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Fragmentación del hábitat y su efecto borde




Enviado por mark74



    Indice
    1.
    Introducción


    3. La perdida de hábitat y su
    fragmentación

    4. Estado actual de
    fragmentación

    5. Conceptos acerca de la
    fragmentación

    6. Consecuencias ecológicas de la
    fragmentación del bosque nativo
    Chileno

    7.
    Consecuencias ecológicas de los
    bordes

    8.
    Efecto Borde

    9. Efectos abióticos del
    borde

    10.
    Ejemplos de hábitat fragmentados a nivel
    mundial

    11. Bibliografía

    1.
    Introducción

    La importancia de la fragmentación y del efecto
    borde en el hábitat, como una forma de conocer los
    diferentes tipos de problemas del
    ecosistema
    intervenido por factores humanos y naturales, lleva a estudios
    que demuestran que los factores ya mencionados son importantes de
    discutir para llegar a soluciones que
    puedan conllevar una buena relación entre el desarrollo
    humano y el ecosistema.

    Los diferentes niveles de fragmentación
    demuestran que a nivel nacional y mundial no se ha considerado
    una mediación entre intervención y el efecto de
    éstas.

    Por ello la conservación de los recursos
    naturales postula a desarrollar técnicas o formulas de
    resolver la situación actual.

    La creciente intervención humana sobre los
    paisajes naturales ha ido fragmentando el hábitat de
    diferentes especies, lo que puede derivar en pérdida de
    biodiversidad.
    Actualmente la fragmentación de los bosques nativos
    representa, tal vez, uno de lo ejemplos más preocupantes.
    Frente a proyecto de
    inversión que impliquen la
    fragmentación de bosques, se han sugerido diversos
    diseños ecológicos, tales como zonas de
    amortiguamiento o corredores biológicos, con el fin de
    minimizar o bien revertir este impacto negativo.

    2.
    Presentación

    El impacto de las actividades humanas durante los
    últimos 200 años sobre el bosque templado Chileno
    ha provocado una disminución de su superficie llegando a
    ser similar a las experimentadas por estas, durante la
    última edad glacial. Armesto, Villagrán y Donoso
    (1994) argumentan que el impacto de la actividad humana en
    Chile puede
    ser reconocido, a partir del siglo XVI dentro de tres fases en la
    historia del
    bosque chileno:

    • Fase de colonización
    • Fase de explotación selectiva
    • Fase industrial

    La fase de colonización se desarrolló
    entre el siglo XV y el siglo XIX, concentrándose entre las
    regiones de Santiago y Concepción a causa la guerra de
    Arauco, esta situación mantuvo a los bosques, al sur del
    río Bío-bío, dentro del territorio de guerra
    Mapuche siendo afectados principalmente por fuegos, los cuales
    eran empleados como arma táctica por los españoles.
    En tanto, sobre la zona pacífica, esta fase se
    caracterizó principalmente por una extracción
    intensiva de madera para
    construcción y leña, así como
    la quema de bosques para la apertura de terrenos a la agricultura y
    el pastoreo de animales
    domésticos.

    La fase de explotación selectiva se da desde la
    mitad del siglo XIX hasta mediados del siglo XX y el uso que se
    le da al bosque nativo se basó en la tala selectiva, es
    decir, la corta de los mejores ejemplares de especies
    seleccionadas, lo que llevó a un empobrecimiento y
    deterioro de los bosques en el valle central y las zonas
    cordilleranas accesibles. Además de lo anterior esta fase
    se caracteriza por la extensiva quema de bosques para acceder a
    especies de valor
    maderero, algunas de las cuales – como Alerce, Araucaria y el
    Ciprés de las Guitecas- son altamente resistentes al
    fuego.

    La ley forestal de
    1931, si bien reglamentó el uso del fuego, permitió
    la explotación de tierras fiscales, incluidos los parques
    nacionales existentes, lo que extendió la tala selectiva y
    el deterioro de los recursos del
    bosque hasta los lugares más alejados (Armesto et al.,
    1994).

    La fase industrial, en especial desde 1950 en adelante,
    se ha caracterizado por mayores niveles de explotación y
    destrucción de bosque nativo que en las fases
    precedentes.

    En Aysén, a fines de los ‘40 y comienzos de
    los ‘50, colonos quemaron cientos de miles de
    hectáreas de bosques dominados por Lengas. La empresa
    forestal se estableció con terrenos propios y en los
    ‘40 comienzan las plantaciones con especies
    exóticas, principalmente pino insigne (Pinus radiata),
    sobre suelos
    agrícolas y de pastoreo, abandonados y erosionados, sin
    embargo pronto se expandieron a las extensas superficies del
    bosque nativo secundario o degradado por roces o talas
    selectivas.

    Leyes como el decreto Ley 701 de 1974, fomentaron la
    forestación con especies exóticas de rápido
    crecimiento, contribuyendo a una subvaloración del recurso
    forestal nativo, mientras que, la ejecución de proyectos como la
    construcción de la carretera Austral, por ejemplo,
    permitió el acceso a bosques remotos en Chiloé
    central provocando un gran impacto sobre este medio
    ambiente, también la puesta en marcha de empresas que
    demandan madera nativa para la producción de astillas, han conducido a un
    aumento en las faenas de extracción de madera tanto en el
    centro sur de Chile como en Magallanes.

    Hoy en día y según los resultados del
    último catastro nacional se tiene que el total de bosque
    nativo se encuentra distribuido sobre una superficie 13.443.316
    ha, de las cuales los tipos forestales más representativos
    son el Siempreverde, con un 32.4% del total y Lenga, con un
    25.3%. El caso más alarmante es el del tipo forestal
    Ciprés de la Cordillera, el cual tiene una superficie
    distribuida en fragmentos discontinuos cercana al 0.35% del total
    del bosque nativo chileno. Por otro lado, el SNASPE cubre
    aproximadamente 13 millones de hectáreas del territorio
    chileno continental (17% del total continental), distribuidos en
    59 unidades dependientes de la corporación nacional
    forestal (Armesto et al,. 1992).

    La distribución de las áreas protegidas
    está concentrada en altas latitudes representando el 92%
    de las áreas protegidas en toda la región templada.
    Las áreas del SNASPE entre los 34 y 44ºS representan
    solo el 8% de la superficie total protegida. Este patrón
    está en un marcado contraste con las tendencias
    latitudinales de riqueza arbórea y endemismo que alcanzan
    su pic en los 38 y 42ºS (Armesto et al., 1992). Esta
    vulnerabilidad en la cual se encuentran los bosques templados de
    Chile, los hace demasiado propensos a que sobre ellos se sigan
    practicando inadecuadas usos, tales como la extracción de
    leña, continuando con la escala
    depredadora que se ha caracterizado desde la colonia.

    Todos estos procesos han
    incrementado la diversidad del paisaje natural, creando un
    patrón de parches yuxtapuestos de diferentes edades y
    tipos de vegetación; sin duda que la destrucción
    total o parcial de la biomasa vegetal, la consecuente
    perturbaciones del ambiente
    físico y la disponibilidad de recursos originaron la
    fragmentación de los bosque y selvas nativas no
    sólo de Chile, sino que del mundo entero.

    3. La perdida de
    hábitat y su fragmentación

    La pérdida de hábitat es la razón
    más importante de la extinción de especies en los
    últimos tiempos, al disminuir el hábitat, se ve
    afectada su distribución del hábitat restante por
    una falta de continuidad. Esto puede ser para áreas
    agrícolas, construcciones, represas, caminos, tendidos
    eléctricos, etc. Lo que produce finalmente la
    fragmentación del hábitat original, que ahora
    existe como parches fragmentados. Lo que significa que una
    población que vive en un hábitat
    original se ve reducido a una tamaño total más
    pequeño, esto quiere decir que son divididos en
    poblaciones múltiples.

    Más allá del reconocimiento de la
    deforestación como proceso
    indicativo del deterioro de los bosques, desde hace algunos
    años se ha venido reconociendo el hecho de que incluso la
    división en "parches" de las áreas forestales son
    también, no sólo un indicador general del estado del
    ecosistema, sino también una forma de conocer los
    límites de deterioro a los que puede someterse un
    área arbolada para que mantenga relaciones con las zonas
    aún compactas

    Si se produce una fragmentación adicional
    también se disminuye la tamaño medio de los parches
    del hábitat y los aisla.

    Otro efecto de la fragmentación es el aumento del
    efecto borde. Al disminuir los parches del hábitat,
    aumenta la vulnerabilidad de las especies a las condiciones
    ambientales adversas, que son frecuentes en los bordes de los
    parches de lo hábitat, pero no en su interior

    La fragmentación se puede definir entonces como
    la transformación de un bosque continuo en muchas unidades
    más pequeñas y aisladas entre sí, cuya
    extensión agregada de superficie resulta ser mucho menor
    que la del bosque original (Bustamante y Grez, 1995).

    4. Estado actual de
    fragmentación

    En 1974 se conservaba un gran polígono de Selvas
    Medianas y Bajas de 160,000 ha., lo que significaba un paisaje
    eminentemente silvestre, en donde bajo las condiciones existentes
    de vecindad con lo que hoy es la reserva de la Biosfera
    Montes Azules, garantizaba hábitats incluso para especies
    como el Aguila Arpía. Esta condición, en el futuro
    inmediato se mantiene en peligro, no tanto por la
    reducción de las áreas de reserva, sino en
    áreas silvestres como Marqués de Comillas, donde la
    fragmentación vuelve poco viable la presencia de especies
    como éstas.

    Para 1986, con la construcción de la carretera y
    la apertura de zonas agropecuarias, se inicia el proceso de
    fragmentación. Aún se mantiene un macizo continuo
    de 100,000 ha., de selvas, sin embargo, la colindancia con Montes
    Azules sólo tiene continuidad hacia la parte sur de Zamora
    Pico de Oro, porciones de Quiringuicharo y Chajul. El resto es un
    cinturón que rompe la continuidad . De cualquier modo, el
    patrón de cambios de uso de suelo que
    vislumbró como áreas de apropiación
    inmediatas a las de vegetación hidrófila mantuvo
    con pocos cambios las áreas compactas. Es notable el
    crecimiento de pequeños manchones de selva de hasta 300
    ha.

    Para 1993, de las 9 áreas existentes mayores de
    2,500 ha., la mayor es de alrededor de 60,000 ha. Sin embargo, su
    continuidad prácticamente está amenazada por el
    crecimiento de las zonas agrícolas. También es
    importante recalcar la enorme fragmentación a la que se
    está viendo sujeto el ecosistema, ya que de 157
    polígonos digitalizados de selvas, 148 son menores a 2,500
    ha.

    Con los datos obtenidos
    sobre cambios de uso de suelo y fragmentación se pueden
    establecer cuatro grupos de zonas
    en Marques de Comillas.

    Zonas de deterioro ecológico: Son zonas que han
    perdido más del 50 por ciento de su cobertura forestal y
    no presentan ningún polígono interior o de
    continuidad mayor a 2,500 ha. En algunos casos estas zonas
    presentan problemas de erosión de sus áreas
    agrícolas

    Zonas de fragmentación: Son zonas que aún
    poseen más del 50 por ciento de cobertura forestal, pero
    que no presentan ningún polígono interno o de
    continuidad mayor a 2,500 ha., por lo que resulta evidente que
    existe una fuerte presión sobre las áreas de
    vegetación natural para sustituirlas por áreas
    agropecuarias

    Zonas de deforestación: Son zonas que poseen
    más del 50 por ciento de su superficie de selva y
    presentan polígonos mayores a 2,500 ha., en su interior.
    Estas áreas se ven sujetas, más que a un proceso de
    deterioro caracterizado por la fragmentación, a un proceso
    de deforestación.

    Zonas de conservación: Son zonas que aún
    poseen más del 75 por ciento de su superficie forestal y,
    por lo tanto, no presentan problemas de fragmentación al
    interior.

    Existen varias causas que determinan la
    fragmentación del hábitat, y entre las más
    importantes tenemos:

    1. Introducción de especies

    La introducción de especies provoca muchas de las
    extinciones de especies registradas, especialmente en las islas.
    En esos ecosistemas
    aislados, un nuevo depredador competidor, o agente
    patógeno, puede poner en peligro rápidamente a
    especies que no pueden desarrollarse conjuntamente con los
    intrusos. En Hawaii, unas 86 especies de plantas
    introducidas amenazan la biodiversidad nativa; una especie de
    árbol introducida ha desplazado a más de 30.000
    acres de bosques nativos.

    2. Explotación excesiva de especies de
    arbóreas y animales

    Numerosos bosques, peces y
    recursos de vida silvestre han sido explotados en exceso, en
    algunos casos hasta que se han extinguido. Históricamente
    el gran auk y la paloma pasajera han sucumbido a esa
    presión, y el cedro del Líbano que abarcaba en
    cierta época 50.000 hectáreas, sólo se
    encuentra en unos pocos restos aislados de bosques. La
    explotación excesiva de la anchoa peruana entre 1958 y
    1970 redujo extraordinariamente las dimensiones de la
    población respectiva y la captura. Actualmente, el
    rinoceronte de Sumatra y Java ha sido
    cazado hasta quedar al borde de la extinción, ocurriendo
    lo mismo con muchos otros vertebrados. En muchos casos la
    extinción se ha debido al interés
    humano en obtener alimentos, pero
    la búsqueda de bienes
    preciados como el marfil, han afectado gravemente a algunas
    poblaciones y aniquilado a otras.

    3. Contaminación de suelo, el agua y la
    atmósfera

    Los productos
    contaminantes deterioran los ecosistemas y pueden reducir o
    eliminar la población de especies sensibles. En algunos
    casos la contaminación reverbera a lo largo de la cadena
    alimenticia. En el Reino Unido, la población de las
    lechuzas de los graneros se redujo en un 10% desde la
    introducción de los venenos para roedores, y los
    plaguicidas ilegales utilizados para controlar la langosta de
    río en los límites del parque nacional Cota
    Doñana de España, en
    1985, mataron a 30.000 aves. Se
    perdieron unas 43 especies en el parque nacional Ojcow de
    Polonia, lo que se debió en parte a la grave contaminación
    del aire
    .

    Los microbios del suelo también han sido
    afectados por la contaminación debido a los
    depósitos industriales de metales pesados y a la
    agricultura de riego, que provocan salinización. La
    lluvia
    ácida ha vuelto prácticamente inadecuados para
    la vida a miles de lagos y estanques de Escandinavia y América
    del Norte, y, en conjunción con otros tipos de
    contaminación del aire, ha
    dañado bosques en toda Europa. La
    contaminación marítima, especialmente de fuentes no
    puntuales, ha afectado al Mediterráneo y a muchos
    estuarios y aguas marítimas costeras en todo el
    mundo.

    4. Modificación del clima
    mundial

    En las próximas décadas un subefecto de la
    contaminación del aire – el recalentamiento mundial de la
    atmósfera – podría causar estragos en los
    organismos vivientes del mundo. El incremento causado por
    el hombre de
    los gases que
    causan el efecto
    invernadero en la atmósfera determinará
    probablemente un incremento de la temperatura
    del planeta entre 1 y 3° Celsius en la próxima
    década, con lo cual el nivel del mar aumentaría de
    uno a dos metros. Cada incremento de 1°C de la temperatura
    desplazará los límites de tolerancia de las
    especies terrestres unos 125 km. hacia los polos, o verticalmente
    determinará un ascenso de 150 m en las montañas.
    Muchas especies no estarán en condiciones de
    redistribuirse con suficiente rapidez como para adaptarse a los
    cambios previstos, y es probable que se produzcan considerables
    alteraciones de la estructura y
    el funcionamiento de los ecosistemas. En Estados Unidos,
    el continuo aumento del nivel del mar, en las próximas
    décadas, puede afectar a la totalidad del hábitat
    de por lo menos 50 especies que ya corren peligro de
    extinción. Muchas de las islas del mundo quedarían
    completamente sumergidas si se cumplen las proyecciones
    más extremas sobre aumento del nivel del mar,
    produciéndose de ese modo la destrucción total de
    su fauna y su
    flora.

    5. Agroindustrias y forestación

    Hasta nuestros días, los agricultores y ganaderos
    criaban y mantenían una enorme diversidad de variedades de
    cultivos y animales de cría en todo el mundo.

    Pero la diversidad se está reduciendo
    rápidamente en los establecimientos productivos debido a
    los modernos planes de hibridación de plantas y al
    consiguiente aumento de la productividad que
    surge de plantar un número relativamente menor de cultivos
    que reaccionan mejor ante el riego, los fertilizantes y los
    plaguicidas. Tendencias similares están transformando los
    ecosistemas forestales diversos, en plantaciones de monocultivos
    de árboles de alto rendimiento, como lo que ha ocurrido en
    nuestro país con la sustitución del bosque nativo
    por especies introducidas como el pino y el
    eucalyptus.

    5. Conceptos acerca de la
    fragmentación

    La fragmentación del bosque es el reemplazo de
    grandes áreas del bosque nativo por otros ecosistemas,
    dejando parches (o islas) separados de bosque, con consecuencias
    deletéreas para la biota nativa (Murcia, 1995). Esta
    fragmentación tiene dos componentes
    principales:

    • Reducción y perdida de la cantidad total del
      tipo de hábitat, o quizá de todo hábitat
      natural en un paisaje
    • Separación del hábitat remanente en
      parches mas pequeños y aislado;

    Contribuyendo ambos, a la disminución progresiva
    de la diversidad biológica (Harris, 1984). Wilcox &
    Murphy (1985) señalan que a medida que la
    fragmentación del bosque procede, el tamaño de los
    fragmentos disminuye, y el aislamiento aumenta,
    conformándose los llamados "hábitat-isla". Estos,
    facilitaría la extinción o la exterminación
    total de una o mas especies y la preservación diferenciada
    de otras, tal como lo predijo el fitogeógrafo Suizo
    Alphonse de Candolle en 1855 (Harris, 1984).

    Los efectos biológicos de la fragmentación
    de bosques se enfatizan en efectos sobre las condiciones
    microclimáticas de los fragmentos, efectos sobre la
    abundancia de algunas especies y efectos sobre las interacciones
    biológicas, los que afectarán en ultima instancia
    la biodiversidad existente en los bosques (Bustamante y Grez,
    1995) (figura 1).

    Harris (1984) cita que el efecto de la
    fragmentación puede ser visto en varios niveles de
    organización biológica, desde
    cambios en la frecuencia genética
    dentro de poblaciones hasta cambios sobre el continente
    (población arbórea remanente, no fragmentada), en
    la distribución de especies y ecosistemas.

    A nivel de especies, estas tienen necesariamente tres
    opciones para persistir bajo un paisaje altamente
    fragmentado

    • Una especie puede prosperar en una matriz de
      uso humano
    • Una especie puede sobrevivir dentro de un paisaje
      fragmentado manteniendo viable la población dentro del
      hábitat fragmentado; esta opción es solo para
      especies con un rango bajo de hogar o con modestos
      requerimientos de área, muchas de estas especies pueden
      enfrentarse toda su vida a estos requerimientos dentro de los
      bordes de un hábitat fragmentado, esperando una mejor
      condición ambiental
    • Algunas especies pueden sobrevivir en paisajes
      altamente fragmentados, por tener estas una alta movilidad,
      pueden integrar un número de hábitat parche,
      tanto dentro de los rangos individuales de su nicho como dentro
      de poblaciones interelacionadas, jugando un
      importantísimo papel la
      zona limítrofe de los paisajes fragmentados conocida
      como bordes (en ingles Boundary o Edge). Cabe destacar que una
      especie que no pueda adoptar alguna o más de estas tres
      opciones está destinada a su eventual extinción
      dentro del fragmento.

    Por otro lado, el número de especies,
    plántulas, cobertura de arbustos e invasión de
    especies más típicas de hábitat abiertos es
    mayor en los bordes que en la zona interior de las comunidades.
    Wiens et al., (1985) esquematiza una analogía del borde de
    una isla o fragmento, o entre elementos del paisaje a membranas
    en organismos o sistemas
    físicos. Tal como ellas, los bordes varían en su
    permeabilidad o resistencia a
    flujos. Esta es una consecuencia de las características propias del borde (ejemplo:
    el grado en que están separados los diferentes parches) y
    los diferentes materiales,
    organismos o factores abióticos al borde.

    Los bordes pueden ser impermeables a algunas
    transferencias y permeables a algunos materiales u otros flujos,
    pudiéndose evaluar una dinámica particular entre los componentes
    del paisaje, bajo la perspectiva de la ecología del paisaje
    (Williams – Linera, 1991).

    6. Consecuencias
    ecológicas de la fragmentación del bosque nativo
    Chileno

    En chile, la explotación del bosque nativo ha
    resultado en una dramática fragmentación y
    reducción areal de estos bosques. Estudios
    específicos indican las consecuencias de
    degradación por causas de la actividad humana sobre la
    biodiversidad, son muy escasos. A continuación se muestran
    antecedentes de fragmentación en 2 tipos de
    bosques:

    • Bosque de Ruil en la VII Región
    • Bosque valdiviano en Chiloé

    El bosque de Ruil se encuentra ubicado en la Cordillera
    de la Costa de la VII Región. La especie arbórea
    dominante es el Ruil, el que coexiste, entre otros, con el Hualo,
    el Peumo, el Olivillo y el Avellano.

    Desde fines del siglo XIX, ese bosque a sufrido un
    intenso proceso de deforestación. En la actualidad, el
    paisaje es un mosaico, con fragmentos de bosque nativo, inmersos
    en una matriz formada casi exclusivamente por plantaciones de
    Pino insigne. Actualmente existen 352,2 Ha. De bosque de Ruil,
    distribuidas en 185 fragmentos con un tamaño promedio de
    1,9 Ha., y menos del 5% posee tamaños mayores de 12
    Ha..

    La dominancia de fragmentos sugiere un efecto Borde
    importante que se manifiesta en cambios microclimaticos y la
    colonización y establecimiento exitoso del Pino insigne al
    interior de los fragmentos. Si a esto agregamos la
    deforestación que aun continua a una tasa estimada de 47,3
    hás /año, el bosque de Ruil y toda la biodiversidad
    que este tipo forestal contiene desaparecerá
    inevitablemente en menos de 10 años.

    El bosque valdiviano de Chiloé. La isla de
    Chiloé aun posee extensiones de Bosque valdiviano,
    caracterizado por arboles
    emergentes de coigue y un dosel estructurado por coigues mas
    jóvenes, canelos, tineo, y diversas especies de
    mirtaceas.

    Se han realizado algunos estudios iniciales para evaluar
    los efectos del tamaño de los fragmentos sobre la
    diversidad de especies de aves asociadas a estos bosques. Estos
    organismos presentan un alto grado de endemismo y algunos de
    ellos proveen servicios
    fundamentales para la regeneración del bosque, tales como
    polinización y dispersión de semillas (aves
    mutualistas). Lo que se ha encontrado en estos estudios es que la
    diversidad y abundancia relativa de aves decrece a medida que el
    tamaño del fragmento disminuye. Las especies
    endémicas a este tipo de bosque son las mas afectadas y,
    el menor grado, las aves mutualistas.

    La pérdida de estas especies es grave por lo que
    significa la desaparición de los hábitat de
    especies únicas y restringidas geográficamente,
    así como por las probables consecuencias negativas que
    esto puede traer para la regeneración del
    bosque.

    7. Consecuencias
    ecológicas de los bordes

    Murcia (1995) señala que hay tres tipos de efecto
    del borde sobre los fragmentos:

    • Efecto abiótico, involucrando cambios en las
      condiciones medioambientales que resulta desde la proximidad a
      una matriz estructuralmente distinta

    Los cambios microclimáticos son los efectos mas
    evidentes de la fragmentación de bosques. Las
    características microclimáticas contratantes
    produce un gradiente ambiental desde le borde hacia el interior
    del fragmento. Generalmente la luminosidad, la
    evapotranspiracion, la t°, la velocidad
    del viento disminuyen, mientras la humedad del suelo aumenta
    hacia el interior del fragmento. Este efecto borde puede en
    algunos casos penetrar varias decenas de metros hacia el
    interior del fragmento y su importancia relativa
    dependerá del tamaño del fragmento. Por ejemplo,
    en un fragmento pequeño el efecto borde es
    comparativamente mas importante que en un fragmento mas grande,
    pudiendo en este caso llegar a abarcar la totalidad del
    fragmento.

    • Efectos biológicos directos, los cuales
      involucran cambios en la abundancia y distribución de
      especies, causadas directamente por el cambio en
      las condiciones físicas cercanas al borde y determinado
      por la tolerancia fisiológica de las especies que se
      encuentren en dicho sector.
    • Efectos biológicos indirectos, los cuales
      involucran cambios en la interacción de las especies,
      tal como el aumento en la predación, parasitismo,
      competencia,
      herbivoría, polinización y dispersión de
      semillas, tal como se aprecia en la figura 1.

    8. Efecto
    Borde

    Williams (1991) indica que la extensión de los
    bordes ha aumentado sustancialmente, pudiéndose definir al
    borde como las zonas de contacto entre dos comunidades
    estructuralmente diferentes, las que pueden ser un bosque y un
    campo de trigo, un bosque y una plantación, etc. El
    límite del bosque (o borde), se ha reconocido
    empíricamente como el lugar donde comienzan los
    árboles, sin embargo para los ecólogos la percepción
    del borde ha dependido del concepto mismo de
    comunidad
    vegetal.

    El aumento mundial de la extensión de los bordes
    es motivo de preocupación por parte de los investigadores
    y ecólogos del mundo entero, sin embargo, los resultados
    de muchos estudios relacionados con los efectos que pueden tener
    los bordes sobre la ecología han sido todavía
    incapaces de dibujar patrones claramente generales y aplicables
    en todo el mundo (Murcia, C. 1994).

    El borde se lo ha concebido como un hábitat
    distinto, como una "membrana semipermeable" o "piel" entre
    dos áreas que concentran recursos diferentes, como una
    zona de amortiguamiento contra la propagación de una
    perturbación (Williams, 1991). Los bordes son ambientes
    distintos en el sentido que la estructura de vegetación y
    su biota difieren en ambas comunidades contiguas. Por otro lado,
    el conjunto de los efectos de la matriz sobre el fragmento se
    conoce como "efecto borde", el cual se puede manifestar en
    cambios al interior del fragmento, principalmente en su
    perímetro.

    Se han definido bordes de tipo naturales, originados por
    perturbaciones físicas como fuegos, tormentas, derrumbes,
    viento o perturbaciones bióticas como depredación o
    forrajeo; y los generados por actividades humanas que conforman
    la mayoría de los bordes existentes en el
    mundo.

    La fragmentación reduce el área cubierta
    por el bosque, exponiendo a los organismos que permanecen en el
    fragmento a condiciones diferentes a su ecosistema y
    consecuentemente a lo que ha sido definido como "efecto borde"
    (Murcia, 1995). Claramente los bordes separan elementos del
    paisaje teniendo importante influencia sobre las propiedades del
    sistema, tanto
    dentro de parches homogéneos como entre los componentes
    del paisaje (Wiens et al.,1985).

    El contraste estructural entre una isla y la matriz que
    los rodea es un indicador no solo de la insolación que
    entre ellos se da, sino también del efecto borde. Harris
    (1984) señala que el límite de un fragmento no es
    una línea, sino que es una zona de influencia que
    varía dependiendo de los parámetros con los cuales
    ésta es medida. La radiación solar y el viento
    golpean al fragmento en su borde provocando una alteración
    de tipo microclimática.

    9. Efectos
    abióticos del borde

    Los bordes se han dado en la naturaleza desde
    siempre, ya que dentro del patrón de la dinámica
    natural de las comunidades se produce una yuxtaposición de
    tipos de bosques al irse generando manchones del mismo, dentro de
    la misma comunidad, en un proceso conocido como Dinámica
    de parches (Drury & Nisvet, 19 ). Dentro de este contexto se
    tiene entonces que se dan naturalmente bordes entre comunidades
    de similares características ecológicas pero en
    distinto estado de desarrollo,
    siendo un ejemplo de ello los bordes de huecos producidos por la
    caída de una cantidad significativa de árboles o
    bordes entre un bosque adulto y un renoval de roble. En los
    bosques intervenidos, los fragmentos usualmente están
    rodeados por una matriz de biomasa estructuralmente distinta como
    praderas, cultivos o renovales secundarios jóvenes. Harris
    (1984) y Murcia (1995) citan que estas diferencias en complejidad
    estructural y biomasa resultan en diferencias
    microclimáticas. Campos, praderas, cultivos reciben
    más radiación solar la que alcanza al suelo durante
    el día y dan una mayor reradiación a la
    atmósfera por la noche, causando cambios sustanciales
    tanto en los procesos ecológicos como sobre las
    comunidades biológicas. (Murcia, Harris, Wiens)

    10. Ejemplos de hábitat
    fragmentados a nivel mundial

    La superficie de los ecosistemas relativamente no
    perturbados se redujo extraordinariamente en las últimas
    décadas a medida que aumentaba la población y el
    consumo de los
    recursos. Como ejemplo se puede mencionar que el 98% de los
    bosques tropicales secos de la costa del Pacífico
    centroamericana han desaparecido. Tailandia perdió el 32%
    de sus manglares entre 1961 y 1985, y prácticamente
    ninguna parte del resto está exenta de perturbaciones. En
    los ecosistemas de agua dulce,
    las represas han destruido grandes sectores del hábitat de
    los ríos y arroyos. En los ecosistemas marítimos,
    el desarrollo costero ha eliminado comunidades de los arrecifes y
    comunidades próximas a las costas. En los bosques
    tropicales, una de las principales causas de deterioro de los
    mismos es la expansión de la agricultura marginal, aunque
    en determinadas regiones la producción comercial de madera
    puede causar un problema todavía mayor.

    Desde hace unos 20 años algunos biólogos
    conservacionistas han visto en la teoría
    biogeográfica de las islas, el medio para comprender y
    predecir el fenómeno de la extinción, ya que los
    refugios de hábitats naturales rodeados por un mar de
    ambientes humanos alterados se comportan como islas para las
    especies.

    Si tenemos en cuenta las densidades conocidas de ciertas
    especies de mamíferos y aves, tenemos por ejemplo que, en
    el caso del puerco del monte (Tayassu pecari), cuya densidad es de 2
    individuos por km. cuadrado, para mantener una población
    viable a corto plazo se necesitarían 25 km. cuadrados o
    2,500 ha; en el caso del Águila Arpía cuya densidad
    es de 0.008 individuos por Km. cuadrado, se necesitarían
    625,000 ha.

    11.
    Bibliografía

    Armesto, J; Smith – Ramírez,
    C; León, P & Arroyo, M 1992. "Biodiversidad
    y

    conservación del bosque templado en Chile".
    Ambiente y desarrollo. Dic.:

    19-24.

    Armesto, J; Villagrán, C; Donoso, C. 1994. "La
    historia del bosque templado

    chileno". Ambiente y desarrollo. Marzo: p p
    66-72.

    Bustamante, R. y Grez, A. 1995. "Consecuencias
    ecológicas de la fragmentación

    de los bosques nativos". Ciencia y
    ambiente, 11(2): 58-63.

    Murcia, C. 1995. "Edge effects in fragmented forest:
    implications for

    conervation". Tree, 10(2) 58-62.

    Ramírez, C; San Martin, J; Hauenstein, E &
    Contreras, D. 1989. "Estudio

    fitosociológico de la vegetación de
    Rucamanque (Cautin, Chile)". Stvdia

    Botánica. 8: 91-115.

    Williams, G., 1991. "Los bordes de selvas y bosques".
    Ciencia y desarrollo,

    17(97): 65-71.

    Internet:

    Página web "World
    resources institute (WRI)"

    • Mecanismos de deterioro de la
      biodiversidad

    Página web Metapoblación

    • Estudio de la supervivencia y evolución de las especies en paisajes
      fragmentados
    • Pérdida de hábitat

    Página web Marquez de Comillas

    • Fragmentación

    Trabajo enviado y realizado por:
    Gerardo Cantín
    Zacarías Ordenes
    Cristian Quijada
    Alejandro Rodríguez

    Profesor: Francisco Martín
    Organización Inacap Temuco
    Área de transformación y explotación de
    recursos naturales
    ingeniería de ejecución
    forestal

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