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La bulimia centrante




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

    1. Primero, veamos la bulimia
      nervosa
    2. La bulimia
      centrante
    3. Linda, la
      difunta más delgada del cementerio de
      Louisville
    4. El
      comienzo de la tragedia
    5. Las
      preguntas
    6. Pero la
      hinchazón no bajó
    7. El curso
      clínico
    8. En
      resumen

    Los poderes indescifrables y las influencias,
    ilimitadas, que el hipotálamo ejerce sobre nuestros
    destinos, no se utilizan, por ser desconocidas, por los
    "expertos", cuando tratan pacientes víctimas de las
    disorexias. Esta actitud es
    injustificable, porque priva a la paciente y a su familia de lo
    esencial para emprender el vía crucis de su
    recuperación total.

    En una previa publicación, Los Trastornos
    Hipotalámicos
    , estudiamos el caso de una mujer
    víctima de la anorexia
    restrictiva, cuya condición la empeorara el tratamiento
    erróneo que sus médicos concibieran cuando le
    recetaran drogas a dosis
    heroicas para que "estimulándole" el hambre ganara de
    peso. En lugar de lograr sus fines, lo que sí
    lograrían los médicos fue trastornarle la función
    del hipotálamo.

    Así, a menudo sucede con el tratamiento de la
    bulimia, cuyos
    métodos de
    manejarla se limitan a las medidas mecánicas simples,
    ignorando a la paciente y no prestando atención a la estructura de
    su personalidad y
    a su constitución dinámica/familiar.

    Aquí hablaremos de una forma atípica de
    bulimia que, de acuerdo a la estándar nomenclatura no
    se clasifica en ninguna otra sección -y, que por lo tanto
    se descuida, porque no se la reconoce y muy pocos la
    entienden.

    Aquí estudiamos, la bulimia centrante.

    Primero, veamos la
    bulimia nervosa

    Esta condición es tan polimorfa en sus
    presentaciones como es perversa en sus resistencias
    al tratamiento. Porque como lo indicara, hablando de la anorexia
    hace más de doscientos años, Ernest Charles
    Lasègue, "…ni súplicas, ni coerción o
    amenazas, lograrán que la paciente cambie su actitud
    empecinada" de resistencia a los
    esfuerzos de los médicos y a las súplicas de
    la familia,
    para que deje de perder de peso y renuncie a su
    enfermedad.

    La bulimia, para algunas mujeres, es simplemente una
    actividad desagradable en la que se hallan atrapadas porque no
    pueden controlar su tiranía. Para otras, un grupo
    extraordinariamente raro en su aparición, la bulimia es
    adictiva, como adictivas son las drogas que se
    venden en las calles o en el comercio
    legal, como se venden el azúcar,
    el café,
    las comidas rápidas, el alcohol y el
    tabaco -ni
    más ni menos.

    Para otras, las que aquí nos ocupan, la bulimia
    es parte integral de su constitución física/dinámica.

    Nota: Para una definición formal de lo que
    es la bulimia, dirigimos al lector interesado a uno de nuestros
    varios artículos acerca del tema; ya que para esta
    ponencia avanzada hemos partido desde la suposición de que
    quien esto lee, sabe de las disorexias.

    La bulimia
    centrante

    Para entender mejor el propósito de esta
    contribución científica, sería útil
    si examinamos en breve el método de
    la Oración Centrante:

    "El Método de la Oración
    Centrante

    La Oración Centrante es un método
    diseñado para facilitar el desarrollo de
    la oración contemplativa, mediante la preparación
    de nuestras facultades para cooperar con este don del
    Espíritu. Es un intento de presentar las enseñanzas
    de épocas pasadas en una manera actualizada y para ponerle
    cierto orden y regularidad. Su objetivo no es
    el de reemplazar otros tipos de oración -simplemente
    coloca otros tipos de oración en una nueva y más
    completa perspectiva. Durante el tiempo de
    oración consentimos a la presencia y la acción
    de Dios dentro de nosotros. En otros momentos nuestra
    atención se mueve hacia afuera para descubrir la presencia
    de Dios en todas partes".

    La bulimia centrante deriva su nombre del hecho de que
    esta forma de la bulimia, es un programa
    inmanente en la constitución genética
    del ser humano, parte básica, fundamental e
    intrínseca de ellos mismos.

    Para quienes sufren de la bulimia centrante, la
    enfermedad en sí no es ego-alienada, sino que, por el
    contrario es ego-sintónica, lo que significa, que en esta
    forma de presentación la enfermedad es aceptada por
    la
    personalidad y es integrada en sus estructuras
    -por esa razón es tan difícil de
    erradicar.

    La bulimia común, la que se estudia y define en
    la mayoría de los libros de
    psicopatología, es un síndrome de tres factores
    interactuando en amalgama:

    • Biológico. En
      casos específicos, existe algún componente, de
      naturaleza
      familiar o hereditaria, que la sostiene en su aparición.
      Esto significa que la herencia juega
      un rol, como se ha demostrado en algunos casos
      aislados.
    • Sociológico. De
      todos los factores causantes, el que depende de la influencia
      social y del entorno es el más destacado, ya que los
      primeros casos reportados de bulimia fueron causados por
      "contagio" social en dormitorios de mujeres universitarias que
      no deseaban engordar o que se daban atracones en funciones
      programadas para vomitar -por el deleite de comer en
      exceso.
    • Psicológico. En
      nuestra cultura
      donde ser delgado es una condición envidiable y donde la
      gordura se critica con desdén, hacer todo lo posible
      para perder, o, por lo menos para no ganar de peso, es
      una actividad tan deseable como laudable.

    Para la bulimia centrante, el problema es distinto,
    porque estas mujeres la tendrán pase lo que pase. No
    importa si es que son delgadas, sufren de sobrepeso o desean
    perderlo, o controlar sus dimensiones físicas -la
    tendrán porque iban a tenerla (repetición
    del aforismo gastado, post hoc, ergo, propter
    hoc).

    Un caso servirá de ilustración.

    Partes: 1, 2

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