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El Derecho y la descentralización (Perú) (página 2)




Enviado por alarconflores



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EL
NACIMIENTO Y DESARROLLO DE
LA DESCENTRALIZACIÓN EN EL PERÚ

Según el abogado Luis Bustamante
Belaúnde
en su Texto
"Descentralización y Regionalización", en el
Perú a partir de su nacimiento como república en
1821 se discutió que tipo de régimen
político debía ser el más adecuado para
regir los destinos del joven Estado.

Por un lado, surgieron las corrientes federalistas que
consistían en consolidar un país con diversos
Estados que acordaban asociarse para constituirse en una nueva
realidad Estatal, este es el caso de países como Brasil o Estados Unidos;
por otro lado, se planteó constituir al Perú como
un país unitario que consistía en formar un Estado
Centralizado que permita administrar todos los recursos a
través de la capital de la
República que es Lima y que posteriormente los distribuya
eficientemente todos estos recursos a los departamentos del
país.

Este argumento unitario prevaleció sobre la idea
federalista debido a que la idea de formar un Estado Federal era
peligrosa por la sencilla razón de que podría haber
generado chauvinismos exacerbados en los distintos departamentos
pudiendo romper la débil unidad en el que se encontraba el
Perú de ese entonces. Finalmente en la primera constitución de 1823 se aprueba que nuestro
país es unitario, aunque solo de carácter provisional.

La centralización política se inicia a
partir del Mariscal Ramón
Castilla (Presidente del Perú de 1845 a 1851 y de 1854 a
1862) rompiendo los lazos patrimoniales coloniales ya que
vendió el guano de islas a capitales extranjeros, a partir
de esto, centralizó las decisiones político-
administrativas colocando a toda su clientela en los puestos de
gestión
regional.

Luego, el primer Partido Político Civil del
Perú llamado Partido Civilista llega por primera a la
presidencia del Perú en 1872 con Manuel Pardo en la cabeza
convocando a nivel nacional una reforma descentralista que
consistía en transferir los recursos fiscales a instancias
regionales con el fin de consolidar la burguesía y
afianzar la modernización del Estado. Este sueño
civilista iba a ser posible mediante los recursos que
adquirían del guano mediante el contrato Dreyfus.
Lamentablemente no se pudo consolidar la idea descentralista
debido a los constante conflictos con
las oligarquías regionales ya que el guano escaseó
y los privilegios de estos señores oligarcas empezaron a
peligrar habiendo luchas al interior del propio partido de
gobierno por
mantener los antiguos privilegios.

A fines del Siglo XIX se formó y consolidó
en el Gobierno de Nicolás de Piérola en 1895
el estado
Oligárquico en el Perú. Este período que se
mantiene hasta 1968 se caracteriza por tener a un
Estado:

* Altamente centralista debido a que concentraba todos
los poderes en la capital Lima.

* Patrimonialista, porque el poder en el
Estado giraba en torno a un
presidente que concentraba todo el poder y cuya elección
en el cargo dependía del apellido, la raza y la educación y
finalmente.

* Elitista, ya que el poder se concentraba en pocas
manos y excluía a amplios sectores del
país.

En este período en el que el historiador Peruano
Jorge Basadre llama "La República
Aristocrática
" no se avanzó en absoluto en el
tema de descentralización. Es más, nuestra
sociedad que
en ese momento era predominantemente rural (más del 70% de
la población vivía fuera de los
espacios urbanos) fue desatendida por los distintos gobiernos de
turno. Más adelante, el estado oligárquico tuvo una
crisis en el
que jamás se recompuso por las siguientes
razones:

* El debilitamiento del gamonalismo.

* El incremento de la participación
política expresada en la ampliación del voto de
la mujer
(Gobierno de Manuel Odría- 1948- 1956).

* La reducción del analfabetismo.

* La transformación de una sociedad
rural dando lugar a una sociedad urbana por la migración
de los ciudadanos del campo a la ciudad.

Todos estos acontecimientos permitieron que el Estado
Oligárquico se debilitara cada vez más hasta que en
1968 con el Golpe Militar impulsada por el Gral. Juan Velasco
Alvarado, las viejas estructuras
señoriales se destruyeron por completo dando lugar a una
nueva sociedad en el cual los temas de regionalización
vuelven a la escena nacional definiéndose para ello los
distintos argumentos de las diferentes agrupaciones políticas
que iban a servir de base para el debate de la
constitución de 1979.

A partir 1979, la Asamblea Constituyente aprobó
la primera organización descentralizada que
regirá los destinos de las regiones del Perú
nombrando a nuestro país como "Un Estado
Descentralizado y Unitario"
dando las bases necesarias
para la creación de regiones mediante el proceso de
regionalización. Nuestro país a partir de esa
constitución cuenta con tres niveles de Gobierno que es el
Nacional o Central, el Regional y el Gobierno Local.

En 1980, se debatió que las regiones del
Perú debían constituirse principalmente a
raíz de espacios geográficos llámese costa,
sierra o selva. Otros argumentaron que las regiones debían
constituirse por cuencas hidrográficas y se terminó
hablando que las regiones deben basarse en sus pisos
ecológicos. Todas estas sugerencias fueron anuladas ya que
no contaban con el suficiente sustento teórico para
afianzar a las regiones.

Luego de estos debates poco fructíferos, la
constitución sugirió crear un Plan Nacional de
Regionalización en el cual este proyecto
sería diseñado por el Poder
Ejecutivo siendo discutido en instancias Legislativas
aprobando o rechazando dicho documento. Un aspecto negativo al
respecto fue que el Poder
Legislativo no contara con las facultades para dar propuestas
de reformas al plan dando lugar al poco poder decisión que
contaba en ese entonces el Congreso.

Además de estas fallas, el Arq. Fernando
Belaúnde Terry (Presidente del Perú de 1980 a 1985)
presenta propuestas de regionalización que son rechazadas
por distintas bancadas políticas por razones
políticas. En el documento de Descentralización y
Regionalización, Luis Bustamante argumenta que dichos
legisladores (en ese momento llamados diputados) que negaron la
propuesta de Belaúnde nunca leyeron los planes
regionalistas del ejecutivo ya que sus distintas bancadas se los
prohibían por ser del partido Opositor.

Posteriormente se busca un consenso que permitan crear
regiones dentro de los 4 años siguientes, vale decirse en
el año 1985. Estas regiones se crearían con
leyes
orgánicas mediante las cuales el congreso
transferiría competencias
legislativas a dichos entes y el Gobierno Central
transferiría funciones
gubernamentales y administrativas.

A partir del año de 1986, se aprueba el Plan
Nacional de Desarrollo elaborado por el extinto Instituto
Nacional de Planificación (INP) que formula cuál
debía ser el desarrollo para las futuras regiones del
país. Esto permitió finalmente definir el nuevo
marco de descentralización aprobado en el Gobierno Aprista
de Alan García Pérez (1985- 1990)
eligiéndose por primera vez 11 gobiernos regionales (5 en
1989 y 6 en 1990). Esto lamentablemente fue desactivado por el
gobierno de Alberto Fujimori (1990- 2001) después del
autogolpe del 5 de abril de 1992 retrocediendo a más de un
siglo una serie de esfuerzos para realizar la
descentralización.

EL
RETROCESO DE LA DESCENTRALIZACIÓN EN EL GOBIERNO DE
ALBERTO FUJIMORI

Alberto Fujimori destruyó la
descentralización formando un Estado hipercentralista
mencionando a Manuel Dammert Ego Aguirre. Según
este importante sociólogo Peruano, el Gobierno central de
ese entonces anula las 11 regiones creadas en el Gobierno Aprista
reemplazándolas por los Consejos Transitorios de administración Regional (CTAR) asumiendo
las mismas funciones de los Gobiernos eliminados hasta que se
elijan a nuevas autoridades.

Con la creación del Ministerio de la Presidencia
(MIPRE) en el año 1992, los CTARES toman más poder
debido a que el MIPRE se convierte en el ente coordinador con las
regiones proporcionándoles más recursos.
Según la constitución aprobada en 1993, las
autoridades de los CTARES debían ser elegidas en el
año 1995. Esto no se dio por razones autoritarias y
centralistas admitiendo más bien la creación de 12
CTARES más de las 12 ya existentes. Vale decir que todos
los departamentos del Perú debían ser convertidos
en regiones administradas por el Poder Central.

El presidente Regional era elegido por el Presidente de
la República y esta autoridad
acordaba con un Consejo de Coordinación conformada por los alcaldes
provinciales. De este modo, se eliminaba al Gobierno Regional
como el segundo nivel del Gobierno dando cabida a un Estado
centralista instalado en la hipercefálica Lima.

Con respecto a los Gobiernos Locales (entes Provinciales
y municipales), el régimen corrupto buscaba subordinar a
las municipalidades quitándoles responsabilidades y
entregándoles programas
asistenciales buscando así la dependencia de ellas
alrededor del Centro Nacional. Estos programas son:

El Instituto Nacional de Fomento Educativo
(INFES)

* Programa Nacional
de Asistencia Alimentaria (PRONAA).

* Programa Nacional de Agua Potable
(PRONAP)

* Fondo Nacional de Compensación y Desarrollo Social
(FONCODES).

De este modo, estas funciones que eran de responsabilidad de los Gobiernos Locales pasan a
manos del Gobierno Central desmantelando en sus funciones a los
municipios. Quiero añadir que estas políticas se
hicieron para que los habitantes de las provincias se
convirtieran en sujetos pasivos dependientes para que a
raíz de todo lo que haga el Ejecutivo, voten nuevamente
por el Gobernante por las funciones que este estaba realizando a
favor de estas provincias. Con ello se mantenía la
legitimidad del Poder y las Autoridades elegidas simplemente iban
a servir de pantalla formándose así las clientelas
y prebendas que tanto daño
hacen al país.

LA
DESCENTRALIZACIÓN EN EL PERÚ EN EL SIGLO
XXI

Luego de 11 años de dictadura, en
el Gobierno del presidente Alejandro Toledo se eligen por
votación popular los 25 Gobiernos Regionales que tiene
actualmente el Perú; es decir, que los departamentos se
convierten en regiones y que a partir de ello, tanto las CETARES
como el Ministerio de la Presidencia quedan completamente
desactivadas. A partir de las elecciones municipales y regionales
en el año 2002, se inician nuevas reformas para enrumbar
una nueva república descentralista.

Las funciones del Gobierno Central debían ser la
de Seguridad,
Defensa Nacional, Estabilidad Económica, promoción del desarrollo del empleo, etc.
Al Gobierno regional le tocaba el rol fundamental de promover el
desarrollo mediante grandes proyectos de
infraestructura. Además debe ser la institución
impulsora del desarrollo de la región atrayendo a
capitales extranjeros. Finalmente la labor de los Gobiernos
Locales debían ser los servicios y la
preocupación por programas sociales, llámese
salud,
educación, etc.

Luego con la creación de los Consejos de
Coordinación Regional (CCR) y Consejos de
Coordinación Local (CCL), la aprobación de los
Presupuestos
Participativos, la creación de organismos de
participación, etc. la descentralización se va
consolidando en el Perú; sin embargo, considero que este
proceso está incompleto debido a las siguientes
razones:

* La superposición de competencias por la
razón de que las funciones del Gobierno Regional y Local
han sido tergiversadas por las actuales autoridades. Muchas veces
se confunden las funciones de los alcaldes y los Presidentes del
Gobierno Regional debido al desconocimiento de ellos en sus
labores. Vemos que los Gobiernos Regionales no cumplen con sus
labores de ser promotoras del desarrollo convirtiéndose en
organizaciones
burocráticas que administran los recursos otorgados por el
Ejecutivo.

* El Perú todavía sigue siendo un
país altamente centralizado ya que según
8Efraín Gonzáles de Olarte, Lima
concentra el 29% de la población nacional, produce el 48%
del PBI nacional, se genera el 55% del ingreso nacional, produce
el 70% del PBI industrial, concentra el 52% de los servicios
gubernamentales, recauda más del 90% de los Impuestos. Ante
esto, las regiones solo reciben algo más de un 15% del
presupuesto
nacional convirtiéndolos en meros receptores de los
ingresos del
Poder Central.

* Escasa participación de los ciudadanos en los
asuntos de los Gobiernos Locales y Regionales.

* Instituciones
Burocráticas ineficientes que impiden un verdadero proceso
de descentralización.

Ante esto se necesitan de propuestas de solución
que formen regiones que funcionen de manera eficaz y eficiente
mediante:

1.- La formación y consolidación de
regiones que se sustenten de manera autónoma afrontando
competitivamente los nuevos retos de la
globalización. Esto se logrará creando
macroregiones poderosas con un sustento político,
económico y cultural.

2.- La definición clara de funciones del
Gobierno Regional y Local permitiendo cumplir sus roles
adecuadamente.

3.- Desconcentrar los recursos de Lima a las
regiones brindando mayor poder de decisión de estos
organismos en la toma de
decisiones. Esto se logrará con la voluntad
política de los gobernantes de turno y el papel
fundamental de los legisladores de la
república.

4.- Incrementar la participación ciudadana
a la población brindando incentivos desde
el CCL y CCR a que tomen decisiones pertinentes. Estos incentivos
pueden ser económicos otorgándoles dinero para
desarrollar y financiar sus distintas organizaciones,
también brindándoles no solo el derecho de opinar,
sino de votar en la toma de decisiones, asistir a programas de
capacitación, etc.

5.- Reformar a las instituciones
burocráticas del Estado con sendas reingenierías
permitiéndoles ser más productivas y competitivas
en esta nueva sociedad llamada de las Información y el
Conocimiento.

Con estos elementos podemos consolidar una
república descentralista que durante más de un
siglo le fue esquivo al Perú. Antes de finalizar este
ensayo, deseo
hacer la comparación de nuestro país con
relación a otros países en Latinoamérica mostrándoles la
organización política que rigen a las distintas
democracias en la región.

ESTRUCTURA POLÍTICA DE ALGUNOS ESTADOS
DESCENTRALIZADOS EN AMÉRICA LATINA

PAÍS

SISTEMA DE GOBIERNO

NIVEL DE GOBIERNO

FORMA DE ELECCIÓN DE LOS NIVERLES DE
GOBIERNO

   

ARGENTINA

   

Estado representativo, republicano y
federal

   

Gobierno Nacional,

Gobiernos Provinciales, municipales y
comunas

El presidente es elegido por sufragio universal por 4 años con
posibilidad de reelección. La provincia cuenta con
su propia constitución política y su
autoridad máxima es el Gobernador elegido por 4
años. Los municipios y las comunas son regidos por
los intendentes y los concejales respectivamente elegidos
por sufragio directo con un período de 4
años con posibilidad de
reelección

   

BOLIVIA

   

Gobierno Unitario

 Nación,

departamentos, provincias y secciones

Elección del presidente por sufragio
universal por 4 años. Designación
presidencial al Prefecto (departamento), subprefecto
(provincia), corregidores (cantón).
Elección directa de alcaldes por 5
años

   

BRASIL

   

República Federativa, Estado de
Derecho

   

Nación, Estados y municipios

El presidente de la república es elegido
democráticamente por sufragio universal para un
período de 5 años. Los gobernadores son los
representantes de los estados federados elegidos por un
período de 4 años. Los municipios
(prefeitos) son elegidos por sufragio universal por 4
años y están considerados dentro de los
Estados Federados

  

COLOMBIA

País descentralizado unitario. Estado de
derecho democrático

Nación, departamento y
municipio

Elección directa del presidente por 4
años. Los Gobernadores,

Asambleas Departamentales, Alcaldes, Concejos
Municipales y Juntas Locales (3 años)

CHILE

Estado Unitario

  

Nación, Gobierno Regional,
Municipalidad

Votación Universal al presidente por 6
años. El Gobierno Regional (Intendente) y
Municipal (Gobernador) son elegidos por el presidente de
la República bajo el título de cargo de
confianza. El Concejo Regional es elegido por los
Concejales Municipales y el alcalde (repr. del concejo
municipal) es elegido directamente por 4
años

PERÚ

Estado unitario, representativo y
descentralizado

Nación, Gobierno Regional, Gobierno
Local

El presidente es elegido directamente por un
período de 5 años con posibilidad de
reelección. El Gobierno Regional y Municipal son
elegidos por sufragio universal por un período de
5 años

Descentralización y Desarrollo
Local

Haciendo un análisis comparativo entre los distintos
países de América
Latina, nos damos cuenta que nuestro país ha hecho
avances significativos en el tema de descentralización en
los últimos años. El Perú es un Estado
Unitario y en la década de los 90 fue considerado como uno
de los países más centralizados debido a las
políticas del nefasto gobierno de Alberto Fujimori. Con la
elección del Gobierno Democrático de Alejandro
Toledo, el país se descentralizó de una manera
rápida permitiendo elegir a las autoridades regionales por
sufragio universal por un período de 5 años. Sin
embrago sus ingresos a nivel Local y Regional no pasan del 15% lo
cual es un hecho que debe preocupar al actual Gobierno Central.
Países como Brasil y Argentina son los que más han
avanzado en temas de descentralización
(paradójicamente ambos Estados son Federales). Sus
ingresos llegan alrededor del 45% y ambos países cuentan
con Estados (caso de Brasil) y Provincias (caso de Argentina) que
cuentan con su propia constitución autónoma. Otro
país que ha hecho importantes adelantos en el tema de
descentralización es Bolivia.

Si bien es cierto todavía sigue siendo un Estado
centralista, los ingresos de los departamentos y provincias
están llegando al 20%. Este caso es parecido al de
Colombia ya
que en los últimos años (sobretodo en la
década de los 90) sus ingresos en los Gobiernos
Departamentales están llegando al 40%. Un país que
ha avanzado poco en descentralización es Chile. Si bien es
cierto se están haciendo debates para la elección
popular de los Gobiernos Regionales, las autoridades regionales
aun siguen siendo elegidas por mandato del presidente. Es
más, los ingresos de los Gobiernos Locales y Regionales
solo llegan aproximadamente a un 10% a comparación del
Gob. Central que acapara el 90% del Ingreso Nacional.

Para concluir este ensayo, quiero mencionar una frase de
Manuel Dammert "La descentralización, tal
como la concebimos, consiste en una redistribución
democrática del poder en el territorio de una

nación. Supone, requiere y expresa una Reforma
del conjunto del Estado y de sus relaciones con el territorio y
la sociedad. Este enfoque territorial, es lo que constituye la
novedad básica del actual proceso de reforma, pues las
propias condiciones y exigencias del desarrollo nacional obligan
a superar su concepción de sólo una reforma
político institucional, para entrelazar el cambio en el
Estado con el necesario desarrollo de los territorios. De la
manera como se relacionen ambos aspectos depende del destino de
esta reforma pendiente"

Esta frase de Dammert es muy importante debido al
compromiso que tiene el Estado con su propia nación.
No se puede constituir un Estado Democrático y Moderno si
no existen las condiciones de elaborar un plan de desarrollo
dentro de las instancias regionales y estatales. Ante esto, solo
nos queda la atenta mirada de seguir afrontando este reto en
pleno siglo XXI enfrentando competitivamente la actual
sociedad globalizada del conocimiento y
la información.

La
Descentralización del Poder en el
Perú

A lo largo de la historia, la
descentralización del Poder del Estado peruano ha sido
como una procesión, pero con la peculiaridad que, se
avanzaba un paso y se retrocedían dos.

Ha sido pues, un proceso de marchas y de
contramarchas.

Queda claro que el triunfo de los Unitaristas frente a
los Federalistas, a inicios de la vida republicana,
respondió al hecho que Lima era el centro del Poder
virreinal y, como tal, tenía que seguir concentrando el
poder, en desmedro de los pueblos del interior del Estado que
surgía.

A diferencia de lo que ocurrió en otras
latitudes: la Gran Colombia (Venezuela)
adoptó un modelo
federal, porque la situación de los llaneros era
diferente, ellos sí se habían ganado una causa para
descentralizar el poder, sus libertades dependían en suma
del destierro de los españoles que concentraban el poder
en Lima, por lo que, descentralizar el poder, fue efecto natural
de la ausencia de los españoles.

Aquí, en suelo peruano,
era inconcebible; durante toda la vida colonial habíamos
adoptado los caracteres de un régimen unitario.

La idea pues, de establecer un Estado Federal
quedó en eso: en una intención.

Los criollos y mestizos, por fin tuvieron el poder de
conducir los destinos de sus tierras. La falta de experiencia
democrática del pueblo peruano y los apetitos de poder de
los generales, condujeron a nuestro país -el que
recién empezaba a gatear- a un Laboratorio de
cual hasta ahora no ha salido; toda la historia de nuestro
país está marcada por experimentos en
lo que se refiere a la Descentralización del
Poder.

Cada gobierno hizo lo que le pareció más
conveniente.

Un gobierno constituía Concejos Departamentales
o, Juntas Departamentales, dotándolos de autonomías
fiscales, administrativas y, el nuevo gobierno, se traía
abajo mediante decreto, todo el esfuerzo del gobierno
anterior.

¿Será posible que, alegando a la
descentralización y a la libre determinación de los
pueblos, los pueblos del interior de nuestro país, quieran
constituirse como estados independientes y soberanos?

Queda claro que, más allá de las buenas
intenciones de un Estado Unitario descentralizado, los pueblos
del interior del país, no puedes disparase por sus
lados.

No cabe duda que el modelo de Estado Federal del
Constitucionalismo Norteamericano se adelanta a todas las
jugadas; les da plenas autonomías políticas,
administrativas, normativas, económicas, fiscales a sus
Estados – miembro, pero por otro lado los amarra en una suerte de
compromiso que juraron cuando se dieron la Constitución de
la Unión o del Estado Federal.

Sin embargo por estas latitudes ocurre lo contrario: las
regiones del interior del país ni gozan de
autonomías pero muy bien que quieren proclamar sus
independencias.

El corolario sería que, falta independizar
-paradójicamente- a los pueblos del interior del
país, de quienes se independizaron de los
españoles; falta independizar a las provincias de Lima.
Lima alcanzó su libertad,
¿también las provincias?

Los argentinos, los chilenos, los grancolombianos,
sí consiguieron sus objetivos
porque sumaron causas para desterrar a los españoles y
tener así sus autonomías; no fueron los peruanos
los que libraron Junín y Ayacucho, gran parte fueron
colombianos y venezolanos.

La descentralización seguirá siendo un
Laboratorio si es que no incluimos en el proceso a todos los
peruanos. Obviamente el proceso tiene que se conducido por
quienes estén más capacitados y, para eso se
necesita de gente bien intencionada.

El asunto, viéndolo bien, es más
técnico que político; por desgracia, siempre se ha
abordado desde el ángulo político.

La descentralización siempre ha estado en la
agenda de la vida política nacional. Es una tarea
pendiente, porque lo único que ha vivido nuestro
país en materia de
descentralización, han sido experimentos. Nunca ha
existido una voluntad concertada por descentralizar el poder
político; siempre las decisiones han sido tomadas
arbitrariamente por los gobiernos de turno, implementando la
descentralización de acuerdo a sus ópticas
particulares.

La descentralización resulta ser "? nuestra
promesa republicana?" como dijera Pedro Planas, es una promesa no
cumplida, hasta ahora; ha sido un tema central tanto en el debate
académico y político como en las movilizaciones
sociales y populares.

La Descentralización es una política que
se enmarca dentro de lo que significa la urgente Reforma del
Estado que necesita implementar nuestro país -dicho sea de
paso-. La descentralización, incluso, debe ir de la mano
con el desarrollo de sectores exportadores; la Región Ica
(Departamento) es un claro ejemplo de cómo ha emergido una
clase
empresarial agroexportadora, que ha convertido a la tierra del
Sol eterno en la vedette de las exportaciones en
nuestro país.

Una verdadera descentralización debe simplificar
la
administración estatal, y no por el contrario, crear
una nueva burocracia que,
lo único que conseguiría, sería alejar al
ciudadano del Poder del Estado. La descentralización,
implica varios componentes, como: gestionar el territorio
adecuadamente, fortaleciendo a las sociedades
locales y regionales y, sobretodo, democratizar el ejercicio del
Poder.

La concentración del Poder en un solo centro no
garantiza la convivencia democrática; los detentadores del
poder adoptan posturas dictatoriales y autoritarias y,
generalmente, no están sujetas a cierto control o
fiscalización.

Sobretodo, la acumulación de poder engendra
corrupción, reflejada en los gobiernos
centralistas y autoritarios; pero en esencia, la administración
pública, engendra este flagelo. No existe sociedad que
no conviva con este mal endémico, que destruye las bases
morales de una sociedad, con su Estado de Derecho; pero en
algunas, es ya una práctica institucionalizada.

Los peruanos no confían en sus funcionarios, en
sus servidores
públicos, en sus jueces, en sus legisladores, mucho menos
en sus policías -los que deberían de brindar
confianza, toda vez que son los encargados de hacer respetar la
ley y prestar
seguridad ciudadana-.La clásica en nuestro país es
que cada vez que un Presidente concluye su período
constitucional, le empiezan a llover una serie de denuncias, de
cargos en su contra y de procesos
judiciales y, el nuevo Presidente, comienza con una
cacería de brujas hacia los funcionarios del anterior
régimen; ni qué decir de quienes salvan la
responsabilidad del Presidente de la República, es decir,
los Ministros de Estado; a éstos personajes también
los vemos desfilar por los pasillos del Poder
Judicial.

La idea que le vende a la sociedad esta gente que
ostenta poder, es que siempre el más vivo, el que no
cumple la ley, se sale con la suya. Así están
construyendo las bases de ésta sociedad, una sociedad
carcomida por los vicios de la corrupción, la que se encuentra en todas
las esferas.

Es por eso de vital importancia llevar adelante una
Reforma del Estado con una verdadera descentralización,
para evitar el abuso y la arbitrariedad del ejercicio del
Poder.

Volviendo al tema que nos interesa, el asunto es
¿cómo distribuir el Poder territorialmente?;
doctrinariamente conocemos dos formas de cómo organizar el
territorio, de acuerdo a la asignación del Poder; estas
formas son: el Estado Unitario y el Estado Federal, aunque la
otra forma es el Estado de la Confederación.

Nuestro país es un Estado Unitario; la
característica fundamental del Estado Unitario es la
concentración o centralización de la administración del Poder en un centro; pero
eso no quiere decir que el Estado Unitario acondicione
democráticamente la administración de ese
único poder con ciertas autonomías (normativa,
ejecutiva, administrativa, económica, política) al
interior del propio Estado; éste es ejemplo del Estado
Unitario descentralizado, que es a lo que debemos
aspirar.

En el Estado Federal, el ciudadano está vinculado
a dos ordenamientos jurídicos: el de la Unión y el
del Estado Miembro. Un Estado Federal es la sumatoria de Estados
-previamente constituidos- que, al proclamar la
Constitución de la Unión (fundación del
Estado Federal) pierden automáticamente sus respectivas
soberanías y se las otorgan -todos por igual- al Estado
Federal; pero eso no implica que pierdan sus autonomías;
allí radica el carácter descentralista del Estado
Federal.

Con la Confederación, se da la figura que, los
Estados miembros siguen siendo soberanos, por lo tanto pueden, en
el ejercicio de sus soberanías, separarse de la
Confederación.

¿Quién conoce mejor los problemas de
Piura, de Arequipa o, de Tacna?, ¿los conoce un
señor de Lima o los conocen mejor los pobladores de
aquellos lugares?; eso es descentralizar, otorgarle el poder a
quienes conocen mejor la realidad de sus localidades, de sus
regiones, para que tomen las decisiones acertadas; es
difícil que un funcionario de Lima tome una
decisión acertada, porque no vive y no palpa la
realidad.

La mayoría de gobiernos han considerado a los
gobiernos locales y regionales como sus simples intendencias,
nombrando a dedo -desde Lima- a sus responsables; desde los
Organismos de Desarrollo, las Corporaciones, hasta los Consejos
Transitorios de Administración Regional, los que tan solo
han sido "Mesas de Parte del Gobierno Central", porque no
podían decidir nada, simplemente tramitar algunos pedidos
que se resolvían en Lima y no en las localidades y
regiones de origen; eso no es descentralización, eso es
desconcentración, una simple estrategia del
centralismo de
los gobiernos de turno, para mantener el ejercicio centralizado
del poder, mediante la creación de corporaciones que les
son subordinadas. la descentralización no es que Lima
invierta en lugares alejados, sino que esos lugares decidan en
qué invertir.

Por eso necesitamos entes que sean capaces de
administrar sus propios recursos, con autonomías
económica y administrativa y, con el poder de
decisión. Generalmente son los gobiernos autoritarios, los
que tratan de concentrar todo el poder; todas las decisiones
pasan por sus manos. La descentralización incluso se puede
visualizar, cuando vemos que es El Presidente de la
República quien inaugura un puente en una localidad
lejana, pudiendo ser el Alcalde de aquella zona; a esos extremos
llega el centralismo, a esos niveles de protagonismo
político.

Y el centralismo no solo perjudica a los pueblos
alejados, sino también a la ciudad en la que se asienta
todo el poder; fenómenos como la migración del
campo a la ciudad, son los que la perjudican; así se dan
las invasiones -en campos del cultivo en la mayoría de
ocasiones- y nacen los pueblos jóvenes, los que no cuentan
con los servicios básicos de agua potable,
de alcantarillado, de luz, de
infraestructura básica; ¿cómo va a atender
esas demandas el poder centralizado?; así Lima se siente
asfixiada.

El hecho de repartir el poder a instancias inferiores,
no quiere decir que esas instancias se desliguen de la
visión nacional porque, nuestro país va a seguir
siendo un Estado Unitario; es por eso que las perspectivas de
desarrollo nacional, deben de recoger las perspectivas locales y
regionales; son éstas las que deben alimentar ese Gran
Proyecto Nacional, tantas veces postergado por las coyunturas
políticas y por las diferencias de nuestra clase
política.

Los gobierno locales gozan de tradición; existen
-incluso- desde antes del nacimiento del Estado peruano, es
decir, desde la colonia; posteriormente las Juntas
Departamentales y los Consejos Departamentales, se constituyeron
en el nivel interlocutor entre el gobierno central y los
gobiernos locales; apuesto por una descentralización que
siente sus bases en los gobiernos locales y, en los actuales
departamentos como Región -o como quieran
llamarlos-.

La mayoría de experiencias de gobiernos
subnacionales o subestatales, han tomado como base a las
circunscripciones departamentales, como fueron los casos de las
Juntas Departamentales de 1823, 1828, 1856 y, 1867 ó, los
Concejos Departamentales de 1873 y 1933; por eso, está
más arraigado en las conciencias populares el concepto de
Departamento.

Actualmente en nuestro país se está dando
un proceso de regionalización -para algunos impuesto desde el
CND-; por lo que es importante que no confundamos a la
descentralización con la regionalización; mientras
la primera es la democratización del ejercicio del poder a
través de una distribución del mismo a niveles
subestatales, la segunda, es una forma, una de las tantas formas
que se han ideado, para implementar la descentralización,
uno de los tantos experimentos.

El debate nacional sobre la descentralización es
tan amplio, que no todos hablan el mismo lenguaje; hay
tantas posiciones al respecto que, hay quienes hablan de
macroregionalización, otros de regionalización,
inclusive de departamentalización y, de
municipalización; hay tantas propuestas como ofertas
electorales. Tanto es el discurso que
se vende, que el común de los peruanos ha llegado al
extremo de no saber identificar qué es realmente la
descentralización y la confunden con esto que llaman
regionalización.

Son cosas diferentes y no podemos caer en la
irresponsabilidad de confundir a la sociedad peruana.

Se pretende integrar a las circunscripciones
departamentales afines, en un nuevo núcleo de poder al que
se va a denominar Gobierno Regional ?cuando transitoriamente los
Departamentos han venido funcionando desde el 2003 como Gobiernos
Regionales; esto es una clara muestra de
cómo se está confundiendo a la sociedad, no
sé si para atender a intereses subalternos; pero no se dan
cuenta que lo único que van a conseguir es alejar cada vez
más a la ciudadanía del Poder de decisión y,
van a crear más burocracia, cuando la tendencia es acercar
el poder a la ciudadanía y reducir al Estado para hacerlo
más eficiente.

Van a desaparecer las identidades ya configuradas y
formadas -sobre la base de los departamentos y las provincias
(Gobiernos Locales)-, al crearse estos monstruos; si a las
finales somos un Estado Unitario ¿para qué
complicarnos?, tomemos a los Departamentos y a los gobiernos
locales, como la base de un verdadero proceso de
descentralización, y esto no quiere decir que las
provincias de diferentes departamentos hagan negocios entre
ellas mismas; al final todos seguiremos siendo peruanos,
¿o no?.

Lo que se necesita, es una verdadera voluntad
política y acción
ciudadana, porque la descentralización no es una idea que
tenga dueño, no es propiedad de
un
grupo político; es el anhelo de la
nación peruana.

LA DESCENTRALIZACIÓN EN AMÉRICA
LATINA

La principal causa de la descentralización en los
diferentes países de América
Latina se da como consecuencia de la crisis presentada a
comienzos de la década de los ochenta, en la que los
gobiernos centrales se ven imposibilitados para responder de
manera menos que eficiente a las crecientes demandas de la
sociedad
civil, es entonces cuando deciden aceptar la propuesta de
trasladar gran parte de las responsabilidades a los gobiernos
subnacionales, propuesta esta, presentada por una
reestructuración de la economía en el
ámbito mundial, que propone una redistribución del
poder de gestión y financiero, acompañado por una
democratización en la escogencia de los gobernantes
regionales y locales, en busca de una mejor asignación de
los recursos en favor de la equidad.

Por esta razón los países de
América Latina comienzan, cada uno, a implementar una
serie de reformas políticas (nuevos sistemas de
representación y de participación de la sociedad
civil), administrativas (dotar a los municipios y las regiones de
mayores atribuciones, funciones y competencias) y presupuestarias
(incremento de recursos propios para los gobiernos subnacionales
o de nuevas transferencias del gobierno central), que inician el
proceso de descentralización, rompiendo con una fuerte
tradición centralista proveniente desde épocas de
la independencia.

 Pero la descentralización, especialmente en
países en vía de desarrollo, no es un proceso
sencillo, exige una serie de condiciones, que de no tenerse en
cuenta, pueden hacer que el proceso se revierta y se llegue a una
situación totalmente opuesta de la que se está
buscando.

CONCLUSIONES GENERALES

* La participación ciudadana en los procesos de
definición de políticas públicas,
conjuntamente con los conceptos de descentralización y
gobernabilidad han venido a formar parte de lo que se denominan
nuevos paradigmas,
adquiriendo esta mayor relevancia cuando se articula con las
corrientes descentralizadoras.

* La descentralización es un proceso en el que
"el gobierno central transfiere el poder y la autoridad a otras
instituciones o a los gobiernos locales para que éstos, de
acuerdo con las necesidades locales específicas, planteen
sus propios proyectos de desarrollo, los lleven a cabo y los
evalúen".

* Una descentralización democrática reside
en la transferencia de poder desde el Gobierno Central hacia los
gobiernos locales así como también en la
posibilidad de participación ciudadana en la
gestión de estos últimos.

* La descentralización desde la perspectiva que
privilegia la municipalización, es decir, se concibe la
descentralización como un proceso de transferencias de
competencias y recursos lo cual implica una distribución
de poder, decisiones y capacidades desde el nivel central hacia
los gobiernos locales.

* Los procesos de descentralización son una
oportunidad para fortalecer la ciudadanía y contribuir a
la gobernabilidad en el ámbito local.

* La gobernabilidad local está condicionada por
la legitimidad de las políticas que se aplican. Por el
respaldo a la gestión local, por la representatividad
política de los actores locales, y por la
institucionalización de la participación
democrática de una gran variedad de actores
políticos y sociales. La práctica de la
gobernabilidad local a nivel municipal, es pues fundamental para
la democratización del Estado, de la sociedad y del
territorio".

* Entre los factores que favorecen la
descentralización a nivel nacional, podemos señalar
lo siguientes:

– Legitimidad del gobierno local.

– Relación respetuosa entre el gobierno local y
el gobierno central.

– Existencia de organizaciones de la sociedad civil
dispuestas a participar de manera articulada con el gobierno
local.

– Que el gobierno local cuente con recursos suficientes
para cumplir con sus obligaciones y
con las demandas de la población.

– Procesos de descentralización política y
económica del gobierno central hacia los gobiernos
locales.

– Existencia de un marco legal que favorezca la
participación ciudadana.

– Transparencia en la gestión
municipal.

Respeto por parte
de los diferentes actores a los acuerdos
contraídos.

– Responsabilidad ciudadana.

– Concertación o consenso alrededor de proyectos
comunes.

– Disposición de las autoridades para promover
procesos de participación.

* La descentralización corresponde a la sociedad
civil la responsabilidad de trabajar desde el nivel local,
desparramando conciencia
ciudadana, contribuyendo a elevar el nivel del liderazgo
comunitario y estableciendo alianzas con los sectores sanos de
los gobiernos locales para aislar el centralismo y la
corrupción y construir una verdadera democracia
participativa.

RECOMENDACIONES

El proceso de descentralización es una
oportunidad de desarrollo así como de afirmación de
la gobernabilidad democrática y de construcción de
ciudadanía.

Este proceso recoge una vieja aspiración de los
pueblos del interior del país en sus esfuerzos por superar
una situación de exclusión y atraso
económico que tiene como una de sus principales causas al
centralismo político y económico.

Consideramos que para entender la
descentralización, es necesaria asumirla como un proceso
gradual y progresivo. Y en esta apuesta que Calandria se
propone:

Aportar en la identificación de las oportunidades
y estrategias para
promover la participación ciudadana en la
descentralización, así como brindar
información para incorporar adecuadamente este tema en la
agenda de los medios de
comunicaciones
locales, regionales y nacionales.

Lic. Luis Alfredo Alarcón
Flores

Partes: 1, 2
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