- Primero, veamos la bulimia
nervosa - La bulimia
centrante - Linda, la
difunta más delgada del cementerio de
Louisville - El
comienzo de la tragedia - Las
preguntas - Pero la
hinchazón no bajó - El curso
clínico - En
resumen
Los poderes indescifrables y las influencias,
ilimitadas, que el hipotálamo ejerce sobre nuestros
destinos, no se utilizan, por ser desconocidas, por los
"expertos", cuando tratan pacientes víctimas de las
disorexias. Esta actitud es
injustificable, porque priva a la paciente y a su familia de lo
esencial para emprender el vía crucis de su
recuperación total.
En una previa publicación, Los Trastornos
Hipotalámicos, estudiamos el caso de una mujer
víctima de la anorexia
restrictiva, cuya condición la empeorara el tratamiento
erróneo que sus médicos concibieran cuando le
recetaran drogas a dosis
heroicas para que "estimulándole" el hambre ganara de
peso. En lugar de lograr sus fines, lo que sí
lograrían los médicos fue trastornarle la función
del hipotálamo.
Así, a menudo sucede con el tratamiento de la
bulimia, cuyos
métodos de
manejarla se limitan a las medidas mecánicas simples,
ignorando a la paciente y no prestando atención a la estructura de
su personalidad y
a su constitución dinámica/familiar.
Aquí hablaremos de una forma atípica de
bulimia que, de acuerdo a la estándar nomenclatura no
se clasifica en ninguna otra sección -y, que por lo tanto
se descuida, porque no se la reconoce y muy pocos la
entienden.
Aquí estudiamos, la bulimia centrante.
Primero, veamos la
bulimia nervosa
Esta condición es tan polimorfa en sus
presentaciones como es perversa en sus resistencias
al tratamiento. Porque como lo indicara, hablando de la anorexia
hace más de doscientos años, Ernest Charles
Lasègue, "…ni súplicas, ni coerción o
amenazas, lograrán que la paciente cambie su actitud
empecinada" de resistencia a los
esfuerzos de los médicos y a las súplicas de
la familia,
para que deje de perder de peso y renuncie a su
enfermedad.
La bulimia, para algunas mujeres, es simplemente una
actividad desagradable en la que se hallan atrapadas porque no
pueden controlar su tiranía. Para otras, un grupo
extraordinariamente raro en su aparición, la bulimia es
adictiva, como adictivas son las drogas que se
venden en las calles o en el comercio
legal, como se venden el azúcar,
el café,
las comidas rápidas, el alcohol y el
tabaco -ni
más ni menos.
Para otras, las que aquí nos ocupan, la bulimia
es parte integral de su constitución física/dinámica.
Nota: Para una definición formal de lo que
es la bulimia, dirigimos al lector interesado a uno de nuestros
varios artículos acerca del tema; ya que para esta
ponencia avanzada hemos partido desde la suposición de que
quien esto lee, sabe de las disorexias.
La bulimia
centrante
Para entender mejor el propósito de esta
contribución científica, sería útil
si examinamos en breve el método de
la Oración Centrante:
"El Método de la Oración
Centrante
La Oración Centrante es un método
diseñado para facilitar el desarrollo de
la oración contemplativa, mediante la preparación
de nuestras facultades para cooperar con este don del
Espíritu. Es un intento de presentar las enseñanzas
de épocas pasadas en una manera actualizada y para ponerle
cierto orden y regularidad. Su objetivo no es
el de reemplazar otros tipos de oración -simplemente
coloca otros tipos de oración en una nueva y más
completa perspectiva. Durante el tiempo de
oración consentimos a la presencia y la acción
de Dios dentro de nosotros. En otros momentos nuestra
atención se mueve hacia afuera para descubrir la presencia
de Dios en todas partes".
La bulimia centrante deriva su nombre del hecho de que
esta forma de la bulimia, es un programa
inmanente en la constitución genética
del ser humano, parte básica, fundamental e
intrínseca de ellos mismos.
Para quienes sufren de la bulimia centrante, la
enfermedad en sí no es ego-alienada, sino que, por el
contrario es ego-sintónica, lo que significa, que en esta
forma de presentación la enfermedad es aceptada por
la
personalidad y es integrada en sus estructuras
-por esa razón es tan difícil de
erradicar.
La bulimia común, la que se estudia y define en
la mayoría de los libros de
psicopatología, es un síndrome de tres factores
interactuando en amalgama:
- Biológico. En
casos específicos, existe algún componente, de
naturaleza
familiar o hereditaria, que la sostiene en su aparición.
Esto significa que la herencia juega
un rol, como se ha demostrado en algunos casos
aislados. - Sociológico. De
todos los factores causantes, el que depende de la influencia
social y del entorno es el más destacado, ya que los
primeros casos reportados de bulimia fueron causados por
"contagio" social en dormitorios de mujeres universitarias que
no deseaban engordar o que se daban atracones en funciones
programadas para vomitar -por el deleite de comer en
exceso. - Psicológico. En
nuestra cultura
donde ser delgado es una condición envidiable y donde la
gordura se critica con desdén, hacer todo lo posible
para perder, o, por lo menos para no ganar de peso, es
una actividad tan deseable como laudable.
Para la bulimia centrante, el problema es distinto,
porque estas mujeres la tendrán pase lo que pase. No
importa si es que son delgadas, sufren de sobrepeso o desean
perderlo, o controlar sus dimensiones físicas -la
tendrán porque iban a tenerla (repetición
del aforismo gastado, post hoc, ergo, propter
hoc).
Un caso servirá de ilustración.
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