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Bs. As. breve cronología 1810 ? 1880




Enviado por gisu




    1. Rupturas y
    legado institucional del imperio
    español


    3. La Junta
    Grande

    4.
    El Primer Triunvirato

    5. El Segundo
    Triunvirato

    6. La Asamblea del Año
    XIII

    7. El
    congreso de
    Tucumán

    8.
    Directorio de
    Pueyrredón

    9. La Caída de
    Pueyrredón

    10. La Constitución de
    1819

    1. Rupturas y legado
    institucional del imperio español

    La revolución
    de mayo puso fin al orden colonial e inició una amarga
    lucha por la independencia
    y unificación. Aunque el Autogobierno fue instaurado en un
    intento de ahondar y acelerar la prosperidad comercial, pero en
    cambio
    provocó una prolongada desorganización
    económica, décadas de guerra civil y
    una caída en la dictadura.

    Los conductores de la revolución utilizaron, en
    un principio, la misma institución virreinal y su estructura
    política
    para imponer su autoridad y el
    orden inmediato. Así, la junta central de Buenos Aires
    sustituyó al Virrey y hasta el nombre de Fernando VII fue
    utilizado como elemento de unión y poder.

    Los años inmediatos que le siguieron a la
    revolución se caracterizaron por presenciar el nacimiento
    de un torbellino de fuerzas políticas
    rivales.

    Los rasgos generales de esta época son los
    siguientes: (1810-1820)

    – la región consolidó gradualmente su
    autogobierno y finalmente su emancipación de
    jure.

    – al precio de la
    fragmentación territorial, el derrumbe de una autoridad
    común efectiva y una profunda crisis
    económica.

    Las actitudes con
    la que se tomó en cada región las noticias de la
    revolución fueron diferentes: en zonas donde el prestigio
    de la corona estaba desgastado, dicho acontecimiento fue recibido
    con gratitud y tuvo un apoyo incondicional (Santa Fe, Corrientes,
    la intendencia de Salta, etc.). En cambio la actitud fue
    opuesta en regiones que estaban dominadas por personas leales a
    los Borbones (Montevideo, Alto Perú, Asunción) a
    las cuales la junta no ahorró esfuerzos para tratar de
    subordinarlas.

    El acto de ruptura del poder imperial, no
    significó la suplantación inmediata del estado
    colonial, por un estado nacional. Gradualmente, a medida que se
    consiguieron concitar apoyos, fueron pasando de ser
    levantamientos municipales a regionales y luego a
    nacionales.

    A los débiles aparatos estatales del periodo
    independentista se le fueron superponiendo órganos
    políticos (juntas, triunviratos, directorios) con los que
    se intento sustituir el sistema de
    dominación colonial y establecer un polo de poder
    alrededor del cual constituir un ESTADO NACIONAL.

    Estos intentos no siempre fueron exitosos, y en muchos
    casos desembocaron en largos periodos de enfrentamientos
    regionales y luchas entre fracciones políticas, en los que
    la existencia del Estado Nacional se fundaba en el reconocimiento
    externo de su soberanía política.

    El fracaso se debió a la escasa integración territorial, derivada de la
    precariedad de los mercados y
    agravada por la interrupción de los vínculos con la
    vieja metrópoli.

    La efectiva posibilidad de una economía mas
    integrada y compleja, sumada a la preservación de ciertas
    instituciones
    coloniales como instrumentos de control
    político, suministraron el cemento que
    amalgamarían a la sociedad
    territorialmente asentada y al incipiente sistema de
    dominación en un Estado Nacional en un ESTADO NACIONAL.
    Esto explicaría por que, en casos como Argentina, la
    precariedad de las economías regionales, la
    extensión territorial, las dificultades de comunicación y transporte,
    las prolongadas luchas civiles, etc, demoraron por muchos
    años el momento en que tal amalgama se
    produciría.

    20 de mayo de 1810. Mediante una proclama, el 18 de mayo
    de 1810, el virrey Cisneros confirmó los rumores acerca de
    la caída en manos francesas de Sevilla y de la Junta
    Central que en ella funcionaba. Cisneros pidió lealtad a
    Fernando VII, pero ya era tarde: la agitación popular se
    volvió cada vez más intensa. Desde hacia
    días, los criollos venían discutiendo qué
    hacer ante la situación planteada.

    En la mañana del 20, luego de sucesivas
    reuniones, se decidió pedir una autorización al
    virrey para llamar a un Cabildo Abierto, fórmula
    institucional para que se pronunciaran los vecinos de la
    ciudad.

    El virrey Cisneros y sus partidarios consiguieron
    dilatar la cuestión. Sólo accedieron a convocar a
    un Cabildo Abierto después de reunirse con los jefes de
    las milicias. En esta consulta, representados por Saavedra, los
    militares expusieron su posición: el virrey debía
    admitir, pues su mandato había caducado tras la
    caída de la Junta Central española. La suerte del
    virrey estaba echada.

    21 de mayo de 1810. Hombres armados ocuparon la Plaza de
    la Victoria y exigieron a los gritos que se convocase a un
    Cabildo Abierto y se destituyese al virrey Cisneros.

    Tal fue el tumulto en la plaza que, alarmados, los
    cabildantes se apresuraron a solicitarle al virrey que autorizase
    la convocatoria a un Cabildo Abierto. Cisneros firmó la
    convocatoria y llamó a Saavedra, comandante del Regimiento
    de Patricios, para que tranquilice a los vecinos que estaban en
    la plaza.

    22 de mayo de 1810. En la mañana se abrió
    el debate, cuya
    finalidad era tomar una decisión acerca de la permanencia
    o no de las autoridades españolas en el Río de La
    Plata. La votación del 22 se prolongó hasta la
    medianoche. Se resolvió que la asamblea continuaría
    al día siguiente.

    23 de mayo de 1810. A las diez de la mañana se
    volvió a reunir el Cabildo ordinario. Pese a lo convenido,
    anunció que el Cabildo Abierto no se reanudaría y
    realizó el escrutinio de los votos de la jornada
    anterior.

    Los 155 votos que resultaron por la cesación del
    virrey comprendían diversas posturas:

    La fórmula propuesta por Saavedra –delegar
    en el Cabildo el mando interino hasta que se formase una junta de
    gobierno– se
    impuso con 87 votos.

    24 de mayo de 1810. En horas de la mañana,
    sesionando a puertas cerradas, el Cabildo procedió a
    constituir la Junta, conforme se desprendía de la
    mayoría de los votos. En esas circunstancias, el
    síndico Julián Leyva creyó satisfacer a
    todos los bandos formando la siguiente Junta:

    – Presidente: B. H. De Cisneros.

    – Vocales: Cornelio Saavedra (militar), Juan N. De
    Solá (eclesiástico), Juan José Castelli
    (abogado), J. Santos de Incháurregui
    (comerciante).

    El Cabildo cumplía aparentemente con el resultado
    del sufragio, pero imponía, de hecho, la posición
    legalista. El mismo virrey cuya destitución había
    sido votada por la mayoría, era el presidente de la Junta.
    Pocos cabildantes advirtieron con claridad que se trataba de una
    estratagema legal. En la Plaza de la victoria, en cambio, al
    difundirse la noticia de la composición de la Junta, la
    tensión creció. Esta situación
    desencadenó la renuncia de Saavedra y Castelli.

    25 de mayo de 1810. Durante la mañana, los
    cabildantes reunidos estuvieron dispuestos a rechazar las
    renuncias, aduciendo que la Junta no tenía facultades para
    negarse a ejercer un poder que el pueblo le había
    conferido. Los cabildantes confiaban en el apoyo de las fuerzas
    militares para sostener esta posición.

    De nuevo en la plaza, entraron en acción los
    "chisperos". Apenas se enteraron del rechazo de las renuncias,
    muchos de ellos penetraron en la sala capitular y allí,
    como representantes de la gente que estaba en la plaza,
    manifestaron el disgusto y la decepción
    generalizados.

    En una reunión, los jefes de las milicias,
    anunciaron que volvían a retirar su apoyo al Cabildo.
    Mientras, la gente reunida en la Plaza exigía saber
    qué estaba ocurriendo. El Cabildo no tuvo otra alternativa
    que pedirle la renuncia a Cisneros y la disolución de la
    Junta que presidía. El bando patriota aprovechó
    para plantear que sólo el pueblo debía asumir toda
    la autoridad. Para ganar tiempo, los
    regidores plantearon que una petición así
    debía hacerse por escrito. El texto, que ya
    había sido redactado durante la noche anterior, fue
    presentado de inmediato. Así nació la Primera Junta
    de Gobierno.

    2. Primera Junta de
    Gobierno

    Fue la expresión del primer gobierno constituido
    por criollos. El objetivo de
    esta junta era convocar a los representantes de cada provincia
    para considerar las actitudes a tomar ante la nueva
    situación de la región. Fue la que provocó
    la revolución. La junta esperaba lograr la alianza de las
    regiones con la rebelión metropolitana.

    Dentro de esta se producen peleas internas,
    principalmente entre Moreno (sec.) y Saavedra (pte). El primero
    quería lograr una independencia inmediata y la
    proclamación de una república centralizada
    políticamente en Buenos Aires. Saavedra por su parte,
    apoyaba el "Autogobierno" bajo la "Máscara de Fernando", y
    era defensor del gobierno compartido con las regiones. Saavedra
    sale triunfador de este litigio y siguiendo con su línea
    moderada, crea la Junta Grande, para incluir a representantes del
    interior (2 diputados). Moreno renunció a su cargo y se
    embarcó para realizar una misión
    diplomática en Europa. El 4 de
    marzo de 1811, murió en alta mar.

    3. La Junta
    Grande

    El reglamento del 25 de mayo de 1810 establecía
    que las ciudades del Interior debían enviar diputados a
    Buenos Aires para formar un Congreso. Dos días
    después, una circular los invitaba a incorporarse a la
    Junta, pero Moreno retrasó todo hasta diciembre cuando
    renunció. Sin embargo, la victoria saavedrista fue muy
    frágil: la oposición, reunida en la Sociedad
    Patriótica y apoyada por el Cabildo, seguía activa
    y ganó posiciones. Debido a diferentes campañas
    militares fallidas el ex Virreinato del Río de La Plata
    pierde el dominio sobre el
    Alto Perú, Paraguay y
    Montevideo.

    4. El Primer
    Triunvirato

    Como consecuencia del fracaso de Saavedra, principalmente
    militar, y a la "incomodidad" de la Junta, que no puede sesionar
    con tantos integrantes que nunca logran un acuerdo, esta es
    desplazada por un triunvirato, gobierno de tres personas (el
    Primer Triunvirato) y acompañado por una Junta
    Conservadora (en donde recaen el resto de los miembros de la
    Junta Grande), totalmento opuesto a Artigas, que es quien
    disuelve la Junta Grande y las provinciales. El trío
    integrante del gobierno queda conformado por: Paso, Chiclana y
    Sarratea. Con un estatuto provisional que creaba una asamblea
    general de poderes ilimitados. Instado por Rivadavia, el
    Triunvirato intento lograr el apoyo de Gran Bretaña, para
    imponer una Monarquía Constitucional (idea sostenida con
    anterioridad por Belgrano). Surge del interior un creciente
    rechazo a la política del Triunvirato y un acercamiento a
    Artigas.

    En 1812, crece un movimiento
    político bajo el lema: "Independencia, Constitución y Democracia",
    la llamada Sociedad Patriótica, encabezada por San
    Martín, que provocó la caída del
    Triunvirato, exigiendo una lucha más vigorosa por la
    emancipación y para atraerse a Artigas y al Interior, la
    convocatoria del congreso propuesto.

    5. El Segundo
    Triunvirato

    Según el Estatuto Provisional, en octubre
    debía realizarse la elección del sucesor de
    Sarratea, cuyo mandato en el Triunvirato cesaba. El candidato
    propiciado por la Logia era Bernardo Monteagudo, un adversario
    acérrimo de Rivadavia. Monteagudo fue elegido y entonces
    lo inhabilitaron por casos infundados. Antes esta maniobra, el
    pueblo empezó a reclamar por un grupo
    más "digno" de personas en el Triunvirato. El Cabildo
    aceptó designar a un nuevo ejecutivo, o Segundo
    Triunvirato, "ligado a la indispensable convocación a una
    Asamblea General" – según consta en acta –
    integrado por Juan José Paso, Antonio Álvarez Jonte
    y Nicolás Rodríguez Peña (estos dos
    últimos miembros de la Logia Lautaro). Para esto, el
    primero había gobernado durante un año y quince
    días.

    6. La Asamblea del Año
    XIII

    La influencia de la Logia

    Luego de la Revolución del 8 de Octubre de 1812,
    el segundo Triunvirato era el mascarón de proa del
    verdadero poder: el ejercido por la Logia Lautaro, que se
    proponía radicalizar la política moderada seguida
    por los gobiernos revolucionarios desde 1810. La convocatoria a
    una Asamblea Constituyente, fechada el 24 de octubre, aclaraba
    que los "vecinos libres y patriotas" debían elegir
    diputados: cuatro por Buenos Aires, dos por cada capital de
    intendencia y Tucumán, y uno por el resto de las ciudades.
    La Logia echó mano a todos los recursos para
    asegurarse que los electos fuesen afines a su política. A
    comienzos de 1813, todo auguraba la
    organización de un nuevo Estado
    independiente.

    El 31 de enero 1813, el congreso planeado se
    reunió, cuidando de dar la representación debida al
    interior, y con la intención de logarar una igualdad
    social. Se modeló según la Asamblea Constituyente
    Francesa de 1789 (libertad,
    igualdad, fraternidad). Aunque la principal función es
    redactar una constitución, se logran muchas resoluciones,
    las más importantes fueron:

    – Abolió los servicios de
    los indios (mita, encomienda y yanaconazgo).

    – Suprime el mayorazgo.

    – Fueron anulados los títulos de nobleza y los
    patrimonios terratenientes.

    – Se abandonó la trata de esclavos y se
    liberó a los hijos de esclavos nacidos después de
    su instalación (libertad de vientres) y de todos los
    esclavos que ingresaran en nuestro territorio. De la
    última disposición quedarían
    excluídos, posteriormente, los fugitivos de Brasil.

    – Suprimió la inquisición y la tortura
    judicial.

    – Se declaró soberano e impuso el nombre de
    "Provincias Unidas del Río de La Plata".

    – Crea el Directorio Supremo (gobierno
    unipersonal).

    – Creación de la primera moneda
    patria.

    – Creación del escudo nacional

    – Se declara canción nacional el
    Himno.

    – Se falló en el intento de dictar la
    constitución, por la no aceptación de los
    requerimientos de los diputados de Artigas, sin embargo, las
    bases para una constitución quedan puestas.

    – Tampoco se declara la independencia, pero ya se
    está buscando el camino para identificarnos como una
    nación.

    Entonces, una de las decisiones de la Asamblea, es la
    designación de una nueva forma de gobierno, el Directorio,
    que irá acompañado y asesorado por un Consejo de
    estado de nueve miembros. Finalmente en el cargo de Director
    queda Antonio Gervasio de Posadas que asume el 31 de Enero de
    1814 y debe enfrentar numerosos problemas
    entre ellos la decisión de Artigas de acabar el sitio en
    Montevideo, y más tarde, al designar a Rondeau de remplazo
    en el Ejército del Norte, que las tropas se sublevasen.
    Posadas, sintiéndose desautorizado, renunció, y la
    Asamblea designó al mismo Alvear "Director de Estado".
    Alvear no se mantuvo demasiado tiempo, y por problemas con
    Artigas, el Cabildo pidió su renuncia y la
    disolución de la Asamblea General. Entonces el Cabildo
    designó como nuevo director a Rondeau, que estabaen Jujuy
    al frente del Ejército y creó una Junta de Observación con el fin de convocar a las
    provincias a un Congreso General. Esta Junta, integrada por cinco
    miembros, redactó un Estatuto Provicional que autorizaba
    al Director a convocar a todas las ciudades para elegir y enviar
    diputados a un Congreso Constituyente que se reuniría en
    Tucumán. Fue la única cláusula que fue
    aceptada por casi todas las provincias, y posibilitó la
    reunión que declararía nuestra
    independencia.

    Para remplazar interinamente a Rondeau mientras durara
    su ausencia, fue designado el coronel Ignacio Alvarez Thomas,
    quien asumió el 21 de abril. Su principal objetivo fue
    mejorar las relaciones con Artigas, quien encabezaba una Liga
    Federal integrada por la Banda Oriental, Santa Fe, Entre
    Ríos, Corrientes y Córdoba. Pero no pudo cumplirlo.
    En agosto envió al general Viamonte al frente de fuerzas
    que ocuparan la ciudad de Snata Fe y nombraran un gobernador. En
    marzo de 1816, tropas santafesinas al mando del comandante
    Estanislao López, derrotaron nuevamente al ejército
    porteño.

    Tras otro fracaso enviando a Belgrano, el Cabildo y la
    junta de observación aceptaron la renuncia del Director
    interino y el 17 de abril designaron en su remplazo a Antonio
    González Balcarce, quién sólo gobernó
    hasta julio, cuando llegó Juan Martín de
    Pueyrredón, elegido por el Congreso de Tucumán,
    para hacerse cargo del Poder
    Ejecutivo.

    7. El congreso de
    Tucumán

    Buenos Aires designó a Juan José Paso,
    Tomás Manuel de Anchorena, Fray Cayetano Rodríguez,
    Pbro. Antonio Sáenz, José Darragueira,
    Agustín Gascón y Pedro Medrano. Sus instrucciones
    eran postular la adopción
    de una Constitución que estableciera un poder Ejecutivo
    unipersonal, sin aclarar si preferían el sistema
    monárquico o republicano.

    Para inaugurar el período de sesiones no se
    esperó que estuvieran presentes todos los diputados,
    Cuando se reunieron dos tercios, se fijó el 24 de marzo.
    Ese día, los representantes se constituyeron y designaron
    presidente del Congreeso al doctor Pedro Medrano, estableciendo
    que el cargo se renovaría mensualmente, y como secretarios
    a Paso y Serrano.

    A raíz de la renuncia de Álvarez Thomas, y
    su remplazo provisorio por Balcarce, dada la ausencia del titular
    José Rondeau, el Congreso resolvió elegir nuevo
    Director Supremo. La votación se realizó el 3 de
    mayo Juan Martín de Pueyrredón fue electo (como ya
    antes habíamos aclarado).

    Durante los tres primeros meses, el Congreso
    consideró su organización, la aprobación de los
    diplomas de los diputados, la fórmula de juramento a su
    soberanía, y la elaboración de un plan de
    trabajo.

    El temario presentado incluía 17 puntos. Los
    principales eran: manifiesto explicativo de los fines del
    Congreso, sus atribuciones y duración; discusión
    sobre la declaración de la Independencia; pactos
    interprovinciales previos a la Constitución;
    determinación de la forma de gobierno y elaboración
    de una Constitución. Los restantes se referían al
    sistema
    financiero, el funcionamiento de la Justicia, el
    régimen militar, la educación, los
    límites territoriales y el régimen agrario. La
    influencia de San Martín y Belgrano para la
    consideración del tercer punto del sumario fue
    decisiva.

    San Martín decía: "¿hasta
    cuándo esperaremos para declarar nuestra Independencia? Es
    ridículo acuñar moneda, tener pabellón y
    escarapela nacional, y por último, hacer la guerra al
    soberano de quien se dice dependemos y permanecer a pupilo de los
    enemigos. ¿Qué más tenemos que
    decirle?"

    Belgrano, por su parte, quien acababa de regresar de
    Europa, se trasladó a Tucumán a principios de
    julio y el día 6 expuso ante el Congreso la
    situación europea, después de la frustada
    misión diplomática cumplida por
    Rivadavia.

    9 de julio de 1816. El día 8, los diputados
    deliberaron en sesión privada sobre la Independencia, y
    resolvieron proclamarla en la sesión siguiente. Reunidos
    bajo la presidencia de Narciso Laprida con la
    participación de numeroso público, el 9 de julio,
    luego de una votación, se labró el acta suscrita
    por los 29 congresales: "En la benemérita y muy digna
    ciudad de San Miguel de Tucumán, a los nueve días
    del mes de julio de 1816: Nos, los representantes de las
    Provincias Unidas de Sud América, reunidos en congreso General,
    invocando al Eterno que preside el Universo, en
    nombre y por autoridad de los pueblos que representamos,
    protestamos al Cielo, a las Naciones y a los hombres todos del
    globo, la Justicia que regla nuestros votos.

    "declaramos solemnemente a la faz de la Tierra que
    es la voluntad unánime e indubitable de estas Provincia
    romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes
    de España,
    recuperar los derechos de que fueron
    despojados, e investirse del alto carácter de una
    nación Libre e Independiente del rey Fernando VII, sus
    sucesores y metrópoli, quedando en consecuencia, de hecho
    y de derecho, con amplio y pleno poder para darse las formas que
    exija la justicia e impere el cúmulo de las actuales
    circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican,
    declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio
    al cumplimiento y sostén de esa voluntad, bajo el seguro y
    garantía de nuestras vidas, haberes y fama".

    El siguiente 19 de julio, y por iniciativa de Medrano se
    agregó a la independencia "de Fernando VII, sus sucesores
    y metrópoli", otra parte "y de toda otra dominación
    extranjera", tanto en el Acta como en la fórmula de
    juramento que se exigiría a los representantes,
    funcionarios y tropas.

    El origen de tal modificación fue el rumor de que
    a espaldas del Congreso de estaba proyectando un protectorado de
    Portugal.

    Una vez jurada la Independencia, el Congreso pasó
    a deliberar sobre el sistema de gobierno. Belgrano había
    expuesto en la sesión del día 6, la
    situación de Europa, donde existía un auge
    monárquico y las casas reinantes pretendían imponer
    a miembros de las familias reales en América. Por eso
    pensaba que el establecimiento de una dinastía propia en
    las Provincias Unidas de Sud América, podía
    constituir una garantía de estabilidad ante las ambiciones
    externas.

    A fines de 1816, el Congreso remitió al Director
    Supremo un Estatuto Provisional de Gobierno para que lo
    promulgara. Pero Pueyrredón lo devolvió porque
    estimaba que las atribuciones del Poder Ejecutivo eran limitadas
    entendiendo que las fuerzas militares debían estar bajo el
    mando del Directorio.

    El Congreso se trasladó a Buenos Aires a
    principios de 1817 para enfrentar juntamente con
    pueyrredón la grave situación existente: los
    portugueses habían invadido la banda Oriental; el
    ejército del Virreynato del Perú seguía
    amenazando las fronteras del Norte, defendidas por Güemes y
    no pocas provincias reaccionaban vehementemente ante el proyecto
    monárquico.

    Al reiniciar las sesiones se decidió que: El
    titular del Poder Ejecutivo sería designado por el
    congreso, y los gobernadores serían elegidos por el
    director Supremo entre candidatos propuestos por los cabildos.
    Este último mecanismo confería al Reglamento una
    orientación centralista que siguió provocando
    conflictos con
    las provincias. La tendencia sería acentuada en la
    Constitución que sancionaría en 1819. El llamado
    "Congreso de Tucumán" seguiría sesionando hasta
    febrero de 1820.

    8. Directorio de
    Pueyrredón

    Pueyrredón tuvo en general una fecunda gestión, más allá de los
    problemas graves que se estaban dando en la Banda Oriental y
    hacia el Norte. En el plano económico, fundó la
    Caja Nacional de Fondos del Sud, que fue base del sistema
    bancario argentino; adjudicó tierras a los pobladores para
    extender las fronteras con los indios y fomentó la
    producción agrícola y ganadera, la
    exportación de granos y las industrias,
    racionalizando la explotación de los saladeros.

    Pueyrredón tuvo que enfrentar el pesado costo
    económico de la guerra revolucionaria. No era un problema
    nuevo, pero sí más acuciante: la contienda se
    prolongaba y afectaba, cuando no destruía, los circuitos
    comerciales y productivos. La guerra civil alentaba el saqueo
    sistemático de la producción ganadera del Litoral.
    A todo eso se agregó que la campaña de San
    Martín a Chile impuso
    un costo de una magnitud desconocida hasta ese momento. En 1817
    pueyrredón ensayó varias medidas para obtener
    ingresos
    regulares, como la imposición de tasas aduaneras, pero, en
    1819, el gobierno todavía seguía recurriendo a los
    impopulares gravámenes extraordinarios.

    Los principales ingresos públicos
    provenían de los impuestos a la
    importación, que, indirectamente, afectaba a los
    consumidores. A cambio de los empréstitos solicitados a os
    comerciantes, el Gobierno daba órdenes de pago a largo
    plazo. Dichas órdenes sólo podían ser
    descontadas al momento por los grandes comerciantes, en su
    mayoría ingleses, que se convirtieron en fuertes
    acreedores del Estado. En 1819, el aumento de la deuda
    pública llevó al Gobierno a incrementar las
    contribuciones forzosas en un 11%.

    9. La Caída de
    Pueyrredón

    A comienzos de 1819, Carlos de Alvear, junto con
    José Miguel Carrera y Manuel de Sarratea, planeó en
    Río de janeiro la destitución de Pueyrredón.
    Los caudillos López y Ramírez,
    disconformes con la Constitución de 1819, entraron en la
    conspiración. San Martín intentó apoyar a
    Puyrredón y envió a un batallón de Cazadores
    de los Andes al mando de Mariano Mendizábal, pero
    éste se sumó a la revuelta. El 9 de junio de 1819,
    Pueyrredón renunció a favor de José
    Rondeau.

    10. La Constitución
    de 1819

    Ya en Buenos Aires, el Congreso aprobó la
    Constitución del nuevo Estado, que fue jurada el 25 de
    mayo de 1819. La carta
    establecía un Ejecutivo unipersonal que, con pocos
    recortes, podían ser transformado en una monarquía
    constitucional, si las misiones diplomáticas que buscaban
    un monarca en Europa tenían éxito. El Legislativo
    estaba compuesto por dos cámaras: una de Representantes,
    elegidos en forma proporcional a la población, y un Senado con representantes
    de las corporaciones (los cabildos, la iglesia, el
    Ejército o las universidades). El rechazo a su marcado
    centralismo se
    inició en el Litoral. Poco después de su jura, fue
    cuando Pueyrredón se vio obligado a renunciar.

    La Constitución de 1819 respondió al
    esquema establecido por el pensador francés Montesquieu:
    Ejecutivo, Legislativo, Judicial.

    En cuanto a la representatividad, teníamos 1
    diputados por cada 25.000 habitantes o fracción mayor de
    17.000. Los diputados eran "de la nación" y no de las
    provincias.

    El Poder ejecutivo recaía en una sola persona, el
    director. Éste podía ser reelecto una sola vez, si
    contaba con el voto de las dos terceras partes de las
    Cámaras.

    La figura del Director Supremo, logró conservarse
    hasta el año1820, cuando con la Batalla de Cepeda, se
    inicia un período de autonomías provinciales
    (Disolución del gobierno centralizado).

    Categoría: Historia

     

     

    Autor:

    Gisele Jaquenod De Giusti

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