La malnutrición hace que el pobre sea menos productivo: Consejo Gratuito a los Gobernantes de este Hemisferio
Los habitantes de los
países muy pobres, son generalmente, menos inteligentes
que los que viven en países ricos. Eso nos dicen los
psicólogos.
En el mundo existen unos 800 millones de personas que no
tienen lo suficiente que comer. Sin nutrición adecuada,
ni el cuerpo, ni el cerebro humano
pueden desarrollarse apropiadamente.
Los seres humanos que carecen de nutrición
saludable tienden a ser de estaturas más cortas y menos
ágiles mentalmente que lo que pudiesen haber alcanzado,
con suficiente alimentación.
El hambre, asimismo ocasiona que millones de niños
dejen la escuela para
dedicarse a la hurga de los basureros para comer. Mientras que
los que asisten a la escuela, alimentados con pan rancio y
chocolate aguado, tienen dificultades
concentrándose.
La malnutrición es, entonces, una causa y a la
vez, un efecto de la
pobreza.
El sentirse débil hace de los trabajadores seres
improductivos. Nadie desea pagar a quien no rinde.
Epidemias de hambre como las vistas en Biafra y en otras
partes del mundo, atraen mucha publicidad; pero
la malnutrición crónica es un problema de
aún mayores proporciones, por ser tan generalizado. En
algunos países, casi la mitad de todos los niños de
menos de cinco años están desnutridos hasta el
extremo de la atrofia del crecimiento. Debido a que la secuela de
la malnutrición los tornará crónicamente
debilitados. Para poder derrotar
la pobreza, el
enemigo que hay que vencer primero: es el hambre.
No existen métodos
simples para lograr estos objetivos. Sin
embargo, existen métodos probados que pueden ser de
ayuda.
Las intervenciones primaria y secundaria, legadas por el
Movimiento de
Salud Comunal
(iniciado por John Fitzgerald Kennedy) del que habláramos
en muchas lecciones aquí serán repetidas.
Intervenir antes del nacimiento del bebé y durante los dos
primeros años de su vida es asunto de importancia crucial.
Lo es, porque la carencia de proteínas
durante este período de la vida y la falta de
nutrición adecuada tiende a causar daños
irreversibles en el organismo, a todos los niveles —
substancialmente, causa daños al cerebro.
Los costos son
menores, que el costo de los
vehículos lujosos, edecanes, guardaespaldas y
chóferes de un secretario de estado de
salud
pública; o uno de educación.
Suministrando a las madres los antibióticos que
necesitan y mosquiteros baratos, pueden prevenir la
mayoría de las enfermedades tropicales que
causan los nacimientos de niños de bajo peso.
Luego de parir (los pobres "paren", los ricos dan a
luz), es mejor
que se recomiende la alimentación por vía del seno
exclusivamente — si la madre puede darlo a su bebé. Esta
práctica es más aconsejable, particularmente si
el agua no es
saludable para el consumo humano
— como en tantos países sucede.
Ofrecer comidas en las escuelas es un incentivo para
asistir y un elemento nutritivo que favorece la tarea de
aprender.
Pero, no confundan, un pedazo de pan viejo y un vaso de
chocolate aguado, con la nutrición adecuada. Porque no lo
es.
Y no crean que volver a la casa a comer víveres
hervidos acompañados de una onza de queso, como sustento
para el resto del día, alimentará al
niño.
Pero la nutrición es asunto muy delicado para
dejarlo a los políticos, seres que son desnutridos ellos
mismos — ya que la obesidad
ubicua que, casi a todos ellos afecta, es una forma triste de la
desnutrición, a la vez de ser grosera y
ofensiva.
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