Monografias.com > Anatomía
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Cardiopatía subaórtica hipertrófica idiopática




Enviado por elyrosy



    La hipertrofia del músculo cardíaco es uno
    de los mecanismos más importantes mediante los cuales el
    corazón
    se adapta a los aumentos en la carga del trabajo, ya sea los
    causados por un aumento de la presión contra la cual el
    miocardio debe contraerse, ya sea por un aumento del volumen
    sanguíneo que ha de bombearse. Algunos investigadores
    creen que el aumento de tensión en el músculo causa
    la hipertrofia; otros piensan que el estímulo primario es
    el umento del índice metabólico del músculo.
    Sea cual sea lo correcto, se puede calcular el grado de
    hipertrofia que se producirá en cada cavidad
    cardíaca multiplicando el gasto ventricular por la
    presión contra la que el ventrículo debe trabajar,
    poniendo énfasis en la presión. Por consiguiente,
    la hipertrofia se produce en la mayor parte de los tipos de
    cardiopatía valvular y congénita, haciendo que en
    ocasiones el corazón
    pese hasta 800 g en lugar de los 300 g normales.

    Efectos perjudiciales de las etapas tardías de la
    hipertrofia.- Aunque la hipertrofia fisiológica del
    músculo cardíaco suele ser beneficiosa para la
    función cardíaca, a veces, grados extremos de
    hipertrofia conducen a una insuficiencia. Una de las razones de
    esto es que la vascularización coronaria no suele aumentar
    en el mismo grado que la masa muscular. Una segunda razón
    es que a menudo se desarrolla fibrosis en el músculo,
    especialmente en el músculo subendotelial donde la
    irrigación coronaria es siempre más escasa, con
    sustitución de las fibras musculares degeneradas por
    tejido fibroso. Debido al aumento a veces desproporcionado en la
    masa muscular en relación con la irrigación
    coronaria, se puede desarrollar una isquemia relativa a medida
    que el músculo se hipertrofia, sobreviniendo
    rápidamente una insuficiencia coronaria. Por tanto, el
    dolor anginoso es un acompañante frecuente de muchas
    cardiopatías valvulares y congénitas.
    Además, rápidamente se desarrolla una insuficiencia
    cardíaca, entrando en un círculo vicioso de
    progresión rápida y muerte una vez
    que se inicia la fibrosis subendocárdica.

    Tanto en la estenosis como en la insuficiencia
    aórtica, la musculatura del ventrículo izquierdo se
    hipertrofia debido al aumento de la sobrecarga ventricular. En la
    insuficiencia, también se agranda la cámara
    ventricular para contener toda la sangre
    regurgitante. A veces, la masa muscular del ventrículo
    izquierdo aumenta cuatro a cinco veces, creando un hemicardio
    izquierdo sumamente grande. Cuando la válvula
    aórtica se estenosa gravemente, este músculo
    hipertrofiado permite que el ventrículo izquierdo
    desarrolle hasta 400 mm Hg de presión intraventricular
    durante períodos ocasionales de actividad máxima;
    incluso en reposo, la presión diferencial a través
    de la válvula estenótica es, a veces, de 100 mm
    Hg.

    En la insuficiencia aórtica grave, el
    músculo hipertrofiado permite en ocasiones que el
    ventrículo izquierdo bombee un volumen
    sistólico de hasta 250 mL, aunque hasta las tres cuartas
    partes de esta sangre regresa al
    corazón durante la diástole.

    Otro efecto que ayuda a compensar el reducido bombeo
    neto del ventrículo izquierdo es el aumento del volumen
    sanguíneo. Este es resultado del leve aumento inicial en
    la presión arterial más los reflejos circulatorios
    periféricos inducidos por este descenso,
    reduciendo ambos la excreción renal de orina hasta que el
    volumen sanguíneo aumenta y la presión arterial
    media regresa a la normalidad. También aumenta la masa de
    eritrocitos debido a un grado leve de hipoxia tisular.

    El aumento del volumen sanguíneo tiende a
    aumentar el retorno venoso hacia el corazón. Este, a su
    vez, eleva el volumen diastólico final y la presión
    diastólica final ventriculares, haciendo que el
    ventrículo izquierdo bombee con la potencia
    necesaria para superar la dinámica de bombeo anormal.

    En las etapas iniciales de la estenosis o insuficiencia
    aórtica, la capacidad intrínseca del
    ventrículo izquierdo para adaptarse a cargar crecientes
    impide que se produzcan anomalías importantes en la
    función circulatoria en la persona en
    reposo, aparte del aumento del consumo de
    energía que el ventrículo izquierdo necesita. Por
    tanto a menudo se producen grados muy importantes de estenosis o
    insuficiencia aórtica antes de que la persona sepa que
    padece una cardiopatía grave, como, por ejemplo, una
    presión sistólica ventricular izquierda en reposo
    de hasta 200 mm Hg en la estenosis aórtica o un volumen
    sistólico ventricular izquierdo de hasta el doble de lo
    normal en la insuficiencia aórtica.

    Aparte de las etapas críticas en ambas lesiones
    valvulares aórticas, el ventrículo izquierdo es
    incapaz finalmente de soportar la demanda de
    trabajo. En consecuencia, el ventrículo izquierdo se
    dilata y comienza a descender el gasto cardíaco;
    simultáneamente, la sangre se remansa en la
    aurícula izquierda y los pulmones por detrás del
    ventrículo izquierdo insuficiente. La presión
    auricular izquierda aumenta de forma progresiva, y a presiones
    por encima de 30 a 40 mm Hg de presión auricular izquierda
    media, y aparece edema pulmonar.

    Dada la alta presión intraventricular durante la
    sístole en la estenosis aórtica, fluye poca sangre
    por las arterias coronarias durante esta fase. Por consiguiente,
    es necesario un flujo sanguíneo adicional durante la
    diástole para compensar la diferencia. El músculo
    hipertrofiado del ventrículo izquierdo también
    tiene con frecuencia una vascularización coronaria
    relativamente deficiente. Por último, la presión
    intraventricular permanece a veces alta durante la
    diástole , comprimiendo de este modo las capas internas
    del corazón y disminuyendo el flujo sanguíneo
    coronario. Por todas estas razones, el paciente sufre con
    frecuencia grados intensos de isquemia coronaria y
    angina.

    En la insuficiencia aórtica, el problema es
    más complejo debido a que la presión aórtica
    diastólica desciende muchas veces a valores muy
    bajos cuando la sangre aórtica regurgita en el
    ventrículo. Como la mayor parte de la irrigación
    sanguínea coronaria del ventrículo izquierdo se
    produce durante la diástole, esta baja presión
    puede ser particularmente nociva para el flujo. El efecto es
    especialmente grave para el miocardio subendocárdico, en
    donde el flujo durante la sístole es casi nulo. Por tanto,
    una vez más, se produce isquemia coronaria, con dolor
    anginoso concomitante e incluso la muerte de
    las fibras musculares cardíacas
    subendocárdicas.

    La insuficiencia aórtica suele requerir
    restitución con prótesis de toda
    la válvula. El momento ideal para el reemplazo es
    incierto, ya que muchos pacientes sobreviven por muchos
    años con tratamiento médico, a pesar de
    insuficiencia cardiaca substancial e hipertrofia del
    ventrículo izquierdo. Sin embargo, las tasas de morbilidad
    y mortalidad quirúrgica son significativamente mayores y
    los beneficios a largo plazo son menores cuando la
    operación se retarda hasta que hay un aumento del volumen
    telesistólico del ventrículo izquierdo y
    disfunción ventricular izquierda con disminución en
    la fracción de expulsión. Los estudios
    ecocardiográficos en serie pueden confirmar el aumento del
    tamaño del ventrículo izquierdo y ayudar a
    programar la reposición de la válvula
    aórtica.

    Cuando se desarrolla insuficiencia ventricular
    izquierda, las medidas médicas convencionales para su
    tratamiento sólo deben utilizarse como preliminares de la
    valoración y terapéutica quirúrgicas. La
    prolongación indebida del tratamiento médico puede
    aumentar el riesgo y
    disminuir el beneficio de la operación.

    Bibliografia

    Tratado de Fisiología Médica
    Guyton-Hall
    McGraw Hill Interamericana
    9º. Edición.
    Diagnóstico Clínico y
    Tratamiento
    Krupp-Schroeder-Tierney
    Editorial El Manual
    Moderno
    26º. Edición.

    Fisiología Humana

    Morrison-Cornet-Tether
    Compañía Editorial Continental
    1º. Edición.
    Principios de
    Anatomía y
    Fisiología
    Tortora-Anagnostakos
    Editorial Harla
    5º. Edición.

    http://www.medscape.com/medscape/cardiology/1998/v02.n02/mc0102.02.ince/mc0102.02.ince.html

    http://www.medscape.com/medscape/cardiology/1997/v01.n08/mc.CA-dxtesting.html#TOC

    http://www.ncbi.nlm.nih.gov/htbin-post/Entrez/query?uid=0010677413&form=6&db=m&Dopt=r

     

     

    Autor:

    Rosa Elia González Becerra
    Elyrosy[arroba]latinmail.com

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter