Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

El acto y la acción de comer: Un drama en tres actos (página 2)




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

La historia
continúa

Más adelante, descubrimos el fuego, la
domesticación de animales, la
rueda, el uso de las especias para disimular lo podrido, y (en
casos específicos) aprendimos aún, a gozar,
con deleite, el olor de lo podrido. Más tarde extrajimos
el sabor azucarado de ciertas frutas y domesticamos las abejas,
licenciándonos con honores: de comer para sobrevivir a
comer por placer. ¡Proeza inmortal! — ¿O es,
"inmoral"?

Segundo
acto

Para muchos, el desayuno es la comida más
importante del día, aunque esta colación, para una
persona adulta
de nuestra especie, siguiendo ese razonamiento, sea cosa
absurda.

El porqué es el siguiente:

Carentes, en nuestro estado
primitivo, de refrigeración y no poseyendo manera de
almacenar comestibles. Los jóvenes y los mayores, capaces
de hacerlo en la tribu, salían temprano (cuando el
día irrumpiera), en ayunas, a procurar qué comer.
Las mujeres y algunos niños
capaces, asistían, recogiendo frutas y vegetales en la
vecindad de la aldea.

La comida principal ocurría cuando ésta
se encontrara, que sería durante las horas del
día. Lo que haría redundante salir a buscar comida
en la oscuridad de la noche para cenar — arriesgando, quien lo
hiciera, convertirse en cena para otro animal de
mayor tamaño y de hábitos nocturnos.

Pero, en un anhelo insaciable de comer por placer,
nuestra especie acumuló toda la parafernalia esencial para
conservar y preservar la comida, consumiendo varias meriendas
día y noche, como corolario final.

Los estados feudales
nacen y entran en la escena

Las edades medievales hicieron su entrada en nuestras
vidas bajo el sonido estridente
de las trompetas que anunciaban la llegada de los placeres
epicúreos y de las mesas rebosantes. Los festivales de
banquetes organizados alrededor de refrigerios opíparos,
inspirados por el placer sensual y por el exceso sensorial, nos
introdujeron a las enfermedades de la gula —
la que se trocaría en pecado — lo que, dicho sea de
paso, no la detuvo.

No tenemos que repetir cuales son las últimas
enfermedades.

"Por la boca muere el pez…" decía uno de
mis maestros, y tenía razón…

La comida cesó, en este acto, de ser alimento,
para convertirse en droga
tranquilizante y en estupefaciente infernal e
intestinal.

Tercer
acto

Barbara Rolls, neurocientífica de Johns
Hopkins University
trató de estudiar la fisiología del acto mismo del comer. Tarea
tan elegante como difícil.

Cuando comenzamos a comer, no es lo mismo que cuando
comenzamos a alimentarnos, ya que el comer y la alimentación se han
disociado.

Tomar un refresco, mascar un chicle, o comer light
food
, no es alimentarse, ya que no forman parte de la
estrategia
alimenticia de nuestra especie, ni son alimento en el sentido
estricto del vocablo. Comer por placer, como lo celebra y aun nos
exhorta a que lo hagamos, un endocrinólogo/dietista
dominicano es una aberración descomunal e injustificable
en un mundo de carencias de comestibles, extremas y
patéticas, para tantos.

Mujer (no anoréxica) en
África

No abandonemos a Rolls, sigamos en su
compañía. El acto de comer se inicia cuando
neurotransmisores responden a señales
vegetativas e hipotalámicas que indican al individuo que
debe de procurar alimento. Los eventos que estas
actividades resaltan inducen al ser humano a obedecer esta
directiva compleja que lo orienta a procurar lo sano, lo
agradable, lo accesible y lo que es compatible con nuestro
plan de
comer.

Una vez que el acto de comer se inicia, el proceso
continúa sin prisa (a menos que no existan emergencias),
se acompaña de sorbos frecuentes de agua
(sí H20), terminando cuando el sujeto se siente
satisfecho y no harto (véase mi artículo
El Precio de una
Hartura
).

Pero la acción
y efecto de los sensores
enteroceptivos que indicaban al individuo que debía de
estar saciado, parando el consumo de la
comida en ese mismo instante, cesaron de funcionar. Entonces,
para nosotros la comida no era interrumpida en el momento mismo
cuando la saciedad llegaba, sino que continuaba hasta la hartura
y aún más lejos. Porque, a la sazón, ya
conocíamos algo novel: Comer por gusto…

El azúcar
(sucrosa refinada o C12H22O11).
Ingrediente esencial y responsable soberano por el comer
desenfrenado.

Las primeras referencias del azúcar se remontan a
casi 5.000 años, pero a Europa no llega
hasta la Edad Media. Su
expansión está ligada, como la de tantos otros
productos, al
avance de las conquistas y el devenir de la historia.

Hablar del azúcar es hablar de la remolacha
azucarera y de la caña de azúcar. El cultivo y la
extracción del azúcar de remolacha no se
desarrollan hasta la época de Napoleón. La ruta de la caña ha sido
siempre de Oriente a Occidente, desde el Índico al
Mediterráneo y, finalmente, al Atlántico.
Nació en Nueva Guinea y llegó hasta la India, desde
donde se extendió a China y al
Próximo Oriente. Fueron precisamente los indios los
pioneros en probar su sabor.

Las primeras referencias históricas del
azúcar, en el año 4.500 antes de Cristo, así
nos lo demuestran. Mucho tiempo
después, hacia el año 510 AC el azúcar llega
hasta Persia donde los soldados del Rey Darío fascinados
por sus propiedades la denominaban "esa caña que da miel
sin necesidad de abejas". La caña que no pica, en serio,
sería…

Su desembarco en Europa se produce en el siglo IV antes
de Cristo, a raíz de los viajes y
conquistas de Alejandro
Magno a través de Asia. Más
tarde los griegos la dejan en herencia
cuestionable al Imperio Romano,
que la denominará "sal de la India".

De aquí saltamos al siglo VII de nuestra era, que
marcará un hito importante en la difusión del
consumo de azúcar. Son los árabes, tan aficionados
al dulce, los que al invadir las regiones del Tigris y el
Éufrates, descubren las infinitas posibilidades que este
hábito de consumo representa. Éstos lo introducen
en las zonas recientemente conquistadas, cultivando la
caña de azúcar en Siria, Egipto,
Chipre, Rodas y todo el Norte de África. Es precisamente
allí, donde los químicos egipcios perfeccionan su
procesado y la refinan. Continúa la expansión de su
consumo a través de los viajes de los comerciantes
venecianos y, un siglo más tarde, a través de las
Cruzadas, a la Tierra
Santa, dándose a conocer este asalto a la nutrición y al
bienestar, en todo el mundo cristiano.

Hasta la Edad Media el azúcar no llega a España,
donde se implanta como una especia alimenticia, y como tal, es
usada para perfumar platos, lo mismo que la sal o la pimienta.
Los boticarios comienzan a utilizar el azúcar como parte
integrante de una gran cantidad de recetas. Variando sus
proporciones, se preparaban pócimas y medicinas que
recomendaban a su clientela para curar toda clase de
males, incluido el "mal de amor".

Con el descubrimiento de
América, el azúcar viaja de manos de los
conquistadores españoles a Santo Domingo, donde se cultiva
por primera vez a gran escala, llegando,
más tarde, a Cuba y a
México.
Paralelamente, otros españoles en sus viajes favorecen su
expansión a zonas asiáticas, como las Islas
Filipinas y archipiélagos del Pacífico. A manos de
los portugueses la caña de azúcar llega al Brasil, los
franceses la introducen en sus colonias del Océano
Índico y los holandeses en las Antillas.

Con el azúcar, nuestros excesos
viajan…

A finales del siglo XVII la producción y el consumo de azúcar de
caña se encontraba extendido prácticamente por todo
el mundo. Un siglo más tarde, en 1705, el químico
francés Olivier Serrés, descubre las propiedades
azucaradas de la remolacha, y pocas décadas más
tarde, el alemán Margraf logra extraer y solidificar el
azúcar de esta planta, dando origen a la
instalación de las primeras fábricas de
azúcar de remolacha en Prusia.
Las colonias se habían convertido en los principales
productores mundiales de este polvo dulce y la lucha por su
autonomía amenazaba el abastecimiento de
Europa.

Así, a comienzos del siglo XIX Napoleón
Bonaparte impulsó, a través de sus
campañas, la difusión de esta "golosina" (palabra
derivada de goloso o glotón) y potenció el cultivo
de la raíz de la remolacha y la construcción de azucareras en Francia,
política
que siguieron otras naciones de Europa Central y Alemania.

La dolce
vita…

Durante el siglo XIX continúa la
producción y elaboración simultánea del
azúcar procedente de caña y de remolacha. Con la
abolición de la esclavitud, y por
tanto de la mano de obra barata que cortaba la caña, la
producción entra en un periodo de crisis.

Los dominicanos resuelven el problema, importando a los
haitianos, como mano de obra.

Foto tomada durante un "concurso
escolar de comer", recaudando dinero para
los pobres…

La Primera Guerra
Mundial permite a los productores de caña recuperar el
mercado perdido y
controlar más de la mitad de éste. A partir de
aquí, los organismos internacionales y los gobiernos de
los principales países productores, establecerán
cuotas de exportación y producción de
caña y remolacha, para mantener el equilibrio y
el control del
mercado.

¡Qué dulce es morir por la boca!

Para quienes desean saber más, el azúcar,
las grasas
hidrogenadas, el sirope de maíz de
contenido alto de fructosa y los otros azúcares, son
responsables, en la mayor medida, por la tragedia shakesperiana
que hoy vivimos, personificados en la obesidad
epidémica, como consecuencia final.

A lo largo de toda su historia, el azúcar se ha
manifestado como un producto de
temprana e intensa vocación mercantil. A ello han
contribuido, tanto las limitaciones climáticas para el
cultivo de la caña de azúcar, como su creciente
presencia, como protagonista, en la obesidad y la gula como
malestares humanos.

El azúcar, en sus formas más letales para
la salud como lo es
el Sirope de maíz con alto contenido en sucrosa
(HFCS), hoy se añade irresponsablemente a todo lo
que comen adultos y niños recién
nacidos.

En
resumen

El azúcar, la gordura, nuestras debilidades
intrínsecas y nuestra dependencia en el comer por placer,
marcan nuestras agonías finales — so be
it!

Otra Semana Santa y otra celebración
epicúrea y pagana, para todos quienes dicen creer en ese
Dios, cuya dieta fuera escueta y cuya figura fuera
delgada.

Bibliografía

Suministrada por solicitud.

Para concluir, unas
reflexiones piadosas…

La oración de Fray
Jerónimo

He aquí como yo imagino sería la
oración que un monje trapense, ya muerto. A quien
conociera, porque era tío de mi esposa; nos
enseñaría cuando daba gracias, por los refrigerios
recibidos en su mesa humilde. Acción que tendría
lugar sólo en su corazón ya
que viviría toda su vida en un monasterio del
silencio:

"Simpleza y moderación, simpleza en la mesa,
platos sencillos, y una intención de evitar lo ricamente
preparado, lo muy deleitable y lo elaborado.

"Elige lo monótono, lo nutritivo, y lo bien
balanceado. Aplica el
conocimiento que Dios te ha otorgado simplemente observando
la Naturaleza.
Come no, lo recargado, porque eso nunca lo hallarías en el
hábitat
natural del Señor. Sírvete refrigerio simple y de
lo que más abunda: vegetales, frutas, legumbres, verduras,
pescado y mariscos de mar y torrentes — aves de tu
avifauna local, mamíferos pequeños, progresando
paulatinamente en la escala de la distribución animal — porque es
más fácil para la Naturaleza reemplazar un insecto
que un búfalo.

"Prepara tus comidas concienzudamente y coloca tus
alimentos en
la mesa con simplicidad espléndida – como si
honraras a Dios tu Señor. Muestra tu
gratitud hacia tu Creador por sus bienes, dando
a todos un buen ejemplo. Enséñales que la comida es
un don de procedencia divina, un presente que puede en otras
mesas no estar, no lo malgastes; no ofrezcas menos o sirve
distinto a tus sirvientes, y más que nada nunca
rehúses dar de comer al hambriento.

"La comida no es juego; la
comida es la esencia de la vida. El Señor ha colmado la
comida con su propio sistema de
recompensas y castigos. Come como come quien es fiel, adopta el
plan natural como sistema, evita lo que no se incluye en
éste y consume con escueta medida.

"Sírvete solamente una vez; y colma tu plato con
la discreción de tus ojos – porque es preferible
sentir un poco de hambre, cuando pares tu colación. Y que
así compartes el dolor de los que carecen — que sentirse
ahíto, por haber comido de más — incurriendo en
el pecado capital de la
gula.

"El hombre ha
demostrado su mal uso del regalo de la inteligencia
superior con que Dios lo bendijera. Este regalo el hombre lo ha
desperdiciado porque no lo utiliza ni para su mayor beneficio ni
para la gloria de su Dios. El hombre ha, a menudo, malgastado
este don en la búsqueda de satisfacciones orales. El
Señor no ha decretado el uso ilimitado de manjares; "el
pan nuestro de cada día" no se refiere a la caricatura
que, en su lugar comemos. Se refiere al pan o a su equivalente
preparado en sus formas más simples. Dios no nos habla de
dulces, pasteles de cumpleaños o de flanes en las Sagradas
Escrituras; y lo que Dios no permite, asume mejor que está
proscrito – y así haciéndolo evitarás
la manifestación ostensible de la gordura.

"Y para concluir esta oración, recordemos que
nuestro Dios recompensa y castiga. Conmemora el salmo 23.
Mientras, que en tu mente lo repites, come y bebe con
moderación. Porque la retribución, como castigo, de
comer por placer, es la obesidad — pecado palmario".

Salmo 23

 (Salmo de David)

 El Señor es mi pastor;
nada me faltará.

En lugares de delicados pastos me
hará yacer:

Junto a aguas de reposo me
pastoreará.

Confortará mi alma;

Me guiará por sendas de
justicia por
amor de su nombre.

Aunque ande en valle de la sombra
de la
muerte,

No temeré mal alguno; porque
siempre estarás conmigo:

Tu vara y tu cayado me
infundirán aliento.

Aderezarás la mesa delante
de mí, en presencia de mis enemigos:

Ungiste mi cabeza con aceite: mi
copa está rebosando.

Ciertamente el bien y la
misericordia me seguirán todos los días de mi
vida:

Y en la casa del Señor
moraré para siempre.

Bibliografía:

Alighieri, D: La Commedia (Círculo 3, Canto VI
— InfernoLa Gula) (1981) Quality Paperback
CA

 

Dr. Félix E. F. Larocca

 

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter