- Biografía
- Introducción
- Su obra
"Enquiridion", cap. 11 - El
Bien - En las
confesiones - Conclusión
- Bibliografía
Presentación
San Agustín es considerado unos de los Padre de
la Iglesia, por
haber vivido durante el primer periodo de la historia de la Iglesia, por
haber llevado una vida santa, y sus escritos están libres
de errores doctrinales y principalmente propone una defensa de la
doctrina cristiana, como también una explicación y
profundización destacada de ella. Considerado como el
fundador de la teología cristiana. Para muchos es
calificado como filósofo, pero filósofo
cristiano.
En cuanto a la Ética, San
Agustín parte de que la naturaleza
humana está herida por el pecado original pero no
destruida, la gracia de Dios la fortalece y le ayuda a alcanzar
mejor su fin, pero ella conserva su capacidad de orientarse sola
al bien.
La primera idea ética
cristiana descansa en la regla de oro: "Lo que
quieras que los hombres te hagan a ti, házselo a
ellos".
Por ello cuando San Agustín toma el tema del bien
lo hace en esta perspectiva, Dios es el Sumo Bien y lo participa
a sus creaturas. Los hombres son buenos, pero por
participación.
Uno de los puntos fuertes de la ética en San
Agustín fue la oposición al maniqueísmo, una
secta o movimiento de
origen persa que mantenía que el bien y el mal (la
luz y la
sombra) eran fuerzas opuestas que luchaban por el dominio absoluto.
El maniqueísmo tuvo mucha aceptación en los siglos
III y IV d.C. San Agustín, fue maniqueo en su juventud pero
abandonó este credo después de recibir la
influencia del pensamiento de
Platón.
Tras su conversión al cristianismo
en el 387, intentó integrar la noción
platónica con el concepto
cristiano de la bondad como un atributo de Dios, y el pecado como
la caída de Adán, de cuya culpa una persona
está redimida por la gracia de Dios.
En este trabajo de
investigación analizaremos el tema sobre
"El bien" en San Agustín. Expondremos en primer lugar la
biografía
de San Agustín, para luego hacer una referencia a la
importancia que tuvo en su época. Luego abordaremos el
tema del Bien en sus escritos; de manera especial en tres de sus
obras: Las Confesiones, de Natura Boni, Enquiridión, cap.
11.
Biografía
San Agustín de
Hipona, teólogo cristiano, el más grande de los
Padres de la Iglesia y uno de los más eminentes Doctores
de la Iglesia occidental.
Agustín nació en el año 354 en
Tagaste, África.
Es una de las figuras más importantes y de mayor
autoridad del
periodo patrístico, además es fuente de
inspiración para pensadores de todas las
épocas; es y fue admirado por cristianos y no
cristianos, por aquellos que compartieron sus ideas, y por
aquello que no. San Buenaventura dijo de él: "Nadie ha
dado más satisfactorias respuestas a los problemas de
Dios y del alma que San
Agustín".
Inspirado por el tratado filosófico Hortensius,
del orador y estadista romano Marco Tulio Cicerón, se
convirtió en un ardiente buscador de la verdad, estudiando
varias corrientes filosóficas antes de ingresar en el seno
de la Iglesia.
Durante nueve años, desde el 373 hasta el 382, se
adhirió al maniqueísmo, filosofía dualista
de Persia. El maniqueísmo le pareció una doctrina
que podía corresponder a la experiencia y proporcionar las
hipótesis más adecuadas para
construir un sistema
filosófico y ético. Además, su código
moral no era
muy estricto; Agustín recordaría posteriormente en
sus Confesiones "Concédeme castidad y
continencia, pero no ahora mismo". Desilusionado por la
imposibilidad de reconciliar ciertos principios
maniqueístas contradictorios, abandonó esta
doctrina y dirigió su atención hacia el escepticismo.
Hacia el 383 se trasladó de Cartago a Roma, pero un
año más tarde fue enviado a Milán como
maestro de Retórica. Aquí se movió bajo la
órbita del neoplatonismo y conoció también
al obispo de la ciudad, san Ambrosio, uno de los
eclesiásticos más distinguidos en aquel momento.
Fue entonces cuando se sintió atraído de nuevo por
el cristianismo. Un día, por fin, según su propio
relato, creyó escuchar una voz, como la de un niño,
que repetía: "Toma y lee". Interpretó esto como una
exhortación divina a conocer las Sagradas Escrituras y
leyó el
primer pasaje que apareció al azar: "… nada de comilonas
y borracheras, nada de lujurias y desenfrenos, nada de
rivalidades y envidias. Revestíos más bien del
Señor Jesucristo, y no os preocupéis de la carne
para satisfacer sus concupiscencias" (Rom. 13, 13-14).
En ese momento decidió abrazar el cristianismo.
Fue bautizado con su hijo natural por Ambrosio la víspera
de Pascua del año 387. Su madre, que se había
reunido con él en Italia y que
moriría poco después en Ostia, se alegró de
esta respuesta a sus oraciones y esperanzas.
Regresó al norte de África y, tras ser
ordenado sacerdote en el 391, fue consagrado obispo de Hipona (en
la actual Annaba, Argelia) en el 395, dignidad que
desempeñaría hasta su muerte.
Agustín falleció en Hipona el 28 de agosto del
430.
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