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Bulimia y Anorexia




Enviado por natty_borgo



Partes: 1, 2


    1-

    2-
    Objetivos

    3-
    Materiales

    4-
    Contenido

    Perfil
    Clínico y abordaje

    5-
    Anexos
    Nuestros
    criterios de clasificacion de algunos items
    diagnósticos

    a.
    Adelgazamiento
    b.
    Alimentación
    c. El aumento
    de actividad fisica

    d. La
    alteración de la vida
    social

    En cuanto a los criterios de los items
    de evolución, llamamos:

    e.
    Recuperacion de
    peso

    f. Las
    conductas alimentarias

    g. Relaciones
    sociales

    h. La
    capacidad de conectarse consigo mismo (capacidad de insight
    evaluada por p.
    jeammet)

    Escala de
    feighner

    Criterios para el diagnostico de
    f50.o anorexia nerviosa

    1. Introducción

    La Anorexia Nerviosa es una enfermedad que
    principalmente afecta a las chicas jóvenes. Los rasgos
    más comunes son pérdida de peso y un cambio en
    la
    personalidad. La pérdida de peso puede ponerse severa
    y amenaza la vida. Los cambios de personalidad
    serán aquéllos de gravedad creciente e
    introversión y una tendencia creciente a volverse
    obsesional. Ella normalmente empezará a perder contacto
    con sus amigos. Retrocederá y parecerá perder
    confianza, puede ponerse menos asertiva, menos argumentativa y
    más dependiente.

    La Anorexia Nerviosa es una enfermedad de varias
    causas. La pérdida de peso que activa la enfermedad es a
    menudo el resultado de un mismo peso normal, la clase de dieta
    perdedora que es típica de muchas chicas jóvenes
    normales, pero puede ser el resultado de infelicidad o
    enfermedad.

    Las personalidades de las chicas tienden a ser
    conformistas, funcionamiento dócil y duro. Estos rasgos
    normalmente son acentuados por el desorden. Las familias de
    anoréxicos parecen a menudo descorazonar el crecimiento
    individual y animar la conformidad. Hay frecuentemente un fracaso
    para expresar problemas
    emocionales.

    El cuerpo humano
    cubre bastante bien el periodo de semi-iniciación y
    pérdida de peso. Retorno subsecuente a peso normal y el
    modelo
    comiendo normalmente es acompañado por la
    restauración de normalidad física incluso la
    habilidad de tener niños. Pérdida de peso
    rápida, el hábito de vomitar o el uso de laxantes
    para promover la pérdida de peso; y la pérdida de
    más de 35% de peso del cuerpo normal pone a todos los
    afectados en peligro.

    La pérdida de peso prolongada, de varios
    años, durante la adolescencia
    puede llevar en el futuro al fracaso permanente de crecimiento
    normal y un riesgo aumentado
    de osteosporosis en la vida más tarde. Los
    anoréxicos tienen un riesgo aumentado de Bulimia
    Nerviosa
    en vías de desarrollo.

    La Bulimia es un desorden alimenticio en que una
    persona
    repetidamente el atracón come, entonces utiliza el vomito
    auto-inducido, diuréticos, laxantes, ayuno o el ejerciendo
    excesivo para prevenir ganancia de peso.

    La causa exacta del desorden es desconocida, pero una
    variedad de teorías
    psicológicas, sociales, culturales, familiares y
    bioquímicas está investigándose.

    La Bulimia normalmente empieza en adolescencia o
    en la vida del adulto temprana y es más común en
    mujeres que en varones. El curso puede ser crónico o
    intermitente encima de un periodo de muchos años.
    Normalmente los atracones alternan con periodo de normal alimentación o con
    periodo de alimentación normal y ayuno. En casos severos,
    allí puede estar alternando atracones y ayunos sin los
    periodos de alimentación normal.

    2- Objetivos

    • Recopilar datos sobre la
    bulimia y
    anorexia, problemas muy comunes que aquejan a la juventud
    actual.

    • Ayudar a jóvenes y familias a luchar
    contra este mal a través de la proporción de
    informaciones y otros datos importantes.

    • Aprender a realizar una monografía
    como tipo de trabajo práctico.

    1. Materiales

    • Enciclopedias

    • Folletos

    • Internet

     4- Contenido
    Perfil clínico y abordaje
    terapéutico

    1era. Etapa del Tratamiento

    Una primera falla médica no es jamás
    reparable, a la espera de los juicios que uno hace sobre ellas,
    aquellos juicios sobre todo a los que se asocia la familia,
    ellas no perdonan y consideran que han empezado las hostilidades
    y se atribuyen el derecho de continuarlas con una tenacidad
    implacable.

    Más vale percibir la Anorexia
    Mental como una suerte de nacimiento prematuro de la adolescencia
    (segundo proceso de
    separación-individuación) que como una
    perversión mortífera… obra de la pulsión
    de muerte en el
    seno del masoquismo primario; el saco de huesos como un
    pájaro caído del nido mas que como un esqueleto
    anticipado.

    Más vale percibir la bulimia como
    la búsqueda del objeto primario cuyo duelo ha sido
    imposible que como una perversión del instituto de
    nutrición.

    El centramiento de la teoría
    se relaciona inevitablemente con una posición
    contratransferencial de base que posibilita o no la construcción del espacio analítico
    (o de cualquier espacio terapéutico).

    Estas adolescentes
    son sensibles al interés
    que uno les ponga y el efecto de un método es
    tributario de la forma que ella (la Anorexia) está
    investida por el terapeuta que lo aplica. Es frecuente constatar
    los buenos resultados sintomáticos iniciales obtenidos por
    todo nuevo método y, lo contrario cuando la
    aplicación de un método se vuelve
    rutinaria.

    La anorexia constituye un buen ejemplo de la importancia
    esencial del trabajo en equipo
    y de la alianza terapéutica entre todos los que
    intervienen.

    1. Introducción y marco
      teórico.

    Este estudio presenta el perfil clínico y un
    método de abordaje terapéutico de un grupo de 32
    pacientes (entre 11 y 26 años de edad) portadoras de un
    trastorno severo alimentario. Estas pacientes consultaron entre
    1991 y 1996. Se elaboró una ficha de datos a llenar por
    el entrevistador que nos permitió realizar una
    evaluación clínica que dá cuenta de
    las características de la
    sintomatología principal y asociada de los
    cuadros clínicos de nuestra consulta, así como de
    las características familiares de estas
    pacientes
    .

    Muchos de los puntos que tendremos en cuenta como
    sintomatología asociada de la paciente o los aspectos de
    su grupo familiar no los hemos encontrado en trabajos con
    criterios de estandarización, por lo que no sabemos si
    serán significativos en una muestra mayor y
    de qué forma podrían incidir en cuanto a valor
    pronóstico.

    Existen numerosos trabajos de estudios
    pronósticos en la Anorexia Nerviosa que nos hacen ser
    muy cautelosos en referencia a lo que podemos considerar
    "éxitos terapéuticos". También son
    múltiples los trabajos referidos a diferentes esquemas
    teórico-referenciales y técnicas de abordaje
    (conductuales, familiares, sistémicas,
    psicoanalíticas o mixtas) que hacen variar los
    criterios terapéuticos y evolutivos según se
    tenga en cuenta solamente la remisión de la
    sintomatología o la variación de una estructura
    profunda y siempre amenazante.

    Nuestra forma de abordaje terapéutico ha tenido
    que ir adaptándose a la clínica de las pacientes
    y a las posibilidades de nuestro medio. También hemos
    tenido que ir adecuándonos a los descubrimientos que
    estas familias nos mostraban en forma repetida, pero
    permanentemente sometidos igual al asombro.

    Abordaremos en este trabajo sólo algunos
    criterios psicopatológicos y estructurales en el marco
    de la teoría psicoanalítica. Teoría
    y práctica que, aunque necesariamente suspendida en la
    acción en una primera etapa de abordaje
    terapéutico (riesgo de vida), sostiene toda nuestra
    posibilidad de
    comprensión del material
    clínico
    . Aspectos de nuestro pensar
    psicoanalítico sobre estas pacientes han sido abordados
    en otros trabajos.

    A pesar de que la Anorexia y la Bulimia son trastornos
    graves del comportamiento alimentario que se encuentran
    bien definidos por numerosos estudios, sobre todo de las
    ultimas décadas, compartimos con otros autores como P.
    Jeammet, que la incógnita referente a numerosas
    preguntas etiopatogénicas sigue vigente.

    Existen también numerosos y valiosos trabajos
    de seguimiento y evolución, que nos dan la información de los factores de
    riesgo
    a tener siempre presente ante cada nueva paciente,
    ya sea a corto o a largo plazo.

    Lamentablemente la identificación de las
    variables
    pronosticas se relacionan también con los efectos de
    diferentes formas de tratamiento. Los estudios existentes se
    hacen así, como dice este autor, heterogéneos y
    difícilmente comparables, como se hacen también
    difícilmente comparables los grupos de
    pacientes.

    Como expresa P.Jeammet, al costado de los
    parámetros clínicos
    que clásicamente
    definen la Anorexia y la Bulimia, existe una tendencia que
    nosotros creemos fundamental a prestar atención a los
    factores de personalidad y a la calidad de
    vida afectiva, social, sexual y profesional de estas
    pacientes.

    Esto nos muestra la dificultad de los
    parámetros sintomáticos para apreciar la realidad
    de la efectividad de cualquier tratamiento en el futuro de
    estas pacientes, que va mucho mas allá del
    mantenimiento de la vida
    .
    Según P.Jeammet, dos autores americanos, han hecho una
    excelente crítica de las dificultades
    metodológicas de este tipo de estudios. Recomiendan
    requisitos formales a tener en cuenta, entre los que resaltamos
    el criterio diagnóstico.

    Nosotros consideramos que, por ejemplo uno de los
    ítems: PESO, en el que ellos exigen una pérdida
    superior al 25%, es en nuestro medio y en el momento actual,
    demasiado alto. La hiperinformación existente en nuestra
    época sobre el cuadro clínico, hace que lleguen a
    la consulta pacientes que reúnen las
    características
    suficientes para realizar el
    diagnóstico
    , sobre todo al encontrarse presente,
    junto a la disminución de peso, el punto 3 de la lista
    de los criterios de Feighner o el punto B de los criterios del
    DSM IV: "Miedo intenso a engordar", que aparece en forma
    de pánico junto al incipiente trastorno de su
    imagen
    corporal.

    Los siguientes ítems:

    • Alimentación
    • Peso
    • Menstruación
    • Estado mental
    • Capacidad de insight
    • Contactos sociales fuera de la familia
    • Relaciones sexuales
    • Relaciones familiares
    • Ocupación
    • Conductas adictivas

    constituyen la lista que P. Jeammet ha creado (para el
    examinador) y que junto a una lista de autoevaluación le
    permite sentar criterios sobre la evolución de los
    pacientes.

    Nosotros, como dijimos, hemos elaborado una lista
    sólo para los técnicos
    , con el fin de crear
    una aproximación primaria al tipo de paciente y su
    familia con el que nosotros contamos (NOTA 1).

    Esta ficha nos brinda la posibilidad (introducidos los
    datos en un programa que
    nos permite cruzar resultados y obtener datos estadisticos) de
    realizar algunas investigaciones
    sobre distintos aspectos de estos cuadros clinicos.

    Elaboramos criterios de clasificación de
    algunos ítems diagnósticos que hemos ido armando
    en base a nuestra experiencia y en los que nosotros apoyamos
    nuestro estudio (NOTA 2).

    Presentamos algunos gráficos de
    ítems que nos parecen significativos por su alta
    frecuencia y por la incidencia psicopatológica de
    los mismos, tema que se encuentra en plena
    elaboración.

    1. El método

    Hemos incluido en este estudio un grupo de 32
    pacientes que consultaron en Clínica UNO entre 1991 y
    1996. Esta clínica es una Clínica
    Interdisciplinaria de abordaje ambulatorio del niño, el
    adolescente y su familia. Un sector del equipo se ha dedicado
    al abordaje de la patología alimentaria severa.
    Consideramos que este tipo de pacientes presenta dos etapas de
    abordaje terapéutico, uno, al que llamaremos PRIMERA
    ETAPA o ABORDAJE INICIAL
    es al que nos referiremos en este
    trabajo. Consideramos una primera etapa aquella en la que el
    paciente presenta riesgos vitales en el momento
    de la consulta, o que los tendrá a corto o mediano plazo
    si no intervenimos. A este punto, riesgo vital o presencia de
    repercusiones somáticas, agregamos la inestabilidad
    intensa física, alimentaria y psíquica que hace
    imposible abordajes psicoanalíticos
    clásicos.

    Las características que darán el
    perfil clínico de estos pacientes se exponen en
    los gráficos.

    Las entrevistas
    terapéuticas constituyen nuestra herramienta principal
    junto a una constante comunicación entre los técnicos
    que asisten el caso. Estas entrevistas reúnen varios
    objetivos.
    Creemos importante puntualizar, antes de describirlas,
    criterios del método y los fundamentos que los
    sustentan.

    1. El por qué de los tecnicos

    A pesar de lo explicitado en muchos trabajos sobre la
    diversidad de técnicos que deben estar a cargo de estos
    pacientes, nosotros hemos visto la conveniencia de que en esta
    primera etapa de abordaje intervengan la menor cantidad de
    técnicos posible y la necesidad imperiosa del contacto
    permanente entre los mismos.

    La mayoría de los pacientes que hemos visto,
    fueron estudiados y/o asistidos por un médico internista
    (de adultos o pediátrico, según el caso) que
    opera fuera del equipo y que, una vez evaluados los factores de
    riesgo, dejan el manejo de estos pacientes en
    nosotros.

    Pensamos que en estas primeras etapas, las entrevistas
    deben ser realizadas por un psiquiatra con orientación
    psicoanalítica. Agregamos en el abordaje inicial
    entrevistas sucesivas y simultáneas con una
    nutricionista, cuyas funciones
    están claramente establecidas de antemano para cada
    caso.
    Este abordaje inicial resulta de un impacto emocional
    tremendo
    al tener a cargo el trabajo
    múltiple
    : paciente, miembros de la familia, a lo que
    se agrega el trabajo
    con el equipo de enfermería (no entrenado) cuando debemos
    realizar una internación. Este abordaje, que resulta
    agotador (sin límites de horas de entrevista y
    sin límite de entrevistas) se hace imprescindible
    por:

    1. La urgencia de modificación de conductas
      cuando el riesgo de la paciente no permite
      esperas.
    2. La necesidad de actuar sólidamente sobre
      los mecanismos defensivos de escisión de la paciente y
      su familia, el uso mortal de la desmentida y la masividad de
      las proyecciones.
    3. La búsqueda irremediable que hará la
      paciente de contradicciones entre los técnicos, para
      poder
      encontrar una brecha que juzgarán como "fallas" para
      sembrar hostilidades que continuarán (como decía
      Lasègue) implacablemente.

    Hemos tratado de utilizar, junto con la nutricionista,
    un lenguaje
    común que disminuya las inevitables posturas
    espontáneamente disímiles. A esta altura de
    nuestra corta experiencia, dentro del equipo sabemos sin
    riesgos
    serios de error que es lo que pensamos sobre las frases que de
    uno al otro técnico lleva la paciente, en
    búsqueda de desvalorización y ataque, para lograr
    su único objetivo que
    es mantener el síntoma.

    1. Dentro de la Clínica, toda actividad junto a
      la paciente tiene un fin terapéutico. La entrada
      demasiado fácil al tratamiento ambulatorio, la
      aparente docilidad y pasividad de algunas, no permite
      prejuzgar la evolución, sino que, a veces, es
      anunciadora de tormentos. Insidiosamente, como dice P.
      Jeammet, luego del conformismo inicial, aparece el
      comportamiento anoréxico con todas sus exigencias y
      profunda violencia,
      que es proyectada en forma masiva y concreta sobre todo con
      la nutricionista, quien la pesa y habla de su
      cuerpo.

      Aparece el desafío, que es lanzado al equipo
      y a los padres y de los padres nuevamente al equipo. Tratar
      en esta etapa de lograr acuerdos y no enfrentamientos o
      agresiones, marcará unido a los aspectos antes
      explicitados, la posibilidad de trabajar con cada
      caso.

      La respuesta al inicio de la alimentación
      puede ser inmediata y puede mantenerse o llegar a una meseta
      que marca la
      resistencia interna masiva al primer aumento
      de peso.

      Es imprescindible evitar reforzar el Conflicto de
      Poder
      entre la paciente y su entorno, ya que la cura
      puede convertirse en combate (P. Jeammet) y el equipo puede
      caer en el mismo terreno de la paciente: su lucha contra la
      comida.

      No podemos responder a los desafíos de la
      paciente, ni a la agresividad (verbal y física),
      debemos contenerlas siempre con afecto y firmeza. Es
      fácil que ellas provoquen reacciones de rechazo o
      seducción, extremos ambos contraproducentes a la hora
      de mantenerse en una situación de
      terceridad
      .
      Muchas veces es de suma importancia admitir que ellas comen
      (y es la verdad) "contra su deseo" y "contra su voluntad", de
      esta manera disminuye el odio y la culpa en su
      claudicación ante nosotros.

      Debemos, ellas y nosotros, aceptar la paradoja de
      que lo que hacemos es arbitrario y cruel, pero necesario pues
      deseamos que vivan.
      Los miembros del equipo nos podemos enfrentar ante ellas a
      fracasos narcisistas y frustraciones, y esto puede generar
      una prueba de fuerzas o enfrentamientos entre nosotros,
      enfrentamientos también narcisistas, si esto no se
      tiene presente.

      Es la nutricionista quien cumple el rol de
      mostrar al resto del equipo que las cosas no están tan
      bien como podía creerse
      .

    2. La actitud
      del equipo

      Como dijimos, las entrevistas iniciales son
      realizadas por un psiquiatra con formación
      psicoanalítica. Estas se seguirán
      rápidamente, en lo que llamamos 1era. ETAPA DE
      ABORDAJE TERAPEUTICO (que corresponde a la primera etapa
      clínica descripta), de entrevistas con una
      nutricionista, quien trabajará en íntima
      conexión con el resto de los
      técnicos.

      La participación del médico internista
      tratante es variable, permaneciendo o no conectado a nuestro
      modo de funcionamiento. Dado lo explicitado cuando explicamos
      el por qué de los técnicos, preferimos que se
      mantenga a la espera de nuestras necesidades. El realizar
      otras tomas de peso, dictar consejos, etc., contribuye a
      crear la brecha de la que dimos cuenta antes.

      La duración de las entrevistas iniciales es
      variable, pero son entrevistas largas, de una hora y media o
      más como término medio. Este tiempo no es
      sólo con el técnico que realiza el abordaje
      psiquiátrico-dinámico, sino también la
      nutricionista ha tenido que estar en oportunidades varias
      horas con estas pacientes, para lograr la
      instrumentación de un frágil plan
      alimentario.

      Todos los técnicos realizan entrevistas en
      el mismo marco institucional, que opera de
      continente-sostén, de figura de fondo que impone una
      ley. Hay un
      método, que como el contrato de
      peso, pertenece a un tercero (la Clínica) que
      está por encima de los deseos del entrevistador, la
      paciente y su familia. Adecuarse a él resulta
      así entrar en un orden (simbólico) perdido,
      como lo tienen perdido en sus hogares.

    3. Las entrevistas
    4. Nuestros objetivos

    A través de las entrevistas iniciales tendemos
    a:

    1. Recabar datos de la anamnesis y del abordaje
      clínico
      : Esto lo realizamos con la
      paciente y su familia, y permite un correcto diagnóstico
      patológico y situacional y más allá de
      él.
    2. Establecer un plan de tratamiento para cada
      caso
      : La ruta que siguen las entrevistas tienen
      siempre el sentido de las vicisitudes de cada paciente o grupo
      familiar y de lo que esto va generando como necesidades. Es
      así que se unen y se separan en entrevistas miembros de
      la familia con o sin la paciente, constituyéndose
      así en formas de abordar terapéuticamente la
      patología de la paciente y los hechos que actuando en el
      presente, impedirían la remisión.
    3. Evaluar el trabajo que deberá realizar la
      nutricionista:
      Existe una base preestablecida
      (esquema general), al cual se agregan variaciones que se van
      adecuando a cada situación. La nutricionista
      realizará el control de
      peso y construirá con la paciente un plan alimentario
      semanal. El peso se establece luego de un acuerdo entre
      todos los técnicos y la paciente
      , evaluando la
      necesidad física y la tolerancia a
      la angustia de la paciente en una primera etapa. Evaluamos
      también la necesidad o no de medicación y de
      aportes nutricionales fuera de la alimentación
      natural.

      Si la paciente está en peso de riesgo y con
      síntomas somáticos asociados (anemia,
      hipotemia, bradicardia, etc.) así como en riesgo de
      una cronificación, sabemos que lo ideal es internarla
      sin intentar un tratamiento ambulatorio. La realidad en
      nuestro país es otra. A pesar del riesgo de vida,
      estas jóvenes no son internadas en los sanatorios
      mutuales de nuestro medio (salvo privados) más que uno
      o dos días para compensar algún trastorno
      metabólico, siendo luego dada de alta con las mismas
      condiciones en que ingresó. (La internación de
      una Anorexia implica un costo alto
      y el sistema no
      lo asume). Son tratadas como las "histéricas" de
      nuestro tiempo, y se las aconseja ir a centros de autoayuda.
      Por lo tanto informamos a la familia de esta realidad y de
      los esfuerzos a realizar para no requerir la
      internación. A pesar de eso, hemos tenido que recurrir
      a ella en dos oportunidades, una por riesgo vital y la otra
      por riesgo de cronificación de la estructura
      anoréxica.

      En esos dos casos la internación se pudo
      hacer como era necesario (criterios de P. Jeammet) pero
      sabemos que no se nos permitirán nuevas internaciones
      de ese tipo en esos lugares, salvo que el paciente asuma los
      costos,
      (No nos ofrecen habitación sola, ni guardia de
      enfermería privada, ni el tiempo necesario para llegar
      al contrato de peso establecido). El otro tipo de
      internación (tratamiento puntual de alteraciones
      metabólicas) creemos que es ineficiente y más
      riesgoso que beneficioso, ya que la paciente se constituye en
      una visitadora crónica esporádica del
      hospital, sin dar ningún valor ni sentido de cambio a
      la internación, que es su más profundo
      objetivo.

      El contrato ambulatorio, entonces, se ha
      constituido en nuestra herramienta privilegiada de trabajo.
      Cuando la paciente no responde al aumento de peso en los
      tiempos establecidos, comienza un cinturón, que
      explicamos a los padres debe ser "afectivo". Este
      cinturón incluye a la familia, al personal del
      liceo o colegio al que concurre (con el que nos comunicamos),
      que, actuando sobre la paciente y su entorno, apoyando
      nuestras indicaciones, han sido de un valor incalculable,
      ayudando a no tener que tomar medidas más
      drásticas, mientas se trabaja sobre la
      psicopatología de cada caso.

      El contrato de peso como dijimos en
      relación al método, una vez establecido
      permanece como telón de fondo respetado por todos,
      especialmente los técnicos y la familia, como si se
      impusiera a ellos desde nosotros y a nosotros desde un otro
      lugar. Como dice C. Girard: "Este carácter intangible
      es la condición de su eficacia"
      porque una vez que es negociado y aceptado, no puede variar y
      es independiente de los deseos de cada uno.

    4. Realizar el contrato ambulatorio y/o plan de
      internación
      : El contrato ambulatorio
      implica compromisos que debe asumir la paciente,
      comúnmente contra su expresa voluntad, y la familia,
      que, aunque parezca muy colaboradora esta sumergida en una
      patología donde los mecanismos funcionantes (desmentida)
      hacen arduo y difícil el trabajo inicial.
    5. Abordar puntos de urgencia o anudamientos
      tanáticos
      : (Situación de enlace
      mortífero inconsciente entre familia y paciente). Para
      esto tratamos de:
    1. Dar coherencia y significado histórico a lo
      que acontece.

    Lo subjetivo en estas pacientes ha pasado a ser lo
    objetivo, y esto no impide el trabajo terapéutico. El
    cuerpo y sus vicisitudes, el control obsesivo que sus madres
    realizan sobre el funcionamiento corporal expresado en el
    funcionamiento intestinal de estas pacientes, da cuenta de este
    "tubo", mujeres cilíndricas, boca y ano, llenado
    y vaciado.
    Nosotros sabemos que la paciente concurre a nosotros con un
    cuerpo que es símbolo de otra cosa – que ella ignora – y
    que hay que tratar de empezar a descifrar juntas. Engordarlas
    (devorarlas), hacerlas menstruar (desangrarlas),
    fantasías que, lejos de la conciencia,
    sostienen el pánico. Ellas insisten e insisten en
    mostrar que no sirven de alimento, que no pueden ser engullidas
    y, paradójicamente, lo son por madres que han pasado a
    ser las "dueñas" de estos frágiles
    cuerpos.

    La acción sobre algo de tal potencia de
    muerte, sólo puede ser directa, las interpretaciones
    caen en el vacío, son también engullidas o
    vomitadas. La muerte se
    nombra sin tapujos, las fantasías se deshacen en la
    escena misma que la madre (en) tiende.

    Buscamos descubrir otra coherencia, esta
    vez histórica, resignificada, que la que la paciente y
    su familia trae a las entrevistas (siempre relacionada a lo
    actual y a demandas sociales de delgadez, a las amigas,
    etc.).

    Buscamos poner en juego
    rápidamente otra realidad de la que la
    anoréxica y su madre adolecen: deseos, sentimientos,
    afectos, donde un sujeto se experimenta como tal. Lograr una
    verdadera subjetividad temporal de existencia que tienen
    perdida. El tiempo es un presente sin pasado y sin
    proyección de futuro. Es un tiempo vacío y
    vaciado que se significa en el cuerpo de la delgadez o de los
    mitos.

    El relato materno no provee un relato de ese pasado,
    no hay garantía de existencia de esa niña. Y es
    así que el discurso
    materno no dice nada o dice del deseo de inexistencia. De esta
    forma, las pacientes repiten y repitiendo recuerdan a
    través de su cuerpo, ese deseo de inexistencia materno,
    y que a la vez es en ellas recuerdo de insatisfacción,
    de necesidad, de no deseo. Es entonces que: Con la
    paciente
    debemos salir de los "eventos"
    (hechos sueltos que no pueden constituir una historia) a creacion de
    "acontecimientos" que den algún sentido a una
    historia individual. Muchas veces hemos asistido asombrados a
    la casi ausencia de fotos de esa
    niña cuyo álbum infantil reconstruimos juntas.
    Esto tiene como sentido sacarla del registro de lo
    somático.

    Con la madre, la fuerza de lo
    tanático es tal, que luego de intentar – como expresaba
    M. Mannoni para las madres de niños psicoticos –
    libidinizar la función materna, llegamos a la
    conclusión de que, mientras esto se tendía a
    lograr, las hijas seguían adelgazando.

    ¿Cómo mostrar estos anudamientos
    tanáticos que existen entre la madre y la hija, mas
    allá de la propia estructura de la paciente? Movidos por
    el asombro y por la angustia de lo incomprensible (espectadores
    de actitudes
    casi conscientes de mentiras y pactos mortíferos) hemos
    recurrido a señalamientos directos, como dijimos antes,
    que apuntan a desmantelar este escenario de muerte. Avisamos
    a las madres
    del compromiso en la enfermedad de sus hijas
    desde el comienzo, y aceptan progresivamente que realizan actos
    destructivos (siempre que nosotros mantengamos con ellas "la
    fantasía" de que es algo diabólico (la
    enfermedad) de sus hijas que las impulsa a esto.

    Los deseos de muerte y la agresividad volcada hacia
    nosotros (los técnicos) de estas madres, se convierten
    en algo positivo cuando revierten de una situación de
    competencia
    mortífera: "tu no me la vas a engordar, vas a fracasar
    como yo" a: "yo la voy a mantener alimentada para demostrarte
    que no soy esa madre que tu crees que soy". Y es así que
    lo tanático en la competencia se libidiniza,
    posibilitando que ella no conspire en contra del trabajo que
    paralelamente se hace con la paciente.

    Con la paciente sumado a tratar de lograr un
    espacio psíquico y paralelamente al trabajo planteado,
    pensamos que ellas mantienen confundido objeto de deseo y de
    necesidad
    . Intentando eliminar el primero y el poder que
    sobre ellas puede ejercer, se defienden eliminado el segundo y
    mueren, literalmente, de hambre. Defensa que es a la vez que
    enfermedad y muerte, el único sentimiento de poder y de
    vida que ellas creen tener. Tienen un poder supremo, han
    dominado el deseo primordial de alimentarse.

    Nosotros vamos a invadir, manipular su cuerpo, como
    sus madres. Si no logramos que entiendan esta situación
    y disminuyan los aspectos persecutorios del vínculo, el
    abordaje será imposible. No quieren claudicar a su
    deseo ni someterse al nuestro, pero creemos que tampoco quieren
    morir.

    Con la madre: ella debe "entregarnos" a su hija
    a la cual ella ha manipulado hasta ese momento. Debe cumplir
    nuestros señalamientos que son órdenes de vida,
    pero que también son vividas como arbitrarias. Dar de
    comer a sus hijas se convierte en una demanda
    imposible de nuestra parte si no trabajamos también con
    ellas los aspectos de nuestro vínculo, donde, sobre
    todo, le robamos el poder sobre su hija y generamos angustias
    también intensamente persecutorias.

    En suma: evitar entonces los desafíos que, ya
    sea con la paciente y/o su familia, son el riesgo mayor de la
    atención de estas pacientes. Mantener un lugar de
    terceridad, desde el inicio, diferenciando nuestro deseo del de
    ellas. El lugar del límite, de protección de la
    identidad,
    disminuye el miedo a la fusión y
    a la
    dependencia.

    Partes: 1, 2

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