- Un breve resumen del texto
enviado - Es necesario hablar de
conflictos y no de violencia escolar - La
participación en educación - Relaciones
escolares - Realidades
escolares - Características
de las instituciones - Educación y
grupo institucional - Educación
y comunicación - Relaciones
vinculares: profesor – alumno - Bibliografía y
notas utilizadas
Un breve resumen del texto
enviado.
El creciente fenómeno de la violencia en
la escuela
está cobrando una fuerza
impensada; ello constituye un poderoso llamado de atención sobre los mecanismos que rigen el
desarrollo no
sólo de la educación de los
alumnos, sino de los valores de
la sociedad.
Algunos especialistas sostienen que éste no es un
fenómeno nuevo en nuestro país, sino que en la
actualidad es más visible. De cualquier manera la
violencia en niños y
jóvenes es una cuestión que ocupa a docentes,
directivos, investigadores y funcionarios de diversos
países, lo cual podría conducirnos a pensar que se
trata de un fenómeno global.
Es necesario hablar de conflictos y
no de violencia escolar
El lenguaje
ejerce una función
básica entre las personas, no sólo porque sirve
para comunicarnos con los demás, sino por la
comunicación interna que se produce en cada
uno.
Es como un lenguaje silencioso mucho más profundo
y mucho más potenciador de percepciones que el meramente
verbal. Alrededor del estímulo verbal hay toda una carga
de vivencias, que permite interpretar la realidad interna o
externa más allá de lo que se dice o se
oye.
Mientras unas comunicaciones
pueden dar seguridad desde
el mensaje enviado, otras pueden producir inseguridad o
una interpretación falsa de la realidad o
ampliar la propia realidad o la dimensión de la misma con
connotaciones peyorativas.
El mensaje escuchado puede percibir la realidad desde
parámetros de normalidad o desde parámetros de
alarma.
Utilizar el lenguaje
apropiado para determinar lo que pasa en los centros escolares de
una manera exacta es el primer paso para identificar y acotar la
realidad.
No es lo mismo hablar de convivencia o de
conflictos escolares que de violencias
escolar.
Hablar de problemas de
convivencia o de conflictos escolares es hablar de algo normal
dentro de los grupos humanos,
es hablar de una consecuencia lógica
dentro de la convivencia.
Hablar de violencia escolar
es hablar de un deterioro grande en las relaciones de la comunidad
educativa, es hablar de una situación alarmante. Es por
tanto el inicio de un estado de
opinión no exento de intereses. Hablar de violencia
escolar es hablar que han saltado las alarmas. Inmediatamente
se justificará el fenómeno desde las causas que se
quieran: las distintas intenciones, la atención a la
diversidad, la emigración, etc.
No se trata, por tanto, de ocultar lo que pasa y por
qué pasa, pero tampoco de amplificar peyorativamente lo
que pasa.
No se trata, por tanto, de ser ingenuos ni de cerrar los
ojos frente a lo que existe, pero sí de analizar, desde la
realidad, lo que pasa para buscar soluciones.
Hablar de violencia escolar es crear un estado de
opinión, que actúa dentro y fuera de la comunidad
escolar generando posiciones, interpretaciones determinadas y
legitimaciones a posturas ideológicas y privadas con un
marcado interés
económico, sobre todo cuando en nuestra sociedad existe
una marcada valoración de lo privado en detrimento de lo
público.
Hablar de problemas de convivencia o de conflictos
escolares es hablar de la necesidad de educar en un mundo que ha
cambiado en muchos aspectos.
Hablar de violencia es hablar de la necesidad de tomar
decisiones inmediatas y punitivas como si sólo los que
crean los conflictos fueran los culpables de los problemas que
producen.
Hablar de problemas de convivencia es hablar de la
necesidad de adquirir los conocimientos, habilidades y actitudes
necesarias para poder educar
en ella, ante unos cambios demasiado bruscos, donde en cada
momento se pone en juego la
percepción que se tiene de los
demás.
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