1.
Contenido
3. La Ideología Económica De
Rosas
4.
La Política De La
Tierra
5.
Agricultura
6. La
Ganadería
7. El Gaucho Y El Peón De
Campo
8.
Producción Interna
9. El Comercio
Exterior
10. Consecuencias de la campaña del
desierto
11. Consecuencias económicas del
bloqueo
anglo-francés
12. Situación económica durante el
periodo de urquiza
13.
Conclusión
14. Bibliografía
Empleada
Todo lo relacionado con la historia económica de
la Rep. Argentina durante 1830-1860. Rosas y su
ideología económica. La Ley de Aduana.
Librecambio y proteccionismo. La casa de la Moneda. La política de la tierra. La
agricultura.
La ganadería. Los saladeros. El gaucho y el peón de
campo. Producción interna. Rutas comerciales. Los
ferrocarriles. El comercio
exterior. Consecuencias de la "Campaña del desierto".
Consecuencias económicas del bloqueo anglo-francés.
Situación económica durante el gobierno de
Urquiza. La Constitución: fomento de la inmigración.
Los gobiernos unitarios habían fracasado en la
reconstrucción económica y la
organización del país. La lucha entre unitarios
y federales caracterizó el panorama nacional por dos
décadas. Para muchos historiadores el enfrentamiento
significó una lucha de intereses de las provincias y los
de la capital-puerto. Un poderoso estanciero llamado
Juan Manuel de Rosas aparecería para defender los
intereses del federalismo
porteño. Gobernador de Buenos Aires en
dos oportunidades, de 1829 a 1832 y entre 1835 a 1852,
caracterizó su acción con una prolongada dictadura y
exitosos intentos de postergar la organización nacional. Durante el
transcurso de este gobierno se produzco una revolución
de la ganadería y del comercio
exterior.
Incitado por expansión ganadera, Rosas
inició una campaña con el fin de conquistar las
tierras patagónicas. Emprendió, así, la
"campaña del desierto", que desató una crucial
guerra
provocando una elevada reducción de pueblos
indígenas.
La nación debió soportar varias
arremetidas de las potencias extranjeras: Gran Bretaña
ocupando en 1835 las Islas Malvinas y,
prontamente dos bloqueos navales provocados entre los años
1838 y 1840, el primero, y desde 1845 a 1850 el segundo, siendo
Francia el
protagonista de ambos, con la anexión de Gran
Bretaña en el último.
El año 1852 sirve de indicador para separar dos
periodos bien distintos: la época de Rosas y la
organización nacional. En aquel año, Urquiza, que
había derrocado a Rosas en la batalla de Caseros, se
impone en Buenos Aires. El 1º de mayo 1853, en Santa Fe,
quedó sancionada la Constitución Nacional,
estructurando al estado bajo la
forma de gobierno republicana, representativa y federal. Buenos
Aires había quedado excluido de la Confederación.
En 1860, Derqui asume la presidencia. Más tarde se
produciría la batalla de Pavón que podría
fin a la Confederación y sería el comienzo de la
preponderancia porteña.
3. La Ideología
Económica De Rosas
La política
económica de Rosas se basó fundamentalmente,
por un lado en la expansión ganadera de Buenos Aires,
evitando aumentar los impuestos; y por
otro, en el mercado
exterior.
Asentó su esfuerzo en disminuir el déficit
presupuestario y estabilizar el valor del
papel
moneda.
Durante su segundo gobierno, apuntó a la economía en los
gastos y a la
administración de las rentas. Reforzando su
postura, mantuvo la exclusividad del puerto de la ciudad, el
control sobre la
navegación de los ríos y el manejo exclusivo de la
aduana.
Con el cierre de la Universidad y la
supresión de los fondos para asilos y hospitales,
logró mantener un acrecentado presupuesto
policial.
Consiguió reducir la deuda interna desde 1840 a
1850, de 36.000.000 de pesos a algo menos de 14.000.000, gracias
a la rebaja impositiva.
Librecambio y proteccionismo.
Los problemas
financieros que hubo en el gobierno de Rosas no fueron los
únicos ni los principales. El problema mayor fue la
oposición entre librecambistas y proteccionistas. La
polémica no afectaba a los porteños, pues unitarios
y federales eran, partidarios del librecambio, aunque
diferían en la forma de aplicarlo. Solo grupos
numéricamente pequeños como artesanos, agricultores
y pequeños comerciantes, sentían atracción
por el proteccionismo.
Las otras provincias querían proteger su
producción frente a la competencia
extranjera y deseaban un aumento de los impuestos
aduaneros.
La Ley de Aduana de 1835.
A comienzos de su segundo gobierno, Rosas impulsó
la sanción de una nueva ley de aduanas que
elevaba los aranceles que
pagaban los productos
llegados del exterior y prohibía la introducción de
otros que se producían en el país.
Se aumentaba el 35% a muebles, espejos, coches, vino y
aguardientes, guitarras, valijas de cuero, baúles,
látigos, frazadas y mantas, etc.; el 50% cervezas, fideos,
sillas de montar, sillas de estrado, etc..; se prohibía la
entrada de manufacturas de hierro bronce
y latón, ponchos, peines, cinchas, lazos, bozales,
cojinillos, rebenques y demás arreos para el caballo. Las
harinas y el trigo no podían importarse mientras las
locales no alcanzasen el precio de 50
pesos la fanega.
La introducción de productos por vía
terrestre era libre, con excepción del tabaco y yerba de
Paraguay,
Misiones y Corrientes.
La ley tuvo un buen recibimiento en el interior del
país, fortaleciendo la imagen
política de Rosas; permitió la reactivación
de la agricultura, la industria del
cuero, la vitivinícola, la textil, la de los metales y de la madera.
Dejó de aplicarse en 1838 como consecuencia del bloqueo;
ante las necesidades de la Tesorería, el gobierno de
Buenos Aires tomó medidas que significaron una vuelta al
librecambio.
La Casa de la Moneda.
Fue creada en 1836 en reemplazo del Banco Nacional:
presentaba las características de un banco de Estado
administrativo por una junta, bajo el control del gobierno. Tenia
a su cargo las emisiones, recibía depósitos en
dinero,
descontaba letras y pagarés, y recibía
depósitos judicial
Durante la gobernación de Rivadavia se
dictó la ley de enfiteusis, que establecía la
entrega de tierras por parte del estado, por un plazo de veinte
años y que eran destinadas a la producción, a
cambio de
recibir un canon o renta anual que se ajustaba cada diez
años.
Pero Rosas se dedicó a liquidar este sistema, ya que
su política estuvo apuntada a poder disponer
de gran cantidad de tierras públicas enajenables, con la
finalidad de poblar la pampa y obtener un recurso fiscal. En
1836 se aprobó una ley que constituía la venta de tierras
dadas en enfiteusis, de esta forma los enfiteutas pasaron a ser
propietarios de grandes extensiones de tierra
recibidas durante el gobierno de Rivadavia. También les
fueron otorgadas tierras a militares como recompensa de los
servicios
prestados.
La tierra se subdividió conforme a tres
modalidades: por loteo, por ventas
parciales de grandes estancias y por sucesión o
transmisión hereditaria; esta última resultó
la más generalizada de todas. Los tipos de parcelamientos
reflejaron las características geográficas e
históricas de las tierras.
Cinco años mas tarde de la caída de Rosas,
en 1857, una nueva ley suprime definitivamente el sistema
enfitéutico imponiendo el rescate de sus concesiones a los
beneficiarios que subsistieran, y otorgándoles en
arrendamiento gratuito las tierras localizadas más
allá de la línea de la frontera.
Como conclusión de la política de la
tierra se puede mencionar la expresada por Patricio H. Randle que
indica que "el tema de la tierra, aislado de su contexto
integral, nunca ha servido para hacer progresar verdaderamente el
campo"
El sector pampeano monopolizaba los cultivos cerealeros,
con excepción del arroz, el lino y el girasol. El Noroeste
se identificaba por los frutales, el nogal, el olivo, el
maíz y la incipiente caña de azúcar. En la
región nordeste, con mayor precisión en Corrientes,
se especializaban por el tabaco y la mandioca, mientras se
percibía la ausencia del arroz por la falta de mano de
obra, los citrus prosperaron notablemente. Cuyo manifestaba
predilección por la vid y otros frutales.
En realidad, el desarrollo
agrícola tenía varias dificultades que eran
provocadas por la falta de mano de obra y su alto costo,
conjuntamente los métodos
primitivos originaban un rendimiento bajo y la falta de capital
negaba la compra de maquinarias y herramientas
fundamentales.
La economía porteña dejó de tener
prioridad por la actividad comercial y empezó a considerar
mayor interés
por la ganadería, que tuvo un desarrollo
progresivo.
El ganado vacuno.
Si bien se continuó la ganadería
extensiva, tuvieron lugar las primeras experiencias para
perfeccionar el ganado vacuno. El mestizaje se inició por
John Miller con el primer toro Shorthorn, operación que se
repitió en 1841 con la introducción de 2.000
cabezas de ganado de raza. De todas maneras las
características de los animales criollos
se adaptaban mejor al proceso de la
salazón: cuero grueso y carne magra.
Se establecieron algunas mejoras en el sistema de
aguadas artificiales y en 1845 se realizó la
introducción del alambre por parte de don Ricardo Newton con la
finalidad de cercar el ganado, pero su difusión no fue
inmediata.
El ganado ovino.
Con respecto al ganado ovino se puede decir que la
primera producción de merinos conocida se produjo en 1814
cuando Thomas Lloyd Halsey importa desde España 35
cabezas del citado ganado. Más tarde Rivadavia realiza dos
importantes importaciones, la
primera en 1824 trayendo 100 merinos y dos años
después incluyendo otras 70 unidades.
La cría del merino cobró especial
significado pues representó el paso hacia una
ganadería más evolucionada. Lentamente el ganado
merino se fue difundiendo y mejorando el vellón.
Finalizando el gobierno rosista, esta explotación
comenzó a tornarse lucrativa por el requerimiento
creciente de los países industrializados.
El ganado equino.
Durante la época de Rosas, adquiere valor las
yeguadas porque constituyen la base de las dádivas que
servían de "colchón" contra el malón. Los
caballos eran originarios de España aunque poseían
algo de sangre
árabe, los más se habían hecho cimarrones.
La recuperación de estos caballos, su amansamiento y su
cruza, dió lugar a lo que se llamó raza criolla,
animal que se naturalizo en la pampa donde se adecuó a las
tareas del campo. Cabe aclarar que en aquellos tiempos hubo una
reducción en el número de cabezas de este ganado
debido a las guerras,
matanza por cueros y sequías. Rosas preocupado por esta
situación como medida de protección de éste
prohibió su sacrificio
Los saladeros.
Derivados de la ganadería, los saladeros mediante
la salazón de carnes lograron una explotación
integral del vacuno. Estos se dedicaban a la producción
del tasajo, que era carne salada para su conservación.
Este producto era
destinado a la alimentación de
esclavos o de ejércitos en marcha. Además,
extraían el sebo y la grasa que eran utilizados para la
fabricación de velas, jabones y lubricantes para cueros.
Estos productos se comerciaban internamente y se
exportaban.
Rosas y sus socios capitalistas establecieron un
importante saladero en 1815 en el partido de Quilmes, llamado
"Rosas, Terrero y Cía.". Tiempo
después, y considerando la significativa ganancia que
éste originaba, decidieron instalar otros en sus
proximidades. En 1835, pese a su gran repunte, Rosas decide
liquidar la empresa y
retirarse del negocio saladeril.
7. El Gaucho Y El
Peón De Campo
El gaucho era un hombre de
campo, que vivía en una choza o rancho; un individuo
libre, que subsistía casi sin trabajar y las pocas faenas
que realizaba las hacía a caballo. Estas tareas eran
vinculadas el ganado en general. Las escasas circunstancias que
trabajaba a pie eran para matar animales, poner cueros a secar o
reparar los arreos de su caballo.
La causa de su parco labor está bien explicada
por William Mac Cann cuando dice que "el paisano rehuye de todo
trabajo cuyo éxito dependa del transcurso del tiempo; no
sabe valorar éste y no lo cuenta por horas ni por minutos
sino por días; es hombre moroso y su vida transcurre en un
eterno mañana; tiene hábitos migratorios y por
dondequiera que se encamine, sabe que encontrará de
qué alimentarse, debido a la hospitalidad de las
gentes".
Pero progresivamente la vida del gaucho fue cambiando,
muchos se convirtieron en peón de estancia y otros pasaron
a ser soldados de la Guardia Nacional. Cabe aclarar que no se
trataría de una extinción de este tipo de
personaje, sino una disminución.
Aclarado el origen del peón de estancia, es
necesario describir su desempeño, y bien lo explica
Pérez Amuchástegui cuando dice que "el modo de
vivir de los últimos (refiriéndose a los gauchos)
no se cambió esencialmente por esta nueva
ocupación, pues el cotidiano rodeo de las manadas que
pastoreaban en el campo libre, la búsqueda de animales
extraviados, el cercar y desollar el ganado y la doma de los
caballos, conservó en su entereza el carácter que
había tenido en el ejercicio de la caza. Con los indios
siguieron peleando, pero ahora no por su propia cuenta, sino en
defensa de las manadas de los estancieros o en el servicio del
gobierno".
La producción interna se puede clasificar por
regiones:
Patagonia: No hubo un desarrollo productivo, pues
era una zona de conflictos y
no estaba ocupada por estancieros sino por salvajes. Durante el
gobierno rosista se desarrollaron campañas con el fin de
conquistar esas tierras, tema que será desarrollado
más adelante.
Centro: La actividad agrícola desarrollada
en la región estuvo sujetada al consumo del
ajustado mercado regional. La ganadería gozó de
cierta prosperidad debido a que Córdoba fue lugar de
producción de hacienda de carga para el Alto Perú,
siendo la estancia el tipo de organización para esta
actividad. La actividad artesanal estaba destinada a
satisfacción del consumo local.
Litoral: Gracias a una recuperación
económica en la mitad de la década del 40, se hizo
evidente un crecimiento de la actividad ganadera, además,
evadían el control del puerto de Buenos Aires y
comercializaban con el exterior a través del río
Uruguay. La
recuperación de los territorios ubicados sobre el
Paraná fue más lenta, ya que Buenos Aires
ejercía un control sobre el comercio y la
navegación de ese río.
Cuyo: La industria vitivinícola estaba
arruinada por la competencia de los vinos europeos que entraban
por Buenos Aires. La minería se
desarrolló sobre la base de la plata y el cobre. De
todas maneras Mendoza y San Juan lograron activar sus
economías en relación con el mercado chileno,
colocando ganado vacuno, ovino, caballos, mulas y burros, cueros,
jabón, sebo, monturas, riendas, tejidos, plumas y
frutas secas.
Noroeste: Entre sus actividades agropecuarias
más importantes se puede mencionar el cultivo del trigo,
caña de azúcar y algodón, paralelamente a
estas faenas se desarrollaron las artesanías (paños
de algodón y lana, carretas, muebles) y la
transformación de productos de la ganadería (sebo y
cuero).
Noreste: Se dedicaron a la producción de
yerba-mate como objeto principal y explotaron otros productos,
pero de todas maneras no llegaron a un alto desarrollo
económico, aunque las misiones jesuitas pudieron
lograr activar su economía con una ideología
comunista.
El comercio y las sus rutas.
La falta de seguridad en las
rutas era un factor importante que determinó el
estancamiento del comercio interno. Otros factores determinantes
de este conflicto
fueron las trabas aduaneras y los derechos de tránsito
de cada provincia.
Buenos Aires era el principal mercado por el aumento de
la población, pero estaba abastecido por los
productos extranjeros que entraban a cambio de sus exportaciones.
Los productores del interior vieron disminuir sus posibilidades
por esta realidad y, buscaron otros mercados en
Bolivia y
Chile. No
obstante, los ingleses organizaron una red comercial que
fundamentada en la consignación a comerciantes locales,
realizaba una distribución de productos de
importación.
Los ferrocarriles.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, los
ferrocarriles constituyeron la base del proceso de
formación nacional. La red ferroviaria vinculó a
todas las zonas de interior con Buenos Aires y los puertos del
Litoral. Además, provocó la desarticulación
definitiva de las viejas economías cerradas y
autosuficientes. Pero al mismo tiempo, abrió posibilidades
de desarrollo que, si no llegaron a compensar la pérdida
de importancia relativa del interior, provocaron el surgimiento
de actividades expansivas y destinadas a satisfacción de
la demanda
interna que ahora era, auténticamente, la demanda
nacional.
Se mantuvo la exclusividad del puerto de Buenos Aires y
fue esencialmente librecambista, con excepción del
período 1836-1838 en que se aplicó la ley de aduana
proteccionista.
Las exportaciones de cueros, sebo y tasajo, pieles y
plumas, a las que se agregaron las lanas, se dirigían a
Francia, Países Bajos, Gran Bretaña, Estados Unidos y
Brasil. Un
estudioso de la época dijo: "Empezó a notarse que
en cada partido del norte de la provincia de Buenos Aires
había cinco o seis estancieros dedicados exclusivamente a
la cría de ovejas, que eran propietarios de fortunas
considerables adquiridas al cabo de unos pocos años de
trabajo. Eran los extranjeros. El ejemplo de rápidas y
fáciles fortunas magnetizó a Buenos Aires". Las
primeras explotaciones las iniciaron vascos e irlandeses en el
centro y sur de Buenos Aires y, desde allí, se extendieron
a otras zonas de la provincia y a Santa Fe.
Gracias a la exportación de lana, los ingresos de
Buenos Aires duplicaban en 1855 a los del resto de la
Confederación.
La mayoría de las importaciones
correspondía objetos de la industria inglesa y a productos
de lujo de Francia.
Si bien la estructura del
comercio no cambió, el volumen tuvo un
crecimiento considerable; partiendo de una balanza
comercial desfavorable al comienzo del período, se
llegó a un equilibrio en
los últimos años del gobierno de Rosas.
10. Consecuencias de la
campaña del desierto
En marzo de 1833 las tres columnas se pusieron en
marcha, la columna izquierda comandada por el Brigadier general
Juan Manuel de Rosas, la columna centro comandada por el general
José Ruiz Huidobro y la columna derecha comandada por el
Brigadier José Félix Aldao.
La división de Rosas fue la única que
obtuvo el objetivo. La
campaña finalizó a principios de
1834 por orden del gobierno de Buenos Aires.
Las consecuencias políticas:
Se afianzó la soberanía nacional en un extenso
territorio, aumentó el prestigio político de Rosas
y decayó el ascendiente de sus adversarios.
Las consecuencias militares: Se firmaron pactos con
algunas tribus, se detuvieron los malones por espacio de 20
años, se extendió la frontera, se rescataron 2000
cautivos y se causaron 6000 bajas a los indios.
Las consecuencias económicas: Se ganaron cerca de
3000 leguas cuadradas de tierra y se recogieron múltiples
informaciones científicas.
11. Consecuencias
económicas del bloqueo
anglo-francés
Durante el gobierno de Rosas se sufrieron dos bloqueos.
El primero de ellos ocurrió en 1838 únicamente por
Francia, obstruyendo el puerto de Buenos Aires y todo el Litoral.
Esta arremetida francesa se levanto en 1840, pero durante este
periodo disminuyó cuantiosamente la recaudación de
los derechos aduaneros.
En 1845 se desencadenó un nuevo bloqueo, pero
esta vez fueron dos potencias las protagonistas, una de ellas fue
Francia, que volvía a repetir este comportamiento, y la otra Gran Bretaña. En
1840 se logró levantar esta prolongada
paralización.
Para hacer frente al déficit económico que
trajo el bloqueo, Rosas, impuso severas economías: se
negó a reajustar los sueldos y eliminó el
presupuesto de educación y
sanidad.
Para solucionar la diferencia entre recursos y gastos
Rosas recurrió a la emisión monetaria sin respaldo,
especialmente en tiempos de guerra; durante su segundo gobierno
llegó a emitir $109.980.855. Su poder político y su
poder administrativo le permitieron mantener la vigencia de la
moneda.
12. Situación
económica durante el periodo de urquiza
Urquiza, después de la batalla de Caseros
(febrero de 1852) donde venció a Rosas, mantuvo su
decisión de no delegar su poder antes de una
Constitución. Con el propósito de dar cumplimiento
a lo establecido en el Pacto Federal de 1831 (fue un primer paso
hacia la organización constitucional del país), y
por invitación de Urquiza, los gobernadores de todas las
provincias se reunieron en San Nicolás el 31 de mayo de
1852.
El Congreso Constituyente reunido en Santa Fe
sesionó sin la presencia de los representantes de Buenos
aires y el 1º de mayo de 1853 sancionó una
Constitución Nacional. Esta establecía la forma
representativa, republicana y federal de gobierno, además
de la federalización de la ciudad de Buenos Aires y la
nacionalización de la aduana y sus ingresos.
Pero la Confederación no tuvo la fuerza
necesaria para imponer estas decisiones a Buenos Aires. En julio
de 1853, la Confederación Argentina y el Estado de
Buenos Aires aceptaron la separación de hecho y comenzaron
por separado la tarea de la organización
institucional.
Durante este período se propició una
amplia política inmigratoria, facilitando la
instalación de colonias agrícolas integradas por
colectividades europeas. Además, se iniciaron los estudios
para el trazado de líneas férreas desde Rosario a
Córdoba y a Mendoza. Conjuntamente, se favoreció la
exploración de los ríos interiores.
La secesión de Buenos Aires privaba a la
Confederación de recursos aduaneros ya que el puerto
porteño los absorbía casi por completo. La
insuficiencia de recursos produjo una verdadera crisis
rentística que derivó hacia presupuestos
deficitarios.
El Congreso aprobó una ley de derechos
diferenciales que establecía que las mercancías
introducidas directamente a los puertos de la
Confederación pagarían una tasa común,
mientras que las que procedían de esa plaza se
gravarían con el doble o el 30% de la tasa ordinaria,
destinándose para ese efecto el puerto de Buenos
Aires.
La ley buscaba disputarle el monopolio del
comercio ultramarino pero sus efectos no se hicieron sentir
porque los buques extranjeros siguieron prefiriendo el puerto
porteño.
La constitución: fomento de la
inmigración
En el Preámbulo de la Constitución
Argentina se menciona un fin acerca de la inmigración
"Asegurar los beneficios de la libertad, para
nosotros […] y para todos los hombres del mundo que quieran
habitar el suelo argentino".
Esto significa que el país debía poblar su
territorio a través de una política
inmigratoria.
En 1856, menos del 10% de la población de Buenos
Aires eran inmigrantes. La mayoría de los inmigrantes
provenían de Europa, estos
aportaban una mayor experiencia de trabajo y conocimientos
técnicos.
Las tierras fiscales fueron ofrecidas a individuos o
compañías que las quisieran subdividir y organizar
en colonias. Para esto se necesitaba una cierta capacidad
empresaria, porque no se trataba solo de llegar e instalarse en
las tierras que se pudieran conceder.
La confederación, para poder competir con Buenos
Aires, estaba obligada a conceder mejores condiciones a los
posibles inmigrantes. Fue así como una gran cantidad de
colonias se arraigaron en Santa Fe, sur de Córdoba, y
Entre Ríos, con buen apoyo oficial.
Dijo una profesora de Historia
Argentina de la Universidad de Rosario: "La provincia de
Santa Fe se convirtió en el escenario de una experiencia
renovadora […]. La política de colonización fue
el estimulo para que miles y miles de inmigrantes se acercaran a
estas tierras…"
La Argentina presentaba algunas particularidades; por un
lado era muy extensa y por otro la variedad de climas y topografía. Estas características
favorecieron el desarrollo de economías por
regiones.
Las grandes distancias y los diversos puntos del
país hicieron que la forma más directa para el
comercio exterior fuese el puerto de la Ciudad de Buenos Aires;
favoreciendo el desarrollo de la ganadería.
Esta estructura dio como resultado el triunfo del
proyecto
unitario con Rivadavia como uno de sus máximos
exponentes.
Por otra parte, esto dio origen a la unión de las
provincias del interior del país, buscando un proyecto
económico más equitativo donde participaran todas
las regiones sin que prevalezca una en especial.
Aparece Rosas para dar surgimiento a este proyecto; una
vez en el gobierno demuestra claramente sus ideas, las de los
hacendados de la provincia de Buenos Aires; todo debía
pasar por el puerto, de ahí el cierre de los ríos
interiores.
La centralización del poder en Buenos Aires
provoco el estancamiento de las economías regionales. El
Litoral logró una mejor inserción en el exterior,
que luego se consolidó con el modelo agro
exportador.
Con la llegada de Urquiza al poder finaliza el gobierno
tirano de Rosas, se forma una constitución y se separa
Buenos Aires de las otras provincias.
14. Bibliografía
Empleada
- Alonso, María Ernestina; Elisalde, Roberto y
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Rivas, Gabriel y Royo, Susana. HISTORIA 3 "La Nación
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Aires 1971. 450 páginas. - Pérez Amuchástegui, Antonio J.
Mentalidades argentinas. Editorial Universitaria de Buenos
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Aires 1970. 484 páginas. - Randle, Patricio H. Geografía histórica argentina.
Editorial SENOC. 1º edición. Buenos Aires 1987. 250
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Rins, Cristina y Wintes, María Felisa. La
Argentina – Una historia para pensar -. Editorial Kapelusz.
1º edición. Buenos Aires 1998. 482
páginas.
Trabajo enviado y realizado por:
González, Juan Manuel
Tamura, Diego