En este trabajo
reúno información acerca de algunas obras
literarias en las que aparecen inmigrantes japoneses que llegaron
a la Argentina. Incluyo, asimismo, testimonios acerca de esta
colectividad.
Introducción
"En 1886 llegó a nuestro país Kinzo
Makino, el primer inmigrante japonés. A partir de 1920 la
llegada de japoneses se hizo frecuente y la colectividad
creció y se crearon colonias. Algunos se radicaron en
Misiones; otros muchos en la provincia de Buenos Aires. Se
dedicaron a la floricultura (en Florencio Varela, José C.
Paz y Escobar, entre otros centros), fruticultura y horticultura"
(1).
En el Centenario, "ya existía una comunidad
importante de japoneses. Eran alrededor de mil. Pero no
ejercían el oficio de tintoreros, sino el de mucamos. La
aristocracia los prefería por su fama de discretos y de
limpios" (2).
"El primer invernadero de esta colectividad fue
instalado en 1925, y en 1940 se fundó la primera cooperativa de
fruticultores. Las plantas
ornamentales se cultivaron y cultivan mayormente al norte de la
ciudad de Buenos Aires, mientras que las flores de corte
prevalecen en el sur" (3).
Respecto de la inmigración en Tigre, afirma Mabel Trifaro:
"En el período que va desde 1870 hasta 1910, que luego se
prolongó en menor escala, fueron
entrando al país gran cantidad de inmigrantes de diversas
procedencias, que llegaron también hasta Las Conchas
(Tigre) y se establecieron formando sus familias. (…) Los
inmigrantes se ubicaron en diferentes lugares del país
según su procedencia, formando colonias.
En el caso del delta, si bien no formaron colonias, se
distribuyeron en los ríos con cierta proximidad los que
provenían de determinadas regiones de Europa. Enrique
Udaondo en su libro
"Reseña histórica del partido de Las Conchas",
menciona que según el Censo de agosto de 1854, la población de Las Conchas era de 960
habitantes, de los cuales: 757 eran porteños, 112
provincianos, 21 españoles, 11 ingleses, 12 franceses, 15
italianos, 2 norteamericanos, 6 portugueses y 20 de otras
nacionalidades. En 1886 encontramos registrados 2500 habitantes,
en 1890 ya son 8370 y así iría
multiplicándose la población con el establecimiento
de los inmigrantes. Podemos destacar de modo general a los
españoles de diferentes regiones en el comercio, los
vascos-franceses en los tambos, los italianos en la industria y la
mecánica, los turcos (sirio-libaneses) en
el comercio itinerante, los japoneses en la floricultura, por lo
que se instalaron en las zonas altas de General Pacheco,
Benavidez y Escobar y éstos también se destacaron
en la industria tintorera. Se desarrolló en el delta,
gracias al impulso de los inmigrantes la fruticultura y la
horticultura, y como necesidad para el traslado de la producción, la mimbrería, la
cestería y debieron multiplicarse también los
aserraderos. La industria naviera tuvo el aporte de importantes
familias de inmigrantes y los astilleros fueron la respuesta a la
demanda
creciente de embarcaciones de diferentes calados" (4).
En "Historia popular de
Burzaco", escribe Daniel Alberto Chiarenza: "A don Ignacio
Irigoyen lo reemplazó el coronel José Inocencio
Arias, quien asumió (como era costumbre) el 1º de
mayo de 1910, siendo su vicegobernador Don Ezequiel de la Serna.
Durante su gobierno se
creó la Escuela
Práctica de Fruticultura y Chacra Experimental de Agricultura en
Dolores. Tal vez el último comentario esté
relacionado con la llegada de los primeros colonos japoneses que
establecieron granjas o se dedicaron a la floricultura,
precisamente, en la zona de Burzaco. (…) Burzaco es una ciudad
que cuenta con una numerosa colonia de inmigrantes japoneses. Tal
es así que la Asociación Japonesa de la Argentina,
desde 1940, tiene su campo de deportes en Roca y Monteverde"
(5).
Afirma Gabriela Bovcon, refiriéndose a Colonia
Urquiza, Provincia de Buenos Aires: "Los japoneses eligieron a la
colonia por la semejanza que esta presentaba con su lugar de
origen (Japón),
y debido al bienestar que encontraron en este sitio, terminaron
por establecerse junto a sus familias y de esta manera lograr una
mejor calidad de
vida, tanto social como económica. (…) Dentro de las
instituciones
hay diferentes escuelas, en una se enseña castellano y en
la otra japonés, en esta última se conserva el
idioma de origen.
La Escuela Japonesa de la Colonia Urquiza en un primer
momento funcionó en una cabaña en el campo de
la familia
Ishihara. Más tarde fue fundada en 1969, y el
establecimiento en el cual funciona actualmente fue inaugurado en
la década del ´90. Hay que destacar, que los
japoneses cuentan con su propio club en la colonia, su
fundación data del 29 de junio de 1963, pero la sede que
se utiliza en la actualidad es de 1971, en 1977 cuando pasa a
llamarse "Asociación Japonesa La Plata" (AJLP), pero su
sede fue inaugurada en 1980" (6).
"Desde el lejano oriente, un puñado de japoneses
iniciaron la peregrinación que culminó en
Oberá en octubre de 1921. La inmigración japonesa
en la Argentina data de principio del siglo XX y tuvo como primer
paso el Frente a la casa.
El arco a la entrada se asemeja al que se utiliza en los
templos de oración. El 12 de octubre de 1921 llegó
a Oberá, junto a su familia, Tokuyi
Kairiyama. Fue él quien alentó a sus compatriotas
para que se afinquen en esta región del país.
Atentos a su ofrecimiento arribaron junto a sus esposas y algunos
con sus hijos: Iumatsu Kairiyama, Takei Sudo, Kunigoro Kamada,
Kataro Otaka, Kinso Suyama, Kikujiro Nishimura, Kakuso Kamada,
Juji Watanabe, Jiro Minoura, Pedro Héctor Higa, Gungi
Nakatsuka, Ken Takakura, Fukikesa Komatsu, Hihashi Miyauchi,
Minoru Higa, Suenaga, Nakabayashi, Goto, Araki, Ogawa, Kisaiti,
Kanno, Mori, Sato, Saito, Okuda, Ohashi y Harada Los japoneses se
dedicaron principalmente al cultivo de yerba mate y té y
al poco tiempo
incursionaron en su industrialización. En 1953 la
comunidad fundó el Club Japonés que cobijó a
más de 300 socios. Con este antecedente, en 1980 la
numerosa colectividad se sumó a la Fiesta en la que
trabajaron casi todas las familias asociadas al club con sede en
Los Helechos, una localidad vecina a Oberá. Casi un cuarto
de siglo después, la colectividad construyó su casa
típica en el Parque de las Naciones. La misma representa
una vivienda tradicional nipona, a la que dotaron de un techo
curvo, propio de los templos de aquél pais oriental. La
parquización típica que rodea la construcción fue trabajo de Harvo
Hishikiori y Alberto Araki. La casa funciona como sede cultural
japonesa en Oberá. (…) Una de las plazoletas de la
transitada avenida Libertad de
Oberá lleva el nombre de Japón. En ella existe una
gran lámpara de piedra, comunes en las plazas y parques de
aquel país asiático. La misma fue diseñada
por el ingeniero parquista Yasvo Inomaia. La plazoleta tiene
similares características del Jardín Japonés
de Buenos Aires, creación del mismo artista"
(7).
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