Empresas transnacionales e integración en América Latina y el Caribe: principales problemas y perspectivas
- Resumen
- A manera de
presentación - Las empresas transnacionales y
la integración latinoamericana y del
Caribe - Las
empresas transnacionales latino caribeñas
integradas - Las
Translatinas: copia de las empresas transnacionales
capitalistas - El
ALBA y la necesidad y posibilidad de nuevos tipos de empresas
latino-caribeñas integradas
Resumen
El modelo de
desarrollo por
"Sustitución de importaciones"
para América
Latina y el Caribe diseñado por la CEPAL en los
años 50 del siglo pasado, contemplaba tres aspectos
fundamentales para lograr un determinado desarrollo de la
economía y
disminuir la dependencia económica: estimulación de
la inversión
extranjera directa que facilitara ese desarrollo y que
transfiriera tecnología a
través de las empresas
transnacionales (ETN); sustitución de importaciones unida
a la estimulación de las exportaciones y
finalmente, la integración regional que proporcionara
mercados
ampliados para sus niveles de producción. Sin embargo las ETN han
utilizado los diferentes acuerdos de integración
latinoamericanos por medio de la llamada "Liberalización
económica" para que sirvan completamente a sus intereses,
mientras que la región sigue siendo atrasada, tiene una
posición desventajosa en el comercio
internacional y sus pueblos siguen padeciendo graves problemas
económicos y sociales.
Surge entonces hoy la necesidad de un proceso
integracionista renovado propiamente latinoamericano y
caribeño que emane de sus propios intereses y no de las
imposiciones de otras regiones, que no solo tenga un
propósito comercial y económico sino también
social y político y que finalmente contribuya al
mejoramiento de la calidad de
vida de sus naciones. Surge también, la necesidad de
un nuevo tipo de empresas transnacionales no capitalistas, cuyo
principal objetivo sea
realmente contribuir al desarrollo de América
Latina y el Caribe a través de sectores
estratégicos como son el sector energético,
biotecnológico y farmacéutico y el sector del
transporte.
Ya se han dado los primeros pasos, La Alternativa
Bolivariana para América Latina y el Caribe se presenta
como esa nueva oportunidad integracionista y PETROCARIBE
quizás sea el antecedente de esas empresas transnacionales
tipo ALBA.
A
manera de presentación
Mucho se ha dicho y escrito sobre el tema de la
integración latinoamericana desde varios puntos de vista;
sin embargo el tema tiene hoy más que nunca, plena
vigencia, por lo que es necesario el análisis permanente de las diferentes
variables que
lo caracterizan, con el fin de aclarar con anchura y profundidad,
el camino que debe seguir este proceso para que se convierta en
un mecanismo para el desarrollo verdadero de las naciones de la
región y la eliminación de la dependencia de las
grandes superpotencias.
La necesidad de una integración latinoamericana y
del caribe renovada, y los retos que este proceso integracionista
tiene para enfrentar el papel que han jugado las empresas
transnacionales, como "principales agentes económicos de
acumulación y explotación capitalista a nivel
mundial", como bien planteara hace más de veinte
años Fidel Castro
Ruz en su libro La
crisis
económica y social del mundo, es el objeto de este
trabajo, en el
que se plantean algunas ideas que apuntan a la búsqueda de
alternativas integracionistas, para que nuestra región no
continúe siendo campo de acción
de estas empresas, que se apropian de manera desvergonzada de los
recursos
naturales, de la mano de obra barata y de nuestros mercados
que explotan y dominan.
Precisamente debido a esta necesidad, se hace
imprescindible conocer, groso modo, el lugar y papel de las
empresas transnacionales, la inversión extranjera directa y la
integración en América Latina y el Caribe para
hacer un análisis y sacar nuestras propias
conclusiones.
Las empresas transnacionales y la
integración latinoamericana y del Caribe
Los primeros y principales procesos de
integración latinoamericana y el Caribe datan de la
década de los 60 del Siglo XX, como la ALALC, creada en
1960 y que en 1980 se convirtió en ALADI; el MCCA
creado en 1960, y El Pacto Andino
creado en 1969 y que en 1996 se convirtió en La Comunidad
Andina de Naciones. Estos fueron esquemas que en lo
fundamental, formaron parte del contenido integracionista que
proyectaba el modelo de la CEPAL llamado "Modelo de desarrollo
hacia adentro o modelo de industrialización por
sustitución de importaciones".
El modelo desarrollista que tuvo sus inicios en la
década de los 50, tenía como objetivo fundamental
un determinado desarrollo interno de la industria de
las economías latinoamericanas y, por lo tanto, la
disminución de la dependencia de los centros
económicos a través de la política de
sustitución de importaciones, que se basaba en la
estimulación de la inversión, garantizando a los
productores nacionales la debida protección frente a las
importaciones, sin dejar de lado la estimulación a las
exportaciones. Para esto era necesaria la participación
activa de la burguesía industrializante, quien
debía ser el actor principal, según la CEPAL, y que
debía también resistir con firmeza la
penetración y el dominio de las
transnacionales. La integración aparecía como parte
de ese desarrollo industrial, al intentar aportar un mercado
necesariamente ampliado y determinante para la creciente
producción.
La propuesta partía del punto de que la
posición de América Latina en el sistema
económico mundial, era la de productor y exportador de
productos
primarios y que a su vez los términos de intercambio de la
región se habían ido deteriorando entre otros
factores, por causa de la disminución de la demanda de
este tipo de productos, debido al aumento del ingreso en los
grandes centros industriales.
De esta manera se concluía que la
industrialización era necesaria para resolver los
problemas de la región y que este proceso debía
realizarse a través de la sustitución de
importaciones. El Estado era
parte importante en este proceso, ya que debía
proporcionar la protección necesaria a las nuevas industrias.
Para llevar a cabo este proceso de
industrialización, era indispensable contar con recursos
adicionales que sostuvieran el elevado nivel de desarrollo y para
esto se recurrió al capital
extranjero, ya que de acuerdo a los análisis realizados,
ni el Estado ni la
burguesía nacional eran capaces de asumir toda la
inversión necesaria, considerando la alta
propensión marginal al consumo y por
tanto la baja tasa de ahorro que
existía en la región.
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