación o el
cambio de régimen.

Según Pareto los cambios requeridos pueden llegar
al limite entre democracia y soluciones semiautoritarias si el
nuevo régimen impone ciertos límites a las
libertades o declara fuera de la ley a algunos
partidos.

Cuando un periodo autocrático ha permanecido
muchos años en el poder y la persecución de lideres
democráticos fue tal que ya muy pocos retornan al poder
político y son nuevos líderes los que llevan aun
nuevo régimen se podría decir que no es un caso de
restauración sino de instauración.

La restauración plantea algunos problemas
especiales creados por la necesidad de superar tensiones entre
los partidos que han contribuido a la caída del
régimen, de eliminar suspicacias de actos pasados
semileales y de evitar que se afirmen posturas ideológicas
que contribuyeron a la crisis.

Al aplicarlo que hayan aprendido de la experiencia
anterior evita algunas de las dificultades que pueden surgir en
el periodo de consolidación de regimenes
democráticos nuevos y que contribuyeron a la crisis
anterior.

El proceso de restablecimiento variará
dependiendo de la naturaleza del régimen establecido
después de la caída de la democracia.

La rebelión contra regimenes democráticos
es un conflicto
sobre formulas de legitimidad. Ya sea de origen o de
ejercicio.

Los participantes desleales a un régimen
democrático son aquellos a los que se les ha concedido
poder por procedimiento democrático: el gobierno elegido
legalmente es la fuente de peligro para la continuidad y el
funcionamiento de las instituciones
democráticas.

Es muy poco probable que esta interrupción por
medios violentos, aunque sea en defensa de la democracia, lleve
al establecimiento o reequilibramiento de un régimen
democrático.

Desde esta perspectiva, la caída de la democracia
no es imputable a los actos de una oposición desleal sino
a los gobernantes que no han sabido mantener la legitimidad o
legalidad.

Una condición para el éxito de la
democracia es que el campo efectivo de decisiones
políticas no debería ampliarse demasiado y que no
toda función del Estado debería estar sujeta a un
procedimiento político democrático.

La vana esperanza de hacer más
democráticas a las sociedades por vías no
democráticas ha contribuido demasiado frecuentemente a
crisis de regimenes y en última instancia ha preparado el
camino a gobiernos autocráticos.

4.- Análisis

4.1 Análisis Estructural

A diferencia de otros libros que he leído de
política, Juan Linz no escribe a manera de ensayo.
Utiliza subtítulos en cada capítulo, lo que
colabora a la comprensión de la materia.

Sin embargo, la lectura
puede llegar a resultar pesada hasta cierto punto, inclusive
confusa. El autor utiliza ejemplos para ilustrar sus puntos de
vista o comprobar la veracidad de los mismos. Esto no permite al
lector extraer de una manera objetiva y clara lo que el autor
intenta decir y en muchos casos es necesario releer los
párrafos.

A excepción de los ejemplos, el lenguaje
utilizado es comprensible y directo. Permite captar la idea de
inmediato y analizar el punto de vista propuesto.

Un problema que encontré en ésta edición
fue el tamaño de la letra del libro. Considero que una
fuente un poco más grande hubiera optimizado la lectura
convirtiéndola en mas amena.

Muchas veces Linz utiliza citas de otros autores sobre
el punto a tratar y luego no explica las mismas
llevándonos a considerar la cita como acertada para
nuestro autor, sin embargo, hubiera sido oportuna una mayor
extensión al tratar aquellos temas; esta situación
se da en general. Linz parece asumir que el lector es alguien que
conoce mucho sobre temas políticos y por momentos omite
explicar ciertos conceptos o situaciones que, a i parecer,
merecen mayor análisis.

4.2 Análisis del
Contenido

En esta obra, Juan Linz intenta exponer lo que a su
criterio son las causas de la quiebra de la
democracia.

Entre los primeros puntos que señala establece
que, a pesar de no ser totalmente obsoletos, los factores
económicos, sociales, culturales, históricos, etc;
no influyen de manera relevante en la caída del
régimen. La visión de Linz es más
englobante. Para él las causas principales que debilitan
la democracia no surgen de los dominados, sino de los dominantes;
nace de la pérdida del poder.

Según Lipset, El factor económico, la
eficacia y la legitimidad son factores primordiales que hay que
mantener y cuidar para evitar que se llegue a la caída del
régimen.

Para él, cuanto mas prospera es una
nación, mayores son sus posibilidades de mantener una
democracia.

El desarrollo
económico permite una serie de avances en la sociedad
que permite el mantenimiento o, por lo menos, la estabilidad de
la democracia. Entre estos, encontramos la educación y la
disminución de la diferencia social.

Al mejorar la economía, las
diferencias existentes entre las clases sociales se vuelven
menores, mejorando así la calidad de
vida de más ciudadanos. Una de las bases de la
democracia es la igualdad.

Este acercamiento de condiciones de vida lleva a los
ciudadanos a sentir que el régimen es eficaz y así
este adquiere mayor legitimidad.

Sobre la educación,
parafraseando a Lipset puedo decir que cuanto más elevada
es el nivel de instrucción es más probable que se
crea en valores
democráticos y se apoyen prácticas
democráticas.

Un ejemplo de esto podemos utilizarlo analizando a
Latinoamérica, donde aun existe un analfabetismo
generalizado en varios países y nos encontramos que en
naciones en las que más de la mitad de la población
es analfabeta solamente una, Brasil, puede
considerarse democrática.

El aumento de la riqueza y de la instrucción
ayuda también a la democracia, ya que los estratos
inferiores recibirán presiones contrapuestas que
reducirán la intensidad de su adhesión a
determinadas ideologías y harán que tiendan a
apoyar menos a los extremistas.

Dejando de lado por al desarrollo
económico y a las clases
sociales, quisiera referirme a la legitimidad y a la
eficacia.

Para Linz, la legitimidad es la creencia de que las
instituciones existentes son las mejores posibles.

Esta creencia asegura la capacidad de un gobierno para
hacer cumplir una decisión. Los gobiernos
democráticos necesitan esta creencia. Consta en respetar
las normas por el simple hecho de creer en ellas.

Para Lipset, por su parte, la legitimidad implica la
capacidad de un sistema político para generar y mantener
la convicción de que la instituciones políticas
existentes son las mas convenientes o apropiadas para la
sociedad.

Como podemos ver, en este punto ambos autores coinciden.
Luego Lipset aumenta: El nivel de legitimidad de los sistemas
políticos democráticos contemporáneos
depende, en gran medida, de los medios con que se hayan resuelto
los temas clave que han dividido históricamente a esa
sociedad.

Linz, en cambio, considera que un régimen o
gobierno, por el mero hecho de existir tiene cierto grado de
legitimidad.

Para nosotros, la legitimidad es la autoridad de
amplio alcance de la que dispone un gobierno.

Es autoridad es reforzada ya que el pueblo cree en ella
y obedece sin la necesidad del uso de la fuerza.

Existen cuatro tipos de legitimidad, que son por
procedimientos, por hábito, por identidad histórica
y por resultados; sin embargo, Linz en su libro tan solo hace
referencia a la legitimidad por resultados (ganar las elecciones)
y por procedimientos (cuando se cree en el régimen y en la
eficacia del sistema).

Al hablar de legitimidad, nuestro autor habla
también de eficacia y eficiencia. Una
acción es efectiva cuando un fin buscado se consigue y, es
eficaz cuando el fin buscado no se obtiene pero el resultado
obtenido satisface deseos o motivos que no son el motor de la
acción. También es eficacia la capacidad que tiene
el régimen para encontrar soluciones satisfactorias a los
problemas.

Lipset, en cambio, solo habla de eficacia y su concepto parece
englobar eficacia y efectividad.

Él se basa en la creación o
instauración de u nuevo régimen para sus
explicaciones y señala que, una vez establecida una
estructura social nueva, si el nuevo sistema no es capaz de
satisfacer las expectativas de los grupos importantes (por
razones de eficacia) durante un periodo bastante largo para crear
legitimidad sobre la nueva base, podría surgir una nueva
crisis.

Juan Linz, corroborando con Lipset dice que las
circunstancias que rodean la instauración de un
régimen y su consolidación inicial cobran una gran
importancia cuando y si éste se enfrenta con crisis
serias.

En todo caso, lo que nos queda más que claro es
que para el mantenimiento de una democracia es importante que el
régimen inicie su ciclo con un cierto grado de legitimidad
que debe ser alimentado a lo largo del tiempo con el objetivo de
mantener el régimen.

No hay manera posible de mantener un régimen en
el cual no se crea o no se confíe, especialmente un
régimen democrático que tiene como principio
básico "el poder radica en el pueblo". Si el pueblo no
apoya al régimen, la democracia estaría acechando a
sus propios principios.

Otro punto importante al que se refiere Linz en su libro
es en cuanto a la oposición.

Señala que aunque la eficacia es medida por los
resultados, a veces es necesario neutralizar a los enemigos
potenciales del régimen. Esto es considerado por él
más importante que satisfacer a aquellos que han concedido
legitimidad al nuevo régimen basándose en sus
expectativas.

Los regimenes democráticos se enfrentan a
problemas más graves que los no democráticos, ya
que la oposición puede acoger sus derechos de libertad de
expresión y prensa para irse
contra el mismo régimen que le concede dichos
derechos.

En estos casos los líderes democráticos
tienen que probar su habilidad de mantener el poder y el status
quo haciendo combate a la oposición.

La misma democracia, que tiene como principio al
pluralismo, crea obligatoriamente la oposición como parte
de los derechos de los individuos y, los gobernantes del
régimen, tienen que aprender a manejarla o
controlarla.

Para Lipset, los sistemas políticos que niegan a
la oposición el acceso al poder político, salvo a
través de medios revolucionarios, también impiden
que se desarrolle la legitimidad, ya que están violando
uno de posprincipios de la democracia y, a la vez, están
alimentado una sublevación, que, de acuerdo con el
régimen democrático, es legítima.

Linz plantea que la falta de efectividad puede
también animar la resistencia ilegítima a las
decisiones del gobierno, siendo en este contexto central para la
autoridad del régimen en mantenimiento del orden en el
momento de poner en práctica las decisiones.

La oposición, justificándose en sus
derechos democráticos, puede llegar a utilizar la fuerza
para legitimar su lucha y así, causar una transferencia de
poder. En este caso, se debería de aplicar el hecho de que
el electorado deposita en el Estado la capacidad de tomar las
decisiones (usar la fuerza) necesarias para mantenerla seguridad
interna, sin embargo, se estaría violando un principio
democrático a la libre expresión. Por otro lado, el
Estado no debe utilizar la fuerza bajo ningún medio, ya
que el que manda es el pueblo.

Es importante resaltar que cuando la eficacia y la
legitimidad son tan bajas que debilitan los cimientos de la
democracia los factores constitucionales que fomentan el
multipartidismo contribuyen a que haya menos posibilidades de que
el sistema sobreviva.

Para continuar con mi análisis voy a citar a
William H. Riker refiriéndose a la
racionalidad.

"Dada una situación social en la que existen
varias alternativas que implican diferentes resultados, y
suponiendo que los participantes pueden ordenar estos resultados
en una escala subjetiva
de preferencias, casa participante escogerá la alternativa
que conduzca a su resultado mas preferido".

El contexto de esta definición descansa sobre el
análisis que hacen las personas o los partidos al momento
de tomar una u otra decisión.

Aristóteles asegura que el gobierno debe estar
manejado por la clase media. Argumenta señalando que los
pobres tomarán decisiones que los beneficien a ellos y
que, puedan inclusive, llegar a perjudicar a los ricos y
viceversa en el caso de que los gobernantes sean los ricos. La
clase media, en cambio, es in intermedio entre ambos bandos, y
tiene a establecer cierto equilibrio.

Siguiendo a Aristóteles, puede clarificarse que en
ciertos casos los partidos pueden originarse respondiendo a las
necesidades de los distintos grupos pertenecientes a una sociedad
y, siguiendo a Riker, estos grupos escogerán al partido
cuy ideología más los represente o les
convenga.

Para Linz, Los sistemas de partidos son el resultado no
solo de factores estructurales sino también de factores
institucionales y, según el, pueden ser independientes o
intervinientes en la crisis de la democracia.

Para nuestro autor, el pluralismo (que viene determinado
por varios factores que no considero necesario mencionar) obliga
al electorado a tener que obligatoriamente escoger una
posición o acoger una ideología.

Según él, la experiencia de un gobierno no
democrático (previo al régimen actual) y el temor
que les produce lleva a una gran mayoría de votantes a
continuar dando su apoyo al "centro" como una posición
segura, la que mejor garantiza la supervivencia de la democracia
existente, a pesar de su decepción con su
actuación. Aquí nos remitimos al concepto citado de
Riker.

Al electorado se le dan las opciones y ellos se ven
obligados a elegir la mejor de las opciones, la que le convenga,
o, en última instancia, a la "menos peor".

Según Shively, este movimiento
hacia la democracia se da por cuatro razones: La gente
está cansada de los regímenes autoritarios, la
existencia de presiones internacionales que favorecen al
régimen y lo establecen como condición para recibir
algún beneficio, el deseo del pueblo de tener
protección contra los abusos del estado y respeto a los
Derechos
Humanos y, por último, el deseo de tener un desarrollo
económico.

Para Riker, otro factor que influye en la toma de
decisiones es el factor suma y el suma-cero.

El factor suma implica, en competencias, la
suma de un todo. Los beneficios a los que se pueden llegar entre
ambos, como un grupo
colegiado. Suma- cero, en cambio, se refieren a la lucha donde
uno gana y otro irremediablemente pierde.

En los juegos de tres
o mas partidos, el conflicto se complica cuando este consiste en
suma-cero, ya que se puede llegar a alianzas o
acuerdos.

En los juegos de dos partidos, se escoge una estrategia, los
plurales, no solo se busca la estrategia, sino los
compañeros.

El mayor problema que puedo llegar a encontrar es cuando
los partidos forman coaliciones y se disponen a ganar las
elecciones o la legitimidad para llegar al poder y son movidos o
motivados por intereses personales. Una vez que ellos llegan al
poder y no gozan de legitimidad (por haber llegado por la fuerza
y/o no satisfacer expectativas del conglomerado social), lo mas
probable es que se produzca una nueva revuelta donde los
partidarios del antiguo régimen (o uno nuevo) intentan
luchar para conseguir una nueva transferencia del poder.
Así, se puede originar una guerra civil.

Es muy importante que una vez que el régimen ya
haya caído se intente (a parte de construir un grado alto
de nivel de legitimidad inmediata) incorporar a la
oposición del régimen anterior al actual. Esto es
importante porque, según Linz, se goza de su apoyo
incondicional y hay que aprovecharlo como fuente de
legitimidad.

Es importante también, como ya mencioné
anteriormente, mantener contenta a la oposición
dándole cierto acceso al poder. De esta manera, se reduce
un poco la oposición desleal y se procura mantener un
cierto grado de estabilidad en el régimen.

Linz asegura que la caída de la democracia no es
algo que sucede e la hora y fecha en la que el régimen
deja de existir, al contrario, aquel momento no es mas que el fin
de un largo proceso que pudo haber iniciado al mismo momento de
la consolidación del régimen.

Problemas insolubles, una oposición desleal
dispuesta a explotarlos para desafiar el régimen, el
deterioro de la autenticidad democrática entre los
partidos que apoyan al régimen y la perdida de eficacia y
legitimidad llevan a una atmósfera generalizada de
tensión, a una sensación de que hay que hacer algo
que se refleja en un aumento de politización.

Se incrementa el nivel de ruptura entre los partidos, se
forman alianzas, se replantean los objetivos, se hacen
negociaciones secretas y todo esto deriva en el fin de la
democracia y el traslado del poder a un grupo que supo ganarse la
legitimidad o que se impone.

Una vez que cae el régimen, surge uno nuevo que
necesita luchar por mantener suponer, apoyándose en la
legitimidad. Si no llega a satisfacer expectativas pronto lo
más probable es que esto desemboque en una nueva
crisis.

En ciertos casos, se da un reequilibramiento de la
democracia, que se da cuando hay un cambio en la estructura de la
misma pero las instituciones democráticas se mantienen
intactas, inclusive la legitimidad de las mismas puede permanecer
inmune a las críticas del régimen en
general.

Quisiera concluir destacando que la restauración
de la democracia se da cuando, luego de su sustitución por
otro régimen que duró varios años, la
sustitución de los viejos líderes
democráticos por nuevos se lleva a cabo y se defienden
nuevas ideologías.

En estos casos las personas o líderes conocen ya
los errores cometidos en el pasado e intentan no cometerlos. El
régimen democrático que existió
anteriormente es mejorado y reestructurado para evitar que las
mismas causas lleven nuevamente al fin del mismo.

4.3 Opinión
Personal

Según mi criterio, de todas las
características determinantes para mantener o para la
caída de la democracia mencionadas en la obra, la
más importante es la legitimidad y eficacia.

Si un pueblo no cree en sus instituciones o sus
líderes, es muy poco factible que estos obedezcan
voluntariamente. Cuando se da esta situación de
desobediencia, a los líderes no les queda otra
opción que obligarlos a hacerlo por medio de la
coerción.

La utilización de la violencia dentro de un
régimen democrático implica una violación a
los mismos principios del régimen, ya que no hay libertad.
A mi opinión, un régimen democrático cuyos
gobernantes utilizan la violencia o la fuerza como medio de
legitimación y para mantenerse en el poder deja de ser un
régimen democrático propiamente dicho.

Entre los medios de obtener legitimidad, claro
está que la eficacia que tengan los líderes en
satisfacer las necesidades de los gobernados es la más
observable e inclusive talvez la mas efectiva. Esta es la
legitimidad por procedimientos.

Los gobernados, al observar que están recibiendo
beneficios, confían en el régimen y en sus
gobernantes. Los consideran los adecuados y se disponen a
protegerlo y obedecerle.

Considero que la legitimidad por procedimientos, dada la
reacción social que acarrea, es la más
difícil que corromper y permite proyectar un plazo mas o
menos largo de estabilidad del régimen. Esto es, mientras
siga existiendo eficacia en el gobierno, habrá
estabilidad.

Pienso yo que este tipo de legitimidad tiene
también otros beneficios para el gobierno. Considerando
que está realizando bien su labor, y, que las necesidades
(o la gran mayoría de ellas) están siendo
satisfechas, las masas sociales se vuelven más tolerantes
ante los errores que el gobierno pudiera cometer.

De los otros tipos de legitimidad revisados en clase,
creo que los más débiles son la legitimidad por
hábito y la legitimidad por resultados.

La legitimidad por hábito consiste en que la
población se acostumbre a al gobierno, dado que
éste ha estado ahí durante mucho tiempo. Creo yo,
que en el momento inmediato en el que aparezca una
oposición u otra opción, el gobierno caerá y
no tendrá mayor apoyo.

La legitimidad por resultado, por su parte, no tiene
mayor repercusión a largo plazo. Es cuando por medio de
las elecciones se llega al poder y, al ser estas un medio
legítimo propio del régimen democrático, se
convierte en un medio de legitimar al gobierno.

Creo yo que este tipo de legitimidad es cuestionable, ya
que , hoy en día, inclusive las elecciones han perdido su
legitimidad y en muchas ocasiones son consideradas corruptas, lo
que indicaría que el gobernante supuestamente electo no lo
es realmente, o por lo menos se siembra la duda.

Lo importante de este tipo de legitimidad (considerando
las elecciones legales y no corruptas) es mantener esa
legitimidad obtenida utilizando algún otro medio, por
ejemplo, la legitimidad por procedimientos.

Creo yo, que es muy importante para mantener un
régimen que sus órganos o instituciones funcionen
de manera adecuada y considero que mucha influencia tienen las
relaciones que existan entre ellas.

Linz en su libro nombra a las instituciones, pero se
refiere a ellas tan solo relacionándolas con la gente y no
en como se relacionan entre si ni a su estructura y
funcionamiento.

Considero que la relación que pueden llegar a
tener las instituciones entre si, en gran parte pueden llegar a
repercutirse en el comportamiento
de la masa social ante las mismas.

Un régimen en el cual el poder
ejecutivo con el legislativo tienen muchas divergencias
generalmente desemboca en que cada uno de ellos tome partidarios,
considerando al que tiene una opinión distinta como
contrincante.

Esto se da, por ejemplo, actualmente en el Ecuador. Los
problemas entre el congreso y el presidente han llevado a los
ecuatorianos a tomar una u otra postura y, en algunos casos, la
falta de tolerancia existente hacia el contrincante (alimentada
por los mismos líderes del congreso o por Correa) lleva a
las personas a tomar medidas de acción inclusive violentas
unos contra otros.

El poder judicial también tiene un papel
importante dentro del régimen. Un poder judicial que no
sea justo es una terrible contradicción.

Un tema no tocado por Linz es la corrupción. La corrupción a nivel institucional en una
democracia podría ser considerada, a mi parecer, como la
peor de las corrupciones y ciertamente su existencia le hace
imposible al régimen funcionar.

La búsqueda de intereses personales por parte de
los gobernantes que, supuestamente representan a la nación
entera y, en un régimen en el cual supuestamente la
soberanía radica en el pueblo; simplemente
producen una ruptura del sistema y una crisis ciertamente
insuperable.

5.- Bibliografía

LINZ, Juan José; La Quiebra De Las
Democracias
; Alianza Editorial; Primera edición,
cuarta reimpresión. 1996. Madrid, España.
169 pp.

Almond, Dahl, Downs, Lipset, Mosca, (sic);
Diez Textos Básicos De Ciencias Políticas;
Editorial Ariel Ciencia Política; Segunda Edición;
2001; España.

ARISTÓTELES; Ética Nicomaquea
– Política;
Editorial Porrua S.A.; 1985.
México.
Versión Española e introducción de Antonio
Gómez Robledo.

Verónica Barufaldi Peña

2007-04-04

Guayaquil, Ecuador

Partes: 1, 2
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